Es el fin!!!!!!!!!! Si, así es, aquí se acaba….¡Gracias a Dios!

Ma dillo adesso cosa pensi

Capítulo 3

A la mañana siguiente el sonido de golpes contra la puerta me despertó. Los pum, pums me estaban volviendo loco y, de repente, se detuvo. La puerta se abrió y se cerró con un golpe. El brazo del chico a mi lado se colocó en mi cintura, y sus labios contra mi cuello.

-Déjalos- me dijo al oído, besándome el cuello luego.

-¿En mi sala? ¿Solos?- le contesté, de forma nerviosa.

-No importa, yo te ayudo a acomodarla después- se movió rápidamente y se colocó sobre mi, sonriéndome, con las manos a cada lado de mi cabeza. -¿Sabes?

-¿Qué?- le pregunté colocando mis manos en su cuello, abrazándolo.

-Te ves bonito así- me contestó acercando su rostro, apoyándose ahora en los codos. Su cabello me caía en la cara, haciéndome cosquillas.

-¿Cómo?- pregunté, con el pensamiento nublado al tenerlo tan cerca, sintiendo su respiración sobre la mía y sus labios cada vez mas cerca.

-Así, bajo mi cuerpo, desnudo, con los cabellos más alborotados de lo normal... Te ves perfecto- sus palabras hicieron que mi rostro se volviera rojo.

Sus labios se unieron a los míos y mis brazos se cerraron más en su cuello. Su cuerpo rozaba el mío; nos separamos por unos momentos y él me hizo mover un poco, se acostó de espaldas contra la cama, jalándome al hacerlo y me hizo sentarme sobre él. Yo me apoyé en la almohada con las manos y lo besé, mientras sus manos estaban en mi cintura, paseando y acariciando mi cuerpo. Yo acaricié sus cabellos mientras seguíamos besándonos, cuando…

-Si hay niños en la casa no deberían hacer eso- dijo la voz de Near en la puerta del cuarto.

Light suspiró, pero volvió a unir los labios con los míos, sentándose, ignorando por completo al rubio en la puerta.

-Qué fastidio- dijo el castaño, luego de separarnos, apoyando la cabeza en mi hombro. -Hoy va a ser un largo día…

Yo iba a decirle algo cuando otra voz se me adelantó.

-¿Qué hacen?- preguntó Mello entrando, parado junto a Near, con una barra de chocolate en la boca.

-Ahora nada- contestó el menor -Pero hace rato se besaban.

-Fuera- dije, quitándome de sobre Light, cubriéndome con la manta.

-¡Están desnudos!- gritaron ambos chicos con felicidad, antes de salir corriendo mientras reían.

-Aún pienso que Misa es mejor- me dijo Light, sonriendo.

-¿Cómo así?- le dije, pasándome la mano por los cabellos.

-Ella es una mujer de 21 años, mientras que Near y Mello tienen 12 y 14. ¿Notas la diferencia?- me dijo, sonriendo.

-¿Cómo sabes sus edades?- le pregunté, levantándome.

-Les pregunté la última vez…- me dijo, abrazándome, para luego sonreír de forma pícara- Y me dijeron otra cosa…

-¿Qué cosa?- le pregunté, dirigiéndome al baño con él a mi lado.

-Tu edad- seguí caminando, y viré a verlo.

-Bueno, no importa- entramos a la ducha, y él me abrazó por la cintura.

-¿Entonces por qué nunca me lo dijiste?- me preguntó, mientras el agua caía sobre nosotros.

-Nunca me lo preguntaste- Le dije y comenzó a reír.

Nos tardamos casi media hora bañándonos, ya que a cada oportunidad comenzábamos a besarnos y acariciarnos. Casi me caí varias veces, ya que me resbalaba con el jabón que había en el piso, pero Light siempre me sujetaba, y luego, reíamos un rato. La verdad, es que sólo salimos del baño porque escuchamos que algo se rompía en la sala y a los dos niños culpables de esto gritándose el uno al otro.

Me tardé una cantidad exagerada de tiempo para vestirme, ya que me molestaba que ambos niños estuviesen en mi casa. Light me sonrió y me abrazó. Salimos del cuarto y casi me desmayo al ver como toda la sala estaba cubierta de flores por todos lados, y ambos rubios en medio del desastre peleando por algo que no logré distinguir hasta unos segundos mas tarde, donde vi un muñeco, un peluche en las manos de ambos.

-¡¿QUE DEMONIOS CREEN QUE HACEN?!- gritó Light a mi lado, y ambos se volvieron a verlo, con los ojos totalmente abiertos y con las manos aún sobre el peluche.

-Mello me quitó mi oso nuevo- dijo Near, sin expresión alguna.

-Pero yo lo quiero porque a él ya le dieron una caja nueva de juguetes- contestó el rubio mayor, con los celos en la voz.

-¡ES MI CUMPLEAÑOS!- Gritó Near, jalando el oso- ¡POR ESO ME REGALÓ TODO ESTO!

-¿Quién te dio la caja de juguetes?- pregunté, acercándome y colocando mi mano en el oso color gris.

-Padre- me contestaron ambos chicos al mismo tiempo.

-Mello, suelta el oso- ordené y el rubio me hizo caso- Near, tu también- el rubio oxigenado tardó un rato pero me hizo caso- Ahora, ambos arreglen este desastre, y luego les doy a cada uno lo que sea que quieran.

No tardaron ni media hora, mientras la cual Light hacía el desayuno, para arreglar la sala. Pareciera que un mucama había venido, incluso los vidrios rotos había desaparecido. Yo había removido las esposas de mi muñeca y la del castaño, y las había dejado en el cuarto, sólo para poder vigilar a las pequeñas bestias, las cuales estaban de pie, en la puerta de la cocina, con las manos extendidas.

-Chocolate- dijo Mello, mirándome seriamente.

