Hola¡¡¡ Bueno, antes de continuar decir que  ESTE FIC TIENE TEMÁTICA MUY FUERTE¡¡¡¡¡

Lo digo antes de comencéis a leer. Comentar que la idea básica la cogí de un relato corto de mi escritor favorito: Arturo Pérez – Reverte. Ah¡¡¡ Y que la pareja que la protagoniza es muy rara, rarísima, pero para mí ha sido todo un reto hacerlo. Es algo loco y como tal locura, he calculado que tendrá a lo mucho tres capítulos.

Quiero darle gracias a varias personas: Kmila (por ser la musa¡¡) Meiko (por ser más que mi mejor amiga, por ser mi hermana) Patty ( por soportarme en tus momentos de descansos y no mandarme lejos más de una vez) Yussi (por ser la fuente de la esperanza)

Y ahora... A LEER¡¡¡

**********************************************************************************************

PICANTE

"Hocico de Cerdo" era el burdel más famoso en todo el mundo mágico. Fuera la hora que fuese estaba lleno de magos en busca de sexo o, en el mejor de los casos, de tomar una jarra de hidromiel hasta emborracharse y caer dormidos. Las mujeres abundaban, evidentemente, y las había de todas clases y de todos los colores. Desde la más alta a la más bajita, pasando por la morena y la rubia hasta llegar a las teñidas. Elfos domésticos atendían las mesas yendo de aquí para allá y hermosas veelas bailaban sugerentes danzas en un escenario pequeño y en penumbra.

Un chico rubio y pálido vigilaba todo en un rincón apartado del local. Su nombre era Draco Malfoy y "Hocico de Cerdo" le pertenecía en parte, y digo en parte porque el otro cincuenta por ciento estaba en manos de Fleur Delacour, una francesa sin remordimiento alguno y capaz de hacer lo que fuera con tal de conseguir sus objetivos. Hablaban de manera confidencial con un tipo alto, de piel cetrina y túnica negra.

- El trato está sellado, señor Snape – le decía Draco al hombre, dejando ver una sonrisa afilada en su rostro – Tendrá a la chica toda la noche de mañana.

Severus Snape era un mago muy conocido por la zona oscura de la ciudad. Con negocios clandestinos y varias muertes a su espalda se había creado alrededor de él la reputación de que tenía relaciones con fuerzas tenebrosas y oscuras. Severus Snape tiró una bolsa de terciopelo a la mesa.

- Mil galeones por la mercancía – su voz era suave, pero tenía un deje de malicia – Ahora quiero verla.

Draco asintió y le hizo un gesto a Fleur, que rápidamente se levantó del sofá de cuero rojo y fue andando con su sexy contoneo hasta unas escaleras de hierro forjado situadas a un lado del escenario. El rubio no apartó sus ojos grises de la chica hasta que no la vio desaparecer.

- Es guapa la francesa – se sinceró Snape – Tiene algo... como un aura...

- Por sus venas corre sangre de veela – ante tal declaración el hombre no pudo más que soltar una carcajada. Malfoy se encogió de hombros – Es buena en la cama.

- Eso me han contado... espero que la otra se le parezca en algo – Draco asintió, volviendo a posar su mirada en las escaleras. Y en un susurro que Snape no escuchó dijo:

- Yo también lo espero

**********************************************************************************************

- Póntelo

- No

- Que sí

- Y yo te digo que no¡¡¡¡

Fleur tenía el ceño fruncido y apretaba con fuerza un trozo de tela negra entre sus manos. Una chica pelirroja estaba frente a la francesa. Tenía pecas por todos lados y sus ojos marrones relampagueaban de indignación.

- Abajo te están espegando – le espetó, fulminándola con sus ojos azules – Si no bajas en cinco minutos Dgaco te matagá, Ginny..

La pelirroja desvió la mirada y se cruzó de brazos, dándose por vencida

- Iré contigo, pero no me pondré ese maldito vestido.

Fleur respiró profundo, aliviada, y la observó largo y tendido. No sabía lo que tenía aquella jovencita que le hacía tan especial. Ella era más guapa, más alta, con mejores pechos... el fallo estaba en que no era virgen, y Ginny Weasley por mucho que le faltase, conservaba aún ese pequeño tesoro que los hombres tanto adoraban, y por el cual Severus Snape había pagado la nada despreciable suma de mil galeones.

- Vamos, ven conmigo – Y agarrando a la pelirroja del brazo bajaron a tropezones las escaleras de hierro.

**********************************************************************************************

El burdel "Hocico de Cerdo" no era un lugar desconocido para Sirius Black, de hecho, ya había estado antes allí antes para llevar las mercancías que encargaban. Ahora, con el lugar abarrotado de magos bebidos, chicas ligeras de ropa y bailarinas danzando de manera salvaje en el escenario, le entraron unas ganas irrefrenables de quedarse junto a esos desconocidos y divertirse un rato. Pero el trabajo era el trabajo, y sus pasos lo habían llevado hasta el local con un simple propósito: Dejar las cervezas de mantequilla que habían encargado.

