La mañana en la casa de Kyo estaba ajetreada

Hola! Qué tal?! Aquí Misu reportándose con el fic… x3u lamento la espera, la carrera resultó implicar MUUUUCHO esfuerzo!! Además que mi PC estuvo fallando por mucho tiempo y me tuve que esperar a que me dieran otra!! Jaja, bueno, léanlo, abajo quedan las cosas!! Espero Reviews!

Capítulo 2

Moon

Luna

Apenas aclaraba la mañana cuando en la casa principal de Sohma se veía un carro estacionado fuera, al tiempo que las mujeres encargadas de la casa caminaban de un lado a otro, arreglando todos los detalles del viaje. Akito se encontraba sentada en un porche que daba al patio lateral de su estancia. Miraba a unas pequeñas aves que se alimentaban de uno de los comederos. Estaba distraída, distante. Desde que la maldición había sido levantada siempre había sido de esa manera. Las aves levantaron el vuelo.

- Akito… Ya están las cosas listas… - Dijo Shigure acercándose al lado de su mujer, habiendo sido él el causante de la huída de aquello preciosos animales.

- …

- ¿Akito?

- ¿Mm? – Akito volvió en sí, apenas percatándose de la huída de las aves, volviendo su vista luego hacia Shigure.

- Las cosas ya están listas. – Repitió Shigure, mirándola con cierta tristeza.

- Ah… Está bien… Ya voy. – Akito sonrió y comenzó a levantarse de forma lenta y delicada. Shigure se apresuró a ella para tomarle por el brazo, ayudándole a ponerse de pie y manteniéndola entre sus brazos después, para caminar hacia la entrada de la casa.

Habían pasado años desde aquella liberación, y durante todo ese tiempo, ella seguía ausente, en casi todo momento. Shigure había permanecido con ella en todo momento, siempre, a su lado. Se habían casado y habían tenido un hijo, Ken, y aunque Akito mostraba sinceras sonrisas de felicidad cuando estaba con su familia, con Ken… Con Shigure… Siempre se sentía un vacío en su mirada, una ausencia. Shigure se culpaba a veces por ello, después de todo, en un principio él había insistido en tener a Tohru cerca para deshacer la maldición… Pero al costo de romper el alma de la mujer que amaba.

Salieron a la entrada, donde les esperaban las mujeres de la casa así como los ayudantes. Ken se encontraba cerca del carro, al lado de una mujer de cabello largo y negro. Akito y Shigure bajaron los peldaños de las escaleras, llegando así hasta el carro, donde el chofer abrió la puerta. Akito se detuvo y miró a la chica, mientras que Shigure se acercaba a hablar con su hijo.

- Espero que te pongas mejor en este tiempo. – Dijo con voz aquella mujer de largos cabellos negros, sin mostrar más que una leve sonrisa.

- Sí… Gracias… - Akito le sonrió leve. Entonces alguien que apenas entraba llamó su atención.

- Tohru te mandó esto. – Dijo aquella mujer, entregando un paquete de bento envuelto en una manta roja, con bordados negros. – No pudo venir… Pero… Me dijo que… Espera que te recuperes, y que vuelvas pronto con una gran sonrisa… - Comentaba mientras le sonreía a la anterior Diosa de los horóscopos.

Akito la miro mientras sonreía levemente con calidez. Shigure y Ken habían prestado atención a la conversación entre ellas al haber escuchado el nombre de Tohru.

- Dile que le agradezco… Que daré lo mejor de mi… - Akito la miro mientras la otra chica afirmaba con un suave movimiento de su cabeza.- Saki… Gracias por venir…

- No es nada. – Respondió Hanajima con su sonrisa casi inexpresiva, luego desviando la mirada hacia Shigure.- Pero ten cuidado con un hombre tan pervertido a tu lado.

El comentario causó una leve gota de sudor en la sien de Shigure, quien la miró con incredulidad.

