Esta es una traducción no autorizada de un fanfic llamado Biser por Kaelin. Lo encontré en inglés y me gustó tanto que decidí traducirlo. Esperaba el consentimiento de la autora pero jamás me respondió, supongo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que entró a fanfiction net. En fin, ni el fic ni los personajes me pertenecen. Todo es propiedad de sus respectivos autores.


Biser.


Ya hace mucho tiempo que se había acostumbrado al tacto íntimo. El deslizamiento de una mano enguantada sobre su mejilla, la presión sinuosa de unos senos en su costado y la caricia ardiente de una mano lujuriosa recorriendo su espalda le eran tan familiares a Jack. Ya hace tanto tiempo que había aprendido a reaccionar con un sonrojo y cohibirse ante los dueños de los ojos oscuros que lamían y mordían su piel como si él fuera un bocadillo para ser consumido.

Sí, Jack Vessalius estaba bien versado en la perversión del cuerpo humano desde que Lacie lo había dejado.

Sin embargo, eso no importaba mucho ahora mientras él continuaba disfrutando del sol primaveral desde donde reposaba. Había ido a visitar a Oswald o Glen, como se le conocía ahora, pero el maestro del clan Baskerville se encontraba afuera por negocios y lo dejó sin nada más que hacer que molestar a Lottie. La chica se había ido hace un momento, su hermoso rostro sonrojado con mortificación e ira cuando Jack finalmente consiguió robarle un beso.

Se rió cariñosamente, a pesar de que su mejilla aún dolía. Las mujeres siempre eran tan triviales sobre cosas como los primeros besos. Siempre romantizando las cosas cuando la verdad del asunto era que nada sería como ellas imaginaban. A decir verdad, Lottie no tenía razones para estar enojada, reflexionó Jack mientras tocaba su mejilla herida. Él le había dado el escenario perfecto: un brillante y hermoso día de primavera, los pájaros cantando encima de ellos en los árboles y las abundantes flores del jardín de los Baskerville en florecimiento a su alrededor.

Era el escenario de cuento de hadas en el que el apuesto príncipe confesaba sus sentimientos a su princesa destinada y se inclinaba lentamente para sellar sus votos con el primer beso.

¿No era eso lo que deseaban todas las jóvenes doncellas y no le había dado eso él a ella?

"Ah" pensó Jack, sonriendo mientras dejaba salir un suspiro y apoyaba un brazo sobre sus ojos para protegerse del ahora sol ardiente "Tal vez no soy el príncipe que quería que la besara"

Quizás su príncipe no era de cabello rubio, sino negro como la noche. Su príncipe sería digno, equilibrado y regio, con un aire de silencio que llamaba la atención de quienes lo rodeaban. Su príncipe tendría ojos violetas, tan penetrantes que te dejaba completamente indefenso mientras esos ojos abrían todos los secretos que tú querías esconder. Cuando su príncipe hablaba, oh cuando hablaba, Jack estaba seguro de que uno no escucharía ningún otro sonido.

Que hombre tan aterrador era el príncipe de Lottie.

No supo en qué momento se quedó dormido donde Lottie lo había dejado: boca arriba con un brazo sobre los ojos. Probablemente habría continuado en su sopor si no fuera por el sonido seguro de ropa rozando el follaje y de las pisadas que se le acercaban. Se quedó quieto, preguntándose si sería Lottie que regresaba para ver a su abatido príncipe. La idea hizo reír a Jack internamente e incapaz de evitarlo, se asomó por debajo del brazo para ver si realmente era la joven.

Lo que vio no fue el borde de la falda de la rubia Baskerville, sino el inconfundible extremo de una capa negra que adornaba a su maestro, Glen Baskerville. Inseguro del tiempo exacto que había dormido para no saber incluso cuándo Glen había regresado, Jack permaneció inmóvil, manteniendo el constante sube y baja de su pecho para indicar que continuaba profundamente dormido. Era raro que Glen viniera a buscarlo y eso le provocó un estremecimiento agradable en las entrañas a Jack mientras cerraba los ojos una vez más.

Jack había empezado a jugar un juego de escondite en solitario. A menudo visitaba la villa de Baskerville y, en lugar de buscar instantáneamente a Glen, se embarcaba en pequeñas aventuras locales. Había momentos en los que encontraba a Lottie y se complacía en molestar a la joven o se topaba con Fang para participar en un juego de espadas o como otras veces, que perseguía a Gilbert y a Vincent. Todo terminaba de la misma forma cuando comenzaba a preguntarse si Glen vendría a buscarlo o si sus compañeros sugerirían que fuera a buscar a su maestro.

A menudo era Gilbert quien sugería eso. El niño adoraba a su maestro tanto como a su hermano y eso lastimaba, rasgaba, algo en el corazón de Jack y no podía evitar preguntarse cómo se sentía ser amado de esa forma.

El susurro de la tela hizo que Jack abriera los ojos una vez más y sintió la presencia de Glen a su lado, el manto del otro hombre doblándose sobre su muslo derecho cuando su dueño se arrodilló. Curioso ahora, Jack miró en silencio, esforzándose por escuchar cuando la voz de Glen murmuró algo que no llegó a sus oídos. Continuó con su fachada mientras la mano de Glen se extendía, sus largos y elegantes dedos se acercaban para levantar los extremos de su trenza que se enroscaba alrededor de su cuerpo.

