Advertencia... Este fic contiene Lemon, así que si eres menor de edad salte de aquí o leelo bajo tu propio riesgo n.n

Nota... InuYasha y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de la gran imaginación y creatividad de Rumiko-sama

"..." lo que piensan los personajes.


>>.Amo.>>

Había pasado toda la tarde sobre aquel tejado. Por fin oscurecía. El día que menos le gustaba de todo el mes. Y para ese momento todo su cuerpo había sufrido los cambios que ocasionaba la ausencia de aquel hermoso satélite. El brillante cabello plateado, los lindos ojos ámbar, las tiernas orejitas de perro, las afiladas garras y los grandes colmillos habían desaparecido dando lugar a un total aspecto humano. Algo que él detestaba pues se sentía demasiado vulnerable.

Nadie sabía que él se encontraba en aquel lugar de una época ajena a la suya, aunque en realidad ya se había acostumbrado un poco debido a los paseos que Aome lo obligaba a hacer cuando él iba por ella.

Quería un lugar tranquilo donde poder pensar con claridad. En la otra época no podía, si bien ya habían acabado con aquel poderoso y detestable ser que les había ocasionado demasiados problemas y malestares, aún quedaban varios monstruos en busca de aquella perla que ahora se encontraba completa. Era custodiada por dos sacerdotisas, los aldeanos, una exterminadora, un monje, una mononoke, un kitzune y él. Sí, tenía bastante seguridad, pero aún así él terminaba eliminando a los intrusos. Por eso no podría tener un día de calma.

En cambio en aquella moderna y extraña época todo era más tranquilo y tal vez podría pensar con claridad.

Desde hace un tiempo todos tenían la incertidumbre de qué pasaría ahora que la Perla de Shikon había sido totalmente restaurada. Todos, sobre todo él. Aome había mencionado algo sobre que su presencia ya no era necesaria en aquel lugar ahora que todo había vuelto a la normalidad. Estas palabras causaron una gran intranquilidad en su interior. A pesar de que aquella sacerdotisa que hace cincuenta años conquistó su corazón había desaparecido por fin tras la cruel batalla contra Naraku, hasta ese momento seguía confundido y no había hablado con Aome.

Ella por su parte se sentía mal de verlo triste, porque era visible su sentimiento de pena después de la muerte de Kikyo. Más era su tristeza al darse cuenta que ella siempre estaría presente y de que ella era a la que realmente quería. Por eso había tomado una decisión. Le daría la Perla de Shikon a InuYasha y después regresaría a su época para nunca más volver al Sengoku, por lo menos el cumplir su deseo de ser un Youkai completo le quitaría un poco la tristeza de perder a su querida Kikyo.

Después de un rato de pensarlo decidió atravesar aquella ventana. Esa ventana donde sabía que detrás de ella la encontraría.

Pero antes de que su mano hiciera contacto con aquel cristal, la ventana había sido abierta.

I-InuYasha –había dicho ella ante la sorpresa de verlo ahí.

"Amo tus sorpresas y tus calmas" Eh... yo...

Que bueno que has venido –decía con una gran sonrisa en su rostro expresando alegría aunque aquellos ojos chocolate expresaban lo contrario.

"Amo tus alegrías y tus tristezas" ¿Por qué? –preguntaba algo confundido.

Bueno es que me sentía algo sola, no hay nadie en casa –se sentaba en la cama.

¿A dónde fueron? –él se sentaba en el piso con las manos escondidas en las mangas de su haori.

Estarán tres días ausentes, al parecer se fueron un poco antes de que yo llegara, iban a recoger una de las reliquias que a mi abuelo le fascinan y que desde ahora estará al cuidado de nuestro templo –ella se encogía de hombros.

¿Tres días, eso es mucho.

Sí, pero era un viaje largo.

Hubo un enorme silencio en aquella habitación. Incomodidad y tensión se sentían en el ambiente.

Aome tomó la Perla de Shikon que colgaba de su cuello. La miró y después miró al chico que estaba frente a ella mirando por la ventana.

"Amo tus silencios"

InuYasha –él la miró al escuchar su nombre. Ella se acercó a él, tomó una de sus manos y colocó en ésta aquella joya tan preciada. InuYasha abrió los ojos debido a su sorpresa, durante unos segundos miró aquella perla que tantos esfuerzos les había costado poder reunir y cuando levantó su mirada para ver a la chica, se encontró con una enorme sonrisa llena de sinceridad y dulzura –con esto podrás cumplir tu deseo.

