Los personajes de Shingeki no Kyojin son propiedad de Hajime Isayama.


—Mikasa ¿qué te pasó? —preguntó con la perplejidad imantada en sus pupilas azules. Ni siquiera tuvo la oportunidad de soltar una maldición.

La había atisbado desde que entró por esa puerta, pantalocillos cortos de entrenamiento y la camisa de botones holgada pendiendo de sus hombros, dejando a la vista un trozo de su abdomen. Su ya no tan marcado abdomen.

—¿Cómo que qué me pasó? ¿A qué te refieres?

Al estar a pocos metros de distancia de él, Levi notó su cejo fruncido. Mikasa se había retirado por completo la blanca prenda del uniforme tradicional, tirándola a un lado, dejando expuesta el resto de su anatomía ante su sorprendido escrutinio. Lo primero que el Capitán percibió fue la espectacular metamorfosis que había habido en su cuerpo. Él la recordaba exageradamente musculosa, con hombros más anchos, su cintura más cuadrada y sus caderas menos pronunciadas. Era casi andrógino y ahora...

Parecía más delicada, definida, más mujer.

—Te ves... diferente —susurró bajo.

—¿Diferente cómo?

Más suave, más curva, más redondeada.

Estuvo tentado a pronunciar, pero se tragó sus palabras al recordar que estaba ante una menor de apenas 18 años. O ya no tan menor ¿cuál era exactamente la edad adulta y legal en La isla?

Quizá necesitara ponerse al corriente con ese aspecto de la ley.

Desvió su mirada cuasi hambrienta, intentando concentrarse en otra absurda minucia que no fuera el cuerpo de la joven a pocos metros iniciando un breve calentamiento.

No es que Levi nunca viera a Mikasa, pero ultimadamente sus roces resultaban tan ocasionales que a veces pareciera que no habitaran el mismo cuartel, el mismo sector de habitaciones en la Legión.

—No importa, volvamos al entrenamiento.

—Dirás empecemos. En esta primera sesión me gustaría ponerme al día con el ritmo de los demás reclutas —lo miró de reojo, trasmitiendo con su sola mirada un cautivante candor.

—Tch, ¿te refieres a que no estás en forma?

Mocosa.

—No exactamente.

Permaneció callado, esperando una rápida explicación. Ella se encogió de hombros.

—Desde la ausencia de Eren me he descuidado, no lo negaré. No fue a voluntad, el comandante Hange me ha requerido en temas burocráticos en su oficina, aunado a que dirijo entrenamientos a un grupo reducido de nuevos soldados. Todo eso me ha privado del tiempo que anteriormente disponía para mis propios ejercicios y rutinas personales.

Se notaba despreocupada, y el capitán se extrañó un poco.

—Ya veo. Por eso ahora Hange te ha designado conmigo.

—Tal vez.

Así que era eso, ¿ella había dejado de ejercitarse tan duro como antes? Día y noche, día y noche constantes, sin descanso, tercamente sin parar. Recordaba con una mueca de ligera admiración los diligentes horarios que la mocosa se imponía a sí misma para mantenerse fuerte y en forma, todo con el noble objetivo de proteger a su amado hermano Eren. Habría dejado eso de lado por quien sabe, ¿menos de un año?, a lo sumo, ¿y por eso tan deslumbrante transformación?

Era una reverenda locura.

Levi no se olvidaba del factor hormonas en el entonces poco desarrollado cuerpo de su subordinada, al contrario, era muy consciente de los estragos que infligía la adolescencia en el cuerpo humano. Sin embargo, le parecía un cambio muy exagerado.

Muy de golpe.

¿O era acaso que nunca antes había reparado tan de cerca en su cuerpo?

Probablemente.

Y era correcto. Nadie se hallaba allí buscando un romance, mucho menos buscando mantener aventuras sexuales tontas e innecesarias con sus compañeros de escuadrón.

No obstante...

Volvió la mirada a su impresionante silueta otrora musculosa, era como un imán que lo llamaba.

Resiguió la llanura de sus piernas firmes y exageradamente largas —debido a que también había aumentado en altura—, sus muslos carnosos apenas visibles dado los pantaloncillos, la atrayente curvatura de sus caderas, la redondez de su trasero, inclusive la suave pendiente de sus senos lo distrajo ahí. Estos también se veían grandes y Levi se pasó la lengua por los labios inconscientemente cuando imaginó su suavidad y textura, más lo grato que sería tocarlos.

Mierda.

Se estremeció ligeramente, un tanto aturdido por su atrevido pensamiento.

Nunca antes había mirado fijamente los pechos de ninguna mujer, jamás, los notaba porque era ineludible, claro, estaban ahí al frente, pero siempre los había ignorado. Era la primera vez que lo embargaba tal curiosidad inapropiada y se detenía a admirar un par con lo que detectó como deseo.

Sacudió la cabeza espantando velozmente esas ideas.

Él no era un jodido pervertido, sino sus propias hormonas trabajando ante tan repentino encuentro a solas con Mikasa.

Casual.

Dejó de lado sus inapropiadas cavilaciones acerca de la renovada y flamante figura de Mikasa Ackerman, y decidió empezar con ella de una vez por todas.

No era su intención arruinar semejante beldad, por lo que trataría de ser suave con ella.

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N/A: ¿No han notado que Mikasa en estos últimos arcos tiene un cuerpazo? ¿y que todas las rivamikas tenemos la teoría/esperanza de que Levi durante el time skip haya sido quién formó parte del dichoso cambió? o seaaaa, que él fue quien la entrenó... bueno pues algo así pensé para esta historia jajaja.

Gracias por leer este breve y fugaz escrito.