Sinopsis: Lizzie se da cuenta demasiado tarde de lo que siente por Gordo… y él con tal de olvidarla ha conseguido una novia. ¿Será cierto que personas destinadas se unen a pesar de las adversidades¿Será este su caso o habrá una excepción? Solo de ella depende recuperar lo que cree perdido y de él darse cuenta de la realidad.

Disclaimer: Lizzie McGuire y de más personajes como lugares no me pertenecen, son propiedad de la serie de Disney, solo los utilizo para diversión, sin fines de lucro.

(¯·..·´¯·.·•» Maldito Silencio «•·.·´¯·..·´¯)

"¿Por qué callé hasta ahora?"

PRÓLOGO

+ El dolor de una verdad +

"¿De verdad piensas eso?"

"Sí" – respondió mirando al suelo.

Miranda se levantó de la silla en donde sentaba escuchaba atentamente aquella confesión que para nada la sorprendía. Muy adentro ella ya lo sabía y se alegraba por ello.

"Ya lo sabía." – dijo dándole aún la espalda y sonriente.

Lizzie levantó su mirada asombrada pero no dijo nada. ¿Por qué ahora se lo decía¿Por qué no se lo dijo antes si ella ya lo sabía?... resopló aún asombrada y volvió a mirar al suelo.

"¿Y qué harás?" – preguntó Miranda acercándose e hincándose delante de ella.

"No lo sé." – Respondió en un susurro de voz aplacado por las lágrimas nacientes de sus ojos avellanas – "No lo sé."

Miranda no dudó y la abrazó con fuerza. Lizzie al sentir aquel calor humano que tanto necesitaba correspondió con mucha más fuerza… su alma estaba rota y ella sola no podía con toda la carga… era demasiado.

Sus ojos en cuestión de minutos se nublaron por más y más gotas saladas… aquella era la segunda vez que lloraba tanto por un hombre, pero sin duda era la más dolorosa y más cruel.

Lo tuvo al alcance de su mano, lo tuvo cuando estaba sola, lo tuvo por mucho tiempo y sin embargo… jamás lo notó. Un sollozo lastimero partió en dos su ya destrozado corazón. ¿Por qué nunca observó a su alrededor¿por qué jamás se dio cuenta de lo que tenía antes de perderlo?

Tal vez las palabras y los consejos como los reclamos y las peleas no daban cabida a la verdad, y solo un simple beso dado en una noche había sido capaz de mostrarle la realidad… realidad que se paseaba delante de ella mientras sus ojos eran cubiertos por una venda llamada indiferencia.

"Tranquila, Lizzie… tranquila" – apoyó Miranda aún abrazándola. Jamás imaginó aquel estado en aquella chica a la que creía fuerte y decidida. El destino poco a poco jugaba las cartas y al parecer ahora otorgaba las peores. Su amiga estaba destruida y ella también.

Si ella sentía eso… Miranda lo sentía el doble. Un amigo siente el dolor del otro a pesar de la distancia o de no haber vivido lo mismo.

"No puedo, Miranda…" – musitó con deteriorada voz – "…no puedo."

¿Por qué ahora la vida le revelaba la verdad cuando era ya demasiado tarde?

Y pensaba que él sentía lo mismo por ella, que tal vez aquel beso en Roma pudiera significar el comienzo de una relación entre los dos, pero se equivocó. Sus planes no abarcaban tales expectativas… aquel hombre no la quería, David Gordon no la amaba como ella lo amaba a él.

"Gordo te quiere, Lizzie" – avisó Miranda separándose y mirándola a los ojos – "lo sé"

Una sonrisa triste e inexpresiva apareció en el rostro de la rubia y se levantó de la cama caminando hacia la ventana, negando con la cabeza desconsoladamente.

"Si me quisiera como dices, jamás¿me oyes? jamás estuviera de la mano de Parker" - masculló entre dientes en un tono más alto, apuntándola con el dedo.

Un nudo en la garganta no la dejó objetar nada ante tal afirmación. Tal vez tenía razón.

"Después de lo de Roma… ¿hablaron sobre eso¿Lo discutieron al menos?" – preguntó su amiga, fija su mirada en Lizzie.

"No."

"¿No te has puesto a pensar que quizá esa sea la razón por la que Gordo está con ella?" – Dijo calmadamente – "A pesar de haber sido tú la que lo besaste, nunca le dijiste que era verdad, que ese beso sí era cierto y que no había sido solo un impulso del momento."

"Por favor" – exclamó limpiándose con furia las lágrimas restantes en sus mejillas – "No hacia falta, Miranda"

"¡Claro que hacia falta!" – contradijo levantándose y colocándose a par con Lizzie – "Él quería oír eso de tu boca, quería confirmar sus sospechas, pero al no oírlo tomó el camino más fácil para olvidarte"

Lizzie caminó lejos de Miranda tapándose la cara con sus manos.

"¿Él te lo dijo?" – preguntó Lizzie esperando la respuesta.

"No… yo me di cuenta" – avisó con firmeza – "Ustedes son muy expresivos."

Suspiró pesadamente y se tiró en la cama.