"Amo tus sacrificios y tu inocencia" A-Aome –ella caminó hasta la ventana para poder mirar hacia fuera.

¿Sabes InuYasha? me dio mucho gusto conocerte y poder estar a tu lado todo este tiempo, además fui muy feliz con todos ustedes –miraba el árbol sagrado. No quería mirarlo a él, sabía que si lo hacía no tendría el valor para dejarlo ir –no me gustaría tener que dejarlos pero ya he cumplido mi misión y ya no hay motivo por el cual quedarme –en aquel momento luchaba por no dejar salir aquellas dolorosas lágrimas. InuYasha no sabía que decir, aquellas palabras provocaban devastadores sentimientos en él, sabía que esa podía ser la despedida.

"¿No hay motivo por el cual quedarse?" –InuYasha se levantaba y caminaba quedando detrás de ella ¿Y yo? –había tenido el instinto de abrazarla pero lo reprimió inmediatamente.

¿Qué? –se daba media vuelta para verlo, pero como no se había dado cuenta que estaba detrás de ella quedaron muy cerca.

"Amo tus desconciertos" ¿Y yo?... dijiste que no había motivo por el cual quedarse –él tomaba las manos de la chica.

I-InuYasha –lo miraba fijamente, realmente podía perderse en aquellos ojos que ahora eran oscuros – ¿No tienes hambre? yo sí, ya es tarde, vamos a cenar InuYasha... –ella se separaba precipitadamente de él -te prometo hacerte una deliciosa cena, anda vamos –caminaba hacia la puerta, la abría y salía rápidamente.

"Amo tus nerviosismos" Aome –estaba desconcertado por su comportamiento.

Después de unos minutos los dos estaban cenando en una muy linda mesa arreglada para dos que Aome había decidido hacer, sería su última cena juntos y quería que todo estuviera bien.

¿Y qué piensas hacer cuando seas un Youkai? –preguntaba Aome, esa sonrisa en su rostro no había desaparecido ni un momento. Él se sorprendió con la pregunta. Pero reconoció que era buena¿qué hacer después de cumplir su deseo de ser un Youkai completo?... ahora que lo pensaba no lo sabía, ese era su más grande anhelo pero nunca había pensado que haría después de eso y menos ahora que estaba conciente de la posibilidad de olvidar a todas las personas que eran importantes en su vida, sobre todo Aome.

Pues yo... no lo sé –ella lo miraba fijamente, se había dado cuenta del desconcierto del chico, entonces pensó que esa no había sido una buena pregunta.

El resto de la cena permanecieron en silencio.

Cuando terminaron de cenar arreglaron la mesa para dejarla totalmente limpia y lavaron los trastes. InuYasha le había ayudado. Ahora los dos se encontraban en la habitación de la chica. Aome estaba estudiando para uno de sus exámenes e InuYasha estaba sentado en la cama, observándola.

"Amo tu responsabilidad y tus esfuerzos"

InuYasha ya no soportaba tanto silencio, desde que llegó todo había sido tan diferente, ya no sabía que era lo que pasaba… ella tampoco estaba bien, sabía que aunque esa sonrisa no hubiera desaparecido ni un instante de su rostro, era mentira, ella realmente no estaba bien.

Decidió que tal vez lo mejor era que el se marchara para que no hubiera esa tensión en el ambiente y ella estuviera tranquila por lo menos en esos momentos.

¿Aome, mañana irás a la época antigua? –ella giraba su silla para poder mirarlo.

¿Qué?... ah, sí… ¿por qué?

Porque entonces… nos… nos vemos mañana –InuYasha se levantaba de la cama.

No, InuYasha no puedes irte.

¡J�¿por qué no? –ahora su actitud cambiaba a una altanera.

Porque hoy es luna nueva, has perdido tus poderes, lo mejor es que te quedes aquí como siempre lo haces –ella lo veía fijamente.

¡Feh! Yo puedo cuidarme solo –caminaba hacia la ventana.

¡Abajo! –en aquella habitación se escuchó un gran estruendo.

¡Aome¿Por qué lo hiciste? –decía mientras se levantaba después de esa dura caída. Ella se levantaba de su silla y se acercaba a él.

¡Porque eres muy necio!

¡Ya te dije que no me gusta que uses esa palabra!

