Hola!!! ¡Oh cielos! Me tardé más de un mes en actualizar (y recuerdo que había dicho que no me iba a tardar :P) pero es que tuve que hacer muchas cosas y no me daba tiempo de escribir, y aparte la inspiración me abandonó, pero afortunadamente ayer y antier regresó y pude terminar el capítulo. Quedó muy largo, en la historia quería avanzar más pero una amiga me dijo que le fastidiaba cuando los capítulos eran tan largos, aunque a mí en lo personal se me hace que entre más largos mejor, pero bueno... cada quien, en fin aquí está el capítulo, espero que no hayan perdido el interés por todo lo que me tardé, aunque si es así pues lo tengo bien merecido por no organizar mi tiempo :P, ahh si hice un mini resumen de los anteriores, porque hasta cuando yo estaba escribiendo se me olvidaba y lo tenia que volver a leer para entenderle, así que para que no se pierdan se los dejo.
Kai está hablando con Natalia y empiezan a recordar cosas. Un día Natalia habla con Kai y el le pregunta que ¿qué haría si quisiera a alguien que está lejos?, a lo que ella responde que haría lo posible por encontrarse con esa persona, después de esa plática Kai comienza a portarse extraño. Un día le llama a Natalia por teléfono para pedirle que recogiera en el aeropuerto a esa "persona que quiere" porque él estaba castigado y no podía ir, Natalia se desilusiona porque ella pensaba que esa persona era ella, resignada va el aeropuerto y se topa con que la persona que Kai esperaba era Ray.
Bueno :P creo que el resumen no quedó muy explícito, mejor ya les dejo con el capítulo. (ahh si, contesto los reviews abajito)
Capítulo 7 Polos opuestos
Ray se mantenía observando a la chica gritando furiosa a quien quiera que estuviera del otro lado del teléfono, pero al terminar de hablar su semblante cambió y se tornó melancólico, la chica guardó su teléfono y se encaminó de nuevo hacia Ray, con una actitud muy diferente a la que tenía cuando se había presentado.
- Disculpa... hablé con Kai, no puede venir ahora, me pidió que estuviera un rato contigo, ¿hay algo que quieras hacer?
- Pues supongo que tengo que buscar un lugar en donde quedarme. –dijo el chino.
- ¿No te quedarás con Kai?- preguntó la chica.
- Ahmm... pues no...
- "¿No?"- la respuesta del chino extrañó a Natalia, pensaba que si Kai había invitado a Ray a venir, lo más lógico era que se quedara con él, aunque después recordó que Kai y su abuelo no eran precisamente personas hospitalarias. – Bueno entonces vamos.
- ¡Hmph! –exclamó mientras se colocaba un par de guantes- Tengo mejores cosas que hacer que estar arrancando esta maldita hierba.
El chico estaba bastante molesto, y el clima y las circunstancias no lo estaban ayudando, había tenido que posponer lo que había estado esperando tantos días por un absurdo castigo y lo que más le inquietaba era lo que estarían pensando Ray y Natalia.
Por un lado, no podía dejar de pensar en el tono de melancolía que había escuchado en las últimas palabras de Natalia, él sospechaba que la ojiazul sentía algo más por él; lo notaba en el brillo de sus ojos cuando lo miraba y en cómo se sonrojaba cuando él le hablaba, al principio quiso creer que su actitud era normal, él no convivía normalmente con chicas de esa edad y pensó que tal vez todas se comportaban así, pero con el tiempo se dio cuenta de los sentimientos de la chica iban más allá de una simple amistad. Y por otro lado, estaba él, Ray, le hubiera gustado más que nada en el mundo haber ido a recogerlo y verlo de nuevo, ¡lo extrañaba tanto! Las cosas estaban demasiado confusas, seguramente ahora él estaba pensando que en el ultimo momento Kai se había acobardado casi como la ultima vez...
