El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000. Esto no tiene fines de lucro.
¡Hola! Primero que nada tengo que decir que este fic y casi todos los primeros que hice desde ya hace varios años los estoy re-editando porque me desesperaban varias cosas: 1) Las tan conocidas Notas de la autora donde hablaba y escribía con dominutivos como "q" en vez de "que" o "xfavor" en vez de "por favor". Prefiero ver esto escrito bien en vez de mi lenguaje msn. En todo caso, todas fueron modificadas casi nada, así que se pueden leer... Y recuerden que son desde el 2004, cuando iba publicando el fic. 2) Faltas ortógraficas y de escritura en el fic que eran patéticas.
Sé que esto lo escribí hace mucho tiempo y la verdad la trama puede ser sosa, aburrida, de niñita; y hasta me da algo de vergüenza releer el fic y pensar que esto era yo, pero no lo sacaré del sitio porque sé que a muchos les gustó y así puedo apreciar que esto de escribir fics sí que me ha ayudado; y mucho. Es por eso que la trama del fic no tiene ningún cambio. Es casi igual.
"Cuento de Hadas"
Capítulo 1:
Era un mes de octubre, todavía había algunos rayos del sol que pasaban entre las nubes, pero poco a poco se iba haciendo presente el frío y la brisa fresca de los meses de otoño. Las hojas de los árboles ya dejaban caer unas pocas hojas y muchas tenían sus hojas de color café. Algunos pájaros cantaban en las copas de los árboles y otros emigraban al sur. El lago estaba tranquilo y el calamar gigante ya no aparecía más, el movimiento del agua era tranquilo y sereno y ella se acercó para poder ver su reflejo. Una chica de 16 años, cabello pelirrojo, ojos castaños, unas diminutas pecas cerca de su nariz y una sonrisa juguetona que demostraba inocencia era lo que el agua le mostró.
-Hola, Ginny – escuchó la muchacha que veía su reflejo una voz muy familiar para ella - ¿Por qué estabas aquí?
-Hola, Herms – saludó la pelirroja dándose vuelta y sonriéndole a la muchacha que tenía en frente suyo – Estaba pensando...
-Ya sé, pensabas en que no te gusta la vida que llevas¿verdad? – preguntó Hermione acercándose a la pelirroja y se sentó a su lado.
-Bueno...Sí, ya sabes, no me gusta ser una más del montón de mi familia, ser una más de los hermanos... – contestó triste la muchacha.
-Bueno, puede que sea verdad, pero tú para mí eres única y especial, la única que me comprende y me ayuda, la única que me hace reír de una manera inigualable... – contestó al chica abrazando a su amiga.
-Gracias, siempre estás allí para apoyarme cuando más lo necesito, de verdad te quiero mucho Herms...
-Yo también, cariño, pero es hora de volver al castillo, porque puedes resfriarte y también tu hermano armará un escándalo de los mil demonios – y dicho esto las dos muchachas se levantaron y fueron en completo silencio hasta el enorme castillo.
No hacía mucho frío, pero una brisa jugaba con los cabellos de la joven y hacía que le dieran cosquillas. Fue caminando junto a su amiga en silencio, ya que para ella era mejor no hablar más. El silencio a veces puede ser la mejor compañía cuando quieres pensar y reflexionar de algo importante. Entró en la sala común acompañada de su amiga y de inmediato se le lanzó su hermano para regañarla por volver tan tarde.
Su hermano era parecido a ella, pero él no tenía esas pecas y sus ojos eran de color azul, además que él era un año mayor que la muchacha. Era muy protector con ella, porque es la única hermana mujer de la familia después de generaciones de no haber habido una, así que era la más sobreprotegida de la familia.
-Deja a tu hermana, Ronald – dijo Hermione acercándose al hermano de la joven – Ella ya tiene suficiente para llegar aquí y escuchar tus estupideces.
-¿Estupideces? Ella está desaparecida hasta las...siete de la tarde con un frío enorme y ¿dices que no me preocupe? – preguntó sarcásticamente.
La castaña sólo torció los ojos y agarró de la mano a la pelirroja para irse a los sillones a conversar. Pero su hermano siguió insistiendo en retarla y darle un sermón de por qué él se preocupaba tanto de ella.
-En serio, Ron, deja de hablarme, ya me sé tus discursos de memoria así que trata de imaginarte algo más nuevo. ¡Eres fome! – le dijo Ginny y con Hermione se echaron a reír.
Luego de eso un muchacho de cabellos negros y ojos verdes venía bajando de las escaleras con una gran sonrisa. Parecía que él había escuchado lo dicho por la pelirroja y le hizo gracia. Era Harry Potter.
-Que bueno que estés bien – le dijo el muchacho haciendo que la pelirroja se sonrojara levemente- ¿Dónde te habías metido?