Yo me acerqué a él y le dejé una barra tamaño industrial de lo pedido en la mano, Watari había dejado varias cajas de todo lo que yo había pedido en la cocina, donde las encontré con una nota de agradecimiento. Tomé el osito de la mesa y se lo di a Near, que me sonrió, lo cual me asustó un poco, y se fueron, ambos, felices a la sala.

-¿De verdad es el cumpleaños de Near?- me preguntó Light.

-Sí, por extraño que parezca- le contesté, sirviéndome una taza de café negro, llenándolo con varios terrones de azúcar antes de sentarme a la mesa, mientras el castaño servía cuatro platos de huevos revueltos con jamón, tomate y salchichas.

-Entonces...- Light se acercó al calendario que había junto a la despensa y revisó- 24 de agosto...- tomó un marcador y escribió- Cumpleaños de Near- Luego se rió un rato, y se asomó a la sala, donde Near y Mello estaban jugando ajedrez.-Vengan a comer.

Ambos chicos llegaron y se sentaron, observando con detenimiento la comida antes de probarla, para luego comérsela con rapidez, tomándose los vasos de jugo y agradeciendo la comida. Light y yo seguíamos a la mitad de los platos cuando el menor habló.

-L ¿puedo pedirte algo?- me dijo, observándome tomar el café.

-Adelante...- le dije, metiéndome un poco de comida a la boca.

-¿Me llevarías a un parque de diversiones?- me preguntó. Me pensé un buen rato, mientras el menor jugaba con su cabello, enredándolo en su dedo, observándome.

-Claro, ¿por qué no?- le dije.

-¿A mi también verdad?- me preguntó Mello con seriedad.

-A ambos- le dije, observando a Light que sonreía. -Después de almuerzo vamos.

Ambos chicos se miraron y sonrieron, antes de salir corriendo a la sala, a seguir jugando.

-¿Por qué eres tan bueno con ellos?- me preguntó el castaño, que se levantó y comenzó a recoger la mesa.

-Porque...- me terminé el café y le sonreí. -En realidad, no tengo ni la más mínima idea, pero creo que es porque Near se parece mucho a mí.

-¿Qué tanto?- me preguntó, tomando mis cosas y metiéndolas al lavaplatos automático.

-Pues, yo también jugué con juguetes hasta que tuve 13 años...

-...Y en el hecho de que él también tiene los cabellos hechos un desastre...- contestó Light, riendo- Yo creo que es porque él y tú crecieron de la misma forma.

-Sí, puede ser...- Light me besó y sonrió después.

Yo saqué un pedazo de torta de fresa de una de las cajas que dejó Watari, viendo como junto a esta había una torta de melocotón, con trece velas puestas y sonreí. Agarré un vaso de jugo de naranja, al cual le eché tanta azúcar que ni se cuanta tenía, y me fui a la sala.

En ella, Near y Mello sacaban otro juego de una caja que estaba colocada junto al sofá.

-¿Quieren jugar?- preguntó el rubio mayor, sonriendo.

-Claro- le contestó Light y se sentó en el piso con ellos, y, entre los tres me jalaron, para que yo también jugase.

-Yo quiero la blanca- les dije a todos, tomando la ficha y colocándola donde decía "Mrs. White" en el tablero. Todos tomaron sus fichas y las colocaron en sus sitios. Era el juego de "Clue".

Nos divertimos por mas de dos horas jugando, haciendo que los dos niños se enojaran conmigo por siempre ganar los juegos, y Light, riendo siempre, les contestaba que yo era el mejor detective de todos.

-Si es tan bueno...-comenzó Near, sonriendo- ¿Dónde está Kira?

-Pues...- le dije, sonriendo.-Sentado a tu lado.

Ambos chicos se volvieron a ver al castaño, que les sonreía de su característica manera.

-No te creo- dijo Mello, cruzándose de brazos.

-No me creas- le contesté, acomodando todo para comenzar de nuevo.

El tema quedó a un lado, hasta que la partida terminó, esta vez, siendo el ganador el cumpleañero.

-No te creo- repitió Mello, viendo disimuladamente a Light, que estaba a su izquierda.

-No me creas- le dije de nuevo, mientras Near recogía las cosas y sacaba un juego nuevo.

-¿Cómo lo sabes?- me preguntó Near, acomodando el tablero de Monopolio en el piso frente a nosotros.

-Pues, como saben, soy el mejor investigador de mundo- le contesté, agarrando esta vez la ficha roja.

-¿Y por qué sigue vivo?- preguntó de nuevo el rubio oxigenado.

Me quedé callado, sin decir nada, hasta que Light abrió la boca.

-Por el hecho de que no quiere- dijo, tomando su lugar en el juego.

Tres partidas nuevas pasaron en el nuevo juego, antes de que preguntas relacionadas al trabajo volvieran a aparecer.

-No te creo- dijo Mello, por tercera vez en la mañana.

-No me creas- dijo esta vez Light, recogiendo las cartas y colocándolas en su lugar.

-Es mentira- dijo Near, tomando la ficha en forma de sombrero, mientras yo cambiaba la del carro por el perrito.

-¿Por qué lo dices?- le pregunté, tomando los dados y depositándolos en la mano del rubio mayor.

-Yo sé la verdad y esa no es- contestó indiferente.

-¿Y cuál es?- preguntó Mello, moviendo su ficha.

-L está enamorado.

En ese momento, todas las fuerzas abandonaron mi cuerpo, y la risa de Light llenó la habitación.

-Y no sólo eso- continuó Near- Kira también.

-Así es- dijo Light, lanzando los dados, moviendo su ficha después. -Tienes toda la razón.

El juego siguió por mucho más, haciendo que ambos niños pelearan más de dos veces por propiedades. A eso de las 2 de la tarde, me levanté y estiré los brazos, mientras Light se metía al baño. Near y Mello recogieron todo y lo guardaron, sentándose luego frente a mí.

-¿Por qué te gusta?- preguntó Mello, serio.

-No lo sé- le contesté de la misma forma.

