N/A. Bien, al final he juntado los xapis que en un principio serían el 14 y el 15, así que éste ya es el final : ) Con este ya va otro terminado, y los nuevos proyectos están cada vez más cerca. Qué ganas tengo de empezarlos xD Bueno, antes que nada un par de cosillas. Primero que le dedico este xapi a Mina, porque fue en una clase de pintura cuando se le ocurrió el final para este fic xDDD La idea es suya, y yo me he limitado a escribirla jeje. A ver si os gusta como queda. La segunda cosa es el mote de Snivellus, que es... (a Joanne le dan temblores y espasmos) Quejicus en español. Ainss... es taaaan horrible. Nunca más me oiréis decirlo xD Usaré el de inglés, como vengo haciendo también con los de los Merodeadores.

Por lo demás, muchas gracias a toda la gente que ha seguido esta historia. Espero que el último xapi os guste ; ) Joanne

XIII. Humillación

-No...

-Ánimo, Prongs –susurró un Sirius bastante asqueado, tirado encima de la mesa-. Cinco minutos más.

-No puedo –respondió esbozando muecas-. Es...

-Intragable.

Peter terminó la frase, apoyando, con aspecto aburrido –por no decir casi dormido-, la barbilla en la mano. La primera clase después de Navidades había resultado ser Historia de la Magia, algo que según la opinión general debería estar penado.

-Me aburro –soltó Dana, resoplando. Se la oyó tanto que hasta el fantasma tuvo que darse la vuelta, escrutando con la mirada a los alumnos a ver quién había sido. Ella se había agachado un poco, intentando pasar desapercibida, con todas las mejillas rojas por la vergüenza. Sus amigos tampoco querían ser vistos, aunque en su caso era porque estaban riéndose en silencio.

-Venga, calma –susurró Lily, intentando controlar la risa-. Y no hables tan alto, Dana.

-No he hablado tan alto –repuso ésta, enrojeciendo aún más.

-¡Shhh!

De nuevo el profesor Binns se volvió, y todos volvieron a fingir que escribían, con sus espaldas sufriendo leves espasmos por la risa ahogada.

-¿Qué tal anoche? –preguntó entonces Peter a James, quien se sentaba a su lado.

-Uf, estuvo fenomenal. Qué pena que no pudiste venir –respondió en voz baja, y él no precisamente por preocuparse por el fantasma, sino porque el resto de sus compañeros no le escucharan-. Fuimos a Hogsmeade otra vez...

-Oh.

-¡Prongs! –chistó Remus, mirando a su alrededor algo nervioso. El silencio tan pesado de la clase no era lo más propicio para tratar un tema que debía permanecer en secreto, puesto que todos estaban más atentos a lo que decían el resto de compañeros que al profesor.

-Estoy hablando muy bajito, Moony. Nadie se va a enterar de...

-¿De qué habláis? –interrumpió una Dana curiosa desde la mesa de atrás. Ann a su lado también los miraba fijamente, esbozando una sonrisa condescendiente para con su amiga.

-De nada –cortó Remus algo violento, volviéndose para coger su pluma y seguir cogiendo apuntes. Lo cierto era que se había perdido hacía bastante rato.

-¿Y bien? –insistió Dana-. Me aburro mucho.

-No era nada. -James y Peter lo repitieron a la vez, y el último dio un codazo a Sirius, que se limitó a asentir con la cabeza varias veces.

La muchacha arqueó las cejas, y abrió la boca para insistir, pero justo en ese momento sonó la campana. Los Merodeadores se levantaron a toda velocidad y prácticamente sacaron a Remus arrastrando de la clase, que no se había enterado de la insistencia de la amiga de Lily.

-Dejadme recoger las cosas –protestó el licántropo, metiéndose la pluma en un bolsillo de la túnica porque la mochila se la había cogido Peter y ya había salido de la clase. James tiraba de Remus, y Sirius los seguía a todos, bastante despistado.