"Lizzie… creo que lo mejor será dejar que el vendaval amaine" – aconsejó la chica cruzando los brazos y observándola con seriedad – "todo esto ha sido muy repentino"

"Todo mundo se da cuenta de lo que ha pasado menos yo… ¿Cómo puedo ser tan despistada?" – se dijo reprochándose.

"Amiga… la esperanza es lo último que se pierde"

"Yo ya la perdí." – Susurró sin ánimo y volteándose para abrazar una almohada – "La perdí cuando Parker lo besó delante de toda la escuela…" – varios segundos de silencio incómodo no la dejaron llorar, pero después, tras un recuerdo se preguntó a si misma como un reclamo interior… – "¿Porqué callé cuando supe lo que sentía?"

Miranda volvió a sentarse en la cama y abrazar a Lizzie mientras nuevas lágrimas mojaban la tela que recubría el almohadón.

¿Una verdad era capaz de lastimar a una persona de tal manera? Si la respuesta hubiera llegado a su cabeza como una afirmación, Miranda hubiera preferido mil veces la mentira a la verdad con tal de no ver a Lizzie McGuire en tal estado. El amor era raro y doloroso.

– MS –

Colgó el teléfono y se recostó sobre su cama. Pensaba si la decisión tomada era la mejor que pudo elegir de muchas otras… y se estremeció al escuchar un "no" al fondo de su alma, pero lo opacó con un "sí" salido de su boca.

Gordo pensaba que esa decisión no podía lastimar a nadie, era la mejor de todas… mejor que alejarse de ella cambiándose de escuela o de ciudad. Era la mejor y él lo sabía.

Una persona a su lado podía ser un grande apoyo, una ayuda para alivianar su carga… una salida hacia su propia verdad o hacia su perdición. Ella era la herramienta perfecta… ¿Herramienta¿Cómo podía utilizar esa palabra cuando hablaba de un ser humano? Había cambiado mucho, era cierto, pero no se había vuelto un hombre de hierro a pesar de que las circunstancias lo orillaban a eso… a pesar de que Lizzie McGuire lo orillaba a eso.

Mostrarse como un hombre que no siente… eso había funcionado en ciertas ocasiones para no herirse más con el solo pensar que ella nunca podría corresponder a sus grandes sentimientos de amor y protección. Siempre había funcionado tal máscara.

Respiró profundamente al oír la campanada de su reloj al dar las diez de la noche…

Una vana esperanza dio vida a su corazón muerto al ver la reacción de Lizzie cuando Parker… su novia, lo había besado frente a todos. ¿Y si aquellos ojos llenos de confusión le quisieron transmitir un mensaje oculto¿Y si ese rostro con una expresión de hiriente sorpresa le quiso expresar mediante ese simple gesto una pequeña esperanza?... ¿Habría hecho bien al pedirle tres días atrás a Parker McKenzie que fuera su novia?

Movió la cabeza y volvió a sentarse en el filo de cama.

La imagen de Lizzie vino a su mente como una saeta que perforó su cabeza… la amaba, de eso no había duda, pero no soportaba tenerla cerca y a la vez tan lejos… Había escogido la salida más rápida, y se sentía mal por ello consigo mismo. Él no acostumbraba a actual de tal manera.

¿Cómo sería su relación con Lizzie de ahora en adelante¿Sería diferenteo seguiría igual?

Nada sería igual, porque si lo fuera… a esa hora los tres estarían conversando de varias cosas, como solían hacer desde siempre.

No quería hacerse vanas ilusiones… Después del beso en Roma ella no había dado indicios de querer formar algo juntos, jamás hablaron de lo sucedido y esa esperanza se fue perdiendo poco a poco hasta hundirse en el mar de lágrimas de su alma… y con ellas toda la fantasía de tenerla cerca.

Volvió a pararse y miró por la ventana… la luz de la luna resplandecía aún más los verdes pastos que cubrían el patio.

Su vida estaba comenzando de nuevo… su vida tenía que seguir. El dolor había sido fuerte pero se sobrepondría, saber que ella no lo amaba era difícil de asimilar aún, pero tenía que seguir… seguir sin ella y sin deseos.

Posó su mano en el cristal que reflejaba su cara y se miró…

"Te voy a olvidar, Lizzie McGuire" – susurró con ímpetu – "Prometo que así será."

Una nube negra tapó la luna y la oscuridad reinó por un momento, como dando mucha más firmeza a aquella promesa que se hacía en ese instante… la que tenía que cumplir sin miramientos.

Tenía que olvidarla para siempre, arrancarla de su corazón a pesar de saber que se destruiría una parte de su alma con aquel juramento.

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¿Qué tal? Historia nueva de Lizzie McGuire en la página.

Vaya que ya hacía falta una… no veo muchas en español. Yo no soy escritora natural de Lizzie McGuire, sino de Harry Potter – los libros de JK Rowling me fascinan a igual que Daniel Radcliffe ;) – por lo cual quería probar algo nuevo y aquí el resultado. Sepan disculpar algún descuido sobre la trama… nadie es perfecto.

Espero que esta historia les guste a los pocos (creo que será así) que lean y no defraudarlos en ningún instante. Sus opiniones y RR harían feliz a está aprendiz de escritora :) Nos vemos en el próximo capítulo y disculpen por lo corto... los demás serán más largos, lo prometo.

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