Flashback
Estaba recargado en el barandal mirando el atardecer, se podía ver la inmensidad del océano desde ese punto, los tonos dorados y rojizos del horizonte eran hermosos, le recordaban muchas cosas. El lugar le encantaba, le parecía que ese mirador era el sitio más maravilloso para contemplar un atardecer. Escuchó unos pasos ligeros acercarse con rapidez.
- Hola, sabía que te encontraría aquí. – dijo sonriente el chino mientras se paraba al lado de Kai.
- ... - se giró quedando de frente al chino y lo miró algo confundido, hacía unas horas en el aeropuerto lo había visto muy triste.
- Estuve pensando en lo que me dijiste anoche, y... - decía sonriente- ...hablé con el señor Dickenson y me ofreció quedarme en su casa, ¡voy a quedarme! –dijo acrecentando más la sonrisa.
- Me alegro por ti. – dijo el ruso dibujando una leve sonrisa en su rostro y volviendo su cuerpo de nuevo hacia el frente.
Volvió a mirar el horizonte, le parecía perfecto, pensó en las palabras que hacía un instante Ray le había dicho, se sentía contento de que fuera a quedarse y también de verlo tan alegre, justo como siempre, contrastaba con la mirada deprimida que le había visto la noche anterior y de hacía un rato en el aeropuerto.
Recordó la despedida de Max, todos estaban realmente tristes, como si estuvieran en un funeral enterrando a un amigo y no en un aeropuerto despidiéndolo, aunque no comprendía exactamente por qué se ponían así, niñerías quizás... Tyson, Kenny, Hilary y Ray al borde del llanto y Max otro tanto, los primeros cuatro le decían frases de despedida: "hasta luego", "cuídate", "te extrañaremos", y se abrazaban cariñosamente, por otro lado, él no había hecho más que esperar recargado en un pilar de la sala de espera a que llamaran a los pasajeros a abordar. Al momento en que Max tenía que irse todos lo abrazaron efusivamente como si jamás fueran a volverlo a ver, en cambio, él solo se había limitado a poner una mano en su hombro y musitar un casi inaudible "buen viaje". Pensó que le hubiera gustado haber sido un poco más emotivo, pero esas no eran cosas para un Hiwatari.
Volteó su vista hacía Ray, también contemplaba el horizonte, posó sus ojos en los de él, se veían ahora muy tranquilos, tan tranquilos y hermosos como el atardecer.
- Ahora comprendo por qué te gusta tanto venir aquí, la vista es maravillosa.- comentó el chino, mientras deslizaba una moneda entre sus dedos, parecía un poco nervioso.
-...
- Y tu, ¿qué piensas hacer, vas a volver a Rusia?
- No, mi abuelo me sugirió regresar, pero por ahora allá no hay nada para mí.
- Me alegra. – sonrío nerviosamente.
Kai lo miró inquisitivamente, el chico había comenzado a actuar bastante extraño, estaba un poco sonrojado y jugaba desesperadamente con la moneda que tenía en la mano. Cuando el chino se percató que Kai lo miraba de forma extraña, su nerviosismo comenzó a aumentar provocando que la moneda se deslizara de sus manos y cayera justo junto a uno de los pies de Kai. Ambos se agacharon rápidamente para tomarla, la mano de Kai la alcanzó primero, seguida por la de Ray quedando ésta sobre la del primero.
- Toma...- dijo el peliazul deslizando su mano debajo de la de Ray. Notó que el color rojizo en las mejillas del chino había aumentado, pensó que probablemente se sentía apenado por haber dejado caer la moneda tan torpemente.
- ...gracias...- dijo el chino tomando la moneda.
- ¿Estas bien?- preguntó Kai poniéndose de nuevo en pie, había un ligero tono de preocupación en su voz.
- ...
- ¿Ray?
- Sí... -dijo acercándose lentamente hacia el rostro del dueño del fénix.
