Los personajes utilizados aquí no son de mi propiedad, así que antes de meterme a la cárcel piensen eso, además, Yo no gano nada por medio de esto, simplemente criticas.
Gracias. Ahora si, lean, por favor!

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Capitulo 13: Un ultimo intento.

Shakka discutía con el personal que le había acompañado a la Mansión Kido. Él no necesitaba de sus enfermeras, ya había tenido suficiente de eso.

"Pero, entienda por favor, usted necesita por lo menos que se quede una persona a cuidarle…"

"Yo creo que no." Replicó Shakka, quien para entonces ya se había bajado de la camilla, y caminaba hacia dentro de la mansión.

Las personas de la ambulancia no tuvieron más opción que darse por vencidos, y regresar al hospital por donde vinieron. En cuanto cruzó la puerta de entrada, se encontró con Kanon y Aiolia bajando las escaleras, mientras este ultimo reía abiertamente. Al percatarse de su presencia quedaron en silencio. Parecían sorprendidos de verlo ahí.

"Shakka…" dijo Aiolia bajando aprisa, algo preocupado al ver a su compañero tan desaliñado y vistiendo una bata de hospital. "¿Te ocurrió algo?"

La pregunta le molestó un poco al santo de Virgo en un principio. Así que ni siquiera se habían enterado de su accidente… Había estado al borde de la muerte, y sus queridos compañeros estaban pasando el día cómodamente en la mansión. …Bueno, no podía ser tan duro con ellos, quizás no estuvieron presentes durante el accidente, y nadie tuvo la atención de avisarles.

"Me ocurrió todo." Dijo Shakka, recordando tantas cosas que acontecieron ese ajetreado día. "Necesito recostarme un rato… iré a mi habitación…" fue hacia las escaleras.

"No creo que eso sea buena idea…" dijo Kanon, interponiéndose entre Shakka y las escaleras. Y en verdad no era buena idea. Arriba se encontraban su hermano mayor y Mu posiblemente haciendo algo que probablemente a Shakka no le gustaría escuchar, y mucho menos ver.

"¿Por qué no es una buena idea?" inquirió Shakka, desconfiado.

"Porque…" intervino Aiolia, al ver que Kanon no sabía que responder. "Te ves algo…" dudó un momento, buscando la palabra correcta. "…cansado. Déjame ayudarte a subir." Pasó uno de los brazos de Shakka obre su hombro. "Tu, Kanon, ve allá arriba, y cierra la puerta… quiero decir, ve y abre la puerta de la habitación de Shakka."

"Ah, sí, claro…" corrió escaleras arriba, y subió un poco su tono de voz al detenerse en la habitación de Aiolia. "¡Y que bueno que ya llegaste, Shakka!"

Todo el asunto le pareció bastante sospechoso al caballero de Virgo, pero en ese momento no tenía cabeza como para ponerse a descifrar las acciones de sus compañeros. Lo único que deseaba por ahora era lanzarse a su cama y no hacer absolutamente nada.
Pasó frente a la puerta de la habitación de Aiolia, ya para entonces cerrada por Kanon, sin notar nada raro. Aparentemente, habían logrado alertar a tiempo a la pareja ahí dentro.

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"¡Dieron de alta a Shakka!" exclamó Afrodita, feliz. "¿Entonces eso quiere decir que ya está bien?"

"Afrodita…" Saori giró la vista hacia el caballero de Piscis, con una mirada asesina. Todo lo que había ocurrido en el día ya la había irritado lo suficiente como para dejarle paciencia con los comentarios de Afrodita. "Se lo llevaron en una camilla ¿eso te parece 'estar bien'?" el hombre no respondió nada. Saori se dio la vuelta, con dirección a la salida, murmurando. "Caballeros más inteligentes que estos no se pueden…"

Las palabras de la mujer llegaron claramente a los oídos del santo de Piscis, quien estuvo a punto de ir tras de ella, sin embargo, Death Mask le detuvo, tomándole por el hombro.

"No le hagas caso, ya la conoces…" se inclinó para hablarle al oído. "Además, siempre puedes plantar unas cuantas de tus rosas en su jardín antes de irnos…" una sonrisa apareció en los labios de Afrodita.

"Esa sí que es una buena idea."

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"Esa estuvo cerca…" dijo Kanon, dejándose caer uno de los sillones de la sala, a donde había regresado después de que Shakka entró a su habitación. "Es la primera y ultima vez que le encubro a Saga sus imprudencias. La próxima ocasión dejaré que Shakka lo encuentre y le mande al infierno que le de la gana."

