No poseo los derechos de autor. Los personajes pertenecen a la Saga de Crepúsculo. La historia es de Half Of My Soul, yo solo traduzco y me divierto.

I do not own the copyright. The characters belong to the Twilight Saga. The story is from Half Of My Soul, I just translate and have fun.

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Los ojos lobunos la observaron atentamente, el tenue color amarillo se asomaba por entre el marrón. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, y sus ojos seguían cada movimiento, cada paso.

- Vete, Jared. – Las palabras eran constantes, pero él sabía que significaban lo contrario. La conocía por dentro y por fuera.

Él no movió ni un músculo. Sus músculos se flexionaron y flexionaron, esperando.

Su largo cabello castaño le bloqueaba la cara, pero él sabía la expresión en blanco que inundaba sus facciones, pero en sus ojos vería todo.

- No. – Sus palabras fueron firmes y sacudió la cabeza sin dejar de mirarla.

Sería inquietante para la mayoría, excepto para su chica. No a Bella. A ella le encantaba que solo la mirara a ella. Siempre lo hacía y nunca se detendría.

Suspiró soltando espátula de metal con un ruido sordo y golpeó su mano en la estufa, olvidando que aún estaba encendida. Ella gritó de dolor, alejando su mano bruscamente con una mirada angustiada que se apoderó de sus rasgos una vez en blanco.

Jared fue rápido en su movimiento llegando a Bella en dos largas zancadas y tomando su mano herida entre la suya. Él la miró, examinando si había quemaduras graves, pero seguro de que se formarían ampollas. Apagó rápidamente la estufa.

Sin decir una palabra, levantó a Bella ligeramente y la depositó en el mostrador, lejos de la estufa.

- Quédate quieta. – Murmuró mirándola mientras ella se removía haciendo ademán de querer bajar.

- No necesito que hagas esto, Jay.

Sus ojos se cerraron momentáneamente saboreando el apodo que solo ella le decía.

- Sí, lo hago. Te cuido. No me preocupo por nadie más que no seas tú. – Él dijo mirándola a los ojos y el corazón de Bella se apretó dolorosamente extrañando esos profundos ojos. Los echaba mucho de menos.

Le dijeron que dejara que sucediera, que ella lo mantendría alejado de un futuro mejor si no lo dejaba ir… y lo había intentado... Ella realmente lo hizo.

Él le pasó la mano por la mejilla y el labio inferior de Bella tembló. Él untó su mano con crema para quemaduras y la envolvió con una gasa con fuerza, mirando su rostro.

Respiró hondo y sus ojos se abrieron para revelar el comienzo de las lágrimas.

- Yo… – Bella no terminó el comienzo de su oración mientras los sollozos rasgaban su pequeño cuerpo.

Jared podía sentir el dolor saliendo de ella. Lo sintió como el suyo. La tomó en sus brazos y la abrazó a él.

- Shh... Estoy aquí. Siempre estaré aquí. Soy tuyo. – Le susurró en su oído.

Bella sacudió la cabeza y lanzó un pequeño grito de frustración.

- No. Eres de ella. Dijeron que siempre serás de ella. – Lloró de nuevo y Jared tuvo que esforzarse para no gruñir. Cada palabra enojaba aún más a su lobo. – Me dijeron que nunca serías feliz si me interponía en el camino. Traté de decirles que tú también tenías elección... todos la teníamos, y yo… solo quería que fueras feliz Jay.

Recordaba ahora. La forma en que llegó a casa enojado y dolido. Lo desconsolado que se sintió cuando Bella lo echó, y fue su culpa.

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Flashback

- ¿Dónde has estado? – Jared preguntó mirando a Bella que tenía una cierta mirada en su rostro que no podía explicar. – Vine antes y no estabas aquí.

Estaba preocupado, por supuesto, su compañera no estaba en casa y eran las 6 de la tarde.

Bella se encogió de hombros.

- Necesitas irte Jay.

Su mundo se derrumbó y le echó un buen vistazo a su rostro, bueno, solo a la parte que lograba ver con claridad. Ella estaba llorando.

- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué? Nunca. – Declaró, dirigiéndose hacia ella.

