Lo que te unió a mi.

De: Priss.

Capitulo VIII: Amor es la respuesta.... la razón.

15-MAY-03

02-DIC-03

=========================================================================================

No importaba como o por cuanto tiempo lo mirara, él era hermoso, perfecto.

Claro, después de todo.... es su hijo.

Así es, un pequeño varón fue el resultado de la unión de estos dos poderosos seres, una extraña unión que se dio.... por amor.

Hao lo miro sonriente y completamente orgulloso de él. Es cierto, por ahora no pasaba de ser un humano con un inmenso potencial como shaman. Por ahora sólo tenia un par de meses, pero él, como su padre, ya sentía ese tremendo poder espiritual que dormía dentro del pequeño bebé.

Al mirarlo por incontables minutos, no pudo evitar recordar a cierta itako de rubios cabellos.... su esposa. El shaman sonrió al recordar esa palabra: "esposa". Quería que ella estuviese unida a él por todos los medios posibles; desde entonces estaba viviendo una vida plenamente feliz. Podría decirse que en el instante en que se encariño con Anna, comenzó a experimentar lo que los humanos llaman felicidad y paz.

Pero desde que vivían juntos, no podría decir con exactitud que sentía. Sólo sabía que se sentía muy bien.

De pronto la voz de su joven mujer llamó su atención. Más que la voz femenina, lo que lo sorprendió ligeramente fue que la chica se recargo sobre su espalda, envolviéndolo en un ligero abrazo. Hao sólo sonrió, adoraba que hiciera eso.

~ Inconsciente.

Él la miro; ¿por qué siempre que salía con su hijo a "presentarle" el mundo, ella reaccionaba de ese modo?.

La itako ignoro la sonriente expresión de su pareja. Con cuidado tomó al bebé entre sus brazos para luego entrar en la pequeña casa.

Anna se sentó en el sillón mientras Hao la observaba atentamente.

~ Puedo ver como lo haces?.

~ ¿Qué cosa?.

~ Ya sabes, Anna.

El shaman señaló justo a los senos de la mujer; Anna no pudo más que sonrojarse. Ya sabia que era lo más natural del mundo y todo eso, pero.... aun así...

~ ¡ No quiero, me da pena !.

Asakura sonrió levemente. No era la primera vez que se lo pedía y ella seguía reaccionando igual.

Se acercó hasta la rubia hasta poder casi abrazarla, sin ser esta su intención. El rosa en sus mejillas comenzaba a tornarse rojo. Entonces, Hao unió sus labios con los de la itako, fue apenas un pequeño roce entre sus bocas, pero igual, al joven le provocaba un sin fin de emociones que aun ahora, conviviendo con ella desde hace algún tiempo, lo hacen estremecer.

Definitivamente le faltaba mucho para terminar de entender lo que siente por ella.... quizá nunca lo hará.

~ Por favor.

Él volvió a insistir, como una pequeñísima suplica que no llegaría a más.

Y eran esas amabilidad y paciencia que Hao mostraba ante ella, lo que le convenció finalmente.

El suspiro que la sacerdotisa dejó escapar fue más de nerviosismo que de resignación. Sosteniendo con el brazo derecho a su pequeño hijo, se desabotonó la camisa para liberar un poco de su blanca piel.

Se sonrojó de nuevo, ahora con más intensidad. Hao la miraba con atención mientras se sentaba al borde del sillón.

Era demasiado como para soportarlo, aun para ella. Así que Anna prefirió posar sus ojos sobre cierta personita con hambre; sonrió!. La itako acercó su seno izquierdo hasta la boquita del bebé, quien de inmediato comenzó a extraer su alimento. La chica suavizo la mirada, ya ni se acordaba que el shaman la observaba. Por ahora sólo tenia ojos para el pequeño ser que entre sus brazos descansaba y de su seno comía.

~ Auuch!!.

Gimió levemente. Le dolía un poco la forma en que su hijo succionaba la leche, no quería ni imaginarse cuando tuviese dientes. De cualquier forma no importaba mucho, seguiría siendo algo hermoso, además el dolor no pasaba de ser una simple molestia.

El shaman permanecía atento, lo que sus ojos veían le producía un una extraña emoción que lo hacia sentir bien. No sabia que más pensar. Era algo hermoso, y aunque no quisiera admitirlo, incluso para un hombre como él, resultó ser un momento tierno.

