Hola amigas! Nos volvemos a encontrar en esta historia, la verdad es que he meditado muchas historias pero esta se me ocurrió ayer, me encantaría ver a Serena en un universo alterno con una historia digna de novelas... aquí les presento a una Serena que no todos conocen, una Serena distinta.

Sailor Moon no me pertenecese, le pertenece a la genial Naoko Takeushi ella es mi idola! Aunque este no sea una continuación de su historia sino mas bien un universo alterno uso sus personages… Gracias Naoko por hacer nustros sueños realidad… Gracias Serena por dejar que te utilicemos (en el buen sentido de la palabra ) y aunque a veces te pongamos en el peor de los papeles y creemos traiciones se muy bien que aun conservas esa chispa de niña inocente que estará con nosotras para siempre…

Les presento a:

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.:El Antifaz de la Luna:.

By: TaNiTaLoVe

Estarás esperando... que un puñado de estrellas te vaya a buscar,

O estarás atascada... en el borde del cielo y no puedes saltar.

No se, no se.

Estarás confundida... y no sabes la ruta que llega hasta aquí,

O será simplemente... que no quieres venir.

¿Que será que no llegas?

Este mundo ya es duro y mas duro sin ti.

¿Qué será porque tardas?

Van pasando los años y no estas aquí.

Corre, salta, despega!

Dale cura a este amor que no sabe morir.

No me niegues la risa...

Curame con tus alas... Milagro de Abril...

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(Capitulo 1)

SOY SERENA TSUKINO

Hola soy Serena Tsukino, tengo 22 años, estudio en la Universidad Del Mar, aunque no lo crean voy en mi primer año pues antes tuve que estudiar administración de empresas. Mi madre, una brillante e inteligente mujer, su empresa, dedicada exclusivamente a eventos, eventos de cualquier tipo... matrimonios de la alta sociedad, eventos, desfiles de gran renombre, giras, esos son los mas comunes... "Nocturne" ese es el nombre que lleva desde hace 5 generaciones. Nosotras las mujeres somos las encargadas de administrarla. Mi madre murió hace 5 años y yo tuve que acceder al cargo forzosamente a mis cortos 18 años. No se admiten los hombres... hasta ahora.

Mi padre decidió que seria lo mas conveniente que estudiara administración de empresas... ahora que lo he terminado puedo estudiar lo que a mi me gusta Arquitectura, desde que visité Europa lo único que quiero hacer es estudiar esta carrera... Si, estoy casada.

Tengo una pequeña hija que es mi sol, su nombre es Serena, como yo, como mi madre, como mi abuela y bisabuela... todas las generaciones de mujeres dicen que la primera mujer en nacer debe llevar de nombre Serena y llevan un gran peso desde que nacen... cargar con el futuro de la empresa y mi hija no será la excepción.

Ahora voy en mi auto a la Universidad, dejé a mi hija en la guardería, tan solo tiene 3 años.

Suena el teléfono celular...

- "¿Hola?... ¡Haruka!... gracias... ¿a las 5? Me parece bien... entonces yo la paso a buscar a tu casa, saludos a Michiru! Bye!"

Haruka, mi prima... les cuento que ella es la persona que mas me ha apoyado desde que mamá murió, la estimo muchísimo. Ella vive con Michiru, su pareja... papá dice que es una perdida, pero a nadie le confiaría el cuidado de mi hija mas que a ella.

- "Hey! Serena!"

- "¡Rai! Que gusto verte, ¿como esta Seiya?"

- "¿Seiya? Esta bien" – Sin mucha importancia. – "¿Vas a venir al encuentro de los chicos de la prepa?"

- "¿Es hoy?... lo siento no podré ir... es que tengo una cena en la casa de mis suegros".

- "Tu esposo..." – Dijo su amiga algo decepcionada.

- "Lo siento" – Intentó disculparse ante su amiga pero esta simplemente hizo un ademán con las manos para indicar que no era de importancia. – "Tienes que decirle a los chicos que me perdonen".

