Disclaimer: Nada de la franquicia de Pokémon o la idea del Hackrom de Moemon me pertenecen, todo queda en manos de sus respectivos creadores.


Capítulo 1

El comienzo de la aventura


Y el Charizard del campeón Lionel esquiva el poderoso Pulso Dragón del Duraludon de Roy, ¡¿Pero qué es esto?! Duraludon sigue su envite con un poderoso rayo, ¡que conecta contra el Charizard del campeón! ¿Será este el fin de la racha invicta de Lionel?

—¡No te rindas Charizard!

—Vamos Gloria, hemos visto este combate ya cinco veces seguidas, ambos sabemos cómo acaba todo.

—Oh cállate Elio, tú también estas emocionado por esto… ¡Mira, ya va a Dinamaxizar!, ¡No hables!— Una risa se escapó de sus labios, viendo como su prima se emocionaba mientras que Lionel volvía a su Charizard enorme.

Elio podía recordar como este combate se había transmitido ayer por la noche, el combate de exhibición antes de la apertura oficial de la liga Pokémon de Galar, donde Roy, el líder de Ciudad Artejo, había retado al campeón Lionel, y por poco logra vencerlo. Para él y su prima, fue uno de los combates más emocionantes que habían visto de Lionel hasta ahora.

Su prima, Gloria, era muy parecida a él, aunque se llevaban una edad de diferencia. Ella recién cumplía los quince, mientras él ya tenía dieciséis. Gloria tenía una piel clara como la suya, aunque el cabello de ella era castaño, como su madre, mientras que él tenía el cabello negro, como el de su padre.

Ambos, su padre y su tía venían de la región de Alola, y aunque su tía se había mudado a Galar cuando se casó con su tío, el padre de Elio no hizo lo mismo hasta que él cumplió ocho años. Algo del trabajo o cosas así, ya no lo recordaba. De hecho, lo único que recordaba de la paradisiaca isla era el suave choque de las olas contra la orilla, el aroma de la playa y la naturaleza a su alrededor, y la cálida sonrisa de su madre.

—No me cansó de ver a los combates de Lionel, ¿y tú Elio?— Escucho entonces, despertando de su ensoñamiento.

—¿Qué, ah?, ¿Dijiste algo Gloria?— Pregunto perdido, recibiendo un golpe de la castaña en repuesta.

—Vamos, ¡no puedes ignorarme así!— Exclamo haciendo un puchero mientras lo golpeaba, aunque en realidad no había fuerza en sus golpes.

—Lo siento, lo siento, no lo volveré a hacer— Respondiendo él mientras reía.

—¡Elio, Gloria, Paul está aquí!— Oyeron entonces a su tía/madre llamarlos, una enorme sonrisa se formó en sus rostros.

—¡Ya vamos!— Dijeron ambos.

-XXXX-

Su tía Mizuki siempre había parecido una mujer joven, y la verdad Elio nunca lograba recordar su edad. Era un poco más baja que él, aunque más alta que Gloria. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo, y estaba vistiendo con un overol azul, bajo una camisa grisáceo.

A su lado estaba Paul, el mejor amigo de Elio y Gloria. Su piel era más oscura que la de ambos, y al igual que su hermano tenía el cabello de color morado, aunque mucha más corto que él de este, peinado en un pico. Vestía con una chaqueta afelpada, con una camisa oscura debajo y pantalones y zapatos a juego. Sus ojos dorados nunca dejaban de transmitir la jovial alegría que Paul emanaba. Una mochila verde colgaba tras su espalda.

—Eh, ¿Qué tal están chicos?— Dijo el chico, cuando vio en la mano de Gloria su teléfono— Hey, ¿ese es tu móvil nuevo?

—Así es, lo estábamos usando para ver el combate de Lionel de nuevo— Respondió la castaña sonriendo.

—Los entiendo, el combate fue increíble, no olviden darle ánimos haciendo su pose Charizard— Exclamo él mientras alzaba uno de sus brazos con tres de sus dedos extendidos, imitando la pose y la sonrisa del campeón, para gracia de sus amigos.

—Bueno Paul, ahora que ya están todos aquí, ¿no deberían prepararse?— Intervino entonces la madre de Gloria, sonriéndoles con diversión— Después de todo hoy es el gran día— Dijo, mientras que los ojos de Gloria brillaban con emoción.

—Jaja, así es señorita Mizuki, hoy me levante algo tarde por estar viendo el combate de Lionel también, pero como ese siempre lo grabamos en casa no me tome mucho tiempo viéndolo y vine aquí a buscar a Elio y a Gloria.

—¡Pues qué estamos esperando!— Salto de la emoción Gloria, tomando las manos de Paul y Elio— ¡Vámonos ya!

—Gloria, cariño espera— Exclamo Mizuki, deteniéndola en seco—. Entiendo que estés emocionada y todo, ¿pero no deberías cambiarte el pijama antes de salir?

Y para vergüenza de Gloria, al verse a sí misma, no pudo evitarse sonrojarse a tope al notar que efectivamente, ni siquiera sus zapatos llevaba.

—Mmm, chicos, prométanme que no se irán sin mi okey, saldré enseguida.

—No te preocupes, aquí te esperamos— Respondió Elio sonriendo mientras colgaba su propia mochila, negra y roja, tras su espalda, con Paul riendo divertido mientras asentía atrás de él.

—Bueno, pónganse cómodos mientras esperan por Gloria, esta chica a veces no sé qué tiene en su mente— Dijo Mizuki, mientras regresaba a la cocina luego de que Gloria se marchara de regreso a su habitación—. Ah, y por favor, no vayan a ir al bosque, que conozco lo temerarios que pueden ser.

—No sé preocupe tía Mizuki.

—Sí, estaremos bien señora— Le aseguraron Elio y Paul.

Elio estaba nervioso, y aprovecho para verse en el espejo una vez más para asegurar que nada le faltará. La noche anterior se había asegurado de dormir temprano para estar listo, aunque al parecer era el único de sus amigos que se había preparado por completo. Él vestía con una camiseta blanca bajo un chaleco negro, con pantalones y zapatos de colores oscuros y azulados. Una gorra con logo de Pokeball estaba cubriendo su larga cabellera negra.

