SOLEDAD

CAPÍTULO 1

****SEVERUS****

Estoy rodeado de multitud pero me siento solo.

Perdido.

Las voces a mi alrededor son ruidos sin sentido, no oigo ni siento ya que no soy nadie entre todo lo que me rodea.

Mi aura es la soledad, estoy pero no estoy a la vez.

Siempre ocurre lo mismo, me ignoran tanto sea por no tener nada que decirme como por temor a mis comentarios fríos e hirientes.

No los puedo evitar, yo soy así.

Contemplo el Gran Comedor que esta a rebosar de estudiantes y no me veo reflejado en ellos, ni siquiera en los nuevos. Todos ríen y charlan, todos están con alguien a su lado que lo escuchan, todos....¡un momento! Allí, allí me veo reflejado.

¿Qué ven mis ojos?

Observo a esa figura solitaria que no levanta el rostro de la mesa, callada sin ser vista por los demás. Antes era el centro de atención pero ahora...

Sus ojos verdes esmeralda ya no brillan, su piel antaño morena luce como la más fina porcelana ya que no tiene color, como la mía, y, su alborotado cabello, ahora descansa en su espalda en una corta coleta, su flequillo continúa tapando esa cicatriz que lo hizo famoso con tan solo un año de vida.

Esta triste, lo veo, pero lo peor es su soledad.

¿Cómo ha llegado a ese punto?

Barro su mesa, la de Gryffindor, y veo a todos charlando de sus cosas y a sus dos compañeros que fueron su uña y carne tomados de la mano con amor.

¡Ah! Es eso, todos ya tienes a alguien en quien depositar su amor pero él...ya no tiene a nadie. Hace casi dos años de la muerte de su padrino, uno de la del licántropo y meses de la del Lord. Por eso fue clamado como "El Héroe" pero como le dije en una ocasión, la fama no lo es todo.

La gente lo quiso, cierto es, pero ahora, al ser libres, ya no se acuerdan de él.

Veo como se levanta y, cubierto por su túnica oscura, se va del lugar sin hacer ruido, como un alma en pena.

Sin controlar muy bien mis pasos me encuentro siguiéndolo hasta la orilla del lago, lugar donde se sienta y mira el cielo estrellado. El mismo lugar donde acudo yo en mis noches de insomnio.

-¿No debería estar dentro señor Potter?

Se sobresalta al oírme a su espalda, me mira peor no se mueve.

-Estoy mejor aquí profesor Snape, al menos no me siento como un desconocido entre tanta gente- dice con una voz cansada y si vida, sin duda la que no concuerda con un joven de su edad.

-¿Se siente un desconocido Potter?, pero si es la fama personificada.

Yo y mi estúpido sarcasmo.

Veo sus ojos oscurecerse más, soy un maldito cabrón, lo admito.

-La fama no lo es todo profesor, como bien me dijo en una ocasión, ya nadie me recuerda, todos tienen a alguien en quien volcarse así que... ¿qué importa ya mi fama?

Me mira fijamente y me hundo en sus hermosos ojos, ¿dónde esta la vitalidad de que gozaba, su seguridad y esa chispa de alegría?

Ya no hay nada, bueno en realidad si, veo...dolor, cansancio, temor, soledad.

¡¡Me veo a mi mismo!!

Es mi reflejo, como una gota de agua de mi interior. No, no es el chiquillo engreído de hace unos años, es un ser necesitado de todo, como yo.

-Importa mucho aún sin que usted lo vea, todo un mundo le debe la vida.

-Ya no se acuerdan de eso- coge un puñado de hierba entre sus dedos fuertes por la lucha pero a la vez débiles como las de un niño.

-Muchos lo hacen, se lo aseguro.

-¿Quién?, dígame una sola persona si la hay- dice mientras se levanta arrojando la hierba de su mano quedando a un palmo de mí.

-Yo- susurro sin poder encerrar las palabras en mi boca.

Sus ojos se elevan hasta los míos y los entrecierra, calculando lo oído. Yo solo lo observo. La verdad es que, a pesar de sus diecisiete años, su altura aún no es mucha, me llega al pecho, un poco más pero no sobrepasa.

-Vuelva al castillo Potter, mañana empiezan las clases- le digo para que se vaya, no aguanto su cuerpo tan cerca, no porque lo deteste sino al contrario. Cada vez que esta así un impulso de abrazarlo, darle protección y borrar todo dolor con mis labios me apodera y eso no lo quiero ¡NO CON UN POTTER!