-Estaba en el lago – respondió Hermione rápidamente – En fin chicos, yo me llevo a Ginny para conversar, adiós.
-¿No nos acompañas a cenar? – le preguntó Ron decepcionado.
-No...Hagan lo que quieran con sus vidas en lo que queda del día, estarán libres de mí...Nos vemos...
-Que la pasen bien, adiosito – se despidió Ginny y se fue con su amiga al dormitorio de chicas de séptimo año.
La habitación era grande, allí habían cuatro camas. Pasaron por tres y llegaron al fondo en donde se encontraba la última junto a la ventana. La cama tenía un dosel muy elegante y un cubrecamas color rosa pálido. Al lado había un escritorio con pergaminos, un set de plumas y arriba un estante lleno de libros gruesos. También había un velador pequeño en donde se encontraba un reloj despertador, una lamparita de noche y una pequeña muñeca de loza. Frente a la cama había un gran baúl y unos peluches puestos encima de él. No se encontraba nadie en la habitación así que podrían hablar con más tranquilidad.
Ginny se sentó en la cama de la chica, agarró uno de sus peluches y comenzó a llorar. Hermione se acercó y la contemplo, sabía que iba a pasar eso y por aquella razón se la había llevado a su dormitorio. La muchacha alegre que siempre aparentaba ser siempre ocultaba lo triste y sensible de la chica, pero la castaña había sido la única que pudo ver a través de es capa con la que se ocultaba y descubrió a la verdadera Ginny Weasley.
Luego de unos momentos en donde sólo se escuchaba el llanto de la muchacha, su amigo comenzó a hablarle.
-Olvídate de él Ginny, él no se fijó en ti...pero él se pierde de lo mejor del mundo al no haberse dado el tiempo de conocerte como otra persona más allá de la hermana pequeña de su mejor amigo. Él se pierde de conocer a la niña más dulce y divertida del planeta... – y la abrazó dulcemente, haciendo que la pelirroja se sintiera protegida por aquella jovencita que siempre la comprendía y la trataba como si fuese su hermana, amiga y hasta podría decirse, como su hija.
-Pero...yo lo quiero y aunque intento olvidarme de él...no puedo, siempre tengo que ser la que sufre, la que trata de hacerse la indiferente a las cosas y la risueña que en verdad está llorando por dentro... – dijo entrecortadamente llorando.
-Pero siempre luego de sufrir viene la alegría...Siempre después de la lluvia sale el en los cuentos de hadas – dijo para animarla.
-Es cierto, pero no son más que puros cuentos...
-Pero muchas veces los cuentos se hacen realidad mi buena amiga... – repuso ella con dulzura.
-Cuéntame uno, quiero que me cuentes el de una chica que sufre mucho, porque su príncipe no la toma en cuenta, pero...luego todo cambia... – le pidió la chica secándose las lágrimas y sentándose junto a su amiga.
-Bien...Este cuento se llama: "La Cenicienta", Cenicienta era una niña que vivía con su madrastra y sus hermanastras, ellas no la trataban bien...
La chica de cabellos castaños entró en el Gran Comedor luego de una hora, se acercó a sus amigos que estaban algo impresionado de verla allí. Les sonrió y se sirvió algo de comer. Había mucho bullicio en todo el lugar, muchos reían y conversaban, pero la muchacha estaba pensando en como ayudar a su amiga.
-Creíamos que ibas a venir a cenar – comentó Harry que estaba a su lado – Siempre cuando hablas con Ginny nunca te volvemos a ver hasta el día siguiente.
-Lo sé, pero luego de conversar ella se quedó dormida mientras le contaba un cuento... – respondió Hermione sirviéndose una presa de carne.
-¿Cuento? Mi hermana sigue siendo tan infantil...¿Cómo es posible que le contarás uno? – preguntó burlón Ron que estaba al frente.
-No le veo nada de malo, ella tiene sueños y espera ser algún día feliz...Además a mi también me gusta pensar que tu vida podría ser un cuento de hadas – repuso algo enojada.
-¿Tú? La señorita sabelotodo cree en eso...¿En serio? – preguntó Ron.
-No seas inmaduro Ron, es bueno creer en una fantasía, siempre...Porque a mí me gusta pensar que la persona que me gusta es como un príncipe azul, no un inmaduro insensible... – y dicho esto se fue del Gran Comedor dejando a un Ron algo confundido y sorprendido y a un Harry sonriendo.
Notas de la autora: Les gustó? Bueno, no es lo mejor que hayan leído en sus vudas y en verdad sé que es posible que nadie lea esto, pero aún así me gustar´´ia que si llegaron al final de este capítulo, me enviaran su review para saber qué opinan (aún así sea para lanzarme tomates).
Esperando que no hayan perdido mucho tiempo, adiós!