Card Captor Sakura, no me pertenece sino a sus respectivas dueñas (CLAMP).

Historia original escrita por mí. Lamento la demora.


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Voces del paraíso

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Por Ireth I. Nainieum

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Capitulo VI

Voces del paraíso

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"Porque contenernos con vivir a rastras, cuando sentimos el anhelo de volar".

-Hellen A. Keller-

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Eriol acababa de finalizar su llamada con Yamazaki. Suspiro pesadamente, le había pedido a su amigo que se hiciera cargo un par de días más de su empresa. Luego de cancelar su compromiso con Kaho. Noticia que no tuvo más remedio Shaoran que cubrir, luego de la insistencia de su editora en jefe.

Esa pequeña revuelta entre los reporteros; la cercanía entre la dirigente y el empleado le genero a Hiragizawa una agradable sensación. Por la familiaridad con la cual ambos se trataban. Por ello, Eriol fue realmente quien se ofreció voluntariamente a darle la premisa al periódico nipón. Mucho al descontento de Li, quien alegaba inútilmente en su defensa. Pero, Nakuru le dijo que eso podría catapultarlo hacia el éxito. Así, que rendido el reportero en deportes y recientemente, cambiado a la sección cultural; no tuvo más remedio que completar la entrevista y de esta forma, pasar a la nota de espectáculos.

Por lo que una semana después, ya era del conocimiento internacional su lamentable ruptura. Con su antigua prometida Kaho Mizuki, concluía de esta forma su relación de nueve años. Lo único que Hiragizawa agradecía es que era poco conocido en Japón, por lo cual podía disfrutar de una mayor privacidad que la que seguramente tendría en Londres. Por desgracia algunos periodistas británicos estaban ya la caza de su persona.

Agradecía la gentiliza y amabilidad de Yukito Tsukishiro, por permitirle hospedarse en su hogar.

Tocaron su hombro gentilmente. Y ahí estaba una vez mas esa mujer de mirada mística, regalándole una de sus más hermosas sonrisas.

—Una soda italiana –exclamo al consultar rápidamente el menú- y un baguette de la casa, por favor

Tomoyo anoto en su libreta y camino hacia la cocina. Desde su mesa la miro marcharse, y poco después el dirigirse hacia otra mesa que estaba ocupada por la misma pareja de ancianos que vio hacia varios días. Luego de indagar un poco sobre la japonesa, por algunos vecinos de los locales adjuntos se entero que ella sufría un problema de audición. Algo que lo impresiono en sobremanera, al contemplar como ese impedimento no la limitaba en lo absoluto.

Ya había extendido por más de una semana su estadía en Japón. En todo ese tiempo comía y cenaba en el diminuto local diariamente. Solo las palabras de sus pedidos era lo único que conversaba con ella. No se había armado del valor suficiente, como para charlar con ella de algo más, que el menú.

—Me comporto como un adolescente, antes de pedir su primea cita –se lamento- puedo hablarle a casi cualquier mujer, menos con ella –musito en voz baja- ¿por qué?

—Porque, la señorita Daidouji es muy especial

Nakuro Akisuki, movió una de las sillas en la mesa de Eriol. Le sonreía de forma picara al joven inglés. El cual abrió la boca para decir algo, por el evidente sonrojo de su rostro. No obstante, la cerró mejor para callar cualquier posible metida de pata de su persona. Casi al instante la mesera en cuestión, se les acerco con parsimonia.

—¡Tomoyo! –le sonrió y la saludo efusivamente con un fuerte abrazo- lo mismo de siempre

La mujer de ojos amatistas rió ligeramente.

—Ya sabe Yukito, que te volviste a escapar de la oficina ¿Nakuru? –se cruzó de brazos y negó divertida con su cabeza- no cambiarás nunca

Akisuki le saco la lengua juguetonamente y luego se la mordió ligeramente.

—Bueno, bueno –se defendió la editora- veamos… -se puso pensativa mientras miraba el menú en la pared- prepárame para llevar, mmm… -jugueteaba con sus labios- un panino italiano, un baguette de champiñones, unas rebanadas de pastel de chocolate, de limón, del imposible, una tarta de fresa y un smoothies de mango –la miro- y ya sabes que me gusta que me traigas

—Vaya manera de pedirle disculpas -hablo Tomoyo- un día de estos se te acabará el dinero Nakuru

Se alejo con una enorme sonrisa en sus labios. Esa fue la primera ocasión que la escuchaba pronunciar más de cinco palabras en su presencia. Su voz era hermosa, juzgo el ingles. Pero, su risa sencillamente melodiosa.

