Disclaimer: Los personajes de la serie de anime Inuyasha no me pertenecen, son propiedad de Rumiko San. Sólo la idea es mía.

Escrito por: RinKo InuKai (Al Shinomori).


LEYENDA DE DOS DESTINOS

Prólogo

Principio de un Destino indefinido

En el bosque había dos siluetas, la de un Yokai joven de larga cabellera plateada, tez clara, en su frente una media luna. Sin duda alguna, un joven atractivo, estaba sentado a la sombra de un árbol, muy acogedora. Perdía su mirada observando a su acompañante, una pequeña niña de aproximadamente siete años, sus ojos vivaces color verde, sus cabellos ébano, que caía suelto a la altura de los hombros. La niña interceptó la mirada fría del Yokai, acercándose a él le dedicó una sonrisa pequeña que reflejaba cariño.

- ¿Qué haré? Rin es solo un cachorro de raza humana – meditó dudativo - Corre peligro estando a mi lado, cada aventura que vivimos, es el camino a la muerte – seguía enfrascado en sus pensamientos - ¿Qué ocurriría si algún día no estoy a su lado para protegerla? - El joven movió su cabeza de un lado a otro negando su pensamiento, la pequeña lo miró atentamente el movimiento brusco hecho por su rostro llamó su atención- No, eso ni pensarlo, lo mejor es llevarla al castillo; al lugar donde yo crecí y estuve protegido – se convencía así mismo- Ahí podrán cuidarla como se merece, ella estará a salvo y podré sentirme más tranquilo, tendrá un techo, un lugar donde le provean alimento, crecerá segura, en unos cuantos años más dejará de ser cachorro y será toda una mujer humana y pensaré en qué hacer con ella – tal parecía que aquel pensamiento era su mejor opción - Por ahora debo estar seguro de que nada malo le va a ocurrir y podrá ser instruida por Mikomi San ... – Pensaba el Yokai mientras mantenía su vista fija en el lago que era rodeado por los árboles.

- Sesshoumaru ¿Por qué te preocupas por esa niña humana? Tú desprecias a esa raza, por ser inferior - le reclamó su conciencia - pareciere que esa pequeña ocupa un lugar importante en tu vida- volvió a decir la conciencia al Yokai.

-No digas estupideces ella es una débil humana, lo único que hago es regresarle el favor que me hizo mientras estuve herido, esa niña cuido de mí y me proveyó de alimento.- Respondió el joven a su conciencia que más que ayudarle, dividía su mente y le iniciaba una confusión en sus pensamientos.

- Yo eso lo llamo cariño-se mofó su parte racional- has desarrollado afecto hacia esa niña, solo mírala–casi le ordenóTe has convertido en su ángel, quien la protege y vela por que nada le haga falta - se escuchó la voz de la conciencia en la mente del Yokai.

-Yo no siento afecto por nadie- se defendió- La persona a la que más amé ya no está conmigo, ahora pertenece al mundo de los muertos – se respondió secamente en silencio - Me prometí no amar nunca más, para no ser lastimado ni quedarme solo - se dijo a sí mismo el lord intentando dar por terminada su conversación mental, pero fue en vano.

-Es tan frágil , inocente, tiene un corazón muy grande, no cabe en su cuerpo, y aún así ella lo mantiene vivo y dando sentido a tu vida y a la del sirviente que les acompañala ironía de sus palabras fastidiaban al Yokai - Es un hecho que él la adora, la bondad es una cualidad que la hace brillar, se preocupa por lo que está en su alrededor; cuida de la naturaleza, ama a las flores, los animales y una cosa más se preocupa por Jaken ... y por ti - dijo la conciencia sin titubear.

- ... ¿ Se preocupa por mí? ... – se preguntó el joven de forma reflexiva.

