Hola, ¿Cómo están?. Espero que bien. en primer lugar, tengo que decir que este es mi primer fic, nunca me había atrevido a publicar ninguno por miedo a que no gustara, así que una amiga me reto a hacer este y publicarlo, si recibo algún review ganare la apuesta aunque no creo que los reciba por que la verdad no se me da bien esto de escribir, aunque tengo mucha imaginación y muchos proyectos en mente, no me atrevo a publicarlos. Basta de aburrirlos y vallamos con el fic.

M, ya sabes, va dedicado a ti y como veras esta justo como me lo pediste, con los dos protas guapos además de todas tus condiciones incluyendo el titulo.

Ya saben, Shaman King no me pertenece aunque me gustaría que lo hiciera (supongo que como a todos ¿no?) y esto es un Yaoi así que a la gente que no les guste, que se vallan si se sienten ofendidos y si no es así, pues que lean y me den su opinión.

Aclaraciones: / / - pensamientos

ESPERO NO ABURRIRLOS Y DISFREUTEN!!!!

Horo Horo entró en el salón y se encontró a Len echado en el sofá viendo la televisión. Había entrado enfadado porque Anna les había obligado a quedarse cuidando de la casa mientras ellos se iban de vacaciones. ¡NO ERA JUSTO!, Nosotros solo habíamos ido de visita y ahora estábamos encerrados en la casa sin poder irnos a otra parte. La verdad es que en cierta medida nos lo merecíamos, nos habíamos pasado un poco con nuestras peleas y ahora teníamos que esperar a que vinieran a arreglar parte de la casa, ¡ Pero fue culpa de Len!, no debería insultarme tanto, pero me sacaba de mis casillas cuando me llama cerebro de hielo, glotón etc. y no podía contenerme, tenia que devolverle los insultos y tampoco ayudaba, mi hermana Pilika metiendo cizaña y diciendo eso de Los amores más reñidos son los más queridos porque el chinito entonces perdía su paciencia y se volvía más agresivo. Aunque hay que admitir que el estar solos tiene su lado bueno pues tenia a Len para mi solo, si, solo para mi, sin ninguna chica que se le insinuara a la menor ocasión pues el heredero de la familia Tao se había convertido en un apuesto chico de 16 años, la verdad no había cambiado mucho, seguía teniendo su carácter reservado y su extraño peinado, pero era ese carácter el que lo hacia ver distante y misterioso a los ojos de los demás claro que también ayudaba el que fuera guapo y musculoso, en fin, que cada vez que lo veía se quedaba congelado. El ainu se había dado cuenta de que sentía más que amistad por su mejor amigo, sentía atracción la cual se había convertido en amor pero el gran dilema era saber que sentía Len hacia él pues estaba seguro de que no le era indiferente; por eso había entrado en el salón aprovechando que estaban solos, para aclarar todo lo que ocurría entre ellos. Tan inmerso estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Len se había volteado y ahora también le miraba; a sus ojos, Horo si había cambiado y todo sea dicho para mejor, ahora se le veía más maduro aunque por dentro seguía siendo un inconsciente que hacia lo primero que se le pasaba por la cabeza, conservaba su peinado y su cinta la cual siempre le acompañaba pero estaba más alto y más musculoso gracias al entrenamiento diario de su hermana Pilika y también sea dicho, él también estaba más atractivo que la ultima vez que se encontraron y era gracias a su fuerza de voluntad, lo que hacia que no se le quedara viendo embobado aunque a veces no lo conseguía y tenia que disimular para que no se diera cuenta lo cual no siempre conseguía.

- ¿Por qué me miras tan fijamente? - pregunto con el ceño fruncido. - ¿Eh? - exclamo Horo saliendo de sus pensamientos. - ¿Por qué no empiezas por decirme a que has venido?. - Esto .... yo ... pues veras .... /demonios, ¿porque es tan difícil?/- pensó. - Vamos Horo, vete al grano - dijo enojado.

Horo iba a responder pero cometió el error de mirarlo fijamente a los ojos por lo que se perdió dentro de ese brillo dorado y se quedó tan embobado que perdió el hilo de sus pensamientos.