Se dio la vuelta y retrocedió unos pasos.

- Encontraste a tu impronta, Jared. Es lo mejor. – Sus palabras fueron cortas y no era como ella.

Ella nunca se rendiría tan fácil. Sin emociones.

- No. No me importa. Ni siquiera la conozco. – Él la fulminó con la mirada al retroceder también.

- ¡Solo vete! No quiero verte. Nunca. – Sus palabras fueron filosas y cortas y Jared gruñó. Nunca le gruñó a Bella, pero sabía que ella lo sabía mejor. Sabía que la amaba hasta la muerte. – ¡Vete! – Gritó, finalmente volviéndose y mirando hacia arriba, con la cara roja de ira.

Se fue... por un tiempo. Pasó las siguientes dos semanas fuera de la casa, y Bella nunca salió sino una vez.

Fin del Flashback

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Eso es lo que lo llevó a este momento. No fue a ver a Kim ni una sola vez porque ella no le importaba como Bella. No sentía nada más que amistad por ella, algo que Bella insistió que cambiaría ahora que ella se había apartado de su camino, entorpeciendo la evolución de la impronta.

La mente de Jared dio vueltas tratando de entender por qué era mucho más extraño de lo normal. Por qué ella no peleó. Bella estaba emocionalmente fría aquella noche y en este momento era un desastre de llanto, agarrándolo con fuerza.

Él se sacudió, vibrando en sus brazos. Gruñó apartándola lentamente, su lobo más cerca que nunca. La besó ardiente y profundo, y murmuró un suave lo siento. Hizo que Bella jadeara al sentir el pinchazo de un mordisco. Los dientes de Jared atravesaron la carne de su cuello.

Él la mordió con fuerza, pasando una mano por su cabello mientras ella chillaba en un grito doloroso.

Gruñó de manera suave, el retumbar hizo calmar a Bella.

- Está bien. – Murmuró, su voz profunda y relajante.

Su lobo estaba afuera viendo la reacción de su compañera. Inspeccionó su herida y la atrajo hacia sí. Él acarició su cabello con afecto y la apartó.

Sin decir una palabra, se fue, zancadas decididas que lo llevaron a donde necesitaba estar. Ya estaba afuera y acercándose a la línea de árboles cuando escuchó que la puerta principal se cerraba de golpe y escuchó un par de pies que lo seguían a paso acelerado. Se giró a tiempo atrapando a Bella antes de que ella pudiera caer de bruces en el suelo.

- ¿A dónde vas? No te vayas.

Unos ojos amarillos la miraban con cálculo y adoración solo para ella.

- Ve dentro. – Ordenó, señalando hacia la casa.

Bella sacudió la cabeza, desafiando a su lobo.

- No. No sé a dónde vas. Yo también quiero ir. – Ella insistió y Jared fue cauteloso. No quería que ella viera un lado de él que no le gustara. Se giró alejándose de ella, dirigiéndose hacia los árboles. Sabía que ella vendría, ella siempre lo haría. – ¡Jared!

Una vez más escuchó que sus pies se acercaban rápidamente y sin detener sus pasos, la levantó en brazos y continuó yendo hacia su destino.

Ella suspiró y escondió su rostro en su cuello. El pecho de Jared retumbó, calmando a Bella mientras se relajaba en sus brazos. Sus dedos se flexionaron mientras se dirigía hacia el consejo. Tenía asuntos que atender. Una reunión a la que presentarse. Lo hizo en cuestión de minutos, un poco más con Bella en sus brazos, pero pudo abrazarla. Eso es todo lo que quería.

Vio a algunos de la manada afuera que le dieron una sonrisa y un asentimiento. Odiaban ver a su hermano herido y a la mujer que este amaba salir lastimada también.

- ¿Quieres que la lleve? – Jake preguntó mientras miraba a sus dos amigos.

Jared negó con la cabeza y le dirigió una sonrisa apretada. No quería que nadie tocara a su compañera. Su compañera recién marcada.

Jacob jadeó captando el olor y retrocedió con precaución, entendiendo lo que sucedía.

