Él es Dumbsey

Tirek estaba hecho un ovillo, temblando en una esquina mientras que infinitas copias de la maldita Princesa Sparkle y sus amiguitas lo rodeaban y cantaban esa irritante canción sobre el amor, la familia… ¡la amistad! Por mucho que se metiera sus enormes dedos en sus oídos, la canción del demonio seguía llegándole de todos lados y era horrible.

Te quiero yo, y tú a mí. ¡Somos una familia feliz! Con un fuerte abrazo, y un beso te diré… mi cariño es paaaaaraaaa tiiiiiiii…

Tirek se levantó gritando de la ira y el terror y sudando a chorros, al tiempo que de sus cuernos disparaba una gran descarga de magia pura. Temblaba de ira, quería aplastar algo, a alguien. Específicamente a una irritante poni que solo predicaba sobre la amistad.

¿Por qué no dejaba de soñar con ella y su amistad? ¿Por qué seguía viéndola en sueños?

Aún temblando por lo agitado de su sueño, Tirek salió de su cuarto listo para ir a la cocina. Abrió la puerta, pero al tratar de pasar pasó lo inesperado. Algo le impedía el paso.

─ ¿Qué está pasando? ¿Es una broma? ¡¿Una barrera?!

Trató de forcejear pero una fuerza invisible lo retenía. Podía pasar su cuerpo pero algo al tratar de pasar su cabeza algo topaba y no podía pasar. Gruñó en frustración mientras intentaba pasar. ─ ¡Maldita sea! ¿Qué clase de broma es esta? ¡Tengo que pasar!

Finalmente Sombra y Chrysalis se asomaron a ver qué estaba pasando, e intercambiaron una mirada de confusión al ver el predicamento en el que se encontraba el centauro.

─ ¿Oye, te sientes bien? ─ Preguntó Chrysalis. ─ ¿Qué demonios estás haciendo?

─ ¿Qué no ven? Algo no me deja salir de aquí, puedo pasar mi cuerpo pero mi cabeza…

─ Son tus propios cuernos imbécil ─ dijo Sombra haciendo un face-hoof. ─ Siempre agachas la cabeza para salir. ¿Estás queriendo hacerte el gracioso o algo así?

Tirek se quedó paralizado donde estaba y levantó la mirada muy confundido. ─ Mis cuernos, sí mis cuernos… ¿Siempre fueron tan largos?

─ Sí, desde que estás en tu última forma ─ dijo Chrysalis, empezando a preocuparse.

Tirek sacudió la cabeza y tras murmurar algo, salió de su cuarto agachando la cabeza mientras los otros dos lo veían irse aún preocupados por su compañero. Cuando por fin se hubo alejado lo suficiente, Chrysalis miró a Sombra, y a juzgar por su expresión ambos pensaban lo mismo.

Escucharon un topón en la puerta de la cocina, y ambos fueron a ver qué estaba pasando. Efectivamente Tirek se había vuelto a topar con el marco de la puerta con sus cuernos.

Al notar la mirada de sus compañeros, simplemente agachó la cabeza y pasó sin decir palabra. De nuevo los otros dos empezaban a preocuparse, era obvio que algo andaba mal.

─ ¿Será que lo vigilamos o algo? ─ Quiso saber Sombra, dudoso de entrar a la cocina.

─ Tenemos que vigilar que no haga ningún desastre ─ dijo Chrysalis. ─ ¿Recuerdas lo del café el otro día que se repitió el otro? Y ayer también, aunque anteayer no pero igual…

Sombra no pudo argumentar nada y entró con cuidado a la cocina donde el centauro se estaba preparando una rebanada de pan tostado para acompañar con sus cristales de magia.

─ Estás agarrando el cuchillo al revés ─ dijo Chrysalis, apenas vio lo que estaba haciendo.

─ Además ese no es el cuchillo de mantequilla, ese está afilado… ¿no lo notas?

El cuchillo estaba bien hundido en la palma de Tirek, pero su piel era tan dura que no lo notó. Ni siquiera un rasguño, eso era un alivio pero tampoco era algo normal.

─ Oh, claro, no sé por qué esto me sigue pasando, ¿ya es rutina de las mañanas, no?

Ni uno ni la otra dijeron nada, y Tirek sin importarle nada, solo metió los cristales en su boca y absorbió el poder que contenían.