Después de despedirse de su hijo, Akito y Shigure subieron al auto, que procedió a llevarlos a paradero desconocido, mientras en el camino apenas de salida les divisó una mujer de cabello castaño, caminando de la mano con un niño de unos 11 años, llevando en la otra mano una bolsa de mandado. Saki por su parte hablaba con Ken.

- Si quieres puedes venir a casa de Kazuma…

- No, gracias, Saki-san…

- Allí podrías ver a Tohru y Kyoko… Además no habría problemas, es mejor que estar aquí solo.

- No es eso, Saki-san. Si voy a ése lugar me encontraría con el señor Kyo bastante seguido… Y es algo que prefiero evitar.

- Ken… Kyo no te odia. – Saki le miró llevando una mano al hombro del chico de 15 años

- Lo sé, Saki-san… Pero… De cualquier modo entre nosotros siempre hay tensión… Prefiero evitar amargarles el día a las personas con mi presencia. Además aquí estaré bien… Están las señoras, no estaré solo, además estoy casi todo el día en la escuela. Saki lo miró no muy convencida.

- Está bien. Vendré cuando pueda a ver cómo estás, seguro Tohru también vendrá seguido.

- Sí…

- Cuídate…

Saki se retiró del lugar. Desde que Hanajima había conocido a Akito, por alguna razón comenzaron a llevarse bien. Sin duda sus mejores amigas continuaban siendo Uotani y Tohru, pero Akito realmente se había ganado un lugar junto a ellas, sin razón aparente, sólo así era. (N/a: Aquí tengo un comentario, pero lo podré al final)

- - -

Kyo se encontraba practicando en su dojo, golpeando uno de los muñecos de espuma que tenía para los entrenamientos. Su mente estaba tan concentrada que apenas y notó la presencia que llegaba a la puerta del lugar.

- Vaya que no dejas de practicar nunca.- Dijo una voz suave pero masculina, proveniente de un hombre recargado en el zaguán de la puerta.

Los movimientos del anterior Neko se detuvieron, llevando la mirada hasta aquella persona en el lugar.

- Yuki. - Articuló ligeramente sorprendido por la presencia de su primo en el lugar.- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Machi quiso traer a Yume a jugar con Kakyou y Kyoko…

- Kyoko no... – Comenzó a decir el hombre de cabello anaranjado

- Sí, ya sé que salió. Pero en fin… Kakyou y Yume ya están jugando.- Yuki sonrió de forma leve.

Con el paso del tiempo, Yuki había adquirido un poco más de las facciones masculinas que tanto anhelaba. Sin embargo, era un hecho que las mujeres, e incluso algunos hombres, cedían ante su belleza. Como era de esperarse, Yuki se había convertido en un hombre demasiado apuesto, y su tranquilidad y bondad realmente despertaban los sentidos de la gente que le rodeaba. Usaba un traje azul oscuro y corbata al mismo tono, camisa blanca. Aunque no lo crean, Yuki se había vuelto empresario. Su cabello lucía apenas un poco más largo que en su juventud, su mirada era profunda, intensa y clemente, su sonrisa suave y cálida. Había crecido, era alto, aunque no más que el mismo Kyo. Como era de esperarse podría comparársele a Ayame en belleza, no por nada Ayame podía ser confundido como el "Yuki del Futuro", claro, si dejamos de lado la actitud, pero Yuki era notablemente diferente, él emanaba un aura de paz.

Kyo caminó hacia una toalla que tenía en el lugar, tomándola y limpiando un poco el sudor sobre su frente. Por unos momentos el silencio reinó.

- ¿Aún te molesta? – Habló el Ratón

- ¿Hum? – Kyo lo miró de reojo.- ¿A qué te refieres?

- …Kyoko está con Ken. – Dijo Yuki sin regatear.

Kyo se quedó en silencio y desvió la mirada por momentos.