Y así, sin más, Kai sintió los labios del chino sobre los de él, millones de cosas pasaron por la cabeza del peliazul en cuestión de instantes, todo aquello era una sensación totalmente nueva. Por su mente pasaron todos los momentos que había pasado con Ray, desde la primera vez que lo había visto en el torneo asiático, hasta hacía un segundo antes cuando le entregaba su moneda. En un principio, Ray le había parecido un chico arrogante, por su actitud hasta parecía que podría ser un rival digno de temer, pero con el tiempo notó que no estaba a su altura; ciertamente tenía sus muy respetables habilidades para beybatallar pero en nada se comparaban con las de él, después, con el transcurso de los torneos y con los viajes que realizaron como equipo, comenzó a notar algo especial en Ray, era definitivamente diferente a sus demás compañeros de equipo; desde su peculiar aspecto y forma de vestir hasta su forma de ser, el chico sabia siempre como manejarse en cualquier situación, no se iba a los extremos como Tyson o Kenny, ni optaba por ser indiferente como en ocasiones él mismo lo hacía, Ray sabía cuando permanecer y cuando retirarse, su personalidad era definitivamente muy interesante, para su edad era una persona bastante madura y experimentada, pero al mismo tiempo conservaba su lado infantil, eso era quizá lo que hacía que Ray siempre se llevara tan bien con todos los integrantes del equipo, incluso con Kai, al peliazul le agradaba la actitud del chino, él era una de las pocas personas que no lo exasperaban fácilmente y con la que podía entablar una conversación más o menos sensata.
Pero volviendo a realidad Kai cayó en la cuenta de que estaba siendo besado por otro chico, por un momento todo aquello le había parecido agradable, un extraño calor había invadido todo su cuerpo y su corazón latía tan rápido y fuerte que podía sentir como su sangre recorría cada una de sus venas, nunca había sentido nada igual a eso, era como si de pronto todas las preguntas que tenia obtuvieran su respuesta, pero al mismo tiempo lo confundían más, muchas ideas y sentimientos se encontraban y chocaban en su mente haciendo que dudara de lo que estaba ocurriendo.
- ¿Qu-qué...?- dijo separándose del chino y retrocediendo unos pasos.
- Kai... yo...
El peliazul no le dio oportunidad de decir ni una palabra más y se alejó corriendo velozmente.
Fin del flashback
- ¿Este precio es sólo por una noche? – preguntó algo asombrado, el costo de una noche era casi la tercera parte del presupuesto que el chino llevaba consigo.
- Así es. – respondió la recepcionista.
- Bien, muchas gracias. – dijo algo decepcionado.
Natalia lo observaba a la distancia, era ya el quinto hotel que visitaban. Cuando salieron del primero pensó que tal vez aquel no llenaba los estándares del chino, pero al visitar los demás observaba como el mismo patrón se repetía; Ray se acercaba a la recepción, pedía algunos informes y luego regresaba un poco abatido preguntando si podían ir a otro lugar.
- "Parece que aquí tampoco" – pensó para sí la castaña, al ver que Ray se acercaba.
- ¿Podemos ver en otro lugar? – preguntó el chino.
- Sí claro, vamos. –dijo mientras entraba de nuevo en el auto.
- Gracias.
Ray mantenía su mirada fija en el piso del auto, la chica lo miraba, nunca lo había tratado, pero algo le decía que él no era así, lo notaba algo melancólico y por lo que le habían contado de él, se lo imaginaba un poco más alegre. En esos momentos todo lo que la presencia del chino representaba no era nada grato para Natalia, pero aún así sentía algo de pena por su situación.
- Oye Ray...
- ¿Sí?
- Sabes, la vida...- dijo la chica dudando de lo que hacía- ...la vida en esta ciudad es algo costosa.
- Sí, así parece.
- Si, bueno... mira si quieres... -hizo una pequeña pausa- puedes quedarte en mi casa.
- ¡¿Qué?! –dijo sorprendido, el chino no esperaba un ofrecimiento de esa clase viniendo de alguien que acababa de conocer.
- Dije que si quie...
- No, disculpa –dijo interrumpiendo a su acompañante –si te escuché, es sólo que me tomó por sorpresa.
- Ahh...- lo miró algo confundida- bueno, pero es en serio, puedes quedarte en mi casa, tenemos habitaciones libres.