—Pase primero por tu casa a ver si estabas listo— Exclamo Paul entonces viéndolo calmadamente mientras se recostaba al lado suyo—, pero no salió nadie. ¿Tu padre fue a la ciudad?

—Sí, ya sabes cómo es todo, pero me deseó suerte ayer para el día de hoy. Dijo que estaría aquí más tarde listo con una sorpresa para mí.

—Eso es genial, hoy es un día muy especial después de todo, ¡hoy obtenemos a nuestros primeros Pokémon!... Bueno, ustedes a sus primeros Pokémon, yo tendré mi segundo— Se corrigió riendo un poco sonrojado mientras cerraba sus ojos.

—Sí, ¿Cómo esta Lulú por cierto?

—Se quedó afuera, al parecer una Wooloo está muy interesada en la cerca que separa el pueblo del Bosque Oniria.

—¡Ya volví!— Exclamo entonces Gloria, llegando junto a ellos. Ahora vestía con un vestido rosa, bajo un suéter gris con una boina verde sobre su cabeza. Una gran mochila marrón colgaba de su espalda— ¡Ya nos vamos mamá!

—Está bien, ¡Cuídense chicos, y por favor, no se metan en problemas!

—¡Sí!/¡Claro!/¡Adiós señora!— Respondieron los tres al unísono, saliendo de la casa de Gloria.


Pueblo Yarda les daba la bienvenida como siempre, con los pájaros plagando los cielos con su canto, y el aroma a flores rodeando el lugar.

—¿Pero por qué no puedo ir?

—Es muy peligroso Wooloo.

—Hey, ¡Lulú!— Dijo Gloria corriendo hacía ambas Pokémon.

La primera era una pequeña Wooloo, no debía tener más de 6 años por su apariencia. Usaba un vestido blanco, con un gorro de lana negro cubriendo su cabellera grisácea recogida en dos coletas.

La otra era el Wooloo de Paul, Lulú. Al igual que Elio y Paul aparentaba tener dieciséis, cubriendo su cuerpo con un suéter de lana blanco y pantalones a juego. Su cabello empezaba de color blanco, y a medida que bajaba se volvía gris. Coronando su cabellera tenía un pequeño par de cuernos.

—¡Gloria, que bueno verte!— Contesto Lulú abrazando a Gloria sonriendo— Hola Elio.

—Hola Lulú— Respondió el chico, pasando su vista a la Wooloo menor— ¿Ella es la Wooloo con la que me dijiste que Lulú estaba hablando Paul?

—Así es— Contesto el pelimorado, agachándose a la altura de la menor mientras le sonreía— Wooloo, por favor, no vayas a atravesar la cerca. En el Bosque Oniria hay Pokémon muy peligrosos y cualquier cosa te podría pasar.

—Bueno, está bien— Contesto la pequeña haciendo un puchero mientras veía el bosque a través de la cerca.

—Muy bien, entonces chicos vamos a casa, mi hermano ya debe de estar allí esperándonos. ¡Vamos!— Exclamo Paul mientras echaba a correr con Lulú y Gloria tras él, y Elio los siguió poco después.

No les tomo mucho tiempo llegar a la casa de Paul, Pueblo Yarda era un pueblo pequeño, literalmente las casas de Elio y Gloria estaban una al lado de la otra y no tenían mucha diferencia en realidad. Aunque la casa de Paul se destacaba, después de todo era la casa más grande del Pueblo, aunque no era para menos.

—¡Mamá, ya volví! ¿Mi hermano ya está aquí?

—Mira que eres impaciente Paul, tu hermano aún no llega— Respondió la madre de Paul, una agraciada señora de cabello morado como el de su hijo, vestida con una camiseta manga larga amarilla y pantalones grises. Tan pronto su mirada cayó en los acompañantes de su hijo, una sonrisa adorno su rostro—. Hola Elio, Gloria, que gusto verlos a ambos.

—Buenas tardes señorita Dracanea/¿Cómo está?— Respondieron ambos primos al unísono, correspondiendo a la sonrisa de la mujer.

—¿Entonces él aún no ha llegado?— Pregunto Paul decepcionado agachando la cabeza con resignación recibiendo unas palmadas en la espalda de parte de Lulú, apoyándolo.

—Bueno, eso no es del todo cierto— Dijo la mujer llamando la atención del cuarteto—. Hace poco oí a los jóvenes del pueblo hacer un alboroto acerca de algo en Pueblo Par, no me sorprendería si tu hermano de camino aquí haya ido a parar allí por error. Sabes cómo es su sentido de la orientación.

—Tienes razón. Muy bien entonces, vamos volando a Pueblo Par, no queremos que mi hermano se pierda, además así evitaremos que los fans lo abarroten hasta muy tarde. Dos pájaros de un tiro— Exclamo Paul viéndolos sonriendo, antes de voltear a ver a Lulú mientras tomaba una esfera roja y blanca. Una pokeball—. Por ahora creo que será mejor que regreses Lulú, no sabemos si luego necesitaremos tu ayuda contra algún Pokémon Salvaje.

—Muy bien— Respondió ella, dejándose absorber dentro de la Pokeball.

—Bien ahora sí, en marcha.


Pronto llegaron a la entrada de la ruta 1, plagada de otros Wooloos salvajes y otros muchos tipos de Pokémon.

—Recuerden, yo tengo a Lulú, así que si algún Pokémon salvaje me reta no tendré ningún problema, pero si van ustedes podrían verse en aprietos, pues aún no tienen ningún Pokémon, así que traten de evitar la hierba lo más que puedan— Les había dicho Paul tan pronto llegaron a la ruta. A lo lejos, veían ya un tumulto de gente rodeando la estación de tren, Gloria no pudo evitar un chillido de emoción al ver de quién se trataba.

—¡Paul, no hay ningún problema si nos adelantamos Elio y yo, ¿verdad?!— Dijo Gloria, apartando la vista del combate que su amigo estaba librando. Mientras que iban en camino una Rookidee se había acercado con las intenciones de luchar contra ellos, por lo que Paul se estaba encargando de ella con ayuda de Lulú.

—Muy bien, vayan entonces. Lulú y yo los alcanzamos enseguida— Respondió este con una sonrisa antes de volver su mirada al combate. La Rookidee acababa de atacar con picotazo— Eso no será suficiente, ¡Lulú, usa Placaje!

