Sí, nuevamente me disculpo por la tardanza. De todas formas, he estado haciendo otros fics, apegados a la línea real de la historia. Qué hacer, volví a los orígenes: Terminé de leer el manga, y otra vez estaba rallando con los chamanes y con los personajes originales. Y como esta historia es bastante OOC, y también AU, es más agotadora y demandante que hacer cosas con las personalidades ya dadas por el amo Takei.

Ah, y no habrá ni lime ni lemon (buaa). Sí. Lo siento, pero este es un fic para "todo público". O eso creo por ahora.

Aw. Azúcar, ahora sí ya está aquí; sip, capítulo muuy meloso. Démosle un break a todas las dudas del fic. UA. HoroRen, RenHoro. Ehrm. Algo absurdo, creo. También un poco de Supernatural. Un poquitín de violencia física y verbal. Personajes absolutamente OOC. Por supuesto, Shaman King no es mío.

Revivir

Capítulo 8:Sentimientos

Un gran papel en blanco. Eso es lo que es mi mente en este momento. Una gran, gran laguna sin nada de nada sobre ella. Lo único que quiero es que este momento no se termine nunca. Que Los labios de Horo-Horo sigan quemando los míos, que sus manos sigan recorriendo ansiosas mi cuerpo. Que el calor de su cuerpo siga envolviéndome y que...

Oh, diablos, quién diría que me gustaría tanto este idiota.

Un pequeño jadeo escapa de mis labios cuando su boca ansiosa se lanza sobre mi cuello. Pero, entonces, -y recién entonces- logro recuperar algo de cordura.

-Horo-Horo...

-Dime – Susurra en mi oído, haciendo que sienta que me desmayaré de nuevo.

-Estamos en la mitad de un parque

-¿Y?

-Y que la hierba está húmeda y me estoy empapando.

-¿Tienes frío?

-Er... No creo poder decir eso, pero lo cierto es que tengo la espalda mojada...

Me mira con esos ojos enormes que tiene, con una seriedad suave, y me acaricia el rostro. Y yo que creo que me derrito.

Ah, con un demonio. Este imbécil parece no reaccionar. Doy un suspiro, sintiendo como la sangre se me va a la cabeza, y me muevo con suavidad para así levantarnos. Con todo descaro, le vuelvo a plantar un fugaz beso en los labios, al mismo tiempo que me pongo de pie y le tiendo una mano.

El la coge y se queda por un momento mirándome fijamente, con una mirada que no sé cómo interpretar.

Y así, nos devolvemos al departamento.


No tengo cómo negarlo. Podrá ser un idiota -por lo menos, en apariencia-, pero Horo-Horo me atrapó. No sé cómo llegó eso a pasar. Lo peor, es que estoy sin ninguna pista sobre qué diablos está pasando.

Después de ese beso devorador, ninguno volvió a decir algo. Caminamos en silencio. Y, una vez en el departamento, después de un suave "buenas noches", cada uno a su cuarto. Y nada más.

Está bien, puedo entender que él tal vez esté confundido, sin saber qué le pasa. Han pasado seis malditos días, y no me ha dicho ni una palabra al respecto. Hablamos de cualquier tema durante las comidas, y luego nos vamos a jugar naipes, a beber, a fumar, o a conversar, como si nada.

Es cierto, yo podría sacar el tema, pero no lo haré. No lo voy a andar persiguiendo, por más que en el fondo, me muera por volver a besarlo. Lo cierto es que tengo esa ventaja: que ya estoy muerto, así que no puedo morir por él.

Es divertido. Ahora, en vez de pensar todo el día en mi puta existencia, paso todo el día analizando qué diablos sentirá este bastardo. Porque algo le pasa conmigo. Él mismo lo dijo: No puede dejar de pensar en mí. Además, me sigue mandando esas miradas oscuras, fijas, dulces. De vez en cuando, me acaricia la cabeza. Incluso, mientras conversamos, a veces me da una caricia fugaz por el rostro. Pero nada más. Tampoco me ha dicho el típico "Fue un error".