- No, muchas gracias, pero no quisiera darte ninguna molestia.
- De verdad Ray, no sería ninguna molestia... yo se que no nos conocemos y se te debe hacer extraño que de pronto te abra las puertas de mi casa pero tú... tú eres amigo de Kai y si él confía en ti, no hay razón para que yo no haga lo mismo.
-Gracias pero yo...
- Además... no creas que hago esto sólo por ti.
-...- Ray la miró extrañado.
- Escuché por ahí que eres muy buen cocinero y a mí no me caería nada mal algo de comida china –dijo sonriendo.
- ... ja. –rió.
- ¿Entonces qué dices Ray, te quedas conmigo?
- Sí, está bien – sonrió levemente- muchas gracias.
Salió corriendo sin poner atención a las palabras de agradecimiento que el jardinero le daba, ya se había olvidado que hacía un rato su humor era peor que una noche de tormenta. Se sentía algo así como emocionado, con la velocidad que llevaba, en muy poco estaría frente a la puerta de Natalia y todas sus dudas se despejarían, aunque no sabía exactamente que iba a decir o hacer, quizá tendría que comportarse impulsivamente como cuando...
Flashback
Ese asunto llevaba horas dándole vueltas en la cabeza, y todo gracias a su 'querida vecinita' que había revuelto sus pensamientos con lo que le había dicho esa tarde, estaba un poco molesto, esa chica hacía que brotara en el una parte sentimental que no le agradaba nada. Ese sí que había sido un día bastante extraño, no comprendía por qué se había comportado así con Natalia, se había dejado llevar por las palabras de la chica y por poco le confesaba lo que sentía por Ray.
- "¡Que estúpido soy!" '¿qué harías si quieres a alguien que está lejos?' ¿En qué estaba pensando, cómo pude decir eso?"
Se decía mientras caminaba en círculos por su habitación, ese en definitiva no había sido su día, primero había estado su castigo en la biblioteca, después la charla con Natalia mientras caminaban, la cena, y para finalizar se había disculpado por la actitud de su abuelo y todavía le había dado las gracias a la chica por haberlo esperado, se estaba ablandando, pensaba.
Pero entre todo eso lo que más le inquietaba era la respuesta que Natalia le había dado a su pregunta, 'pues creo que haría que ella viniera hacia mí', si la analizaba era bastante lógica; él no podía ir hacia Ray, pero en cambio sí podía hacerlo venir. Aunque después de lo ocurrido aquel día en el mirador estaba muy confundido, no entendía lo que sentía, él sabía que había algo en Ray que le atraía aunque se lo atribuía a su peculiar forma de ser, pero ese sentimiento nunca había sido tan fuerte como en el momento en que el chino lo besaba, se sentía confundido, porque mientras ocurría había sido maravilloso, sabía que en algún lugar de su subconsciente el también lo deseaba, pero también sabía que estaba mal, no era natural que se sintiera atraído hacia otro chico, y mucho menos a uno de sus compañeros de equipo, era evidente que su abuelo los detestaba y por ninguna razón permitiría que estuvieran juntos, además no podía evitar pensar en lo que diría el resto de la gente, su nombre estaría en boca de todos, y si algo había aprendido bien de su abuelo, era que el apellido Hiwatari no se debía manchar.
Se sentó en la orilla de su cama y miró el reloj, eran las 12:30 a.m., llevaba horas pensando en todo ese asunto, en Ray más específicamente, todo se lo recordaba, incluso a veces cuando hablaba con Natalia podía respirar la misma paz que sentía cuando hablaba con el chino, no sabía que, pero ese par tenía algo en común que hacía que disfrutara cada momento que pasaba con ellos. Metió la mano en el bolsillo de su pantalón, sacó una moneda y la deslizó entre sus dedos, le recordaba ese momento tan perfecto en el mirador. Desde que había regresado de Japón no había hecho más que confrontarse entre esos dos polos, lo que sentía por el chino, o su amor propio, no iba a permitir ser blanco de críticas y burlas, y mucho menos por algo que ni siquiera tenía seguro, pensaba que tal vez aquello había sido fugaz, algo que simplemente Ray había hecho sin pensar, eso hacía que dudara en buscarlo, ¿que tal si el chino no le correspondía?, aparte de ensuciar su nombre quedaría humillado y dolido.