Impulsado por sus emociones, Hao acercó la mano a su hijo, y el bebé, soltando su fuente de alimento, sujetó el dedo indicie de su padre. El shaman sonrió, era obvio que el pequeño se aferraba con toda su fuerza, más dicha fuerza era nada para el shaman más poderoso de la tierra. Pensativo, cerró los ojos; ese niño estaba haciendo milagros con él.

~ ¡Hao?.

La voz de la itako por fin se dejó escuchar. Llamaba a su pareja que de pronto se levantó y salió de la casa sin decir una palabra, así nada más. Anna no le dio más importancia, por lo que dirigió toda su atención nuevamente a su bebé.

Lo observo con una ternura nunca antes imaginada. Aquel rostro femenino adoptaba un sin fin de expresiones, todas de amor por y para este angelito.

~ Si, un angelito.

La verdad es que Anna también estaba orgullosa del pequeño. Apenas lo miraba por un segundo y podría jurar que con el tiempo seria la fotografía viviente de su padre, pero... capaz de convivir y "perdonar"a los humanos. En eso son y serán totalmente distintos.

~ No sé porque pienso así, sólo sé que así será.

La sacerdotisa suspiró levemente al notar que la criatura entre sus brazos ya comenzaba a dormirse.

Cuidadosa, lo abrazó mientras se dirigía a su habitación para dejarlo descansar. Lo arropo con cariño sin dejar de mirarlo un sólo instante; entonces recordó que había alguien más que fue alcanzado por la ternura del recién nacido.

Salió a buscarlo, a Hao. Lo encontró de pie frente a la casa admirando el paisaje. Aunque temía molestarlo con su presencia, Anna se acercó y lo abrazó desde atrás rodeándole con sus brazos. Ella permaneció en silencio; a pesar de convivir con él durante meses, de ser su pareja y tener un hijo, a la itako a veces le costaba trabajo entender al shaman.

~ Arigatou.

~ Eehh?.

Sin siquiera voltear a verla, sin moverse un sólo centímetro y manteniendo aquel abrazo, el muchacho dijo ciertas palabras que aunque sencillas y comunes, no fueron fáciles de expresar. Eran muchas cosas las que ella le había dado sin esperar algo a cambio. Incluso renunció a todo por él. Le dio un hermoso hijo varón; sentía un inmenso cariño para él detrás de esa mirada insensible.

Era la primera vez en todas sus vidas en que tenia una verdadera familia. La ultima vez, su esposa se negó a ayudarlo en su ideal milenario. En cambio, Anna lo seguía y apoyaba ciegamente. Esta era su vida actual, su realidad, y era tan difícil acostumbrarse a ella, pensar que todo era verdad. Y es que tanta paz y felicidad.... amor. En verdad todo eso era para él?.

~ Anata !!.

Entonces, la fina voz de la rubia confirmó sus dudas.

Si, todo era real. Hao se giró para corresponder al abrazo de la itako y de paso besarla en la frente.

~ ¿Sucede algo?, estas nerviosa.

~ Eh?, no, yo...

~ Puedo percibirlo aun debajo de tu fría mirada.

El rostro de la sacerdotisa se volvió todavía más serio. Había algo que deseaba decirle a su esposo, pero no quería que malinterpretara sus palabras. De cualquier forma no podría evitar el tema para siempre.

~ He estado pensando, Hao.... ¿en verdad quieres que nuestro hijo siga tu ideal?, que sea como tu?.... ¿Es realmente necesario?.

El shaman la miro fulminante. Quizá ella es igual a su esposa de hace quinientos años. Quizá era como todos los Asakura que en mil años no hicieron el más mínimo intento por comprenderlo.

Le dio la espalda nuevamente a la joven. Trataba de calmarse; podría perdonarla sólo por ser "ella", pero... eran tristeza y decepción lo que sentía??.

~ Te preocupan los insignificantes humanos?.... Por eso no quieres que siga mis pasos.

Anna notó el reproche en las palabras de su esposo.

Lentamente se acercó a él; quizá no había utilizado las palabras correctas. Más el ver la reacción del shaman la divirtió ligeramente.

~ No es la tierra, ni los humanos.... ¡ es él !.

El muchacho curveó una ceja. No la entendía; pensaba que la itako intentaba "disfrazar" sus intenciones, persuadirlo de alguna forma... y eso lo enfadaba.