—Vamos Elio— Sin esperar más, Gloria literalmente arrastro a su primo hacía el pueblo.

Tan pronto entrar a Pueblo Par pudieron ver que el lugar estaba abarrotado de gente en la entrada, la cual estaba justo en frente a la estación de trenes del pueblo, y no era para menos. Lionel, el campeón en persona, estaba allí junto a su bella Charizard.

—¿Cómo estamos, Pueblo Par?, ¡El campeón Lionel está de vuelta en casa!— Exclamo, haciendo su típica pose, ladeando el cuerpo mientras alzaba su mano con tres dedos extendidos.

—¡WHOOOOOOOOOOOOOOO!— El pueblo entero grito en jubilo ante la llegada de su campeón.

—¡No puedo creerlo, es Lionel!— Incluso Gloria, quién sabía que vendría, no pudo evitar emocionarse por la entrada de este.

Lionel era en muchos sentidos parecido a Paul, aunque con su cabello mucho más largo, recogida en una gorra plana negra, y con una pequeña barba adornando su rostro. Vestía con una camiseta deportiva negra con detalles en rojo y shorts blancos, con medias largas del mismo color. Una capa rojiza colgaba de sus hombros, con el logo de la liga Pokémon adornándola.

Por otro lado, su Charizard vestía con una blusa de mangas cortas naranja, junto a unas muñequeras del mismo color. Sobre su cabello llevaba unas gafas que combinan con el naranjo de este, con un par de cuernos sobresaliendo de él, y una cola saliendo del final de su espalda, con la punta en llamas. Pantalones amarillos y sandalias blancas terminaban su vestimenta.

—¡Lionel y Charizard están aquí! ¡Ambos son los mejores!

—¡El campeón imbatible de la región de verdad ha regresado!

—¡Muchas gracias por su apoyo querido público!— Respondió Lionel con una sonrisa— ¡Espero que sigan entrenando a sus Pokémon, y así un día nos enfrentemos en la liga Pokémon con todo lo que tengan!, ¡Los estaré esperando!

—Enfrentar a la liga ya de por si es un reto, ¡ni se diga de tratar de vencer al campeón!

—Sí, tu Charizard es demasiado fuerte para mortales como nosotros, ¡no tendríamos oportunidad!

—Por favor, van a hacer que Natsuki se sonroje— Respondió Lionel sonriendo, con la chica bufando detrás de él con una sonrisa—Mi compañera es muy fuerte, claro que sí, ¡pero ustedes también pueden serlo! ¡Espero que vengan a retarme entrenadores realmente fuertes, para luchar y fortalecernos mutuamente, para así algún día, llegar a ser los más fuertes del mundo! ¡Ese es mi sueño!

—¡WHOOOOOOOOOOOOO!— Una vez más el pueblo exploto en vítores para su campeón, que solo sonreía agradecido por ello.

—¡Lionel es tan genial!— Exclamo Gloria, sin poder aguantar su emoción.

—Si lo es, ¡pero podrías soltar mi brazo!—Protesto Elio, a quien Gloria estaba apretando su brazo con una fuerza titánica no propia para una chica de su complexión, en un vano intento de no volverse loca de la emoción.

—Hey, chicos, perdonen la tardanza, ya regresé— Oyeron entonces a Paul, quién apenas los había alcanzado— ¿De qué me perdí? Oh, sí ahí está, ¡Ey, Lionel!, ¡Por aquí!

Escuchando la voz de Paul, Lionel empezó a buscar entre la multitud, hasta que Natsuki le señalo un lugar en el fondo, y su sonrisa se ensancho aún más.

—Eh Paul, cuanto tiempo— La gente le abría paso al campeón, viéndolo acercarse al grupo de jóvenes junto a su Charizard— Lo siento gente, pero mis fans número unos han venido a buscarme.

Si Elio antes hubiera apostado por si su prima no podría estar más emocionada ese día, hubiera perdido estrepitosamente. No sabía que la emocionaba más, si volver a ver al hermano de Paul en persona, o si ver a Natsuki, su Charizard, otra vez. Lo qué si sabía, es que como lamentaba haberle dejado su brazo derecho.

—¿Qué pasa campeoncillo? Has crecido más desde la última vez que te vi— Exclamo Lionel despeinando el cabello de Paul sonriendo, misma sonrisa que tenía Paul.

—Nada más lejos de la realidad, hermano— Respondió este, haciendo reír a Lionel. Su mirada entonces se posó en Elio y Gloria, y con el mini chillido que esta soltó Elio podía jurar que esta vez sí le había explotado un tímpano.

—Gloria, Elio, que gusto volverlos a ver chicos, sí que han crecido. ¿Están listos para el gran día?

—Claro que sí/¡S-sí!— Respondieron con calma/emoción tanto Elio como Gloria, esta última casi desmayándose cuando Natsuki le guiño un ojo con picardía.

—Muy bien, será mejor que volvamos al Pueblo, haya estaremos más tranquilos.

—Me parece bien, ¡entonces hagamos una carrera, el último en llegar se queda sin cenar!— Exclamo Paul antes de echar a correr de vuelta por el camino que había tomado.

—¡Hey, no es justo Paul!— Se quejó Gloria yendo tras él.

—Jope, como les gusta competir a estos dos— Comento Lionel sonriendo, antes de voltearse a ver al pueblo—. Bueno mi gente, ya es hora de irme, muchas gracias por recibirme y recuerden.

Una vez más Lionel se había puesto en su pose, esta vez con Natsuki imitándolo, hablando los dos al unísono.

—¡Un campeón no nace, se hace!

—¡WHOOOOOOOOOOOOOOOO!

Qué genial es. Pensaba Elio, tratando de controlar una sonrisa en su rostro.

—Je, vamos Elio— Dijo entonces Lionel, mientras él y Charizard iban tras el dúo.

—Voy— Y con eso dicho, él también se unió a la carrera.


Pronto regresaron a Pueblo Yarda, al patio de la casa de Paul. Incluso contaba con su propio mini campo para batallas Pokémon, y allí, frente a Lionel y su Charizard, estaban Paul, Elio y Gloria, ansiosos por lo que vendría. Incluso Paul había dejado salir a Lulú, pues quería que estuviera presente.

