Moonlight Shadows

By Goddess Rhiannon 18/2/04

Capítulo Uno: Adiós A La Tranquilidad

Los días se pasaban apaciblemente en el Santuario, ya que no había más conflictos al parecer, todos estaban tranquilos, pero la tranquilidad pronto sería rota por unos individuos que parecían tener predilección por sus camaradas dorados. Sí, adivinaron, los queridos santos de bronce habían decidido venir TODOS a Grecia, Saori feliz de tener a Seiya cerca para poder vigilarlo que no se enredara con otras chicas, claro.

Milo, Camus y Aioria enseguida notaron las presencias que se acercaban y Mu se les unió también, Aioria puso los ojos en blanco cuando escuchó una bien conocida voz.

"¡Holaaaaa! ¡Me extrañaron!" Dijo Seiya, acercándose a ellos.

"Sigue soñando, burro alado" Le dijo Camus, Seiya le miró enfadado y le hizo una mueca. Hyoga viendo esto, creó una bola de nieve y se la lanzó a Seiya directo a la cara.

"¡Qué estás haciendo, Hyoga idiota! ¡Por qué me lanzaste una bola de nieve!" Le gritó Seiya.

"No molestes a mi maestro, Seiya, y no tendré que golpearte" Le dijo él, muy tranquilo.

"¡Pues él empezó!" Le contestó Seiya. Aioria viendo que esto iba para largo, se acercó a Seiya.

"Basta, Seiya" Le dijo el santo de Leo, pero Seiya nada, ni caso. Aioria lo agarró del cuello de su camiseta desde atrás, pues Seiya le estaba dando la espalda y volvió a repetir.

"Seiya dije basta, y más te vale obedecer" Seiya se calmó al ver la amenaza oculta detrás de las tranquilas palabras de Aioria, entonces recién él otro le soltó la ropa.

"Si sigues molestando, se lo diré a Marin y a Vera" Le dijo Aioria, sonriéndole cariñosamente. Seiya abrió los ojos desmesuradamente y dijo que se portaría bien. Aioria sabía que Seiya prefería que lo golpearan todos los santos de oro juntos a tener que vérselas con ellas.

"Vaya ¿cómo fue que se acordaron que existimos?" Les dijo Mu, cruzándose de brazos. Shiryu le sonrió y se rascó la nuca.

"Je, je, es que estuvimos un poco ocupados" Le dijo el santo de Dragón, en ese momento, Lei Li apareció por detrás de Mu, todos los santos de bronce se quedaron mirando a la preciosa chica que se había materializado de la nada, Kiki también la seguía, tomado de su mano. Enseguida sonrió ampliamente al ver a sus amigos de bronce.

"¡Hola, muchachos! ¡Y yo que creí que no vendrían nunca más!" Les dijo Kiki, pero no se soltó de Lei Li para ir a saludarlos.

"Ya veo que no piensas soltar a esa chica tan linda para venir a saludarnos" Le dijo Hyoga. Kiki negó con la cabeza y miró a Lei Li con adoración.

"¿Quién es ella, Mu?" Le preguntó Seiya, intrigado.

"Ella es Lei Li, no hace tanto que está conmigo, y les informo de temprano que es mi chica, y si hacen algo que no me gusta..." Dijo Mu, creando una pequeña esfera de energía en su mano, los muchachos entendieron a la perfección, era raro ver a Mu tan posesivo, pero estaban contentos por él al menos.

"¡Mu, no los amenaces! Gusto en conocerlos, Kiki me habló mucho sobre ustedes" Dijo Lei Li, acercándose, Kiki les sonrió pícaramente, no la dejaba sola ni a sol ni a sombra... ni siquiera con Mu, cosa que a este estaba empezando a molestar.

Camus le indicó a Hyoga que fuera con él, el santo de Cygnus saludó a los otros con una mano, y siguió a su maestro, Aioria y Seiya enfilaron hacia el recinto de las amazonas, más le valía a Seiya saludarlas o no llegaría a los veinte años.

Shun acompañó a Milo hacia el recinto principal y Shiryu se quedó con Mu, Lei Li y Kiki, parecía que había mucho de que hablar. También quería saludar a Ling Shu más tarde.

