Bueno ya sabemos todos que Saint Seiya es de propiedad de Kurumada y cia. Y que simplemente hago esto con fines meramente terapeuticos... jejejeje... oo

Es un pequeño presente de navidad para todos los fans de Saint Seiya.


EL NIÑO PERDIDO

LA BENDICIÓN DE UN ANGELITO

Las grandes batallas para salvar a la Tierra de la ira de algún dios habían terminado desde hacia un largo tiempo y la época navideña había llegado a la mansión Kido. Esta se encontraba inundada del espíritu navideño gracias a Seiya y Shun que se pasaban todo el día tarareando villancicos desde hacia varias semanas antes de llegar diciembre. Por su parte Hyoga ya tenía planeada su lista de regalos; para que no le ocurriese lo del año pasado; que por equivocación termino regalándole a Ikki un par de medias con dibujitos de Santa Claus. Shiryu sólo se dedico a escribir un par de frases sabias para cada uno de los caballeros, ya que el año anterior le había ido muy mal con los regalos que entrego. Nadie apreciaba su exquisitez literaria, nadie leía libros, todos preferían los comic's y los mangas.

Y así pasaron los días, tranquilos y sin presagiar que algo o alguien pudiesen romper la paz que reinaba, hasta aquel día en que tocaron la puerta para dejar un pequeño paquete. Uno de los empleados de Saori, que estaba encargado de abrirla se dio con lo sorpresa de que el paquete no era otra cosa que un niño de no más de dos meses y junto a él una nota que decía:

"Querido S, este pequeño es nuestro tesoro. Cuida de él"

-¡Seiya¡Ven inmediatamente! –grito Saori desde el zaguán, al recibir la noticia del niño

-¿Saori, que ocurre? Si, es por el jarrón chino… -decía mientras bajaba las escaleras-… yo no lo rompí

-¡Rompiste el jarrón de la dinastía Ming! Ese jarrón tenía más de mil años

-A bueno, entonces ya estaba viejo –contesto relajado.

-¡¿Qué dices de esto?! –le increpo, mostrándole el niño que tenia en brazos.

-Es un bebé –dijo acercándose a Saori.

-¡Y ¿qué dices de esto?! –le increpo aún más molesta, mostrándole la nota que había recibido.

-Querido… -empezó a leer- …aja... –añadió seriamente- no…no, no –comenzó a negar mientras hacia muecas- ¿tu, crees que es mi hijo? –le pregunto, mirándola fijamente.

-De quien más. La nota dice: "Querido S" –le asevero Saori.

Seiya solo trago saliva; demostrar que aquel niño no era suyo seria imposible; todas las pruebas ciertamente apuntaban hacia él. Mientras pensaba una solución que pudiese salvarle el pellejo llego Marín muy acaramelada del brazo de Aioria, que al percatarse del niño se soltó y corrió emocionada hacia el bebé.

-¡Que preciosura! –Dijo mientras lo tomaba en brazo- Yo quiero tener un niño así

-Marín –añadió algo avergonzado Aioria por la confesión

-¿Quién es el padre? –pregunto Marín.

-Seiya –respondió Saori, muy seria.

-No me miren así. Podré meter la pata a veces, pero no la metería hasta el fondo –alegó Seiya, mientras los otros lo querían matar por aquella repuesta- ¡Qué! es cierto, mió no es

Todos se le acercaron peligrosamente con ganas de asesinarlo por la falta de responsabilidad que mostraba. Era posible que entre la furia de Saori y la decepción de Marín, él terminase en el mismísimo infirmo sin haber muerto, pero lo peor era que Aoira no intercedería por él. Pensaba en como huir lo más rápido posible de aquella deshonrosa situación cuando recordó algo peculiar de la nota.

-Podría ser cualquiera. Podría ser Shun –cubriéndose con los brazos el rostro para no recibir los golpes que se le venían encima.

-¡QUÉ! –grito atónita Saori, podría esperar cualquier cosa de los demás menos de Shun.

-¡¿Shun?! –se preguntaba desconcertada Marín

Shun que acababa de llegar de compras navideñas, con las justas podía sostener la sorprendente cantidad de paquetes que traía. Al escuchar que lo mencionaban en la habitación conjunta al recibidor se acerco.

-¿Me llamaban? -se escucho su voz amable tras la pila de paquetes que cargaba.

-¡¿Qué nos dices de esto?! –inquirieron todos los presentes en el salón

-Es un niño –respondió con inocencia saltando sus paquetes de inmediato para corre a admirarlo- ¿Puedo cargarlo?

Cuando Shun lo sostuvo entre sus brazos pareció que el bebé lo hubiese estado esperando porque alzo sus pequeños brazos hacia él como tratándolo de alcanzar. Shun no pudo contener su emoción por el gesto del pequeño que inmediatamente lo lleno de mimos y frases alegremente balbucientes.

Mientras el grupo de inquisidores reunidos en un rincón apartado de la habitación lo miraban con extrañeza escudriñando entre sus facciones y las del pequeño infante.

-Tiene sus ojos, no son adorables –dijo Marin mirando la escena tan conmovedora que había entre los dos.

-¿Tu crees? –dijo algo más que escéptica Saori

-No es posible que un joven tan responsable… -comento Aiora apenado

-Shhh ¡nos oirá! –agrego Seiya

-Claro que los oigo ¿de que es lo que hablan¿Por qué me miran raro? –inquirió Shun.