- No puedo hacer nada. – Dijo al fin con un tono un tanto serio.

- ¿Por qué te… - Yuki no pudo terminar su pregunta, ya que Kyo le interrumpió.

- Es algo que no importa. –Dijo con voz seria, mientras comenzaba a caminar para atravesar el dojo y salir por la puerta, dejando a Yuki detrás.

El Nezumi lo siguió con la mirada, para luego caminar tras él, son volver a decir palabra. Llegaron entonces a la sala, donde Machi y Tohru se encontraban sentadas cerca de la mesa, platicando amenamente. Machi se veía como toda una mujer elegante. Llevaba por general el cabello recogido, a excepción de su fleco y unos pequeños mechones. Por su parte, se podía ver a Kakyou platicando con una linda niña al parecer un poco menos a él, de cabello castaño cenizo claro(N/a: parece venta de tinte xDu), al igual que su madre, y ojos violetas como su padre. Su nombre era Yume, la pequeña de Yuki y Machi.

Yume se mostraba un tanto tímida, aunque alegre, jugando al lado de Kakyou. Era extremadamente bella, su cabello llegaba por encima de los hombros y se encontraba sostenido por una diadema de color rosa, que apenas permitía sobre su blanca frente los mechones de su fleco. Llevaba puesto un lindo vestido rosa claro, sencillo.

- - -

En la casa principal de Sohma, Kyoko y Ken se encontraban sentados en el porche que daba hacia un patio con un pequeño lago, comían un poco de sushi mientras platicaban, siendo atendidos por las señoras de la casa.

- Jaja, los hubieras visto correr por miedo a Kakyou – Reía Kyoko, mientras Ken sólo le miraba con una sonrisa ligera-

- Bueno…- Comentó.- Todos en tu familia parecen saber algo de artes marciales… Y después de lo que le hizo Kakyou-chan al otro niño… - la voz de Ken se escuchaba leve, tranquila

- Bueno, todos menos mamá – Rió levemente.- Pero está bien, mi padre la protege.

Kakyou la miró de reojo por unos instantes

- Sí, supongo que la ha cuidado bien. – Murmuró en un tono que por instantes se tornó gélido, cosa que fue notada por la chica.

- Ken… ¿Pasa algo? – Lo volteó a ver, algo intrigada.

- … - La miró y sonrió.- No… No es nada…

Kyoko le observó por unos instantes. Podía notar que "nada" significaba "algo"… Pero también se percató de que Ken no parecía tener deseo alguno de charlar de aquello, así que prefirió no seguir indagando.

La tarde pasó, y Kyoko regresó a casa. Ken se quedó solo de nuevo.

- Joven Ken –Llamó la encargada principal, adentrándose a la habitación con cautela.

- ¿Sí? – Murmuró el chico sin voltear a verla. Sabía lo que diría.

La señora se hincó sobre un tapete, luego sentándose sobre sus piernas y dejando las manos al regazo, mientras miró hacia la figura del chico.

- No debería permitir que esa jovencita viniera a éste lugar… - Comenzó. – Y mucho menos que le trate como a un igual.

La mujer comenzó a hablar con cierto tipo de dolencia hacia lo acontecido. En su tono se notaba la intriga que buscaba adentrarse en el corazón del chico, que buscaba rodearlo y poseerlo, que buscaba rasgarlo, destrozarlo y envenenarlo. La envidia, el odio y la arrogancia entre otras cosas, se abrían paso entre aquellas palabras que alcanzaban los oídos del chico.

- Esas personas son inferiores a usted, joven. – Prosiguió.- Y de ninguna manera puede permitirse ser tratado como basura así como le hicieron a su madre. El señor Shigure también fue uno de ellos, pero supo enmendar su error y darle a la señora Akito el respeto y aprecio que merece como jefa y señora de ésta familia. En cambio esas personas le trajeron sólo desgracia. Por eso su madre se encuentra tan débil. Joven, usted debería—

- Sakurasa-san… -Interrumpió el joven

- Ah... ¿Sí, Joven? – Le miró aquella mujer, algo extrañada

- Me gustaría que prepararan el baño. – Dijo de forma cortante.

