Manga-anime: DNAngel

Pairing: Satoshi / Daisuke

Disclaimer: Bla, bla, bla, nada es mio y no gano un céntimo con esto T.T

Advertencias:

AU ("If" del episodio 17) Lo que quiere decir es que tomando como base ese capítulo lo cambiaré.

Yaoi o Slash LEMON.

MENORES DE EDAD.

Sí crees que esto puede afectarte de algún modo o crees que no te puede gustar no sigas leyendo.

Sí sencillamente no entiendes qué es Yaoi o Slash te aconsejo que antes de leer esto te informes de sus significados.

By: Zekhen-angel

Capitulo 2

De puntillas y con los cinco sentidos alerta, Daisuke Niwa y Satoshi Hiwatari, caminaban con las manos enlazadas.

Sabían que nadie debía verles, bien por el excitante placer de saber que aquello podría ser peligroso tanto para sus respectivas familias, como para su "estatus social", por lo menos para el comandante...

El pelirrojo no sabía exactamente qué estaba haciendo, solo se dejaba llevar por su instinto. Así, escandiéndose en los rincones oscuros de las hermanas Harada o de Saehara, llegaron a su habitación.

Satoshi no dudo aguantar más y antes de que su amigo incluso abriera la puerta le abrazó por la espalda. Una de sus manos apretaba la cadera del pelirrojo contra él y la otra acariciaba su pecho.

Las manos de Daisuke temblaron y la llave de la habitación cayó al suelo. Abrió la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra de ella. Sintió como el peli-azul se pegaba a su cuerpo. Rozando su entrepierna caliente contra él. Dejó escapar un ligero suspiro.

-Aquí... no... Dentro... – Logró articular confuso de nuevo ante los sentimientos que crecían en su estomago.

La sonrisa de satisfacción del comandante ocupaba del todo su rostro.

-Bien. Coge la llave.

Daisuke se ruborizó al verse a si mismo pegado contra la puerta cerrada y el único movimiento que pudo hacer para conseguir la llave fue agacharse verticalmente frotándose contra ese otro cuerpo. Sintió como una mano le revolvía el pelo y como otra mano rozaba sus labios. Inconscientemente abrió la boca y lamió uno de los dedos.

-Date la vuelta. – Ordenó.

Daisuke maniobró como pudo y quedó arrodillado frente a Satoshi, mientras seguía lamiendo los dedos de este con los ojos entrecerrados.

Hiwatari alzó la cara del pelirrojo con la otra mano amarrándolo de la barbilla. Este se ruborizó más, si cabe.

- Te gusta el sabor de mis dedos? – Daisuke sin pensarlo asintió – Me alegro. – Sonrisa libidinosa - ¿Quieres probar otra cosa? Seguro que te sabe mucho mejor...

Sus ojos se abrieron al máximo cuando la mano que sujetaba su barbilla soltó el miembro erguido del peli-azul.

No quiso pensar. Ni siquiera quiso acordarse de que estaban en mitad del pasillo de un hotel. ¡Cualquiera podría verles! Imaginó a su amigo Saehara poniéndose las botas sacando fotos.

Los ojos rojos de Niwa se posaron en los ojos azules. ¿¡Qué estaba haciendo? ¿Porqué sentía esas increíbles ganas de darle placer al que debía ser su enemigo? No estaba bien. No debían hacer aquello estaba... Harada. Él estaba enamorado de ella.

- "Piensa en su largo cabello. Sonriéndote." – Se dijo, pero su mente envió la visión del peli-azul observándole con lujuria.

Sus ojos volvieron a entrecerrarse, al tiempo que una de sus manos dirigía la erguida torre hacia su boca. A pesar de no tener ninguna experiencia en la labor, Daisuke lamía tanteando el terreno y guiado por un instinto desconocido para él. Una mano acariciando sus testículos, otra masturbándolo y su lengua recorriendo la longitud hicieron que Satoshi no pudiera contener los gemidos.

El Hikari salió de la boca del muchacho, que siguió la rezumante fuente de placer... Satoshi humedeció sus labios, mientras intentaba contener sus deseos.

Daisuke entendió se levantó frotando en su camino el otro cuerpo. Un jadeo escapó de ambos. En cuanto la puerta fue cerrada el peli-azul se lanzó sobre su compañero y como resultado, cayeron al suelo.

Los labios se unieron en un apasionado beso.

Los ojos cerrados.

Las manos recorriendo cada rincón de los cuerpos.

Las lenguas luchando en un pulso que ninguna quería ganar o perder.

Se separaron solo para coger aire. Una sonrisa y una mirada lasciva se compartieron.

Rodaron por el escaso espacio de la habitación. Queriendo dominar al otro. Queriendo vencer en un juego en el que no había ganador. Rieron entre caricias. Los besos en vez de apagarse se volvían más apasionados. Casi desesperados. Queriendo sacar toda la miel que podían.

Satoshi quedó tendido encima de Daisuke. Las miradas se unieron mezclando una necesidad lasciva con un infinito deseo de ser amado. Un beso de mariposa entre sonrisas.