-¿Qué explicación puedes dar de esto? – Saori le entrego el papel que tenia escrita la nota.

Al cabo de un buen rato de silencio y después de meditar el contenido de aquella nota, respondió serenamente.

-Ciertamente la nota es muy ambigua, podría ser cualquiera. Si el destino ha puesto este niño en nuestra puerta, nuestro deber es protegerlo. Por otro lado; puede ser que la madre recapacite y busque al niño. –Dejo la quietud de sus palabras para arrullar al niño- ¿Verdad, bebé?..¡Shi, verdad!... ¡Sí, eres lindo!... ¿Quién es tu papi?… ¿Shiryu?..

Shiryu que pasaba con Shunrey escucho que lo mencionaban y se acerco para averiguar por que preguntaban por él. Al darse con las miradas inquisidoras de Saori, Marin y Aioria solo atino a defenderse por lo que él pensó que podrían recriminarle, el jarrón que Seiya había roto jugando con los niños hacia una semana.

-No me miren así, yo le dije a Seiya que era un jarrón muy costoso

-¿Me pueden decir quien más sabe del jarrón? –pregunto molesta Saori

-Yo –dijo Hyoga que llegaba de la cocina con una emparedo en mano y preparado para ver su serie de TV favorita.

-Yo también –añadió tímidamente Shun

-Pensamos que no te ibas a dar cuenta –confesó Seiya

-¿Cómo que no me iba a dar cuenta¡Era un jarrón de más de un metro de alto!

-Bueno, pero no te enojes –arrancándole una sonrisa al rostro de Saori

-Ay, Seiya. A veces pienso que eres el menor de los niños que tienes a tu cargo en el orfanato –dijo resignada por la perdida del jarrón y otro tanto más por la perdida de los millones con los que pretendía venderlo.

El niño que dormitaba mecido entre los brazos de Shun empezó a llorar descontroladamente. Alertando a Shiryu y los demás que todavía no se habían percatado de su presencia, la conmoción logro que el pequeño se descontrolase más, siendo casi incontenible si llanto. Shun que sabía muy poco de bebés lo comenzó a pasear alrededor de la sala, no sabia si hacia bien con eso pero algo tenia que hacer mientras los otros se tranquilizaban, y dejaban de verse las caras por la impotencia que sentían.

-¿Cómo llego este niño acá? –pregunto Shiryu en su afán por buscar alguna solución al llanto

-Lee esto –Seiya le pasó la nota- ..y no trae instrucciones de cómo apagarlo –añadió bromeando.

Pero la serena personalidad de Shunrey fue invadida por la curiosidad; y en su afán de ser la primera en leer la misteriosa nota extendió su mano arrebatándoselas al portador.

-¿Qué dice¿Qué dice? –dijo Shunrey mientras abría el pequeño papelito. Su visible emoción se acallo cuando comenzó a leer la nota.

-¿Es una broma del día de inocentes? –Es lo único que pudo decir Shiryu- es imposible que alguien se preste a esto –concluía

Shunrey sólo atino a darle un beso en la mejilla, sonrojando a Shiryu por tan repentina muestra de afecto.

-Tanto escándalo por una nota… -Dijo Hyoga algo despreocupado- pásamela… yo la leeré –empezó a reír por un largo tiempo, desorientando a los demás por su inverosímil reacción -No se han puesto ha pensar que todavía somos demasiado jóvenes para ser padres. –acoto dando un mordisco a su emparedo y añadió- …En ese caso solo nos queda Shura y Shaka. Del primero es probable que haya dejado a alguien llorando por él cuando viajo a Grecia para su entrenamiento de caballero. Ahora Shaka… Shaka… según tengo entendido que es un Monje Budista... –y dio otro bocado a su emparedado- pero no un sacerdote por lo que él puede casarse.

-¡Sorprendente! –dijo Sella casi boquiabierto

-Hyoga de donde sacas tal deducción. –Preguntaron Aioria y Saori a la vez. Mientras que los otros aun cavilaban el asunto.

-¿Quiénes aparte de estos tres, tienen nombre con S y están en edad de tener hijos? -les pregunto Hyoga haciéndoles más fácil llegar a una respuesta- …hablando de niños. –Continuo- Saori ya es tiempo de sacar los adornos navideños. No queremos que pase lo del año pasado, que ha alguien se le perdió el niño del nacimiento –aludiendo a Seiya por aquel incidente.

-¡Oye! No fue mi culpa -alego

-¡Ah¿Sí? Quien se pone a jugar con los adornos de navidad –inquirió Hyoga

-Los niños y yo… -no pudo concluir su defensa por que Hyoga lo interrumpió cual agente policial

-¡AJA! –enarco una de sus cejas dando a entender que lo había atrapado.

-…esta bien, yo me encargare del niño. Y te probare que soy responsable –se defendió Seiya

-¡NO! –gritaron todos

-¿Desconfían de mi¿Qué podría pasar? –Cogió al bebé entre sus brazos- ¡vean! Hasta dejo de llorar

Las miradas algo desconfiadas del grupo suponían que no lo harían merecedor para el cuidado del pequeño infante, pero algo motivo a admitir que realizaría una buena tarea como niñera.

CONTINUARÀ...
Notas de la autora:

Espero les haga gustado, please dejen sus reviews para saber que tan bien voy con mi historia.

Saludos;

Quilla Samma