Desclaimer Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de M. Kurumada. Los personajes que no aparecen en la serie y en el manga obviamente son míos.
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LA ESTRELLA DE OCHO PUNTAS
CAPITULO 1: EL LIBRO
Era una mañana como todas en el Santuario, excepto porque ninguno de los caballeros dorados se encontraba en su templo. Todos los santos dorados, de bronce y las amazonas se encontraban en el templo de Aries.
¿Seguro que tienes que irte?- preguntó Milo por enésima vez. Mu solo sonrió y asintió.
El entrenamiento de Kiki tiene que continuar en Jamir, o no aprenderá nunca como reparar las armaduras- dijo Mu- volveré en un par de meses...-
Kiki, por su parte, estaba al borde de las lágrimas, ya que su principal compañía aparte de Mu, los caballeros de bronce, estarían muy lejos bastante tiempo.
No estés triste, Kiki- dijo Seiya- estoy seguro de que Mu te dejará visitarnos de vez en cuando...-
Así es- dijo Shun.
Mientras Mu y Kiki se despedían de todos, Saori y Shion los observaban.
Míralo- dijo Saori, señalando a Mu- parece muy feliz de volver a Jamir-
Usted lo ha dicho- dijo Shion- parece-
¿A que te refieres?- preguntó Saori.
A que noto algo extraño en el corazón de Mu- dijo Shion- está preocupado por algo... su corazón no está tranquilo, como de costumbre-
¿Cómo...?-
No sé como explicarlo- dijo Shion, un tanto pensativo- y no es el único. Jamir nunca me ha traído buenos recuerdos...-
Saori siguió mirándolo y alzó una ceja, interrogante. No pudo volver a preguntar, porque las amazonas ya habían abordado al caballero de Aries.
Buena suerte, Mu- dijo Marín.
Cuídate mucho- añadió Melody.
Espero que nos visiten pronto- dijo Aldebarán, palmeando la espalda del caballero de Aries, un poco triste porque su mejor amigo se iría del Santuario por un tiempo. Después de despedirse de todos, Mu y Kiki desaparecieron.
Que lástima- comentó Aioros- pero era necesario...-
Todos los caballeros y las amazonas se dispersaron y volvieron a lo suyo. Shion, sin embargo, se dirigió a la parte alta de Starhill. Se sentó en el suelo y se puso a observar los cielos.
La constelación de Géminis ya había cedido su lugar a la de Cáncer. No se inmutó, pues estaban a punto de terminar los días lluviosos de junio para pasar a la temporada del fuerte calor del mes de julio.
Shion siguió mirando las estrellas. Notó que entre las constelaciones, había una que brillaba con más intensidad que de costumbre: Casiopea, la dama reclinada en un diván.
¿Casiopea?- murmuró Shion para sí mismo- ¿qué significa esto?-
El patriarca siguió inspeccionando el cielo. La corona boreal brillaba con particular fuerza, muy extrañamente para la época del año. Y fue cuando lo vio. Junto a la constelación de Casiopea, dos estrellas fugaces rodeando una estrella de ocho puntas.
Shion se puso de pie bruscamente, con los ojos abiertos desmesuradamente
No es posible...- dijo el Patriarca, con la vista aún en el cielo-¿ellas de nuevo?-
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Mientras tanto, a varios cientos de kilómetros de ahí, una chica dormía profundamente, aunque no por mucho tiempo.
Lily... Lily, despierta- dijo una voz femenina.
La chica entreabrió los ojos. Su habitación estaba en penumbra, hasta que alguien corrió la cortina y descubrió las ventanas, obligándola a cerrar los ojos repentinamente y ocultarse bajo las cobijas después de emitir un gemido de protesta.
Vamos, jovencita, no lo diré de nuevo- dijo la misma voz.
Cinco minutos, tía, por favor- protestó la chica.
Ni uno solo- dijo la mujer- son órdenes de tu abuela...-
La chica emitió otro gemido, pero no se levantó. De mal humor, la mujer que fue a despertarla tiró de las cobijas, dejando a la chica totalmente descubierta. La chica iba a protestar, cuando se escuchó un maullido lastimero.