-James, espera –se escuchó decir a Lily desde la clase, y el chico de gafas se detuvo repentinamente.

-Ups, Lily –musitó, retorciendo hasta entrar en la clase-. Venga, nos vemos luego en la Sala Común.

Los tres se quedaron mirando como Ann y Dana salían de clase y se iban por otro de los pasillos, pues ahora volvían a tener otra clase. Lily y James se quedaron en la clase, posiblemente muy ocupados.

Peter sonrió, y Remus se encogió de hombros.

-Dame la mochila, anda –pidió Lupin, cogiéndosela a Peter y empezando a andar hacia la Sala Común. Tenían una hora libre, y la verdad es que no tenía muchas ganas de hacer algo. Sirius, detrás de él, andaba callado-. ¿Qué tal las vacaciones?

-Pues... aburridas. Me tenía que haber quedado aquí –contestó el chico bajito, resoplando-. Pero ya conoces a mi madre, es una pesada. Cuando se pone a insistir con algo hasta que no se hace no se calla.

-Ya, bueno... Más vale que James no se entere –dijo Remus con una leve sonrisa-. No le gustó nada que te fueras, sobre todo siendo estas las últimas Navidades en Hogwarts.

-Lo sé –dijo riendo-, pero no podía hacer nada. Además que no se queje, que el que me he perdido todo he sido yo. Me ha dicho que la transformación estuvo muy bien.

-Sí, no estuvo mal. Volvimos a ir a Hogsmeade ¿verdad, Sirius?

Éste estaba en su mundo, recorriendo con la mirada los compañeros con los que se cruzaban por los pasillos. Remus arqueó las cejas, sabiendo perfectamente a quién buscaba su amigo.

-¡Sirius!

-¿Eh?

-La transformación –insistió Peter, buscando detalles.

-Ah, fuimos a Hogsmeade.

Remus y Peter se miraron, el último con cara de escepticismo en su expresión. El licántropo hizo un gesto de "ya te explicaremos" y siguió andando, contando en voz baja lo que había hecho en Hogsmeade.

-A la vuelta además casi los pilla Filch. Me lo dijo James por la mañana, en la enfermería –explicó Remus con una sonrisa divertida-. Se despistaron y no miraron el mapa, y casi se chocan con él. Porque llevaban la capa, que si no...

Peter rió. Esas cosas se las tomaban ya a broma. Eran tantos los puntos que habían perdido con los castigos, que luego recuperaban con sencillez, que ya no se preocupaban. Aunque lo cierto es que después de todos los que habían perdido James y Sirius hacía algunas semanas... Mejor no tentar a la suerte. Por el bien de sus cabezas si Lily se enteraba (y de la de Prongs sobre todo).

Entraron charlando en la Sala Común, sin alzar mucho la voz por si acaso. Sirius a veces participaba con algún comentario (como cuando se había perdido durante unos minutos en Hogsmeade y había traído de cabeza a Peter y a James para encontrarle), pero estaba particularmente callado. Sus dos amigos a veces lo miraban de reojo, intercambiando una mirada entre ellos después... la de Peter interrogante y la de Remus pensativa. Luego continuaban hablando como si nunca se hubieran desviado la conversación para que Sirius no se diese cuenta de nada.

Sus historias sobre las Navidades no se alargaron mucho. Habían vagueado más que nada, y como la mayoría de los Slytherin se habían ido a sus casas, pues tampoco se habían reído a su costa.

-¿Entonces tampoco te ha hecho efecto la última poción? –preguntó Peter mirando a Sirius, y éste tuvo que salir de su ensoñación, sin más remedio que contestarle.

-Nada. Sigo igual que siempre –respondió, encogiéndose de hombros-. Si os digo la verdad, creo que McGonagall intenta envenenarme.

Remus y Peter se echaron a reír, llegando rápido a la conclusión de que James seguramente habría estado de acuerdo con esa idea. Lo cierto es que tantas pociones, y que no se sintiera ni un poco mejor... La mente de Sirius seguía tan vacía de recuerdos como desde el día del golpe con la bludger.

