¡Holas!

Aquí vuelvo, son malas fechas pero bueno, espero que leer esto al menos os alivie del estrés de los exámenes y que lo aprobéis todo jejejejeje.

Una vez más, tengo que decir que el capítulo me ha quedado larguísimo ¬¬, es que tengo que meter tantísimas cosas… que al final creo que voy a necesitar un capítulo más de lo que esperaba XDDDDD. He tenido un problema con este capítulo ¬¬, resulta que la semana pasada ya lo tenía acabado pero como a veces me suele pasar, el fic cobró vida propia y me metí en un lío que, aunque me gustaba como había quedado, me habría complicado mucho algunas cosas a la hora de resolver la historia, así que bueno, decidí reescribir parte del capítulo y aligerar un poco el caos que había producido XDDDDD.

Antes de nada, aunque no suelo dedicar capítulos, quiero dedicar este capítulo a mi amiga Sammy Bella, que está pasando por un mal momento, así que, hermanita, espero que al menos esto te haga sonreír y olvidarte de todo por un momento, aunque sea difícil hacerlo. Con todo mi cariño, te quiero mucho.

Y bueno, volvemos a tener a Lily en acción, la echaba de menos jejejeje, y después del gran éxito de la aparición de Regulus (entre las lectoras tengo a un pequeño club de fans del, como dice Queen-aka "muchas veces imitado pero nunca igualado Regulus Black") pues decidí que volviera a salir.

Oh, y creo que faltan muy pocos reviews para los 200, así que más me vale darme prisa para poder escribir el one shot regalito que prometí. Tengo una ideilla por ahí para un Sirius/James ¬ aunque se admiten sugerencias jejeje.

Bueno, me dejo de rollo y os dejo con el capítulo que es laaaaaaaaargo. ¡Espero que os guste!

CAPÍTULO 11: DE VISIONES Y BURBUJAS.

Se notaba que comenzaba el día, pues aparte de los rayos de luz que se filtraban entre las cortinas de la Torre de Gryffindor, también empezaba a escucharse el ruido de los alumnos levantándose. Remus intentó darse la vuelta para seguir durmiendo un poco más, pero era prácticamente imposible, no sólo el ruido le impedía volver a dormirse sino también un terrible dolor de espalda.

Perezosamente, Remus miró el reloj. Eran sólo las 6:45. ¿Por qué demonios la gente se empezaba a levantar tan temprano? Sin embargo, sintió que alguien se sentaba a su lado, lo que significaba que tendría que levantarse, lo quisiera o no. Se dio la vuelta, y vio que quien se había sentado era Lily.

- Remus, por favor, no puedes seguir así.- dijo Lily mirándole con lástima.- Tienes un aspecto horrible.

- Puedo imaginármelo, gracias.- dijo Remus, que ya se había acostumbrado a verse en el espejo con unas ojeras terribles.

- No sólo es que parezcas un zombi en las clases¡es que vas a acabar con la espalda hecha polvo!

- Sí, me duele muchísimo.- dijo Remus. Trató de levantarse y el dolor de espalda se acentuó, por lo que tuvo que quedarse tumbado.- ¡Ay! Dios, esto es insoportable.

- Ponte boca abajo, voy a darte un masaje a ver si se te alivia.- dijo la pelirroja.

Mientras Lily le daba un reconfortante masaje en la espalda, la chica aprovechó para intentar hacerle ver que todo lo que estaba haciendo era una tontería además de ser malo para su salud.

- No pasa nada si duermes un día en el sofá, pero es que llevas durmiendo aquí en la sala común casi dos semanas, y por lo que estoy viendo, intuyo que piensas seguir así hasta final de curso. ¡Acabarás con una hernia o algo parecido!

- Me da igual si acabo con una hernia. ¿No pretenderás que vuelva a compartir habitación con esos dos… traidores?

- Pues sí, es lo que pretendo. No les hagas caso si no quieres pero necesitas descansar como es debido para poder rendir bien en las clases y en los exámenes.

- No voy a volver por lo menos hasta que Peter haya salido de la enfermería.- protestó Remus.

- Me parece una actitud muy cobarde por tu parte.- regañó Lily.

- Sí, ya.- murmuró Remus.- ¿Entonces cómo calificarías la actitud de Sirius y James?

- ¡Tú no tienes nada que ver con ellos! Lo que hicieron estuvo mal, pero no puedes encabezonarte de esa manera, lo único que estás haciendo es perjudicarte a tí mismo.

- Me da igual lo que digas, Lily. Les importo una mierda y seguro que están mejor sin mí.

- ¡Te equivocas! Están arrepentidos, ellos quieren que vuelvas.

- Pues a mí no me lo han dicho.- dijo Remus, excusándose, sin querer dar su brazo a torcer.

- ¡Porque les rehuyes!

- Mira, Lily, si de verdad quisieran que vuelva, no andarían haciendo todas esas cosas que han estado haciendo últimamente.- dijo Remus girando levemente la cabeza para mirar a su amiga con ojos dolidos.

- Supongo que hablas de Sirius.

- Sí.

- Si estás enfadado con Sirius no deberías pagarlo también con James.- dijo Lily, molesta porque James estuviera sufriendo las consecuencias del enfado de Remus con Sirius.

- También estoy enfadado con James… pero Sirius… Sirius sabe que no me gusta que trate mal a Snape y en estas dos semanas casi ha estado a punto de matarlo sin ninguna razón.

- Y ha tenido su castigo por eso. Por poco lo expulsan.

- ¿En serio?- preguntó Remus, sorprendido y con los ojos muy abiertos.

- ¡No puedo creer que te hayas vuelto tan insensible!- protestó Lily, malinterpretando la reacción del licántropo.- Pero sí, McGonagall tomó medidas drásticas y como Sirius vuelva a hacer otra tontería será expulsado.

- Lily, yo nunca me alegraría de que expulsaran a Sirius por muy enfadado que esté con él.- murmuró, sintiéndose culpable.

Se había sentido muy mal sólo de pensar en que Lily hubiera llegado creer que se sentiría alegrado de que expulsaran a Sirius de Hogwarts. Simplemente le había sorprendido que los profesores hubieran llegado a plantearse expulsar a Sirius del colegio, sobre todo sabiendo que, pese a los problemas que causaba a menudo, era uno de los alumnos favoritos de la mayoría de los profesores. No obstante, el hecho de que Lily, una de las personas que mejor le conocía, hubiera pensado eso de él, demostraba que las cosas entre el grupo de los Merodeadores no iban por buen camino.

- Bien, me alegro de que al menos conserves algo de sentido común.- dijo la chica, dando unas palmaditas en la espalda de Remus para que se levantara, ya que había acabado el masaje.- ¿Estás mejor?

Remus se levantó y se estiró. La verdad es que estaba mucho mejor.

- Tienes la túnica hecha una pena.- dijo Lily observando la túnica arrugada de su amigo.

La alisó con un toque de varita y la dejó que parecía recién planchada.

- Bueno, yo voy a hacer unas cosillas que tengo que hacer para Runas Antiguas.- dijo Lily, que por eso se había levantado tan temprano.- Y Remus, por favor, piensa en lo que estás haciendo. Vale que se portaron mal contigo pero… ¿no crees que ya es suficiente?

Remus se quedó callado un instante. Aunque no quisiera admitirlo, era probable que Lily tuviera parte de razón, pero no iba a dársela sin meditar antes con detenimiento.