- ¿Horo? - le llamo Len.

Al ver que no respondía y que le miraba fijamente, se puso nervioso y optó por acercarse y despertarlo y así acabar de una vez con esto porque realmente se ponía nervioso cuando el ainu estaba cerca; le costo mucho esfuerzo aceptar que lo quería y aún no creía estar preparado para decírselo a la cara. Len se acerco a Horo y lo sacudió levemente para sacarlo de sus pensamientos; cuando despertó y vio que el chino estaba tan cerca, enrojeció intensamente lo que provoco que automáticamente Len también lo hiciera.

- /¿Cuándo se acerco tanto?/ - pensó el ainu. - ¿Qué es lo que me querías decir?. - Pues ... veras ... yo / demonios, /¿dónde esta ahora mi valor?/, será mejor que nos sentemos.

Una vez sentados Horo aspiro varias veces en busca del valor que perdía cuando lo tenia cerca.

- ¿y bien? /¿qué será lo que quiere? ¿por qué no puedo evitar ponerme nervioso cuando lo tengo cerca? - pensaba Len - Haber, si no lo digo ahora no lo diré nunca y si no lo hago, me arrepentiré siempre y seré un idiota y ....

Horo continuaba con su extraño discurso lo que hacia que Len se sintiera cada vez más confundido. De repente el ainu le cogió las manos y lo miro intensamente a los ojos, luchando por no perderse en ellos, lo que provoco que el joven Tao se sonrojara hasta las orejas.

- Te amo Len - dijo tiernamente.

Len se quedo totalmente boquiabierto y sonrojado, no podía creer que su mayor sueño se estuviera haciendo realidad. Horo interpreto ese silencio como un signo de rechazo por lo que se entristeció, Len al ver esa tristeza en los ojos de su amado, reacciono y coloco sus manos en las mejillas el ainu por lo que fue su turno de sonrojo.

- Yo también te amo - le dijo mientras le brindaba una de sus mejores sonrisas solo para él.

El ainu no odia creérselo, nunca imagino que sintiera lo mismo por él, sabia que algo sentía pero no que lo amara como lo hacia él; estaba tan contento que tenia ganas de ponerse a dar saltos pero no era el momento así que coloco sus manos sobre las de Len y lentamente fueron acercando sus rostros, los dos deseaban ese momento con gran intensidad y cuando por fin juntaron sus labios sintieron como si una carga eléctrica les atravesara el cuerpo; así estuvieron por varios minutos y a la hora de separarse lo hicieron sin ganas.

- Wow, eso ha sido ... - comenzó Len. - Espectacular - termino Horo - ¿Repetimos? - pregunto con una sonrisa. - Claro - contesto Len también con una sonrisa.

Y así estuvieron casi toda la tarde entre besos y caricias; ya después de la cena, se encontraban sentados de nuevo en el sofá solo que ahora estaban abrazados.

- ¿Qué cara crees que pondrán los demás cuando les contemos lo nuestro? - pregunto Len. - Seguro que se atragantan del susto - bromeo Horo mientras se reía acompañado de Len. - Me gusta tu sonrisa chinito, deberías reír más a menudo aunque sea solo para mi. - Lo tendré en cuenta - contesto totalmente sonrojado. - Es una suerte que estemos solos toda la semana, así te tengo solo para mi. - Si, y tengo en mente muchas formas de pasárnoslo bien. ¿Te gustaría probarlas? - pregunto Len mientras se acercaba más a su acompañante. - Me encantaría - contesto Horo antes de besarlo. - ¿Sabes? Después de todo los dichos son correctos - comento el chino. - ¿Qué dicho? - pregunto el ainu con cara de interrogación. - El que dice que Los amores más reñidos son los más queridos - le contesto mientras lo volvía a besar.

¿Qué tal?. ¿Qué les ha parecido?. ¿Bien? . ¿Mal?

Déjenme su opinión por favor, me alegraría mucho, cualquier critica será bien recibida. Por cierto, lo puse bien en PG????

M, prometiste dejarme un review así que hazlo vale?

Gracias a todos por leerlo y espero no haberlos aburrido mucho.