Templo de Acuario

"Vaya, maestro, veo que no están perdiendo el tiempo aquí, ya sólo faltas tú" Le dijo Hyoga, medio en broma.

"Tú sabes bien a que atenerte, si sigues molestando con eso voy a tener que meterte en un ataúd de hielo, suficiente con Milo, muchas gracias" Le contestó Camus, pero sabía que Hyoga se lo decía en broma. Él era el único que sabía bien el porque de su actitud con las relaciones de parejas.

"Ya, no te enfades, maestro, pero deberías olvidarte un poco de ese incidente o van a creer realmente que no tienes corazón" Dijo Hyoga, sentándose el sofá y prendiendo la televisión. Camus no dijo nada y prefirió sentarse al lado de su discípulo, al menos el sí le entendía, porque había conocido su historia, pero Camus nunca le diría que él y muchos otros factores determinantes fueron la causa de que todo saliera mal... muy mal.

Recinto de las Amazonas

Vera y Marin vieron acercarse a Seiya y Aioria desde lejos, ambas sonrieron, parecía que Seiya venía de forma renuente, sabía lo que le esperaba. Vera se quedó parada de brazos cruzados zapateando con un pie a que llegaran; cuando Seiya vio la expresión de su rostro, tragó con fuerza.

"Vaya, vaya, tu querido dicípulo se dignó visitarnos" Le dijo Vera, acercándose, Marin también saludó a Seiya desde unos pasos más atrás, quería tener una buena vista cuando Seiya perdiera el valor y saliera corriendo.

"5... 4... 3... 2... 1..." Contaba regresivamente Marin, cuando Vera estuvo a un paso de Seiya, este echó a correr como endemoniado con Vera pisándole los talones.

"¡Ven acá pedazo de intento de caballero! ¡Ya verás cuando te atrape!" Le gritaba Vera.

"¡Auxiliooooooooo!" Gritaba Seiya, a un paso de que Vera lo atrapara. Marin y Aioria estaban muertos de risa, que típico de ellos dos hacer eso. Después de unos segundos, Aioria se compadeció del pobre Seiya, ya que Vera le había alcanzado varias veces, golpeándolo aquí y allá, jugando con él como si fuera un ratón.

Aioria corrió tras de Vera cuando ella saltó para caer encima de Seiya, atajándola en el aire, y cayendo justo delante de Seiya, que no pudo frenar a tiempo y cayó en el suelo. O sea, el único en pie de los cuatro era él, pues Marin no contaba por estar en el suelo de risa.

"¡Bájame, Aioria! ¡No he terminado aún con él!" Dijo Vera, mirando a Seiya de forma 'me las vas a pagar' Aioria la bajó de su hombro pero no la soltó.

"Ya, gatita, Seiya no puede correr más, ya lo torturaste bastante por hoy" Le dijo Aioria, cariñosamente, Seiya se levantó y miró agradecido a Aioria, era bueno que fuera novio de Vera, ya que al menos él estaba más tiempo de su parte cuando se refería a detener a Vera.

Vera se soltó de los brazos de Aioria y le dio un último golpe en la cabeza a Seiya.

"Vamos, estoy segura de que debes de tener hambre, como de costumbre" Le dijo ella, tomando a Aioria de la mano yendo para la casa, Seiya se frotó la cabeza, pero a la mención de comida se olvidó de todo y siguió feliz a la pareja. Marin se les unió también dándole un tirón de oreja cariñoso a su discípulo.

En Atenas, en un lujoso hotel del centro...

"Tía ¿dónde esta Boris?" Preguntó una niña de unos cinco años a una hermosa muchacha que estaba preparando un bolso.

"No lo sé, pregúntale a los abuelos, o a mamá" Le dijo ella. La niña suspiró y siguió llamando a su mascota, que no se dignaba a aparecer. Otra muchacha, su madre, se acercó a la niña que estaba buscando debajo de la cama y la levantó en brazos.

"Cariño, me voy a practicar con tu tía, volveremos en un par de horas, no te metas en problemas" Le dijo tiernamente la joven. La niña asintió, y su mamá le dio un beso y un abrazo y la dejó en el suelo otra vez. Su tía hizo lo mismo y le dijo que Boris ya aparecería, sino, que preguntara en el hall del hotel si le habían visto.