¡Rory!- exclamó la chica, levantándose de un salto y buscando entre las cobijas. Por fin halló a su gata de color negro, y la levantó en sus brazos. Luego levantó su vista hacia su tía- deberías tener más cuidado, si ves que está durmiendo sobre mi cama-
Y tú deberías obedecerme cuando te digo que te levantes, Lily- dijo la mujer, mirando los cabellos desordenados de color negro y los ojos color amatista que la miraban con enojo- y deberías apresurarte, ya perdiste bastante tiempo-
¡Lo sé, lo sé!- dijo Lily de mal humor.
Lily puso a Rory en el suelo y caminó hacia el baño, donde la bañera ya estaba lista para ella, con agua caliente, perfumes y burbujas. La chica deshizo la trenza de su cabellera negra, se desvistió y se introdujo a la bañera. No pudo disfrutar su baño como hubiera querido, pues tenía que apresurarse.
Salió de la bañera, se secó rápidamente y se puso un vestido negro corto a toda prisa. Cuando salió del cuarto de baño se puso un par de botas negras y ató los cordeles. Salió corriendo hacia el salón principal, seguida por su fiel gata negra.
Entró al salón, que parecía vacío, y dejó escapar un hondo suspiro de alivio.
Llevas tarde, Lily- dijo una fría voz femenina. Una mujer estaba sentada en uno de los sillones. Parecía ser una mujer joven, de largos cabellos negros y ojos color azul brillante. Tenía un largo vestido negro y apretaba en su mano una vara de color dorado. Lily se inclinó ante ella.
Lo lamento, abuela, no volverá a ocurrir- dijo Lily.
Eso espero- dijo la abuela. Lily mantuvo una expresión arrepentida en el rostro, pues sabía lo terrible que podía ser la ira de su abuela- bueno, hijita, te mandé llamar porque pronto será la iniciación. En menos de una semana. Para que vayas preparándote para ese momento, ve a hacer tres horas de meditación-
Lily estuvo a punto de reclamar. No lo hizo, pues sabía que a su abuela no le haría mucha gracia. Se limitó a asentir y a inclinarse.
Puedes retirarte- dijo la abuela.
Gracias, señora- dijo Lily, y salió de la sala, seguida por Rory.
Una vez fuera, Lily cerró los puños y luego pateó el suelo con fuerza, mientras Rory maulló en un tono molesto.
¡Tres horas, Rory!- exclamó Lily, cruzando los brazos- no tendré rodillas para cuando termine mi meditación...-
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¡Tres horas!- exclamó Kiki. Mu asintió serenamente, aunque se daba cuenta de la tormenta que estaba a punto de avecinarse sobre él, pues el pequeño pelirrojo no estaba dispuesto a rendirse.
Así es, Kiki- dijo Mu- y te recomiendo que comiences, o te pesará el calor del mediodía-
Kiki hizo una mueca y salió del castillo de Jamir arrastrando los pies. Mu lo miró sonriente. Sabía que el entrenamiento era muy duro, pero le haría bien.
Aprovechando que Kiki estaba ocupado con su entrenamiento, Mu se introdujo en el palacio. Tenía tantos recuerdos de ese sitio, tanto buenos como malos. Podía verse a sí mismo corriendo por los pasillos y teletransportándose de un lado a otro, como Kiki lo hacía ahora, mientras el maestro Shion trataba de detenerlo.
Mientras caminaba y miraba a su alrededor, pasó por una puerta que tenía un extraño aspecto envejecido. La mente de Mu viajó al pasado al observar con detenimiento la vieja puerta de madera.
x-x-x FLASHBACK x-x-x
Mu, de 5 años, corría por los pasillos del palacio de Jamir.
-Mu, ya basta- dijo Shion- ven acá, ya no tengo edad para esto...-
De pronto, Mu se quedó plantado literalmente frente la puerta de aspecto envejecido, que tenía una gran mancha color dorado junto al picaporte, como si alguien hubiera derramado pintura de ese color.