-Si señor- dice al final, baja su rostro al suelo, como siempre, ocultando su cara y sus ojos al mundo real- buenas noches señor.

Y envuelto en la capa se dirige al castillo como una sombra...aunque ahora que me fijo, siempre anda en la penumbra, ¿así de oscuro debe estar su corazón?, ¿tanto cómo el mío?

Como desearía ser el portador de su luz, esa que tanto necesita, ser su bote salvavidas, su faro en la confusión y su estrella en la noche.

"¿Pero qué piensas Severus?"me regaño "eso nunca debe ocurrir, ¿me oyes? NUNCA, sácatelo de la cabeza lo más rápido posible"

****HARRY****

El nuevo curso empieza y vuelvo a sentirme como un ser invisible en ojos de todos. Nadie me ve, no hablo porque no me oyen.

Ando al lado de los que fueron mis mejores amigos que casi no me han dicho nada hasta llegar a la mesa de Gryffindor.

Veo como los nuevos alumnos son seleccionados y escucho al director decir su habitual charla.

Mi vista esta fija en la mesa, apenas como nada y, cansado de estar rodeado de charlas sin sentido, me voy al lago donde puedo estar tranquilo para pensar.

Me siento en el pasto y mis ojos se dirigen solos a las estrellas. Esta noche se ven hermosas y el silencio es muy agradable.

-¿No debería estar dentro señor Potter?

Me sobresalto al oír a alguien detrás y giro el rostro sin moverme. Es Snape. Siempre es él.

Tenemos una pequeña charla donde, no se aún porque, le he confesado lo solo que estoy. Lo miro adentrándome en esos ojos negros como la noche y veo muchas sensaciones, pero ninguna de bienestar, hay dolor, cansancio, temor, soledad.

¿Acaso veo mis ojos es un espejo?

Entonces dice que hay gente que se acuerda de mí, me levanto y le pido un solo nombre, solo eso porque dudo que lo haya.

-Yo- susurra.

Lo observo entrecerrando los ojos evaluando sus palabras.

Al final me manda de vuelta al castillo aunque me he dado cuenta de una cosa casi imperceptible en el fondo de sus ojos: deseo.

Pero no le doy más vueltas al asunto y me voy por las sombras.

Ya en el dormitorio me acuesto y me duermo esperando el nuevo día.

A la mañana me visto y de nuevo solo voy a desayunar aunque mi apetito es casi nulo.

Hermione, como prefecta, reparte los horarios con los nuevos cursos y, con pena, observo como el nombre de Remus ya no esta bajo Defensa, desde el año pasado Snape la imparte al igual que Pociones. Al final a conseguido las dos asignaturas que más deseaba.

-Ey Harry, ¿vamos a Encantamientos?- me pregunta Neville a mi lado.

Ron y Herm ya se han ido así que voy hacía allí y el pequeño Flitwich nos enseña un par de encantamientos de levitación de gran potencia.

Después hay Cuidados y merienda pero no asisto. Un par de clases más hasta la última. Pociones.

Entro en la mazmorra y me dirijo a la única mesa donde estaré tranquilo. La primera. Todos se sientan lo más atrás posible así que estaré solo.

El jefe de los serpientes aparece con su capa revoloteando en su espalda y se sitúa enfrente de todos.

-Os veo aquí con vuestros diecisiete años, con la madurez que debéis tener y me pregunto...¿son capaces de hacer una poción con algunos grados de dificultad?-nos mira- y me respondo, no, no son capaces- sus oscuros ojos se vuelven más fríos si es eso posible- espero equivocarme o de lo contrario os acordaréis de mí hasta en vuestra tumba.

Su tono de voz ha hecho temblar a más de uno, yo solo escucho recordando la conversación de ayer.

-Aquí tenéis una poción- con un movimiento de varita los ingredientes y pautas aparecen en la pizarra- es la más fiable y rápida que hay para dormir al contrario, unas gotas incluso en la piel y dejamos sin sentido a una persona en dos segundos durante una hora por lo mínimo, todo depende de la cantidad y perfección. Necesita precisión y exactitud, empezad.

Pongo el caldero al fuego con agua y voy a buscar los ingredientes.

Con destreza corto debidamente todo lo necesario pero algo me hace levantar la vista. Justo delante, en su mesa, esta el hombre observándome. No le presto atención y sigo con lo mío pero esos ojos invitan a ser mirados por segunda vez y así lo hago.

Sigue mirándome, hundiendo sus ojos en los míos.