Con un movimiento de varita elevó una caja enorme que transportaba la mercancía, dejándola aparcada en un rincón y con sus ojos azules buscó entre la multitud a uno de los dueños del local. Divisó a Fleur Delacour bajando las escaleras de metal, sujetando de manera brusca a una chica pelirroja que se revolvía inquieta.

- Hola – le dijo sonriendo cuando llegó dónde estaba la rubia – Traigo las cervezas de mantequilla que encargaron.

Fleur lo observó coqueta, admirando desde su melena negra hasta su cuerpo delgado y atlético. Soltó a Ginny y comenzó a juguetear con un mechón ondulado de su cabello.

- ¿Nosotgos pedimos cegvezas? – parpadeó varias veces, y Sirius sintió como si algo dentro de él le impulsara a besar a aquella chica.

- Se supone que... esto... – sacó un pergamino de su túnica azul, donde tenía apuntado la dirección - ¿Esto no es "Hocico del Puerco"?

Fleur soltó una carcajada, llevándose una mano a la boca y la otra al cabello rubio que le caía por la espalda.

- Egues muy divegtido – Sirius rió nervioso, notando como sus manos comenzaban a sudar – Ese local está dos calles más abajo - vio que la francesa se acercaba poco a poco a él. 

- Sí... entonces... – intentando por todos los medios no mirar esos ojos azules e imaginarse a esa francesa haciendo cosas indescriptibles con él en la cama,- A...adi... adiós... -  Se dirigió hacia el rincón había dejado la caja enorme que transportaba, viendo como tras ella había multitud de cervezas de mantequilla apiladas, y con un toque de varita volvió a elevar la caja del suelo.

- Ven a visitagnos cuando quiegas – Fleur lo miró de arriba abajo antes de que se fuera – Con... o sin cegveza.

- Lo... lo haré... – y dicho esto salió por donde había entrado.

"Joder con la francesa" pensaba ya motando en su moto en dirección al "Hocico del Puerco" y con la enorme caja en el asiento del copiloto.

El viento le azotaba el cabello negro y sus ojos azules le lloraban debido a la velocidad con la que iba. Por un lado se maldecía por haberse equivocado de local pero por otro lado le agradaba bastante el hecho de que una belleza como esa, que solo había visto en contadas ocasiones porque casi siempre era Malfoy el que se encargaba de todo, le hubiera recibido con los brazos abiertos. Sobretodo con los brazos abiertos.

Aparcó la moto en un callejón al lado del local, pero su impresión fue enorme cuando  se dio cuenta de que el club estaba cerrado. ¿Ahora que haría con la mercancía? El almacén no abriría hasta el Lunes, y le quedaba por delante todo un fin de semana con la cajita metidita en su pequeña cabaña a las afueras de Hogsmeade.

- Maldita mercancía¡¡¡ - gritó, dándole un golpe a la caja enorme. Pero lo que Sirius nunca se imaginó es que las cajas hablaran, y esa especialmente había dicho "Ay¡¡¡". Parpadeó un instante y volvió asestarle otro golpe a la caja, y ésta repitió el mismo sonido: "Ay¡¡".

Sacó la varita de su túnica ¿desde cuando las cervezas de mantequilla se quejaban? La observó por delante y alrededor y no le vio nada fuera de lo normal. La rozó con la varita y no emitió ningún sonido. Pasó su mano por la superficie rugosa hasta que finalmente se decidió a quitar la tapa. Y cuando la quitó se juró llevar mercancías como ésa todos los días de su vida.

Ante él salió de la caja una chica delgada, con un trajecito corto y una melena pelirroja que le caía a mechones por la cara, entre ellos Sirius pudo divisar unos ojos marrones que lo miraban espantados.

- Por favor ayúdame¡¡¡

Se tiró a sus brazos, sujetándose a la túnica azul que llevaba y con lágrimas cayéndole por el rostro pecoso. Sirius no se podía creer quién era esa chica: La pelirroja del burdel "Hocico de Cerdo". Ella le tiraba fuertemente haciendo que saliera de su ensimismamiento.

- ¿Pero... pero qué estabas haciendo escondida en esa caja?

Ginny pasaba sus ojos marrones de Sirius al callejón y del callejón a Sirius. Si él pudiese.... si él hiciese... entonces....

- Ayúdame¡¡¡¡ - el tono de súplica empleado por aquella pelirroja hizo que el corazón de Sirius se enterneciera de una manera indescriptible.

- ¿Y qué hago para ayudarte? – preguntó, sintiendo como ella sonreía esperanzada entre sus lágrimas.

- ¿Harías lo que fuera? – preguntó.

- Sí

- ¿Cualquier cosa?

- Bueno... sí, supongo que sí...

- Acuéstate conmigo.

- ¿¿CÓMO??

**********************************************************************************************

Vale, el tema es MUY pero que MUY fuerte, perot enía ganas de escribir un fic basado en algo de Arturo Pérez – Reverte y... salió.

Espero vuestros reviews.

Besos¡¡¡