-¿Qué te gusta de él?- preguntó Near.

-Todo- le contesté, dirigiéndome a la cocina, ambos se levantaron y fueron detrás de mí.

-Eres raro- me dijeron ambos al mismo tiempo, sonriendo.

-Lo sé- me serví un baso de agua y le ofrecí a ambos, los cuales negaron y me lo tomé de un trago.

-¿Sabes?- dijo Mello, sonriendo. -Near siempre ha estado celoso de ti.

-¡Cállate Mihael!- gritó Near, cruzándose de brazos.

-¡MELLO!- gritó el susodicho- en fin, Near siempre ha estado celoso de ti, y de la forma en que haces las cosas.

-Lo sé- les dije, pasándole la mano por la cabeza al rubio menor, que estaba enojado- Y eso es bueno- le dije, sonriéndole.-Cuando tengas mi edad, vas a ser muchísimo mejor que yo.

-Tú eres un viejo- dijo Near, sonriendo. -Pero tienes razón, voy a ser muchísimo mejor que tú- me sacó la lengua y luego me abrazó. -Eres el mejor hermano del mundo...

-Él es tan viejo que puede ser tu padre- dijo Mello, riendo.

-Mentira- dijo Near, separándose de mí, buscando algo en el piso, mientras jugaba con su cabello.

-No soy tan viejo...- le dije a Mello, pasándole la mano por los rubios cabellos, alborotándolos.

-Deja...- me dijo, quitándome la mano- Y si eres tan viejo.

-¿Y tú de quien estás celoso?- le pregunté.

-De mí- dijo Near, sonriendo, con un avión de juguete en la mano derecha- Porque yo saco mejores notas que él.

Mello se cruzó de brazos y torció la boca, saliendo de la cocina.

-No creo que sea por eso- le dije a Near, que dejó de jugar con su cabello y sonrió.

-Lo sé- me dijo, saliendo tras el rubio, mientras Light entraba en la cocina.

-¿Y eso qué fue?- preguntó, pasándose la mano por el cabello.

-Nada en especial- le dije, besándolo- ¿Qué vamos a almorzar?

-En Burger King- me dijo, subiendo los hombros- Aquí solo hay dulces de todas formas.

-Eso me gusta más que Burger King...- susurré saliendo de la cocina, pero Light me abrazó por detrás.

-Lo sé- me dijo al oído- Pero no es saludable comer tanto dulce a cada rato.

-Llevo más de 20 años haciéndolo, ¿Para qué detenerme ahora?

-Porque yo lo digo y punto- me besó, siendo interrumpidos por los silbidos y gritos de los niños.

-Ya, cállense- dijo Light, separándose de mí y acercándose a la puerta. -Vamos a salir a comer...

-...Y luego al parque de diversiones- dijeron los rubios sonriendo, junto al castaño.

-Sí, lo se.

Salimos del apartamento, en dirección al restaurante de comida rápida, donde los chicos pidieron comida más grande que ellos, mientras Light peleaba conmigo porque no quería comer nada mas que pie de manzana.

-L y yo nos vamos a montar en la montaña rusa- dijo Near, mordiendo su hamburguesa.

-Y yo me voy a meter con Light a los carritos chocones- dijo Mello tomando un poco de su bebida.

-Y luego de eso, los cuatro nos metemos a las tasas locas- dijo Light, sonriendo.

-¿Y tú que quieres hacer?- preguntó Mello a mi dirección, mientras yo me terminaba mi hamburguesa de pollo, abriendo el pie de manzana.

-A los go-cars- dije, metiéndole el primer mordisco al pie. -Con los tres.

Todos rieron y terminaron de comer. Y dicho y hecho, apenas entramos al parque de diversiones, fui arrastrado por Near a la montaña rusa, mientras Mello corría con Light a los carros chocones.

Más de tres horas después, y con varios juguetes encima por tantos concursos ganados, nos encaminábamos de regreso al apartamento, mientras el cielo comenzaba a tornarse de un color violeta.

-¡Qué divertido!- gritó Mello, comiéndose una barra de chocolate blanco. -¡Tenemos que volver!

-Y nos traemos a Watari también- dijo Near, abrazado con el oso panda que era de su propio tamaño.

-¿Crees que a ese viejo le guste venir a esta clase de cosas?- preguntó Mello riendo.

-A éste viejo le encantan los parques de diversiones- contestó el susodicho frente a nosotros, a la entrada del edificio.

-¡WATARI!- gritaron ambos niños y corrieron a abrazarlo, con oso de por medio.

-¿Qué haces aquí?- pregunté al hombre, que saludaba con un movimiento de cabeza al castaño, mientras sus brazos eran jalados por los chicos.

-Pues, no me podía perder la fiesta de cumpleaños número trece de Near- contestó. -Ahora chicos, suéltenme que no puedo caminar.

Los niños soltaron al viejo, tomándolo por las mangas de la chaqueta, jalándolo hacia la entrada del ascensor, hablándole ambos al mismo tiempo, mientras el viejo sonreía y les contestaba.

-Él es Watari- le dije a Light, a mi lado, saludando a la gente de la recepción, sí, había gente de esa en mi edificio- Él es el otro L, el que ayuda a conectarme con el mundo exterior.

-Me lo imaginaba- dijo Light, sonriéndome. -Ya que tú nunca sales de esas cuatro paredes.

-Bueno, qué culpa tengo, me gusta estar tranquilo- Light rió y nos subimos al ascensor, donde los otros tres esperaban con ansias.

Cuando llegamos arriba, en la puerta del apartamento, habían tres personas esperándonos: El padre de Light, Matsuda, el detective más joven de la fuerza y Misa-Misa, todos sonriendo, notando a los dos niños desconocidos para ellos.

-Buenas noches- dijo Matsuda, saludándonos- Creímos que sería bueno venir de visita, no sabíamos que no se encontraban en casa.

-Vamos llegando- dijo la mujer, sonriéndonos, corriendo a abrazar a Light, besándolo. Near y Mello me vieron y yo negué con la cabeza.

