"TasteMyLove"

MattxMello

AU – Yaoi – Shonen-ai

TenRan-Sama & Faye-BD

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Se volteó, dándole la espalda a Matt, estrujando las sábanas con furia entre sus dedos. Desde que ese tal 'Teru' le había llamado todo había ido de mal en peor. Ahora el perro le salía con que era 'amigo' de ese tal idiota.

Lo había dicho a propósito, estaba seguro. Porque, por lo que había escuchado, ellos no eran amigos.

Eran amantes.

-Mello, no puedes estar enojado conmigo para siempre… - le dijo Matt, desde el otro lado de la cama, intentando tocarle, pero el rubio le rechazaba de un fuerte manotazo.

Y de hecho, ya tenía las manos rojas de tantos golpes que le había dado.

-Mello – le rogó, pero el rubio no le hizo el menor caso, ensimismado.

Keehl no sabía por qué le resultaba tan desagradable el hecho de que Matt tuviera otra persona además de el. Cuando comenzaron la relación, el había dejado claro de que era sin ataduras, pero nunca habría pensado que el pelirrojo estuviera con otra persona… Además, un intenso dolor en el pecho se le hacía presente cuando pensaba aquello.

-Tú dijiste que era sin ataduras… - le dijo, tratando de aclararlo.

Matt se golpeó mentalmente por su plan, supuso que Mello no le diría directamente que estaba celoso, pero no pensó que no le dejaría siquiera tocarle mientras dormían. ¡Eso era cruel!

Para su suerte Mikami no había vuelto a llamar como había prometido, seguramente le había salido algún imprevisto como siempre, más de una vez le había cancelado una cita por tener casos de última hora...

... aunque luego se lo recompensaba con creces...

Sacudió la cabeza negando fuertemente, intentando bloquear todos los pensamientos que tuvieran que ver con aquél pelinegro que quitaba hasta el hipo.

Y su voz...

"¡Ya! Deja de pensar en eso T-T" se regañó, sentándose en la cama.

Si Mello supiera la clase de pensamientos que tenía en ese momento, seguro y le sacaría del departamento, a pesar de que fuera suyo.

-Ya quédate quieto, perro – le regañó el rubio, sin verlo – si no quieres dormir en el sofá.

-Ya… - se rindió, volviéndose a acostar, mirando la cabellera rubia frente a su rostro.

Sabía que con Mikami la pasaba MUY bien, pero no era más que una relación meramente sexual. Ambos buscaban desahogarse de alguna forma, ya que desde hace mucho tiempo que no sentía nada especial por el.

Pero con Mello era distinto. No mentía al decirle que le gustaba mucho, le quería. No había punto de comparación en ambas relaciones.

Y lo sabía muy bien.

-¿Estas dormido? – le susurró al oído con suavidad, sintiendo el escalofrío que le había provocado.

-No, lo iba a estar cuando me hablaste – refutó aburrido, de veras trataba de dormir, y el suave aliento de Matt en su nuca le hacía adormilarse, pero ahora venía y le hablaba. - ¿Qué quieres?

-Quiero aclarar las cosas – respondió, apoyándose en su codo para poder ver mejor la cara del rubio. –

-No hay nada que aclarar. – bufó, cubriéndose aún mas con las mantas.

-Pero entonces ¿por qué estás molesto?-preguntó, ladeando su rostro para mirarle un poco sobre su hombro.

-No lo estoy, perro idiota.

-¿Ves? Sólo me dices "idiota" cuando estás enojado-replicó, frunciendo el ceño.

-Que no lo estoy Matt-procuró modular exageradamente el nombre del pelirrojo.

Matt suspiró frustrado, mientras Mello se arropaba más, intentando quitarle el contacto. Le ponía nervioso.

-Mikami es mi 'amigo sexual'-masculló, sentándose pero ahora mirando hacia la cabecera- Le conozco desde que estaba en primer año de instituto... él iba en último año...