- Quiero hacerte mío. – La voz ronca por la fogosidad del momento hizo eco en los oídos de Daisuke.

La respuesta fue breve.

- Y yo quiero serlo.

Restregaron sus cuerpos, deslizándose arriba y abajo. Llenando su cuerpo de sensaciones nunca antes vividas. Rodaron de nuevo por el suelo hasta quedar los dos desnudos. Libre de toda presión.

Daisuke, ahora encima, con las manos apoyadas a los lados de la cabeza de su compañero y medio en cuclillas encima de Hiwatari observó el pálido cuerpo de su amigo, ahora amante.

Era perfecto. Tan pálido como la porcelana, tan suave... Se preguntó si su cuerpo sabría igual de bien que su miembro. La húmeda lengua comenzó su recorrido en el cuello. Lamió el torso hasta encontrarse dos erguidos pezoncitos. Los humedeció con un lametón y luego mordió uno suavemente.

Una mano acarició la vibrante rigidez y la acomodó para que pudiera penetrarse con ella.

Satoshi contuvo la respiración. Daisuke comenzó a bajar, pero el dolor era demasiado fuerte. Sentía que su cuerpo se rompería de dolor si seguía y desistió con lágrimas en los ojos.

- Lo siento, Hiw... Satoshi. Duele mucho... yo quería...

El peli-azul se incorporó y con él Daisuke. Este último sentó en la cama con expresión triste, observando como el Hikari revolvía en su bolso, mientras este contenía la risa.

Satoshi le sonrió de forma triunfal enseñando un frasquito del tamaño de su palma.

Recuéstate boca abajo... Si es que todavía quieres hacerlo...

Niwa sonrió y dejó a la vista su trasero virgen.

- Primero hace falta preparación, Daisuke – Susurró a su oído – Confía en mí.

El comandante no se preguntó cómo ni porqué sabía que debía hacer en cada momento, solo lo sabía. Colocó una almohada debajo de las caderas de Niwa y abrió el frasquito.

Untó dos dedos en la sustancia y lo llevó hasta la entrada rosácea. La humedeció. El pelirrojo emitió un ruidito ante el contacto frío y segundos después un gemido ahogado entre dolor y extrañeza. Los ojos rojizos estaban abiertos al máximo. Se mordió el labio ante la incursión del segundo dedo en su cavidad.

Dolía... Pero... También había algo más. Era cómo si su cuerpo necesitara más de ese dolor. Sabía que no había vuelta atrás. Deseaba, más, necesitaba ser uno con Satoshi.

- Relájate. – Escuchó detrás de él.

Un beso a la altura de la baja espalda le hizo sonreír. Un tercer dedo. Los traviesos intrusos se movían adentro y afuera. Recorriendo y palpando las delicadas paredes de Daisuke. Un extasiado gemido anuncio que uno de los dedos había rozado su próstata.

El dolor iba desapareciendo, pero aun no se sentía del todo a gusto.

- Hazme tuyo, Satoshi. Quiero sentirte dentro de mí... Por favor.

El rostro suplicante y sonrojado de su amante quedó grabado en su mente.

Los dedos abandonaron la cavidad y ungieron el anillo rosado y aun virgen otra vez de vaselina. Esta vez el peli-azul también unto su miembro con ella. Se recostó sobre Daisuke levemente y apuntó a la entrada de su virginal ano.

Los dos respiraron hondo, sabiendo que dolería un poco.

El pelirrojo gimió dolorosamente, pero sin quejarse, sabiendo que al final del camino el placer sería absoluto.

- ¿Quieres que pare? – Preguntó dulcemente el comandante.

El pelirrojo gimió entre placer y dolor.

- Dámela toda... Sigue... Por favor...

Satoshi no se hizo de rogar y su propia excitación hizo que terminara de penetrar a Daisuke de un golpe. El grito de dolor del pelirrojo se escuchó por toda la habitación, incluso posiblemente fuera de ella. Los dos cuerpos quedaron totalmente inmóviles. Esperando a que el pelirrojo se recobrara.

Suaves movimientos de cadera en el pelirrojo indicaron que el dolor había dejado paso al placer. La próstata era acariciada en cada embestida, que cada vez eran más fuertes. Los cuerpos gemían y jadeaban sin control. Bailaban en unos eróticos y apasionados movimientos coordinados.

Los roncos gemidos de ambos indicaron que pronto alcanzarían el clímax.

Daisuke fue el primero en hacerlo gritando el nombre de su amante con todo el cariño con el que podía hacerlo. Satoshi poco después en una envestida algo violenta entregó su semilla dentro de la calida cavidad con el nombre de Daisuke en los labios.

Cayeron agotados sobre la cama. El peli-azul con su miembro aun dentro.

- Te amo, Satoshi. – Murmuró el pelirrojo somnoliento.

El aludido sonrió y salió de su interior, provocando un jadeo al contrario. Rodó a su lado y se abrazaron.

- Yo también. – Susurró azorado él.

FIN

N/A:

Espero que este lemon os haya gustado... decidme si es así o no...

Me encanta esta pareja! . No hay mucho que decir salvo que dejéis un review por muy corto que sea...

GRACIAS!

Zekhen-angel