Bueno, antes que nada, una advertencia. ESTO NO ES UN D/HR. Sólo para que lo sepáis. Es una especie de comedia romántica, y es totalmente R/Hr. Pero es que me gusta hacerlos sufrir a todos.

1-La visita inesperada

"Amor es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una deleitable dolencia, un alegre tormento, una fiera herida, una blanda muerte"

Fernando De Rojas

Justo en el instante en que se abrió la puerta del bar, cayó un rayo que iluminó el cielo. La figura encapuchada que acababa de entrar sacudió sus botas llenas de barro y trató de quitarse el agua que chorreaba de su capucha.

Paseó la vista por el interior del pub medio desierto, con paciencia. En una de las pocas mesas ocupadas encontró lo que andaba buscando. Fue hacia la barra y pidió a Tom que apuntara todo lo de la mesa en su cuenta. El camarero asintió, y entonces Harry se acercó, con pasos firmes y decididos, hacia la mesa.

Se paró justo al lado de la joven de cabello oscuro y rizado, y la miró con reprobación. Ella alzó la vista y lo miró con el ceño fruncido, como si pensara duramente. De pronto su rostro se iluminó como el de un niño.

-¡Ha(hic)Harry! –exclamó alegremente, con voz insegura.

Harry Potter se quitó la capucha y suspiró. Jamás pensó que llegaría a ver este día. Hermione Granger, ebria en El Caldero Chorreante.

-¡Harryyyy¿Quie-quieres una copa... un vaso... un poco de wes-was-wis...? –Hermione no parecía muy segura de lo que quería decir. Harry alargó la mano y cogió la botella que había sobre la mesa.

-¿Hermione, has estado bebiendo Whiskey de fuego? –preguntó el joven alarmado, mirando la botella casi completamente vacía.

-¡Esho era! –exclamó ella felizmente y comenzó a aplaudir, o al menos a intentarlo, porque sus manos no parecían saber encontrarse la una a la otra. –Siempre he shabido que... queeeeeeee... –frunció el ceño y después se echó a reír -¡No me acuerdo!

-Merlín Hermione, has bebido much... –ella se puso en pie antes de que Harry pudiera acabar la frase, tan rápido que se tambaleó, y el chico tuvo que sujetarla.

-¡No! –gritó ella, con voz insegura –No he behbido mucho, 'Arry –y trató de arreglarse el cabello y recuperar la poca dignidad que le quedaba. De pronto se echó a reír a carcajadas -¡Eshtoy complitamente borrasha!

Harry sacudió la cabeza con pesar. No le gustaba ver a su amiga así.

-Vamos, dame la mano, te llevaré a casa –los labios de ella se fruncieron en mohín de disgusto, o lo intentaron.

-¿A casha? Noooooooooooooo 'Arry, no quiero ir a casaaaaa –canturreó en tono de súplica. -¡Mejor pedimos otro was-wes-whuuus...! –se llevó el dedo índice a los labios como si pensara.

-No, nada de whiskey, por hoy ya has tenido bastante –dijo Harry con firmeza, y se quitó la capa y se la pasó a ella por los hombros –Mejor vamos a casa y te das una ducha ¿de acuerdo?

-Pero yo no quiero... –comenzó a protestar con voz tomada ella.

-¿Lo harás por mí, por favor? –Harry la miró con ojitos lastimeros, cambiando la táctica -¿Lo harás por tu mejor amigo que se casa en un par de días con tu mejor amiga?

Para el horror del joven, los ojos de Hermione se llenaron de lágrimas.

-¡Oh, 'Arry! –exclamó, y le echó los brazos al cuello, donde comenzó a sollozar sin control -¡Oh 'Arry, que mala amiga soy, que egoísta soy¡He arro-arruinado tu fiesta!

Por segunda vez en esa noche, Harry suspiró.

-Nada de eso, Hermione, eres la mejor amiga que jamás he tenido y te quiero muchísimo.

-¡Yo tabién te quiero musho! – sollozó ella desde su hombro.

-Entonces dame la mano para que pueda ayudarte ¿Confías en mí?

Hermione lo miró, todavía con los ojos empañados en lágrimas y asintió. Harry sonrió con cansancio, tomó su mano y ambos se desaparecieron.

-o-

El apartamento de Harry no era muy grande. Por eso, cuando ambos se aparecieron allí, enseguida vieron a otra persona, de cabello rojizo, que esperaba con los brazos cruzados y la expresión furiosa.

-¡Gidni! –exclamó Hermione, olvidando por un momento que estaba llorando. Harry sintió lástima por su amiga.

-¡HERMIONE JANE GRANGER¡¿CÓMO TE ATREVES A HACERME ESTO EL DÍA DE MI...?!

Fue entonces cuando Hermione se echó a llorar de nuevo, dejándose caer. Harry tuvo el tiempo justo de sujetarla para que no cayese al suelo. La expresión de Ginny se suavizó.

-¡Oh, Gidni, que mala amiga soy, ya lo sé, yalosé¡No merezco ser amiga vuestra, nolo merezco, noooo¡Shoy la pior dama de honor delaistoria! –y comenzó a sollozar incontroladamente en el hombro de Harry. De pronto dejó de sollozar y miró fieramente a Ginny. -¡Pero no es culpa mía, no, nonononono¡Es culpa DE ÉL!

Ginny miró a Harry, que se encogió de hombros.