A pesar de que la tormenta aún no había parado, necesitaba refrescarse, así que salió a caminar un poco, el frío era muy intenso pero no le prestaba la más mínima atención, todo su ser estaba ocupado en sus pensamientos. Aún sostenía la moneda entre sus manos, como si ella fuese a darle la respuesta que necesitaba, ¿qué era más importante, lo que él sentía y todo lo que representaba, o lo que los demás opinaran de él?... la respuesta era obvia, después de todo, los prejuicios de otros no iban a apoyarlo en los momentos difíciles ni a estar a su lado cuando estuviera triste, al final, lo que los demás pensaran no era nada comparado a lo que sentía por Ray.
Regresó a su habitación, se sentía mucho más tranquilo, al fin había podido arreglar sus sentimientos. Se recostó en la cama con el firme propósito de dormir, pero se topó con que algo no se lo permitía, aún no sabía lo que iba a hacer, tenía que buscar a Ray y aclarar las cosas, pero tenía miedo de que el chino lo rechazara, pero qué podía esperar si él prácticamente le había hecho lo mismo.
Se decidió que pensar en eso era ya de por sí una pérdida de tiempo, tenía que arreglar sus prioridades, y dar una solución definitiva, lo que resultara ya no dependía de el, sabía que lo importante era que iba a luchar por ello hasta el ultimo momento. Se levantó de nuevo y se encaminó a la habitación contigua, también era suya, sólo que en ella se encontraban cosas que tenía cuando era niño, regalos de su abuelo, y algunas cosas que consideraba como basura.
- Sabía que estaba por aquí.- dijo en tono de triunfo, había encontrado una laptop que su abuelo le había regalado hacía un tiempo, estaba un poco vieja, pero serviría para su propósito.
La tomó con ambas manos y la examinó, hacía tanto tiempo que no la usaba, que no estaba seguro de cómo se prendía, pero era su única opción, no podía usar cualquiera de las otras computadoras de la mansión, seguramente todas eran monitoreadas por el equipo de seguridad, y no quería que su abuelo se enterara de lo que planeaba hacer. Su pequeño inconveniente le hizo recordar a Kenny y a su inseparable Dizzy, ellos seguramente sabrían como sacarlo de su apuro, tomó la computadora y la puso sobre una mesa, la observó por un rato y sonrió, por fin recordaba como funcionaba, 'gracias Kenny' se dijo a sí mismo y comenzó a llevar a cabo su plan; ingresó a la página de una aerolínea y compró un boleto, después abrió su correo y redactó unas cuantas palabras:
"Ray:
Necesitamos aclarar las cosas, ven por favor.
Kai"
Y junto a esas elocuentes palabras agregó los datos necesarios para que el chino reclamara el boleto de avión, acercó el puntero a la opción de 'enviar', pero aún no se sentía seguro, lo pensó unos instantes y se decidió, dio clic y lo siguiente que vio fue la pantalla de confirmación del envío de su mensaje. No había pasado ni un minuto, cuando ya se sentía arrepentido de lo que había hecho, y no por haber enviado el boleto, sino por las tan persuasivas palabras que había puesto en el mensaje, no eran precisamente motivadoras. Pensó en volver a escribir algo y enviárselo para aclararlo, pero conociéndose sabía que por más que se esforzara no le saldrían palabras mejores, así que le restó importancia y decidió ir a dormir, ahora lo único que tendría que esperar era, por parte de la aerolínea, la confirmación o cancelación del boleto para así saber la decisión que Ray había tomado.
