Hola! Este es el ultimo capítulo de este disparatado fic… no diré nada mas, así que espero que lo disfruten!

Capitulo 3

Y le da el beso!

La tensión que sentían nuestros jóvenes paladines (o puedo decir mas vulgarmente el cagaso), podía escucharse, y verse en sus respiraciones y en sus rostros. Harry jadeaba y transpiraba horrores, y Ron hacía unas muecas acompañados de un sonido gutural parecido al croar de una rana. El hada Luna, se había distraído mirando una mariposa (típico de Luna), y el hada Dolores, miraba a los muchachos con un aire de superioridad. Pasó su mirada de sapo por los jóvenes. Miró a Harry "Umm tiene pinta de príncipe, pero cara de nabo… tiene cuerpo de príncipe, se seguro es el "elegido". Luego miró a Ron "Ayyy, y este tiene pinta de vagabundo… miren esa facha! Por favor… de seguro este es el que le cambia los calzones al príncipe… de todas maneras voy a preguntar".

- Luna querida! – dijo la mujer – dichosos los ojos que te ven! –

- Si… ahórrate la farsa, bruja gorda…. Sabemos por qué estás aquí!

- Si? Y puedes decirme entonces a qué debo el honor de la visita?

- Insinúas que vengo a verte a ti? – rió Luna – y desde cuando el castillo de Hogwarts es tuyo?

- Desde que el decreto ministerial número 24…

- Ay… todavía estas rompiendo la paciencia con esos estupidos manifiestos? Por Merlín!

- Aun así, como el rey se durmió, no paga los impuestos… por lo que yo lo hice, y me adueñe de la propiedad.

- Cómo va a pagar, si es el rey? Eres tonta o qué te pasa?

- BASTA! A ver ustedes dos – los jóvenes la miraron con horror – quién es el príncipe? – Harry que era valiente pero no estúpido señaló a Ron. Ron, que era Ron señaló a Harry. El hada Dolores gritó exasperada.- No sé por qué me gasto en preguntarles a ustedes… se ve a lo lejos lo idiotas que son!

- Si? – dijo Harry – y tu, te aseguro que de lejos te pareces a una rana vieja…

- Y de cerca? – dijo ella ilusionada.

También!

- Eres gracioso?

- Soy honesto!

- Quieres que te hechice…

- Puedes hacerlo… pero por favor, que no haya otra Florencia de la V. Con dos es suficiente!

- Te haces el graciosito conmigo… - dijo ella moviendo su varita – veremos que tanto te ríes cuando te convierta en un cerdo alado de piedra…

- No! – gritó desesperado Harry – Luna por favor, haz algo!

- Dolores… - dijo la loca Luna – deja de hacerte la mala… por favor.

- Ya me cansé de ti y tu cara de boba!

- Mira… sé que estás aquí afuera porque cuando estos logren entrar tu no podrás hacer nada… tienes prohibido el acceso al castillo.

- Si… y todo te lo debo a ti!

- Gracias – dijo haciendo una reverencia – después de todo soy hada y buena… - los jóvenes aplaudieron.

- Pero yo soy mas hada… y mas buena! – Los jóvenes hicieron Buuuuh (o sea la abuchearon) – cállense!

- No lograrás nada con esa actitud Dolores – dijo Luna, la vieja la miró, situación que aprovechó Harry para arrebatarle la varita…

- Matanga dijo la changa! – Dijo contento. Ron gritó de alegría y suspiró aliviado. – Ahora quién es el que tiene el poder?

- Por favor Harry – dijo Luna – deja esa varita, no sabes el poder que tiene…

- No voy a usarla… sólo la voy a romper para que esta bruja nunca más haga las maldades que hace.

- Bien pensado amigo! – dijo Ron – Rómpela, rómpela, rómpela

- Basta! dame mi varita o si no…

- Si no qué – dijo Harry amenazadoramente – no te olvides que sin varita no eres mas que una vieja gorda… - rompió la varita – y ahora Luna guíanos al castillo… mientras más rápido veamos a esa princesa, mas temprano estaremos en ese estadio Ron y yo… jugando Quiddich! – dijo revoleando los ojitos como enamorado.

- Hombres!– dijo Luna y dejando a la bruja ahí en el medio del pasto, se encaminaron hacia la gran puerta de entrada.

- Desde ahora me transformaré en una tenue lucecita que te guiara por todo el castillo…

- Sólo llévame a la habitación de la princesa!

