ALTAS TEMPERATURAS

Ginny conocía el temperamento de su familia, había vivido durante toda su vida con seis hermanos. Sabía lo que algunos de ellos acostumbraban hacer cuando la temperatura subía en sus cuerpos y definitivamente en sus mentes. ¿Cómo podían llegar a eso¿Es tanta la necesidad de los hombres?

Ella alguna vez descubrió a Fred y George en su recámara, ella al pasar había escuchando sonidos extraños y se asomó un poco para ver si sucedía algo¡y vaya que sucedía!. Ambos tenían los pantalones abajo George estaba atragantándose con su propio hermano, mientras Fred jadeaba a lo bestia y lo jalaba del cabello.

Ginny se había sorprendido mucho, ella era apenas una niña y sus hermanos estaban en plena pubertad, no volvió a sorprenderse al escuchar esos sonidos, eran siempre los mismos, del mismo tipo, a veces en voz de uno, a veces en voz del otro. En esa casa todo se oye. Que bueno que sus padres duermen en el piso de abajo, porque si tuvieran su recámara en las escaleras como todos ellos . . .

Con Bill y Charlie no le tocó convivir tanto, ellos ya estaban más grandes y pronto Charlie se fue y Bill también, ella nunca los vio hacer las cosas que hacían Fred y George, aunque . . . bueno a Bill siempre le ha gustado que ella se siente en sus piernas y en ocasiones solía restregarse un poco, pero eso es normal, no?

Percy era muy reservado, serio, tieso, poco cariñoso, si alguna vez fue victima de sus hormonas definitivamente lo desquitaba con Penélope Clearwater, su novia desde los 15, así que ella no se enteró de nada. Mejor!

Ron por su parte, siempre ha parecido bastante tranquilo, se deja llevar un poco por todo. Ginny no sabía verdaderamente cuánto habrían podido influir Fred y George en él. Aunque a decir verdad, en alguna ocasión, Fred había enfermado fuertemente, tanto que incluso estuvo algunos días en San Mungo. Por aquellos días ella tuvo la mala suerte de encontrar de nuevo una imagen que no tendría que haber visto. Seguramente a George le había hecho falta -mucha falta- Fred y se desquito con el pequeño Ron, tendría unos 11 años. George lo tenía acostado en su cama con el pantalón desabrochado mientras él chupaba sin cesar. El pequeño Ron temblaba y en ocasiones levantaba su cabeza desconcertado, no sabía bien porque George hacía eso, pero ojala no se detuviera. Esa fue la única vez que ella vio a Ron participar de alguna manera.

Sabía cuales solían ser incluso sus horarios, y sabía también que eran unos chicos vigorosos pues a veces podían tener varios encuentros en un mismo día. Generalmente era por la mañana muy temprano, al amanecer. A veces también al atardecer y en pocas ocasiones los había escuchado de noche. Definitivamente eran mañaneros.

Aquella tarde, Ginny había bajado a recoger alguna de su ropa que había quedado en el cuarto de lavar, cuando ella llegó la puerta estaba entreabierta y escuchó, no había dudas, estaban en uno de sus encuentros; ahora después de varios años, sintió curiosidad de volver a observar y se asomó, Fred y George se besaban, desde donde ella estaba se alcanzaban a ver sus lenguas entrelazarse, era lujuria pura, atacaban sus bocas besándose, mientras Fred masajeaba y sacaba del pantalón el paquete de su hermano, George lo imitó, se acariciaron hasta tener una buena erección y entonces Fred tomó en sus manos la erección de George y se la llevó a la boca.

Ginny trataba de no hacer ruido. Sus hermanos habían cambiado, sus cuerpos habían crecido, y sus técnicas también. Los chupetes que daba Fred se escuchaban fuertemente y los gemidos de George también. Ella se inclinó un poco para observar más de cerca sin hacer demasiado ruido. Estaba tan absorta observando que la impresión que recibiría poco después la dejó sin pensamiento por instantes.

-Oh!-

Una mano se había deslizado hacía su sexo desde debajo de sus nalgas y se movía. Ella no acertó más que a sostenerse del marco de la puerta. La otra mano del intruso la jaló hacía él por la cintura fuertemente aún de espaldas, y ahora buscó su sexo sobre el pantalón pero por enfrente. Era el olor de Ron . . . ¿Pero qué demo . . .?