Fin del Flashback
Tenían ya un rato de haber llegado a casa, Ray ya había acomodado el poco equipaje que traía en una de las habitaciones de huéspedes, ahora la rusa y el chino se encontraban charlando en la estancia, hablaban acerca de cosas de poca importancia y en ocasiones se respondían torpemente aunque ninguno de los dos lo notaba, estaban muy nerviosos como para en realidad prestar atención a las palabras del otro, a ambos les preocupaba en diferente forma la ausencia de Kai, ya era bastante tarde y el peliazul no aparecía por ningún lado. Natalia había propuesto que lo esperaran a cenar, aunque después se lo reprochó a sí misma, seguramente Ray y Kai tendrían muchas cosas de que hablar y ella sólo iba a incomodarlos.
- Ya se tardó ¿no? – dijo la castaña.
- ¿Quién? – Ray había perdido el hilo de la conversación.
- Pues Kai.
- Ahhh... sí –suspiró- ¿qué dijiste que iba a hacer?
- No lo sé, sólo dijo que tenía algo que hacer.
-...
Ray se quedó pensativo, no le agradaba la espera, pensó que debió haber contestado a su correo electrónico en vez de simplemente haber aceptado el pasaje de avión, aunque en su momento no lo había hecho porque no tenía idea de lo que Kai pretendía, su mensaje no había sido muy explícito... a veces le costaba trabajo comprenderlo...
Flashback
Caminaba sin rumbo por las calles, se había ido Max, y también era hora de que él se fuera, pero algo lo detenía, se preguntaba por qué quería quedarse, después de todo china era su hogar y los White Tiggers su familia, pero para qué engañarse, sabía perfectamente que si tenía deseos de quedarse era más que nada por Kai, convivir más con el le hizo darse cuenta de muchas cosas, era especial, algo le decía que necesitaba ser ayudado y el quería hacerlo. Pensaba en lo que habían hablado la noche anterior, él sentía que el peliazul iba a decirle algo más pero no estaba seguro... aunque entre todo, la idea que le había dado de ir con Dickenson no era tan mala.
Y así lo hizo, el chino fue a donde el Sr. Dickenson y le expuso sus deseos de permanecer en Japón, a los cuales el viejo hombre aceptó con agrado, el chico sabía que lo apoyaría, desde que lo había traído para formar a los Bladebreakers Dickenson le había ofrecido su protección y amistad. Ray se sentía feliz y muy emocionado por quedarse y lo primero que se le ocurrió fue darle la buena nueva a Kai.
- Hola, sabía que te encontraría aquí. - se preguntaba por que siempre Kai estaba meditabundo en ese lugar.
- ...
- Estuve pensando en lo que me dijiste anoche, y...hablé con el señor Dickenson y me ofreció quedarme en su casa, ¡voy a quedarme! –el chino se sentía muy emocionado.
- Me alegro por ti - dijo el ruso dibujando una leve sonrisa.
Con la sugerencia que le había dado Kai la noche anterior, Ray pensó que al enterarse que se quedaría le daría algo más que un 'me alegro por ti', aunque viniendo de él, eso junto con la sonrisa habían sido ya un gran logro.
El silencio se había vuelto algo perturbador para el chino, sabía que Kai no era una persona de muchas palabras, pero hoy se encontraba más callado que de costumbre. Ante la falta de conversación Ray tomó una moneda de su bolsillo y comenzó a jugar con ella, después de un rato miró de reojo a su acompañante, el ruso estaba absorto contemplando el paisaje, se preguntó qué era lo que miraba tan atentamente así que hizo lo mismo, lo miró por un tiempo pero no encontró nada fuera de lo común, era un simple atardecer como el de cualquier otro día, aunque si lo observaba detenidamente hacia un día muy hermoso, nunca se hubiera imaginado que a Kai le interesasen cosas como esas.
- Ahora comprendo por qué te gusta tanto venir aquí, la vista es maravillosa.- comentó esperando que Kai dijera algo.
-...
- Y tu, ¿qué piensas hacer, vas a volver a Rusia? –era algo que necesitaba preguntarle.
- No, mi abuelo me sugirió regresar, pero por ahora allá no hay nada para mí.