~ No quiero.... no quiero que sufra la soledad que tu sufriste.

Anna suspiro tristemente mientras se abrazaba al shaman que aun permanecía de espaldas a ella.

Los ojos de Hao se contrajeron, poco después sonrió. En verdad, esta joven no dejaba de sorprenderlo. Entonces, en ese momento, agradeció que Anna estuviese con él, y no con su hermano.

Se giró para tenerla frente a frente y sólo se le ocurrió besarla; unió sus labios a los de ella como si nunca antes lo hubiese hecho; con desesperación, con pasión... con inmenso amor. Mientras la tuviera a ella, el mundo podía esperar para ser gobernado por él.

Más una duda lo inquietaba....

~ Y si te digo que quiero que él sea como yo?, que harás?.... ¿te negarás?.

Anna sonrió levemente ante las tantas preguntas del muchacho. ¿Como iba a negarle algo?. Simplemente no podía, le amaba tanto que nunca le negó nada.

~ No. =Respondió ~ Si es tan importante para ti entonces yo te apoyo.

La sonrisa de la joven se tornó irónica; no era que aceptara todas sus locas ideas, pero con todo y eso estaba dispuesta a seguir a su lado, jamás le daría la espalda.

~ Y... cambiando de tema.

La itako deshizo el abrazo, quería olvidarse de aquel asunto al menos por ahora. Su hijo apenas era un bebé, no tenia caso el pensar en infundirle las ideas del padre... eso ya seria después.

Por ahora había cosas mucho más importantes que eso. Por ejemplo, él pequeño ya tenia alrededor de un mes de nacido y ni siquiera tenia un nombre. Al parecer ninguno de los dos, ni Hao ni Anna, había pensado en uno que fuere adecuado.

~ Que te parece... "Kiba"?.

La rubia siguió hablando mientras se sentaba en las escaleras de la entrada, admirando la naturaleza que rodeaba su hogar. Hao se sentó a su lado para poco después preguntar a que se refería.

~ A su nombre. No lo llamaras "hijo" o "bebé" por siempre.

El muchacho de castaños cabellos rió levemente. La verdad es que prefería que fuese Anna quien se encargara del detalle del nombre, pero hasta ahora no había estado muy de acuerdo en las posibilidades que ella le brindaba.

~ Yo....quiero que sea uno especial, después de todo, si no fuera por él, tu no estarías a mi lado.

Aun cuando nunca creyó llegar a escuchar palabras como aquellas, Hao ni siquiera la miró, prefirió observar las nubes intentando adivinar cual de todas se disolvería primero ante el aire.

~ No... estas mal!!.

Hao guardó silencio tan inesperadamente.

Su propia frialdad lo detenía, pero quizás esa era una situación que debió aclarar desde hace mucho.

Le era difícil hablar abiertamente. ¿Como decirle que el niño fue tan sólo una razón más para aceptarla a su lado?. Una razón muy importante, pero una más a fin de cuentas.

Eran su belleza, sus atenciones... si, también fue eso.

El deseo de verla dormir a su lado todas las noches, y verla despertar por las mañanas; ser testigo de alguna de sus inusuales sonrisas, esas sonrisas, que aunque no lo pareciera, lo hacían desear sonreír de igual forma. También era la ternura con que lo trataba de vez en cuando.

Además... por fin había encontrado a alguien que lo escuchaba atentamente sin juzgarlo o rechazarlo.

Claro que... no podía olvidarse de las ocasiones en que hacían el amor. Fue Anna la que le dio sentido a esa frase, a esa palabra: "amor".

Si, todas y cada una de las razones, incluyendo a su hijo, no eran más que las tantas consecuencias del extraño, y a veces incomodo, sentimiento que la sacerdotisa hizo surgir en él.

Hubo tantas cosas que pudo decirle a la mujer, pero Hao permaneció callado, aparentando observar al cielo con atención. En tanto Anna lo miraba profundamente, a él, esperaba oír su voz, pero sólo pudo notar la pequeña sonrisa de satisfacción que se había dibujado en el rostro del shaman.

Sólo sonrió, Anna sólo pudo sonreír ante el vago significado que traía con sigo la expresión de Hao. Suspiró profundamente en tanto se ponía de pie, dispuesta a entrar de nuevo en la casa y hacer lo que ella mejor sabia hacer: descansar.

~ Te espero adentro.... mi amado demonio.