Ron frotaba el sexo de Ginny por encima del pantalón, mientras ambos aún observaban a sus otros hermanos. George estaba corriéndose en la boca de Fred, mientras a este le escurría un poco por las comisuras de la boca.

-Ron!- Dijo Ginny desesperada. Ron se adentró en el cuarto sin soltar ni un poco a Ginny.

-¿Qué pasa?- preguntó Fred recuperando el aliento

-Me la encontré espiando en la puerta- dijo Ron sonriendo

-Otra vez Ginny? Esta no es la primera vez que nos espías, no creas que no lo sé- dijo George

-¡¡Vine por la ropa! Y tú, suéltame!- dijo Ginny haciendo el esfuerzo de zafarse, pero Ron la sujetaba sin esfuerzos sin que ella pudiera liberarse, cuando él se cansó de verla luchar la soltó sonriendo divertido.

-Bueno, entonces aceptamos tu integración a nuestro Círculo Calenturiento Weasley, pero no hoy, hemos acabado algo cansados, pero pronto . . .- Dijo George

-Yo no . . . oigan . . . yo no quiero nada! Hey!- gritó Ginny mientras sus hermanos se iban haciendo caso omiso de sus palabras.

Ginny estaba absolutamente desconcertada, sentía que no los conocía; no, esos no eran sus hermanos, ella siempre había pensado que Fred y George estaban medio locos . . . pero no llegar a ese grado, y Ron, siempre había parecido tan inocente, no lo hubiera creído.

Ella sabía que sus hermanos eran lujuriosos; bueno, hay momento para todo; masturbaciones de vez en cuando en el baño, por las mañanas sujetarse apretadamente la bata tratando de ocultar -algo-; y claro aquellas sesiones que ella conocía¿Pero tratar de integrarla a ella? Tal vez estaban bromeando y solo lo hacían para asustarla . . . eso es, querían asustarla para que no los viera más, ni le dijera a sus padres, claro . . . eso era . . .

Después de un par de días, la casa parecía seguir su curso normal, aquella mañana Fred y George bajaron antes que sus demás hermanos a desayunar, su madre apurada les mostró lo que había hecho de desayuno y les pidió que se hicieran cargo de la casa pues ella acompañaría a Tonks a unos diligencias y le ocuparía toda la mañana.

-Llegaré para la hora de la comida igual que su padre, y no se preocupen traeré comida hecha!- Dijo Molly Weasley antes de marcharse apresuradamente dándole un beso a sus hijos.

Fred y George inmediatamente voltearon a verse con la más maliciosa de sus sonrisas, no tendrían una oportunidad mejor para integrar a Ginny al Círculo. Sería la primera vez que estuvieran con una chica. Al subir se toparon con un Ron medio adormilado.

-Hey Ron, llegó la hora de Ginny¿dónde está?- Lo atajó George

-No sé, pero que bueno porque amanecí con un problemita - dijo Ron señalando algo que se levantaba en su pantalón

-¡Vamos!- dijo Fred emocionado

Se acercaron a la recamara de Ginny y abrieron la puerta suavemente, buscaron con la mirada y encontraron la cama hecha y una cambio de ropa sobre ella. Se miraron, se estaba bañando, George tomó sus prendas y las olió, ya se saboreaba.

Fueron hacia la puerta del baño y acercaron su oído, aún sonaba el caer del agua, Fred hizo el gesto de entrar en ese momento pero George y Ron coincidieron en esperar, se agazaparon para no hacer ruido y sorprenderla al salir. El sonido de la regadera cesó. Debía estar secándose, se pegaron a la pared, la puerta se abrió y al dar ella el primer paso la sorprendieron, Fred la tomó por la cintura tratando de cargarla pero ella se encogió tratando de agacharse, luchó un poco para poder dominarla hasta que lograron llevarla a su recámara.

Al llegar allí los miró con desesperación¡por Dios¡Ellos eran tres! Tal vez sería mejor no oponer resistencia, pero . . . no, no quería estar con ellos . . . así ¡NO!

Ellos la miraban con la mirada llena de libido, George se acercó despacio a ella, quien lo observaba tratando de estar alerta sobre lo que él podría hacer, pero en un movimiento rápido le arrebató la toalla que la cubría, ella se tapó rápidamente con las manos y se volteó dándoles la espalda.

Indiscutiblemente el cuerpo de una mujer de espaldas no se parece en nada al de un hombre, las formas de Ginny eran sutiles pero bien delineadas. Ron mantenía su erección masajeándose por encima del pijama, los tres babeaban.