-¿Maestro?- dijo Mu, una vez que Shion lo alcanzó- ¿qué hay...?-
-Nada que sea de tu incumbencia, Mu- dijo Shion, su semblante ensombreciéndose-escúchame bien, pequeño. Nunca, nunca vayas a cruzar el umbral de esta puerta, porque hay grandes misterios y secretos detrás de ella... grandes, pero muy peligrosos...-
x-x-x FIN DEL FLASHBACK x-x-x
Mu sabía muy bien que su maestro le había indicado que nunca cruzara el umbral de esa puerta. El caballero de Aries dudó unos segundos pero, tras cerciorarse de que Kiki estuviera bien ocupado en su entrenamiento, se teletransportó dentro de la habitación.
La habitación prohibida era pequeña, llena de libros, viejos y polvorientos, acomodados en estantes de madera. Había un pequeño escritorio, de madera también, sobre el cual había una vela totalmente consumida y un libro de pastas doradas, igualmente cubierto de polvo.
Lleno de curiosidad, Mu se acercó y limpió el polvo que cubría al enorme volumen. Las pastas doradas estaban grabadas con signos desconocidos por él. Mu abrió el libro en la primera página y vio un manuscrito con los mismos símbolos extraños.
Al pie de la página estaba el dibujo de un hombre, lemuriano claramente, que estaba de pie junto a una mujer de una raza que Mu no conocía. La mujer del dibujo tenía los ojos de un tinte guindo y una extraña estrella de ocho puntas en la frente.
Intrigado, Mu cambió la página.
Es Lemuria- murmuró Mu al ver la ilustración del continente que conocía muy bien los las historias que Shion le había contado de pequeño.
Cambió la página una vez más. Era la imagen de un castillo muy hermoso de mármol blanco, rodeado de grandes jardines.
Esta estructura me parece familiar- dijo Mu para sí mismo. Forzó su memoria unos segundos, pero no pudo recordarlo. Desistió y cambió la página una vez más. Lo que vio lo dejó sin aliento.
Era la imagen de un hombre lemuriano, con su cosmo encendido, tocando el hombro de una mujer con una estrella de ocho puntas en la frente. En el siguiente dibujo, la mujer se había convertido en una estatua de oro.
Mu dio un paso atrás y una hoja de papel blanco cayó del libro al suelo. Mu la recogió. Tenía un dibujo de una estrella de ocho puntas y dos estrellas fugaces. Junto a ello, con la letra de su maestro Shion 'Vendetta di S'
¿S? dijo Mu- ¿qué significa...?-
¡Señor Mu!- se escuchó la voz de Kiki. Al escucharlo, Mu cerró el libro de golpe, lo dejó sobre el escritorio y se teletransportó fuera.
¿Qué sucede, Kiki?- preguntó Mu.
Yo... ¿dónde estaba?- preguntó Kiki a su vez.
En mi habitación- dijo Mu- ¿qué sucede?-
Necesito más polvo de estrellas- dijo Kiki.
Mu puso cara de interrogación al ver el desorden que había hecho el niño en su intento por comenzar la reparación de una pieza de una armadura y sacudió la cabeza.
Te mostraré como se hace- le dijo Mu.
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Lily estaba meditando, de rodillas y con los brazos extendidos. Levitaba a medio metro del suelo... no la sorprendió, ella siempre hacía eso, pues las largas horas de meditación que su abuela le imponía le lastimaban bastante las rodillas. De pronto sintió un bulto sobre su regazo.
¡Rory!- exclamó ella, cayendo al suelo, un tanto malhumorada- ¡se supone que debo meditar sin distracciones!-
La gata negra fijó sus ojos color verde pálido sobre su dueña, y luego dejó escapar un fuerte maullido.
No hagas eso, Rory- dijo Lily, poniendo a la gata en el suelo de nuevo- si mi abuela me descubre, va a...-
¡Lilia Alessandra!- gritó una voz molesta. La joven hizo una mueca.