-Venimos del parque de diversiones- dijo Watari, sonriendo, mientras tomaba de las manos de Light los juguetes varios que este tenía.

-¿Y eso?- preguntó el jefe Yagami, con curiosidad, mientras Watari abría la puerta.

-Mi papá me llevó a celebrar mi cumpleaños- contestó Near, antes que alguien más pudiese decir algo.

-¿Y quien es tu papá?- preguntó Matsuda, entrando al apartamento recién abierto por Watari.

-L- dijo, abrazando su oso panda, mientras todas las miradas se posaban en mí.

-No sabía que tenías un hijo- dijo Misa, sonriendo. -Pero sin duda, es igualito a ti.

-Yo tampoco- susurré para mí mismo- Pero ya lo sabes- le dije, entrando al apartamento, dejando todo lo que tenía en los brazos en el piso y fui a la cocina, mientras todos los demás se acomodaban en la sala.

-¿Cuántos años cumples?- preguntó Misa, sonriendo.

-Trece- dijo Near, aún abrazando a su oso panda.

-¿Trece? ¡Wow!- dijo Matsuda- ¿Y cómo te llamas?

-Near- dijo el chico, colocando el oso en el piso y sentándose entre las patas del mismo, abrazándolo, apoyando la cabeza en él.

-Qué nombre más raro...- dijo Misa, abrazada de Light.

-No es mi verdadero nombre- dijo el rubio menor- Pero no soy tan idiota como para decirte mi verdadero nombre.

Todos rieron y Mello se sentó junto a Near, sacando un chocolate de la bolsa que traía en las manos, acercándose a la caja de juguetes y sacando un rompecabezas, regándolo por el piso y empezando a armarlo, junto a su hermano menor.

-¿Y tú quién eres?- preguntó Misa al rubio.

-Mello- dijo éste, sin verla- Soy su primo- señaló a Near y colocó una pieza en su sitio.

-Yo soy Matsuda- Dijo el hombre, sonriéndoles.

-Él es mi padre- dijo Light señalando al hombre de bigote- Y ella es mi novia, Misa.

-Mucho gusto- dijeron ambos niños sin levantar la cabeza.

-Bien- dijo Watari- ¿Quién quiere torta?

En ése momento ambos niños se levantaron y corrieron hasta la cocina, donde se había metido el viejo, el cual salió de nuevo a la sala, con la enorme caja y con la torta en el interior.

Todos se acomodaron alrededor de la mesa, donde estaba la torta de melocotón con las trece velas encima. Near estaba emocionado, sonriendo y con las manos en la mesa, mientras el más viejo encendía las velas y todos cantaban el cumpleaños.

-Qué raro es esto- dije, con las manos en los bolsillos- Nunca había estado en un cumpleaños con tanta gente.

-¿Y eso?- me preguntó Light, mientras todos los demás desafinaban la canción cantándola con emoción.

-Mis cumpleaños siempre fueron con Padre y con unos pocos de mis hermanos- Reí al ver el rostro de Near viendo a todos cantar de forma desafinada.

-Bueno, ahora, éste año, tu cumpleaños va a ser conmigo.

-¿Cómo sabes que no he cumplido años?- le pregunté extrañado.

-Near me lo dijo- me contestó, sonriendo- el 31 de Octubre.

-Niño chismoso...- susurré observando al menor soplar las velas de la torta- Cuando termine la fiesta lo mato...

-¿Para qué?- me dijo, riendo- Es un niño bueno.

-No lo es, está portándose bien porque estas tú aquí- le contesté, mientras Watari me acercaba un pedazo enorme de torta, con pedazos de melocotón. -Es un demonio, en realidad.

Light rió y comenzó a comerse su propio pedazo.

Tres horas después, y todo el mundo seguía en mi apartamento, jugando con Near y Mello, mientras yo estaba sentado en el sofá, viéndolos, con sueño.

-Vamos L- me dijo Near, jalándome por la mano, riendo- Ven a jugar con nosotros.

Estaban jugando Twister.

-No- le dije- Juega con Misa.

-¡Ya perdió mas de 4 veces!- gritó Near en dirección a la chica.

-Yo juego por él- dijo Light, sonriendo- Ryuzaki es malo en esto.

Todos rieron y yo me quedé viéndolos, durante las dos horas que jugaron el mismo juego.

A eso de la media noche, todos los extras salieron del apartamento, eso si, porque yo los boté, porque si no se hubiesen quedado con nosotros.

-¿Dónde vamos a dormir?-preguntó Mello, sonriendo.

-Con nosotros- dije yo- En mi cuarto, es el único que hay.

-Pero Light y tú van a hacer cosas sucias otra vez- dijo Near saliendo del baño con una pijama blanca puesta.

-Claro que no- dijo Light- No soy tan pervertido como para eso con ustedes dos en la cama.

-Pero sí con nosotros en la casa- dijo Near de nuevo, metiéndose a mi cama, acomodándose en ella.

-Si no hubiesen interrumpido hubiésemos terminado- contestó Light metiéndose junto a Near, dándole la espalda.

-Vengan- dijeron Near y Light al mismo tiempo, y yo sonreí.

Mello y yo nos metimos a la cama, yo junto a Near y Mello junto a Light, y, por si fuera poco, Near se pegó de espaldas a mi, para luego voltearse y abrazarme, completamente dormido.

-Que difícil...- dijo Light, en un susurro- No puedo abrazarte.

-Abraza a Mello- le contesté, dándome la vuelta, sintiendo el cabello de Near en mi barbilla, cerrando los ojos- Near es suavecito- reí mientras Light decía algo que no entendí, y me quedé dormido.

A la mañana siguiente, cuando me moví un poco para poder acomodarme, sentí que algo me molestaba en la nariz y abrí los ojos. Una mata de cabellos platinados fue lo que vi, y, como si todo se hubiese borrado de mi memoria, volvió a mi mente el día anterior, y dejé escapar un suspiro.

