CAPITULO 16. Bajas

"Estúpida"

- ¿Qué?

"Por todos los orcos. ¡No empieces de nuevo!"

- Oh, no. Otra vez inconsciente…

"Deberías ser vidente"

- Y ¿cuál es el motivo de "estúpida"?

"Muy sencillo. Te dejaste… a ver como te lo digo, ¿dar un traspiés con un tentáculo?"

La estruendosa risa de Pisom se hizo presente en cada rincón de los pensamientos de Nayra.

- Estúpida.

- ¡Eh! – exclamó molesta Nay -. Ya me enteré la primera vez.

"No seas tan mortal y deja de creerte tan importante. Yo no me repito tanto como los humanos"

- ¿Cómo eres tan irresponsable?

- No te metas conmigo. Yo soy así.

"De verdad, no tienes remedio… Solo te voy a decir una cosa: corred"

- ¿Y por qué debería hacerte caso?

"Por primera vez, voy a repetirme. Corred"

- Me enteré a la primera…

- Vamos elfo. Te estás quedando un poco atrás.

- No hace falta que me lo digas. Ya me di cuenta.

"No es que me haga muy feliz salvaros la vida, pero para mis intereses, deben salir de esta cueva lo más rápido posible"

- ¿Cuánto dices que pesa Pisom, Pip?

- No lo sé, Pop.

- ¿Por qué me llamas Pop?

- No lo sé, Pop. Es que suena Pip y Pop.

- ¡¿Quienes son los que no paran de hablar?!

"Tu deberías saberlo, viajan contigo. Si fuera por mí, ya estarían muertos todos. En especial el mago, el elfo y ese engreído mortal…"

- ¿Boromir?

"¡Ja! Mi frágil mortal, hablo del descendiente de Isildur"

- Ahm.

"Me seguiré repitiendo. Corred. Corred"

- Corred, corred.

- ¡Pisom está hablando!

"Corred"

- Corred.

- ¿Por qué tenemos que correr?

- No seas estúpido Pip, no ves que está dormida.

- A lo mejor me responde.

- ¡Callaros los dos!

- Corred.

- ¿Por qué Pisom?

"Porque más adelante hay…"

- una emboscada.

"Eso es"

La consciencia de Nayra estaba cayendo en un oscuro sueño. No controlaba sus palabras, lo único que le quedaba bajo su control.

- ¡Gandalf!

- ¿Qué?

"Oh, vaya. Ya despertaste – dijo con sarcasmo Pisom -. Es un buen momento para abrir los ojos"

- ¿Por qué?

La estruendosa voz de Pisom se hizo notar en todos los lugares de la cabeza de Nay. Ahora me echará la bronca otra vez…

"Es un día esplendoroso para mi"

- Y ¿se puede saber por qué?

"Porque el viejo mago se va a hacer mucho daño"

- ¿Qué?

- ¡Boromir agarra a los hobbits!

- Gandalf – llamaba sin parar la voz de Frodo.

- Señorita Pisom – exclamó sorprendido Sam. El hobbits se hallaba a mi lado -. Por fin se recuperó.

- ¿Qué? Oh, mis valar. Debo buscarme otra expresión.

- ¡NO PUEDES PASAR!

- ¡Gandalf! – exclamó preocupada recordando la situación.

Sin pensarlo dos veces, hechó a correr hacia el puente de piedra.

- Naur, no puedes ir – dijo Legolas sujetándola de la cintura.

- ¡NO PUEDES PASAR!

- Pero, debo ayudar a Gandalf – intentó rechistar.

El elfo simplemente rompió el enlace de sus miradas sin soltarla.

Las piedras del puente empezaban a caer y desprenderse. La bestia de fuego seguía avanzando hacia Gandalf. El muy tonto no camina hacia atrás.

- ¿Permitiría señorita refugiarse a este viejo anciano bajo su árbol? – preguntó a mi lado mientras escurría su sombrero y su túnica.

- Debo ayudarlo.

- Claro – dije secamente. El anciano me sonrió y se sentó a mi lado.

- ¿Qué hace una señorita tan joven como usted en un lugar como este?

- Se sorprendería de que no soy tan joven.

- Tengo que ayudarlo.

- Y bueno Pisom, tendrás un nombre ¿no? – preguntó Gandalf al tercer día de estar con él.

Nayra se soltó de Legolas como pude para encontrar un poco de espacio para poder realizar algún hechizo con el que ayudar al mago.

- Bueno – dijo mientras se ponía en pie para llamar mi atención -, la próxima vez que nos veamos te pondré un nombre. Y ten por seguro que tendrás familia algún día.