—¿Cuáles son sus intenciones con ella –lo miro seriamente- joven Hiragizawa?

Al voltear hacia la mujer, la encontró ya sentada en su mesa. Eriol ocupo su antiguo asiento. Nakuro coloco sus manos bajo su barbilla y lo miro inquisidoramente algunos segundos más. Formando una muy ligera tensión en el extranjero.

—No…, no lo se…

La editora soltó un amargo bufido de desaprobación. Y luego exhalo pesadamente, al final renegó varias veces ladeando su cabeza de un lado a otro.

—Shaoran, es una persona muy sobre protectora con Tomoyo –le informo- a menos que desees algo más serio con ella –tomo aire- él no te permitirá que te acerques más a ella –silencio- él no va a permitir que la lastimes –seriedad en sus próximas palabras- ni yo…

El ingles, le sonrió. Aceptando la leve amenaza de la mujer.

—¿Por qué, es tanto su interés por velar por ella? –la miro- a mí parecer ya es lo suficientemente grande, como para poder decidir por sí misma

—Tu también eres ya mayor –externo franca- pero, no tienes el valor de hablarle –silencio- más que para pedir tu comida –suspiro- para Shaoran, Tomoyo es muy importante

—¿Son familia?

Exclamo curioso, ya que no les veía mucho parecido entre ellos sinceramente.

—No –se recargo en el respaldo de su silla- solo la quiere mucho

—¿En qué sentido?

La mirada de Nakuru se torno divertida, por el tono celoso de voz empleado por el extranjero en su pregunta al hablarle. Quizás, este era el hombre que tanto Tomoyo como Shaoran, habían estado esperando por años. Un individuo solo para ella, que le enseñase a amar.

—Shaoran, ha cuidado de ella desde que eran niños –le informo- se forjo en su cabeza la idea de que debe protegerla a cualquier costo, de los hombres que quieran aprovecharse de ella –lo miro- debido a su discapacidad –afonía- él, mismo me ha dicho que debe cuidar de ella, hasta…

Guardo silencio, cuando Tomoyo regreso con la comida de ambos. Con una total delicadeza y finura, le coloco al par de comensales su próxima ingesta. Y, una vez más se alejo cuando un trío de nuevos clientes arribaron.

—Tomoyo –suspiro y tomo sus cubiertos la mujer- perdió a sus padres cuando era un niña –olió su omelette de espinacas- por desgracia, ella no tenía más familia que ellos –recordaba su conversación con Li- estaba huérfana por parte de sus progenitores –lo miro- así, que no había nadie que la cuidase y amase en ese tiempo de infancia –comió un poco- sin embargo, Shaoran fue la excepción

Ambos comieron un poco antes de continuar, cuando la desesperación venció a Eriol; este rompió el silencio.

—No entiendo –alejo su comida- ¿por qué si cuida tanto de ella, ellos no…, no… -repitió- han comenzado una relación? –hablo incómodo- es natural que sea el siguiente paso en su profunda amistad

Nakuru lo miro de mala gana.

—¡¿No te lo acabo de decir?! –bebió de su refresco- para Shaoran, Tomoyo es como una hermana más –carraspeo- él, le suplico a su madre que la tomase con ellos –silencio- por eso, vivieron en Hong Kong –le informo- la mamá de Shaoran acepto y la adopto como parte de la familia Li. Hasta hace tres años que ambos regresaron a Japón

—¿Hong Kong?...

—Así es –exclamaba de lo más emocionada- Tomoyo es una niña muy educada, aunque no lo parezca –la miro de reojo- ¿no has visto al cocinero de este local?

El ingles medito.

—Solo… -recordó- a esa chica de lentes que salió de la cocina, y le pidió los implementos de limpieza a ella

—¿Entonces no conoces al chef del local? –se sorprendió- ella es Naoko Yanagisawa –le indico- una ayudante de cocina –comió un poco más antes de que se enfriase- Tomoyo es la chef de la cafetería, por eso se desaparece de vez en cuando

—¿Cómo?

