Este One-Shot Participa en lso retos de verano de @cuentosdeloeste1001

Los personajes de le perteneces a Rumiko Takahashi la historia es totalmente mia.

. -indica cambio de escena.

—Indica el pasado. –

—indica tiempo actual-

"Indica pensamientos"


I

Las vacaciones por fin se acercaban y con ello un viaje escolar de verano donde los llevarían a conocer Miyajima una isla sagrada que era conservada lo más que se podía, debido a que unas de las batallas más legendarias se habían llevado acabó en ese sitio.

Ella suspiró con pesadez, ella provenía de ese lugar, no hacía falta ir, su familia se había mudado definitivamente a la gran ciudad, desconocía por qué se habían ido del pueblo tampoco era que le importará.

La campana de qué daba fin a las clases por hoy, tomando sus cosas demasiado rápido salió de la escuela.

- ¡Kagome! -le hablaron al otro lado del pasillo.

- ¡Ayumi! -grito de vuelta levantando la mano para que la viera.

- ¿Nos vamos juntas a casa? -pregunto a la azabache.

Kagome dio un ligero asentamiento y comenzaron a caminar a casa.

- ¿Irás al viaje? -le pregunto sin mirarla.

- No, la verdad el pueblo no me atrae, no creo que tenga nada interesante. -sin mirarla le contestó, porque de haberla mirado sabría que mentía sobre el pueblo.

Nadie de mis amigos sabía que yo era de aquel lugar. Era una regla que mis padres habían puesto tan pronto como llegaron a la ciudad de Tokio.

Bueno Kagome, nos veremos mañana en la escuela. -se despidió su amiga para virar a la derecha en una calle mientras que la azabache seguía derecho no tardaría en llegar a su casa.

Siempre había cumplido las reglas de sus padres sin cuestionar ninguna, pero está en especial le resultaba extraña y le daba miedo preguntar porque de su repentina salida de la isla.

Sin mucho ánimo entro a casa, sus padres trabajan hoy hasta tarde así que solo se preocupó por alimentar a su gato, su hermano aún no regresaba del colegio. Un problema menos debido a que no quería lidiar con nadie mientras investigaba sobre la isla un poco. Después de todo nadie se daría cuenta.

Después de sumergirse en la lectura escuchó la puerta abrirse seguida de la voz de su hermano avisando que estaba en casa, se había dado por vencida en su búsqueda porque no encontraba absolutamente nada interesante. Cerrando la pantalla de su laptop decidió bajar con su hermano para merendar juntos.

Kag ¿Qué tal la escuela? -preguntó en niño cuando la vio bajar las escaleras.

Aburrida como siempre, ya sabes fin de ciclo. -respondió con algo de aburrimiento para dirigirse a la cocina.

El menor rió ante las palabras de su hermana siguiéndola a la cocina.

¡Pues yo iré al viaje de verano de mi colegio! -soltó con alegría.

¿De verdad? ¿A dónde irán?

Nos llevaran a conocer Kioto.

¡Eso es súper! Tenías un tiempo queriendo ir.

¡Si! -gritó emocionado, Es maravilloso.

Ambos se miraron y rieron.

¿Y tú irás al viaje de verano de tu escuela?

No, el lugar al que nos llevaran no me llama la atención.

Awww ¿Por qué? Tan malo es el lugar.

Nos llevaran a la Isa Miyajima. -soltó para que su hermano ya no siguiera preguntando.

El menor ya no dijo nada se limitó a quedarse en silencio sabía que ese lugar estaba prohibido por sus padres.

Esa noche llovía demasiado, todos en Miyajima estaban asustados cuando pasaba eso quería decir que algo malo se venía y era inevitable.Esa misma noche nació una niña, pero no era cualquier niña, en el lugar solo a una sola cosa le tenían miedo y era al nacimiento de los bebes bajo la lluvia, desde hacía tiempo una "maldición" acechaba a todos los que nacían bajo la lluvia.Quinientos años atrás una diosa malvada antes de morir dijo: "El bebé que nazca bajo la lluvia un día como hoy pero dentro de 500 años estará destinado a enfrentarme a mí porque regresaré."Desde ese día los nacimientos anteriores no habían preocupado como los que estaban destinados a nacer el día de hoy, porque exactamente el día de hoy se cumplían los 500 años exactos de que había mencionado la diosa.Ese día solo un nacimiento se había registrado y era dentro de la familia sagrada de la isla, era una niña y formaba parte de la maldición de esa bruja.Lo extraño era que cuando la niña nació un fuerte brillo de color magenta rodeaba el cuerpo.Sin embargo, así tan pronto como pudieron la familia dejo la isla protegiendo a su hija y nunca nadie supo dónde estaban.