Cuando Harry y Ron entraron por la gran puerta de madera, vieron un gran vestíbulo con guardias asentados a ambos lados de una gran escalera. Fiel a su estilo bromista, Ron, se acercó, les metió el dedo en la nariz y les bajó los pantalones hasta la rodilla… Harry rió por la ocurrencia. Pasaron por un costado y trataron de ver hacia donde se había ido el hada Luna, convertida en lucecita. Pero para desgracia de los chicos, no contaban con que el hada, de tan estúpida que era, se fue curioseando un moscardón. Entraron a un gran salón, donde se encontraban al final el rey y la reina, durmiendo a pata suelta, en cada uno de sus tronos. A los lados, sus lacayos (Los viejos chupa medias de siempre), dormían de pie, con sus cabezas apoyadas en el pecho. Harry y Ron se acercaron hacia los nobles y los miraron detenidamente.

- Ruego al cielo que la princesa no sea tan gorda como esta vieja – dijo Harry mirando a Molly - Mira ese pelo rojo! – Ron lo miró con desdén – bueno a ti te queda bien, pero a ella… – bufó.

- Si, pero aun así parece buena – dijo Ron. Harry asintió y miró al rey.

- Uy! Este apuesto a que tiene un morbo con objetos extraños… se ve a lo lejos que es medio raro. – Ron lo miró nuevamente – Y se está quedando pelado! Espero que no sea hereditario. – Ron se tocó su cabello y tragó saliva.

- No parecen reyes… – dijo al fin – Harry… Harry… HARRY! – gritó, y se fijó en su amigo, que estaba jugueteando con el escote de una doncella – déjate de bobadas… ahora que me acuerdo… tenemos una misión, te acuerdas tu? – Harry dejó el escote de la muchacha soltando un suspiro de resignación, y se acercó a su joven sirviente.

- Dónde está esa desquiciada? – preguntó mirando por todo el salón.

- Te refieres a Luna?

- No! A quien va a ser, a la princesa?

- Puede que lo sea… - dijo Ron – Puede que sea una maniática del orden… una loca que le den nervios los exámenes… una retarada que lo único que aspira en la vida es a leer los libros y que los demás estudien y hagan lo deberes. Una insufrible mandona y gritona… una sabelotodo de mier…- Harry lo miró alarmado, y Ron, le devolvió la misma mirada… - Mejor la buscamos, y luego vemos…

- Al fin y al cabo, existe el divorcio… - dijo Harry dándose valor. De pronto, El príncipe observó que los personajes que se hallaban en los cuadros se movían de un lado al otro mirando a los visitantes y susurrando a sus espaldas. – Mira Ron… mejor le preguntamos a los cuadros!

- Estás chiflado? – le dijo Ron mirando a los cuadros – son cuadros, unos estupidos cuadros, que no hablan!

- Atrás, vil bellaco! – dijo un caballero con una armadura, y una gran espada.

- Ay mi madre! – Dijo Ron dando un brinco.

- No! esa no es tu madre, bobo! – dijo Harry – tu madre tiene pinta de macho, pero no tanto – Ron le dio un golpe en la coronilla.

- Soy Sir Cadogan, el caballero más noble de este castillo…

- Y bien, Sir cagado… - dijo Harry – usted es un noble caballero, nos podría decir si en este castillo hay una princesa en apuros?

- Si… la hay – dijo él contento – Pero para serte sincero, la que vale la pena es la doncella… esa está como quiere! Aunque la princesa… bueno puede arreglarse con un buen cepillo.-

- Dices que la doncella es la mas… - Ron lo codeó – Bueno… pero yo soy el príncipe – dijo alardeando – Así que busco a la princesa…

- Pero si sabes lo que te conviene…

- En serio? – dijo dudando.

- Harry! La princesa! – gritó Ron.

- Si, si… bueno, puedo quedarme con la doncella, de repuesto… - dijo sonriendo. Ron lo codeó de nuevo – Está bien! Te dejaré a la doncella para ti! Contento?

- Bien… con amigos como tu… - Sonrió – tu, gordo cara de pollo, nos podrías llevar hacia el cuarto de la princesa…

- Yo?

- Si, tu! – dijeron los dos.

- No lo saben?

- Qué?

- Que el camino hacia la habitación de la princesa, está lleno de hechizos y encantamientos protectores…

- No sé porque tengo esa sensación de deja vú – dijo Harry mirando hacia el techo – donde he vivido yo una historia parecida?

- Enfócate Harry! – dijo Ron – Al fin, tu querías dártela de héroe, así que cumplir esa pruebas, serán parte de tu valor… o pensabas que lo más difícil sería besarla?