Observo su comida y la admiro silenciosamente. Por otra parte la mujer continuo comiendo pasivamente, cuando término contemplo al ingles que aún estaba pasmado ante lo que ella acababa de revelarle.

—Cuando llegó a Japón junto con Shaoran –lo miraba de soslayo- ella decidió abrir un establecimiento cerca del lugar donde Shaoran encontró trabajo, es decir el periódico –sonrió maliciosamente- él viene a desayunar aquí casi a diario cuando no debe cumplir con algún trabajo, mucho antes de abrir este local –tomo más de su refresco- muchos en la oficina le comentan que ya deberían de formalizar, pero… -lo miro seriamente- él –señalo prudentemente- siempre indica que ese no es el cariño que él siente por ella, y que nunca lo será –le sonrió- "no puedo enamorarme de mi hermana menor"

Con esa declaración engatuso al ingles. Quien de inmediato comenzó a ingerir su baguette a grandes bocanadas, disfrutando grandemente del placer a su paladar. Esa comida, seguramente la había preparado ella con sus propias manos. Eso debió hacer, cuando la perdió de vista.

—Shaoran se pregunta, ¿por qué vienes aquí dos veces al día?

Eriol la miro perplejo.

—Así, que le joven Li le pidió que me interrogase –se sintió levemente ofendido- es algo demasiado…, pedante de su parte

Nakuru le sonrió.

—No le dije que yo también cuido de ella… -suspiro- Shaoran no tiene idea de que estoy comiendo contigo, mucho menos que el tema de conversación en Tomoyo –le informo- esto lo hago por mi propia cuenta, ya que yo se lo presente –suspiro- no quiero que la use como un consuelo rápido por su ruptura con la señorita Mizuki

La seriedad de esas palabras, no dejaban ninguna duda de la importancia con la cual se había expresado hacia él. Le había expuesto sus verdaderas razones para charla con su persona, así como parte de su interrogación. Eriol no lo percibió, ya que se encontraba de espaldas a la puerta de acceso del local; Shaoran ingreso muy lentamente y se detuvo a unos cuantos pasos de la mesa que ellos ocupaban.

—Hay algo en ella que me causa demasiada intriga…, y me hace sentir como un adolescente –le informo- me genera una sensación que no había sentido en años –suspiro- de las pocas veces que he visto sus ojos… -silencio- siento como si pudiese perderme en ese hermoso mar de su mirada –exhalo- solo se que por ella sería capaz de cualquier cosa, por que me sonría solo a mí

Shaoran se acerco y tomo del hombro al extranjero. Esto hizo que Eriol se girase rápidamente, se quedo algo impávido al observar la seriedad del rostro del joven chino. El ingles, pensó que sus palabras habían producido un grave malestar en el periodista.

—¿Son ciertas sus palabras, Hiragizawa?

Silencio.

—Es distinta a todas las mujeres que he conocido en mi vida –expreso franco- mirarla es como ver a un ser irreal, en toda la extensión de la palabra. Sus ojos contemplarlos, hace que me pierda en la inmensidad de esas orbes amatistas. Su cabellera es tan sublime que no parece humana, es como mirar a una diosa… -exhalo- pero, lo me más me cautiva de ella…, son dos cosas –lo miro- la hermosa sonrisa de sus labios –se levanto- no puedo creer que exista alguien como ella y… su voz –dijo con un hilo de voz- ella es un ave como un paraíso

—¿Ave del paraíso? –indago Li-

—¿Las has visto? –se emociono el extranjero al hablar- son pájaros majestuosos. Hay una especie que tiene un hermoso color azabache, junto con un canto extraordinario… -afonía- mis palabras deben parecerte absurdas –esbozo una media sonrisa- se que no es amor lo que siento justo ahora por ella –exhalo- no podría ser –se miraron fijamente unos momentos- solo llevo un par de días en Japón –revolvió su cabellera- por una razón que no logro comprender me he quedado aquí, pero no por mi ruptura –mutismo- hay algo en ella, una sensación –no sabía como expresare- no se como deciéntelo…, solo se que debo estar aquí hasta…

—¿Hasta cuándo, Hiragizawa? –indago Li- ¿qué le detiene?