- Dudo mucho que Sirius lleve dos semanas sin dormir, como yo, arrepentido y apenado por mi ausencia. Ahora mismo estará roncando y soñando que se tira Bellatrix y a Bennington a la vez. O quizás también esté Narcisa, se ve que le gusta que todo quede en familia.- dijo Remus con voz rencorosa.

Lily simplemente dio un bufido y se sentó en la mesa sacando sus apuntes de la mochila.

- Hombres… ¿quién dijo que eran simples?- murmuró sin que Remus la escuchara.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Pero Sirius no estaba roncando ni soñando con tríos incestuosos o combinaciones entre chicas de Slytherin, es más, apenas dormía desde hacía casi dos semanas, y las veces que conseguía hacerlo sólo aparecían dos personas en sus sueños. La mejor de las veces era Remus, la peor, Snape. Aunque los sueños que incluían a este último más bien podrían calificarse como pesadillas…

Se levantó de la cama porque estaba harto de dar vueltas y pensar cosas sin sentido. Lo mejor sería que se diera una ducha bien fría que le despertara. Miró de soslayo, con un ojo, el calendario. En él aparecían tachados la inaudita cantidad de diecisiete días. Lo miraba con un ojo porque el otro le era imposible abrirlo completamente, lo tenía tan hinchado y morado que parecía una especie extraña de huevo de dragón.

Después de salir de la ducha, decidió que era hora de despertar a James. Necesitaba su ayuda.

- Prongs, despierta.- dijo Sirius, zarandeando a su amigo.

Miró a su alrededor y todo se veía tan vacío… Sólo estaban él y James y eso indicaba que nada era como siempre.

- ¡Es muy temprano!- protestó James, remoloneando.

- Necesito que me ayudes a arreglar esto.- dijo Sirius señalando su ojo herido.- ¡No puedo ir así a clase!

- No serías ni el primero ni el último que aparece en clase con un ojo morado.- musitó James.

- ¡Pero no quiero ir dando el espectáculo!- se quejó Sirius, que habían empezado a pegarle a James con la almohada para que se levantara de una vez.

- ¿No te pareció que lo de ayer fue ya un espectáculo?- preguntó James, incrédulo.- Además, la profesora McGonagall dijo que el ojo se te curaría solo, nada de ir a la enfermería. Así que si ahora apareces con el ojo bien va a saber que te ayudé y me castigará a mí.

- La muy zorra lo hizo a propósito para ponerme en ridículo delante de todo el colegio.- gruñó Sirius.- ¿Pero a ti que más te da que te castiguen¡A ti no te van a expulsar!

- Pero como siga ayudándote me terminarán expulsando, y si me castigan Lily se enfadará mucho mucho.- dijo James, reacio a implicarse.

- Joder, qué mierda.- protestó Sirius.- Si por lo menos Snivellus apareciera con el diente mellado que le dejé, lo de mi ojo quedaría eclipsado. Pero no… Snivellus como es un pelota de mierda, a él enseguida se lo arreglaron en la enfermería. Qué asco. ¡Cómo lo odio!

- Ya, es injusto.- asintió James.- Pero hay que tener en cuenta que en estas dos semanas le has atacado veintitrés veces sin motivo aparente. Es normal que lo tomen como la víctima.

- Víctima… Sí, claro, lo que es es un grasiento cabrón hijo de la gran puta.- farfulló Sirius, encolerizado.- Y nada, ahí sigue, persiguiendo a Remus, y Remus chupándole el culo como un imbécil. He roto el pacto, le he atacado, se supone que ya no debería acercarse a Remus, pero claro, a él le da igual, sus intenciones son tan pervertidas como él.

- Según creo recordar… en ningún momento le has explicado el motivo por el que le has atacado…- reflexionó James en voz alta.

- ¡Pues claro que no! Lo primero es que si le digo que se aparte de Remus porque yo lo quiero para mí, sería capaz de violarle contra su voluntad delante de mis narices sólo para joderme. Y lo segundo es que no creo que Remus deba saber que Snape y yo nos peleamos por él, viendo cómo están las cosas, y suponiendo el hipotético caso de que a Remus le gustasen los tíos¡seguro que le elige a él¿No ves que yo soy el malo que humilla a Snivellus¿No ves lo amiguitos que son ahora? Puaj, qué asco me da, en serio.- soltó Sirius.

- Por Dios, Padfoot, no digas esas chorradas. Si a Remus le gustaran los tíos, NO le gustaría Snape. ¿Cómo iba a gustarle? Si es lo más… ¡antiestético y antihigiénico que puede existir!

- Gracias por el apoyo.- sonrió Sirius.- Pero viendo lo raro que está Remus nada es imposible. Tampoco es lógico que teniéndonos a nosotros se junte ahora con Snape, eso es absurdo, pero ahí lo tienes, tan real como la vida misma.

- Pero a ver… yo todavía tengo mis dudas de que lo que te contó Bellatrix sea verdad, es que… es inverosímil. ¿Seguro que no lo hizo para vengarse de ti?- dijo James.

- Yo también lo pensé, pero te juro que no mentía. Además¡si todo encaja perfectamente!- Sirius se estremeció con repulsión.- Ay, qué lástima que el hechizo seccionador no le diera a Snivellus… maldito Peeves… mira que tirar ese bote de tinta en el momento más inoportuno, y yo como imbécil voy y me resbalo…

- Sí, y el hechizo se desvió cortándole la falda a aquella chica de Hufflepuff.- dijo James con resignación.

- Tenía unas piernas bonitas…- murmuró Sirius, mirando de reojo el calendario.

- ¡Por favor, Sirius¡Si es una mole¿Cómo puedes decir que tenía unas piernas bonitas?

- Son diecisiete días, incluso las piernas de esa foca de Hufflepuff me parecen bonitas…- murmuró Sirius, con más resignación que James.

- ¡Pero el hechizo pasó a dos centímetros de ella! Estuviste a nada de dejarla coja. Siento decir que McGonagall hizo bien en ponerte ese hechizo de protección. Todo esto te está volviendo peligroso. ¡Actúas sin pensar en las consecuencias!

- Uh, habló el que es manso e inocente como un corderito…

- A mí no se me ocurre hacer esas cosas ni otras como proponer a Snivellus que se meta por el sauce boxeador…- dijo James con malicia, sabiendo que a Sirius no le gustaba recordar aquello.- Sólo digo que veo bien que McGonagall te haya puesto ese hechizo.

- Estoy deseando probarlo.- dijo Sirius con voz pícara.

- ¡No! Como le hagas algo más a Snivellus te expulsarán.- exclamó James.

- Me da igual que me expulsen.- dijo Sirius encogiéndose de hombros.

James estaba desesperado. Su amigo estaba dando muestras de ser incapaz de razonar con coherencia, además de que parecía haber perdido cualquier rastro de prudencia.

- No te puede dar igual. Te quedan cuatro meses para acabar el colegio ¡No puedes echarlo todo a perder ahora! Además, estás mal de la cabeza, si se te va la mano con Snivellus puedes acabar en Azkaban, y lo peor es que habrá sido asesinato con premeditación y alevosía.

- Eso es lo que pretendo.- dijo Sirius, como si matar a Snape no le produjera ningún remordimiento.

- Azkaban, Sirius. Puede que no te guste que vaya con Remus, pero ¡por Merlín¡No puedes matarlo¿Es que quieres ir a Azkaban?