Empezó a pensar como atacar a aquella bestia. Era fuego, por lo que el suyo propio no le serviría. Mejor, la oscuridad.

- A partir de ahora – dijo la voz de Gandalf sacándome de mis recuerdos -, serás Nayra Dûr Lothelawen, la mujer del anillo de fuego y oscuro.

"Gracias"

El comentario de Pisom hizo que parara el hechizo repentinamente. ¿Por qué le dijo eso?

Un estruendoso ruido la hizo volver en sí. El puente se había derrumbado con la bestia. Gandalf estaba sano y vivo.

- Pequeña, ¿creíste que te iba a dejar? – me preguntó seriamente.

Nayra no pudo reprimir las lágrimas y echó a correr a los brazos del mago, pero la mirada de cariño del anciano cambió antes de su encuentro.

Había notado que el Ballrog no se dio por vencido, y con su látigo, apresó la pierna del mago.

- ¡No! – gritó Naur quedándose estática en el lugar.

- Corred – dijo Gandalf. Miró hacia Legolas y volvió a repetirse -. Corred.

Lentamente, a unos cinco metros de la chica, vió como poco a poco, el anciano se iba soltando del peldaño y comenzaba a caer.

Escuchaba los gritos de los hobbits detrás de ella, pero no le importaba.

Ese viejo verde, que tanto la había ayudado, estaba camino a la muerte en aquel barranco de oscuridad. Y ella no hacia nada.

Desde más atrás, Legolas vio las intensiones de la muchacha. Empezó a correr hacia ella. Sabía que estaba loca, hacia locuras cada dos por tres, pero esa era demasiado.

La distancia con el precipicio disminuía. Era ella misma quien la reducía.

Caminaba hacia al borde. Saltaría si hacia falta para salvar a Gandalf.

- No lo hagas.

Escuchó detrás suyo. Legolas.

Dando la vuelta rápidamente, se echó a los brazos del elfo, sorprendiendo a éste, y se derrumbó.

- ¡Legolas! – gritó Aragorn camino mas adelante-. Debemos salir de aquí.

- Tienes que ser fuerte – susurró el elfo a la chica.

Las flechas de los enemigos, al otro lado del foso, empezaban a acechar a la compañía.

- Tienes que seguir.

- Él, era el que me ayudaba – gimoteó la ojiverde.

- Pues deja que ahora te ayude yo.

Y la besó.

Se dejaron llevar por una extraña sensación que los unía. Se olvidaron de todo. De las flechas. De Gandalf. De huir.

- Ya vale, ¡no ven que les pueden matar! – gritó Boromir a dos pasos de la pareja.

El gondorita se había acercado nada más ver lo que hacían. Estaba muerto de celos.

Miró a los ojos a Nayra, y la chica sintió culpabilidad.

- Te puedo hacer muy feliz

- Él es un elfo – continuó el hombre -. Tarde o temprano, tú morirás antes que él, porque él es inmortal. Los elfos y los humanos no pueden permanecer juntos eternamente.

- Perdón – dijo Nayra y echó a correr hacia la salida.

Por otra parte, los dos hombres se miraban de una manera mortal. Marcando territorio. Defendiendo su amor.

- ¡Pisom! – gritó aterrado Frodo.

Automáticamente, todos miraron hacia la joven.

La encontraron cayendo por las escaleras con una flecha clavada.

- Naur – dijo Legolas corriendo hacia la victima.

- No hay tiempo de detenerse a mirarla – dijo bruscamente Boromir cogiéndola en brazos -. Tenemos que salir de aquí.

Lo siento lo siento lo siento. Me debería ir buscando otra forma de disculparme, jaja.

Bueno, se que es cortito, pero es que la inspiración viene y va, como decimos todo. Así que, mejor poner poquito a poco que todo de golpe a saber cuando no?

Gracias a las que sigan leyendo la historia, y si quieren pueden darme ideas.

Si se dieron cuenta, esta parte del libro la hice muy rápida. Es porque no me gusta. No se me ocurre nada diferente a la historia, y para ponerla igual, me la salto jajajaja.

Lo dicho, se aceptan ideas :P

Se pelearan Boromir y Legolas?

Dormirá Nayra hasta el bosque de Lothe NO ME ACUERDO jajaja

Ocurrirá algo de romance en ese lindo bosque?

Se besaran mas a menudo nuestros protagonistas?

DIGANME LO QUE QUIERAN!!! Que yo ya veré que cuelgo :D