-Si - respondió la conciencia

- En eso tienes algo de razón, mi pequeña Rin siempre quiere verme feliz y de alguna forma yo también buscó su felicidad y quiero ser la razón de esa felicidad – Sin duda alguna el príncipe Yokai había sido traicionado por su inconsciente. Él sentía algo especial por la niña que lo acompañaba en el bosque, Sesshoumaru estaba tan cansado de su conversación mental, que no se percató de lo que le había respondido a su Conciencia

-Así es Sesshoumaru – dijo triunfante la conciencia – Ahora, solo debes esperar a que nuestra Rin, sea una joven y pensarás que harás con ella, tal vez una opción es conservarla - Su conciencia se sentía satisfecha había logrado que su dueño admitiera los sentimientos que tenía hacia la pequeña humana. Tal vez, no estaba muy consciente de lo que había dicho, pero de algo si estaba seguro, bastaba que pasará el tiempo y que viera a su protegida hecha una señorita para terminar de aceptar que lo que el Yokai sentía por Rin iba más allá de una simple relación Tutor – Pupila o Protector – Protegida, pero esto ya se vería a su tiempo.

- Ahora debes llevar a esa muñequita a su nuevo hogar para que este a salvo - fue lo último que el joven pudo escuchar decir de su insistente conciencia, el lord de las tierras del Oeste se preguntaba como ahora aparecía sorpresivamente , cuando antes brillaba por su ausencia.

- ¿Qué haré con Rin cuando ya sea una mujer? - pensó el Yokai algo inquieto, era la primera vez que tomaba en cuenta que su pequeña no sería un cachorro para siempre y que era parte del ciclo de la vida que Rin creciera.

- Debo buscar a Jaken y apresurarme a llevar a Rin al Castillo - pensó Sesshoumaru, sus pensamientos fueron interrumpidos por la tierna voz de su pequeña acompañante, se acercó a él y jalando de la manga de su Kimono, llamó su atención.

-Sesshoumaru Sama ¿Le ocurre algo? ¿Le duele su cabeza? –Le preguntó Rin a su amo. El Yokai miró a la niña con signos de interrogación dibujados en su rostro

-¿Por qué lo preguntas Rin? – Sesshoumaru respondió con otra interrogante.

- Hace un rato usted movió su cabeza de un lado a otro, cuando a Rin le duele la cabeza, Rin sacude su cabeza de un lado a otro para que el dolor se vaya – dijo la niña mirando al lord de las tierras de Oeste , Sesshoumaru observó a la pequeña Rin

- No Rin, estoy bien, no me duele nada – dijo Sesshoumaru con su semblante serio.

- Que bueno, Rin no quiere que Sesshoumaru Sama enferme – dijo Rin con una sonrisa que reflejaba dulzura en su rostro.

- … – El príncipe Yokai, buscó la mirada de su pequeña, intentó dibujar una sonrisa. Sin embargo, solo se reflejo una ligera mueca.

-¿Por qué mi Señor no dice nada a Rin? – preguntó Rin inocentemente a Sesshoumaru que la miraba con serenidad, pero en su interior sintió una corriente de ansiedad recorrer su cuerpo, su semblante no cambio. Simplemente no sabía que decirle.

La niña volvió hablar - Sabe una cosa mi Señor - Sesshoumaru seguía mirándola con atención.

- Rin se preocupa por usted, Rin le quiere mucho mi Lord – dijo la niña de mirada alegre acercándose al Yokai con la intención de darle un abrazo, pero antes de terminar su acción se detuvo a escasos centímetros de borrar el espacio que les separaba, Sesshoumaru le obsequio una mirada Fría, que la pequeña interpretó como un rechazo a su muestra de afecto

-¿Qué sucede contigo Sesshoumaru, Rin solo quiere mostrar su agradecimiento a tu protección? – se cuestionó Sesshoumaru, los ojitos esmeralda de la pequeña Rin empezaban a cristalizarse, había cometido una imprudencia y había sido despreciada por el ser que más le importaba, un inaudible -Lo siento- se escuchó decir de los labios de Rin, que bajaba su rostro derrotada.