- No, claro que no.

- ¡Pues entonces deja de hacer el tonto!

- ¿Y qué me sugieres que haga¿Eh?- preguntó Sirius, esperando otra solución.

- Cualquier cosa menos intentar matar a Snivellus. Por ejemplo… ¿hablar con Remus como personas civilizadas?

- Sí, muy fácil.- respondió Sirius con ironía.- ¡Es lo que he estado intentando hacer! Pero claro, siempre va con Snivellus. ¡No puedo intentar hablar con él con el otro al lado! Por eso siempre acabo atacando a Snivellus… Y cuando no está con él, Remus nos huye. ¡Así es imposible desplegar mis artes de seducción!

James meditaba, con una mano revolviéndose el pelo y con la otra apoyada en el mentón.

- Pasado mañana es San Valentín. ¿Y si le escribes una carta?- propuso Potter.

- Por favor, eso es patético.- desestimó Sirius con un gesto de asco.- Además, se me da fatal eso de escribir.

- Sí, recuerdo aquella nota en verso que le mandaste a Bellatrix.- rió James.

- Pues tú te callas, porque anda que la que tú le escribiste a Lily… no era más horrenda porque no estaba escrita en papel higiénico…

- ¡Ey! A ella le gustó.- protestó James.- Bueno, eliminamos la idea de la carta…

- Está enfadado conmigo, no puedo declararme así de repente porque me va a mandar a la mierda. Necesito algo de contacto previo¡pero ni siquiera me habla! La cosa está difícil. Lo suyo sería poder tantearle antes de decir nada porque... ¿y si ni siquiera le gustan los tíos? El palo puede ser tremendo… para los dos.

- Tengo una idea.

- Miedo me das.- dijo Sirius, temiendo de verdad.

- Lily.

- No, no voy a mandar a Lily de intermediaria, eso si que es patético. ¡No soy ninguna niña de trece años, por favor!

- No, tío. Quiero decir que… ¿y si a través de Lily hacemos que Remus se entere de que Snape tiene un interés especial en él?

- No, no y no.

- ¿Por qué?

- Ya te he dicho que lo preferirá a él. Dios, esto me duele en mi orgullo profundamente.- dijo Sirius poniendo gesto compungido.

- ¡Anda ya!- le animó James.- Lily nos podrá decir cual es la reacción de Remus al saber que otro tío está enamorado de él, y así darte una pista antes de meter la pata. Si a Remus le gustan los tíos, es totalmente improbable que le guste Snape ¡no puede tener tan mal gusto! De cualquiera de las maneras, seguro que al enterarse del interés de Snape, Remus se asusta o se distancia de él. Se sentirá incómodo con su compañía…

- No lo veo bien.- dijo Sirius con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

- ¿Prefieres que las cosas sigan como están ahora?

- No. Pero para eso prefiero ir a saco y besarle sin avisar.

- ¿Es que quieres asustarlo?

- ¡Eres un maldito manipulador!

- ¿Eso es que me estás dando la razón?- preguntó James con una sonrisita maliciosa.

0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0

Después del desayuno, en el que todo el mundo miraba con curiosidad el nuevo look de Sirius Black, los chicos se dirigían a la primera clase del día, que por desgracia era compartida con los Slytherins. Lo único bueno de tan mal empezar era que ya no tenían más clases compartidas con ellos en el resto del día.

Llegaron a la puerta del aula, que aún estaba cerrada. Ya había bastantes alumnos esperando, tanto de su clase como de la que tenían enfrente, que, casualmente era de los Slytherins de quinto, como bien pudo adivinar Sirius al oír la voz de su hermano.

- ¡Qué guapo estás, Sirius!- rió Regulus, siendo secundado por las carcajadas de sus compañeros.

- Más guapo que tú, desde luego, enano cabrón.- gruñó Sirius.

- ¿Me llamas enano a mí?- dijo Regulus.- Soy más alto que tú.

James observó a Sirius llevarse la mano al bolsillo, cosa que predecía que pretendía usar algún hechizo contra él.

- A lo mejor si te vuelvo a agrandar la cabeza conseguirás tener más neuronas.- amenazó James, adelantándose a su amigo para que no cometiera ninguna tontería.

Regulus se rió, sin ningún miedo. Eso a Sirius le hubiera dado más o menos igual, de hecho tampoco acostumbraba a dirigirle la palabra a su hermano, pero le fastidió mucho que Snape, que estaba cerca, estuviera riéndole las gracias a Regulus. Sin pensarlo, terminó de sacar la varita y se dispuso a lanzar una maldición. Inmediatamente una gran burbuja sólida se creó entorno a él, absorbiendo el hechizo e impidiendo que llegara a su objetivo. Sirius se quedó parado, parpadeando mientras el grupito de Regulus y el resto de Slytherins se reían a carcajadas.

Pero James también se estaba riendo.

- Tío, pareces un hámster dentro de una bola de esas para pasear por el suelo.

- Ja, ja, ja.- río Sirius con sarcasmo.- Puta McGonagall… ¿no podría haberme puesto otra cosa menos ridícula?

- Te está bien empleado.- dijo la voz de Lily a sus espaldas.- A lo mejor así se te quitan las ganas de pelearte con la gente.

- La que faltaba…- murmuró Sirius.

- Deberían haberle puesto otra igual a James.- dijo Lily mirando a James de reojo, ya que había escuchado lo que le había dicho momentos antes a Regulus Black.

- Lily, por Dios¿todavía estás con eso? No he vuelto a hacer nada desde aquella vez.- se defendió James.- Por cierto¿y si nos sentamos hoy juntos en clase?

- Vale.- dijo Lily, ya que no era muy normal que se sentaran los dos juntos.- Voy a coger sitio.

Snape y Regulus ya se habían alejado, por lo que la burbuja de Sirius desapareció. Sin embargo, apenas se dio cuenta porque estaba observando a la pareja con ojos desconfiados, sobre todo a James.

- ¿A qué ha venido eso hoy?- preguntó Sirius.

- Nada¿no puedo sentarme con mi novia?

- ¿Y me vas a dejar solo?

- Alguien se querrá sentar contigo, no te preocupes.

- No, lo que me preocupa es lo que le vas a contar a Lily… ¡Ni se te ocurra contarle nada de lo mío y lo de…!

Sirius miró con disimulo hacia su izquierda y señaló con la cabeza a Remus.

- ¿Por qué no?- preguntó James.

- ¿Es que se tiene que enterar todo el mundo¿Por qué no lo publicamos en El Profeta para ahorar tiempo?

- Pero Lily es como de la familia, puede ser muy útil que ella lo sepa.

Sirius miraba a James de forma amenazante, con los ojos entornados y poniéndose cada vez más rojo.

- ¿Quieres que, de casualidad, Lily se entere de que cuando venías a mi casa de verano era para hacerles fotos a mis primas en top-less¿Y que tu preferida es una de Narcisa saliendo de la piscina empapada y con cara de viciosa?

- ¡NO¡Y no iba a tu casa para eso!

- Bueno, pues si no quieres que esa información, con documentación gráfica incluida, llegue a oídos de Lily, más te vale no decirle nada de que me gusta Remus.- dijo Sirius, satisfecho por tener pillado a James.- Así que mejor te estás calladito si no quieres que tus más oscuros secretos salgan a la luz.

- Vale, ya lo he captado.- asumió James.

