Notas: gracias a todas las que me han dejado rewiew… ¡soy taaaaaan feliz! Gracias Aiko, Doremi3, lili evans1, w-Ucchan-w SOIS LAS MEJORES! En serio, gracias, y aviso a Doremi3: tengo un fic escrito de Inuyasha, se llama "Deseo Oculto", entra desde mi página (clicando en mi nombre) y si puedes, déjame un rewiew con tu sincera opinión (aunque no te guste en absoluto, las malas críticas ayudan a mejorar). Aviso: puede provocarte pesadillas el recordarlo… Es un fic realmente extraño.

Disclaimer: No, Ranma no me pertenece, aunque, para ser sinceros… no me importaría quedarme con Ryoga y su adorable colmillito, o con Mousse, previa compra de unas lentillas, o con Kuno, cuando no actúa como un pervertido absoluto, o con…

Warnings: Esta historia contiene shounen-ai, es decir, amor entre hombre, pero muy ligero, nada gráfico o morboso…

Agradecimientos: gracias a Davinci por sus ánimos para que continuara. Por cierto, he calcado tu modo de escribir, véase:

"…" Pensamientos.

– … Diálogo.

(…) ó (N/A:…) Notas de autor.

También agradezco a todos aquellos que leen, ya que casi nadie me deja rewiews. Sniff. Gracias. Gracias de verdad.


Y ahora, el gran final! (sigh, que pena que se acabó)


CUARTO CAPÍTULO


Ranma siguió cogida de la mano de Ryoga, y continuaron su camino sin decir nada.

Transcurrieron dos semanas perfectas, Ranko y Ryoga salían mucho tiempo, todo el que tenían libre del dojo, reían, jugaban como niños y se habían creído totalmente la farsa. Por otro lado, Akane y Mousse se miraban con otros ojos, todo hay que decirlo, con MUY buenos ojos. Akane volvía a sentir aquellas mariposas en el estómago y Mousse olvidó a Shampoo, mientras nuevos sentimientos, mucho más fuertes que los que le acercaron a Shampoo, se desataban en su interior, con la sola mención del nombre de la artemarcialista Akane.

Era el último día de Ranma como Ranko, y aunque deseaba poder volver a ser hombre, volver a ser tan alto y fuerte como Ryoga y volver a ver su cuerpo masculino, se sentía triste. Esos días habían sido los más felices de su vida, hablaba y charlaba con Ryoga, amigablemente, éste era cortés y deferente con ella, la invitaba, paseaban, y para disimular su amor, de vez en cuando pasaba su brazo por su cintura de mujer y le atraía hacia sí. La tomaba de la mano, le daba besos en la frente, tiernas caricias con esos labios que tanto anhelaba poseer. Sin embargo, Ranma se apenó, en dos semanas no había sido capaz de ver ninguna actitud en Ryoga que no fuera la del perfecto caballero y amigo que era, y la había respetado, manteniendo las distancias. "Nunca me amará, ni como mujer ni como hombre, porque soy indigno de su amor y de corazón puro. Seguro que se apartaría para siempre de mí si supiera lo que pienso y siento por él. Probablemente me odiaría y me despreciaría, y no podría soportarlo…"

Ryoga contemplaba a Ranma jugar con su comida, no la había probado aún.

– Ranma¿te encuentras bien? – preguntó, poniendo su mano encima de la delicada mano de su amigo.

– Sí, Ryoga, gracias – apartó su mano de la de Ryoga como si le quemara.