Kagome suspiró con cansancio, hoy era último día de clases. Mañana daba inicio al viaje escolar al que no quería ir.

- Espero que todos estén listos para el viaje -hablaba con emoción el profesor-. A continuación, nombraré los que irán al viaje, mañana los veremos aquí a las 9 en punto partimos a las 10.

No estaba prestando atención hasta que escucho su nombre entre los nombrados.

- Higurashi Kagome.

- Profesor debe haber un error, yo no iré.

El profesor sonrió- Lo lamento señorita Higurashi, pero ya no puede cancelar.

Suspiró con exasperación ¿Ahora qué les diría a sus padres?

El toque de salida se escuchó por toda la escuela y ella salió corriendo sin esperar a nadie.

Arreglaría sus cosas y les diría a sus padres que iría al viaje de verano, pero no porque ella hubiera querido que le regalaron el boleto, eso sonaba razonable en la mente de la azabache.

Llegó a casa y divisó el auto de su madre en la cochera.

¡Estoy en casa! -gritó desde la entrada.

Bienvenida, estoy en la cocina. -respondió su madre.

Suspiró y caminó hasta ahí.

Hola mamá, hoy saliste temprano.

La mayor le dedico una sonrisa ¿Sorpresa? -dijo y ambas rieron.

Mamá, hay algo que tengo que contarte. -dijo de manera seria haciendo que su madre dejara de picar.

¿Qué sucede Kag?

Mamá, primero que nada, yo no quería ir a ese lugar, pero alguien me ha regalado el boleto para ir inhalo, Mamá iré al viaje de verano de la escuela.

La mayor le sonrió ¿Eso te tiene preocupada?

No lo entiendes mamá, el viaje es... es...- no podía decirlo.

Kagome todos pasamos por esto, quizá porque irán a un lugar desconocido como es el caso de Sota, tener miedo es de lo más normal no tienes de que preocuparte.

No lo entiendes mi viaje será a ¡Miyajima! -soltó con desesperación.

El cuchillo que sostenía Naomi golpeo el suelo y sus ojos mostraban su tan evidente estado de shock.

¿Ma-má?

Kagome, sabes que ese lugar está prohibido, no puedes ir ahí.

Eso lo sé perfectamente mamá, yo no quería ir porque eso significa romper una de las reglas de la casa, hoy me entere que yo estoy en la lista de los que va en el viaje y no puedo cancelar y mucho menos faltar.

Llevándose una mano a su nariz Naomi suspiró.

Ni una palabra de esto a tu padre, él no puede enterarse de que iras a ese lugar yo le diré que iras a donde mismo que tu hermano.

Mamá ¿Qué hay en ese lugar?

Kagome, mi niña tarde o temprano lo sabrías... se sentó y le hizo una seña para que hiciera lo mismo, En la isla hay una maldición que está en espera desde hace 500 años, una diosa amenazo a todos dentro de la isla diciendo que dentro de quinientos años nacería bajo la lluvia la persona que sería capaz de matarla definitivamente y el amor sería su perdición.

¿Eso que tiene que ver con nosotros?

El día en que naciste llovía y lo que era peor se cumplían exactos los quinientos años, tu padre no quiso arriesgarse y salimos tan pronto pudimos de la isla.

¿Entonces yo...? la pregunta murió antes de ser formulada en su totalidad, yo no sé nada de lucha mamá

Claro que sí, las clases de arquería fueron por algo. Cuando naciste supimos que eras tú porque un brillo rosa cubría con intensidad tu cuerpo.

Mama...

Una vez que llegues allá busca a tu abuelo, él te ayudará yo le llamare para avisarle que irás pero que tu padre no sabe nada.

Gracias mamá.

Cuídate mucha hija. -dieron terminada la plática con un fuerte abrazo.