La verdad es que si los miras detenidamente te das cuenta que son verdaderamente hermosos, fríos pero hermosos. Me baño en ellos como anoche y todo ruido desaparece de mi alrededor. No se porque ocurre pero lo hace.

Solo él y yo, sus ojos y los míos.

Sin ser conciente de ello mi máscara de encarcelamiento de todo sentimiento desaparece.

****SEVERUS****

Observo cada movimiento del chico Potter, sus manos son tan delicadas y precisas...

Levanta la vista y me ve mirándolo, la aparta en unos segundos para volver a fijarlos por segunda vez.

Su verde es precioso, incluso más que el de su madre y, como si todo a su alrededor desapareciera, de improviso veo decenas de sentimientos.

Me estremezco pero sigo buscando la razón exacta de falta de brillo y lo encuentro. A veces me siento realmente orgulloso de mis dotes de interpretación ya que se exactamente lo que esconde la otra persona solo con mirar sus ojos.

"¿Por qué ha desaparecido toda barrera de tu alrededor?" me pregunto al darme cuenta que es la primera vez que lo veo tan indefenso "te sientes solo, lo sé, lo he notado...necesitas compañía, alguien que este a tu lado y te escuche, te sonría en tus noches de pesadillas y te abrace cuando más lo necesites...¡ay pequeño pupilo! ¿qué me haces para que sienta el deseo de ser yo el que te proporcione todo lo que necesitas?"

Pero de improviso una pequeña explosión nos devuelve al mundo real, miramos en el final del aula y una mueca de desprecio aparece en mi cara al ver quien es el culpable del estropicio.

-¡¡LONGBOTTOM!!- grito al levantarme de mi asiento y, con furia, me dirijo al chico que no sabe donde meterse- ¿por qué no hace explotar su cabeza?, nos haría un bien a todos...veinte puntos menos para su casa y recoja ahora mismo su desastre.

Los de mi casa sonríen, los leones solo callan, saben lo que les conviene, giro sobre mis talones y observo a la clase.

-¿Qué miran?, CONTINUAD.

Y a mí orden todos continúan con su poción, vuelvo a mi asiento y, tras unos minutos comprobando que todos, menos el "chico desastre", hacen la poción, mis ojos vuelven al ojiverde pero ya no me mira, sigue cortando y echando al caldero los ingredientes.

Al final de la clase me levanto y, con una sonrisa cínica, me dirijo a los alumnos.

-Bien ¿algún voluntario para probar su poción?

A una se miran entre ellos y luego hacen como si buscaran algo en sus mochilas o bolsillos.

-Yo profesor.

Es casi un susurro pero lo oigo. Es él.

-Muy bien Potter, veamos que tal su trabajo, acérquese con su poción.

Con una probeta con el líquido se acerca a mi mesa donde, con un cuentagotas, absorBo un poco de éste.

-Extienda su mano.

Y así lo hace.

Cojo su blanca mano tan pequeña en comparación a la mía y me doy cuenta de lo suave que es. Lo miro y, sin pensarlo más, le deposito una sola gota en la palma. En segundos cierra los ojos y, a tiempo, lo atrapo antes de que se dé de lleno contra el suelo. Lo abrazo contra mi pecho.

-Parece ser que si a funcionado- les informo a los presentes- diez puntos para los leones.

En ese momento toca el timbre y todo se van al Comedor a cenar. Weasley y Granger se acercan.

-¿Se queda usted con Harry señor?- pregunta el chico.

Me sorprende eso, creí que venían para llevárselo.

-Si, quiero comprobar que todo vaya bien, pueden retirarse.

Inclinan el rostro y de la mano se marchan dejándome solo con el chico que sigue en mis brazos. Con cautela paso un brazo por sus piernas y lo elevo para trasladarlo a una sala contigua donde es depositado en un sofá que tengo. Ya allí lo observo y de nuevo me pierdo en su rostro.

En verdad ha perdido el tono moreno de su piel pero así, pálido, con el cabello cayendo en mechones en su rostro lo hacen ver atractivo, ¿cómo debe estar con la coleta suelta?, me gustaría verlo.

Mis pupilas siguen por su cuello hasta sus pies.

Se ve delicado y frágil, lo he notado al llevarlo en brazos, una delicia liviana.

¿Debe ser cómo el tacto de la más fina porcelana?

Lo compruebo.

Con el torso de la mano derecha sigo las líneas de su rostro. Un envidiable tacto.

"¿Qué haces Severus?"vuelvo a reprimirme "estas tocando a un alumno, al hijo de James, maldita sea, aléjate de los vapores de las pociones, empiezan a afectarte el cerebro"

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