Me moví un poco y sentí un cuerpo a mis espaldas, y volví a suspirar. Que difícil es estar en una cama, construida para dos personas solamente, con dos extras.

Y es más fastidioso aún cuando ambas personas extras son dos niños que se mueven demasiado mientras duermen.

Traté de quedarme quieto un momento, buscando un poco más de descanso, pero el niño menor, que estaba frente a mi, se movió, haciendo que su cabeza quedara por completo sobre mi pecho, lo que hizo que sus cabellos me molestaran en el cuello, haciéndome cosquillas.

Vi el reloj que había en la mesa de noche, eran las diez de la mañana.

Near volvió a moverse, pero esta vez sus ojos negros me estaban observando, mientras una de sus manos se pasaba por su cabello, para luego observar el resto del cuarto, sonriendo de medio lado al ver al rubio durmiendo con la mitad del cuerpo sobre Light.

-Buenos días- me dijo, antes de bostezar, y sentarse en la cama, aún jugando con sus cabellos.

-Hola- le saludé, viendo a mi derecha, a Mello dormido como piedra en un camino- ¿Siempre es así?

-si- Respondió el rubiecito levantándose, caminando hacia el baño- voy a bañarme.

-adelante- le dije, y volví a cerrar los ojos, cuando sentí un brazo en mi pecho.

Suspiré otra vez y volví a abrir los ojos, viendo como Mello era terminado de depositar en la cama por el castaño.

-Buenas- me dijo, pasándose una mano por los cabellos, acomodándolos- ¿Qué tal dormiste?

-Bien- le dije, dándome la vuelta, colocándome boca abajo, con la mirada clavada en él- ¿Qué tal tú?

-Mello es un fastidio- contestó, buscando algo en la peinadora, lo que resultó ser un cepillo para el cabello- se mueve como lombriz…

Yo reí un poco, para luego escuchar nada. Se hizo un silencio completo, en el que aproveché para observar como el castaño se cepillaba los cortos cabellos, sonriéndome de vez en cuando.

-Deberías hacerlo- dijo, dejando el cepillo a un lado- cepillarte, digo.

-no gracias- le contesté- me gusta como está.

-¿Y como es que siempre está suave y desenredado si nunca te peinas?- me preguntó, mientras se levantaba y buscaba ropa en las gavetas.

-El acondicionador hace maravillas- contestó Near saliendo del baño, completamente vestido.

-¡exacto!- en ese momento, Light comenzó a reír mientras Near sacudía con las manos a Mello.

-Mi turno- dijo Light, metiéndose al baño, saliendo unos momentos después, pero sin la ropa- ¿me acompañas?- me dijo, parándose frente a mi, con una sonrisa en el rostro.

Near y Mello observaron con detenimiento mientras yo aceptaba el pedido y me levantaba de la cama, y, con sus jóvenes ojos pegados en nosotros, me metí al baño con el castaño.

Me comencé a cepillar los dientes cuando Light me abrazó por la cintura y besó mi cuello, agarrando su propio cepillo.

Momentos después, cuando me estaba quitando la camisa para meterme a la ducha, los brazos de Light me rodearon por la cintura y me dieron la vuelta.

-Ryuzaki…- susurró a mi oído, besándome el cuello, mordiéndolo. Tuve que taparme la boca con una de mis manos para no gemir tan fuerte.

Sus labios se unieron a los míos mientras que sus manos se ocupaban en deshacerse del short que tenía puesto, acariciándome las nalgas al hacerlo, yo, mientras el se ocupaba con esto, estaba acariciando su pecho, el cual estaba completamente descubierto, disfrutando del beso en todo momento. Las pocas prendas que quedaban en nuestros cuerpos fueron despojadas en un instante, demasiado rápido para mi paso, pero no me importó.

Dejamos de besarnos para meternos a la ducha, donde, con un rápido movimiento, Light abrió la llave y dejó el agua correr, cayéndonos encima, tibia, haciendo que nuestros cuerpos subieran de temperatura.

Sus manos se posaron en mis caderas, mientras sus labios paseaban pos mi cuello. Yo acariciaba su espalda, sintiéndola resbalosa por el agua, pero esto hizo que me gustara más, ya que mis dedos no se clavaban en ella.

Sus manos estaban ahora en mi trasero, acariciando mis nalgas, mientras sus labios mordían mi hombro derecho. Mi excitación estaba pegando contra la suya, rozándose, haciéndonos gemir, mientras el agua que caía entre nosotros lo hacía más difícil de soportar.

Yo coloqué mis manos en sus hombros mientras mi espalda pegaba contra la fría pared, y, como si leyese mi mente, Light me tomó por la cintura con fuerza y yo me abracé a él con mis piernas.

-¿estas bien?- me dijo, luego de que sus manos se posaran en mi trasero, sosteniéndome. Yo moví la cabeza de forma afirmativa y sonreí, haciendo que nuestros labios se unieran de nuevo en un beso.

Sus dedos se introducieron en mi sin previo aviso y yo arqueé la espalda, gimiendo. Sus labios volvieron a unirse a los míos, mordiéndome el labio inferior, haciéndome clavar los dedos en sus hombros. Sentía en totalidad como sus dedos se movían en mi interior, haciéndome gemir cada vez, mientras las gotas caían entre nuestros cuerpos, haciendo que la temperatura se pusiera cada vez más alta, aún y cuando no fuese así, de esa forma yo lo sentía.

Momentos después, ambos gemíamos el nombre del otro mientras mis manos se aferraban con fuerza contra sus hombros, sintiendo como se movía dentro de mi, mi espalda pegada contra la cerámica del baño, el agua entre nosotros.

Mis piernas estaban aferradas con fuerza a la cintura del castaño, y sus labios estaba en mi cuello, mordiendo de vez en cuando, sus manos apretaban mis nalgas, mientras sus embestidas eran mas fuertes, y nuestros gemidos, tan fuertes como sus embestidas, diciendo nuestros nombres.

