CAPITULO 13: EL ÚLTIMO INTENTO

-Yo puedo resolver su gran duda, si quieren- dijo una voz masculina. Danny se sorprendió al ver de quien se trataba. Era Peter Johnson, acompañado por su guardaespaldas Perkins y varios matones.

-¿Qué quieres decir, Peter?- dijo el anciano.

-¡Medio momento!- dijo Danny- ¿ustedes dos se conocen?

-Algo que es de interés para ti y para esa mocosa, tío abuelo- dijo Peter, ignorando a Danny- yo sé dónde está tu nieto Ricardo...-

-¿Qué?- dijo Danny, frunciendo el entrecejo- ¿qué has hecho con mi hermano?-

-Mi primita está preocupada por su gemelo... que ternura- dijo Peter- Perkins, trae a Ricky para que Danita deje de preocuparse...-

-¿Es mi... primo?- dijo Danny. Parecía que las sorpresas no terminaban ahí. Perkins trajo a su hermano Ricky y lo dejó caer violentamente al suelo.

-Por supuesto- dijo Peter- cuando me enteré que ustedes dos eran mis parientes, quise darles hospitalidad en mi casa, pero los caballeros se interpusieron...-

-¡Mentiroso!- gritó Danny- me atrapaste con una trampa de caza y una veintena de policías, y querías mandarme a prisión...-

-¿Por qué hiciste eso?- dijo sir Mario.

-¿Cómo que porqué?- dijo Peter- ¡pues para heredar!-

-¿Y querías quitar a mis dos nietos de en medio?- dijo sir Mario sin creer lo que escuchaba.

-¿Nietos?- dijo Ricky, volviéndose hacia Danny, como esperando una explicación.

-Precisamente- dijo Peter, sacando una pistola- pero ahora es mucho más conveniente, viejo tonto... aquí terminarán los tres-

-Cobarde- dijo Ricky, frunciendo el entrecejo- ¿te atreverás a lastimar a una mujer y a un viejo?-

-A matar, Ricardo, a matar- dijo Peter- el viejo morirá pronto de todas maneras, y tu hermana tal vez tenga alguna oportunidad de sobrevivir. En cuanto a ti- añadió, poniendo la pistola en el pecho de su primo- serás el primero, así prepárate a morir, sucia rata de alcantarilla...-

De pronto, una fuerte patada alejó a Peter de Ricky. Peter levantó la vista, furioso, para encontrarse cara a cara con Shaina. La amazona le mostró las uñas, amenazante.

-Detente en este instante- dijo Shaina- los caballeros dorados vienen en camino...-

-Una chica vulgar como tú no me detendrá- dijo Peter, y se volvió a Perkins- desháganse de ella...-

Varios de los hombres se lanzaron contra Shaina. Ella se preparó para atacarlos, pero uno de los hombres la atacó a traición por la espalda, golpeándola con una roca en la cabeza, lo que hizo que la amazona cayera y su máscara se rompiera.

-¡Shaina!- exclamó Danny.

Uno de los matones alzó a Shaina por el cuello, tratando de estrangularla. No lo logró, porque en ese momento llegó Adam y le quebró su guitarra en la cabeza. El sujeto en cuestión soltó a Shaina y cayó al suelo, inconsciente, pero otros dos atraparon a Adam y un tercero comenzó a golpearlo en el abdomen.

-Adam...- dijo Shaina, aún adolorida en el suelo. Haciendo acopio de sus fuerzas, la amazona se levantó y con tres certeras patadas alejó a los sujetos de Adam. Luego se dejó caer, siendo atrapada por Adam antes de que golpeara el suelo.

-Voy a terminar mi asunto pendiente- dijo Peter Johnson, tomando a Ricky por la camisa y apuntándole con la pistola en la sien.

Ricky no estaba resignado a morir tan fácilmente, y menos si su hermana también estaba en peligro. Con un movimiento rápido, empujó a Peter con la rodilla, haciéndolo caer al suelo.