Sabía que esa sería lo única manera de aclarar las cosas, Mello no le preguntaría, así que él mismo debía darle toda la información. Además, desde que había comenzado a hablar de él, Mello le miraba de reojo, aunque casi ni se notara.

Le estaba prestando atención.

-Es una larga historia… - continuó, sin mirar ningún lugar en específico, sumido en sus recuerdos – pero en pocas palabras, diría que fue a causa de él que me volví bisexual…

Mello apretaba inconcientemente la almohada, y sin embargo escuchando atentamente, sin querer oírle realmente. El ver la expresión ida de Matt, las sonrisas que a veces soltaba al contarle cuando el tal Mikami le había correspondido, y cuando la cambiaba a una dolida al relatar cuando sus padres se habían enterado de la relación que tenía con el otro, todo aquello hacía que los celos se apoderaran de el, inevitablemente.

¿Celos? Claro, pero no eran celos de pareja ni nada así, eran los celos egoístas de cuando alguien se mete con lo tuyo… O por lo menos eso quería creer.

Pero se engañaba.

-…Ahora trabaja como fiscal – concluía, jugando con su pijama – y no nos vemos muy seguido.

-¿Por qué me dices todo eso? – dijo molesto, sentándose en la cama. Matt no le debía ninguna explicación…

Porque solo era "Amigos con derecho a roce…"

Matt volvió a tierra, viendo fijamente los ojos azules de Mello. Celos.

-No quiero que estés celoso – respondió sonriendo y pasando una mano por los cabellos rubios. – Yo te quiero a ti…

Apretó los dientes, furioso. ¡Y lo decía como si nada!

-No estoy celoso.

Matt suspiró, para luego simplemente ladear la cabeza mirándole divertido. Si no sintiera celos (de cualquier tipo de celos) no estaría tan molesto, mirándole con odio y cobijándose como si las sabanas tuvieran la culpa de algo.

-Entonces simplemente olvídalo-masculló.

-Tú me estás contando de los revolcones que te das con él-replicó, manoteando la mano del otro, que aún estaba jugando con su cabello-Yo no te he pedido explicaciones.

-¿Por qué estás enojado entonces?-

"No le estoy diciendo mis experiencias sexuales... maldición" pensó el pelirrojo, casi gruñendo del enojo. ¡Sólo quería ser claro con Mello! Él siempre lo tomaba mal...

-¡Que no lo estoy!-refutó nuevamente, hastiado.

-Bien, no lo estás – concluyó irónicamente, recostándose de espaldas a Mello, sonriendo divertido. El rubio nunca iba a aceptarlo, así que mejor no presionarlo para quedar en buenos términos.

Frunció la boca en un berrinche, Matt no le creía. Tenía unas ganas asesinas de patear a Matt para que cayera de la cama y así se borrara esa estúpida sonrisita condescendiente del rostro del pelirrojo.

En fin.

-¡Ahh! – se quejó cuando su cabeza chocó contra el velador, dejándole una nada agradable sensación en la parte superior de esta.

Sonrisa sádica por parte de Mello, quien se volvió a acostar dispuesto a dormir las pocas horas que quedaban de la noche en completa paz. El pelirrojo frunció el ceño y suspiró cansado, odiaba las facetas infantiles de Mello. En especial aquellas en las que la venganza iba acompañada de un golpe. Pero seguro que con eso ya se había calmado y sería mejor no hablarle en el resto de la noche para no sufrir daños similares.

Volvió a treparse a la cama, y a acostarse, sin dejar de ver la cabeza rubia.

-Infantil…-musitó contra la almohada, para al fin cerrar los ojos.

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Un golpe seco a la mesa y un papel dejado sobre su pupitre fue todo lo que vio en cuanto saltó al despertarse de mala manera. Miró asustado al rubio que le veía con una sonrisita perversa.

Lo había hecho apropósito.

-¿Qué es esto?-preguntó, tomando entre sus dedos la hoja, viendo un calendario con fechas marcadas.

