El tesoro entre los indicios


Summary: AU. ¿Que pasa cuando un tesoro oculto durante siglos despierta una intensa búsqueda a través de varios indicios y acertijos? Pues eso es lo que Phineas y Ferb van a hacer, viviendo una intensa aventura llena de intriga, decodificación a la antigua y búsquedas de riquezas antiguas en un tiempo actual.


Disclaimer: Ni Phineas & Ferb ni la película a la cual le hago un homenaje con esta historia son míos, sino de sus respectivos autores.


Nota: Si, después de MUCHO tiempo regreso a este fandom. Me demoré porque quería poner un relato mas, pero uno solido, no solo algo que fuera un chispazo breve de inspiración. Pero por fin aquí está la obra hecha.

Y si, como lo dije, esta es una adaptación en homenaje a una película: "La leyenda del tesoro perdido". Desde la primera vez que la vi me quedé fascinado por la cuestión de la deducción de pistas y como estas llevaban a otras situaciones complejas. Además, la ultima vez que la vi recientemente me volvió el gusto por la película, por lo que decidí hacer un fic con los personajes que queremos.

Eso si, lo aclaro de una vez, le hice unos retoques leves para adecuarlos a los personajes que van a aparecer, así como le casi eliminé las referencias americanas y de masones y demás, para dejarlo únicamente como un relato de intriga y deducción, que es lo que a mi me cautivó, además de que esta historia pueda ser entendida sin problemas por gente de todo el mundo.


NOTA ESPECIAL

Palabras en cursivas = pondré frases en otro idioma -o formas particulares de hablar en español-, sin descartar palabras altisonantes.

Si, recuerden que el idioma que hablan los personajes -por el lugar en el que están- es inglés.

Ahora si, adelante.


Prologo: secreto máximo


Danville, veinte años atrás

Era una apacible tarde de verano en una casa de los suburbios de Danville, donde se celebraba una reunión como cualquier otra entre familias amigas: los niños jugaban, los adultos platicaban, y todo parecía estar en completa calma.

No obstante, en el comedor de esa casa, se encontraban tres personas conversando de un tema bastante diferente a lo normal:

-¿Hace cuanto que no nos reunimos para hablar sobre esto?- Pregunta un hombre de anteojos y cabello rojo.

-Unos tres años cuando menos- responde una mujer y de cabello verde.

-Bueno, supongo que podemos dar la bienvenida a la improvisada reunión de "Los Guardianes del Tesoro"- dice con sarcasmo un hombre castaño y algo encorvado, con su muy marcado acento alemán.

-Heinz, el que seamos los últimos miembros del grupo aun con vida no te da derecho para hablar así-, reprende la peliverde con su tono británico de hablar.

-Lo siento, lo siento.

-Dejemos eso de lado- interrumpe el pelirrojo, -el tema que vamos a tratar en corto es ¿que haremos con el tesoro secreto?

Después de un silencio, Heinz responde:

-Sencillo: que el tesoro permanezca secreto, y que ese secreto muera con nosotros. Al fin y al cabo, nosotros por accidente lo supimos y ya nuestras familias no se pueden quitar las etiquetas de "dementes".

Los otros dos lo miran con sorpresa:

-¿Estas loco Doof?- responde el pelirrojo. -¿Sabes todo el conocimiento que implica tener ese tesoro?

-A ver, señor Flynn-, contra argumenta: -¿y usted sabe lo que implicaría que ese tesoro -mas allá de los conocimientos que haya en este- cayera en determinadas manos?

Y acto seguido, sigue diciendo:

-Yo vengo de un país que estuvo muy implicado en las dos guerras mundiales y luego de estas estuvo dividido por un muro durante décadas… después de lo que viví, cruzando desde Berlín Oriental al oeste y demás, lo tengo muy claro: nein, no me interesa una tercera guerra mundial.

Sin embargo, los otros dos no darían tregua:

-Pero piensa en todo lo que nos podrían decir los papiros, desde Egipto y Roma, hasta Babilonia y Persia, cuando menos…- insiste la mujer del grupo.

-¿Y que hay de esos mismos tesoros por los cuales se han matado a miles de personas? Y todo, para que nosotros tengamos el riesgo de correr el mismo destino… de entrada, mi matrimonio se fue a la basura: ya perdí a mi esposa y a mi hija por esta búsqueda, no puedo arriesgarme a perder mas.