Ryoga no hizo comentario alguno, pero se sintió muy triste. Para él habían sido dos semanas increíbles, pasear con Ranko, hablar con su amigo, reír, poder aspirar su aroma, exactamente el mismo aroma que cuando era hombre. Ese aroma que le volvía loco y le hacía estremecerse. Tal vez Ranma se hubiera dado cuenta de sus sentimientos, no había tratado de ocultarlos. Aunque se contenía constantemente, y se mantenía a una distancia prudente, cuando se olvidaba y se dejaba llevar, se encontraba sosteniéndola por la cintura, o besándole la frente, o tomándole de la mano. Podía apreciar entonces el azoramiento de su mejor amigo, suficientemente discreto como para no reprocharle nada en público ni en privado. Entonces se veía obligado a apartarse de él, aunque fuera como si mil dagas se clavaran en su alma. "Mañana acabará todo, dejará de ser mi prometida para ser de nuevo el guerrero, y me lanzará a la cara todo los actos reprobables que he cometido estos días. Sólo verle sufrir por no poder volver a ser un hombre me parte el alma. Aunque también yo echo de menos sus fuertes manos, la proximidad de su perfecto cuerpo cuando, en una lucha, tropiezo "accidentalmente" con él y caemos juntos y enredados. Su respiración agitada tras una pelea. Y su voz varonil susurrando mi nombre cuando contemplamos las estrellas desde el tejado."

– Ranma, ven, vamos a arreglarnos. – la invitó Akane. – Hoy debes de ponerte un kimono, es una fiesta muy tradicional.

Desde aquella conversación con Ryoga, Akane había estado intentando ser más amable con Ranma, y sorprendentemente, éste no le guardaba rencor alguno por humillarle constantemente, insultarle, y mandarle al estanque unas 13-14 veces diarias.

Ayudó a Ranma a ponerse el vestido, pudo notar como se apagaba más y más a medida que pasaban las horas. Después Ranma la ayudó a ella a darle los últimos retoques. Con Kasumi, había aprendido a colaborar en el aseo personal de una chica, esas dos semanas. Akane se giró y le dio las gracias.

– Estás muy guapa, Akane, seguro que a Mousse se le saltan las lentillas y todo, y tiene que volver a las gafas.

– Si¿tú crees? – preguntó tímidamente.

– Le gustas Akane, por como te mira, como se atonta cuando habla de ti, como te admira. Ni con Shampoo se comportaba así.

– Si he de ser sincera… Yo creo que también me gusta.

– Oh, vamos, no mientas. He visto como le miras, como le hablas y como te desesperas cuando ve una chica que conocía de antes y comenta que es guapa (recordemos que antes reconocía a las personas por la voz, porque lo que se dice ver, ver, no veía mucho la mayor parte del tiempo, ya que iba sin gafas por ser tan vanidoso. Así que se sorprenderá al ver los rostros de los conocidos, cómo había malinterpretado su edad o rasgos.)

– Vale, lo admito, me gusta mucho. ¿Te importaría ya dejar de golpearme con el dedito¡Me pone nerviosa!

– Uy, perdona.

– ¿Y qué vas a hacer con Ryoga?

– Nada, iremos a ver la feria, pasearemos por los tenderetes y los puestos, y después iremos al jardín junto al arroyo a ver los fuegos. Y de ahí a casa a dormir, que mañana hay clases en el dojo. No sin antes darme un buen baño en agua muy caliente, quitarme estas pesadas ropas de mujer, y mirar mi pelo de nuevo negro.

– Qué decepción. Yo esperaba que fuerais a declararos a vuestros respectivos enamorados.

– ¿A qué te refieres?

– Ryoga está enamorado, Ranma ¿no lo has notado?

Ranma se sintió morir, como si le hubieran golpeado tan fuerte en el pecho que le impidieran respirar. Lo había olvidado. Durante un par de semanas, pocas veces lo había recordado.

– No. – Mintió - ¿De quién?

– No lo sé.

– Me alegro por ella, ha encontrado a un ser maravilloso. – comentó con dolor.

– Por cierto, Ranma¿qué tal es Ryoga como prometido?

– Es serio, muy serio. Pero es tierno, y detallista, y nunca mira a otras mujeres, si ha visto a la afortunada, lo ha disimulado para no dejarme mal. ¿Y Mousse?

– Digamos que en sus mangas guarda algo más que armas, saca ramos de flores de vete tú a saber dónde, me regala cosas, es tierno y amable también, educado, cortés y deferente, me hace sentir como una princesa y me trata como a una reina.

– ¡Me vas a dar envidia! y eso que no me gusta Mousse…

– Tonto, ya está, he acabado de arreglarte el lado del obi del kimono. (N/A: obi es esa especie de cinturón – fajín con que se sujetan a la cintura los kimonos, y que se ata atrás de una forma rara)

– Oye, gracias, no hay quien se ponga esto sola, con tanto lacito y capa, y pijaditas en general.