Eriol cerró sus ojos y medito su respuesta.

—Hasta que sea capaz de oír esa voz del paraíso…

—¿Oír?... –expreso estupefacto al no comprender- ¡explíquese! –ordeno Shaoran-

—Pocas veces he escuchado su voz –susurro- es…, cautivadora. Es…, armoniosa… Como la de un ave –lo miro fijamente- hay algo en ella –exhalo- cuando me mira, casi siento como si fuera capaz de ver el interior de mi alma y desnudar mis sentidos…

—Eso me suena como una declaración de obsesión –arrugo su frente el reportero- Hiragizawa –se cruzo de brazos-

Eriol sonrió ante eso y negó con su cabeza.

—Tomoyo –la llamo por su primer nombre- es una mujer que incluso para un hombre como yo, le sería imposible de alcanzar en su vida –razono- por este momento lo único que deseo es el conocerla en toda la extensión de la palabra. Quiero ser su amigo, compañero, esposo y amante… -cerró sus ojos una vez más- quiero ser hombre a quien ella… -los abrió y la miro mientras servía en una mesa- pueda amar…

Shaoran exhalo hondamente y ocupo la silla donde Eriol había estado sentado, se dispuso a comer el alimento que el ingles había dejado.

—Le gustan las visitas a locales extranjeros, es una excelente repostera, sabe mucho de diseño de modas –sonrió- ella misma se la hace –lo miro- es mi hermana –acoto esa palabra- Hiragizawa, ni se te ocurra hacerle daño –lo amenazo concienzudamente- o te buscaré hasta el mismo infierno para darte tu mecido

—¿Li?

Eriol, se sorprendió ante esas palabras.

—No creo que tú seas el hombre para ella –le indico con el tenedor- me parece, que es Tomoyo la mujer que tú necesitas. Cualquiera que sea capaz de expresarse de esa forma por una mujer no puede ser alguien malo –silencio- en el fondo se, que eres el individuo que nos mostrará a todos a la verdadera Tomoyo

Hiragizawa le dio una reverencia muy respetuosa, había obtenido el permiso para acercársele sin temor alguno.

—Te aseguro Li –se levanto- que nunca tendrás un solo motivo para dudar de mí, ni de tus palabras de aliento

Se dio la vuelta y lleno de determinación se le acerco a Tomoyo, con la cual inicio una conversación muy animada. Todo esto frente a los ojos de su hermano político.

—Ya acabaste de investigarlo, ¿cierto Shaoran? –hablo divertida Nakuru, la cual había permanecido callada escuchando todo- eso es bastante raro en ti

—Tenía que hacerlo y saber que clase se hombre es Hiragizawa –la miro- Tomoyo me comentó que él, comía y cenaba diariamente aquí –contemplo aburrido el resto de la comida- ella…, me dijo que le causaba intriga el extranjero ingles –los miro- que le gustaría conocerlo…

—En este mundo no existen las coincidencias solo lo inevitable –leyó ella la frase de la pared- me sorprende que Tomoyo te dijese eso, sobre un hombre

Shaoran le afirmo suavemente. Esa era la primera vez que ella sentía curiosidad por alguien más del sexo opuesto, que su hermano político.

—Como un ave… -medito- Tomoyo aprenderá a volar con él… -expreso Li-

—Eso ha sido muy cursi, incluso para ti –se rió de él su editora-

—¡CALLATE!

Expreso completamente rojo, y ambos rieron muy divertidos ante la mirada de todos los presentes en el establecimiento.

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Nakuru iba hacia la oficina de Yukito, a fin de pedir disculpas por escaparse antes de tiempo a la hora de la comida; con su gran cargamento de comida. Por otra parte Shaoran se dirigió a su oficina, su asiente lo detuvo antes de entrar.

—¿Pasa algo, Chiharu?

—Alguien te espera

Se extraño, hasta donde él recordaba no tenía ninguna cita para ese día. ¿De quién podría tratarse?. Al ingresar miro a una hermosa mujer de cabellera castaña y ojos verdes como esmeraldas.

—¿Usted es?...

—Sakura Kinomoto…


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¿Cuáles son las últimas voces del paraíso?...

Aquellas que los hombres han dejado de escuchar, al haber olvidado como amar en verdad…

"Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él."

-George Bernard Shaw-

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