-Pero piensa Heinz: no tienes salir a buscar el tesoro, con no decir el secreto basta.

El aludido suspira antes de responder:

-Está bien, creo que basta con no decir que el tesoro se encuentra en algún lugar de este continente, ya que si permanecía en el viejo mundo -y mas aun al alcance del Vaticano- podría ser usado para la financiación de la dominación mundial… y decir que los viejos guardianes de las Trece Colonias -a pesar de ser varios de ellos unos esclavistas de mierda- pensaron tan bien las pistas que ni los británicos del siglo XVIII ni nosotros podemos entenderlas…

Esto ultimo lo dijo mirando a la peliverde, quien al notar el ligero toque venenoso en las palabras procedió a responder:

-El sarcasmo no es necesario, Heinz. No soy una casaca roja.

-Afortunadamente- dice el pelirrojo, ignorando un "¡Hey! de parte de la mujer"-, ya que de todas las posibles pistas que podían existir solo tenemos una.

-"El secreto está en Charlotte". Ya perdí la cuenta de las veces que fuimos a Carolina del Norte y no hallamos nada. Por eso mismo quisiera retirarme.

Ante lo ultimo que dijo el castaño, la cocina se quedó en un tenso silencio que nadie quería romper.

Lo que los tres adultos no sabían era que tras las escaleras habia dos niños, un pelirrojo y uno de cabello verde de no mas de 10 años de edad, que escucharon toda la conversación, y quienes a diferencia de la actitud pesimista de los mayores, sus rostros reflejaban entusiasmo ante esta noticia:

-¿Oíste eso, Ferb?

El aludido asiente.

-Pero aun me quedan varias dudas… Ferb, ya se lo que vamos a hacer hoy.


Una hora mas tarde

Un hombre castaño estaba tomando un vaso de agua debajo de un árbol cuando los dos niños vienen a su encuentro:

-Señor Doof, señor Doof, queremos preguntarle algo…

Este voltea a verlos hacia abajo:

-Lo siento niños, si es que me preguntan por Vanessa, no la pude traer el día de hoy, tal vez venga en otra ocasión.

-No es eso lo que queríamos preguntarle… ¿Ferb?

Ante la cedida de palabra de Phineas, el peliverde pregunta:

-¿Que es Charlotte?

Al escuchar la pregunta, se tensa Heinz en su interior, sabedor de que ya no podía ocultar más esta información. Tal vez no se llevaría el secreto a la tumba, pero al menos seguiría habiendo guardianes del tesoro, aunque en ese momento lucieran algo improvisados.

-¿Escucharon la platica de la cocina?

Los dos niños asienten, a lo que el alemán suspira:

-Bien, les voy a decir, pero esto es un secreto muy, muy confidencial, que muy pocas personas saben. Es mas, ni siquiera sus padres tienen idea de este indicio…

Phineas y Ferb se sientan al pie del árbol, para escuchar mas sobre las pistas del tesoro por parte del hombre encorvado:

-Miren, los padres fundadores de la Independencia de USA dejaron indicios como estos- saca un billete de 1 dólar -la pirámide trunca, el ojo que todo lo ve, símbolos de los guardianes del tesoro -igual de genios que detestables esclavistas, pero ese es otro tema-…

Heinz continuaba explicándoles a los chicos todo lo que sabia, aprovechando que por fin después de años alguien le prestaba atención a sus relatos, cosa que no hacía ni su propia hija:

-...mediante estos y otros tantos detalles, nos estarán hablando a través de ellos, ya que todo, absolutamente todo, son posibles indicios…- hace una pausa, -sin embargo tienen que jurar que cuidarán el tesoro de todas las personas ambiciosas, incluso si estas son de su propia familia…

Ambos niños se quedan callados.

-¿Lo juran?

Phineas es el que decide hablar:

-Si, lo juramos-, habla por Ferb y por el mismo.

Así , en esa tarde, todo lo que Heinz Doofensmirtz sabia sobre los indicios del tesoro pasó a las mentes de Phineas Flynn y Ferb Fletcher.


Seccion de significados

nein: no -alemán-


¿Que serán capaces de hacer Phineas y Ferb ahora que saben la historia?

¿A que clase de aventuras los llevará?

¿Podrán hallar el tesoro?

Eso lo veremos en los siguientes capítulos, espero que les guste este relato.

Cualquier cosa me dicen, saludos.