-Voy arriba a dejar todo esto –dijo el chico de pelo negro, señalando a su mochila-. Estoy harto de cargar con ella.

-Vale –respondieron los dos, intercambiando una rápida mirada en cuanto desapareció por el hueco de la escalera en dirección a la habitación de séptimo.

-¿Qué le pasa? –preguntó Peter, inclinándose hacia delante.

Los ojos de Remus no se apartaban de la escalera cuando contestó:

-Bellatrix.

-¿Y qué tiene que ver esa con Sirius? –replicó sorprendido.

-Pues que igual que se olvidó de nosotros, también se olvidó de ella. –Remus frunció el entrecejo, su voz haciéndose más grave-. Y le ha comido la cabeza.

-Bromeas... ¿Cómo va a engañar Bellatrix a alguien? –dijo Peter, riéndose-. ¡Si todo el mundo perfectamente cómo es!

-Pues a Sirius sí le ha engañado. Y lo peor es que le gusta, y muy en serio.

-P-pero... eso es una locura.

-Díselo a James. Está que se sube por las paredes –suspiró el licántropo, apoyándose en el respaldo del sillón, vencido-. Ha tenido varias citas con ella por las noches, y le dio la pulsera de los Black.

-Esto es... –musitó en un susurro. Casi ni le salía la voz-. ¿No se puede hacer nada?

-Hemos intentado hablar con él, pero es impermeable. Hasta que no recupere la memoria nada.

-Pues casi más le vale envenenarse con las pociones de McGonagall que hacerlo con Bellatrix.

-¡Ya estoy de vuelta! –exclamó Sirius, bajando de un salto los dos últimos escalones.

Peter y Remus enmudecieron de pronto, mostrándole a su amigo la mejor de sus disimuladas sonrisas.

OoOoOoOoOoOoO

Podía ser la primera clase de Transformaciones del nuevo año, pero McGonagall había empezado como si le quedase una semana para los ÉXTASIS y no hubiese terminado de dar el temario. Aparte de la pila de deberes que tuvieron que entregarle, tuvieron que hacer un profundo repaso de toda la transformación humana que habían estudiado en las clases antes de Navidad. Lo peor no era eso... sino que cómo no les saliera bien, la pila de deberes con la que se suponía que ya habían terminado, se reproducía de pronto.

-Es importante que dominéis a la perfección lo que hemos dado. Si no nunca aprobaréis el EXTASIS –le repetía una y otra vez, metiéndoles el miedo en el cuerpo. Para el momento en que le tocó el turno a Peter, éste temblaba como una hoja pensando en el futuro desgraciado que tendría, y lo único que consiguió fue una transformación a medias... y en el compañero que se sentaba detrás. Las risas estallaron por la clase, pero ante una mirada fulminante de McGonagall un silencio súbito se impuso entre el alumnado.

-Creo que no tengo que comentar nada –musitó, apretando los labios ante tal... desastre-. Para pasado mañana la redacción, y para el próximo lunes tendrás que controlar estas transformaciones. ¿Entendido?

-Sí, profesora –murmuró para el cuello de su camisa, y Remus le obsequió con una mirada comprensiva y una palmada de apoyo en la espalda.

-Ya te ayudaremos. Lo que pasa es que te has puesto nervioso...

-Es que McGonagall pone nervioso a cualquiera –terció James, echando un ojo a la espalda de la profesora por si acaso los estaba escuchando. Al ver que estaba ocupada torturando a otro alumno, se volvió hacia atrás y sonrió cruel al que había hechizado Peter.

-Vaya, vaya, Snivellus-. Snape intentaba arreglar el estropicio que Peter había originado. Las orejas le habían crecido desproporcionadamente, y le habían salido unos bultos enormes, haciéndolas casi indescriptibles-. Primero la nariz y ahora las orejas... Si es que hay gente que nace sin suerte.

-Cállate, Potter.