¡Si me hicieras caso no tendría por qué usarla!

¡J�¡tonta!

InuYasha… ¡abajo! –por segunda ocasión un estruendo inundaba la habitación.

"Amo tus peleas y tus enojos" �¡Aome!

¿Que no entiendes que no quiero que te pase nada? –Su mirada había cambiado, ahora transmitía un poco de melancolía –esta será la última vez que cuide de ti, por favor quédate –él se incorporaba y la miraba fijamente.

"Esta será la última vez que cuide de ti… será la última vez… la última vez…" –estas palabras se repetían en la cabeza de InuYasha, llenándolo de un sentimiento de desesperanza. Ella de alguna manera se estaba despidiendo, no volvería a verla nunca más, al parecer esa era su decisión –"¿No hay motivo por el cual quedarse?" ¿no lo había?... ¿y él?... él la necesitaba a su lado, no soportaría perderla, a ella no.

InuYasha se acercó hacia ella y súbitamente la abrazó. Esto sorprendió de sobremanera a la chica de cabellos azabaches, pero correspondió ese gesto, tal vez sería el último que habría.

Amo tus sorpresas y tus calmas… tu alegrías y tus tristezas… tus silencios… tus sacrificios y tu inocencia… tus desconciertos… -él susurraba en el oído de la chica, ella se separaba un poco de él.

I-InuYasha por… -ella no había podido continuar ya que él la había callado colocando un dedo sobre sus labios. InuYasha se volvió a acercar a ella.

Amo, tus nerviosismos… tu responsabilidad y tus esfuerzos… tus peleas y tus enojos… tu ánimo… tu valor y tus temores… amo la persona que eres… -Aome abría desmesuradamente sus ojos, no podía creer que él le estuviera diciendo todas esas dulces palabras.

Sin que pudiera evitarlo aquellas lágrimas que tanto luchaba por contener, ahora comenzaban a hacer su aparición. Rápidamente se separaba de él, tenía la intención de marcharse, pero una mano la sujetó del brazo e impidió que lo hiciera.

InuYasha no, suéltame.

Aome, dijiste que no había motivo por el cual quedarse… pero¿y yo? –él la veía fijamente.

InuYasha –susurraba la chica.

Que no entiendes que no puedo estar sin ti, que te necesito conmigo y que no podré estar sin ti –InuYasha la tomaba por los brazos.

Pero ¿y Kikyo?… ¿y tu deseo?... pensé que con eso serías feliz.

Pues no pienses por mi… lo único que quiero… lo único que deseo… lo único que necesito… eso eres tú –sus rostros estaban demasiado cerca.

… -Aome se zafaba de aquel agarre que ejercía InuYasha sobre ella para poder abrazarlo.

Ella sollozaba apoyada en aquel pecho masculino, aún no podía creer que él la necesitara y la quisiera. InuYasha se separaba un poco de ella, tomaba su barbilla y acercaba su rostro al de aquella chica que se había convertido en todo su mundo. Un ligero contacto entre sus labios, al principio tímido y dulce pero que después se convirtió en profundo y lleno de amor, pasión y todos aquellos sentimientos que los dos albergaban en su interior, pero no por eso dejó de ser suave y tierno. Lentamente se separaron. Se miraban fijamente, ninguno de los dos podía expresar aquella enorme felicidad que sentían en su interior. Aome abrazaba fuertemente a InuYasha, pero aquella efusividad había ocasionado que el cayera sobre la cama.

"Amo todo de ti, y si no tuviera que amarte te amaría igual"

Ella había susurrado un débil "lo siento", mientras en el rostro de InuYasha aparecía una divertida sonrisa. Aome se acercó de nuevo a sus labios, ahora que los volvía a probar no quería dejar de besarlos.

Él por su parte se sentía en las nubes cuando esos labios besaban los suyos, nunca pensó que podría tenerla así, entre sus brazos. InuYasha hizo un rápido movimiento que causó que él quedara arriba de ella. Seguía besando aquellos dulces labios, pero ahora bajaba a su cuello, dando pequeños y tiernos besos, que hacían que la chica se estremeciera.

Ella comenzaba a quitar la parte de arriba de su haori, mientras él seguía dando ligeros besos en su cuello. InuYasha regresaba a sus labios, esos labios que ahora eran suyos y que desde ese momento adoraba besar, lentamente fue quitando la blusa de la chica, ella tomaba el rostro masculino entre sus manos y acariciaba esos cabellos oscuros que caían hacia un lado. Él acariciaba aquel delicado cuerpo femenino y en cada caricia Aome se estremecía.