-¡Corran!- exclamó Ricky. Danny sintió la mano de su abuelo jalándola para que huyera de ahí. Si llegaban cerca del recinto de las amazonas, tal vez alguna iría a ayudarlos.

-¡No tan rápido!- dijo Peter, apuntando directamente a Danny- ¡muere!-

Disparó el arma, pero fue Ricky quien recibió la bala en su pecho.

-¡Ricky!- exclamó ella, deteniéndose en seco.

-Corre, Danny...- alcanzó a decir Ricky. Demasiado tarde. Uno de los matones que iban con Perkins atrapó a Danny por los hombros.

-¡Suéltame!- gritó ella.

-Bien hecho, Rogers, tráela- dijo Peter- los demás, busquen al viejo y mátenlo antes de que diga de esto a alguien más...-

-Suéltame, maldito infeliz- dijo Danny.

-No, linda- dijo Peter- tienes dos opciones. Venir a vivir conmigo y renunciar a tu parte de la herencia ahora mismo, o negarte y morir igual que tu hermano-

-¿Contigo? ¿Con el asesino de mi hermano?¡Jamás!- gritó Danny- prefiero morir...-

-Bien... entonces morirás- dijo Peter, tomándola por el cuello con la mano izquierda, y poniendo el cañón de la pistola en su sien- hasta nunca, Danita...-

Danny cerró los ojos, esperando que Peter jalara el gatillo. Sin saber porqué, una imagen vino a su mente. El rostro de Máscara Mortal.

-¡ONDAS INFERNALES!- dijo una voz.

Las ondas infernales golpearon a Peter, haciéndolo soltar la pistola. Máscara Mortal apareció de inmediato junto a Danny.

-Quita tus sucias manos de ella...- dijo el caballero de Cáncer.

Peter se levantó, tomó su arma y disparó varias veces contra el caballero, quien detuvo las balas con su mano y las dejó caer al suelo.

-Pelear con sabandijas como ustedes se vuelve muy aburrido- dijo Máscara Mortal. Tomó a Peter por la solapa y lo alzó al menos medio metro, y le dirigió una mirada llena de odio- estoy pensando en volver a las viejas maneras y cortarle la cabeza...-

-Suéltame- lloriqueó Peter, quien había perdido todo su valor junto con su arma.

-Por desgracia tú no lo vales- dijo Máscara Mortal, dejandolo caer pesadamente al suelo- si vuelves a acercarte a ella, te mataré. Ahora, ¡fuera de aquí!-

Todos los intrusos, Peter y Perkins incluidos, salieron huyendo de ese sitio. Máscara Mortal quiso comprobar que Danny estuviera bien, pero ella no dejó que la tocara, sino miraba tristemente a su hermano gemelo.

-¡Ricky!- exclamó Danny, casi llorando.

-Tranquila, estará bien- dijo Máscara Mortal tras examinarlo, llamando con su cosmo a Saga, quien no tardó ni dos segundos en llegar. Un par de segundos después llegó sir Mario acompañado de Marín y Melody.

-Ya echamos a los intrusos de aquí- dijo Marín, sacudiéndose las manos.

Clara llegó directo a donde se encontraba Ricky, y comenzó a revisar su herida.

-¿Qué sucedió?- dijo Saga, y se volvió a Danny- cuando te fuiste nos llegó un reporte de una banda de intrusos, pero no aquí, sino el recinto, y escuchamos un disparo...-

-¿Estará bien?- preguntaron Danny y sir Mario al mismo tiempo.

-Saga, tenemos que llevarlo pronto al hospital- dijo Clara. Saga asintió y, mientras que Máscara Mortal alzaba en brazos a Ricky, el caballero de Géminis abrió un portal a otra dimensión, y todos desaparecieron en él.

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-¿Estás bien, Shaina?- preguntó Adam, arrodillándose junto a Shaina.

-Sí, solo me duele un poco la cabeza...- dijo Shaina, haciendo una mueca y llevándose la mano a la cabeza- ese idiota me dejará un horrible chichón- alzó los ojos- eres un tonto, Adam, ¿porqué hiciste eso?-

-¿Hice qué?- preguntó Adam, alzando una ceja.