-¿Es culpa tuya?

-¡NO¡No 'Arry, no él, no nonono! –Hermione negó enérgicamente con la cabeza, y de pronto sintió náuseas. Ginny se acercó a ella y sujetó el mentón de la joven con sus manos.

-¿Me estás diciendo que estás así por el idiota de mi hermano?

Los sollozos de Hermione se hicieron aún más audibles.

-¿Porqué con ella, Gidni¿Porqueporqueporqué con Lavender Maldita Zorra Brown?

Ginny no pudo evitar suspirar. Su prometido la miró con comprensión. La chica se dejó caer ruidosamente sobre el sofá, sin importarle lo más mínimo el vuelo o las arrugas del elegante vestido.

-Mi hermano es imbécil, Hermione. Un completo, rematado y total imbécil.

La joven de cabello rizado alzó la mirada con un brillo extraño en los ojos.

-¿Pues sabes qué? –trataba de hablar rápido, pero las palabras se atropellaban en su lengua -¿Sabes qué¡Que me da igual, eso es¡Que me importa un maldito bledo! –se puso en pie y se tambaleó -¡Ronald Billius Weasley se puede ir al infierno!

-Jamás había oído a Hermione decir tantas maldiciones en una sola frase –murmuró Harry en el oído de Ginny, y ésta no pudo evitar sonreír a pesar de lo que estaba ocurriendo.

Ginny pasó un brazo por el hombro de su amiga –Claro Hermione, por supuesto. Pero ahora mismo tienes que darte una ducha y dormir un poco. Y mañana ya hablaremos sobre novios ocasionales y lo que tú quieras.

-¡Oh, no te priocupes! –exclamó Hermione, con una sonrisita feliz, de pronto -¡No, no, no, no, no, no, noooo te priocupeeees¡Ahora mismo vendrá a buscarme!

-¿A buscarte¿A buscarte quién?

-¡Él!

-¿Hermione, con quién has estado...? –comenzó a decir Harry alarmado, pero su frase se vio interrumpida por un timbrazo procedente de la puerta principal.

Harry y Ginny se miraron. Hermione canturreaba algo parecido a "loony, loony, loony lovegoooooood". El timbre volvió a sonar.

Harry se acercó a la puerta, preparó su varita y miró a su prometida. Ginny también sacó su varita, preparada ante lo que pudiera suceder.

Cuando se abrió la puerta, Draco Malfoy se encontró con dos varitas apuntándole directamente a la cabeza.

-o-

-Joder Pipipotter. Me vas a meter la varita por la nariz.

-Ya la metí en la nariz de un troll.

-Estoy seguro de que te gustó.

-Si sigues así te la meteré por otro agujero.

-Me gustaría ver cómo lo intentas. Sería una bonita portada para el Profeta: "Harry Potter recibe una condecoración por sodomizar a un exmortífago"

-Guardaría el recorte para enseñárselo a mis hijos.

-Bueno machomens, dejaos de chorradas de gallitos –interrumpió Ginny con un punto de impaciencia en la voz. -¿Qué demonios haces aquí, Malfoy?

-Vaya Weasley, has crecido –Malfoy echó una mirada apreciativa al vestido de Ginny y Harry hundió un poco más la varita en su rostro.

-Si vuelves a mirarla te voy a...

-Harry –advirtió Ginny –Basta.

-Hazle caso a tu novia.

Harry alejó un poco la varita del rostro blanquecino de Malfoy, pero no la bajó.

-Y ahora contesta y no me hagas volver a repetirlo, Malfoy. Qué-haces-aquí –espetó Ginny, con el ceño fruncido.

-He venido a recoger a...

-¡Malfoooy! –Hermione llegó dando saltitos -¿Cómo has estado¿Qué es de tu vida?

-Granger, nos hemos visto hace dos horas. Ya te sabes mi vida –Hermione se llevó un dedo a los labios, pensativamente.

-¿Ah sí? Pues no me acuerdo.

-Y ahora vámonos. Te he buscado por todas partes. Me muero de sueño.

-Pero yo quería un poco más de wis-was...

-Nada de wis-was, Granger. Te has metido entre pecho y espalda tú solita una botella entera de wis-was. Mañana tendrás un dolor de cabeza de mil demonios –Malfoy arrastró a Hermione por el brazo hacia el exterior de la casa.

Harry y Ginny se miraron un segundo.

-¡Eh, eh, EH!

Hermione y Malfoy se detuvieron.

-¿Qué?

-¿Cómo que qué¿Qué crees que estás haciendo, Malfoy¿Es que por fin te has vuelto loco de atar o qué¿A dónde llevas a Hermione? –exclamó Harry sintiendo cómo la ira subía por sus venas.

-¿A dónde? Pues a casa claro –contestó Hermione tratando de andar un par de pasos en línea recta. Resbaló, se tambaleó y cayó sobre Malfoy, quien la sujetó con evidente disgusto. Ella se echó a reír a carcajadas.

-¿A casa? –repitió Ginny con un hilo de voz.

Malfoy resopló, molesto, y se le movió el rubio flequillo.

-Sí, Weasley, a casa. A mi casa. A su casa. A nuestra casa.

-¿A... vuestra casa? –en la voz de Harry había una nota de pánico.

-Eso es –exclamó Hermione alegremente -¡Buinas noches, chicooooos!

Y con un plop, se desaparecieron.

-o-

¿Rewiews?