Han pasado seis días. Mañana llegará mi Junior. No sé es cómo lo vamos a hacer con el enredo de nombres, ni con este asunto pendiente entre nosotros. Agh, lo peor es que, pese a lo extraño de la situación, se siente como lo más normal.

-¡Ren!

-Hoto-Hoto – digo con aburrimiento.

Acaba de llegar de sus clases, y me sonríe. Yo solo lo miro de reojo, y yo, tirado en el sofá haciendo nada, le respondo con una especie de sonrisa. Con su característico desorden, tira su mochila a cualquier lado, y, agotado, viene hacia mí. Yo sigo echado, usando todo el sofá. Da un suspiro, levanta mi cabeza, y se sienta, apoyándola en sus piernas. Ah, no sé por qué, pero me vuelve loco. Lo desprecio en un momento, y al otro, estoy desviviéndome por él.

-¿A que no sabes quién me llamó hoy?

-No tengo idea – digo, con un dejo de molestia.

-Pues el mismísimo Ren Tao.

-Uh. ¿y qué quería?

-Nada. Sólo me avisaba que tiene uno que otro asunto que terminar antes de partir, así que su viaje se atrasará otros dos meses... Estos malditos creen que pueden andar jugando conmigo, cambiándome una y otra vez las fechas... Pero bueno...

En un rápido movimiento, se levanta, y se lanza encima mío, apoyando su frente sobre la mía. Me quejo, pese a que no es para nada molesto.

-Hey, no eres tan liviano como para andar arrojándote como si nada sobre mí.

-... Por lo menos -me dice, ignorándome magistralmente- tendremos dos meses para estar solos

Y mientras me sonríe con picardía, se lanza a besarme con fiereza.

Sí, sus besos siguen siendo el paraíso.

Tal parece que éste idiota solo necesitaba poner en claro sus pensamientos.

Y, nuevamente me repito que tengo que estar loco para que un tipo como él me tenga así. Y tengo que estar especialmente loco para sentir que me estoy enamorando de él.

De todas formas, no me extrañaría estarlo, con todo lo que he vivido.


-¿Qué quieres, tarado?

Bajo el libro que estoy leyendo para verlo en el marco de mi puerta, sonriéndome con ternura. Frunzo el ceño. ¿No debería estar haciendo la cena? En lugar de eso, está aquí, parado, mirándome como si yo fuese un bebé que le mueve las manitas.

-Me gustas mucho, Ren.

Ok, es oficial: Estoy absolutamente avergonzado. Siento los colores subirme por la cara, mientras todo pensamiento racional se me escapa. El libro, Ren, recuerda lo interesante que estaba el libro...

-¿Y para eso abandonaste la cena, inútil?

Me sonríe más ampliamente, y yo siento como los colores se me suben cada vez más. Increíble. Y yo que pensaba que era imposible que eso pasara...

Se me acerca con esa simpleza que siempre tiene, con las manos en los bolsillos. Lo único que le faltaría es patear una piedra por el camino. Y, aún así, me parece perfecto.

-¿Qué es esto?

-¡Oye!

Toma mi libro sin delicadeza alguna, y lo examina como si fuese un animal salvaje o un arma peligrosa.

-Es un libro, Horo-Horo. Te lo presento. En él, hay palabras e ideas. Sé que tu nunca habrás conocido alguno en tu vida, pero...

Y no sé de dónde saca la habilidad para dejarme siempre sin palabras. Será porque yo siempre dejo que sus labios se adueñen de todas mis quejas, pienso mientras oigo, como en otra galaxia, que el libro es lanzado a algún rincón de la pieza, mientras Horo-Horo me coge el rostro con suavidad, al tiempo que me sonríe con burla entre beso y beso.


Me despierto en medio de la noche, con un miedo latente en el pecho, pero me tranquilizo al sentir la presencia suave de Horo-Horo a mi lado. No han sido solo sueños. Lo miro. Pone un rostro tan infantil cuando duerme. Hasta se podría decir que se ve lindo.