Dicho esto, los estudiantes entraron en el aula y ocuparon los asientos. Sirius se quedó un instante observando el panorama, si por lo menos estuviera Peter podría sentarse con él, pero todo apuntaba a que tendría que sentarse con alguien que estuviera solo y despechado como él. En la segunda fila, puesto que James se había negado a sentarse en la primera, estaban Lily y James. Por otro lado, y en primera fila estaban Remus y Snape. En el sector Slytherin estaba Bellatrix con su divertido y elocuente Lestrange. Todo el mundo estaba sentado con alguien, incluso Bertha Jorkins, que aunque fuera bastante pesada siempre tenía a alguien alrededor dispuesto a ser informado de los últimos cotilleos del día. Sirius divisó al final de la fila de Slytherin un asiento vacío junto a Bennington, la amiga de Bellatrix. Perfecto. Seguramente no abriría la boca en toda la clase y eso era lo que él necesitaba, paz y tranquilidad para poder observar qué hacían Remus y Snape y James y Lily.

- ¿Puedo sentarme aquí?- dijo Sirius, intentando poner cara de bueno, pero su ojo morado fastidiaba todo el intento.

La chica quitó su mochila del asiento libre con un bufido y le dejó el sitio.

- ¿Qué te ha pasado, Black?- dijo Bennington mirando con saña el ojo morado de Sirius.- ¿Ayer te zurró Snape y ahora te dedicas a lucir las heridas de guerra?

- No exactamente.- dijo Sirius, viendo cómo se encendía una pequeña lucecita encima de su cabeza.- Es que las heridas de Snape fueron tan horribles que tuvieron que arreglárselas en la enfermería para no causarle un trauma.

- Oh, vaya, no sabía que fueras tan valiente y tan fuerte.- dijo la Slytherin con ironía.

- Pero bueno, dejemos eso a un lado. Aquí estamos tú y yo, dos almas solitarias unidas por el destino.- dijo Sirius con tono filosófico.

La chica abrió los ojos, sorprendida. No sabía si creer que Black le estaba tomando el pelo o estaba tratando de ligar con ella.

- Yo no soy solitaria, y tampoco creo que tú lo seas.- dijo en tono seco mirando fijamente su caldero con resignación.

Aquella clase iba a ser muy muy muy larga…

- Estoy preocupada por Sirius, como siga así se va a meter en un problema muy gordo.- dijo Lily mientras cortaba los ingredientes de la poción de ese día.

- Yo también, he estado hablando con él esta mañana y he intentado convencerlo de que deje de hacer tonterías si no quiere acabar en Azkaban.- dijo James.

- Bien, porque eso iba a decirte, que deberías pararle los pies en vez de alentarle.- dijo Lily con el ceño fruncido.

- Y es lo que estoy intentando pero escapa a mi control. Sirius está fuera de sí, no es capaz de razonar.

- Bueno, eso tampoco es ninguna novedad.- dijo Lily.

James la miró con desaprobación.

- Una cosa es que estés de parte de Remus y otra es que lo pagues todo con Sirius. Sirius también es tu amigo y deberías darle algo de apoyo.

- Entiéndeme, James¡no puedo estar en medio de los dos! Sirius te tiene a ti, y si yo también me uno a vosotros, Remus creerá que lo he dejado solo. Tenía que tomar una decisión y me puse del lado de Remus, que por otro lado, creo que es la más sensata.

- Pero es que yo solo no puedo controlar a Sirius.- dijo James, desesperado.

- Mira, que esté de parte de Remus no quiere decir que esté en vuestra contra. Llevo días intentando que deje de dormir en la sala común, le he dicho que estáis arrepentidos y que queréis que vuelva, pero no quiere hacerme caso.

- Claro, como tiene a su querido Snape…- murmuró James con rencor.

- Y creo que es en parte por eso por lo que sigue enfadado, ya no sólo es que le dejarais solo la última luna llena, sino que dice que si de verdad quisierais que vuelva, no estaríais molestando a Snape porque sabéis que a él le duele que lo hagáis. Tenéis que poner un poco de vuestra parte también, yo soy la primera que no quiere que esto esté así de mal.- explicó Lily.

- Tiene gracia…- rió James en voz baja.

- Pues yo no se la veo.- respondió Lily con tono enfadado.

- ¿Sabes por qué Sirius ha estado últimamente a Snape más de lo habitual?

- No.- Lily se encogió de hombros, esperando alguna excusa absurda como que no le gustaba su cara o algo por el estilo.

- Porque se enteró de que Snape está detrás de Remus. Le gusta.- dijo James, asintiendo solemnemente.

Lily, sin darse cuenta, soltó en el caldero todos los ingredientes que tenía en la mano para ahogar con ella un grito de sorpresa.

- ¡No jodas!- dijo sin creérselo, parpadeando repetidas veces sus grandes ojos verdes.

- Como lo oyes.- afirmó James.- Uh, Lily, esto… huele raro…

Un humo verdoso, que no debía estar ahí, había empezado a salir de la poción de la chica.

- Oh, mierda, mierda…- farfulló Lily viendo su poción estropeada.

Se agachó para buscar algo que neutralizara el desastre, pero antes de encontrarlo ya estaba oyendo la voz de Slughorn, que había acudido extrañado por el olor y el humo que despedía la poción de su alumna favorita.

- Evans¿pero qué ha hecho?- dijo el hombre observando el caldero para luego mirar a James como si fuera el culpable.- No le conviene sentarse con Potter en mis clases, le hacen distraerse.

- Perdón, estaba buscando polvo de ala de mariposa para contrarrestar el efecto ácido de las raices de secuoya.- dijo Lily, avergonzada.

- ¡Muy bien, Evans! Eso es exactamente lo que debía añadir. Diez puntos para Gryffindor, y venga, que todavía está a tiempo de hacer perfecta la poción.- dijo Slughorn, pasando a la siguiente mesa.

James miró a la fila de al lado y vio cómo Snape murmuraba algo, seguramente nada bueno, acerca del elogio de Slughorn a Lily. Sin embargo, Remus no parecía estar riéndole la gracia, sino que le miraba con ceño.

- ¡Black, Bennington¡Dejad la cháchara para otra clase que no sea la mía!- gritó el profesor.

Inmediatamente, James se giró con curiosidad. ¿Sirius se había sentado con Bennington y estaban de cháchara? Aquello sí que era una novedad.

- Uff, menos mal, ya está arreglado.- dijo Lily, viendo cómo su caldero recuperaba la normalidad.- Bueno, James… Dios¡eso que me has contado es completamente ridículo!

- Pero es la verdad.

James le contó por encima lo que Lily debía saber para que terminara creyéndole. Le contó el pacto con Snape y cómo éste había accedido sin poner mucho impedimento, pero sin revelar nada de los sentimientos de Sirius ni de lo que ocurría en la luna llena.

- Me dejas de piedra. Jamás habría pensado que a Snape le gustara Remus.- dijo Lily mirando de soslayo a los dos implicados en la fila de al lado, que hablaban con naturalidad mientras realizaban su poción.- ¿Remus sabe algo?

- No. Pero creemos que debería saberlo, para estar advertido.

- ¿Y?- preguntó la pelirroja, imaginando lo que venía a continuación.

- Ahí es donde entras tú.

- Ya, debí imaginar que algo te traías entre manos cuando propusiste sentarte conmigo hoy.- dijo Lily, resoplando.- ¿Por qué me toca a mí si el interesado en esto es Sirius?