Cuando sentí una de sus manos en mi miembro, comenzando a masturbarlo, mis piernas se apretaron mas contra él, haciendo que no quedara espacio entre nosotros, y, segundos después, ambos llegamos al orgasmo, uniendo nuestros labios con fuerza.

Light me ayudó a colocarme de pie y luego me sostuvo por la cintura cuando casi me caí, uniendo mis labios a los suyos de nuevo.

-ahora si- me susurró al oído mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos, aún- vamos a bañarnos.

Yo reí, y volví a besarlo. Después de eso, terminamos de bañarnos entre juegos y espuma, dejando el baño hecho un desastre.

-¡Ya era hora!- dijeron ambos chicos cuando nos vieron salir, Light con solo su ropa interior puesta, y yo con una toalla alrededor de mi cintura.

-si se van a poner a hacer cochinadas ahí dentro, esperen a que nosotros terminemos- Dijo Mello, sonriendo.

-Cállate que usaste el otro baño- contesté mientras sacaba un par de pantalones nuevos de una de las gavetas.

-eso no importa- dijo Near, que estaba sentado en la cama.- aún así, seguimos presente, lo que significa que no pueden andar haciendo eso- yo saqué ropa interior limpia y me la puse, dejando luego la toalla en el piso, que Light recogió.

-No es mi culpa que ustedes estén aquí- dije yo, terminando de vestirme, tomando la toalla de las manos del castaño y secándome el cabello.

-son unos pervertidos- dijo Mello, abriendo un chocolate.

-Vamos a comer- dijo Light, sin prestarle atención a la discusión, luego de haberse vestido- tengo hambre.

Una hora mas tarde, y ya todos habíamos comido. Claro, que la discusión siguió por unos momentos más, haciendo que Light se molestara y se fuese a la sala y, cuando yo me senté con él en el sofá, me tomó del rostro y me besó, mientras tocaban a la puerta.

Yo traté de levantarme a atender, pero Light me jaló y me hizo sentarme en sus piernas y volver a besarme mientras los niños atendían la puerta.

-Déjalos a ellos- dijo el castaño, sonriendo- Nosotros estamos ocupados.

Yo reí y seguí besándolo, acomodando mis brazos alrededor de su cuello, sintiendo como sus manos se introducían en mi franela, acariciándome la espalda.

En un rápido movimiento, Light se levantó y me lanzó contra el sofá, acomodándose luego sobre mí, mientras me sonreía y volvía a besarme, acariciando ahora mi pecho, mientras mis manos jugaban con sus cabellos y mis piernas estaban abiertas, una sobre el respaldar del sofá y la otra al otro lado del cuerpo del chico, con la planta del pie pegada al piso alfombrado.

-Light- susurré al sentir como el chico comenzaba a acariciar mis pezones, excitándolos, haciéndome gemir de forma suave mientras sus labios se unían de nuevo a los míos.

-¿Light?- escuché una voz que no era ni de Light, ni tampoco mía, en una palabra, una voz de alguien que nos contemplaba a muy poca distancia, con los ojos clavados sobre nosotros. 'No puede ser' fue lo único que pensé tras separar mis labios de los de Light. Con lentitud, como no queriendo encontrarme con el rostro del asesino frente al mío, separé mis párpados, para después recorrer la cara de Light, que mantenía la expresión atónita. -¿Qué estas haciendo mi amor?-preguntó la misma voz, pero el castaño sólo atinó a analizar mi rostro con sus pupilas dilatadas, como si buscara una respuesta dentro de mis facciones.

-Misa…-susurró Light, al mismo tiempo que cerraba los ojos con cierto dolor, como si no tolerara la presencia de la chica en la sala, que estaba viéndonos con unos ojos de psicópata que no vale la pena describir.

-¿Por qué haces esto Light?- dijo la chica. Su tono de voz reflejaba el miedo que sentía. El miedo de recibir la respuesta que no quería escuchar. Su voz temblaba violentamente, sus ojos estaban perlados, cubriéndose de lágrimas cristalinas que resbalaron por su rostro.

-Misa, puedo explicarte…-dijo el joven, separándose de mí para acercarse a ella, mientras yo me quedaba en completo silencio, observándolos. A lo lejos, Near y Mello también los miraban.

-¿Qué cosa?- dijo ella, con su rostro circundado por las lágrimas, que resbalaban de ojos enrojecidos y heridos. En ése momento, su voz se llenó de un odio profundo, un sufrimiento bastante transparente que no se preocupaba en disimular. La chica se cruzó de brazos y, una vez que Light se postró en frente de ella sin mirarla directamente a los ojos por obvias razones, ella sonrió cínicamente, con su voz navegando entre el más crudo rencor. -¿Qué me vas a explicar, eh? Anda, dime. Te estoy esperando.

-Misa, por favor…-Light la tomó de los hombros, pero ella lo único que hizo fue descomponer su rostro, como si ése toque la lastimara. Sin pensarlo mucho, ella levantó una de sus manos velozmente, y en un movimiento difícil de ver, le propinó a su novio una feroz cachetada, que lo alejó de ella y además lo dejó mudo, con la mirada avellana clavada sobre el suelo. No se preocupó siquiera en sobarse la mejilla lastimada, sólo tenía los ojos castaños clavados sobre el piso, sin verlo realmente, sólo para evadir la mirada quemante de su novia.

-Yo te amo Light…-Le dijo ella, entre sollozos, apretándose el pecho, en ése lugar donde se supone que debe estar el corazón. Ella cerró los ojos y, llorando, se encogió bajo los brazos de su novio, abrazándolo con fuerza y dejando que sus lágrimas se deslizaran por sus pómulos, hasta ser absorbidos por la tela de la camisa de Light.-Te amo demasiado…

-Misa, mi vida, por favor…-comenzó él, abrazándola también, acariciando sus cabellos rubios, desde el principio hasta el fin de los mechones dorados.