- Ah… Sí, de inmediato, joven… - La mujer bajó por unos segundos la mirada, para después levantarse sigilosamente y retirarse de la habitación a cumplir su labor. Ken se quedó en silencio y miró hacia la nada.

Durante toda su vida había sido criado de la mejor manera… Había estudiado en buenos colegios y tenía buenas calificaciones. Su madre era buena, aunque le pesaba en el fondo ver su cuerpo delgado y frágil, su mirada perdida, distante, y su sonrisa a veces vacía. Por parte de su padre, Shigure, siempre había recibido los consejos más sabios. Con el pasar de los años había aprendido a descifrar su manera de dar lecciones de vida y de más, y ahora le resultaba sencilla comprenderlo. A su lado había tenido a su completa disposición a las encargadas, que se encargaban de consentirlo, pero él simplemente parecía no volverse egoísta ni ambicioso. Tenía amigos y era amable.

Pero como en todas las vidas, tenía un lado oscuro.

Si bien desde niño había sido cuidado y respetado, desde una temprana edad aquél demonio de la intriga llegaba a tocar sus oídos.

La historia no la conocía bien, pero de aquellas mujeres sin corazón llegaban los peores deseos a su familia, al parecer la más cercana, y al mismo tiempo la que menos conocía. Si bien había llegado a conocer a todos los miembros del antiguo Horóscopo, a sus hijos y parejas, realmente ninguno le frecuentaba ni parecía tenerle un amor incondicional. Podían salvarse sólo unos cuantos. Principalmente Tohru y sus hijos, sin embargo, con Kyo no era el mismo tema. A la familia de Yuki apenas la conocía, aunque cuando se encontraba con el Nezumi, éste siempre era amable y tranquilo con él. Ritsu y su familia al igual tenían una buena relación con él, sobre todo dado que la esposa del Mono era la editora de los libros de Shigure. De parte de Kureno y Arisa, ya que ellos vivían en otra ciudad, recibía buenos tratos siempre. Todos estos mencionados acudían a su lado con sincero cariño familiar.

Sin embargo, realmente no era lo mismo con los demás. Todos y cada uno de ellos le sonreían con un dejo de rencor. Aún que no recaía en las manos del joven Ken cualquier daño que pudo haber sido causado en contra de aquellos por su madre, Akito, en el pasado, las repercusiones sí parecían alcanzarle. Desde niño pudo sentir la diferencia de aquellas sonrisas, aquellas miradas, y aunque no lo comprendió nunca bien, lo aceptó, sin regresar en algún momento aquél rencor.

Y aún así… Sentía quererlos a todos, aunque como era de esperarse, uno siempre quiere más a las personas que nos demuestran cariño.

No le afectaba en realidad toda esta situación. Bueno, no en mayoría. Pero había algo que me limitaba.

El rencor de Kyo hacia él y su madre, era el único que dejaba cierto pesar en su ser. Kyo era el padre de Kyoko, su mejor amiga. No podían visitarse en familia porque siempre surgía tensión, y Ken nunca supo qué hacer para evitarlo. Pero algo tendría que suceder, no podía permitirse seguir tan separado de los queridos por Kyoko. Él notaba que le lastimaba este roce entre su padre y él… Así como le lastimaba esa tensión con Hiryu. Por eso siempre buscaba saber más de ellos.

Pero no tenía cómo saber… Y a sus oídos sólo llegaban los hechos manchados con reproche de esas mujeres, y por más que te gusten los colores, si sólo ves gris, comienzas a pensar que es todo el color que existe…

- - -

Tohru y Kyo se preparaban para dormir. Kyoko y Kakyou ya se encontraban descansando.

