Autora: Naleeh

Fanfic: "Entre cuatro paredes"

Capítulo: 1. La chica de las fotocopias.

Género: Absurdo

Personajes: Matsumoto Rangiku/Hitsugaya Toushiro

N.A: Inspirados en la relación profesional de Hitsugaya y Matsumoto.

Ninguna de estas situaciones debe salir de las cuatro paredes del despacho principal de la división 10, por el bien de la salud física y mental de cualquier shinigami del Gotei 13.


1. LA CHICA DE LAS FOTOCOPIAS

La puerta se descorrió levemente. Casi de forma imperceptible. Tan sólo los milímetros necesarios para que la pupila de aquellos inmensos ojos azules pudieran captar sigilosamente la vista de la habitación.

Vacía.

Con muchísimo menos cuidado, la teniente de la división diez terminó por abrir la entrada al despacho y se precipitó al interior sin disimular su alegría.

Sola. Estaba sola. Lo que significaba que no tendría que soportar las exigencias de su capitán hasta que regresara, y por lo tanto podía escaquearse una vez más del papeleo.

Era consciente de que tenía pendiente las copias de unos archivos desde hacía más de una semana, pero... ¡Qué más daba un día más! Ya lo decía aquel dicho: "No dejes para hoy lo que puedas hacer mañana." ¡Cuánto le gustaban ese tipo de cosas!

La chica fue a tumbarse en el sofá unos minutos, que se convertirían en horas si no venía nadie a molestarla, cuando se percató de que en su lugar favorito de descanso habían dejado una enorme caja que acaparaba prácticamente todo el sitio.

Observó el paquete disgustada.

¿Quién demonios le habría gastado una jugarreta como esa?

Si quería siesta tendría que moverlo de allí.

Tras un largo y profundo suspiro, Matsumoto Rangiku se acercó a la misma y la levantó para dejarla en el suelo. Se las vio y deseo para hacerlo. Pesaba horrores.

Cuando logró trasladarla, dejándola caer con un fuerte BLAM en el que sonaron varias piezas metálicas, observó que la maldita caja llevaba una nota pegada.

La cogió para leerla.

Abusaría de sus poderes como teniente de la división una vez más, y castigaría al repartidor a hacer alguna tarea indeseable. Esos shinigamis tenían que aprender a dejar ese tipo de paquetes sobre la mesa del capitán y no sobre su sofá. Era muchísimo más divertido ver al chico intentando levantar una mole más pesada y grande que él, desde luego.

En la nota se leía lo siguiente:

Matsumoto, de hoy no pasa. He encargado esto para que te ayude con tu trabajo. Recuerda: Dos copias de cada.

Hitsugaya

"Pff..." -bufó la chica, haciendo una pelotita con la nota y tirándola por ahí. A su capitán no lo podría torturar tan fácilmente. Pero ya se le ocurriría algo con lo que vengarse.

Abrió el paquete (tan sólo por pura curiosidad) y se encontró con un artilugio de plástico y metal con varios botones. En la superficie ponía:

"Multifunción 2000: Escáner. Fotocopiadora. Impresora."

Venía además junto con un grueso manual de instrucciones en varios idiomas. Después de leerlo muy por encima, cayó en la cuenta de que su Taicho le había obsequiado con un androide cúbico de fabricación humana; con la licencia de escriba. Tan sólo había que meter papel, apretar una tecla y el muy gilipollas se pondría a trabajar por ella. Pensándolo bien tampoco era tan mal regalo. ¡Un esclavo privado! Estos humanos cada día la sorprendían más.

De nuevo y tan sólo por curiosidad, siguió las indicaciones del librito y colocó todo en el lugar indicado. Luego, cogió los informes que debía copiar y los puso bajo la tapa tal y como marcaban los dibujos.

Apretó la tecla verde dos veces y esperó.

Nada.

Volvió a insistir.

Nada.

¿Por qué no se ponía a escribir¿Era autista?

"¡Ah!" -exclamó la mujer dándose cuenta de algo fundamental.

Nadie trabajaba por nada. Tendría que darle algo para motivarlo.

Hummm... A ver... Que tenemos para darle al escriba... ¿Qué le puede gustar?

Después de buscar unos minutos, la respuesta vino a ella como un rayo:

¡SAKE!

Nadie decía que no a un buen trago. Bueno, su capitán sí... Pero él era un caso perdido.

Muchísimo más animada, cogió la botella y comenzó a verter el contenido por el primer agujero que encontró y le vino bien.

HORROR

Ésa era la palabra. Aquel androide mecánico no debía de haber probado el alcohol en toda su vida, porque le subió demasiado rápido y comenzó a emitir rugidos extraños, a vibrar... Sí, sí, A VIBRAR! Y después a pegar saltos, tragarse el papel y esparcirlo por la habitación en un montón de pedacitos.

En una de esas trató de agredirla, pillándole la tela del kimono y comenzándosela a tragar como había hecho con el papel, al tiempo que emitía más y más ruidos extraños que denotaban su terrible ansiedad.

De ahí ya no pasó. No pensaba denunciarlo por acoso sexual y por tratar de desnudarla de una forma tan descarada. No, desde luego que no. Ella misma se bastaba para poner fin a su existencia.


Horas después, Hitsugaya Toushiro entraba en su despacho tras un duro día de trabajo confiando plenamente en que gracias a su regalo, Matsumoto le hubiera librado del papeleo.

¿En qué ignorante momento se le había ocurrido que eso pudiera llegar a pasar?

Su teniente le había librado del papeleo sí... Aunque no precisamente de la forma que él hubiera esperado.

"¿PERO QUÉ DEMONIOS HAS HECHO?" -Le espetó, incapaz de decir otra cosa, ante semejante panorama.

Rangiku se encontraba acuclillada en un rincón, con el kimono hecho jirones, incapaz de permanecer en otro sitio debido al gran estropicio de plástico, tuercas, trocitos de papel e incluso una botella vacía de sake.

De no ser por la botella, podría haber dicho que algún insensato había tratado de...

"Es culpa suya, Taicho. Si quería verme desnuda habría sido más fácil que me lo pidiera directamente en lugar de enviarme un falso ayudante agresor sexual."

Hitsugaya puso los ojos en blanco. Sería mejor no preguntar, y rebajar a Rangiku una vez más al codiciado cargo de "la chica de los cafés".


Moraleja: Si un aparato electrónico humano no funciona, no le des nada a beber. Tal vez venga mal de fábrica.


N.A (again): XDD A este tipo de cosas me dedico entre descanso y descanso a la hora de estudiar. He decidido que iré subiendo aquí estas "historias cortas" de la división 10, inspirandas en la vida real, en lugar de que se pierdan en mi ordenador.

Si no os ha gustado me da igual XD Necesitaba desahogarme escribiendo paranoias. (Escrito en 15 minutos). Pero igualmente me podéis dejar un Review, si?

Próximamente: "Vudú"

REVIEW!