Estaba aturdido, al parecer lo golpearon en la cabeza y recién despertada; el sitio se sentía frío, no lograba respirar sin hacer esfuerzo, por lo que quien estuviera allí sabría que estaba consciente.

De fondo se escuchaba un violín, era muy similar a cuando Sherlock hacía sus conciertos en la madrugada, pero estaba seguro que ese no era él. Sabía que él no tocaría así. Abrió los ojos y miró a su alrededor, estaba recostado en una cama junto a la que había un velador pequeño, sobre él una navaja; la tomó cortando la soga que aprisionaba sus tobillos, luego se puso de pie para salir de allí.

-¿No olvida algo?-dijo Eurus Holmes por un altavoz, era inconfundible y terrorífica cada vez que la escuchaba.

Estaba en una habitación que tenía por única escapatoria una puerta, y seguramente ella lo veía.

Se encaminó a la salida, sin embargo, se detuvo; suspiró derrotado al notar que la puerta no tenía perilla para ser abierta.

-Nada, vine solo, me voy solo-dijo al momento que la melodía volvía a sonar por los parlantes conectados a ese sitio.

-¿No lo reconoce?-y sí, solo la pregunta la había delatado, se estaba burlando de él. No quería ser parte de eso.

-Es la música de Sherlock, pero sé cuando es él quien toca. En esta ocasión no es, por tanto no está aquí. Se acabó-dijo golpeando la puerta con todas sus fuerzas, pero al no lograr abrirla y por el cansancio sintió un mareo que lo hacía tropezar con sus pies, alcanzó a apoyarse en la pared más próxima.

-Le recomiendo sentarse y esperar, luego, puede marcharse-dijo al momento que otra canción sonaba.

-No siga intentando con eso, sé que no es su música-dijo sentándose nuevamente en la cama y empuñando sus manos ante el mareo que revolvía su mente en ese minuto.

-¿Tan seguro está de conocer a Sherlock?-dijo con sincero asombro.

-Pruébame si quieres, pero sé distinguir cada canción, fecha y hora de las composiciones de Sherlock.

-Es mala la soberbia en un soldado-dijo con burla la mujer.

-Médico militar, solo soy soldado cuando es necesario.

-Ahora lo es-susurró suave al momento que se desplegaba una pantalla en la pared más grande de la habitación.

John sintió un déjà vu en ese instante y miró a su alrededor, no podía estar nuevamente en una prueba de Eurus, era sádico pasar dos veces en su vida por algo así. La pantalla se dividió en tres partes, en una mostraba a Sherlock, en otra a Mycroft y en la tercera a Greg.

-No es complejo conocer la mente humana, tampoco las reacciones ante el estrés o batalla, pero la memoria, es algo único.

-¿Dónde estoy?-dijo centrándose completamente en su situación, porque sabía que Eurus apreciaba demasiado a Sherlock como para dañarlo y Mycroft seguramente había tomado sus resguardos, sin embargo, no podría dejar de pensar en si realmente Lestrade estaría así de bien como se veía en la pantalla.

-No es relevante-dijo con aburrimiento-sin embargo, lo pondré a prueba y según eso vivirá o morirá cada uno de…

John estaba furioso, mareado y adolorido; no tenía tiempo para eso. Por ello, lanzó un zapato a la pantalla, destrozándole y haciendo saltar los vidrios por la habitación. Caminó con dificultad hasta su zapato y volvió a ponérselo. Luego, fue a la puerta y, para su alivio, se abrió, se internó en un pasillo silencioso y oscuro, hacía aún más frío en ese lugar.

-John Watson-dijo desafiante la menor de los Holmes- fecha, hora y qué hacías cuando Sherlock tocaba esta tonada- se comenzó a escuchar el violín del detective y el rubio cerró los ojos por un momento.

-No caeré en tu…-tropezó y cayó de bruces al suelo.

-Decías…-susurró con burla.

-Vete a la mierda-dijo furioso y levantándose, una nueva tonada comenzaba en los parlantes-es de cuando me casé con Mary, nuestro vals, Sherlock lo escribió especialmente para nosotros-dijo sintiendo como las lágrimas querían caer, pero no le daría ese gusto a Eurus.

-Eso fue fácil-dijo al momento que todo quedaba en silencio.

-No me interesa salvar a nadie-dijo mirando al final del pasillo, había un borde de luz, al parecer era una puerta, bien podría ser una trampa o la salida.

-Lo dudo, doctor Watson-dijo al momento que sonaba una nueva melodía.

Por toda respuesta John comenzó a reír, sin embargo, no podía detenerse, aunque el mareo ya casi pasaba. Esa por lejos era una de las peores situaciones en las que escuchó a Sherlock tocar el violín.

-No me vas a manipular así-dio por toda respuesta y siguió avanzando.

-Eres demasiado para mi hermano-dijo con tristeza, sin embargo, eso podría ser manipulación por parte de la mujer.

-Él merece más que al soldado roto y herido-respondió apresurándose, no sabía cuánto tiempo tenía para salir de allí.

-Él no merece al leal John Watson.

-No podrás jugar conmigo, menos con tus controles mentales. Soy inmune a eso, no podrás programarme a tu antojo.

Una nueva tonada sonó por el lugar, eso era de hace tres noches, el sonido más triste que había escuchado en el violín de Sherlock. Ese día habían bailado en la sala y el detective había dicho que le gustaba. Sabía que lo hirió al no corresponder o ir a hablar después con él, pero no sabía cómo hacerlo. Él no era gay, pero Sherlock… con él todo era diferente.

-La valentía es solo un halago, morir es innecesario, aunque se sacrifique por alguien más.

-No puedes manipularme.

-¡John detente!-era un grito por parte de Sherlock, su voz le erizo la piel e hizo que lo buscara con la mirada-¡John escúchame! Por favor-y el soldado recordó el día en que lo vio caer de la azotea, el día en que se sintió muerto.

No podía detenerse, tenía que llegar a la salida.

Comenzó a correr cuando sintió que el mareo pasaba por completo y llegó hasta la puerta, solo se veía luz en sus bordes; comenzó a golpear y forzar el material, pero no se abría.

-¡Abre Eurus!-gritó furioso y siguiendo con sus intentos, cuando se resignó respiró con profundidad y empuñó sus manos, los Holmes lo volverían loco.

Sin embargo, la puerta se abrió.

-John-dijo una voz conocida-qué haces aquí-dijo tomándolo por los hombros- por qué estás en la zona de carga del avión.

Gregory Lestrade lo abrazo. Se veía vivo y bien.

Ninguno entendía lo que pasaba.