—Bueno hermano, no nos hagas esperar más, me prometiste que nos traerías unos nuevos Pokémon a los tres, así que vamos— Exclamo ansioso Paul, siendo regañado por esto por su Wooloo, pero no lo podían culpar, Elio y Gloria estaban igual de emocionados que él. Una risa se escapó de la boca de Natsuki viendo a Paul, mientras que Lionel solo negaba con una sonrisa en sus labios.

—No te preocupes Paul, yo siempre cumplo mis promesas, y hoy su campeón favorito les ha traído unos regalos increíbles— Respondió él, sonriendo aún más al ver la mirada radiante de los chicos mientras sacaba tres Pokeballs de sus bolsillos— ¡Es hora de que las conozcan!

Lanzando las tres esferas al mismo tiempo, tres haces de luz se liberaron, tomando forma poco a poco.

La primera era una chica de cabello verde con un pequeño moño en la parte superior de su cabeza, sostenido por una rama. Vestía con una camiseta manga corta naranja con guantes del mismo color, con un mini chaleco verde encima. Para finalizar, usaba unos pantalones verdes y sandalias naranjas. Una cola marrón salía debajo de su camiseta, enrollándose en su cintura como un cinturón. Cuando los vio a los tres, una risa alegre escapo de sus labios. Era Grookey, la Pokémon de tipo planta.

La siguiente en salir era una linda chica de cabello blanco, con dos orejas de conejo que terminaban con puntas rojizas, y una esponjosa cola debajo de su espalda. Vestía con una camiseta ceñida de manga corta blanca y roja, con unos mini shorts blancos y deportivas rojas. Una pequeña banda en su nariz de color amarilla terminaba su apariencia. Tan pronto salió empezó a correr alrededor de sus compañeras, dejando una estela de fuego a cada paso. Era Scorbunny, la Pokémon de tipo fuego.

La última tenía un cabello azulado, recogido en una cola de caballo por una cinta amarilla. Usaba una camiseta abotonada azul dentro de una falda de un tono más claro del mismo, con zapatillas azules. Debajo de su espalda salía una larga cola azulada, y usaba gafas ovaladas resaltando sus lindos ojos azules. Tan pronto vio el desastre que estaba haciendo su amiga, se dispuso a apagarlo disparando chorros de agua desde su boca, ignorando por completo la presencia de los entrenadores mientras que con una voz suave la regañaba. Ella era Sobble, la Pokémon de tipo agua.

—Eh, chicas, vengan acá, hay alguien a las que quiero presentarlas— Exclamo con gracia Lionel, llamando la atención de las tres.

—¿De qué se trata señor Lionel?— Pregunto de forma educada Sobble, sonrojándose al ser el centro de atención. Para su suerte, Scorbunny salto tomando la pantalla.

—Sí, dijiste que hoy conoceríamos a nuestros entrenadores, ¡no deberíamos estar perdiendo el tiempo por ahí!— Se quejó haciendo reír a Grookey.

—Scorbunny, creo que ya llegamos— Explico ella viendo hacía los jóvenes.

—Así es, chicas, ellos son Paul, mi hermano menor, y sus amigos, Gloria y Elio. Hoy ellos se estrenarán como entrenadores Pokémon.

—H-Hola— Saludo con nervios Gloria, sin perder nunca su sonrisa. Su primo tras ella solo asintió, con la misma sonrisa que ella.

—Bueno— Dijo Lionel— ¿Quién irá primero?

Gloria entonces volteo a ver a Elio y a Paul con duda, solo para encontrarse con los rostros sonrientes de estos.

—Estuve esperando un año para que tú tuvieras la edad suficiente para tener tu propio Pokémon, un poco más no me hará daño— Respondió Elio encogiéndose de hombros.

—Así es, además yo ya tengo a Lulú, así que adelante, ve por ello Gloria— Dijo de la misma manera Paul, sonriendo mientras pasaba sus manos tras su cabeza.

—Chicos…— Gloria sentía que en cualquier momento podría llorar. A veces odiaba ser tan emocional— ¡Son los mejores!— En un impulso salto hacía ellos, dándoles un fuerte abrazo que los dos no tuvieron peros en corresponder.

—Bueno, adelante prima.

—No las hagas esperar.

—¡Muy bien!

Gloria se acercó a las tres chicas. Grookey mantuvo su sonrisa alegre todo el tiempo. Scorbunny, fiel a su naturaleza, saltaba de un pie a otro sin poder aguantar la emoción. Por otro lado, Sobble sonreía de forma más tímida. Gloria sonrío, pues sabía a quién quería como su compañera.

—Elijo a Scorbunny— Dijo, mientras la mencionada solo chocaba sus puños en emoción mientras sus compañeras la felicitaban.

—Scorbunny es una Pokémon energética y muy animada, perfecta para ti en realidad— Comento Lionel con una sonrisa mientras le entregaba su Pokeball a Gloria, antes de ver a la chica conejo—. ¿Estás de acuerdo Scorbunny?

—Claro que sí— Contesto la chica riendo.

—Muy bien, entonces a partir de ahora tu nombre será Rumi— Exclamo Gloria sonriendo— ¡Ven Rumi!— Y sin más la devolvió a su Pokeball.

—Bueno, si no te importa Elio, me gustaría elegir ahora yo— Dijo entonces Paul, mientras que Gloria mimaba su nueva Pokeball con cariño. Elio solo negó mientras sonreía.

—Adelante.

Con una sonrisa Paul se acerca al ahora dúo junto a Lulú, no tenía que pensar mucho, ya sabía a quién quería en su equipo.

—Muy bien, entonces si estás de acuerdo— Paul se detuvo enfrente de la chica de pelo verde—. creo que una Pokémon de tipo planta quedaría bien en nuestro equipo, ¿no crees Lulú?

—Yo creo que sí— Respondió riendo.

—¿Entonces qué dices Grookey?, ¿Te unirías a nuestro equipo?— Pregunto, a lo que la chica rio mientras hacía una reverencia.

—Para mí sería un honor, Master— Dijo jocosa, con una sonrisa igual a la de Paul.

—Muy bien, entonces te llamaré… Ellie, ¿qué te parece?— Pregunto él, y la sonrisa de, ahora Ellie, se ensancho incluso más.

—Me encanta.