Kagome se retiró a su habitación tendría que empacar sus cosas el viaje sería largo y tenía un mal presentimiento que hasta ahora después de hablar con su madre sabía por qué.

Y era verdad, cuando estuvo buscando información sobre la isla leyó algo al respecto de la diosa y su maldición, pero en todos lados coincidían en una cosa: era mito.

Estaba más que nerviosa por el viaje, tenía miedo, miedo de lo que pudiera encontrar en ese lugar y que su familia corriera peligro, aunque estuviera lejos.

Kagome, creí que no vendrías al viaje.

Hola Ayumi, pues no iría, pero el profesor el día de ayer me dijo que estaba en la lista de los que irían, así que ya no podía decir que no.

¡Que emoción! -grito del gusto abrazándola.

Ambas subieron juntas al camión.

Al llegar a la isla Kagome reconoció a su abuelo entre la multitud que les recibía. Sin que nadie se diera cuenta se separó del grupo para ir a saludarlo.

Mi niña ¡Haz crecido bastante! la abrazó y luego la separó para mirarla serio, No debiste haber venido, ella ya vino a buscarte.

Es una larga historia.

Vamos a casa, es mejor si te mantienes lejos de tu grupo.

Y así la tomó de la mano para dirigirla a una enorme y bella casa.

Después de contarle la historia del porqué estaba ahí el abuelo le mostro la habitación que ocuparía y le dio un libro para que lo leyera después de decirle que necesitaría más ayuda.

Yōkais -leyó en voz alta el título de la portaba vieja y desgastada.

Con interés comenzó a leer.

Porque tú serás mi guía, siempre fiel a mí, te invoco. -leyó en voz alta con un deje de diversión.

Cansada de leer apago la luz y decidió que era hora de dormir.

En lo profundo de la isla había una estatua de un perro grande, algo vieja y dañada por el tiempo. Pronto comenzó a moverse siendo rodeada de una luz verde. Cuando la luz desapareció la estatua ya no estaba.

El sol tenía unas pocas horas de que había comenzado a salir cuando se levantó con la extraña sensación de que alguien la miraba.

Después de despejar el sueño ella miró por toda la habitación encontrando a alguien parado en la esquina de su cuarto, la miraba de manera atenta. Esa mirada le dio miedo.

- ¿Quién eres tú?

La misteriosa figura avanzo un poco hasta quedar a la luz dejando ver a un ¿Hombre? De cabellera blanca cuál nieve y de ojos color oro y su hermosa piel de porcelana era adornada por marcas, en su frente era adornada por una pequeña luna menguante y sus mejillas por dos líneas finas de color rojizo.

- ¿Quién eres? -volvió a preguntar.

El solo miro el libro que descansaba sobre su mesa de noche haciendo que mirara en esa dirección.

- Oh este libro es mentira.

- Sacerdotisa. -hablo al fin y su voz no sonaba amistosa.

- ¿Yo? Sacerdotisa ¡Ja! -se río.

El enojo se apoderó de los ojos dorados.

Sin esperarlo ella fue tomada del cuello por la mano del hombre.

- No estoy jugando, Sacerdotisa. Ahora dime, ¿para qué me has llamado?

- Yo... yo-hablo con dificultad debido a la presión de la mano del hombre, esto hizo que él aflojara un poco el agarré- no te llamé solo estuve leyendo ese libro, si lo hice fue ¿Accidente?

Él solo suspiró para dejarla caer al suelo.

- ¡Oye! Eso es grosero.

- Eres muy ruidosa, humana.

- ¡Me llamo Kagome Ka-go-me! ¡Me oyes!

- Tú no eres nadie para exigir como llamarme, tú por otro lado deberías inclinarte ante mí, soy Lord Sesshomaru.

- ¡Ja! Ni muerta me inclino ante ti, bastardo petulante.

Ambos se miraron por largo rato en silenció, azul con oro chocando ferozmente.

- ¡Kagome! -llamaron al otro lado de la puerta.

Esto hizo que ambos dejarán de verse.

- ¿Si abuelo?

- Él desayuno está listo, tú y tú amigo deberían venir antes de que se enfríe.

Ambos se miraron.

"¿Cómo lo ha sabido?" -se preguntó ella.