Notó la mirada de los otros dos villanos que lo vigilaban.

─ ¿Qué?

Como nadie le dijo nada, atravesó la puerta. O eso intentó porque sus cuernos volvieron a topar con el marco.

─ ¡Mi harto! ¡Tirek querer puertas tamaño Tirek!

Y atravesó la puerta llevándose un trozo de la pared con él. Solo se sacudió los trozos de pared de sus hombros, y siguió adelante.

En el cuarto de Tirek escucharon al monstruo atravesar la pared de su propia habitación.

En su cuarto Tirek sintió un dolor en su espalda. Pasó sus manazas sobre sus hombros, donde dos protuberancias nacían de su espalda. Y poco a poco recapacitó sobre lo que le estaba pasando. Su mente… se estaba yendo. Y mientras más magia consumía… más se iba…

─ No… esto fue lo que me advirtió Lady Catrina… si consumes mucha magia, este te consume a ti y…

De pronto Tirek se quedó en blanco.

─ ¿Qué estar haciendo mí?

Desde el marco de la ventana, la Mente Maestra asintió ligeramente.

─ Eso fue peligroso, deberías estar orgulloso de tu alumno. Pensé que no tendría que intervenir, pero es más listo de lo que me conviene.

Fortaleza de la Soledad:

Twilight salió a recibir el nuevo día, y por supuesto a Spike.

En su brillante uniforme de Linterna Verde, el guardián esmeralda aterrizó frente a Twilight que alegremente lo saludó sacudiendo un casco alegremente. Con su fuerza sabía que todavía no estaba lista para abrazarlo

─¡Spike! Me alegra mucho verte.

─ A mí también Twilight, a mí también.

Ella sonrió. ─ Espero poder abrazarte pronto, ya puedo controlar mi visión de rayos X y mi visión calórica. Pronto podré usar mi fuerza sin ningún problema.

Spike la abrazó.

─ Tú no podrás abrazarme pero yo sí puedo abrazarte a ti.

Twilight le devolvió torpemente unas palmaditas en la espalda. Spike torció el gesto pero estaba bien.

─ Oh, Spike lo siento tanto…

─ Tranquila, guardián del universo, ¿recuerdas? He sufrido peores muestras de afecto en el espacio. Vieras cuando salvé a esa familia de vasaxaurianos y… perdona, estoy divagando.

─ No importa Spike, me alegra mucho tener a alguien con quién hablar después de lo que parece una eternidad. En cuanto me asegure no ser un peligro para los ponis, podré volver a Equestria y…

Spike sonrió y sacó el periódico de su alforja, y se lo mostró a Twilight. De nuevo en el encabezado figuraba Twilight, esta vez sosteniendo los cimientos de una mina a punto de derrumbarse para permitir a Dash y a la Flecha y el Canario sacando a los pobres mineros minotauros.

─ Bueno, si me preguntas a mí no eres un peligro, sino todo lo contrario. De no ser por ti hubiéramos llegado demasiado tarde. Y hasta te presentaste para una entrevista en el centro de la ciudad luego de tu gran actuación.

Twilight se rio.

─ Bueno, sí. La verdad fue una trata sorpresa el poder estar ahí sin ser un peligro para nadie más, pero quiero estar segura antes de poder reencontrarme con el resto de la familia.

Spike sonrió.

─ Por supuesto.

Y con esto le entregó su alforja y se fue volando.

Twilight suspiró. ─ Pronto.

Con eso Twilight regresó a la Fortaleza de la Soledad, pero lo pensó un poco.

─ ¡Spike!

El Guardián Esmeralda paró y se volvió hacia ella.

─ ¿Sí, Twilight?

─ Quiero verlos, verlos a todos. Pero en un lugar donde no haya tanta gente y pueda escapar en caso vuelva a salirme de control.

─ Entonces…

─ Reunámonos en el Imperio de Cristal, si algo pasa me escaparé a las montañas, no hay nada que pueda destruir ahí.

─ Excepto las propias montañas ─ puntualizó Spike.

─ Eso sí ─ aceptó Twilight. ─ Pero será una prueba, quiero verlos a todos. A mi familia… a mis amigas.

─ ¿A la Princesa? ─ Preguntó Spike.

Twilight negó con la cabeza, todavía no perdonaba lo que Celestia le había hecho. No había de decir más, Spike comprendía.