Casi perdió el aliento, olvidando fingir que dormía cuando la mano de Glen se ajustó alrededor de la trenza dorada y se inclinó para presionar sus labios contra el cabello. Los ojos esmeraldas se abrieron debajo del brazo de Jack mientras los labios de Glen continuaban acariciando los mechones de cabello. Podía sentir un extraño sonrojo extendiéndose por su rostro y por su cuello. Jack agradecía que su brazo y cuello ocultaran su rubor de los oscuros ojos violetas que permanecían abiertos mientras su amigo levantaba su trenza capturada para presionar su nariz contra ella.

Jack no podía entender por qué estaba reaccionando de esa manera. Sin ser virgen a los signos de la lujuria, estaba más que acostumbrado a que otros manosearan su cuerpo. Su boca había sido presionada por bocas codiciosas, con lengua y cosas mucho peores, y su cabello a menudo era una herramienta para que algunos de sus amantes más ansiosos lo contuvieran o le ordenaran.

Sí, Jack no era ajeno a la lujuria del cuerpo humano.

Por eso, ¿cómo era que algo tan inocuo podría hacer que su piel se incendiara como un chico siendo atrapado viendo a una chica bañarse? ¿Su estómago se anudaba y su corazón palpitaba y dolía? ¿Cómo podía sentir su cuerpo como si algo precioso fuese robado por esos labios?

"Ah" pensó Jack, tratando de calmar su corazón y serenar su cuerpo en tanto Glen soltaba su cabello y su agarre sobre él "Qué hombre tan aterrador es Glen Baskerville"

Razonó Jack al ver a Glen levantándose, el manto del otro hombre todavía rozaba su muslo. Hubo un movimiento de tela y la sombra de Glen se alejó dejándolo una vez mas bajo los cálidos rayos del sol mientras Jack le ordenaba a su cuerpo volver a la normalidad. Habría logrado tranquilizar la llama que se había extendido por su cuerpo hasta que escuchó la voz de Glen: suave, profunda y sabia.

—¿Cuánto tiempo planeas jugar el papel? —Glen solicitó, giró levemente y observó cómo el cuerpo de Jack se tensaba.

Tragando saliva, con el corazón palpitando rápidamente, Jack respiró hondo tratando de aparentar normalidad mientras se levantaba. Podía sentir el sonrojo en su rostro profundizarse cuando captó la mirada de Glen y trató de ignorar lo suaves que eran esos ojos violetas, lo fascinado que estaban por su reacción.

—¡Podrías haberme hecho saber que sabías que estaba despierto, Glen! —Jack lo acusó, incapaz de hacer nada más que sentarse, con las rodillas extrañamente débiles.

Glen era como una mancha de puro negro en contraste del verde primaveral cuando ladeó la cabeza hacia un lado lentamente, considerando las palabras de Jack.

—Parecías lo suficientemente contento para permanecer como estabas —Glen notó, y luego los ojos violetas regresaron hasta Jack, quien permanecía sentando sobre la hierba y Jack casi podía ver la alegría en esos iris—. Y supuse que era el deber del príncipe despertar a la princesa con un beso, como en esas historias que pareces tan aficionado de leerle a Lily.

Cuando Jack fue incapaz de encontrar su voz para responder, Glen instigó—. ¿Estuve mal?

No había muchos que se encontrasen cara a cara con el lado juguetón de Glen y hubo momentos en que Jack lo lamentó. El Maestro de Baskerville podía ser perversamente travieso cuando sus sirvientes no estaban cerca y bastaba ver el cambio sutil en esos ojos violetas. Jack sabía que Glen le estaba tomando el pelo y una pequeña parte de él se complació de que Glen estaba dejando de lado el peso de sus responsabilidades solo por un momento, aun si era a costa suya.

—¡Claramente, Glen, es obvio que yo no soy una princesa! —Jack respondió, todavía luchando por controlar los latidos de su corazón y el calor en su rostro. Sus rodillas aún eran demasiado gelatinosas para sostenerlo.

—Hm. La respuesta es la misma —comentó Glen, tirando de su ropa mantelada en tanto volvía a mirar a Jack de soslayo, observando el sonrojo con disimulada diversión–. Actúas como si te hubiera robado tu primer beso.

Glen se dio la vuelta y luego regresó a la mansión principal, sabiendo que su amigo lo seguiría después de que se recuperara. Dejado solo, Jack levantó una mano para agarrarse el pecho, sintiendo los golpeteos de su corazón.

—Primer beso, eh —Jack consideró. Exhaló ruidosamente y soltó una risita temblorosa, deslizando una mano por su cabello—. Qué príncipe tan aterrador, de verdad.

Finalmente capaz de ponerse de pie, Jack se permitió un momento para que su corazón se tranquilizara. Luego se puso a perseguir a Glen Baskerville para reprenderlo por lo cruel que había sido al robar el primer beso de una dama dormida.