- Discúlpame Rin- pensó el Yokai haciendo perder el espacio que le separaba de su pequeña , mientras le susurraba al oído - El que lo siente soy Yo - y le abrazó sintiendo caer en su kimono las lagrimas de su pequeña Rin, que sin darse cuenta le robaba día con día el corazón. Rin podía escuchar el latir del corazón de su querido Sesshoumaru Sama, se sintió protegida con ese abrazo y pudo sentir ¿ Cariño ? acaso el joven príncipe Yokai, Lord de las Tierras del Oeste le demostraba afecto a ella, una débil y despreciable Humana.

Una tierna escena, un paraíso de escenografía a su alrededor, los árboles de copas abundantes verdes, el agua cristalina del lago, los pájaros de colores con el susurro del viento componían hermosas melodías. La pequeña Rin sintió saltar su corazón de alegría, sus lágrimas cesaron, sus mejillas tomaron un color carmesí rosado a causa de la cercanía que mantenía con su Amo, fueron minutos que el tiempo detuvo en el encuentro de la ternura de un frágil corazón y la frialdad de un corazón de hierro.

- Amo bonito, ya regrese - dijo un Yokai pequeño de color verde, parecido a una rana, al sentir la presencia del Yokai, Sesshoumaru se soltó del abrazo de Rin lentamente.

Tardaste mucho Jaken – dijo Sesshoumaru mirando hacia la dirección donde se encontraba parado el recién llegado, Jaken venía observando la leña y no se percato del cálido abrazo entre su amo bonito y la chiquilla, sin la intención de hacerlo, el Yokai había interrumpido un lindo encuentro entre dos personas que interceptarían sus destinos en un solo camino.

- Lo sé amo bonito, no encontré la leña por aquí cerca- dijo Jaken dejando caer los troncos de madera en el pasto.

- Hoy acamparemos aquí, pronto oscurecerá – dijo Sesshoumaru mirando el cielo anaranjado, el sol se ocultaba tras el horizonte.

- Lo que usted ordené mi Señor – dijo Jaken.

- Haz una fogata, esta refrescando – ordenó el señor de las tierras del Oeste a su siervo, Jaken miro a Rin y se aproximo a ella sin quitarle la vista de encima.

- Chiquilla, ya escuchaste al amo bonito, que esperas, tenemos que hacer una fogata, eres muy débil y no debes enfermar a causa del frío - Dijo Jaken , Rin asintió y rápidamente se acercó al Yokai verde, junto la madera y frotando dos piedras, Jaken obtuvo fuego que inundó de calor el lugar.

- Sesshoumaru Sama no es mejor buscar una cueva para resguardarnos del frío y del peligro – dijo la niña sentándose en el pasto y recargando su pequeño cuerpo en un árbol.

- Eres una tonta Chiquilla, ¿Cómo se te ocurre cuestionar al amo? – dijo Jaken molestó.

- Jaken , Rin solo quería decir lo que piensa – dijo Rin algo asustada – Sesshoumaru Sama sabe lo que hace – dijo Jaken frente a la niña casi a gritos y exasperado, ¿Cómo se le ocurría a esta humana contradecir las órdenes de su Señor?

- Basta Jaken, no le hables así a Rin – dijo Sesshoumaru mirando el cielo estrellado.

- Pero, mi señor esta chiquilla dijo que corremos peligro, usted es el Yokai más fuerte como se atreve, es una insolente – dijo Jaken a punto de golpear a Rin con su báculo, la pequeña Rin.

Cubrió su rostro con sus dos brazos, protegiéndolo de un golpe seguro, pero, no hubo golpe.

- ¿Qué paso? - se preguntó mentalmente la niña quitando sus manos y mirando temerosa, no lo podía creer , la niña abrió sus ojos esmeralda como dos platos por la sorpresa, el Gran Sesshoumaru había tomado el báculo con su mano impidiendo que este hiciera daño a la pequeña, Jaken tembló al mirar a su amo detener su báculo. Él le obsequiaba una fría mirada que lo dejó petrificado, sintió que la sangre se le iba hasta los pies, pudo sentir que el Lord lo atravesaba con su mirada como una espada que deja sin respirar a su oponente con un solo ataque, Sesshoumaru le quito a Jaken el báculo lo lanzó lejos de ese lugar, lo tomo del cuello de su atuendo y mirándole directo a ojos le ordenó que fuera tras Éste.