"Vamos, ambos sabemos que no dejarías que eso ocurriera." Dijo Aiolia, tomando asiento a su lado.

"¿De que hablas?" preguntó Kanon, desconfiado.

"A pesar de que Saga y tu siempre están discutiendo, se preocupan por lo que pueda ocurrirle el uno al otro."

"¡Vaya!" replicó Kanon. "¿Y desde cuando sabes lo que pienso o la manera en que actúo?"

"No lo sé." Dijo Aiolia, cruzándose de brazos. "Quizás eres demasiado predecible…"

"¿Predecible?" se acercó peligrosamente hacia el cuerpo del santo de Leo, o más específicamente, a su rostro. "Voy a mostrarte que tan predecible puedo ser…"

La puerta de la Mansión Kido se abrió de un golpe. En cuestión de segundos, Ikki ya estaba subiendo las escaleras a enormes pasos. Aiolia aprovechó para escaparse de Kanon, y fue tras del Fénix.

"Ikki ¿qué ocurre?" preguntó el caballero de Leo, dándole alcance.

"Shakka." Dijo el Fénix, mirando fijamente al hombre frente a él. "¿Dónde ésta Shakka?"

"Llegó hace un rato." Respondió Aiolia. Por el semblante de Ikki, no era el momento indicado para hacerle preguntas o tratar de contradecirle. "Dijo que necesitaba descansar y se retiró a su habitación."

No hubo respuesta a eso por parte de Ikki. Terminó se subir las escaleras, para después perderse de vista por el pasillo.

"¿Qué le pasa?" exclamó Aliolia, confundido.

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Ya era tiempo de ponerle fin a toda ese enredo de confusiones y malentendidos. Para entonces ya incluso el no decir sus sentimientos a Shakka eran motivo para enfadarlo. Por suficientes cosas había pasado hasta el momento. Había llegado la hora de hablar con la verdad.
Llegó a la puerta. Hizo un intento con la cerradura y, afortunadamente, estaba abierta, ya que de no ser así, la hubiese derribado a golpes.

"¡Shakka!" sus ojos dieron con el cuerpo del santo de Virgo, recostado sobre la cama.

¡Grandioso, estaba dormido! ¡¿Es qué la suerte podía ensañarse más con él?! Pues él no iba a desistir. Se le acercó, con la intención de obligar a Shakka a despertar, por el medio que fuera necesario.

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"Parece que todos están encontrando pareja…" dijo Kanon, avanzando hacia el santo de Leo. "¿Qué dices? ¿Nos unimos al grupo?"

"Eh, yo…"

"¡Estamos aquí!" la puerta de la entrada se abrió de nuevo, pero ahora para dar paso a sus demás compañeros, con Afrodita al frente.

"¿Ya trajeron a Shakka?" preguntó Saori con seriedad, mientras se abría paso entre los caballeros.

"Señorita Saori…" Aiolia dio un paso adelante. "Sí, ahora está en su habitación… ah, es cierto, Ikki también llegó hace un momento, y fue a buscar a Shakka."

"¿Es qué nadie entiende que necesita des-can-sar?" se quejó la mujer, mientras iba hacia las escaleras. A mitad del camino, su celular comenzó a sonar. Antes de que se escuchara el tercer repique, el aparato ya estaba cayendo escaleras abajo por acción de Saori.

"¿Y ahora que le pasa?" preguntó Aiolia en voz baja.

"Larga historia…" respondió Death Mask, sin ánimos de contarle todo lo que había ocurrido.

Durante la distracción que dio el comportamiento de Saori, Kanon aprovechó para escabullirse de la estancia. Aún seguía sin ánimos de ver a los demás, especialmente a Milo.

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"Shakka…" el Fénix se le acercó. Se dio un momento para observarlo. La belleza del santo de Virgo se mostraba de una manera serena mientras descansaba. Incluso se sintió tentado a dejarlo dormir, y volver después. Pero no podía. Siempre había extraños contratiempos arruinando las oportunidades de hablar con claridad a Shakka.

"¿Qué crees que estás haciendo?" se escuchó la molesta voz de Saori Kido. El Fénix giró hacia ella.

"Necesito hablar con él, Saori…" comenzó a decir. "Debo decirle que…"

"Lo que quieras decirle seguramente puede esperar, Ikki." Interrumpió la mujer, señalando la puerta.

"No, Saori. No puede esperar." Replicó Ikki. "Llevo más de lo que imaginas tratando de confesarle a Shakka que lo amo, tu no puedes simplemente pedirme…"

"No te lo estoy pidiendo, Ikki." Interrumpió de nuevo, con un tono irritado. "Te estoy ordenando que salgas de aquí en este instante."

