Con "T"de Tinder
(S.L.)
En cuanto me dio la confirmación no demore mucho en alistarme, mis compañeros del trabajo… bueno, las personas del trabajo en el que soy becario me habían invitado a una de las pocas celebraciones a las que yo jamás había asistido, al final de ninguna insistencia y por no sé qué motivo accedí a la primera.
Pero primero lo primero.
Los viernes generalmente no asisto a mi servicio dado que entrego muchos proyectos de la universidad y me llevan gran parte de la mañana, llegar muy tarde nunca me ha gustado, si hay algo en lo que yo me caracterizo es en que no dejo las cosas a medias y que en lo general soy muy puntual.
No pensé en que mis tareas fueran a ser revisadas tan rápido y aunque pude regresar al trabajo no lo hice, saque el celular de la bolsa de mi mochila y en automático entre a la aplicación.
¿Qué podía salir mal?
Hasta ahora nada malo había sucedido, cosas extrañas sí pero nada que no pudiera resolverse, conocer gente que es aún poco fuera de mi liga y edad pero… se supone que a esto se viene a la vida ¿no es así?
Pude deslizar a la derecha o a la izquierda pero no lo hice, en mis notificaciones de mensajes había una frase destacable de todo esto: quedamos hoy?
La confirmación que había esperado por fin daba pauta a lo que cualquiera se puede imaginar, sí y sí iba a tener sexo con una chica de veintiséis años, cuatro años mayor que yo que no los aparentaba realmente. Un mes de conversación normal con una semana de sexting en el que se me da bastante bien, fotografías que ellas me envían y se notan bien, bastante agradables a la vista y que por supuesto me puedo deleitar en ingerir si es que se puede decir de esa manera.
Ya se había cansado de solo mandarme mensajes y fotografías, había videos de ambos tocándonos por nosotros mismos y estaba bien me satisfacía bastante aunque al final terminaba y pensaba de momento ¿y luego qué?
Pero generalmente no sucede… por lo menos no todo el tiempo, después de un rato se torna aburrido pero ya tengo experiencia en ello.
Como siempre me digo a mí mismo, después de las diez dejas de contar.
Veo el reloj y me arrepiento, me arrepiento del tiempo y de lo mucho que pude avanzar en mi servicio becario, las horas acumuladas que pudieron estar bastante bien y el lunes tengo un examen a primera hora, pude bien no ir al servicio para poder concentrarme debidamente así como descansar porque parece que ya no tengo mucho tiempo para nada.
A veces viajo a Kioto, qué de nada sirve viajar más de hora y media y me preguntaran ¿por qué?, que no es nada malo… bueno sí, gracia y obra de la aplicación el sexo no sólo se queda en Tomoeda, hay una persona con la cual ya repito en diferentes ocasiones.
Es más, a manera de reproche puedo decir que una vez la conocí llevaba ya casi poco más del mes sin tener interacción con nadie salvo ella, salidas como amigos, besos al final de un mes unido al sexo y entonces mi agenda giraba en torno a la de ella.
Hasta que bueno… un día que no pude hacerlo… ella decidió tener acción con alguien más.
Enojado… no.
Triste… tampoco.
Decepcionado… tal vez.
Cuando una persona no te pertenece sabes de ante mano que no hay responsabilidad y al no tenerla puedes ser completamente libre de cuerpo, emociones y sentimientos.
Yo tome la libertad que de por sí ya tengo y este es el resultado.
No pienso en ella absolutamente y puedo decir que si se tratara de algo más fuerte… no sentiría lo que puedo sentir con una completa extraña.
Al bajar del autobús ella me está esperando con un vestido un tanto entallado porque quiere llamar la atención, su cabello con las puntas húmedas porque desea estar limpia, su bolso en donde seguramente no trae nada de protección pero yo espero que sí un poco de dinero porque entonces aplicamos la que cualquier persona con sexo en acuerdo haría.
- ¿Te puedo cooperar con la mitad?