Fue igual para él cuando se improntó y marcó a Angela, la amiga de la escuela secundaria de Bella.

Jared entró, la puerta se cerró de golpe detrás de él. Cuatro pares de ojos se encontraron con él y vio cómo se tensaba la parte trasera del cuello de su alfa antes de finalmente relajarse.

Los ojos de Sam se preocuparon de inmediato al ver a Bella envuelta en sus brazos como estaba. Le dio a Jared una gran sonrisa y una mirada preocupada a la mujer que veía como familia.

- Como decía, podría pensar que una impronta es buena, pero no en todos los casos. Mira lo que le hizo a Emily, Leah y a mí. Mira lo que les ha hecho. – Hizo un gesto hacia Jared.

- ¿Que está haciendo ella aquí? – Preguntó una pequeña voz y Bella levantó la cabeza para ver a la mujer que destruyó todo.

Su corazón se oprimió cuando Bella notó lo bonita que era, cómo su piel bronceada parecía brillar. Jared lanzó un quejido sintiendo sus emociones.

- No. – Murmuró poniéndola de pie. – Eres tú. Siempre tú. – Susurró mirando a Bella a los ojos.

- ¿Qué diablos está pasando aquí? – Una voz retumbó y Jared puso sus ojos en el hombre en cuestión.

- Viejo Q. ¿Me puedes decir tú lo que está pasando aquí? Amenazaste a mi compañera. – El gruñó. El viejo Quil miró a Kim confundido. – No ella. Bella. – Jared gruñó.

- Ah... simplemente le dije que no serías feliz si ella se mantenía en el camino de tu amor y el de Kim. Puede que le haya dicho que podría salir lastimada si trataba de interponerse en el camino. Emocionalmente, por supuesto. – Jared gruñó tensándose y se sacudió violentamente.

- Mierda. ¿Qué amor? No hay amor entre Kim y yo. – Se volvió hacia la mujer en cuestión. – Lamento haberte roto el corazón o lo que sea, pero lo que te dijeron es una mierda. Honestamente, no me importas un carajo. Podemos ser amigos, supongo, pero nunca serás mi compañera. Mi amante. Nunca he hablado contigo, nunca en mi vida, hasta hace 2 semanas para pedirte un lápiz en la escuela. Bella es a quien quiero.

Kim jadeó mirando a los ancianos con asombro, qué estaba pasando. ¿No se suponía que un lobo amaba y apreciaba su impronta?

- Jared. ¿Niegas tu impronta? ¡Eso es una desgracia! – Jared lo fulminó con la mirada.

- Jódete. – Escupió, sus ojos centelleando en advertencia.

Sorprendiendo a todos en la habitación, el viejo Quil se puso de pie rápidamente y se dirigió a Jared con fuego en los ojos. Los ojos de Bella se abrieron y paró frente a Jared. Ella lo defendería a él y a sus derechos.

El viejo Quil levantó la mano y miró a Bella.

- Muévete, maldita perra cara-pálida.

- Oh... Dios mío... – Sue Clearwater jadeó en estado de shock y Billy Black junto con Harry miraban la escena con los ojos muy abiertos.

- Bella, muévete. – Advirtió Sam, avanzando lentamente hacia la humana que siempre había estado dispuesta a para defenderlos. La visión de Jared se volvió borrosa cuando vio nada más que rojo. – ¡Muévete!

El viejo Quil gruñó y su mano fue rápida, moviéndose hasta provocar un sonoro golpe.

Ni Sam ni Jared lo vieron venir y no hubo vuelta atrás para Jared mientras veía la cabeza de Bella moverse a un lado. Agarró a Bella por la cintura y la hizo girar hasta llegar a los brazos de Sam.

- ¿Tienes idea de lo que hiciste? – Sam preguntó finalmente notando la marca en el cuello de Bella.

El viejo Quil lo ignoró aun mirando a Jared.

- No me importa. – Murmuró, nunca cortando el contacto visual con el joven lobo frente a él.

La ley de la manada era nunca dañar una impronta. Si alguien lo hiciese, la consecuencia sería la sumisión total al lobo hasta que este sintiese que te ganabas el respeto de nuevo, pero golpear a una compañera marcada era la muerte.