-Rompiste tu guitarra en la cabeza de ese sujeto- dijo Shaina.

-¿Pues qué esperabas?- dijo Adam- no iba a dejar que ese sujeto te...-

-Pero era tu guitarra favorita- lo interrumpió Shaina- además, no necesitaba tu ayuda...-

-Lo sé- sonrió Adam- nunca antes una chica me había salvado...- se aclaró la garganta- vamos, te llevaré al Recinto...-

Shaina se abrazó de Adam para que éste la ayudara a ponerse en pie. Una vez así, Adam sonrió y tomó el rostro de Shaina por el mentón, acariciando su rostro. Poco a poco, acercó su rostro al de la amazona. Pero Shaina lo detuvo.

-No, no lo hagas- dijo Shaina- solo conseguirás lastimarte y lastimarme a mí también-

Adam alzó las cejas.

-Shaina, yo nunca te lastimaría- dijo Adam- además, me lo debes-

-¿Ah, sí?- dijo ella- ¿y porqué?-

-Porque por tu culpa perdí mi guitarra favorita- le dijo Adam con una sonrisa.

Shaina sonrió también, y aceptó. Los labios de Adam eran muy suaves, y a Shaina le pareció el beso más dulce del mundo. El chico la abrazó tiernamente mientras la besaba, y la amazona no pudo evitar sentirse protegida entre sus brazos, aunque sabía que Adam no tenía un cosmo ni entrenamiento de caballero.

Al separar sus labios, Adam siguió abrazándola con cariño.

-¿Adam?- dijo Shaina.

-¿Sí?- respondió él.

-¿Porqué no habíamos hecho esto antes?- preguntó la amazona, acomodando su cabeza entre el cuello y el hombro de Adam.

-No tengo idea- sonrió Adam, apoyando su cabeza sobre la de Shaina.

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Tan pronto como hubieron llegado al hospital, Clara llamó a su amigo José, y pronto entraron a operar a Ricky. En la sala de espera, Danny estaba sola junto a Máscara Mortal. Aunque sir Mario Aberthol quiso quedarse, sus criados insistieron en llevarlo a casa para que descansara.

-Ya deja de llorar, Danny- le dijo Máscara Mortal entre dientes- Clara es muy buena, verás como tu hermano estará bien...-

-Todo esto fue mi culpa- dijo Danny- lo atraparon por estar visitándome en el Santuario...-

-Nada de eso- dijo Máscara Mortal- y ya verás cuando vuelva a ver a ese Peter Johnson, deseará nunca haberse cruzado conmigo...-

Danny sonrió levemente, y apoyó su cabeza en el pecho del caballero. Máscara Mortal se puso muy nervioso.

-¿Máscara?- dijo Danny- ¿porqué te dicen así?-

Máscara Mortal tomó un hondo respiro.

-Porque sí- dijo el caballero de Cáncer- es una larga historia...-

-Entonces no es tu nombre- dijo ella- ¿cómo te llamas?-

-No puedo decírtelo- dijo Máscara Mortal- es un secreto, nadie conoce mi verdadero nombre... nadie más que Afrodita-

-¿Por qué?- dijo Danny.

-Porque sí- dijo Máscara Mortal- y no insistas...-

-Solo no entiendo porque cambiaste tu nombre...- dijo Danny- ¿eres italiano, no? Me parece que todos los italianos tienen nombres lindos...-

-No vas a dejarme vivir, ¿verdad?- dijo Máscara Mortal y, sin esperar respuesta continuó- me llamo Roberto, pero te prohíbo que uses mi nombre...-

-¿Roberto?- sonrió ella- es lindo...-

-Te dije que no...- comenzó Máscara Mortal, pero no tuvo valor para continuar gritando.

-¿Tardarán mucho?- preguntó Danny.

-No lo sé- dijo Máscara Mortal, poniendo los ojos en blanco- médicos... solo ellos saben el tiempo que toman para hacer sus cosas...-

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Mientras tanto, en la puerta del quirófano, Saga se paseaba de un lado a otro. No sabía cuanto se tardarían los médicos ahí dentro.