"Mami ¿conoceremos algún caballero?" Preguntó la niña, ambas se miraron y suspiraron, lástima que no le habían podido sacar esa idea de la cabeza.

"No lo sé, cariño, ellos son personas ocupadas y están dentro del Santuario, y ahí no podemos entrar" Le dijo su mamá. La pequeña asintió con desgano y las vio partir.

"Boriiiiiis" Le llamaba ella, caminando hacia la entrada del hotel, mirando aquí y allá a ver si su enorme gato blanco aparecía por algún lado. De pronto, ve a su mascota persiguiendo a alguna clase de insecto, saliendo afuera del hotel. La niña ni lenta ni perezosa, corrió tras su gato.

El gato no le prestaba atención y seguía al insecto, alejándose cada vez más del hotel.

"¡Boris, regresa!" Le gritaba la pequeña, pero sin éxito.

Templo de Acuario

Camus se había quitado su armadura porque tenía que hacer unas compras en el pueblo, Hyoga decidió acompañarlo también, y ambos salieron juntos.

"¿Sabías que las preliminares para los juegos olímpicos se harán aquí en Grecia?" Comentó Hyoga, cargando una de las bolsas con comida, su maestro asintió.

"Es por eso que no cabe una aguja en Atenas, los hoteles están llenos, espero que al menos haya buenos competidores este año" Dijo Camus. Ambos estaban esperando la luz verde para cruzar, pero de repente, Camus ve a una niña persiguiendo a un gato, iba directo hacia la avenida... ¡Iba a cruzar en medio del tráfico!

Camus soltó las bolsas y salió como un rayo hacia donde la niña había logrado atrapar a su gato, tomándola en sus brazos justo antes de que un auto la pasara por arriba, es más, el auto frenó y Camus quedó parado en el capó. La niña estaba impresionada, su familia se enojaría con ella si se enteraban de esto.

"¿Estás bien, petit?" Le preguntó Camus, dos enormes ojos azules le miraron con adoración, y la niña asintió.

"¡Maestro! ¿Estás bien?" Dijo Hyoga, llegando al lugar, Camus caminó a la acera de enfrente, desde donde había salido.

"¿Dónde están tus padres?" Le preguntó Camus, mirando en derredor por algún reconocimiento de parte de alguna persona, pero nada.

"Mi mami está en un hotel, ahora está practicando con mi tía" Le dijo la pequeña, Camus suspiró, eso no era mucha información que digamos.

"¿Cómo te llamas, chérie?" Le preguntó Camus.

"Katy" Dijo ella abrazando a su gato.

"¿En qué hotel te hospedas?" Le preguntó Hyoga. La niña lo miró y luego miró a Camus, no sabía el nombre.

"No sé, es grande" Dijo ella. Ambos santos se miraron descorazonados, ya que esa respuesta no era muy alentadora. Empezaron a preguntar por hoteles cercanos, pero nada, nadie había extraviado a una niña.

"¿Qué hacemos, maestro? Nadie parece haber perdido una niña" Dijo Hyoga, cansado de caminar. Camus, aún con Katy en brazos, decidió que era mejor llevarla con él, mañana, buscarían otra vez.

"Petit, tendrás que venir con nosotros, ya que no encontramos a tu familia" Le dijo Camus.

"Pero no debo ir con extraños, eso me dice mi mami siempre, además, se van a preocupar por mí" Dijo ella, al borde de las lágrimas.

"Nosotros no somos malos, somos caballeros de Atena, te cuidaremos hasta que tus papás den la alarma y nosotros podamos llevarte con ellos" Le dijo Hyoga, tranquilizador.

"¿Son caballeros? ¡Guau! ¡Siempre quise conocer a un caballero!" Dijo la niña, excitada, Camus y Hyoga sonrieron, y se la llevaron con ellos de vuelta al Santuario.

Hola! Primer cap. Espero que les guste y Lonewolf no hagas conjeturas apresuradas, no es lo que parece. ^_^ Reviews pleseeeee!

Gracias por todas las reviews de mi anterior fic, me alegro de verdad que les haya gustado

Hora-hora: gracias por tantas reviews, y sí Aioria es mi favorito, espero que mi fic de Camus te guste ^_^

Gracias Vulpix, Lonewolf, Misao CG, Addy y Kirsche!