- "Claro, yo les digo... y ¿como esta mi pequeña Serenita?"

- "Bien... Haruka la pasará a buscar al jardín".

- "Entonces le mandas saludos de mi parte..."

- "Ok!" – Las dos se despiden y luego de eso toman caminos distintos.

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Que largo estuvo este día, ahora voy a buscar a mi hija a casa de Haruka, de seguro debe estar ansiosa de verme, yo tan solo quiero abrasarla y decirle lo mucho que la amo. Ya llegue...

- "Gatita, que bueno que llegaste, Michiru trató de enseñarle a la niña a tocar violín pero ya le rompió dos cuerdas". – Haruka recordaba el incidente y sin dudarlo se puso a reír.

- "Yo te las pago... jejeje" – Con gotitas en la cabeza.

- "No te preocupes es una niña, además echando a perder se aprende". – Serena entra y de inmediato aparece la peliazul de la mano de la pequeña Serenita.

- "Hola Michiru ¡¡Mi amor!" – La pequeña al verla se le iluminaron los ojos, y de inmediato va a recibir a su mamá con un abrazo y un beso. – "Rini ¿como te portaste hoy?"

- "Saludé a la tía del jardín... ella me dijo que jugara con los compañeros a los cubitos... Ryu me quitó mi muñeca pero yo lo atrapé y le pegue y le tiré el pelo y... la tía me dijo que eso no es de señoritas..." – La pequeña de cabellos rosados no paraba de hablar de su día en el jardín, estaba sobre las rodillas de su madre.

- "Por supuesto que eso no es de señoritas, tú no debes pegarle a los hombres ni a nadie".

- "¿Y cuando tu ibas correteando a quien fuera cuando te molestaban? Incluso cuando no te hacían nada, aun recuerdo al pobre Seiya Kou..." – Serena se sonroja ante el comentario.

- "Se supone que tienes que ayudarme y decir que eso no se hace... hey! ¿Quien te hizo esos odangos pequeña?" – La miró con curiosidad y luego miró a sus amigas con picardía.

- "Me los hizo la tía Michiru! ¿Te gustan?"

- "Me hacen recordar la preparatoria... me encantaban esos tiempos..." – Con algo de nostalgia en su mirada, de pronto recordó a sus compañeros, a sus amigos, se sacudió la cabeza para volver a esta época.

- "Por eso se los hice, te veías tan bonita con esos chonguitos".

- "Eso ya es del pasado y aunque fue muy bonita esa época tuvo que terminar". – Se levanto ánimos aunque por dentro sentía una gran nostalgia del pasado.

- "Te has reunido con tus compañeros?" – Preguntó la rubia de ojos turquesa.

- "Hoy hay un encuentro, seguro harán una fiesta..." – su mirada se puso aun mas triste.

- "Querías ir..." – Supuso la mujer al ver la mirada de su prima.

- "No se puede" – Dijo firmemente intentando disimular la tristeza. – "Hoy tengo una cena con mis suegros, celebraran el nuevo puesto de mi esposo".

- "¿¿¿Le cediste la empresa? No me digas que eso hiciste porque…" – Estaba muy sorprendida, exaltada y enojada.

- "¡Cálmate!" – Se apresuró a decir antes que sucediera cualquier cosa – "Solo le di un poder que lo hace hacerse cargo de mi oficina hasta que yo lo decida".

- "O hasta que te..."

- "¡¡Haruka!" – La reprendió fuertemente su compañera acuamarina, entonces la rubia se percató de la presencia de la pequeña.

- "Lo siento... es que me da mucho coraje..." – Se disculpo sinceramente pues se dio cuenta que la pequeña estaba algo asustada.

- "¿Té?" – Ofreció Michiru intentando calmar la situación.

