Hola era conocida como Prue Malfoy pero me cambié el nombre, pero eso es lo de menos, después de mucho tiempo regreso con lo que les prometí un antes de mi fic "Mi alma gemela". Este está basado en el anterior pero no va a continuar como ese, le voy a hacer unos pequeños cambios para adaptarlo a lo que tengo en mente sólo les pido paciencia porque luego tengo las ideas pero no me salen a la hora de escribirlas y le pongo, le cambio, le agrego y por eso luego me tardo siglos en terminar un solo capítulo. Mi amiga que revisa todo esto me dice que ya por Dios termine de una vez por todas lo que empiezo y que no sabe como le hago para poder encontrarle un orden a toda mi revuelta historia y nada más por que a veces me salto algunos capítulos.

Bueno saludos a todos y lo que es de regla, los personajes pertenecen a Rowling (a excepción de uno que otro que por ahí va a aparecer para completar la trama). Espero que lo disfruten y me escriban muchos REVIEWS diciéndome qué les pareció se acepta de todo hasta vociferadores.

¡Aquí vamos!

Prólogo: Corte al corazón

El séptimo año había empezado como cualquier otro, bueno casi, este era el último año que el trío dorado de Hogwarts estaría ahí, cada uno había elegido sus materias que serían las que les ayudarían a seguir con sus estudios superiores. Harry y Ron habían optado por tomar las asignaturas que les ayudarían para llegar a ser Aurores mientras que Hermione había optado por materias que se dirigieran un poco hacia las relaciones internacionales pero para complementar un poco sus estudios también había tomado alguna que tomaran Harry y Ron sobre todo si pretendía trabajar en el Departamento de Protección Mágica Internacional.

Ahora, más que el año anterior, estaban metidos en lo que a sus clases se relacionaba ni siquiera la integración de cierto chico al círculo de amigos se había interpuesto entre ellos, su amistad y sus aspiraciones de alcanzar lo que perseguían.

En el último trimestre de sexto año, en una clase que Hermione compartía con el nuevo integrante del grupo el profesor los había puesto por parejas para que trabajaran ese trimestre en un proyecto a su elección acerca de las actuales estructuras de interacción mágica internacional en Bretaña y Europa y el siguiente año tendrían que buscar la forma más apropiada para integrar dicho proyecto a las relaciones internacionales entre Ministerios de Magia de Europa y, si era posible, también de América.

El miembro no era bien aceptado pero era tolerado lo mejor que se podía, generalmente trabajaban en la biblioteca para tener al alcance los libros que necesitaran. No muy alejado de ahí se encontraban dos chicos que vigilaban muy de cerca: Ron y especialmente Harry ya que su novia era la que estaba sufriendo la molesta presencia del chico rubio de Slytherin.

Harry y Hermione eran novios desde antes de las vacaciones de verano, habían descubierto que lo que sentían entre ellos iban más allá de una simple relación de amigos y decidieron darse la oportunidad de estar juntos, así que se habían hecho novios, algo que sorprendió a muchos y desilusionó a otros, no obstante estaban a punto de cumplir tres meses para el inicio de curso.

Draco Malfoy, el nuevo integrante del grupo más por obligación que por voluntad propia trataba de no reñir demasiado con Harry y Ron, mientras que con Hermione había hecho un pacto para poder realizar lo mejor posible el trabajo que les habían encomendado, ya no la insultaba ni la humillaba, únicamente se centraba en realizar su trabajo e incluso una que otra vez reían de alguna que otra equivocación que cometían o de algún comentario, pero en el fondo sabía que no todo era lo que parecía, no había sido decisión suya tratar de buen modo a Hermione Granger. De cualquier modo aquel año había empezado con el pie derecho para todos: Draco tranquilo y sin pelear e insultar a todas horas era un buen inicio.

Sin embargo, en el resto del mundo mágico no era así, ya que estaban al pendiente de los movimientos de los mortífagos y sobre todo del Innombrable. En Hogwarts también existía un temor latente de que en cualquier momento a Voldemort se le ocurriera aparecer pero no era tan grande como en otros sitios que estaban más expuestos.

En fin, el año había comenzado y los alumnos asistían a sus clases como siempre. Las actividades, las tareas, los trabajos y el estudio para los exámenes no se hicieron esperar, traían como locos a dos grados en especial, el quinto y séptimo curso, cuya única forma de relajarse y olvidarse de ello, pero no por completo, eran las salidas al pueblo de Hogsmeade que habían hecho por Halloween, en las vacaciones navideñas y en San Valentín.

El exceso de trabajo y estrés de los alumnos motivó al director a realizar una fiesta para celebrar la primavera como había sabido que hacían ciertas escuelas muggles, algo no muy común para una escuela del mundo mágico pero algo era algo.