Abrió la puerta de su habitación y cambio siguiendo a su abuelo y los seguía en silencio el demonio.

- Bienvenido de nuevo a la vida, Señor Sesshomaru. -saludo el anciano.

- ¿Lo conoces abuelo?

- Kagome nuestra familia y la de Sesshomaru han sido amigos desde hace bastante tiempo, pero una maldición lo ata a este lugar.

- ¿La misma maldición que me tiene aquí? -se atrevió a preguntar.

El mayor solo asintió.

Anciano ¿Está diciendo que esta es la persona que me salvará? ¡Ni siquiera sabe que es una sacerdotisa!

Eso lo podemos arreglar, la diosa vendrá por ti, ella es la que te ha enviado aquí, tenemos un día para enseñarte a defenderte con tus poderes.

¿Sabes usar algún arma humana?

El arco, soy buena con él.

Eso es suficiente para mí. -respondió con tranquilidad.

El desayuno fue rápido, solo desayunaron Kagome y su abuelo. Mientras que el demonio los miraba desde el otro extremo de la mesa.

Kagome cuando estés lista te veré en el patio trasero.

Está bien abuelo, ya vuelvo.

Al entrar a su habitación hizo un recuento de todo lo que acababa de pasar y nada tenía sentido.

"¿Cómo pude traer a ese demonio a la vida? ¿No eran solo leyendas? A quien engaño si esta maldición es correcta yo tengo que vencer a una diosa ¡Como carajos lo voy a lograr!" -pensaba alterada caminando al patio trasero para encontrarse con su abuelo.

- Creí que nunca vendrías. -dijo el anciano con un toque de burla en su voz.

- Humana, espero que estés preparada, tenemos poco tiempo, la diosa ya sabe que estás aquí. -espeto el demonio con tranquilidad.

- ¡Oye! -grito con enojo al demonio.

- Tranquila hija, él solo quiere ayudar, ahora no retrasemos más esto, ven siéntate junto a mí y cierra los ojos.

La azabache con enojo se sentó en el suelo al lado de su abuelo aun mirando al demonio.

- Esto no funcionará si no cierras los ojos. - aviso su abuelo y ella solo suspiró para intentar lo que su abuelo dijo.

- Ahora solo relájate e intenta imaginar que algo fluye de tu cuerpo y deja que salga.

Y ella inmediatamente hizo lo que dijo y para sorpresa de ambos hombres ella pudo hacerlo a la primera y el poder que se podía ver era bastante.

- Ahora intenta buscar a Sesshomaru, imagínalo no abras los ojos aún.

Y de manera rápida el reiki cubrió a Sesshomaru rodeándolo y mezclándose con su yuki de manera extraña para los dos. Y Kagome abrió los ojos lentamente para ver lo que hacía.

Ella suspiró y lo elevó más y los dos hombres la miraron con asombro.

- ¿Habías hecho algo de esto antes? -le pregunto el anciano.

- No, pero he practicado Yoga y la arquería necesita mucha concentración. -respondió con simpleza.

- Impresionante, eres rápida Kagome. -felicito él anciano.

- Bueno al menos no eres tan estúpida.

- Eres un grosero. - respondió ella sin mirarlo y enviándole un poco de su poder con la intención de lastimarlo y lo logro.

- Kagome, lo vas a matar, detente.

Kagome paro y luego miro a su abuelo.

- Kagome, practiquemos con el arco el canalizar tu reiki por las flechas. -le dio un arco y flechas-, ahora concéntrate y lánzala a ese blanco.

Y sin mucho esfuerzo ella realizó el ejercicio derribando el blanco y dejando una pequeña fractura en el árbol donde estaba el blanco.

- ¡Increíble! Kagome eres fantástica. Creo que no necesitas tanta práctica como creí. -felicito para después reír.

Las risas pararon cuando el bello atardecer por una enorme nube gris.

- JAJAJAJAJAJA - Se escuchó una fuerte risa-, ¡Sé que estás aquí Higurashi! -grito con fuerza.

- ¡Ella llegó más rápido de lo que creí! -espeto con asombro el abuelo.

- Oh Sesshomaru, tanto tiempo sin verte, ¿Sigues esperando quedar libre? ¡JA! Eres un iluso. -se burló.