- "No gracias Michiru, tengo que irme..." – Se levantó junto con la niña - "adiós! Despídete de tus tías cariño".

- "Chao tía Haruka, chao tía Michiru... perdón por romperte el violín".

- "No importa preciosa, ven a romperlo cuando quieras" – Se inclina hasta la altura de la pequeña y le toma el mentón para darle un suave beso en la mejilla, la pequeña sonrío feliz y se fue a los brazos de su madre.

- "Cuídate princesa... si necesitas ayuda solo llámame... ¡cualquier cosa!"

- "¡¡Adiós!" – Subió a la pequeña en la parte trasera del auto en donde tiene una silla para niños, de ahí se subió ella al auto y después de hacer una seña de despedida de fue rumbo a su casa.

Haruka, siempre consintiéndome, me sobreprotege demasiado, ella adquirió el papel de madre para mi, y no solo cuando mi madre murió, si no que desde siempre me ha protegido de cualquier chico que me pretenda. Desde tiempos de la preparatoria que está con Michiru, ella para mi es como mi hermana.

La pequeña acompañada de su madre entran a la casa. Ambas estaban solas a excepción de las dos empleadas quienes las recibieron felices. Ellas pasaron directamente a sus habitaciones. La pequeña pelirosada fue a su habitación a dejar su bolso y se fue en busca de su mamá.

- "Mamá ¿es verdad que vamos a ir a ver a los abuelos? – La niña estaba emocionada.

- "Es cierto..."

- ¿Me vas a vestir bonita?

- "Si..." – un recuerdo vino a su mente, uno que hizo que una lagrima surcara su mejilla. – "Vamos mi amor, voy a vestirte como la princesa mas hermosa de toda la tierra!"

- "¿Y de la Luna?" – Aun mas emocionada.

- "Y de la Luna..." – Así fue, llevó a la pequeña a su habitación y en ella se dirigió a un armario, lo abrió y de ahí sacó un vestido blanco con unas flores bordadas de varios colores, un listón rosa cursaba su cintura. – "Te veras hermosa con este, ya veras lo linda que te encontraran los abuelos".

- "¡Que bueno! Así no volverán a decir que soy fea" – La pequeña estaba muy contenta. Pero aquel comentario para Serena fue como una espina en el corazón. La vistió con suma delicadeza, le puso unos zapatitos blancos. – "No mamá, deja mis coletas, hoy quiero ir así". – Serena se quedó pensando, después de meditarlo fue que decidió adornarle el cabello para que las coletas no fueran notorias.

- "SERENA" – Se oyó un grito masculino que provenía de la sala principal.

- "Hija quédate aquí... por favor no vallas a bajar". – La pequeña asintió y para que no se aburriera Serena le pasó un juguete que la mantendría ocupada. Luego de eso bajó las escaleras cautelosamente, mientras bajaba veía por las rendijas el cuerpo masculino de lo que seria su esposo, estaba de espaldas. – "Diamante... hola". – El hombre que se dio vuelta la miró despectivamente, luego sonrío, pero mas bien aprecia una risa fingida, carente de sentimiento alguno.

- "Esposa mía... que gustó verte" – Se acercó a ella con el propósito de darle un beso en la boca pero su mujer la corrió. El hombre de cabellos plateados sonrío aun mas y la tomó fuertemente de la cara y cumplió su propósito, Serena ya no podía hacer nada, estaba acostumbrada. – "Veo que aun no estas lista..."

- "Estaba vistiendo a Serena" – Lo dijo casi mecánicamente.

- "Te doy 10 minutos para que termines de arreglarte, te quiero mas hermosa que nunca" – Iba a acercarse de nuevo a su mujer para darle otro beso pero esta se fue dejándolo con la boca estirada. – "jajajaja!" – La estruendosa risa se escuchaba por toda la casa.