- Me alegra.
La repuesta del ruso significaba que también se quedaría, Ray se sentía muy feliz, quería sonreír, pero ese no era el lugar ni el momento para darle rienda suelta a sus emociones, hizo lo posible por reprimir la sonrisa, pero a juzgar por cómo Kai lo miraba seguramente no había tenido mucho éxito, pero qué podía hacer, estaba demasiado emocionado ahora tenía la seguridad de que iba a pasar mucho tiempo al lado del peliazul. Involuntariamente seguía jugando con la moneda que había sacado, no podía tranquilizarse la noticia había sido demasiado buena. En ese momento lo único malo era que Kai aún lo observaba de forma extraña, el chino se estaba preocupando, pensaba que tal vez el peliazul había comenzado a sospechar lo que sentía; su temperatura comenzó a elevarse y sus manos comenzaron a sudar provocando que el chino perdiera la moneda, se precipitó a tomarla, y aunque el chino era muy ágil Kai estaba más cerca de ella así que la tomó primero, Ray no pudo detener su camino y su mano quedó sobre la del peliazul, al sentir el contacto con su piel un calor inundó todo su cuerpo y cientos de pensamientos pasaron por su cabeza, miró un poco apenado al ruso y notó que aún lo veía con esa mirada quisquillosa.
- Toma...- dijo el peliazul deslizando su mano debajo de la de Ray.
- ...gracias...- dijo tomando la moneda.
- ¿Estas bien?- preguntó Kai mientras se ponía en pie.
- ... -se puso también en pie y lo miró un instante, sus ojos ahora reflejaban cierta preocupación que le daba un toque muy encantador al rostro del ruso.
- ¿Ray?
- Sí... -dijo acercándose lentamente hacia el rostro del dueño del fénix.
Cerró los ojos y se aventuró a probar los suaves labios del ruso, y contrario a lo que se imaginaba eran bastante cálidos, recordó la primera vez que lo había visto, de un simple vistazo pudo darse cuenta que Kai era diferente, algo misterioso lo envolvía, desde el primer momento sintió una enorme atracción hacia él que con el tiempo se volvió más y más fuerte. También pensó en las innumerables veces que sólo había podido soñar con el momento de unir sus labios con los de Kai, no podía creer que de verdad eso estuviera ocurriendo, pero el placer le duró muy poco, porque súbitamente sintió cómo Kai se separaba bruscamente de él.
- ¿Qu-qué...?- dijo retrocediendo unos pasos, en su cara era evidente una marcada expresión de confusión.
- Kai... yo...
No pudo decir más, ya que el peliazul se había alejado corriendo, se reprochó el haber sido tan descuidado.
- "No debí haber hecho eso" – pensaba mientras veía como Kai desaparecía a la distancia.
Puso sus dedos sobre sus labios, esos labios que acababan de sentir los del ruso, por un momento esa sensación volvió y el chino dibujó una sonrisa, pero al instante recordó también la reacción que Kai había tenido, pensó en seguirlo pero no estaba seguro de que eso fuera una buena idea, decidió que lo mejor era ordenar sus propios pensamientos, y después buscar a Kai para aclarar las cosas.
Paseó por un rato por las calles de la ciudad, ya sabía lo que debía hacer y debía comenzar buscando a Kai. Ya había anochecido por lo que supuso que lo encontraría en casa de Tyson, se dirigió hacia allá y al llegar se encontró con que sólo Tyson estaba ahí.
- Hola Tyson, ¿no has visto a Kai?
- No desde la mañana.
- Hmm... - el chino bajó la mirada.
- ¿Para qué lo quieres?
- Pa-para... nada importante.
Ni hablar, tendría que esperar un poco para hablar con Kai, aunque su ausencia le preocupaba, temía por lo que el ruso pudiera estar pensando, pero no podía hacer nada más que esperar a que regresara. Esperó unas horas pero nunca llegó, supuso que con todo lo acontecido el peliazul había ido a pasar la noche en su casa, como a veces lo hacía.