- Bueno… el hada Luna…

- De esa no habléis!- dijo el viejo del cuadro – Ella fue la que hizo las pruebas…

- Si será, la hija del remil $&" - dijo Ron – Sabía que esa cara de vaca desnutrida escondía algo.

- Pero al menos ya pasamos al hada Dolores! – dijo Harry dándose ánimos y tocándose sus partes mas pudendas, como para verificar si su genero aún continuaba siendo masculino. – no deben ser muy malas… las pruebas, no?

- No lo sé… – dijo el caballero, haciendo dibujitos en la tierra de su cuadro, con su espada – si no te diste cuenta, nabo, ustedes son los primeros que entran al castillo!

- Si… bueno… el campo de Quiddich…

- Harry!

- Está bien! – dijo ya cansado – vamos señor Cadogan… podría llevarnos hasta el dormitorio?

- Si, síganme grandes caballeros!

- Yo soy príncipe! – dijo ofendido – que no se te olvide viejo bobalicón!

- Por favor… disculpad majestad

- Su Alteza – dijo él

- Mi Alteza? – preguntó el cuadro.

- No, digo su, pero de él, digo es tu, pero no mi, de yo… o sea no nosotros, ni ellos, su. Entendiste? – Harry le explicaba y el mago lo miraba y se daba en la cabeza con la espada.

- Mejor decidle Harry – dijo Ron – y llevadnos hacia los aposentos de la agraciada infanta, cuya diáfana figura y endiablados cabellos, se hayan a la espera del gallardo príncipe que la rescate de las profundidades del dios Morfeo…

- Puaaaaa – dijo Harry – te tragaste el diccionario de la real academia?

- Ah?

- Digo… entendiste todo lo que dijiste?

- Ni una palabra.

- Sabes lo que es un diccionario? –

- Una comida exótica? - dijo Ron encogiéndose de hombros – Vos viejo cara de cui…llévanos hacia donde está esa mamacita – Sir Cadogan le señaló la puerta y los llevó hacia la escalera… subieron los escalones tímidamente, pues estos rechinaban al peso de los jóvenes. El mago se pasaba de cuadro en cuadro. Hasta llegar a un cuadro donde una escultural señora, con un vestido rosa, los miraba con deseo (O sea, la vieja se los quería voltear a toda costa) A sir Cadogan casi se les salen los ojos al verla.

- Y esta señora quién es? – dijo Harry

- Yo… soy la ex–señora Gorda! – dijo ella muy romántica, tirando un pañuelito para que ellos lo alzaran. Ni Harry ni Ron se movieron y sir Cadogan no podía agacharse porque una punta de hojalata de su traje se le clavaba en el traste.

- Y por qué te llaman ex–señora Gorda? – preguntó Ron.

- Pues Ron… - dijo Harry sonriendo - porque antes debe haber sido la señora Gorda, no? – ella asintió – y a qué se debe el cambio?

- Bueno, me separé del señor Gorda, entonces, como toda mujer que se quita el peso del marido de encima, se siente llena de vitalidad, y trata de recuperar su juventud perdida al lado de un infeliz… entonces vi en una revista un anuncio de un señor que vendía unas pastillas para adelgazar… "Reduce fast fat" – que te hace bajar veinte kilos… en tres horas!

- WOW! – dijeron los dos.

- Así es! Miren! Ahora me puedo ver los pies! Y mi trasero!

- Se ve chiquito! – dijo Harry sonriendo – de todas maneras, cuídese del efecto rebote…

- Bah, tonterías! – sonrió la vieja – Y díganme, vienen por la loca de los libros?

- El viene, yo acompaño – dijo Ron ya cansado.

- Bueno, déjame decirte que si este bombón se queda con la princesa, tu no te quedarás con las manos vacías… - dijo guiñándole el ojo.

- Señora, no me gustan las relaciones viciadas. No tengo intenciones de relacionarme con un cuadro – dijo Ron terminante.

- No!- dijo ella sonriendo y sus mejillas sonrosadas – Estoy hablando de la doncella de la princesa – Harry bufó – Es un sol de hermosa, y es tan divertida! No como la cerebrito de la princesa – Harry bufó de nuevo – La idea de diversión de la princesa es forrar los libros, para que no se arruinen…

- Mire… díganos que podemos hacer para entrar – dijo enojado Harry – Ya me estoy arrepintiendo de haber venido… - Miró a Ron- si esa princesa es fea… abdico y me voy con la vieja del cuadro.

- Tranquilo – dijo Ron, que a estas alturas, ya tenía una curiosidad manifiesta por la doncella – vamos, deben ser sólo habladurías…

- Habladurías… ya me veo pasando la vida, forrando libros!