Era ley, escrita en los viejos tratados.

Una compañera marcada era más definitiva que una impronta. Si una compañera moría, entonces el lobo no duraría un solo día, sintiéndose obligado a seguir a su compañera. Un lobo con impronta siempre puede encontrar otra, pero nunca se recuperaría completamente de una impronta perdida.

- Bella está marcada. – Sam anunció estirándose ante toda su altura, mientras el resto de la manada lo seguía.

Revisó la cara de Bella frunciendo el ceño ante la marca roja que ya se estaba formando. Él gruñó, un gruñido sonoro y Jared acercó a Bella olvidándose del viejo.

Él acarició su cabello y la sacudió ligeramente mientras sus ojos miraban su rostro. Sus ojos amarillos se volvieron hacia el viejo Quil que estaba con los ojos muy abiertos.

- ¡Me engañaste! ¡No lo sabía! – Aulló nuestro mientras miraba al resto del consejo pidiendo refuerzos.

- No intentaste escuchar. – Billy dijo mirando tristemente a su amigo, pero era ley.

Jared vio la escena y sacudió la cabeza.

- Tengo algo peor que la muerte para ti. – Él afirmó. El viejo Quil tragó saliva y esperó. – Tienes diez segundos para correr. Te seguiré. A cuatro patas. Si te atrapo... Te destrozaré con mis garras. Si llegas a tu casa antes de que te atrape... vives, pero no sin castigo. – El viejo Quil miró a Sam suplicando con los ojos.

- Yo empezaría a correr... – Sam dijo sonriendo.

La manada contó desde 10 en retroceso y Jared rodó los hombros y se quebró el cuello. Notó el estremecimiento de miedo de Kim. Luego vio la sonrisa de Bella que aún brillaba. Volvió a mirar a Kim y señaló a Bella.

- Es por eso que nunca podrías estar conmigo. No puedes manejar mi lado oscuro... – Le dio a Bella un beso profundo, lamiendo su marca, olfateándola.

Se alejó unos pasos, entrando en fase, con ropa y todo, y salió corriendo detrás del Viejo Quil que estúpidamente no agarró sus llaves.

Él le siguió rápidamente tomando su promesa en serio, pero decidió que la muerte no era el camino a seguir. Alcanzó al hombre que llegó a su casa... solo porque Jared lo dejó.

Se convirtió de nuevo en humano frente al Viejo Quil, desnudo y furioso.

- ¿Sabes que te dejé llegar a tu casa ileso, no? No te mataré… por Quil. Pero... necesito que hagas algo por mí...

El viejo tragó saliva y se puso de rodillas.

- ¿Qué es? – Preguntó.

Jared sonrió de lado.

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Un año después

- ¡Viejo Q! ¿Puedes agarrar el control remoto por mí? – Bella preguntó dulcemente. El mencionado gruñó en voz baja y Jared gruñó. – ¿Si? No puedo alcanzar el control remoto. Los gemelos ocupan todo este espacio y ni siquiera puedo inclinarme para alcanzarlo. Lo siento. – Bella realmente lo sentía, pero también lo estaba disfrutando.

Bella tenía 6 meses de embarazo y su estómago era demasiado grande para hacer las cosas más simples.

¿Qué era mejor tener al hombre que había estado empeñado en alejarla y que la había golpeado hace ya un año? Nada.

Jared besó la frente de Bella y luego su estómago sonriendo.

- Casémonos... ahora mismo. ¿Por qué no? – Bella se rió y sacudió la cabeza, pero asintió.

- ¿Por qué no? – Ella se rió mientras le entregaban el control remoto.

- Esa es mi chica... – Jared sonrió y le guiñó un ojo al viejo Quil.

Sus ojos brillaron amarillos brevemente en advertencia. Él miró a Bella otra vez, participando en su excitado parloteo.

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Siempre me aloco en las madrugadas jajaja pero ya es hora de que me vaya a dormir… solo quería dejarles este lindo OS para que disfrutaran :3

En fin, lo olviden dejar un lindo comentario para saber qué les pareció.

¡Nos leemos pronto!