La celebración era la clase de baile donde podían asistir todos los que quisieran, sin límite de edad y sin la necesidad de llevar pareja como otros bailes. A muchos les entusiasmo y agradecieron que hubiera una fiesta para perder por lo menos la mitad de clases del día.

Todos iban vestidos muy normalmente viéndolo del lado muggle, algunos con colores muy llamativos y vestidos y blusas muy exuberantes, escotados o cortos que hacían que más de un chico volteara a mirar cuando una chica usando algo así pasaba por su lado.

Hermione no era la excepción sólo que era más reservada que las demás chicas, había decidido llevar un vestido arriba de la rodilla en color crema de tirantes y escote redondo no muy pronunciado y su ya acostumbrado dije adornando su cuello. Sus zapatillas al color del vestido, de tacón mediano que se amarraban con un par de cintas alrededor de la pierna haciéndola parecer bailarina de ballet, el cabello lo llevaba casi suelto a excepción de unos mechones laterales que había atado atrás con un listón que se enroscaba entre sus rizos que habían adquirido una mejor forma debido unas cuantas (N/A: yo diría que muchas y usando el doble de ingredientes) pociones que había usado en su antes esponjado cabello.

Harry había optado por un pantalón negro con pinzas y una camisa verde agua; Ron se había vestido como Harry sólo que el pantalón azul marino y camisa igual azul pero claro y muy tenue, ambos sin corbata y con el primer botón de la camisa desabrochado, el cabello de ambos estaba un poco alborotado, el de Harry más que el de Ron, dándoles un toque informal pero sin perder la elegancia. Cuando estuvieron listos fueron a la sala común esperando a que bajara Hermione. A los pocos minutos apareció por la escalera de caracol del cuarto de las chicas.

–Te ves muy bien, Hermione.

–Gracias, Ron.

–Preciosa –logró pronunciar Harry que se había quedado mudo.

Hermione sólo sonrió y se acercó a darle un suave beso en los labios a su novio.

–Vámonos porque hay una chica que me espera –dijo Ron.

–Y será mejor que no la hagas esperar mucho –opinó Hermione.

Los tres chicos salieron de la torre de Gryffindor en dirección al Gran comedor donde a Ron lo esperaba su novia Lisle.

Y efectivamente, ahí se encontraba ella, con un vestido rosa arriba de la rodilla, estilo strapless pero atado del cuello, su cabello lo llevaba suelto decorado con unos pequeños diamantes que brillaban con el movimiento de la chica. A su lado, la acompañaba su hermano Luke.

Lisle y Luke eran mellizos, ambos iban en Ravenclaw, él era guardián del equipo de quidditch de su casa. Su hermana y Ron eran novios desde antes que Harry y Hermione, de hecho estaban a punto de cumplir un año de relación.

Todos disfrutaban del ambiente, Harry y Hermione estuvieron bailando toda la noche y cuando decidieron descansar un rato Hermione fue a sentarse mientras Harry iba por algo de tomar. Draco aprovechó el momento en que se quedó sola para acercarse a la chica y pedirle que bailara con él. Justo en el momento en que se dirigían a la pista de baile, donde había comenzado a sonar una suave melodía, Harry regresaba con dos cervezas de mantequilla, buscó a Hermione entre la multitud y la encontró bailando con el chico de Slytherin, no pudo evitar sentir celos y furia, así que dejó las bebidas donde pudo y se dirigió a la salida, no quería armar un escándalo y si se quedaba no se podría contener así que prefirió salir para tranquilizarse.

Draco observó y haciendo un gesto con la cabeza hacia sus compañeros puso en marcha el plan que tenían fraguado. Tres Slytherins salieron con cautela para no llamar la atención, siguieron a Harry y lo atacaron por la espalda, dejándolo inconsciente para después meterlo en un armario.

Hermione y Draco se separaron cuando terminó la pieza y cada quien se fue a reunir con sus amigos. Ella caminó hacia Ron que estaba charlando con Luke en una de las mesas.

–Ron –el chico se giró a ver quien le hablaba y se encontró con Hermione– ¿has visto a Harry?

–Lo vi salir hace un rato –contestó Luke ante la negativa de Ron– se veía un poco molesto –agregó.

–Si quieres vamos a buscarlo –ofreció el pelirrojo al ver la cara de preocupación de Hermione.

Hermione asintió y salieron juntos del comedor.

–¿Dónde está Lisle?

–Fue por algo a su Sala Común.

Recorrieron varios pasillos hasta que vieron a alguien doblar la esquina de un pasillo.

–¿Aquella no era Lisle? –cuestionó Hermione.

–Sí, ¿qué hará acá?