- Bueno… - dijo la ex–señora gorda – Solo deben realizar la promesa de cumplir con todas las pruebas propuestas, sin abandonar en el camino…

- Si, si, lo prometemos – dijo Harry.

- Tu promete! – dijo Ron.

- Pues tu me ayudarás… ya sabes el dicho, dos mentes pueden mas que una! – dijo contento.

- Si, tienes razón… pero considerando que tu tienes media y yo un cuarto, no llegamos ni a una!

- Si, pero la intención es lo que vale… anda Ronny Pooh… - Ron torció los ojos.

- Te ayudaré, si dejas de llamarme así… o pensaré que el hada Dolores sí te cambió los hábitos.

- Está bien… - Miro al cuadro - bueno viejita, venga, dinos que debemos hacer…

- Bueno, esto será parecido al juego de la oca…

- El juego de la oca… – dijo Ron, con una mano en el mentón, como pensando. Y digo como pensando, porque honestamente, no creo que en los hasta ahora, seis libros escritos por Rowling, Ron lo haya hecho alguna vez – no tengo ni la más puta idea de qué es eso.

- Es un juego Ron! – dijo Harry – donde supongo tenemos que cazar a una oca…

- Por Merlín! – dijo la gorda, perdón ex–gorda – de verdad no hacen ni una mente! Es un juego donde utilizas un dado, y debes seguir un camino…

- Al campo de Quiddich…. – dijo Harry, nuevamente mostrando sus ojitos relucientes de ilusión- – ahí debemos ir?

- No! – dijo la mujer – es un juego! Y se jugara aquí en el castillo! Nada de Quiddich!

- Está bien… - contestó resignado – y qué tenemos que hacer…

- Donde caiga el dado deben seguir un camino con números…

- Que no sean mas de diez… - dijo Ron – yo hasta ahí llegue en la escuela…

- Bruto – tosió la mujer – Entonces, seguirán el caminito, y cumplirán los retos… cuando terminen el caminito, podrán entrar a la habitación…

- Debemos jugar entre nosotros? – preguntó Harry.

- No! Deben jugar juntos… - respondió la señora.

- Está bien! Vamos… y dónde esta el dado? – preguntó Ron.

- Es ese cubo con puntitos que tienes casi en tu nariz… - respondió sonriente la señora.

- Primero… qué es un cubo? – preguntó Harry.

- Eso… – señalo el dado –… es un cubo. Una figura geométrica de seis caras… – resopló la vieja.

- Ahhh – dijeron los dos, mirándose sin saber que diablos dijo la vieja.

- Bien… empecemos – Ron tomó el dado y lo tiró. Sacó el número dos. De repente un juego imaginario apareció. Un camino, con casilleros, que tenían dibujados números. Ron contó dos y hasta ahí llego…

- Bueno… dijo la señora ex–gorda – tienes que darle un beso de lengua al rey…

- Ni muerto! – dijo.

- Pues si no lo haces morirás – Ron tragó saliva.

- Dijiste que lo mínimo que haríamos era volver a nuestra casa!

- Si? No creo haber dicho nada de eso… es mas no dije que una vez que aceptaban el reto… era cumplir o morir…

- Otra sensación de deja vú… – dijo Harry.

- Déjate del deja mú y ayúdame! – gritó Ron.

- No tengo que cumplir tus prendas amigo! – dijo Harry levantando las manos y negando, haciendo que su amigo quisiera matarlo. Ron salió disparado hacia el gran salón, dejando a Harry y al cuadro esperando. Y desde ahí, se escuchó que el pelirrojo hizo una gran arcada.

- Bien, el joven ha cumplido – dijo la mujer.

- Te juro… - dijo Ron, llegando rojo y enjuagándose la boca en un florero – que si salgo de esta… te mato! Tira que es tu turno. – Harry tiró y salió un seis.

- Bien… contaré de nuevo… uno, dos, tres… ehmm…

- Cuatro! – dijo la mujer.

- Si, este… bien cuatro… cinco… ehhh…

- Uno más amor! – dijo contenta la señora.

- Si! Seis! – aplaudió – ya estamos cerca… qué me toca?

- Bien… tu te adelantas dos casilleros… - Harry contento paso los casilleros y ya habían llegado a la mitad del camino. Ron tiró y salió el tres. Camino los casilleros. – Mala suerte, bajas dos. – Ron bufo – y te tocó una prenda!

- Mierda!

- Bien… debes arrullar a un troll.

- Qué? Es que acaso pensaron que… están todos en pedo? Que clase de merca se fumaron cuando hicieron estas prendas?