─ Haré los preparativos, te enviaré una carta cuando todos estén listos. Ah, estarán felices de verte Twilight.

─ No tanto como yo lo estaré cuando nos veamos por fin.

Spike asintió.

─ Si me doy prisa, puede ser hoy mismo.

─ Cuento contigo Spike.

Con eso Spike se perdió en el horizonte, hasta que pudo encontrar el punto de teletransportación de regreso a la Atalaya.

─ ¿Cómo va? ─ Quiso saber Rarity.

─ Está mejorando, quiere organizar una reunión con todos ─ dijo alegremente el Guardián Esmeralda. ─ Quiere que nos veamos en el Imperio Cristal, veré si puedo hacer los arreglos hoy.

─ ¡Eso es genial Spikey-Wikey! ─ Celebró la vigilante. ─ No puedo esperar a contárselos a todos.

─ Podemos contactar a Dash ya mismo. Creo que se encuentra por el territorio grifo ─ dijo Sweetie Borg examinando la versión del Cutie Mapa legado por el Equipo Flash.

─ No, no, no Sweetie Belle, yo me puedo encargar de contarles a todas.

─ Es verdad, Dash está comprometida con la tarea de encontrar la magia de Twilight, le diremos al final de su búsqueda ─ conformó Blue Blood.

─ Mientras tanto, iré a avisarle a las demás ─ anunció Rarity, quitándose su traje del Canario. ─ Sweetie Belle, tú vas directo a la cama y al tomacorriente, ¿sí?

La potrilla mitad máquina dio un largo bostezo. ─ No tienes que decirme, ¿pero me haces un vaso de leche tibia antes de irme a acostar?

Rarity sonrió. ─ Por supuesto querida.

Ni aun con sus implantes mecánicos las habilidades en la cocina de Sweetie no habían mejorado nada así que Rarity le tenía prohibido el acceso hasta al microondas.

Las hermanas Belle usaron el cristal de teletransportación de regreso a la casa de la mayor y luego de darle su vaso de leche a Sweetie Belle y revisar que se lavara los dientes, Rarity se apresuró a avisar a Applejack, Pinkie y a Fluttershy que Twilight quería verlas a todas en el Imperio Cristal.

─ ¡¿Entonces Twilight está lista para vernos a todas?! ─ Saltó alegremente Pinkie Pie.

─ Así es cariño, el problema aquí es que no es seguro. Por eso solo haremos una pequeña prueba ─ dijo Rarity. ─ Y por precaución los miembros más poderosos de la Liga estarán presentes. Si algo pasa, nos aseguraremos que nadie salga lastimado.

─ ¡Nadie saldrá lastimado bobita, porque solo será una fiesta! Tengo que prepararle los mejores postres, ¡solo lo mejor para nuestra gran amiga!

Y se fue como bólido a preparar los mejores cupcakes para darle a Twilight la bienvenida.

Rarity solo pudo sonreír al verla, y luego se dirigió a Sweet Apple Acres.

Applejack sonrió.

─ ¿Debería llevar un barril de la mejor cidra, o mejor un pie de la abuela? ¿Sabes qué? ¡Al demonio, llevaré los dos.

─ Me alegra cariño, te avisaré cuando sea hora, ¿de acuerdo?

─ Ahí estaré, con todo listo, solo esperemos que Rainbow Dash no se tome toda la cidra antes que Twilight pueda probar un poco.

─ No creo que lo haga, Rainbow dejó de tomar bebidas alcohólicas desde que obtuvo sus poderes de velocista y se hizo incapaz de embriagarse.

Las dos compartieron una risa.

─ Bien, entonces te avisaré querida. Mientras tanto le avisaré a Fluttershy.

─ Te acompañaría pero tengo que tenerlo todo listo ─ dijo Applejack.

─ No te preocupes, yo me encargo ─ dijo Rarity. ─ Nos veremos muy pronto, todas.

Applejack sonrió.

─ Pronto.

Entonces la unicornio se dirigió al refugio de Fluttershy, donde la pegaso estaba ocupada ayudando a unos cuantos castores a acomodar sus troncos para reforzar la presa para su hábitat. Ellos estaban felices de aceptar su ayuda, y por supuesto tenía al buen Harry para ayudarla a mover los troncos más pesados.