-Light…-sollozó la chica, fue ahí cuando distinguí sobre las manos de Light un cuaderno negro que yo ya bien conocía.

Fue entonces cuando clavé mis pupilas negras sobre los niños que contemplaban la escena desde el fondo del corredor. Hice un ademán de 'acérquense', y ellos obedecieron sin rechistar.

-Váyanse- les susurré con toda seriedad, saltando mi mirada de ellos hacia la pareja, de la pareja hacia ellos y así sucesivamente- Váyanse lo mas lejos que puedan, váyanse a donde sea, pero salgan de aquí.

Near y Mello me observaron, asintieron y me dieron la espalda, para después desaparecer por el pasillo. Lo último que escuché fue la puerta se cerrándose de golpe, dejándome completamente solo en ése ambiente lastimero y patético.

-Light…-dijo ella, cerrando los ojos, enamorada, como queriendo sentir al castaño dentro de ella. Después, ella levanta la cabeza para examinar el rostro del chico, donde se encontró una tierna sonrisa esbozada para ella y sintió como el pulgar de Light delineaba su rostro, borrando sus lágrimas, todo con una sola mano, mientras con la otra apretaba la Death Note, pegada sobre la espalda de la rubia.

La chica le sonríe y, tras cerrar los ojos, atrapa los labios de su novio contra los suyos, besándolo apasionadamente. En su espalda, la mano de la chica y del joven luchaba por tener el control de la libreta y, en un descuido, Misa mordió los labios de Light, lo que hizo que gimiera y soltara la Death Note, que chocó contra el suelo. La rubia, abriendo sus ojos de sobremanera, se inclinó rápidamente y cogió el cuaderno con su mano, lanzándolo a algún punto perdido de la sala, muy fuera del alcance del joven de cabellos caobas.

-Misa…-susurró buscando, disimuladamente, la libreta con su mirada, mientras seguía postrado frente a la chica, que le sonreía cínicamente, sonrisa forzada que fue cambiada por una expresión de profundo dolor.

-Te amo demasiado Light- sentenció la chica, como queriendo convencerlo y convencerse de que en verdad lo hacía, y que él estaba muy lejos de ser un simple capricho. La chica, torpemente, buscó su bolso a tientas, con sus ojos clavados sobre Kira, como si temiera que en un descuido él pudiera asesinarla. Cuando encontró la bolsa, la abrió con sus dedos titilantes de nerviosismo.-Y por esa razón NO QUIERO compartirte con nadie- le dijo, en voz muy alta, sin llegar a ser un grito. Entonces ella saca una pequeña libreta rosada y la abre lo más rápido que sus manos le permiten, escribiendo algo a toda velocidad, sonriendo luego. -Te amo Light…-le dijo ella, en un sollozo, mientras sus lágrimas volvían a caer.

-¡No puedes hacer eso!-le gritó el joven a la chica, furioso y colérico, con sus ojos quemándose violentamente en su rencor. Fue entonces cuando mira una parte del suelo y sonríe, lo que hace que Misa se extrañe y vea a la dirección que su novio mira, para abrir los ojos de par en par: Light había encontrado la Death Note que Misa había arrojado.

Como en un acuerdo mutuo y al mismo tiempo, ambos jóvenes se echaron a correr en dirección de la libreta para agarrarla. El castaño fue más rápido y, en cuanto la portada oscura hizo contacto con sus dedos, la abrió en una página cualquiera y escribió algo tan rápido que ni siquiera logró verlo.

-Despídete, mi querida Misa.-dijo él, completamente complacido, mirándola con desafío. Ella sonrió divertida y dirigió sus ojos hacia mí, recorriéndome una y otra vez, como esperando algo.

-¿Y tú por qué diablos sonríes tanto? ¡Voy a matarte, Misa, se supone que deberías estar aterrada, no sonriendo como la pobre ilusa que eres!

Ella cerró sus ojos, curvando aún más su sonrisa, halagada al oír algo que debió haberla puesto furiosa. Ella, por última vez, abrió sus ojos, mirándome, casi a punto de echarse a reír y, con una dulce voz, susurró:

-Muere.

En ése momento, sentí dolor agonizante en el pecho, como si mi corazón se hubiera comprimido, y mis ojos pasaron a blanco. Me llevé la mano al pecho, agónico, como intentando agarrar el corazón que amenazaba con detenerse pronto. Entonces gemí, mi respiración se volvió pesada y furiosa, mi cuerpo se desforzó en el sofá, y mi mente comenzó a apagarse lentamente, llenándose de la penumbra más oscura que jamás había visto.

-¡Ryuzaki!- Escuché la voz de Light como si estuviese muy lejos. Miré, por el rabillo del ojo, como el castaño se me acercaba velozmente, como sus brazos me apretaban contra su cuerpo, como estrujaba mi cabeza contra su cálido pecho, abrazándome con fuerza, susurrándome una y mil cosas seguidas, diciendo palabras que se tropezaban torpemente unas con otras. Sonaba aterrado. Lucía horrorizado, y lo único que sentí, además de sus brazos cálidos encerrándome, fueron sus lágrimas chocando contra mi rostro.

Observo, de forma borrosa, la expresión aterrorizada de Light Yagami. Aprecio con toda claridad su sufrimiento, el terror que siente, el nerviosismo con el que me trata. Pero ya no puedo más. No puedo verlo más. Me duele tener los ojos abiertos.

-Ryuzaki…no…- Oigo la voz de Light a lo lejos, mientras el dolor en mi pecho se hace más fuerte y mi cuerpo se despide de mi alma, mis párpados se cierran, para jamás volver a abrirse.

Lo último que escucho es mi nombre pronunciado por Light, una y otra vez, suplicándome que resista, que no muera, que no lo deje.

Mi mente queda inundada por la penumbra más potente, más fría y oscura. Entonces, dejo de sentir los latidos de mi cora…

Segundo POV.