¡Ya voy, abuela!- dijo en voz alta, y luego se volvió hacia Rory- si me pone otras tres horas por esto, te prometo que te convertiré en un sapo con muchas verrugas-
Lily se levantó y se puso las botas a toda prisa. Salió corriendo hacia la habitación de su abuela. Tocó la puerta.
¿Puedo pasar?- preguntó.
Pasa, Lily- dijo la abuela.
¿Me llamabas, abuela?- preguntó Lily.
Así es- dijo la mujer de cabellos negros y penetrantes ojos azules, esta vez con una mirada amenazante- ¿qué fue lo que te mandé hacer?-
Meditar, señora...- dijo Lily
¿Y qué hacías?-
Meditaba-
¿Hablando con tu gato?- dijo la abuela. Lily bajó la mirada- no, no lo hacías bien. ¿Sabes que significa eso?-
¿Qué tengo que hacerlo de nuevo?- preguntó Lily.
No- dijo la abuela, sacando su vara dorada- extiende las manos-
Lily obedeció.
No, no- dijo la mujer- palmas abajo y nudillos arriba-
Lily hizo lo que le dijo y cerró los ojos, esperando el golpe. En lugar de ello, la abuela tomó su mano. Lily abrió los ojos y vio a su abuela inspeccionando su mano derecha.
¿Qué sucede, abuela?-
¿Cómo... cómo te hiciste esto?- preguntó la abuela, levantándose de su asiento y mostrándole una cicatriz de tono ligeramente dorado que cruzaba horizontalmente su palma y el dorso de su mano.
Con tu espada, abuela- dijo Lily- el día que vinieron por el...- pero no alcanzó a terminar, porque su abuela le dio un golpe en la mejilla tan fuerte que la hizo caer al suelo.
¡Mientes!- gritó la abuela, enfurecida- con la espada te cortaste la palma de tu mano, pero no el dorso...- la miró fijamente- así que te tocó...-
Abuela, yo no...-
¡Calla!- gritó la abuela de nuevo- ¡ese insolente traditore tocó tu mano, y tú me lo ocultaste! ¿Sabes que no podrás hacer la iniciación con esa cicatriz?-
Lily bajó la mirada con tristeza otra vez.
Solo hay una manera de curarla- continuó la abuela, en voz baja- tendrás que hacer un viaje antes de que sea el día...-
¿Un viaje?- dijo Lily, frotándose la mejilla dolida con una mano- ¿dónde...?-
A un pueblo de las montañas del Tíbet- dijo la abuela- llamado Jamir-
¿Y qué voy a hacer ahí?- preguntó Lily.
Te lo explicaré a detalle, pero antes- la apuntó con su vara dorada- un pequeño recordatorio de que no tolero que me ocultes cosas importantes...-
En ese momento, Lily sintió un agudo dolor en su cuerpo, y dejó escapar un grito.
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¿Sentiste eso?- dijo Mu, abriendo los ojos desmesuradamente.
¿Sentir que?- preguntó Kiki.
Ese... olvídalo- dijo Mu.
Como diga- dijo Kiki, encogiéndose de hombros y siguió con su trabajo. Mu se levantó y se alejó de su aprendiz unos cuantos pasos.
El joven caballero de Aries se llevó la mano a la frente. Había sido tan real. Había sentido como si alguien le hubiera gritado, pidiéndole auxilio. Era la primera vez que le sucedía algo así. Sacudió la cabeza. Era algo absurdo y, sin embargo, estaba seguro de haberlo sentido.
Sin pensar más en ello, Mu continuó supervisando el entrenamiento de Kiki.
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CONTINUARÁ...
¡Hola! Bueno, aquí está el primer capi de mi nuevo fic. Como ya se dieron cuenta, trata de Mu. Solo un aviso, voy a adelantar la publicación del capítulo dos del lunes al domingo, y del tres del jueves al miércoles por causas de fuerza mayor (guardias) así que ya saben.
Muchos saludos.
Abby L. / Nona