-La temporada, va a empezar en una semana-explicó brevemente-Así que vendrás a un entrenamiento diurno por semana, además aún no te presento al equipo.

-¿Presentar?

-Sí, o ¿Crees que llegaras y jugar sin conocer a tus compañeros?-Mello bufó, casi pidiendo paciencia.

-No me gustan las presentaciones...-murmuró mientras bostezaba tapándose la boca, somnoliento.

Pronto un ligero pinchazo en la cabeza le indicó que el ligero chichón que tenía se había resentido por el gesto. Maldito Mello y sus patadas certeras...

Malditos muebles.

-Te guste o no, es un juego de equipo, así que tendrás que ir a los entrenamientos matutinos el sábado y el domingo – continuó, tomando la silla del puesto de adelante y acercándola para sentarse.

-Eso no es lo que habíamos acordado – contestó, tomando el papel y observándolo sin cuidado.

-Pues es un nuevo acuerdo 'democrático' – subió los pies a la mesa de Matt, balanceándose en la silla.- Así que no se te ocurra hacer planes con el tipo ese.

Levantó la vista. ¿Hacer planes? ¿Acaso a Mello aún le rondaba el asunto del otro día? Sonrió, y tarde, el rubio se dio cuenta del error.

-No, Matt – se adelantó, viéndolo con aburrimiento.

-No he dicho nada.

-Lo ibas a hacer.

La campana para entrar a clases sonó a lo lejos, y el rubio se levantó con pesar y se dirigió a la entrada del salón, sin pasar desapercibido por ninguno de los que iban entrando.

-¿Ese no era Keehl? – preguntó uno de sus compañeros, viendo a Matt con asombro.

-Si ¿y?

-¡¿Eres amigo de Keehl?!

"La palabra tiene muchas definiciones, Smith" pensó algo resignado, asintiendo. Le miró extrañado cuando su compañero le miró con asombro.

-¿Qué tiene de raro?-preguntó, sin saber porque tanta sorpresa.

Mello era un tipo común, si, sádico e insoportable en innumerables ocasiones, pero era normal a esta edad... o tal vez no.

-¿Bromeas?-negó suavemente-¡Es el capitán del equipo de soccer!

-¿Y?

-¡Es el más codiciado por las chicas!-exclamó con un tonito de "no me creo que no sepas, idiota"-Deberías dejar de dormirte y quizás lo sabrías.

-No me interesa... como si fuera el príncipe de China, me importaría menos aún-replicó, encogiéndose de hombros, para luego estirarse con pereza.

-¿No es por eso que estás con él? ¿Por su popularidad?-preguntó extrañado.

-No, cualquier imbécil que se acerque por ese motivo es un bastardo...-masculló, para luego ver como el profesor entraba al aula y su compañero le quedaba mirando extrañado.

"Hay que ser idiota para acercarse a Mello por esa tontería..." pensó, cabreado.

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-Mail Jeevas, pueden llamarme Matt – dijo, frente a una tropa de extrañados jugadores.

-No se que te hizo unirte al fin – comentó Miller al pelirrojo, colocándole una mano en su hombro – pero bienvenido seas.

-Gracias.

Miró hacia el rubio capitán, que a lo lejos platicaba con el entrenador. No sabía como demonios le había convencido de que acudiera a las prácticas matutinas. Se estiró, bostezando cansado ¡Se había levantado a las 6 a.m.! Y pensar que debía hacer lo mismo durante los 3 fin de semana siguientes…

-¡A correr, ya! – gritó el entrenado, con voz autoritaria cuando Mello se había dirigido a las canchas.

Los jugadores comenzaron a moverse, corriendo alrededor de la gran cancha de fútbol. Miller logró alcanzar al rubio, que iba a la cabeza de todos, por al menos una vuelta.

-¿Cómo hiciste que Jeevas se uniera a nosotros? – le preguntó, algo jadeante por el ritmo que llevaba el capitán.

-¿Por qué preguntas eso?

