UN LOBO EN MI CAMA

Su calor se junta con el mío. Ese cuerpo adulto esta aferrado a mi joven y casi inexperto ser. Lo siento a mí lado, siento su tranquila respiración, su mano sobre mi pecho desnudo, su cabello revuelto entre mis dedos, su olor a hierba mojada. Paso un dedo por sus labios cálidos y lo subo hasta sus ojeras marcadas debajo de sus ojos dorados que ahora están escondidos detrás de los párpados. Esta cansado, agotado, derrotado. Otra luna llena ha caído sobre su cuerpo que guarda el cansancio de una y otra de las terribles transformaciones que sufre desde su infancia y que seguirá sufriendo hasta el fin de sus días. Ésta noche ha vagado por el bosque pero ahora, ya con el cuerpo que le pertenece, ese cuerpo humano, yace en mi cama dormido, sin pensar en nada. Su dulce rostro, que en estos momentos no expresa ningún sentimiento, horas atrás estaba descompuesto por el horror, el miedo, el sufrimiento de ver como se convertía en un lobo de fuertes mandíbulas, capaces de matar a un ser humano de unos pocos mordiscos. Lo quiero y siempre lo querré. Se que es una locura querer a alguien con licantropía y más siendo tan joven, pero con mis dieciocho años se que amo a esta hombre, lo amo en lo bueno y en lo malo, en los momentos de felicidad y en los momentos crueles, lo amo tal y como es y no me avergüenzo ni me escondo cuando digo "Lo amo, amo al licántropo, a Remus Lupin". Se que ésta sociedad lo juzga por su "defecto" pero, más me juzga a mí por haberme enamorado de él, un hombre adulto sin futuro. ¡Cómo si él no tuviera futuro! ¿Es qué acaso porque sea medio lobo no puede ser feliz, disfrutar de las cosas que le rodean, amar y ser amado? Pues si, tiene todo el derecho del mundo e incluso, más derecho ya que lucha día tras día por hacerse un hueco entra la gente. Puede que fuese eso lo que hizo que me enamorara de él perdidamente. Su valor, su fuerza por seguir adelante con la cabeza bien alta, no se avergüenza de lo que es, le aterroriza, eso si, pero no vergüenza. Sabe perfectamente cual es su pequeño problema pero lo combate ofreciendo a los que le rodean su amistad, su simpatía, su confianza, su cariño, su buen humor, su amor...

Se mueve entre sueños y susurra algo sin sentido. Sonrío débilmente al ver como se acerca más a mí. Incluso de dormido sabe donde estoy y sabe que estoy a su lado, allí con él. Se acerca más y apoya su cabeza en mi pecho.

¡Dios como le quiero! Huelo su cabello castaño. Su aroma a chocolate y a hierba me inunda los pulmones, me encanta como huele, es su aroma particular. El mechón blanco cae sobre su rostro que sigue inexpresivo.

Estiro las sábanas blancas para cubrir el cuerpo desnudo de mi amante, su piel, más bien blanca, contrasta con mi piel morena.

Vuelve a moverse y respira hondo. Abre los ojos con pereza y fija sus pupilas doradas en mi, me mira y sonríe. Levanta el rostro tan querido y me besa. Mi cuerpo se estremece como si fuera el primer beso recibido por ese hombre. Su lengua cálida recorre mis labios y luego mi boca, al fin se separa lo suficiente para poder verme.

Te quiero Remus- le susurro.

Él se posa sobre mi cuerpo y piel contra piel se unen en una sola. Me acaricia, me besa, lame todos mis rincones más íntimos. Me estremezco de nuevo y hundo mis dedos en su pelo suave. Lo beso con pasión y enredo mis piernas con las suyas. Finaliza el beso y vuelve a mirarme con esos ojos que me encantan.

Nunca pensé que te llegaría a querer tanto- una sonrisa- Harry James Potter te amo y te seguiré amando más allá de mi vida, no me dejes nunca.

Y tras esa palabras hacemos el amor uno dando la espalda al otro. Sonrío de nuevo al notar sus respiración en mi nuca y pienso en lo que hubieran dicho mis padres al saber que su mejor amigo se acostaba con su hijo. "Vosotros sois lo más importante en nuestras vidas, Harry... Remus... no importa lo que digan los demás, no os dejéis juzgar, seguid amándoos como lo estáis haciendo ahora, nunca os dejéis de amar"

Esas palabras retumban en mi mente mientras yo, el famoso Harry Potter, doy un profundo gemido al ser amado por mi hombre.