-GROOONG

..."Se podría decir", si no roncara como un jabalí.

Sonrío sin quererlo con ese pensamiento.

Sí, Horo-Horo ha sido algo extraño en mi vida. Raro, pero bueno. No puedo evitar acariciarle el cabello. Sus ronquidos se calman un poco.

-Quién diría que terminaría queriéndote como te quiero, ¿eh? - susurro mientras le acaricio con suavidad el rostro.

Error.

Una mano toma la mía, y el muy idiota gira la cabeza, sacándome la lengua.

-Hasta que te animas a decirlo...

-¿Qué se supone que haces tú despierto? - le interrogo, abochornado

-Sí serás terco, Ren. Tenías que pensar que estaba durmiendo para atreverte a decirme todo lo que me quieres, ¿no?

-¿Ehhh? ¿Quién ha dicho que te quiere?

Y antes que alcance a replicar, con algo parecido a una sonrisa en mis labios, lo beso.


Aún no sé si estoy vivo o muerto. A veces, me gustaría simplemente ser, en realidad, el hijo bastardo de En, y poder vivir tranquilo con Horo-Horo. No me importaría después morir. A veces logro hasta convencerme que estoy vivo; que todo lo que le invento al muchacho cuando me pide que le cuente de mi pasado es verdad. Pero luego, aparece la imagen de ese sueño que tuve mientras estaba desmayado en el parque. Porque tuvo que ser un sueño.

Y después, aparece la imagen de Hao, Fausto, y los cincuenta y dos años que viví en ese departamento.. Aparece el escape, los sobres azules, la gente atravesándome, la pareja del parque, la niña que me atravesó en el pasillo. Aparecen todas esas imágenes recordándome que no soy más que una falsa existencia.

Pero no me importa ahora. Sonará patético, pero tal vez, por primera vez en toda mi vida y mi muerte, me siento feliz. No estoy atado a nada. Y tengo al chico que quiero. Él me quiere. A veces, pareciera que nada más hace falta. Este mes y medio ha sido como estar en una burbuja.

Una noche, me arriesgué a salir con Horo-Horo a caminar por la ciudad. Y fue entonces que me di cuenta que la gente me podía ver. E incluso, tocar. No fue una manera muy agradable la que me enteré -unas mocosas me abordaron y se agarraron de mi brazo, rogándome por mi número de teléfono-, pero entonces entendí todo:

Ese sueño que tuve. El hombre de la comida lo dijo.

"Digamos que Horo-Horo es tu pase de salida de la muerte"

Tal vez, ahora sí estoy vivo. ¿Será posible que tenía que aprender a amar, y enamorarme de este idiota, encima, y por eso estaba en un punto intermedio entre la vida y la muerte?

¿Será que la vida me dio una segunda oportunidad, porque era algo así como el destino el que yo lo conociera y lo amara?

Me gustaría creer eso. Quiero, con todas mis fuerzas, pensar que esa es la verdad.

Miro el rostro de Horo-Horo mientras él duerme, y acaricio su cabello. Está bien, tal vez sí soy un tipo algo cursi; pero este tiempo, despertando con el rostro de él, viéndolo cómo me mira con cariño mientras cocina, e incluso discutiendo por estupideces, hacen que todo haya valido la pena. Ahora podría soportar volver a morir, incluso.

... Bueno, eso tal vez no.

Oigo ruidos en la sala. ¿Qué? Me levanto sigiloso. Por suerte, me he seguido entrenando. Tal vez en este momento sería bueno seguir siendo invisible.

En la sala, las luces están prendidas. Hay una mujer rubia hurgando por ahí, y un tipo que me da la espalda, sentado en el sofá. Me resulta extrañamente conocido.

Oh, diablos. No me digan que es...

-¿Encontraste algo? - pregunta él

-Nada por ahora.

Me acerco lentamente hasta quedar tras él.

-Hao – el muy idiota da vuelta la cabeza, encontrándose de frente con mi puño cerrado- ¿qué demonios haces aquí?