-Porque yo lo intenté mil veces y nunca accedió.

-Quizás no utilizaste los métodos adecuados – Mello sonrió de lado, aumentando la velocidad, dejando muy atrás al pelinegro.

Nadie se dio cuenta de la semi sonrisa de Matt cuando Miller se quedó atrás, alejándose de su amo.

"Que al menos conserve la distancia..."pensó divertido.

Siguieron corriendo unos minutos más, dándole por lo menos 30 vueltas a la cancha, basta decir que eso dejó agotado al pobre pelirrojo, que no estaba en sus mejores días.

-¿Te cansas con tan poco?-le preguntó el rubio, golpeándole un hombro.

Claro, frente a los demás chicos no podían demostrar nada más, sólo un par de chicos... brutos, solo como ellos podían ser.

-Tengo sueño...-

-Y a mi un carajo que lo tengas-replicó, frunciendo el ceño.-Acordamos que vendrías a las prácticas matutinas.

-¿Acordamos?-

Golpe directo en la cabeza, dejándolo sentado en el suelo de un duro golpe. Sus piernas no resistían su peso.

-Aw... ¡Mello!-se quejó.

-Cállate.- ordenó, volteando la vista hacia donde se estaban reuniendo sus compañeros. Seguro que Matt le había puesto de esas caritas, y si lo veía así en el suelo le daban ganas de…

Bueno, pensamientos que no vienen al caso.

Por su parte, tal y como había predicho el rubio, Matt había puesto un adorable puchero. Cuando se dio por enterado de que este no lo veía, sonrió y se puso de pie como pudo. Se acercó al oído de Mello, susurrándole rápidamente.

-Espero una recompensa cuando lleguemos a casa… - y se fue caminando de lo más pancho hacia el grupo.

-¡¿Quién demonios te crees?! – le gritó sin darse cuenta.

Todos voltearon a verle extrañados, al igual que Matt.

-¿Y ustedes qué miran? – les enfrentó. Nadie se atrevió a refutarle nada.

"Es adorable" Sonrió el pelirrojo, mirando como la cabeza rubia se perdía entre los demás jugadores.

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-¿Qué estas haciendo? – preguntó Matt, apoyándose en la espalda de Mello, quien estaba sentado frente a la mesa del escritorio, con una pila de libros gruesos y seguro aburridos.

-Estudio, genio. ¿Qué no se nota? – frunció el ceño por la peso del pelirrojo sobre el, y porque el fuerte y embriagante olor de la colonia de Matt le rodeaba, haciéndole perder la concentración.

Una gota cayó al cuaderno de Mello.

-¿Qué dem—.? –volteó enojado, apartándole. Matt levaba el cabello húmedo.

Casi babeó ante la vista del pelirrojo con tan solo una toalla alrededor de su cintura.

-¿Qué? – le interrogó, al ver el adorable sonrojo en la cara del rubio.

-¡Vístete imbécil!-reclamó, empujándole hacia la cama.

Con tan "mala" suerte que el pelirrojo quedó sentado, en una posición bastante sugerente si se tomaba en cuenta que solo traía la ligera toalla, cubriendo sus partes púdicas y totalmente húmedas, con olor a jabón y colonia...

Mello literalmente babeaba ante la escena.

-Aw... siempre con el maltrato, es que contigo no se puede...-farfulló Matt, rascándose la cabeza, con los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia delante, sin ver que pronto, el rubio le empujó por los hombros, dejándole ahora recostado-¿Qué-?

-Cállate-masculló, tapándole los ojos con su mano izquierda, mientras le besaba.

Al diablo pensar en estudiar, por ahora quería hacer algo interesante con Matt. Algo que le quitara el estrés y dejara satisfecho al mismo tiempo.

Su mano derecha se apoyó al costado de la cabeza del pelirrojo, intentando no apoyar todo su peso contra el cuerpo del otro, pero las manos de Matt le instaron a sentarse sobre las caderas del otro, rozándose.