-No tengas miedo, no es malo- Dijo Fred en un susurro mientras se acercaba a ella como si quisiera convencerla

La tomó del brazo y trató de voltearla pero ella se negó, entonces la volteó con fuerza. Ella seguía tratando de cubrirse; con el brazo izquierdo el pecho y la mano derecha el pubis. Obviamente no lograba gran cosa, estaba desnuda.

-No te cubras- se acercó Ron retirándole los brazos

Se acercaron también los gemelos, su hermana tenía pechos de mujer, pusieron sus manos sobre ellos y empezaron a tocar con curiosidad, Ron se fue a su parte trasera. Los gemelos, le besaban -los gemelos-, atrapaban sus pezones con la lengua y succionaban profundamente, ella además de sentirlo podía escuchar los chupetones que le estaban dando, y recordó que así sonaban los sorbetones que había escuchado apenas unos días antes. Se sentía mareada, tal vez era mejor desmayarse y perder el conocimiento.

Ron por su parte acariciaba sus caderas y sus piernas dejando algunos besos sobre la piel de sus muslos, caderas y nalgas. La agarró fuerte de la cintura y la pegó a su cuerpo mostrándole su virilidad. Ella sollozó.

Entre los tres la trataron de llevar a la cama, pero ella sin pensar, inconcientemente volvió a pelear, ellos tenían que recapacitar . . . No funcionó. Ron la tenía muy bien agarrada de espaldas y no le fue difícil, tomarla de los brazos obligándola a doblarse para luego levantarla, George le tomó las piernas y la acostaron inmediatamente, George siguió haciendo presión sobre ella, no podría levantarse con él encima, Ron tenía sus muñecas agarradas con una sola mano.

-Vamos Ginny no pelees! Somos tus hermanos- Fred parecía encontrar aquello muy natural

Ella sollozaba y por momentos hacía esfuerzos vanos para levantarse. Fred jaló sus brazos hacia atrás para que George pudiera seguir disfrutando de sus pechos, Ron también se acercó y los acarició y chupó, besó rápidamente su abdomen tomó su miembro y trató de abrirle las piernas pero ella las cerraba con todas sus fuerzas.

-Nooo! . . . noooo . . . mmaaaaammmaaaaaá!-

-No está, ni te molestes, se fue con Tonks- dijo George tranquilamente

Ron la jaló fuerte de las piernas abriéndolas bruscamente y volvió a acercarse, pero:

-Nooo . . . noo . . . Ron, por favor, ay . . . ay . . . nooo!-

-¡Cállate!- dijo Ron medio asustado

-Espérate! Mira, ni siquiera esta mojada, le va a doler mucho, espérate tantito- dijo Fred calmando a Ron

-Ya no aguanto, lo necesito, en serio!-

-Házmelo a mi! No le hace . . . no la vamos a poder penetrar todos hoy. . .- dijo George acomodándose con la cara entre las piernas de Ginny y ofreciéndole su trasero a Ron quien evidentemente no lo despreció.

George pujaba mientras Ron entraba conteniendo la respiración y cerrando los ojos. Ginny se dio cuenta de que ellos, se conocían ampliamente, Ron sí tenía ya tiempo de participar en aquellos encuentros. George forzaba las piernas de ella a abrirse y comenzaba a besar su sexo, pero ella se retorcía luchando por cerrarlas.

-No te muevas! Es para que no te duela Ginny, cálmate- le decía George, pero ella sentía que le vaciaban encima un balde de agua con hielos

-Por favor George, no!-

George hubiera querido convencerla pero el mete y saca de Ron le dejo sin habla por algunos momentos. Fred por su parte pensó que sería bueno bajar la intensidad y tratar de hacer que ella se acostumbrara a todo aquello. Se acostó sobre ella con una pierna entre las de ella y la otra fuera, y empezó a besarle el cuello, los hombros, el pecho, a dejar correr las manos por su cuerpo acariciándola. Ginny lo creía peor, lo que hacía era prolongar más aquella agonía, pero lo que si había considerado era relajarse y evitar oponerse pues de cualquier manera no obtendría nada.