La chica se gira a verme, asustada. Lleva un arma, y me apunta con ella. Se nota que tiene miedo. La miro con desprecio. Otra de las putas de este idiota. Mientras el muchacho le hace una seña a la chica para que baje el arma, y se pone de pie, le digo

-Y por cierto, bienvenido de nuevo al mundo real.

PAF

Por supuesto, el golpe en mi estómago me deja sin aire, y me hace doblarme en dos.

-Es un placer volver a verte, Ren.

-Así que... -Digo con el aire entrecortado- Ahora te dedicas a robar casas. Absolutamente digno de tí, Asakura.

-Gracias, Tao.

-¿Qué demonios pasa aquí? - Y, a mis espaldas, aparece Horo-Horo, aún somnoliento, con un palo en su mano.

Me mira a mí, preocupado, confuso. Yo sigo agarrándome el estómago. Le doy una sonrisa cínica. La chica rubia se ve desconcertada, aunque rápidamente alza el arma para apuntar a Horo-Horo. Hao mira extrañado a mi compañero, mientras gruñe a la muchacha un "baja esa porquería".

-Oh, no es nada, Horo-Horo. Solo un viejo conocido que ahora se dedica al robo a mano armada, en vez del soborno. Quién diría que justamente elegiría este departamento...

Entonces, Hao sonríe, como si algo le hiciera por fin sentido. Se hecha a reír, ante el desconcierto de todos. Yo solo frunzo en ceño.

-¡Pero Tao! ¿Acaso esto es tu "persona especial"? Pues sin duda, mi destino tiene mejor gusto – señala con el pulgar a la chica atrás suyo, mientras siento mi sangre hervir-. A mí por lo menos me eligió alguien bonito.

-Maldito hijo de...

Y, mientras siento como todo el odio que tengo por este bastardo vuelve a mi sangre, me abalanzo sobre él a golpearlo con toda la fuerza que tengo.


-¿Me puedes explicar qué diablos pasa, Ren?

-Anda, Tao, explícale a tu noviecito cómo nos conocimos.

-Cállate, Hao.


Suena:

(Me equivocaría otra vez – Fito & Fitipaldis)

Un capítulo más de espera, y luego el caos. Entonces, solo quedan 3 capítulos (tal vez menos, tal vez más) para el final de esta saga. Sip. Quién lo diría. Espero este capítulo les haya gustado. Harto pensamiento de Ren. Apareció Hao. Harta miel.

Y gracias a mis lindos reviewers:

Sad.Whisper Gracias. Me gusta dar giros sorpresa al final, pese a que mis capítulos son cortitos. Espero te guste este capítulo.

Sanjixzoro-fan Espero que tú también actualices pronto. Me alegra ser de ayuda. Veremos qué pasa con Hao.

Neferura.K ¡Genial! Te diste cuenta de lo que pasaba. La señora y la niña no estaban de puro relleno, jaja. Y disculpa el retraso.

fandetufic Gracias por tus buenos deseos, y espero este capítulo también te guste, aunque es más de transición.

Lady Tao Sí, algo grande está por pasar, y ya pronto. Pero no en este capítulo todavía, jaja.

Faig2 Jaja, sí, reconozco que es una historia rara. Yo también amo a esos dos. Lamentablemente, no logro hacer capítulos mucho más largos. Aún así, intentaré actualizar antes esta vez, porque ya queda tan poquito para el fin...

TaneShizuka ¡Muchas gracias por tu review! Espero te agrade este capítulo.

Y para todos los que leen y no dejan review, púdranse.

¡Mentira! Jajaja. No, muchas gracias a todos los que leen. El saber que, pese a que no todos dejan review, hay gente leyendo esta historia, es lo que impulsa a seguir escribiendo.

Ajaja, así que ya saben, me hacen demasiado feliz los reviews. Y una autora feliz, es una autora productiva, jaja. (Y una autora en vacacciones, es aún más feliz)

Saludos,

Vickyng