La suave y coqueta voz de la itako traía escondida una sutil propuesta a la que el shaman no podía resistirse, mucho menos después de que la joven le guiñase uno de sus hermosos ojos.

Segundos después, la fina figura de su esposa desapareció del lugar, dejándolo solo para que su mente vagara una y otra vez, tratando de asimilar la nueva vida a la que tanto trabajo le costaba acostumbrarse, claro que... el hecho de que le fuese difícil asimilarla no quería decir que no lo estuviese disfrutando.

Una vez a solas, Hao examinó todo aquello que a su alrededor se encontrase; la naturaleza que rodeaba su casa no era mera coincidencia, él mismo había elegido el lugar idóneo para su familia: una pequeña pero linda casa en medio de un bosque de extensiones no muy grandes, aislados de los patéticos humanos... simplemente perfecto.

Entonces, de la nada, las palabras de Anna retumbaron en su cabeza: "mi amado demonio".

No le molestaba en lo más mínimo que lo llamase de esa manera, después de todo... él si era un demonio. Un demonio que no pudo resistirse a la posibilidad de apropiarse de un ángel, un hermoso ángel... Anna.

Ese fue probablemente su peor error, ya que, aunque la joven no pretendiese influir en él, a fin de cuentas lo hacia. La mayor prueba de ello era que desde que se acostó con Anna por primera vez, no ha hecho el más mínimo intento por adueñarse de los grandes espíritus o por lo menos molestar a los humanos, y de eso hace ya bastante tiempo.

~ No sólo te esta dominando, te esta amansando, Hao Asakura.

La voz del shaman fue una pequeña mezcla entre ironía y resignación.

No entendía muy bien; en su vida anterior también tuvo una familia, pero ni esa fue razón suficiente para hacer a un lado sus tantas ambiciones, entonces.... ¿por qué ahora parecía tener otras prioridades?.

A su mente llegó una vaga respuesta, una muy estúpida respuesta, pero una posibilidad al fin y al cabo.

Si se ponía a meditarlo seriamente, de sus vidas pasadas el solamente conservaba tres cosas: los recuerdos, las ambiciones y el odio por la humanidad entera. Viéndolo de esa manera, él no era más que un joven cuerpo con el alma vieja.

Tan solo una pálida sombra del "original", del primero... ¿porqué tenia que cargar él con sus errores, penas y derrotas?. No era su obligación!!.

~ Creo que... después de diecisiete años con este cuerpo, en esta era... no tiene caso profundizar en eso.

Hao terminó por suspirar mientras se ponía de pie y se dirigía al interior de la casa; alguien lo esperaba allá adentro, para... bueno, para hacer una de las tantas cosas que hacen los enamorados.

El joven shaman hizo a un lado todas esas viejas memorias que de cierta forma le eran ajenas.

En ese instante, la idea de vivir "esta vida" a su gusto era la que más le convencía. Quien sabe, heredarle algunos buenos recuerdos a su futura reencarnación parecía ser.... interesante.

Además, desde que su hijo nació tenia la sensación de querer disfrutar de él y su esposa... su familia.

~ Qué tan malo sería que el reino de shamanes tuviese que esperar.... por otros quinientos años??.

Una traviesa sonrisa, característica de Hao, acompañó sus palabras.

El pensamiento no era nada concreto, sólo fue algo que se le ocurrió. Más todo fue borrado de su mente, en ese momento sólo pudo pensar en estar con su esposa. Debía aprovechar ahora que su hijo dormía para intimidar algunas horas con la sacerdotisa; y vaya que aprovecharía. De todas formas, un par de horas, quinientos o mil años... que más daba?. El mundo podía esperar, ¡pero sus ansias no!.

De cualquier forma, últimamente, Anna parecía ser mucho más importante que eso, después de todo, esa fue su decisión, no?....

Tenerla siempre a su lado, unida por completo a él.... "en esta vida".

Fin ::.

==============================================================

Disculpas... me bloquee para escribir el último capitulo.

En cuanto al nombre del bebé... definitivamente no podía usar el de Hana; y cualquier otro simplemente

no me dejaría satisfecha, me entienden?. Por eso es que Hao y Anna no llegaron a ninguna conclusión.

He de decir que este fin no me convenció del todo, pero no puedo imaginar otro final.

Más siendo este un fic romántico, quise que el desenlace estuviese plagado de eso, de amor...

Lo habré logrado??.

[email protected]