- Oh, no, no es cosa de Sirius. Los dos pensamos que si Remus se entera a lo mejor ya no quiere seguir con Snape y vuelve con nosotros.- dijo James con rapidez por si acaso Lily sospechaba cualquier cosa acerca de los sentimientos de Sirius.

- Ah, vaya, yo creía que todo esto era cosa de Sirius.- dijo Lily, decepcionada, pues por un momento había creído ver la solución a todo el problema.

Le hubiera gustado escuchar algo que diese esperanza a una posible relación entre los dos chicos. De hecho, no le desagradaba en absoluto la idea de verlos juntos, pues sabía que eso haría muy feliz a Remus, y sabía que como pareja, ambos se compenetrarían muy bien. Si se lo proponía, no le costaría mucho arrancar una confesión al joven Lupin. El problema era Sirius… Su trayectoria como galán era extensa y jamás había dado muestras de interés en los de su mismo sexo, si se exceptuaba el beso con James en el juego de la botella.

- Bien, lo haré. Pero sólo porque a mí me gusta tan poco como a vosotros imaginar a Snape acosando al pobre Remus. Tal vez algo así sea el empujón que Remus necesita para darse cuenta de que vosotros sois sus verdaderos amigos.- dijo Lily, odiando profundamente tener que estar metida en medio de todos los líos.

Entretanto, en la última fila de la clase, Sirius hablaba y su acompañante cabeceaba a punto de darse en una de las cabezadas contra el borde del caldero.

- …y ya lo ves, llevo solo demasiado tiempo, tengo visiones, de hecho, en este momento es como si tuviera visión de rayos x.- dijo Sirius, observando el escote de su compañera con ojos lujuriosos.- Mi mente ahora mismo te está viendo con un sujetador negro semitransparente…

- Tu problema, Black, es que eres un pervertido. ¡Y deja de mirarme las tetas! Porque por mucho que tu mente se las imagine con sujetador negro, no lo es.

- ¿Y de qué color es?

- Rojo.

- Uhh, mejor todavía… espera a que cambie la imagen mental… Sí, queda mucho más… obsceno.- dijo Sirius cerrando los ojos y sonriendo.

- Te estás ganando que te tire el caldero por la cabeza.- gruñó la Slytherin.

- Y claro, este va a ser el San Valentín más penoso de mi vida, por primera vez lo voy a pasar triste y solo. Me doy pena de mi mismo ¿no te doy pena a ti?

La chica removió el caldero con tanta fuerza que parecía a punto de partir la cuchara de madera con la que lo hacía.

- Mira, Black, no me gustó nada que fueras diciendo por ahí que nos acostamos el año pasado.

- Es que nos acostamos, Bennington, sólo que tú no te acuerdas porque estabas borracha.

- Créeme, si me hubiese acostado contigo lo recordaría.- dijo la chica, que pese a estar perdiendo los nervios con su compañero, se había ruborizado.- Pero si tan triste y solo estás, y tanta pena te da pasar solo San Valentín, haré el esfuerzo y te acompañaré, sólo para que dejes de rallarme la cabeza. ¿Vale?

Sirius estuvo a punto de reírse, pero se contuvo, aunque en su mente planeaba la imagen del calendario con sus diecisiete días tachados. Diecisiete días… Y la muy tonta de Bennington se había creído que trataba de ligar con ella, y se lo había dejado tan a huevo que incluso le dolía físicamente tener que rechazar la propuesta. Es que eran diecisiete días… y se empezaba a obsesionar. Y todo parecía confabularse contra él para romper la promesa, cuando él sólo trataba de darle pena, va la chica y le sale con esa proposición tan indecente en el momento menos apropiado.

"Tengo que ser fuerte. Tengo que ser fuerte. Da igual que ahora mismo la esté viendo vestida de conejita de Playboy. Yo cumplo mis promesas y sólo amo a Remus." Pensó Sirius antes de respirar hondo y contestar.

- Bueno, te invitaré a un té en el salón de Madame Pudipié si me arreglas esto.- dijo Sirius señalando su ojo con carita de lástima.

- ¿Es que no sabes hacerlo tú solo?- le miró, arqueando una ceja.

- No puedo, tengo un defecto congénito que no me deja inclinar la muñeca hacia mí.- dijo Sirius, haciendo como si su muñeca estuviera rígida.

Sabía de sobra que si aparecía con el ojo curado, McGonagall comprobaría su propia varita para saber si él mismo se lo había curado y le caería otro castigo.

- Ya…- murmuró la chica, sin creerlo, evidentemente.

Sin embargo, en menos de un segundo el ojo de Sirius estaba en perfectas condiciones, coincidiendo con el final de la clase.

- Te debo un té. Nos vemos el sábado.- dijo Sirius corriendo hacia Lily y James, a quienes alcanzó antes de que salieran del aula.

- ¡Tu ojo!- exclamó James.

Sirius rió con malicia y satisfacción.

- Engatusé a Bennington para que me lo arreglara.- dijo Sirius.

Lily gruñó con desaprobación.

- Yo creía que estabas ligando con ella.- dijo James, riendo.

- Ah, no. Está buena, pero sabes que ahora no me interesa.- dijo Sirius mirando a James con elocuencia.- De todas formas he quedado con ella el sábado, he prometido invitarla a un té, es que pasar San Valentín solo… es demasiado fuerte para mí.

- Por Dios, Sirius¿por qué ibas a pasar solo San Valentín? Nada más que hay que ver el grupo de chicas que llevas siempre detrás esperando a que le pidas una cita.- dijo Lily.

- ¿No te acuerdas que Sirius hizo voto de castidad?- dijo James.

- Ah, sí, es cierto ¿y todavía no lo has roto?- preguntó Lily riéndose.

- ¡Pues no! Y para tu información llevo diecisiete días.

- Vaya, qué gran logro.- dijo Lily con sorna.- ¿Y se puede saber cual es su utilidad?

- Necesitaba descanso y reflexión. Haz memoria, tú misma me dijiste que mejor me preocupara de mi vida en vez de la de los demás y que me aclarara las ideas.- dijo Sirius, marchándose.

James, viendo que Lily se quedaba pensativa y con un gesto bastante sospechoso, se apresuró a aclarar.

- Nada, es que decía que llevaba una vida con demasiados excesos y que quería algo de descanso, dejar de pensar en el sexo a ver si consigue descubrir el amor.- dijo James, suspirando, como si esa actitud de su amigo fuese muy enternecedora.

- Yo creo que lo encontrará.- guiñó Lily con aire travieso.

0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0

Después de las clases, ya por la tarde, Sirius empezaba a agobiarse en la sala común. Durante el rato que había estado allí haciendo los deberes del día, habían pasado por su lado una veintena de chicas. No habría sido nada raro si no se hubieran dedicado a pasar una y otra vez por delante de él y cada una de ellas se empeñara en saludarlo dedicándole una sonrisa seductora. Ante ese panorama abrumador, Sirius decidió huir de allí antes de que las visiones empezaran a tomar tornas menos inocentes.