Dentro, los médicos estaban operando a Ricky. El equipo incluía a José, Natalia, Clara, una anestesióloga, un enfermero que pasaba los instrumentos, y tres enfermeras, una de las cuales era Aurora.

-Este chico tuvo mucha suerte, Clarita- dijo José, alzando una radiografía para dirigirla hacia la luz- la bala entró por el lado derecho, y no tocó el corazón... tampoco lastimó el pulmón, y salió por el otro lado...-

-Ya me di cuenta- sonrió Clara.

-¿Qué crees?- dijo José- ¿una sonda estará bien?-

-¿Tú eres el cirujano, y me preguntas a mí?- dijo Clara. José se echó a reír.

-Laura, pásame una sonda del treinta y dos- dijo José a la enfermera. Clara puso los ojos en blanco. Fuera de Aurora, siempre había tenido cierta aversión hacia las enfermeras. Y las dos presentes eran las mismas que le habían estado haciendo la vida imposible desde que ella y José eran estudiantes.

-Sí, doctor- dijo una de las enfermeras pero, en vez de eso, le dio un piquete en la palma de la mano.

-¡Laura!- exclamó José- ¿qué has hecho?-

La enfermera no respondió, e hizo lo mismo con el enfermero que pasaba los instrumentos, mientras la otra hacía otro tanto con Natalia. Estos últimos cayeron al suelo desmayados.

-Ya solo quedan ustedes tres- dijo la primera enfermera a Clara, Aurora y la anestesióloga.

-¿Qué rayos están haciendo?- dijo Clara.

-Quédate quieta, mocosa- dijo una de las enfermeras- no te dolerá mucho, y despertarás en algunas horas sin ningún daño...-

Clara miró de reojo la pantalla de anestesia. La presión de Ricky estaba comenzando a bajar... estaba comenzando a tener problemas para respirar.

-¡Saga!- gritó Clara, al ver que las dos enfermeras malvadas se acercaban cada vez más.

Sin que nadie acudiera en su ayuda, una de las enfermeras tomó el brazo de Clara. Segundos más tarde, el caballero ya le había quitado la aguja a la enfermera, aunque había logrado introducir un poco de líquido en su cuerpo.

-¿Qué les hiciste?- dijo Saga, mirando amenazadoramente a las dos enfermeras.

-Yo... yo nada...- dijo la enfermera, nerviosa- un hombre nos pagó para que les pusiéramos dos mililitros de solución de Dormicum a cada uno... solo para que no alcanzaran a operar a ese chico-

-Traidor- dijo Clara- debe ser ese hombre...-

-Llévate a ese par de amargadas de aquí, Saga, hijo- dijo Aurora, y se volvió a Clara- ¿puedes hacerlo tú?-

-Una vez lo hice cuando era estudiante- dijo Clara, tomando unas pinzas con una mano y un tubo con la otra. Tomó aire- hagámoslo...-

-Está respirando normalmente- informó la anestesióloga- pero del lado derecho está ventilando mal...-

-Gracias, Olga- dijo Clara- bien, voy a hacerlo...-

-Pronto, antes de que comience a hacer efecto el Dormicum- la urgió Aurora. Clara asintió. Ya había comenzado a sentirse somnolienta. Tenía que apresurarse.

Una media hora más tarde, Clara salió del quirófano casi arrastrando los pies.

-¡Clara!- exclamó Saga al verla.

-El chico... está... a salvo- dijo Clara- dile...a...Danny-

Tan pronto como terminó de decir eso, se dejó caer hacia delante, profundamente dormida. Saga detuvo su caída, y la llevó en brazos a la sala de espera.

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Más tarde ese mismo día, Máscara Mortal acompañó a Danny a ver a su hermano, totalmente recuperado, excepto por un tubo que tenía en el pecho. Cuando despertó, Clara les explicó que ese tubo servía para expandir de nuevo el pulmón, y que se lo quitarían en un par de días y saldría pronto del hospital.