—Bien, entonces eso significa— Dijo Elio, avanzando entre Gloria y su Pokeball y Paul con Ellie y Lulú, hasta quedar frente a Sobble, sonriéndole con amabilidad— qué tu y yo seremos compañeros, ¿estás de acuerdo?

—Yo— Pero la chica no pudo responder, puesto que en ese momento Lionel se acercó poniendo una mano en el hombro de Elio, llamando la atención de los otros también.

—En realidad, yo quisiera que ella viniera a mi equipo— Dijo, sorprendiendo a todos los presentes, sobre todo a Sobble—, si ella está de acuerdo, claro está— Completo volteando a verla a ella.

Un gran sonrojo cubrió toda su cara, mientras una mayor sonrisa se formaba.

—¡S-si!, ¡C-claro que sí, sería un honor!— Respondió haciendo una profunda reverencia, haciendo reír a Natsuki, mientras Lionel negaba con una sonrisa.

—Muy bien, entonces vuelve Lily— Dijo este, mientras devolvía a la chica a su Pokeball.

—¡Eh, espera un minuto hermano!— No tardo en protestar Paul, viéndolo con el ceño fruncido.

—Dijiste que nos darías un Pokémon a todos, ¡qué seas el campeón no significa que puedas hacer lo que quieras!— Dijo del mismo modo Gloria viéndolo enojada.

—Hey, no importa chicos— Dijo Elio con una pequeña sonrisa, aunque en sus ojos se mostraba que estaba decepcionado, rompiendo el corazón de ambos—. Supongo que será el próximo año.

Pero entonces la suave risa de Lionel llamo la atención de los tres, la sonrisa de su Charizard cada vez haciéndose más grande.

—En realidad, no creo que debas esperar tanto, Elio.

SWISH

Un rápido sonido, como si algo estuviera rompiendo el viento, se oyó en la lejanía, y la sonrisa de Natsuki se volvió una risa.

—Justo a tiempo.

Era un Taxi Volador. En la parte superior, envuelta en una estela azulada con la forma de un ave, estaba una bella chica de cabello plateado con enormes alas negras, vistiendo con ropas de aviador azules. Cubría su cabello con un gorro de aviador, con unas gafas protectoras sobre sus ojos. En sus manos, cubiertas por unos guantes oscuros, cargaba con un gran teleférico blanco.

En poco tiempo su figura se hizo visible para el trío de amigos, la cual se estaciono frente a ellos, descendiendo la cabina poco a poco apoyándose con sus enormes alas. Cuando toco el suelo, la estela que la cubría desapareció, y sus alas se retrajeron hasta poderlas esconder tras su cabello.

De la cabina, salió primero un hombre de cabello negro azulado y ojos plateados. Vestía con un traje de obrero algo sucio, pero estaba con una gran sonrisa en su rostro.

—Muchas gracias Corviknight— Dijo este hacía la Pokémon, ignorando la cara de los jóvenes presentes.

—¿Papá?/¿Tío Taiyō?/¿Señor Sun?— Preguntaron al mismo tiempo Elio, Gloria y Paul, viendo al recién llegado sorprendidos. Este cuando los vió solo pudo sonreírles, aún más al ver la Pokeball que tenía Gloria, y las dos Pokémon al lado de Paul.

—Hola chicos, veo que ya recibieron a sus Pokémon— Dijo, mientras que del taxi salía otro hombre.

—Así es tío, pero…— Dijo Gloria viendo a Elio preocupada.

—Mi hermano le quito el suyo a Elio— Completo Paul viendo a su hermano enojado. Este solo levanto las manos en rendición, con algo de nerviosismo en su rostro mientras que Natsuki tras el reía.

—Oh, sí, sobre eso, yo fui quien le pidió que lo hiciera— Revelo Taiyō, para consternación de los chicos.

—¡¿Qué?!— No fue sorpresa que el primero en explotar fuera Elio, viendo a su padre con traición— ¿Pero, ¡por qué papá!?— Exigió esté, a lo que Taiyō, sonriéndole con comprensión se volteó para que pudieran ver al hombre que venía con él.

—Quiero que conozcan a alguien— Era un hombre alto, incluso más que Lionel, con una barba de perilla en su mentón. Parecía musculoso, y vestía con una bata blanca y pantalones tres cuartos grises, usando sandalias verdes. Cubriendo sus ojos también usaba lentes de sol verdes. Su cabello negro estaba recogido en una coleta baja, dentro de una gorra blanca.

—Uff, con él calor que hace no sé cómo puedes vivir Tai, ¡incluso me hiciste cerrar mi bata!— Se quejó el hombre.

—Esto no es Alola, profesor— Bufo Taiyō, viéndolo cruzándose de brazos—, no puedes ir por ahí mostrando el paquete.

—Ya, pero tampoco lo digas así que los niños lo podrían mal entender, que imagen darías de mí— Se quejó este, para poco después reír los dos juntos, para confusión de los chicos.

—Papá, ¿Quién es él?— Pregunto Elio más que confundido. El profesor solo negó con la cabeza suspirando.

—Donde es que tengo la cabeza. Si Pimpinela estuviera aquí, ya me hubiera molido por mi falta de modales— Exclamo el hombre suspirando, para después ver a los chicos sonriendo ampliamente—. Yo, mis queridos niños, soy Kukui, el Profesor Pokémon de Alola— Se presentó, para después enfocar su mirada en Elio—, y hoy, he venido aquí a darte tu Pokémon inicial Elio— Reveló, para emoción de Gloria y Paul.

—¡Si!

—¡Esto es increíble, el profesor en persona vino a entregarte a tu Pokémon inicial Elio!

—¿Eh?— Y por mientras Gloria y Paul celebraban que los tres iban a tener sus Pokémon, Elio apenas estaba empezando a asimilar todo ello.

Sin darse cuenta, su padre se había puesto a su lado, poniendo una mano en su hombro para llamar su atención. Una sonrisa cálida se hallaba en su rostro.

—Se lo importante que es este día para ti, por eso quería darte un presente igual de especial. Sé que te criaste gran parte de tu vida aquí Elio, pero los dos, tu y yo, somos de Alola, y con esto espero que sientas que nuestro hogar natal siempre estará con nosotros— Explico el hombre, a lo que Elio correspondió con una sonrisa.