¿Estas segura de esto? –preguntaba viéndola fijamente a los ojos, realmente él lo deseaba pero si ella no quería hacerlo, no la obligaría. Aquellos hermosos ojos chocolate lo miraron por un momento y después con un movimiento de cabeza asintió mientras le quitaba la prenda blanca que aún lo cubría.

Él siguió con aquella placentera tarea de besarla, volvió a su cuello y después fue depositando tiernos besos sobre su estómago y vientre mientras se deshacía de aquella falda y la tiraba en el suelo. Aome tomaba el rostro de InuYasha mientras se incorporaba para sentarse, lo besó dulcemente, para luego ir desabrochando el pantalón rojo que aún mantenía cubierta una parte de su cuerpo. Él la detuvo y la volvió a recostar, ahora trataba de desabrochar el pequeño sostén, cuando lo logró admiró los perfectos senos de la chica, mientras a ella un rubor le aparecía en sus mejillas. InuYasha notó esto y volvió a besarla, ahora sus caricias eran dirigidas hacia aquella parte de su cuerpo. Él volvió a bajar lentamente, besaba los senos de la chica con demasiada dulzura y delicadeza, algo que sin duda alguna gustaba a la chica Higurashi, la cual arqueó un poco la espalda, debido al placentero sentimiento que le provocaba.

Ella ahora continuaba la tarea que había dejado pendiente unos minutos atrás: quitaba el pantalón de InuYasha. Y él se deshacía de la última prenda que quedaba en el cuerpo de la chica.

Se besaban apasionadamente, demostrándose en cada beso todo el amor y cariño que había nacido en su interior. Lentamente InuYasha abrió las piernas de Aome, dirigió una última mirada de duda a la chica, la cual ella correspondió con una sonrisa, en señal de aprobación. Cuidadosamente introdujo su miembro y comenzó a dar lentas y suaves embestidas, ella hizo un gesto de dolor mientras apretaba la colcha que cubría aquella cama. Esa no fue una buena señala para él por lo que paró de seguir haciéndolo. Aome colocó sus manos sobre la fornida espalda del chico impidiéndole que saliera –Todo esta bien… es normal… continua –le daba un pequeño beso en los labios que hizo que él se sintiera más tranquilo. Él siguió, se sintió mejor cuando después de unos segundos la expresión de dolor de Aome había cambiado, ahora en su rostro se reflejaba todo el placer que sentía en aquel momento, continuó dando embestidas, esta vez un poco más fuertes. Aome sintió un pequeño dolor cuando InuYasha rompió aquella pequeña piel que indicaba que al único que Aome pertenecía era a él. InuYasha también lo sintió y una alegría lo embargó al darse cuenta que con él era la primera vez que ella experimentaba todas aquellas maravillosas sensaciones, al igual que ella era la primera con la que sentía un mar de sensaciones placenteras e inexplicables.

Ella no podía creer que después de toda la tristeza que sintió desde que lo empezó a querer, ahora estaba viviendo una enorme alegría con él. Él le estaba haciendo sentir un inmenso placer que podía notarse en los ligeros gemidos que salían de su boca.

Él siguió entrando y saliendo de ella hasta que después de unos minutos los dos estaban por llegar al clímax de aquel acto de amor.

Amo… todo de ti… te… amo… Aome Higurashi –decía mientras llegaba a la culminación.

Y yo… te amo… a ti -decía entrecortadamente.

InuYasha se dejó caer a un lado de ella, mientras sus respiraciones regresaban a la normalidad. Ella se acercó al cuerpo masculino y lo abrazó, él extendía su brazo para rodearla con él. Lentamente el sueño fue apoderándose de ella.

Te amo –susurró antes de quedarse dormida.

"Una noche de amor, tu y yo desde hoy hasta la eternidad… un amor como el que hoy se dio no podrá separarse jamás… nunca más…"


Holas a todos!... bueno este es el primer Lemon que hago n.n' y ya sé que no me quedó bien, debido a la razón de que es el primero n.n, pero bueno me gustaría que me dejaran sus comentarios de que tal quedó n.n, ya saben que para mi su opinión es muy importante, gracias a todos por tomarse unos minutos para leer este fic n.n.

Saralim-Moon-BlackPotter.