A la mañana siguiente Ray se levantó muy temprano, apenas había podido dormir no podía sacar de su mente lo que había pasado y le inquietaba que Kai no hubiera llegado el día anterior, la incertidumbre lo estaba matando así que se dirigió hacia la mansión Hiwatari, preguntó por Kai y la respuesta que obtuvo no fue nada alentadora.
- ¡¿Cómo que se fue anoche?! – el chino no daba crédito a lo que escuchaba.
- Así es joven, –respondió el mayordomo- el amo Kai partió ayer a Rusia.
- ¿Pero por qué? ¿No dio alguna explicación?
- No, simplemente se fue, el joven Kai suele hacer ese tipo de cosas, en mi opinión es un adolescente malcriado, va y viene cuando le place.
- ...fue por mi culpa. – dijo melancólico mientras se retiraba.
El chino se retiró cabizbajo y con el corazón destrozado, Kai se había ido, y él lo había ahuyentado, seguramente ahora no querría volver a verlo jamás. Comenzó a caminar sin importarle a donde lo llevaban sus piernas, sólo podía pensar en Kai y en que probablemente ahora lo único que el ruso podía sentir hacia él era desprecio por el atrevimiento que había tenido con él la tarde anterior. Ray se detuvo, había llegado de nuevo al mirador, el destino se empeñaba en recordarle su error, pensaba, ahora sí no tenía ningún motivo por el cual quedarse en ese lugar, lo único que le quedaba por hacer era volver a casa.
Fin del flashback
Jaja... creo que el cap quedó muy enredoso, bueno unas cuantas aclaraciones:
1 No sabía como hacer para que Kai contactara a Ray, en lo personal no creo que en su pueblo haya electricidad, pero... tampoco creo que haya correo :S y si lo había yo creo que ha de ser muy lento, así que supongamos que Ray tenia una laptop y la recargaba con energía solar o eólica o cualquier otra :P y la conectaba a internet con un celular (el cual también recargaba con energía...).
2 Los flashback's... ahhh esos flashback's, creo que he abusado de ellos jeje, pero bueno para evitar confusiones el primero y el tercero se refieren al día siguiente al que hablan Kai y Ray en casa de Tyson (sí, sí, el día de lo del estanque), se acuerdan que Ray estaba triste porque se iba a ir Max y todo eso. Y el segundo se refiere al día en que a Kai lo castigan en la biblioteca y que Natalia lo espera y luego empieza a nevar y ella se queda a cenar en la mansión Hiwatari.
Les quiero agradecer por los reviews!!! cuando no sabía como seguir la historia me ponía a leerlos y me ayudaban a continuar :D y también quiero agradecer a quienes simplemente leen el fic (jaja lo digo por experiencia, yo también leo historias y casi nunca dejo reviews) es bueno saber que se toman su tiempo para hacerlo.
Galy: See pobre Natalia :P, no te preocupes, creo que si lo acabo (jaja lento pero seguro), todavía no sé como seguirlo, pero ya se me ocurrirá algo, upss y de eso de la acción, creo que no hubo mucha de hecho se me hizo que el capítulo quedó bien raro.
Reiko: Gracias por lo que dices :) es bueno saber que te gusta, y upss también siento no haber podido actualizar rápido.
Oriko Asakura- Tao Li H.U.S.H.: Pues ya aquí tá cómo le hizo Kai para que el neko viniera, aunque estuvo medio fantasioso todo eso de la compu no?, ahhh y lo que iba a poner que ya no puse por lo que me dijo la Yuka (mi amiga) era la conversación que tendrán el Kai y el neko cuando se reencuentren, ni modo, ya será para el otro cap.
hikaru-chan15: Thanks, por lo que dices en el review y por lo que me dijiste en el mail, y si me volvió la inspiración, aunque no sé cuánto más me dure, así que me voy a poner a trabajar antes de que se me vuelva a escapar.
shizu-sama: Gracias!! ahh no te preocupes no va a interferir, o bueno, al menos no para mal.