—Bueno— Interrumpió Kukui con una sonrisa alegre en su rostro, sacando tres Pokeballs del fondo de su bata—, por lo general esto lo hacen son los Kahunas de las Islas, pero tratare de hacer mi mejor esfuerzo. ¡Vamos a ello, salgan!

Lanzando las Pokeballs al aire, salieron 3 Pokémon, envueltas en halos de luz.

La primera tenía el cabello blanco, volviéndose verde conforme acababa. Usaba un suéter de capucha marrón, del que salían dos pequeñas alas, y una falda a juego, terminando en sandalias naranjas. Tan pronto salió de la Pokeball parecía estar dormida, despertando de su sueño por su segunda compañera, bostezando tiernamente mientras se levantaba y sonreía. Era Rowlet, la Pokémon Pluma Hoja.

La segunda en salir, y la que levando a Rowlet, era una chica de cabello azulado, recogido en una cola de caballo. Sus mejillas presentaban un permanente sonrojo, y vestía con un top deportivo azul y shorts iguales, terminando en sandalias blancas. Luego de despertar a su amiga y suspirar con fastidio, volteo a ver a los entrenadores con una gran sonrisa en su rostro. Ella era Popplio, la Pokémon León Marino.

La última procuro alejarse de las otras dos, ignorando la mirada de los entrenadores, y las tristes que sus compañeras le daban. Vestía con un suéter de manga larga negro con detalles en rojo, con pantalones y botas del mismo color. Su cabello era corto y salvaje, con orejas de gato saliendo de encima de ellos. Del final de su espalda salía una cola negra. En sus mejillas y en su frente había unas lindas marcas rojizas, que nada tenían que ver con su apática mirada dorada. Ella era Litten, la Pokémon Gato Fuego.

—Bueno, ¿a quién eliges Elio?— Pregunto su padre viéndolo mientras sonreía, sus amigos viendo impresionado a los nuevos tres Pokémon que nunca en su vida habían visto.

—Mmm, no estoy seguro…— Dijo este, pero su mirada no se apartaba de la chica de cabello negro, suspirando, y armándose de valor, se acercó a ella.


Una de las orejas de Litten se alzó cuando escucho pasos viniendo hacia ella. Volteando su rostro sus inexpresivos ojos vieron frente a frente con un nervioso entrenador.

—Hola… ¿Cómo te llamas?— Pregunto este, ella viendo como tras él, el grupo de humanos que no conocía se palmeaban el rostro. Ella también pensaba lo mismo.

Que idiota.

—No tengo uno— Respondió monótonamente—, solo un entrenador puede darme uno.

—Oh, si— Respondió él, como si apenas ahora se hubiera acordado de ese detalle, pero entonces, para la confusión de Litten, vió a este sonreír—. Entonces, ¿qué te parece si yo te doy uno? No está bien que no tengas nombre, es como si a mí me fueran llamando por ahí humano o algo así.

—Creo que no entiendes— Siguió ella, ahora más confundida—. Solo mí entrenador, mi maestro, puede darme un nombre— Respondió, sin entender porque a su lado Popplio y Rowlet sonreían con alegría.

—Bueno, eso es lo que trato de decir, quiero ser tu entrenador— Explico, y por primera vez los ojos de Litten mostraron otra emoción.

Sorpresa.

—¿Qué?— Pregunto, con un lindo sonrojo cubriendo sus mejillas, para gracia de sus amigas. Pero ella no podía apartar la vista del chico que sonreía frente a ella.

—Bueno, supongo que eso lo decide— Escucho entonces al Profesor Kukui, quién se acercaba a ellos con una sonrisa—. En Alola, para tomar a uno de los iniciales como tu compañero no basta con elegirlos, ellos también deben elegirte a ti— Su atención paso entonces a Litten, quién aún no asimilaba todo—. ¿Y bien Litten, serás el Pokémon de Elio?

—¿Qué dices?, ¡Viajemos juntos, Litten!— El humano, Elio, sonrío aún más si es que podía, extendiendo su mano hacia ella. Una pequeña sonrisa se atrevió a romper ese apático rostro, tomando lentamente la mano que se le ofrecía.

—Estoy a su cuidado, maestro— Dijo la chica mientras hacía una reverencia.

—Muy bien, pero no me llames maestro, mejor dime Elio. Y a partir de este día, tu nombre es Neo— Dijo el sonriendo, misma que ella se permitió tener.

—Sí, Elio.

—¡Felicidades Litten!, digo, Neo— Escucho entonces, antes de ser sofocada por el fuerte abrazo de Popplio.

—Sabía que hoy sería un gran día, tomemos una siesta para celebrar— Dijo entonces Rowlet, antes de dormirse en la espalda de Neo.

—¡No puede ser, se durmió de nuevo!— Se quejó de nuevo Popplio, para la gracia de todos los presentes.

—Bueno, Popplio, Rowlet, será mejor que vuelvan ahora— Dijo Kukui devolviendo a ambas a sus Pokeballs, mientras le entregaba la de Litten a Elio—, cuida muy bien de Neo, Elio.

—Así lo haré—Respondió enseguida este, mientras Litten cubría su rostro en el cuello de su suéter. Entonces el profesor Kukui recordó algo más.

—Ah, cierto, casi se me olvidaba— Dijo, llamando la atención de los presentes—. Elio, ¿tú tienes un Móvil no es así?

—Em, si, ¿por?— Respondió confundido.

—Préstamelo un segundo— Dijo Kukui.

Elio, confundido, hizo lo pedido. Sacó su teléfono de su bolsillo, un Smart-Rotom negro. Investigando las habilidades de los Rotom para ingresar en los electrodomésticos lograron crear una especie de programa basado en Rotom, el cual permite mejorar los equipos en los que ingrese. El último modelo, es él Smart-Rotom, la combinación de Rotom con un teléfono inteligente.

El profesor saco el suyo propio, un Smart-Rotom blanco, con hélices en forma de rayo en sus esquinas y con la cara sonriente de Rotom en la parte trasera. Entonces toco las esquinas de ambos aparatos.

Realizando descarga.

Descarga completada.

Implementando actualización.

Actualización completada.

Pokédex de Alola cargada.

—Listo, ya está— Dijo el profesor sonriendo, soltando su Smart-Rotom que volvió hacia las manos de su propietario.

—Pero profesor, ¿Qué fue lo que hizo?— Pregunto, con Gloria, Paul y los Pokémon de este último viendo su teléfono, curiosos.