"¿De dónde coño han salido tantas tías? A la mitad de ellas creo que nunca las había visto… ¿Y por qué tienen que llevar la falda tan corta y la blusa tan apretada? Creo que me estoy volviendo loco… A ver, Sirius, céntrate y cálmate. Esas chicas no llevaban un cinturón ancho en lugar de falda, son todo imaginaciones tuyas, lo único que querían era llamar tu atención para que les pidieras una cita por San Valentín y tú eres el que se ha empezado a montar una película erótica en tu cabeza…" pensaba Sirius mientras caminaba por el pasillo, intentando autoconvencerse de que debía intentar dejar de pensar cosas equivocadas con cualquiera que pasara a su lado.

Y como si su vida no fuera ya complicada de por sí, para terminar de rematarlo, se encontró con Bellatrix, la cual llevaba en el rostro una sonrisa tan sospechosa y malvada que todo apuntaba a que estaba buscándole para algo que, seguramente, en lugar de arreglar sus problemas, los aumentaría.

- ¿Qué quieres ahora?- preguntó Sirius de mala manera, casi prefiriendo no escuchar lo que su prima tuviera que decirle.

- Oh, tienes que ver esto.- dijo Bellatrix sonriendo y asustándolo con su sonrisa.

- ¿Es que has hecho otro descubrimiento terrorífico y escalofriante?

- Más o menos.- dijo Bellatrix encogiéndose de hombros, y sin darle tiempo a responder, llevaba a Sirius a rastras camino de la biblioteca.

Sirius maldecía y farfullaba cosas ininteligibles por el camino, pero sin embargo no dio vuelta atrás. Sabía que si Bellatrix quería que viese algo, era porque ese algo era horrible, y la verdad era que prefería saber lo que estaba ocurriendo en vez de permanecer en la ignorancia.

- Por cierto, ya veo que tienes el ojo bien.- observó Bellatrix.

- Sí, fue tu amiguita Bennington la que me lo curó.

- Pues además me ha dicho que ha quedado contigo en San Valentín.- dijo Bellatrix con tono de que no le gustara nada aquella idea.

- ¿A qué viene ese tono¿Es que estás celosa¿Tú no tienes a Lestrange? Seguro que para pasar una velada romántica y divertida te lleva a una reunión de alcohólicos anónimos.- dijo Sirius, riéndose de su propia gracia.

- No estoy celosa, y además, no te importa lo que Rodolphus y yo hagamos el día de San Valentín. Lo que pasa es que sé lo que va a ocurrir, te acostarás con ella y luego la dejarás tirada y tengo que advertirte que, aparte de Slytherin, que eso dice mucho, es muy rencorosa. Conmigo te salió bien, porque claro, para mí no significó nada más que unos cuantos buenos polvos, pero ella está enamoradísima de ti, así que cuidado con lo que haces si no quieres morir joven.- dijo Bellatrix, que ni ella misma se creía el cuento que había soltado.

- Te agradezco tu interés, pero no tengo intención de tirármela.- respondió ante la estupefacción de la joven.

Por una vez en su vida, Sirius había decidido actuar con prudencia y morderse la lengua. Sabía que acabaría con el otro ojo morado si de verdad hubiera dicho lo que pensaba de Bellatrix.

"No es que ponga en duda que Bennington esté enamorada de mí, probablemente sea cierto, más bien, resultaría muy difícil que no lo estuviera. Pero Bella, por favor, que nos conocemos¿por qué entonces me preguntaste si yo sentía algo por ti? Tú eres la que está enamorada de mí e intentas asustarme con esas cosas porque no soportas que me acueste con ella." Esa fue la reflexión de Sirius, que prefirió no decir.

- ¡Qué no piensas tirártela?- preguntó Bellatrix, entre sorprendida y aliviada.

Acto seguido llevó una mano a la frente de Sirius y con la otra palpaba su cuerpo como si quisiese encontrar algo anormal en él.

- ¿Estás enfermo¿Tienes fiebre?

- Sí, estoy enfermo.- dijo Sirius, notándose acalorado.- Y de hecho te agradecería que no me toques porque puedo explotar si sigues haciéndolo. No te gustaría saber lo que estoy viendo ahora…

Bellatrix se quedó muy desconcertada. Por culpa del contacto, Sirius había vuelto a tener otra visión obscena.

- Estás…perturbado.- murmuró Bellatrix, confusa.

- Mejor háblame de Snape, es lo único que es capaz de anularme la líbido. Porque es de Snape de quien querías hablarme ¿no?

- Sí.- respondió Bellatrix, aún sin saber muy bien de qué iba todo aquello.- Estaba yo estudiando en la biblioteca y me fijé en que Snape se acerca demasiado a Lupin, le habla al oído y roza su mano contra su pierna…

- ¿QUÉ?- Sirius se quedó parado en mitad del camino.- ¿Cómo que roza su mano contra su pierna¿Qué parte de la pierna?

- No lo sé, yo estaba demasiado lejos como para poder verlo bien.- dijo Bellatrix haciéndose la inocente.

- ¿Y por qué coño Lily no me dice nada de eso¡Ella vive en la biblioteca!- gritó Sirius, enrojeciendo.

- Sí, vive en la biblioteca pero con la cabeza metida en el libro, dudo mucho que vea algo más.

- No sé qué hacemos aquí perdiendo el tiempo. Ese cabrón va a morir como que me llamo Sirius Black.- murmuró Sirius echando a correr hacia la biblioteca.

Bellatrix le siguió sonriendo maliciosamente. Adoraba verlos pelearse, se lo tenían bien merecido por burlarse de ella.

La Slytherin consiguió alcanzar a su primo antes de que irrumpiera en la tranquilidad de la biblioteca profiriendo maldiciones y armando escándalo. En su lugar, le aconsejó que estuvieran callados para no llamar la atención. Sin que nadie advirtiera su llegada, los dos jóvenes se deslizaron detrás de una estantería para poder vigilar a través de ella sin ser vistos. De esta forma llegaron a la altura donde estaban sentados Severus y Remus. Un par de mesas más atrás, estaba Lily, pero con la cabeza metida en el libro, como bien había dicho Bellatrix.

Los dos chicos estaban sentados juntos, sí, pero cada uno estaba a lo suyo y la distancia que había entre sus cuerpos era bastante prudencial.

- Yo no veo que lo esté toqueteando.- dijo Sirius en voz baja, ya casi inmunizado de ver a su amado acompañado del repugnante Snape.

- No lo van a estar haciendo a todas horas ¿no? Tendremos que esperar aquí.- dijo Bellatrix, riendo entre dientes.

- Está bien, esperemos.- suspiró Sirius con resignación.

Mientras tanto, Lily hacía como si estudiara, pero la verdad es que no podía concentrarse. De vez en cuando levantaba la vista hacia delante, veía a Remus y Snape y una especie de escalofrío repulsivo y nervioso la recorría de arriba abajo. Lo que James le había contado seguía pareciéndole imposible, pero estaba segura de que si no fuera verdad no la hubiera metido a ella en ese compromiso.

Por otro lado, también había estado pensando en Sirius. Atando cabos y uniendo pistas creía haber llegado a la conclusión de que su amigo sentía algo por Remus. No sabría calibrar el tamaño de ese "algo" pero estaba casi segura de que por lo menos, aunque fuera un pequeño sentimiento sí que había. No tenía más que remontarse a unas semanas atrás para empezar a encontrar las pistas. Todo había comenzado el día que jugaron al juego de la botella, justo el mismo día en que Sirius se había tomado muy mal la "supuesta" noticia de que Remus había perdido la virginidad con Danielle Moonlight y más o menos en la misma fecha en que había comenzado su voto de castidad. Si a todo eso se le unía el hecho de que había desarrollado instintos asesinos contra Snape, la insistencia de James en desmentir cualquier interés de Sirius en apartar a Remus de su nuevo amigo Slytherin, que ella podía recordar perfectamente el momento en que Sirius, acongojado, le preguntó si era gay porque el beso con James no le había desagradado, y lo más importante, que Sirius mismo confesó haber preferido besar a Remus en vez de a James. Si todo eso se unía en una mente privilegiada como la de Lily Evans, quedaba muy poco lugar para las dudas.