- Vamos Ron – lo alentó Harry – Al menos no te tocó cambiarle los pañales!

- No des ideas, mi amigo – dijo con sarcasmo. De una puerta salió un troll. Ron no supo cómo diablos iba a hacer para hacer dormir a ese monstruo.

- Vamos… amiguito! – dijo Harry riendo – siéntalo en tu piernas! – Ron miró a ese ser… de aspecto aniñado pero que de niño no tenía nada. Media como tres metros y no tenía idea cuanto pesaba. Pero de seguro era mucho. El troll lo miró, moviendo la cabeza.

- A ver… bebe! – dijo él con voz de mamá consentidora – siéntese, bonito, mi chiquitito… ese peluchito mío – el troll empezó a sonreír y a estirar los brazos para que Ron lo alzara – No mi bebé… sentado… sentado….sentado… sit! – el troll se sentó – bien… bebé! Ahora… a dormir…

- Cántale Ron! – dijo Harry.

- Pero no sé ninguna!

- Cántale la canción del pequeño efelante!

- Sólo tú puedes ver esa película…

- Bueno, esa triple xxx que me prestaste no resultó productiva!

- Degenerado – el troll gruñó – A dormir… a dormir… abejitas de miel… - comenzó a cantar Ron.

- Esa es la de la película de tiger! – dijo Harry cruzando los brazos, como nene caprichoso.

- Está bien! – bufó – Niño pequeñín… tras la luna ha de ir… tantos sueños descubrir… tiempo no hay de soñar… niño pequeñín… los astros brillan sobre ti… - El troll comenzó a cabecear peligrosamente… y cuando menos lo pensaron… cayó de cabeza y se durmió… o se reventó el marote contra el piso y se desmayó. Lo bueno es que se cumplió la prenda.

- Bravo! – dijo la mujer – ahora tu, corazón – Harry tiró el dado y salió un cinco – bien – caminó y casi llegando al final… le tocó avanzar dos casilleros mas.

- Pero que mierda! – dijo Ron – Yo tengo que poner en riesgo mi trasero, y este desgraciado avanza sin transpirar…

- Suerte de príncipe! – dijo Harry contento – tira tu, mi amigo! –tiró bien lejos el dado… le tocó el tres y sólo quedaba un casillero para terminar el juego…

- A ver chiquito… ahora tienes que... ay pobre…

- Qué tengo que hacer ahora? – dijo alarmado.

- Comer… - Ron sonrió.

- Bueno! Por fin algo que me favorece!

- Comerle… las uñas de los pies, al troll que está dormido – Harry rió. Ron instintivamente miró las patas del troll, que tenían una costra gigante de mugre alrededor de los dedos.

- Que Dios te ayude… – le dijo el príncipe palmeándole la espalda. Ron tragó saliva y se dirigió al suelo.

- Te juro… - tironeó de la uña con los dientes y rompió un poco con asco – que renuncio! No volveré a hacer algo por ti… te estoy demostrando mi amistad – tragó e hizo una arcada - con lo que estoy haciendo!

- Te quiero mi amigo… trágate toda la uña! – Cuando terminó. Se levantó y tenía los ojos llorosos del asco. – Ahora me toca a mi! – tiró y sacó un dos – si! Terminamos Ron!

- Yupiii que suerte! Viva, mi príncipe! – y masculló en voz baja – idiota!

- Si! – dijo la vieja del cuadro- ahora podrás entrar a la habitación! La princesa es la que… bueno, si ves su pelo la reconocerás… buena suerte mi querido príncipe… y espero que seas feliz!

- Duerma sin frazadas mi señora! – dijo haciéndole una reverencia – y espero que su nueva figura le depare alguna que otra alegría nocturna… - la vieja rió vergonzosa y abrió el cuadro para dejarlo pasar. – bien Ron… estoy algo nervioso…

- Si, y yo estoy realmente asqueado – dijo tomándose el estomago – creo que ese troll tenía una rata muerta entre las uñas… - eructó

- Se más educado amigo!

- Si… bueno…entra y besa a tu princesa y vete al diablo!

- Qué carácter! – entraron. La habitación estaba en penumbras… Ron se dirigió hacia la ventana, Harry hacia la cama. Ron tomó una gran aldaba que descorría las cortinas y dejaba entrar la luz del sol, a la vez que abrían las ventanas para dejar entrar la brisa. La habitación se lleno de luz. Harry miró hacia la cama. Allí, con un rostro tranquilo, reposaba la princesa. A Harry se le antojó bonita, de no ser por su espesa melena, parecida al león de Las crónicas de Narnya… se acercó. Ron miraba por la ventana.