—¿Dijo que estaba actualizándose no?— Comento Gloria confusa.

—Sí, pero no parece diferente de los nuestros— Asintió Paul, provocando una sonrisa en el profesor y los otros dos adultos presentes.

—Ya verán— Comento, volteando su mirada al pelinegro —, Elio, mira a Neo y di "Pokédex".

—Mmm, ¿okey?— No muy seguro, Elio obedeció, volteando a ver a su Pokémon—. ¿Pokédex?

Aunque no lo dijo con seguridad, su teléfono reacciono enseguida. Rápidamente voló hasta estar frente a él, haciendo un ruido mecánico hasta aparecer una pantalla de Texto, la cual poco a poco empezó a leer.


Datos de la Especie:

Especie: Litten.

Ratio de Encuentro: Ultra raro.

Evoluciona en: Torracat (A partir del nivel 17).

Evoluciona de: Ninguno.

Tipo: Fuego.

Fuerte contra: Hielo, Bicho, Planta, Acero.

Débil contra: Tierra, Roca, Agua.

Inmune a: Ninguno.

Habilidades: Mar Llamas (Principal), Intimidación (Oculta).

Descripción: Los Litten son Pokémon muy reservados, sinceros y algo solitarios, casi nunca muestran sus emociones. Rara vez pierden la calma, y cuando esto pasa se envuelven en llamas, mostrando su estado de ánimo. Cuando quieren intimidar a sus oponentes, prenden sus cabellos en llamas.

Datos del Pokémon

Nombre: Neo.

Entrenador: Elio.

Edad: 17 años.

Habilidad: Mar Llamas.

Movimientos: Arañazo, Gruñido, Ascuas, Sorpresa.

Nivel: 5.

Altura: 168cm.

Peso: 58Kg.

Copa: A.

Descripción de habilidades (abrir pestaña).

Descripción de movimientos (abrir pestaña).

Tabla de tipos (abrir pestaña).


—Wow— Dijeron los chicos y sus Pokémon al unísono viendo los datos mostrados por el teléfono. Neo tenía sus orejas alzadas mientras ladeaba su cabeza leyendo con curiosidad todo lo que decía.

—La Pokédex es una enciclopedia que almacena todos los datos de los Pokémon que existen, es muy útil, sobre todo para entrenadores novatos como ustedes— Explicaba el profesor Kukui con una sonrisa, hasta que de repente se vió rodeado por Gloria, quién lo veía con ojos brillantes con su teléfono en mano.

—¿Puedes actualizar el mío también? Por favor, por favor, por favor, por favor— Pedía una y otra vez la chica para gracia de sus acompañantes.

—Lo siento, pero la actualización que hice en Elio fue para la Pokédex de Alola— Explicó el profesor—, con eso puede ver los datos de Litten, pues no es un Pokémon de Galar. La misma actualización no serviría de nada en las suyas.

—Ow…— Decía decepcionada la chica.

—Hey, no te preocupes Gloria— Exclamo Taiyō, animando a su sobrina—. La profesora Magnolia seguramente podrá hacerles el favor a ti y a Paul de actualizar sus Smart-Rotom con la Pokédex de Galar. De hecho Elio también debería hacerlo, la Pokédex de Alola no le servirá de mucho aquí.

—El laboratorio de la Profesora Magnolia esta justo en Pueblo Par de hecho— Añadió el campeón sonriendo—. No debería ser mucho problema que nos haga ese favor.

—Entonces vamos pongámonos en marcha, ¡a Pueblo Par!— Exclamo Paul emocionado, pero antes de que pudiera dar siquiera un paso Natsuki, la Charizard de Lionel lo detuvo bufando.

—Para ese tren Paul, ¿no te das cuenta que ya está atardeciendo?— Era verdad, el tiempo se les había pasado tan rápido que ni cuenta de ello se habían dado— Será mejor que vayan mañana, la señorita Magnolia ya está muy mayor para atenderlos a estas horas.

—Muy bien, entonces no se diga más, mañana iremos a Pueblo Par a obtener esas Pokédex, ¿estamos todos de acuerdo?— Pregunto Lionel sonriendo, viendo como los tres amigos se veían entre ellos antes de asentir.

—¡Sí!— Respondieron al unísono, levantando los puños con entusiasmo.

—Muy bien, entonces Paul será mejor ir a casa, hace tiempo que no veo a mamá y a los abuelos, andando— Comento el campeón antes de voltearse a ver a Taiyō y a Kukui—. Un placer verlo de nuevo, señor Taiyō, y que gusto conocerlo al fin, Profesor Kukui.

—El gusto es todo mío, campeón— Respondió el profesor sonriendo—. Espero con ansias ver que combates ocurrirán en la liga de este año, y ver porque te llaman el campeón imbatible— La sonrisa de Lionel solo se ensancho más ante esto.

—Así será— Y sin más, volvió a retomar su camino de vuelta a casa junto a Natsuki.

—Muy bien, entonces nos veremos mañana aquí para ir a que la Profesora Magnolia, ¿bien chicos? Nos vemos— Se despidió Paul sonriendo— Adiós señor Taiyō, y gusto en conocerlo Profesor Kukui.

—Cuídate muchacho.

—no causes problemas a tu madre— Rio el padre de Elio viéndolo seguir los pasos de su hermano. Entonces se dio cuenta que Elio lo miraba haciendo una pregunta silenciosa, que él no tardó en responder—. Para poder venir aquí tuve que pedir a un compañero que me cubriera en el turno nocturno, debo volver a la ciudad, además debo llevar a Kukui a donde se quedará. No creo quedarme esta noche en casa— Dijo, a lo que Elio solo asintió.

—Entiendo papá.

—Muy bien, es hora de irnos— Exclamo Kukui volviendo al interior de la cabina del taxi volador, antes de voltear a ver a ambos entrenadores con una sonrisa—, y asegúrense de cuidar bien de sus Pokémon.

—Saluda a tu madre de mí parte Gloria— Dijo Taiyō mientras seguía los pasos del profesor—. Nos vemos hijo.

—¡Adiós papá!/¡Vuelvan pronto!— Se despidieron los dos sonriendo, mientras veían al taxi volador alzarse de nuevo.