-Ryuzaki, por favor, no me hagas esto, yo te amo…-le dice, entre sollozos, abrazándolo y afrentándolo contra él, dejando que sus lágrimas cayeran sobre el rostro de su amante.-Te amo, Ryuzaki, te amo…-le dijo, en voz alta, como queriendo que lo escuchara si podía hacerlo, que le respondiera que él también lo hacía, que el amarlo fuera una razón lo suficientemente poderosa como para mantenerlo con él, con vida, para disfrutarlo todos los días, hasta que una muerte más lejana los arrastrara.-¡Ryuzaki!- grita el castaño lo más fuerte que su garganta le permite, haciendo que el nombre del detective retumbara por la sala. Aún con él en brazos, acercó sus labios al rostro del pelinegro, besándole la frente, las mejillas, los labios, cada pedazo de piel que encontrase en su camino, cada fragmento de seda carnosa que sus labios pudieran besar.

-Te amo Ryuzaki… y no voy a dejar de amarte nunca…-le susurró, recogiendo el cuerpo de Ryuzaki del suelo y depositándolo sobre el sofá en donde había soltado su último suspiro.-Estás dormido, ¿Entiendes amor? Tú no estás muerto, sólo estás dormido. Te prometo que cuando despiertes, nos encerraremos en la habitación, echaré a Ryuk, a tus hermanos, cerraré cada puerta con tablas y candados, y nadie entrará nunca, ¿Me entendiste? Sólo seremos nosotros, nadie más, nadie vendrá a interrumpirnos nunca, ¿Verdad que no, Ryuzaki?

-Hablar con un muerto no te servirá de nada, mi amor, Ryuzaki está muerto, querido, no regresará.-le dijo Misa, sin sentirse ni un poco dolida o incómoda por lo que hizo, muy contrario, dentro de su mente se estaba felicitando y preguntándose por qué no lo había hecho antes.-Afróntalo. Él no te amaba de verdad, si no, no te hubiera dejado, ¿No lo crees? Pero yo Light… yo que lo daría todo por ti…

La chica se calló al ver como su amado se dirigía a ella, como si nada hubiera pasado, después del espectáculo que se había montado junto con Ryuzaki. Entonces, le sonrió dulcemente y, justo en su oído, le susurró:

-Acompáñame, Misa.

-Si, Light, lo que sea mi amor…- susurra la joven, tomando la mano del castaño entre las suyas, mientras él la llevaba a la cocina, donde la sentó en la mesa.

-Misa…- susurró el chico mientras revisaba una de las gavetas, sacando un cuchillo muy afilado, de mango negro.

-¿Si mi amor?- dice ella, mientras Light le sonríe.

-Quiero…- comenzó, con voz potente y autoritaria, aferrando con fuerza las muñecas de la chica con una sola mano- Que sientas…- dejó que ella viese el cuchillo y el terror se reflejó en su mirada.

-No...Por favor, Light, no…- Misa gemía, mientras veía como el chico acercaba cada vez más el cuchillo a sus brazos.

-Lo que yo…-continuó, ignorando los gemidos de la chica y acercando cada vez más el instrumento, mientras yo observaba todo como una tercera parte que no se inmiscuía en la escena- Sentí hace unos momentos…- y, sin decir mas, clavó el filo del cuchillo en una de las muñecas de la chica, haciéndola gritar y gemir, se aferró contra su novio, pidiéndole que la soltara y que la dejara, dándole súplicas al castaño que obviamente no escuchó.

-¡Light! ¡No!- gritó ella, tratando de zafarse, cuando el cuchillo se clavó en la otra muñeca, haciéndola brotar ríos interminables de sangre.

Los gritos y gemidos de la chica tenían a Light sin cuidado, muy al contrario, él sólo se disponía a sonreír y, cuando contempló su obra, a una Misa suplicante frente a él, sonrió por última vez, dejando el cuchillo en el lavaplatos, alejándose de ella y dejándola ahí, desangrándose, sobre la mesa de la cocina.

-Light, por favor…- la chica se levantó de la mesa, y trató de mantenerse en pie, pero sólo atinó a caer de rodillas contra el suelo- Yo te amo…- susurró, viendo como el castaño se acercaba a ella, y la tomaba por la barbilla.

-Y yo lo amo a él…-le susurró Light, besándola luego, sintiendo las lágrimas de la joven en sus labios.

-Light…- su cuerpo estaba completamente pálido, y su voz ya casi no salía, y la sangre brotaba y brotaba de sus muñecas sin cesar.

-Adiós Misa- expresó Light, con la mirada llena de odio, hacia la joven moribunda que yacía en el piso, ahora acostada, sobre su propia sangre.

La chica gimió una última vez, dijo de nuevo el nombre del chico que ahora estaba en la sala, y dejó de moverse. Había muerto.

Fui donde estaba Light y observé como besaba por última vez los labios de Ryuzaki, y limpiándose las lágrimas, tomó su Death Note, dejando atrás la de Misa y se metió a la habitación, donde se cambió de ropa y se lavó el rostro, eliminando así toda seña de sangre salpicada de su cuerpo.

-Ryuk- me dijo, tomando la perilla de la puerta principal –Vámonos.

-Sí- le dije, observando el cuerpo del moreno, que yacía en la sala. -¿Light?- pregunté, cuando estábamos en el ascensor.

-¿Sí?- dijo, con voz neutra y seca, sin vida.

-¿Qué vas a hacer ahora?- le pregunté, cuando ya estábamos afuera, al aire libre.

-Ahora- contestó, caminando a la derecha del edificio- Voy a ser Dios.

Yo reí un poco y seguí flotando a su lado.

FIN.

Bien, aquí termina todo esto. Espero que les haya gustado leerlo tanto como yo disfruté al escribirlo.

Special thanks to: Lav, por haberme ayudado a terminar esto, ya que mi mentecita no daba para más nada. Y a todos aquellos que lo leyeron, por que me hacen sentir muy bien.

Danybel.