- ¡Nunca me rendiré! -contesto con enojo.

- ¡Mira quién decidió aparecer! -hablo ahora mirando en la dirección de Kagome -, eres una cobarde como toda tu familia, desde hace 20 años que se cumplieron los 500 años regrese para verte y habías huido con toda tu familia, ¡Cobarde!

- ¡Cállate perra! -grito con enojo mientras tensaba una flecha en su arco y apuntaba a la mujer en el aire.

- ¡Ja! Cómo si esa flecha fuera a hacerme daño.

Y sin esperar más la azabache soltó la flecha dándole en una pierna y quemando él área donde impactó.

- ¡Perra! ¡Esta la pagarás! -grito con más enojo mientras una luz verde salía de sus dedos.

- ¡Nadie habla así de mi familia! -le grito ella para lanzarle otra flecha que dio en su mano.

- ¡Yo soy una Diosa y estoy mil veces arriba de ti!

- ¿Tu eres la causante de todo esto? -pregunto con incredulidad.

- Veo que también esta Sesshomaru contigo, un lindo gesto, ¿Crees que por fin te desharás de mí, hijo?

- ¡Esta loca es tu madre! ¡¿Porque carajos no me lo dijeron?!

- No hubo tiempo, lo siento hija, ahora debemos correr, no tenemos un plan.

- Debemos tener un plan si queremos acabar con mi madre. -hablo por fin el demonio.

Y tomando de la mano a Kagome y con la otra al hombre mayor para desaparecer de la vista de la diosa.

-Aquí no podrá encontrarnos por un tiempo, este fue mi hogar hace mucho tiempo.

- ¡Estás loco! Debiste decírmelo en lugar de insultarme.

- ¿Porque lo haría? Ni tú antepasado logro acabar con ella, y yo quede atrapado en la maldición. -respondió sin mirarla.

- Yo no soy como mis antepasados.

- ¡Claro que sí! ¡Crees que puedes hacerlo sola pero no es así Kagome!

- Valla parece que te aprendiste mi nombre.

- La última llevaba el mismo nombre, murió gracias a mis garras- habló con enojo mientras se miraba las manos-, ella me utilizo para matarla.

- Oye tranquilízate, yo no soy ella. Yo soy mi propia Kagome.

- Ya, no peleen -intervino el anciano-. Debemos idear un plan y atacarla, ustedes dos son la clave tienen que trabajar juntos.

- ¡Es una Sacerdotisa y yo un demonio! ¡No trabajamos juntos! -espeto con desprecio en su voz.

- ¡Oye! Al menos intentemos lo, yo no moriré.

El platinado suspiró con frustración.

- Confiaré en ti, no me decepciones. - accedió.

- Bien ahora hagamos un plan, tu madre debe tener un punto débil, ¿Que sabes de ella?

- Ella se puso así cuando mi padre la engañó con uno de tus antepasados de esta isla, de esa aventura nació un niño y él murió por salvarlo, después de eso ella no fue la misma.

- Bien, entonces sé a quién tengo que traer de ese libro que me dio el abuelo, ¿Puedes ir por él? -le pidió al platinado.

Y sin decir nada él desapareció.

- Bien, Entonces tu padre será su perdición. -dijo ella cuando el libro estuvo en sus manos, sorprendiendo al ambarino.

- ¡Ven necesito un poco de yuki para esto!

Y sin esperar más él le dio la mano y comenzaron a realizar el ritual que traería por poco tiempo a su padre a la vida.

- ¡Lo logramos! -y ella salto para abrazarlo.

- ¿Sesshomaru? -pregunto él demonio que acababan de regresar al mundo de los vivos.

- Bienvenido de vuelta, señor Inu no Taisho. -saludo ella.

- Oh señorita Kagome, es un honor conocerla en persona.

- Padre. -saludo con una reverencia.

- Conozco esa expresión, ¿Que ha pasado Sesshomaru?

- Es su esposa, viene tras de mí. -respondió la azabache

Él demonio mayor abrió los ojos en señal de sorpresa haciendo evidente la pregunta que no formuló.

- Esto pasó hace 500 años, lanzo una maldición y ambos su hijo y yo quedamos atrapados por ella.

- Maldita bruja, ¿Tienen un plan?

