Las consecuencias de la viruela de Dragón

Por Eglantier

Capítulo 1.

Hermione Granger se despertó, molesta por el ruido de la bulliciosa ciudad que se erguía a su alrededor. Abrió su ventana, amaba mirar los edificios londinenses cuando el sol comenzaba a salir… Tomó una bocanada de aire y sonrió… Había tomado la mejor decisión de su vida al divorciarse de Draco Malfoy…claro, que no había sido un divorcio en toda regla, dado que sólo había estados casados por una semana…

Tiempo suficiente para entender que sus esperanzas de un cambio interior en quien hubo sido su marido, no llegaría y que lo único que la unía a él era una ilusión infantil…

Sorprendida vio que una lechuza volaba a toda velocidad…No era algo común, los magos solían enviarlas a la noche, sobre todo si debían cruzar por zonas muggles…

El plumífero se fue definiendo más y más a medida que se acercaba a su ventana. Hermione comprobó que era una elegante lechuza de plumaje completamente negro con una carta atada a su pata derecha. Le quitó la carta y le dio un poco de agua. El animal bebió agradecido antes de volver a volar.

Extrañada vio que la carta tenía el sombrío sello de los Malfoy, ¿Qué querría ahora que estaban divorciados?

Lo último que le había dicho el muchacho es que iría de viaje por la semana para arreglar unos problemas que había dejado su padre en una estancia ganadera en Gales…

La abrió con curiosidad y su rostro se fue desfigurando a medida que leía y las palabras llegaban a su cerebro…

¨ Señora Hermione Jane Granger de Malfoy Black,

Es mi penoso deber pedirle que venga a la casa Malfoy cuanto antes, su marido se encuentra en un grave estado de salud y dado que la Señora Narcisa Malfoy no se encuentra en el país, usted es la única familiar que puede autorizar diversos estudios necesarios según los medimagos.

Por favor, venga enseguida… Rupert Berry, secretario privado del Sr. Malfoy.

Hermione arrugó el pergamino en su mana, su alegría inicial al despertarse, se había esfumado. Se vistió con su varita, optando por ropa mágica y zapatos elegantes con taco.

Tomó su cartera a juego y apareció en el hall de la magnífica casa Malfoy, hace una semana, su casa.

El jardín de la residencia Malfoy en Inglaterra era clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obligaba a la circulación, creando una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalzaba a los antiguos miembros destacados de la familia. Las esculturas se señalan unas a otras; destacándose la de su padre… Pero no por mucho tiempo, la suya sería mucho mejor; más grande y bonita.

Draco Malfoy miró trabajosamente los fantásticos jardines que se extendían afuera de sus ventanas. Se sentía mal, adolorido…pero ciertamente, no se encontraba moribundo ni mucho menos.

Escuchó los pasos apurados de unos tacones. Hermione había llegado, seguramente conmovida por su alma gryffindor. Se metió en la cama y haciendo uso de sus excelentes usos de actuación, aulló fingiendo un dolor agudo y punzante. Se echó un hechizo de calor y rápidamente su frente comenzó a sudar.

-Oh por dios.- dijo la conmovida voz de su ex esposa. Draco Malfoy contuvo una sonrisa de triunfo y fingiendo no percatarse de su presencia, aulló nuevamente.

-Rupert…-murmuró en un tono dolido. Hermione se acercó para oírlo mejor.- llámala…llama a mi Mione.-

-Shhh…-dijo calmándolo. Tomó su blanca mano, que hervía a su tacto, y la llevó a sus labios, dándole un tierno beso. Draco volvió a pedir por ella. Hermione lo soltó y salió a pedir unos paños fríos…quizá así le bajase la temperatura.

Cuando Hermione se fue de la habitación, Draco finalizó el hechizo pero algo no funcionaba bien se percató… El calor no disminuía… y la cabeza le dolía, realmente le provocaba un dolor espantoso.

-Hermione.- gritó desesperado, aliviándose al comprobar que la chica acababa de regresar a su lado.- Llama al Dr. Ian.- pidió antes de vomitar bilis sobre la cara alfombra persa que cubría el suelo del dormitorio.

-¿Tuvo alguna infección últimamente?-preguntó Ian Lahant a Hermione. La chica alzó los hombros sin saber.

-No se…¿No podemos despertarlo?

-No es aconsejable…Reduje sus funciones vitales para que consuma menos energía y de esta forma no vomite todo el líquido… -

-No se lo puede dejar para siempre en coma.-

-Pero despertarlo sería peor.-contradijo.

-Eso no es cierto.-dijo una voz masculina que acababa de llegar a la habitación.- Necesitamos que se despierte para que muestre otros síntomas, si no, no podremos diagnosticarlo.- Hermione sonrió tímidamente aliviada de ver a Sirius Black con el expediente en mano.

Hola a todos, ¿Cómo va? Me presento, mi nombre es Eglantier y este es mi primer fic sobre Hermione y Draco.

Espero que les gusten… Los capítulos no serán largos y a medida que pueda, iré cambiando los capítulos publicados por los beteados.

Bueno, espero sus comentarios, Eglantier.