Serena fue lo más rápido que pudo, escogió lo primero que pillo para ponerse, un conjunto de dos piezas: una falda negra de tela delgada, larga hasta los tobillos muy suelta. Para arriba escogió un top muy elegante que solo cubría la espalda con delgadas tiras negras. Sus zapatos sin taco igualmente negros. Ató su cabello a una trenza la cual le llegaba hasta la cintura. Fue al baño nuevamente para maquillarse y se vio en el espejo, vio que las marcas de las manos de su esposo en su cara aun no se borraban del todo, se dispuso a maquillar pero por algún motivo se detuvo, se paró de frente al espejo y por un momento pudo verse 6 años antes. Trató de esbozar una sonrisa pero no podía ser como antes, hace tiempo que ya no sonreía como antes.

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- "Así que ahí está mi querida hija..." – Diamante encontró a la pequeña en su habitación mientras jugaba con una muñeca, la pequeña lo miró fijamente antes de sonreír, una sonrisa muy pequeña. El hombre iba a caminar hacia ella cuando se percató de su peinado que consistía en dos coletas adornadas con unos pinches de flor. No soportó verla así que decidió ir y peinarla el mismo, o despeinarla, la pequeña lo miraba con cierto temor, aun así no le dijo nada. Estaba a punto de tocarle el pelo cuando...

- "Diamante... ¡¡no la toques!" – Serena había llegado justo a tiempo, el hombre se puso de pie y caminó hacia su mujer.

- "¿Tu la peinaste?"

- "No, así la peinaron". – Con la mirada firme y centrada en la nada.

- "¡¡Mientes!" – Aquel hombre antes calmado de pronto perdió la paciencia, le levantó la mano a Serena.

- "Tía Michiru me peinó y yo le pedí a mamá que me dejara así..." – Pronuncio con temor la pequeña.

- "No permitiré que te acerques a mi hija... sabes muy bien lo que sucederá si lo haces..." – Lo miró desafiante, era una de las pocas veces en que ella lo hacia y podía costarle muy caro, es verdad, en su familia ella tiene el poder, pero él es el que tiene la fuerza y la ultima palabra. Su esposo lanzó una sonrisa, más bien como una mueca de asco. Levantó la mano súbitamente pero no le pegó, Serena no se movió del lugar en que estaba.

- "Te espero en el auto..." – Fueron sus últimas palabras antes de abandonar la habitación. La pequeña corrió hacia los brazos de su madre, quería llorar.

- "Hija... hija no llores, no te muestres débil ante las personas..."

- "No quiero que ese hombre te golpee..."

- "Porque le dices ese hombre... el es tu... papá".

- "No... El no es mi papá." – La determinación de la pequeña hizo que Serena temblara.

- "¿Que?" – Estaba visiblemente sorprendida por la actitud de la niña, estaba bien que le tuviera miedo y todo pero negar a su papá...

- "Tía Haru dijo que ese hombre no es mi papá..."

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Notas de la Autora

Hola a mis queridas lectoras que siempre me apoyan! Aquí volvió como recién salida de la tumba! Es decir aquí esta resucitada después de una injusta evaluación de la administración de esta pagina... pero bueno como ustedes saben solo soy un pequeño e insignificante mosquito. Asi que solo volví a subir esta genial historia para que ustedes se deleiten con el universo alterno que he creado para el elenco de Naoko. Lo único que pido es que NO ME LA SAQUEN DE NUEVO! Please!

Además justo habia actualizado el tercer capitulo y se que muchos de ustedes no habian alcanzado a leerlo, les aseguro que esta muy bueno y que dentro de esta semana la termino de actualizar vale?

Perdonen si trato muy mal a Serena en los primeros capítulos pero mas adelante sabremos que es lo que verdaderamente ocurre. Se me ocurrió esta historia mientras pensaba en un mis dos fics! Jejejeje.

Espero que tenga buena aceptación, nos vemos en el próximo capitulo!

Nos vemos! O mejor dicho nos leemos!

TaNiTaLoVe

06 – 01 - 2005