-Con tu nuevo aspecto me aterrorizas –se burló él-. Si mueves la cabeza puede que me des a distancia.

-James, viene McGonagall –le chistó Remus desde el pupitre de delante, ante lo que el chico de gafas se dio la vuelta aún con una sonrisa en los labios, mientras Sirius se esforzaba por que su risa no se escuchara. Snape podía ver su espalda convulsionándose por la risa, e intentó reprimirse.

La profesora pasó a su lado sin mirarlos siquiera, y se alejó hasta el final de la clase, para seguir preguntando por esa zona. Sirius se volvió ligeramente, y se fijó en Bellatrix, que estaba sentada bastante por detrás de él. Justo ahora la estaba preguntando.

Una tos repentina le hizo sentarse bien, y vio que su mejor amigo lo miraba con las cejas enarcadas, y con cara de pocos amigos.

-Sirius...

-Ya –respondió, abriendo de golpe el libro de Transformaciones para disimular un poco. Escuchó a James cuchichear con Peter y Remus, que estaban sentados delante, y disimuladamente, dejó caer el rollo de pergamino, que rodó por el suelo, alejándose un par de metros. Sin prisa se puso de pie, y fue a buscarlo. Ahora, dado la vuelta por una razón coherente, podía mirar a Bellatrix.

De pronto se escuchó un crujido siniestro, y Sirius se volvió mirando a ver de dónde provenía el ruido. Sus ojos coincidieron con los de Snape, que esbozó una sonrisa de venganza cumplida. Y sus ojos siguieron ascendiendo, despacio... hasta encontrarse con que una de las enormes estanterías que había pegadas a la pared se caía sobre él.

Se escuchó un estrépito que hizo volverse a todos, algunos gritos de Sirius intentado sostenerla infructuosamente. Los pesados tomos caían sobre él, golpeándole en la cabeza y en los hombros, hasta que finalmente no pudo más y cayó al suelo, medio aplastado por los libros y la estantería.

-¡PERO SEÑOR BLACK! –gritó McGonagall, escuchando todo el estrépito-. ¿QUÉ HACE?

-¡Sirius! –exclamó James, levantándose de inmediato a salvar a su amigo de la tonelada de libros. Peter y Remus lo siguieron, al no ser tan rápidos de reflejos.

-¡Aquí abajo! –contestó una voz ahogada, balbuceando.

-No, si eso ya, pero...

-Apártese, señor Potter. –McGonagall quitó de en medio a James, que estaba intentando levantar la estantería a pulso, y alzó la varita. En un segundo el mueble estaba flotando, y los pocos libros que se mantenían en su sitio cayeron sobre Sirius, que estaba medio oculto bajo la pesada sabiduría.

-Ay... me duele todo.

-¿Está usted bien?

-Sí, creo que sí... –masculló levantándose con dificultad, mientras muchos curiosos se habían levantado. Los Slytherin aguantaban la risa, y los ojos de Sirius coincidieron con los de Bellatrix... Al momento ella apartó la mirada y empezó a recoger sus cosas, pues la campana estaba a punto de sonar.

-Debería ir a la enfermería, señor Black –le aconsejó McGonagall, después de comprobar que su alumno no había sufrido en el accidente más que algunas contusiones.

-Estoy bien... pero iré de todas formas –añadió rápido, al ver como la profesora cambiaba la expresión, para demostrarle que lo de antes no había sido un simple consejo.

-Vamos, Sirius –le dijo James, que se había adelantado un poco. Los tres amigos se reunieron con él en cuanto terminaron de recoger sus cosas-. ¿Se puede saber que ha pasado?

Sirius, que había estado extrañamente pensativo tras el accidente, respondió medio ausente:

-Fue Snape. Lanzó un hechizo a la estantería para que se cayera.

-Ese cabrón... La que ha armado. ¡Seguro que fue por las orejas!

-Es que tú también, Prongs...