"¡Pero, Saori…!"

"No me contradigas, Ikki…" dijo Saori, en un tono de advertencia que más parecía de amenaza. "Además, no creo que ahora sea el momento indicado para estar jugando al caballero enamorado." Dio un suspiro, sacando a relucir de nuevo aquella voz melosa que la caracterizaba. "Vamos, Ikki… acompáñame a la sala… después, cuando Shakka se encuentre mejor, podrás hablar tranquilamente con él."

No pudo objetar contra Saori. Una anotación más a favor de su enemigo: el destino. Ambos dejaron la habitación, cerrando la puerta lo más silenciosamente posible.

"Ikki…" Los ojos del santo de Virgo se abrieron lentamente.

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Los días transcurrieron. Shakka se había negado rotundamente a ver a nadie durante su convalecencia, así que Ikki tuvo que continuar esperando.
Saori una vez más se ausentó de la Mansión, absorta como siempre en sus amadas empresas. Kanon vio la ocasión perfecta una fiesta, pero no podía hacerlo solo… y además, si las cosas salían como la ultima vez, no quería ser el único responsable… así que fue con su adorado hermano Saga.

"¿Saga, puedo pasar?" dijo, entrando descaradamente a la habitación. Últimamente esa era una de sus diversiones preferidas, ya que casi en todas las ocasiones interrumpía algún encuentro entre su hermano mayor y el caballero de Aries, y esta vez no fue la excepción. Saga había logrado acorralar a su amado Mu en una de las esquinas del cuarto, y gracias a la intromisión de Kanon, el santo de Aries había abandonado el lugar, totalmente apenado.

"¿Qué?" gruñó Saga a su hermano, molesto por la interrupción.

"Estoy pensando en hacer una fiesta esta noche, y quiero que tu me ayudes." Dijo, como si fuera lo más natural del mundo.

"¿Y qué rayos te hace pensar que yo voy a ayudarte?" preguntó Saga, cruzándose de brazos.

"El hecho de que será divertido, y que, como buen hermano mayor que eres, no te vas a negar a ayudarme…" Saga levantó una ceja, incrédulo. Al ver esto, Kanon se acercó a su hermano, para utilizar su ultima carta, que por cierto era muy arriesgada. "Además, he escuchado que tu querido Mu se transforma completamente con unos cuantos tragos…" el semblante de Saga cambió. Al parecer, se había interesado en la idea de su hermano menor.

"Dudo que Mu tome alcohol por voluntad propia…" dijo Saga, como cuando uno regatea un precio con un vendedor.

"Hey ¿con quien que estas tratando?" dijo Kanon, sonriendo. "Tu solo ayúdame a organizar esto, que yo me encargo de darle a Mu los tragos correctos."

"Vaya, finalmente estamos de acuerdo en algo…" dijo Saga, correspondiendo la sonrisa de su hermano menor.

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Para la tarde de aquel día, entre Kanon, Saga, y un poco de ayuda de Dohko, todo estaba dispuesto para llevar a cabo una fiesta memorable en la Mansión Kido. Rápidamente se esparció la noticia de la fiesta, llegando a oídos de todos los caballero de oro, y al Fénix, quien estaba hospedado también ahí. Ninguno de ellos pensaba perderse el evento, especialmente algunos caballeros que encontraban bastante conveniente la ocasión para asuntos personales.
Llegada la hora, dio inicio la fiesta. Música, bebidas, luces, comida… todo, ordenado y cargado a la tarjeta de Saori Kido.

"Vamos, ella es rica…" decía Dohko, mientras conversaba con Aiolia. "¡Seguramente ni siquiera nota que lo cargamos a su cuenta!"

"¡Dohko, excelente fiesta!" exclamó Shura, quien hacía un rato que había empezado a tomar. "Parece que cuando Saga y Kanon trabajan juntos hacen maravillas."

"Y hablando de Kanon…" la voz de Dohko sonaba divertida. "¿Qué se traen ustedes dos, Aiolia?"

"¿Qué?" exclamó Shura, hablando demasiado alto. "¿Tu y Kanon son pareja? ¡Vaya, y yo ni enterado!"

"Eso no es verdad, Shura…" dijo Aiolia, con tranquilidad. "Kanon y yo solo somos amigos…"

"Kanon y 'solo amigos' son palabras que no van juntas, Aiolia." Dijo Dohko, acabando de un trago con su bebida. "Y déjame decirte esto… dejar pasar a una persona con las habilidades de Kanon sería algo de lo que te arrepentirías el resto de tu vida…"

"¿Tu crees?" su mirada se fijó en Kanon. La verdad es que ya se había acostumbrado al juego del gato y el ratón con él, y debía aceptar que le gustaba mucho.