- Kyo… - Susurró Tohru, mirándolo sentada sobre el gran futón que compartían como marido y mujer.

Kyo sólo la miro al tiempo que se sentaba a su lado.

- Mañana… Kyoko traerá a Ken-kun a cenar…

- …

- Kyo… - Prosiguió Tohru al notar aquel silencio deprimente- Ken-kun lleva ya una semana solo en casa, realmente me gustaría que venga para poder hacerle compañía ya que—

- Haz lo que quieras, no estaré mañana. – Dijo Kyo, mientras se recostaba

- Pero…

- Tohru, no esperes que lo reciba con una sonrisa. No me importa lo que haga con su vida, o si se queda solo. Yo pude haberlo estado tamb—

- ¡Akito-san ha cambiado, Kyo..! – Intervino con cierta desesperación, sabiendo lo que venía.- Y Ken no tiene la culpa de lo que pudo haber pasado hace muchos--

- Las personas no cambian. Akito puede estar tranquila por estos momentos, pero de alguna manera regresará a su ambición. Sé que Ken no tiene nada que ver, pero no puedo perdonar la sangre de la persona que me hizo sufrir… Que te hizo sufrir…

- …

- Sé que tú los aprecias. Por eso no estaré mañana. No te voy a arruinar tu noche… - Musitó Kyo, mirando hacia el techo, con una mirada un tanto perdida

- Kyo… - Tohru lo miró unos momentos y cerró los ojos.

No gustaba de saber que existían estos rencores en el corazón de él, y de los demás, aunque realmente era el alma de Kyo la que más le preocupaba. Sin embargo, sentía cierta alegría al escuchar las palabras de su esposo. Sonrió con ligereza por unos momentos, aún con un poco de pesar, se recostó y acurrucó junto al cálido cuerpo de su esposo, al cual abrazo… Kyo pasó una de sus manos sobre el cuerpo de ella, cerrando lo ojos al igual que ella.

- Gracias… - Susurró la Onigiri.

- ….

Tohru sonrió un poco más.

- Buenas noches.

- … Buenas noches…

Kyo besó su frente por unos instantes, para cerrar los ojos y comenzar a dormir.

… En la vida hay personas que buscan hacerte pensar cosas que quizá son incorrectas… Y hay personas que te odiarán por cosas que quizá no sabes que hiciste, y muy posiblemente, lo harán sin razón… ¿Puedes combatir la intriga latente en tu ser? ¿Puedes recuperar la confianza que nunca has tenido? ¿Puedes perdonar?...

Puede ser tarde si no te apresuras… Se puede desencadenar algo terrible… Que hundirá a la persona más importante para ti…

Ten cuidado.

Hi there!!

¿Qué les pareció? Estará un poco incongruente porque son las 4 am y no he dormido bien xD! Quería aclarar que… Saki conoce a Akito.. Digamos que incorporé algunas cosas del final del manga al final de -In This Night I…- pero sólo para ésa parte, porque quería que alguien estuviera con Akito cuando se fuera de viaje xD!

Mmm.. Una de las cosas que no me permitió continuar es que no sé si sea un fic interesante, por eso espero reviews para que me comenten si piensan que vale la pena seguir…

Pensé que éste capítulo no me saldría porque tenía muchísimo sueño y se me hacía eterno.. Me iba a quedar en las 6 pags, pero vino lo de Kyo y Tohru y se alargó.. En fin, mejor, así sigo con mi "8 pags por capítulo" jajaja!! En fin!

¿De qué empresa trabaja Yuki? Más adelante se sabrá, si me convencen de seguir el fic con sus reviews –chantaje- Jajaja

Bueno, espero poder tener reviews…

Quejas, sugerencias, preguntas, comentarios, amenazas, felicitaciones… Lo que sea, se agradece!!

REVIEWS! Jaja!!

Muchas gracias! Hasta pronto!

Misu Hiwatari

See ya