Danny se quedó en la casa que su abuelo tenía en Atenas mientras su hermano se recuperaba. En una de las visitas, ella y su abuelo le contaron lo que había sucedido. El anciano sir Mario Aberthol les contó como había recibido una carta anónima procedente del Santuario de Atena que lo hizo asistir al baile de Saori.

El viejo Mario Aberthol denunció a Peter Johnson y al agente Perkins por todos los daños que le habían ocasionado a su familia. Pronto, la policía de Atenas los arrestó y los metió a prisión como lo merecían.

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Una vez que Ricky salió del hospital, Danny fue al Santuario de Atena a recoger sus cosas y a despedirse de todos, pues se iría a Gales a vivir con su hermano y con su abuelo. Agradeció y se despidió de todos los caballeros y amazonas. Al final, abrazó a Afrodita.

-Mil gracias por todo, Afrodita- dijo mientras el santo de Piscis la abrazaba- jamás olvidaré lo amable que fuiste conmigo...-

-El también te quiere, Danny- le dijo Afrodita en voz baja. Danny lo miró un tanto desconcertada, pero asintió.

Máscara Mortal, por su parte, solo la abrazó levemente, y cortó el abrazo casi de inmediato.

-Bueno, ya, vete- dijo el caballero de Cáncer.

-Me dio mucho gusto conocerte, Máscara- dijo ella con una sonrisa- y muchas gracias por todo... sobre todo por salvarme, y por la carta que le enviaste a mi abuelo-

-No hay de que- dijo Máscara Mortal entre dientes.

-Bueno, hasta luego, Roberto- sonrió Danny y corrió hacia la entrada.

-¿Qué dijiste?- gruñó Máscara Mortal, y corrió tras ella. Danny, riendo con ganas, se dejó "atrapar" por el caballero de Cáncer- ¿qué te dije de mencionar mi nombre?-

-No es tan malo, Roberto- insistió Danny, haciendo que el caballero de Cáncer se pusiera rojo de enojo.

-¡Que no me llames así!- dijo Máscara Mortal.

-Como sea- dijo Danny- ya me voy...-

La chica se escabulló por un lado del caballero de Cáncer, pero éste la detuvo por el brazo.

-No te vayas- le dijo Máscara Mortal de pronto.

-¿Qué dices?- dijo Danny.

-Que no te vayas- dijo Máscara Mortal- si tú te vas, me volveré a enterrar en vida y no saldré...-

Danny lo miró, sorprendida. ¿De qué rayos estaba hablando?

-Creí que no me soportabas, y que te alegrabas de que todo esto terminara...- dijo Danny.

-Pero si te vas...- comenzó Máscara Mortal, pero se interrumpió. Después de unos segundos tomó aire y dijo muy bajito- te voy a extrañar...-

-¿En serio, Roberto?- dijo Danny.

-Muy en serio- dijo Máscara Mortal, ignorando el hecho de que Danny había dicho su nombre otra vez.

-Entonces, creo que a mi abuelito no le molestará que me quede un tiempo aquí...- dijo ella, echándole los brazos al cuello. El caballero puso sus manos en la cintura de ella, y dejó que la chica acercara sus labios a los de él.

En ese momento, y por primera vez en su vida, Máscara Mortal olvidó todo: el odio que tenía hacia su primer maestro, hacia su hermano y el odio que le habían infundido todos sus entrenadores. Solo podía pensar en una cosa, y era que no quería que nada dañara a la persona que tenía entre sus brazos.

El beso fue corto, pero muy dulce, y debo hacer constar que al pobre de Mu casi le dio un infarto al ver la escena. Y espero que a quienes estén leyendo esto no les de un infarto, porque no me haré responsable...

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FIN

¡Listo! Terminé. Espero que les haya gustado, y muchas gracias por leer. Bueno, aprovecho para decirles que no sabrán de mi hasta septiembre, porque me voy de intercambio y no tendré mucho tiempo para escribir... como sea, cuando vuelva prometo ponerme al día con la boda de Saga y el fic de Shaka.

Entonces, ¡hasta pronto!

Abby L. / Nona