'Mmmh...' fue lo único que se escuchó, mientras sus labios aún batallaban.

Se acomodó, de tal forma que sus cuerpos se rozaran completamente. Matt frunció el ceño, sin dejar de besar a Mello. El rubio aún estaba vestido, y el solo traía una toalla.

Era demasiada desventaja, si contaba el hecho de que el estaba abajo, y no podía hacer mucho. Tomó al capitán por las caderas, empujándolo para quedar arriba y quitar aquella mano de sus ojos. Se alejó un poco, disfrutando de el quejido de frustración de Mello y sus intentos por comenzar otro beso.

-Deja… - reclamó, cuando sintió la mano del pelirrojo sobre su hombro, impidiendo alcanzar su rostro.

-Quiero mi recompensa, Mello – dijo lentamente, acercándose a su oído, y mordiendo de forma juguetona el lóbulo de su oreja.

Como un perro.

Gruñó, le desesperaba la lentitud de Matt. ¡Además no le dejaba actuar! Solo le tenía ahí, bajo su merced y lo que el quisiera hacer. Llevó sus manos a la espalda del pelirrojo, presionándole.

-¿Estás impaciente? – se burló, con los labios pegados a su cuello, sintiendo como este respiraba profundo, conteniendo el aire cuando rozó con sus dientes, y jadeando cuando finalmente le mordió.

-Ya… deja de jugar - se quejó, arañándole la espalda. Contuvo un gemido cuando le mordió con más fuerza.

-La recompensa será mejor si esperamos...-murmuró, procurando separar las piernas del rubio para colocarse entre ellas.

Lentamente, comenzó a quitarle esos malditos y excitantes pantalones, sonriendo contra el cuello del rubio en cuento sintió su respiración agitada, cuando sus dedos se enredaron entre las cuerdas del pantalón. Tiró de ellas con firmeza, logrando que el rubio despertara.

Y así le gustaba.

Luego de jugar un momento con el cuero de los pantalones, procedió a quitar la camiseta, dándole el mismo tratamiento, tratando de que sus dedos rozaran lo más posible la suave y firme piel del cuerpo del rubio.

-Quítate eso...-murmuró el rubio, tratando a tientas de quitar la toalla húmeda de la cintura del otro.

-Quítala tú-replicó, riendo divertido.

-¿Me estás contradiciendo? – gruñó, tomándole del cuello para atraerlo hacia el, quizás presionándole demasiado, pero qué mas daba.

-Si – contestó normalmente, quitando finalmente esa estúpida camiseta y bajando una de sus manos por su pecho suavemente, desesperándole. Se deleitó con la expresión excitada del rubio cuando llegó a la parte baja de su abdomen. - ¿Qué pasa?

-C—cállate. – replicó, mordiendo sus labios, tratando de contener sus fuertes gemidos. Matt le torturaba lentamente, deslizando sus largos dedos por lo que llamaba su zona sensible, haciéndole apartar sus manos de los hombros del pelirrojo y aferrarlos con fuerza a la cama, estrujando las sábanas.

¿Cómo era que Matt era tan bueno en eso?

-Ahora vendrá lo bueno...-murmuró,

Mello no tenía experiencia en esos terrenos (hablando de la parte homosexual) pero él podía hacer que todo aquello fuera lo más satisfactorio y placentero posible.

Para ambos.

Sonrió cuando el rostro de Mello se contrajo, con un ligero rubor en sus mejillas (que de seguro era más por la excitación que por otra cosa) y un largo y lastimero jadeo escapó de sus labios.

Le encantaba.

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TenRan: owo! Wiii puedo dejar notas y actualizando para que no me maten xD, porque es mi culpa ese hecho ú.u! dadasdasdasd! T3T Faye-chan perdonamee…

Bueno, son las 7.31am, y me alisto para ir al colegio D: me toca Ed. Física así que aprovecho para no llegar como un cadáver en la tarde! Ojala hayan disfrutado el fic:3 Byeh!

Reviews! Ò.o