A lo lejos, Kanon se percató de la insistente mirada del santo de Leo, y vio una excelente oportunidad para divertirse. Quizás el alcohol le diera un poco de decisión a Aiolia.

"Disculpa, Kanon…" dijo Mu, acercándose a él. "¿Tienes más de ese jugo que me diste hace un rato?"

"Debo ir a arreglar unos cuantos asuntos con Aiolia, pero…" puso frente a Mu una botella ya previamente alterada de aquel delicioso 'jugo de naranja'. "¡Sírvete el que quieras!"

Mientras se dirigía hacia el santo de Leo, Kanon fue interceptado por Milo, quien venía acompañado de Camus.

"Hey, Kanon, yo quería decirte…" comenzó Milo, algo incómodo.

"¿Sí?" inquirió Kanon, apresurando al Escorpión a continuar. Se estaba perdiendo la oportunidad perfecta con Aiolia.

"Bueno, que más da…" dijo Milo, resignado. "¿Me disculpas por todo lo que te dije el otro día?" Kanon se sorprendió de las palabras del Escorpión. Probablemente Camus era quien lo había obligado a ir a hablar con él, pero de todas maneras, las palabras sonaban sinceras.

"Seguro, por mi todo queda olvidado." Dijo, sonriendo.

En otro extremo del lugar se encontraba Ikki, quien esperaba ver a Shakka solo, y acercarse entonces. Y esa oportunidad llegó cuando el caballero de Tauro, con quien Shakka llevaba un largo rato conversando, finalmente se alejó.
Comenzó a caminar hacia él, cuando casi es arrollado por Afrodita, quien perseguía a Death Mask por todos lados, tratando de obligarlo a bailar con él. Trató de ubicar de nuevo a Shakka… giró la vista a los lados, hasta encontrarlo avanzando en dirección a la salida. Lo siguió hasta que terminaron en el jardín de la mansión. Vaya coincidencia… justo ahí había comenzado todo…

"¿Qué es lo que quieres, Fénix?" dijo Shakka, sin darse la vuelta para mirarle.

"Shakka…" puso su mano sobre el hombro del santo de Virgo. "¿Podemos hablar?"

"Estamos hablando."

"Bien…" ¿por dónde empezaba? "Yo… yo te amo, Shakka…"

"¿Me amas?" preguntó Shakka, como si fuera algo sumamente improbable.

"Sí, desde hace ya mucho tiempo…" su corazón latía con demasiada fuerza. Al fin lo había confesado.

"Bueno, pues entonces no creo entender tu concepto de amor…" su voz se mantenía fría, y aun continuaba dando la espalda al Fénix.

"¿De qué estas hablando?" preguntó Ikki, confuso.

"¿Besas a otra persona que no es a quien amas?" finalmente dio frente al Fénix. "¿Alardeas sobre sus noches de pasión con otra persona, así como le dijiste a Saga? ¿O dices que esa persona estaría bien solo para pasar un buen rato? Creo que amor es una definición que no concuerda mucho con tus acciones."

"¡Todas esas cosas fueron malentendidos!" exclamó Ikki, tratando de arreglar las cosas. "Yo quería explicártelo, pero te negabas a verme…"

"¿Y crees que después de todo eso querría verte?" espetó Shakka.

"No, y lo entiendo… pero al menos me hubieses escuchado, dado una oportunidad para aclarar…"

"¿Así que ahora todo esto es mi culpa por no haberte escuchado?" la voz de Shakka mostraba cada vez más molestia.

"¡Pues sí!" gritó Ikki, también comenzando a desesperarse. "Hasta cierto punto, sí. Así que ahora por favor no digas nada esta vez, y escúchame."

"¿Y si no quiero escucharte?" al parecer, aquella actitud arrogante que el caballero de Virgo tenía al conocer al Fénix en el pasado estaba resurgiendo.

"Entonces tendré que obligarte a hacerlo."

"¿Ah, si?" emprendió camino de regreso a la Mansión Kido. "Me gustaría ver que lo intentes…"

La paciencia de Ikki comenzaba a agotarse, pero por otra parte, le gustaba aquella actitud altiva del santo de Virgo. Eso era lo que había llamado su atención hacia él en un principio… Pero no era momento para pensar en esas cosas ¡Shakka se le estaba escapando!

