N/A: ADVERTENCIA éste capítulo contiene spoilers, chismes del séptimo libro de Harry Potter, leer bajo su propia responsabilidad.

Epílogo

Ella lucía un hermoso vestido blanco y su cabello rosa resplandecía bajo la luz de la mañana, él por su parte se veía extremadamente elegante de negro, tan felices y azucarados como las figuritas de encima del pastel de bodas. Empalagaban, aunque reconozco que producía envidia mirarlos. Y así vivieron felices para siempre.

Si te gustan los finales felices, aquí es exactamente donde debes dejar de leer, Caperucita Roja se quedó con su lobo, Bella se casó con Bestia, Blanca Nieves fue besada por su Príncipe Azul incluso te puedo decir que tuvieron un hermoso hijo al que bautizaron en honor a su abuelo materno, un hijo tan apuesto como su padre y con las habilidades metamórficas de la madre y colorín colorado éste cuento se ha acabado.

¿Cómo más se supone que se deben acabar las historias? ¿Con dos lápidas una al lado de la otra? Todos queremos un buen final, pero hay que aceptarlo, los finales por definición son frustrantes siempre te dejan un vacío en el pecho, un sentimiento de soledad. Pasamos nuestras vidas acumulando respuestas que nos conducen a más preguntas al final la única certeza es la gran incógnita de nuestras propias muertes.

Sé que si quisiera contar todo lo que ha sucedido desde el día del matrimonio de Nymphadora hasta hoy tendría que escribir muchas páginas pero la verdad no tengo la fuerza para revivir todos los hechos, yo ni siquiera estuve realmente presente en los más importantes, así que al igual que cualquiera que entre en éste diario sólo puedo imaginarme lo que debió haber sucedido.

Para el día de la boda, yo ya me había convertido a la vista de todos en la Señora Andrómeda Tonks y había abandonado mi cómoda estancia en la sala del apartamento de Nymphadora, por una habitación en la casa de Ted Tonks. Todavía no podía caminar más de un par de pasos, pero bajo la personificación de Andrómeda, pude olvidarme del destierro al que el Ministerio de Magia me había sometido. Recuerdo que el día de la boda, yo estaba particularmente de mal genio, miraba a Nymphadora y no podía evitar sentir que en cierta forma ella había robado mi vida. Yo conocí a Remus primero, si él hubiese confiado un poco más en mí, yo habría estado lo suficientemente segura por ambos como ahora lo estaba ella y con el tiempo estoy más que segura de que me hubiese convertido en su esposa. No es que yo todavía estuviese enamorada de Remus, esos sentimientos hacía mucho tiempo que se habían apaciguado en mí, pero igual esa envidiosa vocecita en mi cabeza no se calló un instante durante la ceremonia. En ese momento, yo no tenía forma de saber que iba a ser yo quien les usurpara su futuro.

Azkaban cayó, la guerra empeoró, papá murió luchando. Recuerdo que Nymphadora fue quien me dio la noticia y se quedó esa noche conmigo, realmente no hablamos, yo no pensaba compartir mis recuerdos y supongo que otro tanto le sucedió a ella así que sólo nos sentamos una al lado de la otra hasta el amanecer del día siguiente. Luego también cayó el ministerio Scrimgeour murió intentando mantener el equilibrio, Regulus pareció enloquecer, Scrimgeour había sido su amigo. Con el ministerio siendo controlado por mortífagos, todas las atrocidades contra los no elegidos se desataron, así que los miembros de la orden nos convertimos en una especie de resistencia que salvaba muggles y medias sangres. Nymphadora quedó embarazada al poco tiempo y pueden imaginar la culpa de Remus pensando que traería a otro licántropo a éste mundo, pero entonces Regulus tuvo la brillante idea de contaminar al feto con metamorphagia inspirado por un procedimiento muggle que sólo él era capaz de entender pero que igual seguía intentando explicar a todos. Después de comenzado el irreversible tratamiento del bebé, Remus decidió marcharse porque según él su deber estaba al lado de Harry Potter. Remus salió del apartamento y todo el color abandonó el cuerpo de Nymphadora, no estoy hablando de que se hubiese puesto pálida, no. Su piel se puso traslúcida y quebradiza como una flor marchita y cayó inconsciente al suelo. Por desgracia 

Regulus no pudo llegar rápido a atenderla, por esos días estaba obsesionado con encontrar no se qué artículos del Señor Oscuro y en su lugar quien regresó fue Remus. Intenté decirle lo que había sucedido con Nymphadora, pero cuando estaba intentando describir su situación salió ella a recibirle tan radiante y enérgica como de costumbre diciendo que efectivamente había tenido un mareo, pero que yo lo había exagerado todo.

"¿Cómo puedes ocultarle una cosa así a Remus?" recuerdo que le recriminé a Nymphadora en la primera oportunidad que tuve de estar a solas con ella.

"Era su decisión. Yo no tenía ningún derecho a intervenir." Fue la respuesta que me dio.

"¿No tenía derecho a saber que si se marcha, su mujer y su hijo se pueden morir?" Le grité, pero no me respondió nada más, en su cara podía leer la culpa, el temor por la vida de su hijo, miedo y entonces como una revelación entendí que así como los vampiros necesitan de sangre para existir y los licántropos vivimos al ritmo de las fases de la luna, los metamórphagos viven del frágil equilibrio de un corazón enamorado. Tan despiadado, terrible e incomprensible como eso puede resultar. Todavía no estoy segura de que la licantropía sea tan mala.

La guerra continuaba allá afuera. Ted murió en un ataque, salvando las vidas de Remus, de Nymphadora y la mía. "Déjame hacer que te sientas orgullosa de mi." Fueron sus últimas palabras antes de arrojarnos con un movimiento de su varita una manta teletransportadora encima.