Por su parte Ron y George se habían movido, George se recargaba en la pared mientras Ron lo follaba despacio. Fred aún vestía su pijama, pero repentinamente se bajó los pantalones liberando su más que despierto paquete, Ginny supo que ya no tendría escapatoria, Fred bajó la mano hasta su sexo y ella descubrió sorprendida que él había tenido razón, ahora ya estaba un poco lubricada. El frotó su clítoris un poco para mejorar la lubricación y funcionó. Ginny no podía evitar retorcerse, la sensación le producía mucha ansiedad y desesperación, poco después iniciaba la labor de penetración.

-Oh . . . Fred . . . no, no lo hagas!-

-Tranquila, Tranquila-

-Fred, aay! Me duele, noo!-

-Sshh, lo estoy haciendo despacio-

-Aahh, no . . . no . . .- deliraba Ginny

-Cálmate, tranquilita-

-Ya! Ya no más-

-Ok, hasta ahí- espero un momento y luego movió su cadera suavemente -sshh, suavecito¿así?-

Ella no respondió ya le daba igual, aunque a decir verdad, no estaba siendo brusco. Fred no la había penetrado mucho, ella estaba muy asustada, él solo la había penetrado hasta donde ella le indicó. De pronto, un fuerte gemido y la pared se manchaba de semen, dos intensos disparos salieron de George, pero Ron apenas estaba agarrando ritmo.

-Ya! Salte!-

-Aguántate tantito!-

-No, ya!- dijo George mientras se separaba de Ron

Ron jadeaba mientras se sobaba, movió a Fred del hombro indicándole que se levantara para entrar él, pero no le hizo caso, así que se fue hacia la cabeza de ella y se acercó a su boca. Ella creyó que se moriría del asco¡acababa de sacarlo del ano de George! Cerró los labios apretándolos con fuerza, pero él la tomó de las mejillas obligándola a abrir la boca, y en cuanto hubo un espacio se lo metió dando un amplio gemido. Ron estaba ya muy excitado, necesitaba muy poco para venirse, Ginny trataba de separase moviendo la cabeza, le empujaba el pene con la lengua sacándolo de su boca, pero él tenía la cadera encima de su cabeza, esquivarlo . . . imposible.

Hizo un esfuerzo y mientras Fred aceleraba su ritmo dentro de ella gimiendo como poseso igual que Ron, accedió un poco ante la mamada de Ron, quien no tardó más de dos minutos (eternos) en correrse dentro de su boca.

A Fred tampoco le faltaba mucho así que solo se relajó y suplicó que todo aquello acabara. El gemelo tuvo una contracción muy intensa y ahogando un gemido se derramó para luego levantarse.

Ginny estaba sobre la cama, desnuda, con una posición sin forma en el cuerpo, las piernas tal como se las había dejado Fred, semen alrededor de los labios y algunas gotas sobre la cara. Se sentía muy débil, muy cansada, muy desconcertada, no lograba explicarse lo que había sucedido.

George estaba sentado en una silla observando, Ron y Fred se recuperaban de la agitación post-orgásmica, Fred en otra silla y Ron se sentaba en la cama a un lado de ella. Se habían subido de nuevo los pantalones. Ron la cubrió con la colcha de la cama. Ella se hizo bolita en la cama. Nadie hablaba.

-Ginny, sé que esto pudo ser feo para ti pero . . . el sexo es algo normal y . . .- trató de decir George pero la vista y mente de ella estaban muy lejos

Ron le acarició el cabello y limpió su cara con la colcha. Ella realmente no sabía que pensar, de verdad no eran concientes de nada, o era ella la que estaba mal? la que estaba equivocada? Recordó que a pesar de todo habían sido considerados con ella, principalmente Fred, pero la lujuria los perdía. ¿Qué tan normal podía ser eso¿Por qué ellos no veían las cosas como ella¿Por que son hombres?

Ginny se quedó dormida entre el cansancio y sus pensamientos. Cuando se despertó estaba perfectamente acostada en su cama, su cuarto arreglado, ella tenía su camisón puesto, también tenía pantaletas y un top y en su mesita de noche había un té. Estaba tratando de entender, cuando la puerta se abrió:

-Pequeña ¿cómo te sientes?- decía Molly Weasley a su hija -¿Has probado algo del té?- Ginny negó con la cabeza.

-Bien entonces hay que beber un poco. Me siento tan orgullosa de tus hermanos, se dieron cuenta de que estabas enferma y se hicieron responsables de ti todo el tiempo que estuve fuera. Te hicieron este té. Tienes unos hermanos que te adoran Ginny . . .-