De este modo, Lily se sentía nerviosa y pasaba las páginas sin ni siquiera mirarlas. Tenía sobre ella una gran responsabilidad y tenía que pensar muy bien cómo abordar el asunto. Debía quitar de en medio a Snape, como bien le había pedido James, pero también se sentía en el deber de acercar a Remus y Sirius, aunque ninguno de los dos se lo hubiera pedido.

Habían pasado unos minutos en los que Sirius y Bellatrix espiaban el aburrido estudio de Remus y Snape sin que hubiera ningún acercamiento de ningún tipo. Así que Bellatrix decidió que era el momento de actuar, viendo que Sirius comenzaba a bostezar amenazando con dormirse sobre un tomo de "Las propiedades mágicas del hongo venenoso vietnamita". Sin que Sirius se diese cuenta, sacó un poco la varita del bolsillo de su túnica y murmuró un hechizo para acortar varios centímetros una de las patas de la silla donde estaba sentado Severus. Y para que Sirius no se perdiera detalle, le dio un codazo para alertarle.

La silla de Snape perdió el equilibrio, casi cayendo sobre Remus y teniendo que apoyarse sobre él para no tirarlo también. Los dos muchachos se quedaron callados y un poco avergonzados. Snape se disculpó y Remus sonrió un poco ruborizado, con la mala suerte de que desde la posición en la que estaban los espías sólo se veía a Snape por detrás y no se podía ver que se había disculpado, tan sólo se veía la sonrisa de Remus y el sonrojo de sus mejillas.

Bellatrix miró a Sirius, intentando ocultar su sonrisita maliciosa. El plan había dado resultado, porque estaba claro que todo había sido una artimaña para provocar otra pelea entre los dos contrincantes. Era cierto que los había visto hablar en la biblioteca pero nada más que eso.

- ¿Ves? Te lo dije, y mira, además esta vez lo ha hecho con todo descaro.- apuntó Bellatrix.

Cada fibra del cuerpo de Sirius estaba en tensión y cada vez estaba más y más rojo. Parecía a punto de estallar o más bien parecía que estaba a punto de recibir sus súper poderes para evolucionar a un estado superior que lo convertiría en máquina de matar.

- ¿Has oído eso?- preguntó Remus.

- No¿qué?- dijo Snape.

Se oía un ruido que iba aumentando en intensidad, que había empezado con un "Iiiiiiiiiiiiiiii, ahhhhhhh, GRGRGRGRGRGRGRGRGRGRGR" y que por supuesto provenía de Sirius.

En una fracción de segundo ocurrió todo, y afortunadamente en esa fracción de segundo Remus y Snape decidieron apartarse de allí temiendo que la estantería repleta de libros estuviera a punto de venirse abajo debido al peso. Desde luego, la estantería se vino abajo sin aplastar a los dos jóvenes que se habían apartado a tiempo, pero no cayó debido al peso de los libros sino debido a que Sirius había sacado su varita y había lanzado una maldición sobre Snape, haciendo que la burbuja protectora apareciera y por culpa de ésta, que tenía un diámetro de unos dos metros alrededor de Sirius, la estantería tras la que se ocultaban había colapsado contra el suelo.

Una vez que el caos, el estrépito y la nube de polvo que se había formado se hubieron desvanecido, Remus y Snape pudieron observar que tras la nube de polvo se iba dibujando la figura de un Sirius Black muy muy irritado.

- Cómo no, debí imaginar que detrás de esto estarías tú.- dijo Snape mirando con ojos furiosos al furioso Sirius.

Remus miraba muy enfadado a Sirius, pero lo miró aún más enfadado cuando divisó a su lado a Bellatrix Black. Por otra parte, Lily acudió corriendo al ver lo que había pasado, dispuesta a evitar que Sirius se jugara de nuevo la expulsión de Hogwarts. Gracias a que Remus y Snape estaban a una distancia bastante alejada de Sirius, la burbuja protectora desapareció. Sin embargo, a Sirius no parecía importarle ya que volvió a empuñar la varita. Lily actuó con rapidez antes de que su amigo lanzara otra maldición inútil, y con un hábil Expelliarmus se hizo con la varita del joven Black.

- ¡Sirius! No vale la pena que te juegues tu futuro por…esto.- regañó la pelirroja mirando con desgana a Snape.

- No necesito varita para lo que pienso hacer.- dijo Sirius entre dientes sin quitar ojo de su objetivo y crujiéndose los nudillos.- Con mis manos me basta, incluso creo que lo disfrutaré más.

- Adelante, Black, no te tengo miedo.- alentó Snape.

Aunque a Bellatrix le faltara solamente dar saltitos de alegría por tener sitio de primera fila para la pelea, Remus se encargó de desbaratar su plan. El chico se interpuso entre los dos oponentes, y aunque enfadado profundamente con Sirius, su intención era acabar con aquella batalla absurda que le dañaba en lo más hondo de su corazón.

- ¡Estoy harto de todo esto¡Harto de ti!- gritó Remus mirando a su antiguo compañero.- Eres un puto egoísta, y me estás demostrando que te importo una mierda. Sólo te pedí dos cosas y no eres capaz de ceder en ninguna de ellas por mi amistad. En cambio te regodeas en ellas cada vez más. Por cosas como esta es por lo que no puedo creer que realmente queráis que vuelva.

- No, Remus, te equivocas.- dijo Lily, pero no fue escuchada.

- Eres un inmaduro.- dijo Remus, mirando con odio a Sirius.

- Le apoyo totalmente.- dijo Bellatrix a Sirius también.

- ¡Y tú te callas puta zorra!- exclamó Remus.

La respuesta de Bellatrix y la nueva frase de Remus se mezclaron, por lo que fue difícil que se entendieran.

- ¿Me estás llamando puta zorra¿Tú, repugnante sangre mestiza? Prefiero ser una puta zorra a tener una sangre asquerosa como la tuya.

- Me prometiste que la dejarías, ya veo lo que valen tus promesas.- escupió Remus.

Bellatrix se quedó pálida.

- ¿Tienes tan poca personalidad que me dejaste porque ese te lo pidió?- preguntó Bellatrix, esta vez dispuesta a enzarzarse contra Sirius.

Sirius empezaba a abrumarse entre tantas acusaciones.

- No estoy con ella. ¿Te jodería que estuviera con ella?- preguntó Sirius.

- Me jodería.

- A mi me jode que vayas con Snape.

- Tú tampoco has hecho nada para que prefiera ir contigo, sino todo lo contrario.

- Ah, o sea que me estás diciendo que te da igual que me siente mal y vas a seguir haciéndolo.

- Sí, más o menos esa es la idea.- dijo Remus.- Ahora, Severus, será mejor que nos vayamos, esto no tiene ningún sentido.

- ¡Eso! Tú huye como un cobarde.- gritó Sirius.

Remus y Snape se disponían a marcharse cuando la bibliotecaria, Irma Pince, llegó hasta el lugar de los hechos.