– Anda, bajemos, que mi padre ya nos está llamando.

Bajaron las dos damas arregladas y sonrientes. Akane llevaba un kimono color cielo con flores amarillas, mientras que Ranko llevaba un kimono rojo como su pelo, que contrastaba con su pálida piel, dándole un aspecto encantador y seductor. Ryoga, apabullado ante tal visión, no dijo nada. ¿Qué tal se vería Ranma-hombre de rojo totalmente? Mmmmm. Seguro que MUY bien.

Mousse llevaba su típico ropaje chino, en blanco perfecto, pero estaba vez liso, sin marcas de identidad ni dibujos. De debajo de una de sus mangas extrajo un ramo de rosas rojas.

– Akane, toma, para ti.

– Gracias Mousse.

Se miraron largamente a los ojos, mientras que Ranma contemplaba al chico que llenaba sus sueños vestido totalmente de negro con una yukata tradicional. Imposible estar más sexy y deseable. Sus colmillitos salían como siempre, su rostro sonriente y afable.

– ¿Me acompaña usted, bellísima dama? – le extendió un brazo.

– Por supuesto, galante caballero. – tomó Ranko su brazo, se miraron a los ojos y se empezaron a reír ante sus bromas¿o no eran tales bromas?

Se dirigieron a la feria, Ranma y Ryoga les dieron a la otra pareja intimidad y se fueron a pasear por la feria, comieron un poco, rieron, disfrutaron, pasearon agarrados de la mano, contagiados del espíritu festivo. Se dirigieron a un solitario banco, cerca de un arroyo, a ver los fuegos.

Mientras alcanzaban la medianoche y miraban extasiados la belleza del cielo nocturno iluminando por luces de mil colores, Ranma se giró hacia Ryoga, estaban tendidos sobre la hierba, mirando el techo celeste.

– Ryoga, quería darte las gracias por todo.

– No hay de qué Ranma, lo he hecho encantado.

– Ryoga – Ranma supo que no podía contener las palabras por más tiempo – es la hora. La hora de decirte qué pasó en esa montaña hace ya tanto tiempo.

Hibiki miró a su amigo a los ojos, nuca, nunca, había dicho cuáles fueron exactamente sus deseos. Había uno que…

– Mi primer deseo fue para mi padre. Que dejara de convertirse en panda y humillarme en público, ahora sólo lo hace si conozco a las personas que hay delante, lo cual es peor que si no las conocieras, pero en fin. Mi segundo deseo se lo dediqué… a Akane, que me olvidara y pudiera a enamorarse de alguien que la mereciera. Alguien como tú, Ryoga, alguien que la respetara y la hiciera sentir especial y no fuera un pervertido. Pero en fin, ha encontrado a Mousse. Y esto me lleva al tercer deseo, la miko me dijo que me lo reservara, y eso hice. Pedí que la persona que más amaba en el mundo fuera liberada de sus dos maldiciones: la de convertirse en P-chan y la de su pésimo sentido de la orientación. Para que pudiera encontrar siempre el camino de regreso a casa, su hogar, mi corazón. Nunca me arrepentiré de no haber pedido dejar de ser chica. Porque ver tu cara en ese momento, me ha compensado por cualquiera otra humillación posterior. Porque tú eres la persona de la que estoy profundamente enamorada, Ryoga Hibiki, sólo tú me completas, pero no soy digno de ti, y nunca lo seré. No digas nada, por favor, sólo permíteme llevarme un recuerdo de estas dos semanas, las más felices de mi vida.