- Ese campo de Quiddich está genial! Desde aquí se ve Harry…

- Si… aquí está la princesa… no está mal, para serte sincero… pero…

- Bien… es bonita – dijo Ron, que había posado sus hermosos ojos azules en la princesa y sentido un revoleteo de canarios en su estómago… -que digo es hermosa! No crees Harry? – Pero el príncipe no contestó. Ron se acercó a su amigo… la pequeña lucecita apareció de repente, y se convirtió en el hada Luna

- Bravo! Esto es para festejar! Pudiste entrar y vencer las pruebas – palmeó a Harry. Ron bufó.

- Yo vencí las pruebas! Este sólo tuvo suerte!

- Si, si, bien… lo bueno es que el príncipe está aquí y besará a la princesa… no Harry? Harry… Harry… Harry! – el príncipe, se distrajo mirando hacia una de las ventanas… la brisa jugueteaba con una cortina blanca, que dejaba cubierto un sofá… Harry desoyendo a los que lo llamaban… pasó por encima de la cama, pisando a la princesa en el estómago y se acercó hacia ese lugar… tenia mucha curiosidad.

- Te dije que no te distraigas! Harry! – él no escuchaba. Descubrió lentamente la cortina y allí la vio… la más hermosa muchacha que haya visto en su vida… tenía el pelo de fuego… una pequeñas y graciosas pecas que la hacían mas sexy… y sus labios… lo invitaban a besarlos.

- Merlín! – suspiró – es la mujer más hermosa que haya visto en mi vida!

- Harry – dijo acercándose Luna – esa niña no es tu objetivo. Mira la cama… mira la cama! – gritó. Pero Harry se había sentado y acercado al rostro de la joven… tocándolo con la yema de los dedos.

- Es tan suave… su piel… quién es? – Preguntó.

- La doncella… es Ginny.

- Todos tenían razón… ella es más hermosa… lo siento, no besaré a la princesa… mi corazón pertenece a esta mujer… - dijo seguro.

- Y qué haremos… la princesa… es… digo, si no la besas a ella… la pelirroja no se despertará… y por lo tanto…

- No me importa… no puedo… realmente no puedo… - dijo Harry tomando un mechón de cabello rojo y besándolo… huele tan bien – Ron se acercó rápidamente.

- Harry…. Ella… es… mi hermana!

- Eh?

- Si! Mi madre me adorara! Encontré a mi hermana vendida! Digo, mi hermana, que fue vendida… que la vendió mi hermano…

- Entendimos Ron – dijo Luna – pero cómo lo sabes?

- Mira… tiene la medalla! . Mi hermano Percy antes de morir le dejó una medalla… para que la encontraran algún día…

- O qué tierno tu hermano, Ronald! – dijo el hada entornando los ojos soñadores.

- Eso mismo dijo el dragón cuando se lo comió. – dijo Ron sonriente.

- Y puede ser cualquier medalla! – dijo Harry mas empecinado en besar a la chica, que en leer la bendita medalla.

- No es cualquiera… dala vuelta – Harry tomó el dije, rozando la piel de la muchacha… y sintió una descarga eléctrica.

- Dios… te amo! – se agachó a darle un beso.

- Epa! No toques a mi hermanita! – dijo Ron. Dándole un golpe.

- Vete al diablo! – se lo devolvió.

- No peleen! – dijo Luna – lee el dije!

- Aquí dice… soy la hermana vendida.

- Viste! Si, si, es ella mi pequeña Ginny! – dijo saltando y con las manos en el aire.

- Bueno… - dijo Harry tragando saliva y mirándola con ojos de degenerado.- te diré que de pequeña… no tiene nada… sólo la estatura…

- Pero y la princesa? – Preguntó Luna. Ron se acercó a la cama donde descansaba su Alteza real. La miró fijamente. Tenía el cabello castaño… todo enmarañado, pero le encantó… su nariz, bien formada, y sus labios, algo pequeños, pero rosados… sin darse cuenta comenzó a sentir que su corazón palpitaba fuertemente… y que tenía la irrefrenable necesidad de besarla… además de ahorcarla….

- Es hermosa… creo… que me gusta… no creo… realmente me gusta… pero no me atrevo… porque… mírenme… soy una poca cosa…

- Ron… – dijo Harry.

- No, Harry… mírate a ti… aun siendo lo que eres… la vida te sonríe... a mi la vida me patea… que podría ofrecerle? Soy pobre… no tengo una casa que ofrecerle… sólo soy el tonto amigo de Harry Potter.