Justo en ese momento Bellatrix salió de la clase, adelantándose a ellos. Sirius se detuvo en seco, y la Slytherin se giró. Una mirada penetrante, y una leve sonrisa ladeada. Todo en unos segundos antes de desaparecer.

Los cuatro se quedaron callados, y ninguno tenía ganas de empezar una conversación después de eso.

-Tengo que deciros algo –soltó Sirius de pronto, su expresión grave.

OoOoOoOoOoOoO

-Tenemos que hablar –dijo Sirius, agachándose un poco para susurrárselo en el oído.

-¿Aquí? –susurró entre dientes Bellatrix. Estaba completamente tensa. ¿Es que estaba loco o qué? En medio del comedor, de la mesa de Slytherin... Que Sirius se acercase ahí, y precisamente a hablar con ella (hablar, y no discutir), era algo sin precedentes.

-Sí –respondió-, y ahora.

Su mirada se desvió hacia la mesa de Gryffindor, y sus ojos coincidieron con los de James. Bellatrix se fijó en a quién observaba. Potter apartó la vista cuando ella esbozó una sonrisa perversa, sabiendo lo mucho que odiaba el chico de gafas que Sirius estuviese allí hablando con ella, de forma tan descarada.

Pero además vio enfado en sus ojos, tal vez demasiado para ser la suya una inocente conversación.

-Te has decidido –susurró Bellatrix incrédula, volviéndose de pronto, encontrándose con que Sirius la observaba fijamente.

-Sí –respondió con suavidad, y luego volvió a dirigir su mirada hacia el que parecía haber sido su mejor amigo-. James no se lo ha tomado muy bien.

Sintió un cosquilleo subiéndole por la tripa cuando escuchó a Sirius decirle esas últimas palabras. Sus ojos grises se clavaban penetrantemente en ella, poniéndola nerviosa.

Se daba cuenta de que bastantes ojos curiosos estaban centrados en ellos, incluidos los de Rodolphus, pero no se movió, ni hizo ademán de apartarse o sentirse incómoda.

-¿Sirius? –dijo, al ver que el chico se quedaba callado sin hacer nada.

Y tal vez habría preferido no saber su respuesta. O más bien sentirla.

Unos labios suaves se posaron sobre los suyos, humedeciéndoselos lentamente, ejerciendo una ligera presión que le resultó sumamente seductora. Le respondió al beso cuando él llevó una mano a su mejilla., sin pararse a pensar en lo que hacía.

Notó la respiración agitada de Sirius contra su boca. Ella misma estaba jadeante también. Su pecho subía y bajaba, la sangre hirviéndole. Y no conseguía calmarse.

-No quería que viniese a hablar contigo –añadió el muchacho tras un momento de silencio, y su voz pareció algo más fría y dura ahora. Apenas estaban a un palmo de distancia-. Ni siquiera para decirte lo puta que eres.

Los ojos de Bellatrix se abrieron con sorpresa, y se quedó paralizada. ¿Por qué Sirius decía...? No necesitó más. Ahora que Sirius había dejado su máscara de lado, sus mentiras, podía ver perfectamente el odio que centelleaba en sus ojos. Uno que no veía desde hacía meses, desde que tuvo el accidente, pero, sin embargo, lo recordaba. Y perfectamente.

Sus labios se contrajeron en una mueca al darse cuenta de que Sirius la había engañado. No había ido a unirse a los Black, a ser el heredero que debía ser, sino a reírse de ella.

A humillarla.

Empalideciendo, recordó el beso.

-¿Furiosa? –le susurró, casi escupiendo las palabras-. Te aseguro que no tanto como yo. Sabías lo que os odio, e intentaste pasarme a vuestro lado.

Con rabia se levantó la manga de la túnica, y de un tirón seco se arrancó la pulsera de plata que llevaba. Cogió la mano de Bellatrix y le obligó a cogerla.

-No quiero saber nada de esto, ni de los Black ni... –Se detuvo, de pronto dudando qué decir. Cuando continuó había algo más que odio en la voz-. Me da igual lo que signifique la B.