Dentro del teleférico, Taiyō vio a su viejo amigo con seriedad.

—¿Crees que esa Litten le dará problemas a mí hijo?— Pregunto un tanto preocupado, pero al ver que la sonrisa del profesor no disminuía supo que no tendría de que preocuparse.

—Estará bien— Le aseguro— Esa Litten la ha visto difícil, llevando ya un año sin haber conseguido un entrenador, incluso la devolvieron una vez sin siquiera darle nombre o haber hecho un pacto, pero tu hijo desprende una energía tan grande, que creo que será un gran entrenador algún día— Volteo a verlo, con gran seguridad en sus palabras—, y estoy seguro que esa Litten lo llevará lejos.

Un suspiro que no sabía que contenía se permitió salir de la boca de Taiyō, sonriendo de acuerdo.

—Sí, eso suena a mí hijo.


Ya caída la noche, Elio estaba de vuelta en su hogar, comiendo junto a su nueva Pokémon. Aunque el silencio que experimentaban se le hacía incomodo, él no sabía cómo romperlo, tampoco ayudaba que ella casi no estuviera tocando su comida.

—Discúlpame si prepare algo que no sea de tu agrado, por lo general dicen que cocino bien— Rio nerviosamente en un intento de romper el hielo, Neo solo negó posando sus ojos monótonos en él.

—No, la comida está bien, solo me estaba preguntando algo… Bueno, dos o tres cosas, en realidad— Respondió, posando sus ojos dorados en los plateados de Elio, un escalofrío recorriendo su espalda.

—Bueno, puedes decirme lo que quieras— Contesto el sonriendo con confianza.

—Okey, entonces… ¿Por qué me elegiste a mí, por sobre Rowlet y Popplio… y porqué empezar pidiendo mi nombre? De verdad, creo que hoy en día es raro que haya entrenadores que no sepan que los Pokémon sin entrenadores no tienen nombre… a menos que seas idiota, claro está— Elio no pudo evitar pensar que eso último estaba demás.

—Bueno, disculpa si di una mala primera impresión, ¡pero estaba nervioso!— Exclamo Elio en su defensa antes de suspirar, dándole una sonrisa tranquila—, a diferencia de Rowlet y Popplio tú te veías tan, distante, no sé, era como si estuvieras molesta o triste, y eso no me pareció bien.

Litten ladeó su cabeza en confusión, cosa que Elio hayo muy adorable en ella, pero tenía que concentrarse.

—Pensé que podría hacer algo para animarte, y bueno, cuando mencionaste que solo un entrenador te podía dar un nombre, pareciera que eso es lo que querías, así que lo hice— Dijo, sin perder su sonrisa.

Un pequeño sonrojo había vuelto a las mejillas de Neo, ocultando nuevamente una sonrisa debajo del cuello de su suéter.

—Ya veo— Dijo simplemente, viendo a Elio asentir y volver a su comida, con un ambiente más ameno entre ambos.

Pero aún había otra cosa que quería saber.

—En realidad, hay algo más que quería preguntar.

—¿Mmm?— Elio volteo a verla de nuevo, alzando una ceja mientras pasaba su comida— ¿Qué sucede?

—Quería saber cuándo planeabas hacer un pacto conmigo— Dijo ella, como si fuera lo más común del mundo.

—¿Un pacto?— Elio tenía leves recuerdos de lo que era un pacto. Sabía que era importante, pero no podía recordar de que trataba. Era como si él hubiera bloqueado todo acerca del tema.

—Sí, no sé cómo funcionaran las cosas en Galar, pero en Alola si no hacías un pacto dentro de las próximas 24 horas de haber capturado a un Pokémon, este era libre de buscar otro entrenador si así lo desea— Si, por eso era tan importante.

Ahora que lo recordaba, en el desafío de los gimnasios tampoco podías utilizar Pokémon con los que no habías hecho un pacto. ¿Cómo había olvidado algo tan importante?

—Creo que los humanos le decían al pacto de otra forma… ¿Cómo era?— Continuaba Neo, mientras Elio aún pensaba en porque su mente habría bloqueado un detalle así mientras bebía un poco de agua— Ah sí, tener sexo.

¡GASP!

Y mientras Neo empezaba a darle palmadas en la espalda después de haberse ahogado mientras bebía agua, Elio al fin recordó de que trataba el pacto, y porque su mente lo había bloqueado.

Debía tener relaciones sexuales con su Pokémon.

Hostia puta.


Si has llegado hasta aquí, entonces lo agradezco, y por favor, lee esta nota al completo.

Bueno gente, aquí les traigo el último Fanfic que he escrito, la historia Moemon de Elio, el cual es el nombre del protagonista masculino de Sol y Luna, por si se lo estaban preguntando :b.

Y cuando digo que este es mi último Fanfic, lo digo enserio. Al menos, es el último que publicaré en esta página. Llevo escribiendo más o menos desde 2017, y aunque no publique nada hasta 2018 más o menos (obviamente, en esta plataforma), la verdad es que el resultado me decepciono mucho. En mi primer fic dije que no me interesaba si la historia no recibía mucho apoyo, y es así, pero la verdad, después de cuatro capítulos sin ver nada preferí simplemente dejar de subir los capítulos. Ojo, no es que abandone la historia, aún la escribo, pero ahora solo para mí, para ver lo que pasará después con los personajes, en la historia que cree.

Así mismo pasará con esta historia, si no veo que la gente tiene interés en ella, creo que mejor la seguiré para mí nada más. Yo no cuento con internet en mi casa, entonces para poder hacer algunas cosas en Fanfiction tengo que gastar los megas de mi celular, y en la situación en la que estamos todos actualmente, creo que sería mejor si gasto esos datos en mis clases online que en otra cosa. Aun así, yo de verdad quería compartirles esta historia, por eso la publique, aunque no sé si la siga.

Pero bueno, para no extenderme más, voy a terminar con esta nota: Si veo que este capítulo llega a los 5 reviews aunque sea, entonces seguiré la historia con el capítulo dos, y si superamos los 5 reviews, pero no por uno o dos comentarios, no, si llegamos a diez, o más, entonces seguiré con la escena que deje cortada entre Neo y Elio. ¿Les gusta este reto?

Bueno, eso es todo por ahora, así que sin más que decir, yo soy Zero, y aquí me despido.

Sayonara.