- Si hasta ahora usted será la carnada para distraerla, yo con la ayuda de Sesshomaru le lanzaré una flecha con el poder de ambos, eso acabará con ella.

- Niña, me agradas. -respondió con una sonrisa mientras asentía de acuerdo con el plan.

Estaban de regreso en la casa Higurashi, esperando que ella apareciera, y así lo hizo.

- Vaya, vaya, vaya, creí que se habían escondido como ratas.

- ¡Pues no me dimos el gusto! -respondió Kagome.

La gran diosa se paró delante de ellos.

- Inukimi. -le hablaron a su espalda.

La diosa se giró de manera rápida, conocía al dueño de esa voz, y al hacerlo casi perdió el equilibrio, cosa que notaron la azabache y el platinado.

Y sin esperar más prepararon su ataque.

- Inu no... -Se llevó una mano a su boca- tu... tu... estás muerto. -susurro con dolor.

- Estoy aquí, Inukimi, volví por ti.

Esas palabras hicieron que ella bajara la guardia.

- ¡Ah! -grito de dolor cuando sintió la flecha dar con su espalda.

- ¡No! - se giró para ver a su hijo-. ¡Desgraciados!

Ella preparo un ataque más no pudo hacerlo porque una flecha más fue lanzada y dio en su corazón haciendo que ella gritara de dolor mientras desaparecía a los pocos minutos.

- ¡Si! -festejo ella lanzarse a los brazos del ambarino.

- Lo...lo siento, yo... yo -fue callada por el dedo del demonio.

- ¡Bien hecho! -los felicito él demonio mayor-, Kagome cuida bien a mi hijo. - y con esas palabras de desvaneció.

Las mejillas de la azabache estaban adornadas de carmesí y su mirada estaba baja mirando a algún lado en el duro suelo.

- Gracias.

Ante esas palabras ella levantó su mirada y de nuevo Azul y oro se mezclaron era una extraña atracción, ninguno sabía por qué, pero querían besarse.

- ¡Kagome! ¿Dónde te habías metido? Había una tormenta y tú no estabas por ningún lado. -reprendió él maestro.

- Lo siento fui a visitar a mi abuelo. -se disculpó.

- Así que tienes familia aquí, ¿Por qué no nos das un recorrido?

- Oye Kagome, ¿Quién es él? -pregunto Ayumi que estaba atrás del maestro.

- Él es Sesshomaru.

Y así ella comenzó el recorrido, pasando por todos lados, dejando para el final la casa de su abuelo: él santuario.

Si abuelo les dio una visita guiada que se extendió hasta el anochecer, así fue por dos días más, tiempo suficiente para que el demonio y la Sacerdotisa se hicieran ¿Amigos?

Y así como todo, él viaje llegó a su fin y ella regreso a casa con tristeza. Le dolía en el corazón dejar a Sesshomaru y no sabía por qué.

Regreso a casa y fue recibida por sus padres a los cuales les contó todo lo que había pasado en su viaje emocionando a su madre y alterando a su padre que apenas se enteraba del lugar al que verdaderamente viajo.

Semanas pasaron y su mente estaba en otro lado, pensando en él, haciéndolo él culpable de que no logrará concentrarse como debería. reflexionaba en una banca en el parque.

Suspiró.

- ¿Está ocupado? -pregunto alguien a su lado.

- No, adelante. -respondió sin mirar a la otra persona.

- Pareces triste. -dijo él para tomarle con suavidad del mentón y hacer que le mirara.

Ella abrió los ojos como platos de la sorpresa y las lágrimas se acumularon y sin esperarlo ella lo beso.

- ¿Qué haces ahí? - pregunto con curiosidad saliendo al balcón.

- Solo recordaba aquel verano donde nos conocimos. -respondió con una enorme sonrisa.

- Kagome. -respondió mientras se besaban.

- Fue el mejor verano de todos y desde entonces nunca han cambiado.

- Hump. -estuvo de acuerdo.

- Él amor de verano es él más hermoso, tal cual dicen los libros y las canciones. -dijo para darse otro beso.

Fin


Espero que les haya gustado, me ha costado bastante escribirlo. La trama daba para más xD ¿Quien me manda a hacer cosas tan complicadas? :'v

Espero sus comentarios

¡Nos leemos luego!