Se inclinó sobre su amigo, quien tenía la boca abierta por la sorpresa y un ligero rubor en sus mejillas. Se acercó hacia él y continuó en su trayectoria, abrazándole contra ella, cerca de sí, para que notara su corazón acelerado. Le besó suavemente, después fue profundizando, si bien Ryoga no respondía, no la rechazaba. Hasta que empezó a separarse. Ryoga no deseaba eso, había anhelado tanto ese momento que no lo dejaría escapar. La abrazó para evitar que se fuera y la besó con pasión, con deseo y anhelo acumulado. Ranma se asustó, pensando que seguramente Ryoga no estaba con él en ese momento, sino con otra mujer. Se sintió mal y decidió acabar con ello. Ryoga deseaba a otra, sólo hacía eso para no hacerle sentir mal, era todo. Así que pasó una de sus manos hacia la nuca de Ryoga y allí, con dos dedos, presionó el punto exacto. Ryoga quedó inconsciente inmediatamente, y sus brazos la soltaron. Ella besó la frente de su amigo corrió hacia su casa, donde se despojó del kimono y se dio un baño con agua aliente, ató su trenza y subió al tejado. Su vida acababa de desmoronarse ante sus ojos, acababa de alejar a Ryoga por siempre de su lado, ya nunca más querría hablar con él, ni ser su amigo, no confiaría nunca más. Y descubrió que perder a la vez a tu amante, a tu mejor amigo, a tu confidente y a tu compañero de entrenamientos, era demasiado duro.

Lágrimas solitarias se deslizaron por sus mejillas. ¿Por qué¿Por qué?

– ¡Ranma Saotome! – la voz de Ryoga, claramente enfadada, se oyó desde su lado, estaba de pie en el tejado junto a él.

– Lo siento Ryoga, yo… no me odies, por favor, perdóname y olvida todo esto.

– ¿Qué lo olvide¿Acaso no era sincero? – se dejó caer de rodillas a su lado.

– Sí, pero no quiero que abandones el dojo ni tu vida, ni nada… Me iré yo.

– ¿No puedes parar de hablar y escucharme?

Ranma calló, ahora era cuando Hibiki le arrojaba fuera de su vida.

– Ranma, te amo.

Ranma se quedó de piedra.

– Hace mucho tiempo que lo hago en silencio, tú siempre estás allí, tan perfecto e inalcanzable, cuando se te acerca alguien sintiera ganas de matarle, cuando alguien te humilla o insulta, me duele más a mí que a ti. Porque el que no soy digno de tu amor soy yo. Porque me da igual que seas mujer, u hombre, o extraterrestre. Te amo porque eres Ranma, y te deseo, te amo y mi felicidad es reflejarme en tu mirada, y en tu alma.

Dicho todo lo que quería, se abalanzó sobre el chico tumbado en el suelo y comenzó a besarle con pasión, bajó después a su cuello, arrancando gemidos a su mejor amigo y compañero. Ranma introdujo las manos bajo el haori de Ryoga, acariciando su perfecto y musculado pecho, y ambos se dejaron llevar… Los fuegos artificiales en el cielo y las estrellas tintineantes, fueron los testigos de su amor en esa oscura noche de Luna Nueva.

Porque todo era perfecto, porque se querían. Porque no se amaban a pesar de sus defectos, sino que se amaban por ellos. Porque adoraban cada rasgo y cada gesto del otro, cada rareza y cada sonrojo. Porque era amor.


NOTA AUTORA: El texto final en cursiva no es mío, lo escribió Davinci, pero me lo "prestó". A veces se pone un poco melodramática, pero es un final precioso. ¿No creéis? Por lo menos a mí me lo parece, y el último párrafo, la verdad, vale para cualquier historia que se ponga por delante, tanto yaoi como no, tanto de angustia y drama como de humor. A mí me pareció perfecto cuando me lo escribió, accediendo a mis súplicas. Ya me diréis que os parece. Por cierto, siento la brevedad del capítulo, iba a ser de tres capítulos inicialmente, pero al final el último me quedó desmesuradamente largo así que lo dividí en dos. Plagiando otra de las despedidas de Davinci (pobrecilla, me ayuda mucho, a pesar de que ella también es novata, la acoso todo el día a preguntas sobre por qué este sitio funciona tan rematadamente mal)


GRACIAS A TODOS LOS QUE ME LEEN Y ME DEJAN REWIEW, LOS ADORO, Y LOS QUE ME LEEN PERO NO ME DEJAN REWIEW. TODO LECTOR ES IMPORTANTE PARA MÍ. GRACIAS.

GRACIAS POR PERMITIRME SOÑAR Y COMPARTIR MIS SUEÑOS.


VenusOfHeaven.