─ ¡Pero eso es una maravillosa noticia! ─ Celebró la pegaso luego que Rarity le contaba. ─ ¿Crees que debería llevarle algo?

─ Tu presencia será más que suficiente ─ sonrió Rarity soltando un bostezo. ─ Yo tampoco tengo tiempo de preparar nada, luego de esto me voy directo a la cama. Pero tenía que contarles a todas.

─ Muchas gracias por tu bello gesto ─ dijo alegremente Fluttershy. ─ ¿Escuchaste eso Harry?

El oso soltó un rugido entusiasta, pero no muy convencido. En su cabeza, el Señor Gusanito se agitó, haciendo que Harry gimiera.

─ ¿Le pasa algo? ─ Preguntó Rarity mirando al oso.

─ Nada, parece que el Señor Gusanito tiene algo que hacer, y Harry prometió llevarlo ─ dijo la pegaso. ─ Por supuesto Harry, ya me ayudaste suficiente por aquí. Ve y ayuda a tu mejor amigo.

Rarity los miró irse y luego de sonreírle a Fluttershy se fue a acostar.

─ Twilight está de vuelta, estoy tan feliz ─ dijo la pegaso.

Mientras, en el Imperio Cristal, Shining Armor y Cadence estaban más que felices de preparar una recepción para Twilight.

─ ¿Entonces, crees que todo saldrá bien? ─ Preguntó Shining Armor.

─ Ella está lista ─ dijo Linterna. ─ Pero por precaución los miembros más poderosos de la Liga estaremos listos para intervenir, y asegurarnos que nadie salga herido.

─ Es una sabia precaución ─ dijo Cadence.

─ Sí, claro ─ dijo Spike de mal humor.

Ella le puso un casco en el hombro. ─ Sé que te molesta verla como un peligro, pero hay cosas que no podemos ignorar, como estos poderes suyos. Ha hecho buenas obras antes pero…

─ Lo sé, pero no tiene por qué gustarme. Dijo él, pero pronto cambió su expresión seria a una más animada. ─ Todas vendrán en el próximo tren de Ponyville.

─ ¿Y qué hay de mis tías? ─ Dijo Cadence. ─ ¿Ya saben que Twilight viene?

Spike negó con la cabeza.

─ Ella no quiere verlas, al menos no por ahora.

─ Comprendo, ha de estar muy molesta. Pero todos sabemos que fue un error. Hay que darles la oportunidad de explicarse.

─ Twilight va a molestarse, y no vamos a exponer a Flurry a eso ─ dijo firmemente Shining Armor.

Cadence suspiró.

─ Tienes razón. Por el momento no es prudente.

─ Twilight decidirá cuándo verá a las Princesas, ¿sí? Pero no la forcemos.

Cadence solo pudo asentir.

─ Le avisaré a Twilight ─ dijo entonces el dragón enviando por fin la carta.

Bosques de Tambelon:

Tirek se agitaba en su cama, con la canción de la amistad resonaba en sus oídos.

Con un fuerte abrazo y un beso te diré, mi cariño es paaaaaaaraaaaa tiiiiiiiiii…

Se despertó gritando de ira, golpeando su cama, partiéndola en dos.

─ ¿Qué estar pasando con Tirek? ─ Se agitó.

─ Nada de lo que debas preocuparte grandote ─ dijo una voz en su ventana.

Se volvió, y tal como lo imaginaba, era la oruga.

─ Sé lo que te puede hacer sentir mejor. Magia, muchísima magia.

El oso Harry entró al cuarto de Tirek llevando una gran caja con cristales mágicos.

─ ¡NO! ─ Gritó el centauro, tirando la caja de las patas de Harry. ─ La magia darle poder a Tirek, pero Tirek perder listosidad.

La Mente Maestra asintió.

─ Lo sé. Si consumes mucha magia, esta termina por consumirte a ti.

─ ¿¡TÚ SABER!? ─ Gritó Tirek, levantando su puño para aplastar al insecto.

La Mente Maestra le dedicó una sonrisa irónica─ La verdad mi amigo, es que nunca necesité a Lord Tirek. Lo que yo necesito es un títere descerebrado. ─ Suspiró. ─ Ah, hubiera deseado tener más tiempo jugando con tus sueños para alimentar tu odio por Twilight Sparkle, y mermar de a poco tu inteligencia. Pero ella está aprendiendo a usar sus nuevos poderes más rápido de lo que anticipé. Tengo que equilibrar la balanza de poder.