- Podrás darle tu amor... tontito – dijo el hada – El príncipe no será el que ostente un título nobiliario – los dos la miraron – el príncipe será aquel que conquiste su corazón… y tu… tengo la certeza de que tu, serás el que ella elija... no el apuesto y valiente… sino el de gran corazón… y el sacrificado.

- O sea… que mi princesa… – dijo Harry mirando a la pelirroja – al diablo, yo la beso. – se acercó lentamente y posó sus labios húmedos en los secos de la chica. Estuvo así segundos… y se separó. De repente la chica se movió… y se desperezó aparatosamente. Luego abrió los ojos y los enfocó en aquellos hermosos ojos verdes y esa boca que le sonreía de una manera especial. Ella se sentó de golpe y lo miró nuevamente.

- Tu… - carraspeó – mi príncipe? – sonrió – digo eres príncipe, no?

- Aha – sonrió el y le dio otro suave beso.

- Con corona y todo?

- Así es…

- Y… no vienes a besar a la princesa? – dijo ella arqueando una ceja.

- por lo que a mi respecta… ya besé a mi princesa? – dijo él acariciando sus labios.

- Si! Si! Si! – dijo ella abrazándolo – estuve esperándote toda mi vida!

- Valió la pena la espera? – dijo él acariciando su mejilla.

- Si, mi vida! – y se quedaron abrazándose. Ron rió y miró a su princesa... después de todo, nada perdía con probar... la princesa para él era una preciosura… acercó sus labios y lentamente los posó en los de ella. sus labios eran dulces, y suaves. Se separó con temor… y muchos nervios. La princesa, lentamente abrió los ojos y respiró profundamente… miró hacia la ventana y vio a su doncella a los besos con un apuesto joven de cabello negro… sonrió… de alguna manera estaba contenta, por ella y por él también… movió su cabeza y vio cerca de su cuerpo a un joven alto… pecoso y con unos hermosos ojos azules, que la miraba tímidamente… sintió su corazón desbordarse de emoción… pero no podía hablar.

- Hola princesa – dijo Ron suavemente – dormiste bien?

- Yo… eh... tú eres… tu me besaste?

- Si… yo… te besé… - Contestó tímidamente.

- Espera, espera…- dijo confundida – tu… tu, Ronald Weasley me besaste? Tu Ronald Weasley eres mi príncipe azul?

- Si, eso creo, o mejor dicho, eso quiero. – dijo él.

- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – gritó ella.

…. y despertó.

Estaba sobresaltada…. Se había dormido pensando que amaba a uno… y resulta que en su sueño la besaba otro, y más, a ella le gusto el beso? Y lo peor… que el que ella pensaba que amaba, se besaba con la otra y que a ella en realidad no le pareció mal? tenía un dolor de cabeza terrible. Y una confusión peor. Miró la hora en su reloj. Eran las seis de la tarde… Por la puerta se asomó una pelirroja de cabello lacio y largo. Ella la miró. La pelirroja sonrió. Ella le devolvió la sonrisa… No le tenía rencor, la quería… como a una hermana. Se sonrojó.

- Buenas noches dormilona! – rieron.

- Hola Ginny cuánto he dormido?

- Casi dos horas! Te has perdido la clase de runas… Estás bien?

- Si… yo… estaba algo mal, sabes?

- Hermione, sé lo que sientes pero… – dijo Ginny y se sentó en la cama. Ella se incorporó y la miró – yo tengo que decirte algo…

- Dime… tiene algo que ver con Harry? – la pelirroja se sonrojo.

- Harry… él… me dijo… en realidad…

- Se te declaró? – Ginny asintió bajando la cabeza.

- Y tu?

- Y yo? Tu sabes lo que he sentido por él amiga… Bueno… casi lo tiro del sofá… y lo besé con ganas… creo que él se entusiasmó también, porque hasta me pidió matrimonio! – rieron.

- Me alegro por los dos.

- Sé que estás enamorada de Harry…

- No… estaba confundida… a Harry… lo quiero como un hermano – sonrió.

- En verdad? – ella asintió – no me mientes sólo para dejarme tranquila? – Hermione negó sonriendo - Bueno… me sacas un peso de encima… vamos a cenar?

- Ve… espérame…

- Te esperamos en la sala común... arréglate ese pelo. Hay alguien que se muere por verte...

- Si? – Ginny asintió contenta – Y por casualidad tiene tu mismo horrible color de pelo? – rió.

- Ey! Este color de pelo, atrapó uno de los mejores partidos del colegio!

- Suertuda!