El bebé nació justo como un rayo de sol en medio de la oscuridad y desde sus primeras horas de vida Ted Lupin fue capaz de cambiar el color de su cabello de acuerdo al color del cabello de la persona que lo tuviese alzado. Pero entonces lo peor que pudo haber sucedido sucedió, la gran batalla que habíamos estado temiendo durante todo este tiempo comenzó en Hogwarts. Remus se marchó enseguida apenas besando a Nymphadora una vez en los labios y a Ted una vez en la cabeza. "Cuídalas." Fueron las últimas palabras que me dijo antes de desaparecer en la chimenea. Cuando me giré temiendo que Nymphadora se hubiese desmayado como la vez anterior, me sorprendí al verla sacando a Ted de su cuna y disponiéndose a amantarlo. La serenidad en su rostro me espantó más que cualquier gesto de dolor o de tristeza o de rabia que hubiese podido haber proferido. Más lechuzas comenzaron a llegar así como un par de patronus que tan sólo confirmaron lo mala que era la situación en Hogwarts.

Ted se quedó dormido y entonces Nymphadora lo colocó en mis brazos, creo que desde que la vi tan calmada lo comprendí, pero igual tenía que intentar convencerla.

"Existe la posibilidad de que si te quedas no mueras. Tu amor por tu hijo puede mantenerte con vida," le dije intentando que volviese a sostener a Ted en sus brazos.

"Lilith por favor," me dijo con el tono paternalista que uno reserva para dirigirse a un niño pequeño que acaba de hacer una petición realmente absurda.

"¿Estás lista para morir?" Recuerdo que me interpuse frente a la chimenea con Ted todavía dormido en mis brazos.

"No lo sé," susurró, las lágrimas rodaban por sus mejillas. "Pero sé que no estoy lista para mirar la cara de mi hijo y decirle que simplemente dejé morir a su padre sin intentar hacer nada y sobre todo, sé que no estoy lista para una vida sin Remus." Me quitó de su camino con un suave pero firme empujón, creo que desde que Remus se marchó la primera vez ella ya había tomado su decisión. Ya en la chimenea, con el puñado de polvos flu en una de sus manos me preguntó "Vas a cuidar de Teddy por mi ¿cierto?"

"Con mi vida," le dije y hasta el día de hoy he cumplido con esa promesa.

"Te odio Honks," fueron las últimas palabras que le dije. Ella sonrió. "Yo también te odio a ti Lilith Greyback," me contestó. Creo que ambas estábamos siendo sinceras.

¿Por qué? ¿Por qué tuvieron que morir? ¿Por qué tuvieron que dejarme en el preciso lugar en que deberían estar ellos? Todavía no tengo una respuesta. Porque la vida tiene un terrible sentido del humor o porque es injusta y caprichosa. Yo no encuentro ningún sentido en sus muertes y pese a que amo a Teddy con todas las fuerzas que me quedan daría cualquier cosa porque ambos, porque al menos Nymphadora estuviese con vida. Yo no sé nada de ser mamá, yo no pedí ser mamá, estoy contaminada. Ellos tenían una vida por delante. Un futuro, pero los futuros tienen una forma de caerse en el aire, los futuros no existen, como no existe una forma de cambiar el pasado, ni una forma de revivir a los muertos, ni una forma de querer sin sufrir, ni de existir sin morir, ni de cambiar el mundo sin tener que hacer ningún sacrificio.

La verdad cuando pienso en Nymphadora, cuando pienso en Remus me gusta imaginarlos en el día de su boda, completamente felices, bueno Remus todavía tenía sus dudas supongo que no hubiese sido Remus si no hubiese estado hecho un manojo de nervios antes de la ceremonia, pero mi Honks estaba lo suficientemente segura por los dos.

"¿Todavía estás hablando con ese diario? Falta menos de media hora para el anochecer." Es Regulus su genio no ha mejorado nada en los últimos cinco años, todavía no puede perdonarse a sí mismo por haber llegado tarde a la batalla de Hogwarts. Cada noche de luna llena, envío a Teddy con Harry y Regulus viene a recogerme, tenemos una pequeña cabaña al borde del bosque nórdico en donde paso la transformación. Creo que la amiga de Harry, Hermione Weasley ya sabe lo que sucede, pero hasta el momento no ha dicho ninguna palabra.

"¿Sabes?" digo en voz alta segura de que a Regulus le fastidia que el diario todavía esté abierto. "Me siento enferma de mí misma... todavía siento esperanza."


N/A: Muchas gracias por llegar hasta ésta última página. Sé que muchas cosas tuvieron que cambiar y que suceder para llegar hasta aquí, tanto para mí, como para cada uno de ustedes, les ofrezco mi más sincera disculpa por demorar tanto en escribir. Gracias por sus comentarios, a cada una de las personas que dejó alguno mientras estaba escribiendo la historia, sin esos comentarios posiblemente no habría encontrado la determinación para terminar la historia. Gracias por los besos saborizados, por los tironcitos de orejas, por la crítica sincera. Tan sólo espero no haberles defraudado. Debo decir que detesté el final que Rowling le dió a Remus, a Tonks y a Snape y sin embargo me apegué a ese final como parte de mi proceso de duelo.

Ahora que ha terminado, me gustaría escuchar su opinión por última vez y tal vez escuchar por primera vez la opinión de los que nunca dejaron ningún review, pero que igual tuvieron toda la paciencia de llegar hasta ésta página (yo admito que a veces me importa más leer que dejar reviews, en especial cuando el capítulo hace ratico que fué actualizado, pero igual, me gustaría escucharles).