Ron corrió para alcanzarla y al llegar al pasillo donde había desaparecido se quedó congelado ante la escena que tenía frente a él. Hermione lo alcanzó y al igual que Ron se quedó estática, sus ojos se llenaron de lágrimas, frente a ellos se encontraban Harry y Lisle besándose.

Después de un murmullo por parte de Harry, Lisle se separó de Harry, al reconocerlo lo empujó, avergonzada quiso echarse a correr pero paró en seco al ver a Ron y a Hermione observándolos con los ojos tan abiertos como platos. Fue entonces Hermione la que salió corriendo. Harry fue tras ella pasando por un lado del pelirrojo.

–Ron... –trató de acercársele Lisle.

–No... –alzó una mano en señal de alto y con la mirada en el piso dio un paso atrás– no tienes que decir o explicar nada, fue suficiente con lo que acabo de ver.

–Por favor –suplicó la chica con lágrimas en los ojos.

A Ron no le importaron las suplicas de Lisle, dio media vuelta y se perdió entre la penumbra de los pasillos.

Harry había logrado alcanzar a Hermione tras una larga caminata.

–Déjame –exigió ella.

–Por favor, Mione, permíteme explicarte.

–¡¿Qué me vas a explicar?! Te vi besando a la novia de tu mejor amigo. Nunca creí algo así de ti... ni de ella –lo miró fijamente con dolor y rencor, después se fue doblando en un pasillo.

Harry se quedó allí parado viéndola desaparecer.

Por su parte Ron deambulaba por los largos y oscuros pasillos de Hogwarts, no tenía ánimos de volver a la fiesta y tampoco quería regresar a la Sala Común así que lo único que atinó a hacer fue quedarse sentado entre las sombras de uno de los pasillos.

Pasaron varios minutos cuando vio a Harry que iba rumbo al comedor sobándose la cabeza, sintió que la rabia lo invadía y sintió correr el odio por su cuerpo obligándolo a golpearlo, pero pudo más su razón que sus impulsos, así que se contuvo y solo lo siguió sin que se diera cuenta.

Poco antes de la entrada del comedor Harry vio a Hermione llorando y a Draco calmándola.

–Hermione... –la llamó.

La castaña tenía los ojos rojos e hinchados y las mejillas humedecidas a causa de las lágrimas.

–No te me acerques –espetó entre sollozos–, no quiero volverte a ver y no quiero nada tuyo –se quitó la cadena que traía en el cuello y se la arrojó para después tomar del brazo a un sorprendido Draco y halarlo hacia fuera del castillo.

–Herm...

–Déjala –dijo una voz tras él.

–Ron, ¿qué ocurre? ¿Por qué está llorando? –preguntó visiblemente preocupado.

–Que cínico eres –contestó con reproche– ¿te parece poco lo que vimos?

–No sé de qué me estás hablando.

–¿Ah no? Pues ve con Lisle y que te lo explique, me imagino que sabrás dónde encontrarla. ¿Desde cuándo nos estuvieron engañando?

Ron se alejó saliendo del castillo dejando a un Harry confundido, desorientado, sin saber que había ocurrido y lo que más lo desesperaba era no saber el porqué su novia y su amigo estaban más que enfadados con él.

Hermione y Draco estaban sentados cerca del lago iluminados con la escasa luz que irradiaban las estrellas y la luna menguante. Ella seguía llorando y Draco la abrazaba, sabía que todo estaba saliendo como se lo habían propuesto pero pese a eso percibía algo en su interior que hacía que sintiera culpa y compasión hacia la chica que lo estaba abrazando en busca de consuelo siendo que él había sido el causante de ese dolor.

–Tranquilízate, Herm, él no te merece.

–Pero yo lo quiero.

–Pero lo que hizo no se le hace nunca a la persona a la que quieres o dices querer... Vamos, no te puedes dejar vencer por algo así, te voy a ayudar, pero deja de llorar... –dijo limpiando las lágrimas de la chica con sus dedos.

Hermione asintió y dibujó una débil sonrisa en su rostro. Mañana sería otro día.

–Herm –se oyó –es tarde vámonos a la torre a dormir.

–No quiero regresar ahora, Ron.

–Anda, vamos necesitamos descansar –insistió.

–Será mejor que vallas con él, para que descanses –opinó Draco.

Los tres volvieron al castillo y cada uno se dirigió a su respectiva torre, mientras todavía en el Gran Comedor continuaba la fiesta sin que nadie notara lo que había pasado.

Draco se quedó parado observando cómo se alejaban de él los dos Gryffindors, una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus finos labios que fue borrada por un empujón recibido por la espalda que hizo que estuviera a punto de caer...

Por favor dejen REWIEVS que les cuesta aunque sea sólo poner "está bien, sigue así" les juro que eso me ayuda mucho para alentarme a continuar.

BESOS

MARIANA MALFOY