Sus ojos coincidieron un breve segundo, antes de que Sirius se diese la vuelta hacia la salida del Gran Comedor, donde le esperaba James, que se había levantado de la mesa.

Bellatrix apretó el puño con fuerza en torno a la pulsera, clavándose el metal en la mano, que le dejó marcas.

OoOoOoOoOoOoO

-¿Ya está?

-Sí –masculló Sirius, y se le veía tan cabreado que James dudó si seguir con el tema o no. Daba largas zancadas, y sospechó que tal vez quisiese alejarse de su prima lo antes posible.

-No sé, Padfoot... Vale que la quisieras humillar, pero ¿era obligatorio besarla?

Su pregunta se quedó sin respuesta. Sirius aceleró el paso, escuchando su sangre bombear en sus oídos con rapidez, con demasiada rapidez. Había perdido todo el control. Aún sentía sus labios ardiendo por el beso, y supo mejor que nunca que la odiaba. La aborrecía como nunca lo había hecho con nadie.

Y luchaba contra un ramalazo de miedo que no había podido sacudirse de encima desde que había recuperado la memoria. Saber lo que había llegado a ser capaz de sentir tan intensamente por ella, por Bellatrix, le aterrorizaba.

N/A. YESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS! Lo terminé! Después de... de muchos meses (Joanne mirando la fecha de publicación de Ffnet) ¡Del 10 de marzo del año pasado! Cuánto tiempo XD siempre mi intención es terminarlo pronto, y acabo alargándome interminablemente. Xo x fin ya no tendréis que esperar más xDD aki lo dejo ya... Es un final... mmm, no sé como decirlo. Suave? Xo si habéis visto bien la relación, digamos que la pobre bellita queda x el suelo xD pobre pobre U.U xo sirius... como que tampoco sale ganando. Veo un aspecto bastante tierno en el final juju. Os dije que no os esperaráis nada fuerte. Y sé perfectamente que este final no va a gustar a todos, que se esperaban más... pero bueno, comprendedlo. Tiene más chicha de lo que parece. Sirius podría haber seguido fingiendo que estaba amnésico para seguir con ella, pero no lo hizo. Por otro lado, si no se hubiera recuperado... se hubiera quedado con los merodeadores o con los black y bella? XDD es un final bastante abierto en cierto sentido. Y luego esta el aspecto de bella... k dira rody? XD y los demás Slytherin también... jiji, no todo es tan sencillo.

Pero en fin, ya me comentaréis (espero... en el ultimo xapi recibí pocos rrs comparado con los anteriores T.T dnd se han metido mis fieles lectoras? Snif. Hace muxo k no veo a algunas). Kiero critikas largas plzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz. Opinions argumentadas, os lo suplico xD

Mas cositas. Nuevos proyectos. Voy a empezar (el otro dia se me ocurrio la idea por fin) la secuela de Black Mirror. Además, claro, tengo que continuar el de SDY y el del Salón de té, y creo que eso es todo. Por supuesto los one-shots siguen ahí pendientes, que tengo algunas peticiones que me corren prisa.

Mmm y ya? xD Creo que sí. Espero que os haya gustado este fic jeje. La verdad es que tenía un montón de ganas de terminarlo ;) Me he quitado un peso de encima xP

Joanne

Muchas gracias por los reviews a: Agus y Moony, Yare, Lily Dark Black, Akasha, Marin Black, Bellatrix Black, Anna-Black22, AnnaTB, HermyBlack, Kristen Black, Vampisandi, BellatrixDarkLestrangeSnape, KaicuDumb, AriMalfoy, Angela30, Mina, Nury, AElizabeth-Black, Sara Fénix Black, AnnaBlack, Angie Crowe, Miss Molko84, Kirsche, Consue, Ashley Black Lee, DrEaM-KaT, Sete (XD), Klau Potter y Silvixy.

También a los que me dejen reviews en este nuevo (espero que haya alguno jeje).