- Aquí nadie va a ningún sitio.- dijo, evitando que los dos chicos se fuesen.- Usted, señor Snape, quédese aquí a ordenar todo este desastre.

- ¿Yo? Pero si yo no he tenido la culpa de nada.- protestó el Slytherin.

Sirius se reía, haciendo un gesto con el brazo alegrándose de que Snape tuviese que quedarse a pagar las consecuencias.

- Y usted, señor Black, no se ponga tan chulito. He informado a la profesora McGonagall y le quiere inmediatamente en su despacho.- dijo la mujer.

Esta vez Sirius fue el que se quedó pálido, sin ánimos para volver a reírse de que Snape tuviese que ordenar todos los libros de la estantería. En su cara se podía ver que temía una orden de expulsión inmediata.

Lily, viendo que Remus salía de la biblioteca, se apresuró a alcanzarle, no sin antes devolver a su propietario la varita de Sirius. La muchacha se veía bastante consternada e incluso, pese a tener una mirada de decepción y rabia, se podía intuir que parecía a punto de echarse a llorar por lo que McGonagall tuviera que decirle a Sirius en su despacho.

- ¿Por qué siempre lo tienes que fastidiar todo?- fue lo único que dijo antes de salir por la puerta de la biblioteca en busca de Remus Lupin.

- Ups, Sirius, me parece que la has cagado.- dijo Bellatrix, riendo y también dejándolo solo.

- ¿Pero qué coño le pasa a todo el mundo conmigo¿Es que hay una conspiración contra mí?- dijo Sirius en voz alta, aunque más bien era una pregunta que se estaba haciendo a sí mismo. No era normal que todo le saliera mal, debía ser cosa de alguna extraña conjunción planetaria o algo parecido.

"No pueden expulsarme. ¡NO PUEDEN! Si me echan, Remus se quedará aquí solo sin vigilancia y el pervertido de Snape tendrá vía libre para acosarlo. Pero… ¿Por qué demonios se pone tan guapo cuando se enfada? Se le ponen los ojos preciosos, enormes y brillantes…" pensaba Sirius asumiendo su destino camino al despacho de la subdirectora del colegio.

0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0

- Remus, por favor, Sirius está alterado, no te lo tomes tan en serio.- dijo Lily, muy preocupada.

- Me lo tomaré como me de la gana.- refunfuñó Remus.

- Admite que tú también tienes parte de culpa.

- La única culpa que yo tengo aquí es la de querer que haya paz, pero Sirius es tan cabezota que es incapaz de comportarse como una persona normal y dejar de molestar a Snape. Se lo he pedido por activa y por pasiva y ya ves cuál ha sido el resultado, exactamente lo mismo que si se lo hubiese pedido a la pared. Y no sólo eso, después de inventar excusas para no acompañarme la última vez, de meterse en mi vida y convertir a Danielle en mi enemiga, después de agredir a Snape y besar a Bellatrix delante de mis narices cuando yo le pedí que la dejara, después de todo eso lo lógico sería pensar que me odia en vez de que quiera que vuelva. Con una persona así como amigo¿cómo no voy a preferir estar con Snape? Él, en este tiempo, solamente ha tenido buenas acciones conmigo, me ayudó muchísimo descubriendo esa poción para mis transformaciones y sigue investigando para mejorarla. Lo único malo que ha hecho es convertirse en un amigo para mí, y desde luego, un amigo que no se dedica a apuñalarme por la espalda, como Sirius.

Lily lo había estado escuchando con atención, y no podía decir que lo que Remus había explicado fuera falso. Lo que pasaba era que Remus desconocía una parte de la historia y sin la cual, el comportamiento de Sirius no tenía ningún sentido.

- Mira, Remus, tengo que contarte algo. ¿Qué tal si nos sentamos en el lago?- dijo la pelirroja, sonriéndole y agarrándose a su brazo.

- Bien. Creo que yo también te voy a contar algo. Es algo que no he contado nunca a nadie pero pienso que tú eres la persona más apropiada para saberlo. Sé que me entenderás y por fin podré liberar todo esto que llevo dentro.- dijo Remus, sintiéndose un poco nervioso, pero la mano y la sonrisa de Lily conseguían proporcionarle la confianza que necesitaba.

- Claro que sí, sea lo que sea yo siempre te voy a apoyar.- dijo Lily.

Sonreía con satisfacción porque sabía lo que Remus iba a contarle, y nada le hacía más feliz que la ilusión de ver juntos a sus dos amigos.

0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0oo0

¿Y dónde estaba James mientras todo esto ocurría? Ninguno de sus amigos sabía que había sido reclamado cuando volvía del entrenamiento de quidditch para que se acercara a la enfermería. Peter Pettigrew había despertado.

Oh, dios, soy muy mala, lo sé. Muajajajaja. ¿Qué pasará? Jijiji, yo lo sé XDDDD pero no voy a adelantar nada de nada XDDD.

Estoy muy contenta por la cantidad de reviews que recibí en el anterior capítulo, así que espero que en este también seáis buenos conmigo ¿vale? Así que agradezco mucho los review del capítulo 10 a: Gin.m, Juglaresa, Yummy,Naty Tuk, Aka, Helen Black Potter, Esfinge, Cacell Cop, Daia, Sayuri Black, Norix Black, Rocio, Kymie, Paddly, Danybel, Alucard, Sirenitus, Zaratustra, Atarbox, Utena 86, Coulter, Dream Kat, Mj Minako, Joanne Distte, Malechan, JKRanIV, Nayami, Irene, Ilenda, Sammy Bella, Ani, Paula Moonlight, Terry Moon, Aryblack, Eruanne y Leila Diggory. Ah, otra cosita, como sabéis ahora no tengo internet y responder todos los reviews me ocupa mucho tiempo, así que os pediría que si queréis que os conteste, los que tengáis cuenta, por fis, loggearos, porque es mucho más facil para mi responder directamente que tener que abrir el correo, copiar la dirección y todo el rollo ese. ok? De todas formas, intentaré responder todos los que me llegan ;-D

No me acuerdo si lo dije, pero no hace mucho subí un fic de humor por si queréis pasaros a leerlo y reíros un rato, se llama ¿Sí, quiero? Y bueno, tengo que aclarar que es un Sirius/Bellatrix pero yo creo que es apto para los que odian esa pareja también porque es tan de coña y … desesperado XDDDDD, también me lo estoy pasando muy bien escribiéndolo jejejeje.

Ah, otra cosita. Como no tengo internet ahora pues estoy un poco desconectada del mundo, pero me enteré del shock general que ha producido la elección del Sirius adolescente para la peli. Bueno, la primera foto que pusieron es horrible, pero he visto otras dos que pusieron después y bueno, teniendo en cuenta que soy famosa por tener un gusto "raro" para los tíos, tengo que decir que no me parece que sea tan feo, no es como yo me imaginaba a Sirius, pero yo creo que está guapo aunque parece que haga gala al nombre de Canuto y se haya fumao algo XDDDD (en la que está en el coche yo creo que está bastante guapo XDDD) así que confío en que el maquillaje y la caracterización nos de un Sirius guapo como se merece ;-D.

Así que nada, que espero poder subir pronto el nuevo capítulo, que os vaya muy bien en los exámenes y que seáis buenos conmigo y me dejéis review, que me hacen feliz jejejeje.

¡Muchos besitos!

Ak