El centauro finalmente hizo descender su puño.

─ ¡TIREK APLASTAR!

El gusano lo miró a los ojos al centauro, que detuvo su puño a milímetros del insecto.

Tirek puso los ojos en blanco, mientras robóticamente alejaba su puño y luego tomó los cristales en sus manazas y comenzó a consumir su poder.

─ No quería llegar a esto grandote, pero míralo así. Twilight Sparkle no me dejó otra opción.

Lo poco que quedaba de la mente de Tirek quiso resistirse, volver a tomar el control de su cuerpo y expulsar todo el poder ahora que estaba a tiempo, pero no podía. Miró al gusano, que sonreía. El muy cretino estaba disfrutando verlo desaparecer.

Quiso suplicar. Su boca no le obedecía, pero sabía que el gusano podía escucharlo.

Pero sus súplicas silenciosas solo lo hicieron ensanchar su sonrisa.

Una lágrima solitaria se derramó de los ojos de Tirek al tiempo que lo último que quedaba de él desaparecía tras absorber la magia sellada del último cristal. Lo último que vio fue la imagen de su amiga Cozy, mientras se despedía al irse con el maldito payaso, y su maestra.

Lady Catrina… lo siento tanto…


Grogar miró el agujero sobre la puerta de la cocina, enfureciéndose de nuevo.

─ ¿OTRA VEZ? ¡¿Quién fue esta vez el que destruyó mi casa?!

Llegó a la sala, donde los otros dos villanos se encogieron del terror. El macho cabrío emitía un aura de poder puro.

─ Fue Tirek excelencia pero creo que…

─ ¿Así que Tirek, verdad? Bien, voy a intercambiar unas palabras con él. Le advertí claramente que no se atreviera a destruir mi guarida.

Y se teletransportó al cuarto del centauro.

Chrysalis y Sombra llegaron detrás de él, cuando lo vieron congelado en el rellano de la puerta.

Tirek estaba gritando, golpeando el suelo con sus enormes puños, mientras las protuberancias de su espalda crecían hasta el punto de atravesar su piel, mostrándose tal cual eran. Grandes púas negras que nacían de la base de sus hombros, y más protuberancias se extendían por su cuerpo.

En su desesperación Tirek comenzó a arrancarse pedazos de piel, revelando las púas que ahora cubrían su cuerpo casi en su totalidad.

Su mandíbula se desencajó, sus dientes crecieron convirtiéndose en amenazadores colmillos.

Finalmente Tirek rugió.

─ Tirek ─ dijo Chrysalis asustada.

Una risita se escuchó desde el fondo del cuarto.

Todos se volvieron hacia la Mente Maestra, riéndose del predicamento del centauro sobre la cabeza de su oso.

─ Tirek ya no existe. Consumió tanta magia que consumió por completo su mente. Ahora no es más que un bobito que ya ni siquiera recuerda quién es. Él ya no es Tirek, ya no más.

─ ¿Entonces? ─ Preguntó Sombra.

El oso se encogió de hombros.

─ Pues no sé… déjenme pensar. ¡lo tengo!, él es Dumbsey.

El monstruo rugió como respuesta a su nuevo nombre.

─ ¿Cómo se atrevió a hacerle algo así? ─ Gritó Chrysalis a la oruga, lista para atacar, pero Grogar la detuvo con su poder.

─ ¡Alto! No tienes ni idea de lo que es capaz, ¿esto? Esto no es nada.

─ Pero… ─ trató de decir Sombra.

El oso Harry comenzó a llevar a la Mente Maestra fuera del cuarto, mientras que Dumbsey lo seguía obedientemente. La oruga miró al trío de villanos, indiferente.

─ Solo agradézcanle a Faust que ustedes aún me sirven tal y como son. Ahora, si me disculpan, iré a probar mi nuevo juguete. No me esperen.

Dumbsey lo siguió, atravesando la pared con su cuerpazo.


Llega el cap de la batalla final, no sé si quedó claro por el nombre (en inglés suena mejor) pero bueno, espero haya quedado claro a quién representa Tirek. Pronto veremos a Supermare usar todo su poder contra un enemigo poderoso.

Chao; nos leemos!