- Tu también lo serías si no vives en ese mundo de sueños… se levantó y pateó el libro que había caído al suelo – y esto? "la bella durmiente del bosque" este no lo conocía…

- Es mi favorito y muy revelador para mí… - La pelirroja le devolvió el libro y se marchó. Ella se levantó y acomodó su pelo… como pudo. Suspiró y bajó a la sala común… allí la esperaban Harry, muy a los besos con Ginny, y, aquí su corazón comenzó a palpitar rápidamente, parado con las manos en los bolsillos cerca de la chimenea, Ronald Weasley, su príncipe azul, que la miraba fijamente. Ella le sonrió tímidamente y se acercó. Ginny captó la mirada de esos dos y jalando de un brazo a su novio, lo sacó por el agujero del cuadro desapareciendo de la sala. Hermione se acercó y se puso frente al pelirrojo.

- Hola Hermione – dijo sereno.

- Hola Ronald.

- Por qué Ronald? – dijo extrañado – sólo me dices así cuando estás enojada conmigo…

- Y lo estoy! – dijo ella, seria.

- Y ahora qué te hice! No te he pedido que me prestes las tareas para poder copiarlas. No te he pedido prestado los apuntes… si no te diste cuenta, tomo lo míos propios… que no son tan buenos como los tuyos pero al menos… y trato de cumplir con mis deberes de prefecto… por qué te enojas conmigo Hermy?

- Me alegro que hayas recapacitado sobre tus deberes Ron. Pero no estoy enojada por eso… estoy enojada contigo por lo que me hiciste…

- Ya te dije que no te hice nada! – dijo Ron desesperado.

- Si, lo hiciste… te hiciste mi amigo... deliberadamente te volviste un gracioso, bromista… lograste sacarme de mi apatía… y por sobre todas las cosas… hiciste que me enamorara de ti – Ron abrió los ojos sorprendido.

- De mi?

- De ti.

- Pero si tu andabas loquita por Harry!

- Creía… pero en realidad… me di cuenta que tu siempre has estado cuando necesito a un amigo… Harry es un gran amigo... pero tu… eres un príncipe azul… mi príncipe azul! El que me salvará de dormir una eternidad y me impulsará a vivir una vida feliz – sonrió – Mi príncipe… sólo mío.

- Eso soy? – dijo él sonriendo. Ella asintió.

- Qué sientes tu por mi?

- Yo… bueno… yo… en realidad…

- Ronald!

- Te quiero – ella sonrió – Y realmente pensé que te sentirías mal… porque Harry y Ginny…

- Estoy feliz porque ellos realmente se adoran… y estoy feliz porque te quiero y me quieres… entonces – lo abrazó. Era tan alto para ella. Su cabeza apoyada al pecho del joven – podremos…

- No Hermione… tú te mereces…

- Lo que me merezco lo tengo frente a mi- se puso de pie y lo beso, fugazmente, dejándolo sorprendido. – y no te atrevas a decir que no eres…

- Seré lo que tú quieres que sea para ti.

- No Ron… serás lo que tú quieras ser.

- Quieres ser mi novia?

- Bueno! Al fin dijiste algo coherente! – dijo sonriente.

- No empieces… qué me respondes?

- Que si. Tonto! – se abrazaron… y súbitamente se dieron su primer beso de amor. Después de unos instantes se separaron algo azorados.

- Se ve que dormir, te hace bien! – salían abrazados hacia el comedor.

- No sabes cuan revelador puede ser un sueño! – rió – no sabes cuanto! – y así, dejaban la sala común juntos, para vivir una vida plena de felicidad….

Finite incantatem!

Nota de la autora: y bueno… como todo cuento, este también tuvo su final… les agradezco las muestras de afecto que he tenido los últimos días, no sólo con este, sino también con mis otros fics…

A la muchacha que me preguntó si este era un fic Harry/Hermione, y no un Ginny/Harry, y que me exigió que se lo dijera para que lo continuara leyendo, le aviso que no… es un Ron/Hermione! (Que malvada que soy… se lo dije al final!1) Espero que te haya gustado de todas formas.

Nunca haré un fic Harry/Hermione. No porque no me guste Hermione… no me gusta Hermione para Harry. Y leyendo todos los libros, me di cuenta que a Harry no le mueve un pelo… pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito.

A la niña que me pregunto si escribía sobre Lily/James… me da no sé qué escribir sobre alguien, que ya esta muerto… es decir una historia…pero últimamente se me ha ocurrido algo siniestro… para adultos… un one shot… donde haya involucrado un trío… pero nada de lo que ustedes se imaginan! Quizás si me da ganas lo comienzo. Por ahora esta en las profundidades de mi mente.

Gracias a todos y dejen reviews!

Saludos Silvia