- Que sea la última vez que levantas la mano a Rin – fueron las palabras pronunciadas por el señor de las tierras del Oeste, su tono era frío, El Yokai soltó a su siervo.

- Lo lamento Chiquilla, no volverá a ocurrir – dijo Jaken morado del susto, pensó que su amo lo partiría en dos con sus garras.

- Ahora ve por el báculo- dijo Sesshoumaru , Jaken corrió a la dirección donde había visto el báculo caer, después de escuchar la orden de su amo.

Rin estaba asombrada su amo y Señor le había defendido del pequeño Yokai, escucho las palabras de Jaken, pero no pudo articular sonido alguno, sentía un nudo en su garganta estaba emocionada y aterrada a la vez, hubo un choque de sentimientos dentro de la pequeña Rin, su ser no entendía muchas cosas, de lo único que podía estar segura era de que Sesshoumaru Sama se preocupaba por ella y le tenía afecto.

- Es tarde Rin, es hora de dormir – Dijo Sesshoumaru sentándose y recargando su espalda en el tronco del árbol, en que Rin se encontraba ya recargada.

- Si mi señor - dijo la chiquilla acurrucándose a un lado de su amo y recostando su cabeza en una raíz que estaba salida del árbol.

-¿ Rin tienes frío? - preguntó Sesshoumaru sin mirar a la pequeña.

- Un poco Sesshoumaru Sama – respondió la niña tiritando de frío, la temperatura había descendido y el viento movía las copas de los árboles , dando la bienvenida a un clima más fresco de lo acostumbrado en el lugar , el joven Yokai movió su brazo para acercar a Rin hacia él y de esa manera proveerle calor y protegerla del frío.

- Descansa, pequeña – fueron las últimas palabras susurradas en los labios de Sesshoumaru, cerro sus ojos, su rostro mostraba serenidad.

Gracias mi señor – dijo la niña dibujando una pequeña sonrisa en su rostro complacida por la acción de su querido Lord.

Después de un tiempo de buscar su báculo, Jaken por fin pudo encontrarlo, una vez que lo tuvo en sus manos, una luz se encendió e iluminando su camino de regreso, se dispuso a llegar al campamento, cuando llegó vio al Dragón A-UH dormir cerca del fuego, girando su vista se encontró a su amo recostado tranquilamente abrazando a la chiquilla.

- Parece un angelito – Dijo Jaken mirando el tierno rostro de la niña humana, que hacía unos momentos iba a golpear, si no fuera por su amo, ese lindo ángel tendría lágrimas en sus ojitos a causa de un buen golpe dado por él, en ese momento dio gracias en sus pensamientos a su amo bonito por impedir que lastimará a la pequeña princesita, ella siempre le brindaba alegrías y le obsequiaba flores.

- Eres un tesoro Rin, gracias al cielo porque estás aquí – dijo para sí mismo el Yokai de pequeña estatura, no se sabía a ciencia cierta si su amo había encontrado a la niña humana o ella a Él, cómo hubiera sido, lo importante era que ella estaba con ellos y se arrepintió de haberla querido lastimar.

Espero que el amo nunca se deshaga de ti chiquilla odiosa – dijo Jaken , las últimas palabras con cariño, el Yokai se dejo caer al piso cansado por el día pesado que había tenido y se quedo dormido con la imagen de una pequeña Rin dándole una flor y en su rostro una tierna sonrisa...

Continuará...

Notas de la autora: Hola a todo(a)s, aunque no lo crean he regresado. Lista para terminar cada una de mis historias. Espero dejen comentarios, hice algunos cambios.