"¡Vas a escucharme!" ordenó Ikki, tomándolo por el brazo, y atrayéndolo contra sí.

"¡Suéltame!" replicó, intentando desprenderse. "¡Déjame ir!"

Pero Ikki no lo liberó, sino que al contrario, lo estrechó contra su pecho con más fuerza. La cercanía paralizó los intentos del santo Virgo por escapar. Sus ojos se hundieron en los del Fénix, semejando cuando el océano y el cielo se reflejan en el infinito. Los labios de Ikki se acercaron para degustar los de Shakka, pero éste se movió a manera de evitar el beso.

"No estoy seguro de esto…" murmuró, con un tono tan débil como un suspiro. Su voz volvía a ser calmada, pero igualmente demostraba nerviosismo. "Todo ocurre por una razón… quizás tu y yo no estemos destinados a estar juntos…"

"El destino no es algo que pueda imponérsenos, Shakka." Dijo Ikki, hablando tranquilamente. "Si tu me amas, no habrá poder existente que me separe de tu lado." Pasaron unos cuantos minutos antes de que el caballero de Virgo hablara de nuevo.

"Le dijiste a Saga que yo solo te inspiraba indiferencia, Ikki…" sus miradas se cruzaron de nuevo. Una extraña mezcla de tristeza y confusión se expresaba en su cara. "¿Por qué?"

"Porque soy un idiota…" respondió el Fénix, suspirando. "Pensé que, si hacía creer a Saga que no me interesabas, él dejaría de pretenderte… ¡Ya no encontraba opciones para alejar a Saga de tu lado!"

"Yo confié en Saga, y sin embargo, él solo jugó con mis sentimientos, mientras a quien amaba realmente era otra persona… ¿cómo sé si tu no piensas hacer lo mismo? ¿qué no vas a lastimarme de nuevo?"

"No tengo manera de probártelo en este momento pero, si me das una oportunidad…" tomó las manos de Shakka entre las suyas. "Por favor, déjame demostrarte que te amo."

Shakka se mostraba incierto, como pudo notar el Fénix. Probablemente dudaba en si debía aceptar o no… bueno, él iba a convencerlo.
Sin recato alguno, tomó los labios del hombre delante suyo. Shakka intentó replicar, o quizá decir algo, pero lo único que consiguió con esto fue darle oportunidad a Ikki para profundizar el beso.
El santo de Virgo sintió como un calor intenso comenzaba a abrasarlo. Era como si por sus venas, en vez de sangre, tuviese fuego. Pasó una de sus manos detrás del cuello del Fénix, comenzando a corresponder el beso.

"Te amo…" Dijo Shakka, entre besos. "Te amo, Ikki…"

"¿Entonces… aceptas darnos una oportunidad?" preguntó en un tono suplicante. La mano del caballero de Virgo se cerró con fuerza sobre la de Ikki. "¿De verdad aceptas?"

El cuerpo de Shakka se acercó al de Ikki, escondiendo su cabeza en su hombro.

"S" dijo, moviendo ligeramente su cabeza.

"¡Gracias! ¡Gracias!" gritó, tomando a Shakka por la cintura, y dándole vueltas en el aire. Después de un momento, lo bajó, y se separó de él. "¡Ja! ¿Quién ganó esta vez, destino? ¿Quién?" exclamó, señalando hacia el cielo.

"¿Aún estoy a tiempo de cambiar de opinión?" bromeó Shakka, cruzándose de brazos. La atención del Fénix se fijó entonces en el rubio, mientras se acercaba a él.

"Quisiera ver que lo intentes." Dijo, mientras una vez más lo besaba en aquella silenciosa noche bajo las estrellas, y cerca de unos rosales recién plantados en el jardín.

FIN.

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NOTAS:

Este… bueno, pues aquí se termina todo. La verdad creo que quedó algo insípido (y con muchas cosas en el aire) el final, pero ya nada pude hacer por él. Ah, claro, sorry por todo el retrazo de esto… soy una holgazana, no puedo evitarlo xD

En el fondo, me alegra ya darle final a esto, ya que nunca antes había en verdad concluido ningún otro fic…

Quisiera agradecer a todos los que me apoyaron durante todo este tiempo con sus mail y/o reviews, o con el simple hecho de leerlo. Ustedes son la razón por la que escribí el fic principalmente.

Bueno, no se desharán de mi tan fácilmente. Por ahí ya verán mi nombre en otros fics, que espero lean, si es que tienen el tiempo y la paciencia para hacerlo.

Vaya, llegado el momento, no quisiera despedirme, pero como no hay de otra…

¡Muchas gracias, y hasta pronto!