No me pregunta de una manera tímida es más puedo decir que lo hace muy segura de sí misma pero quiere aparentar que no y yo lo detecto porque aunque no me gusta admitirlo ya tengo algo de experiencia en esto.
Vacía y sin sentido pero… hay experiencia.
Yo asiento muy serio y levanto un poco la mano derecha esperando que ella me dé el dinero pero para mi mala suerte lo que hace es darme la mano.
Dadas las circunstancias accedo a su agarre y camino un poco más rápido para poder quedar justo en la entrada trasera peatonal de uno de los hoteles de paso que son bastante accesibles.
Doscientos cincuenta.
Digo rápido quitando mi mano para extenderla nuevamente y ella saca su parte, yo la mía y vamos justo a una ventanita con vidrio polarizado que nos recibe el efectivo y nos entrega una llave con el número de habitación.
- Mano izquierda.
Nos dice la persona y yo la hago pasar primero por mero acto de caballerosidad.
Subimos y entramos, la habitación como muchas otras con una cama, luz tenue, espejo, un sillón sexual y bueno, el baño y la regadera porque después del sexo uno se baña y yo no suelo hacerlo, es una invitación a que ellas lo hagan y a decir verdad eso no me gusta mucho.
Entonces la miro detenidamente.
Ahora veo sus atributos, sus nalgas y pechos. Noto cero imperfecciones y el pene se pone duro cual roca.
La tomo del cuello un poco para acercarla a mí y comenzar a besarla mientras ella baja su mano a mi pene para sacarlo de la bolsa de mi pantalón.
La empujo con algo de fuerza a la cama para acercarme rápido y poder bajarle las bragas, huele bien, no tiene nada imperfecto, no tiene ninguna marca signo de alguna infección, su depilación no es perfecta pero es bastante cordial.
- ¿Qué miras?
Me pregunta en gemido y no es la primera persona que lo hace pero no es como que yo pueda decir "quiero ver si no tienes infecciones", un simple y serio "me gusta mirar" hace que ellas confíen plenamente en mí.
No me queda de otra y mi lengua se topa con el interior húmedo y bastante delicioso de ella.
Me concentro porque con la práctica me volví bueno en ello.
Y la escucho gemir y gritar de placer.
Por favor… por favor… entra…
Suplica apretándome un poco los hombros mientras la siento contraerse.
Me levanto un poco y ella se pone de rodillas en la cama para poder ponerlo en su boca, bien, que lo haga en lo que yo saco el condón de una caja de lentes en las que guardo mi protección en lugar de para lo que es.
Lo tienes muy rico… grande… podemos hacerlo sin eso ¿sabes?, serías el primero…
No digo muy tajante , lo usare si no te molesta.
Veo apenas la mueca que hace y bien ella si me dice que ya no quiere no pasa nada tampoco es que me vaya a morir si no sucede, es con protección o simplemente no.
Ya lo hice sin cuidarme, dos veces con la misma persona… y puedo decir que me gusta de las dos maneras pero… lo hago y lo estoy disfrutando demasiado de hecho no me había acordado de ella.
Mi pene sigue duro.
No duele en absoluto.
La veo retroceder y abrir sus piernas.
Me gusta, se siente bien y placentero.
¿Cómo voy a decirle que no a esto?
Es solamente regalarnos un orgasmo mutuamente.
(S.K.)
Camino como cada tarde después del trabajo por la misma avenida, esa misma que luce un poco asoleada, esos tonos rojos y naranjas del atardecer viendo los autos ir y venir, mi mente divaga un poco y me hace sentir que estoy en alguna fotografía de esas que están de moda en las redes sociales.
En mi mano derecha llevo esa carta que escribí y re leí un sinfín de veces, tal vez ahora que lo pienso es un tanto dramática pero al mismo tiempo necesaria.
Un sentimiento aún más raro.
Me pongo a pensar en estos siete años que mi vida se ha pausado, fácil y sencillo cualquiera puede decir que a mi edad mis decisiones son inmaduras y puede que sí, se vale; todo el mundo en esta y mil otras vidas tiene el derecho de equivocarse por las malas decisiones de la vida.
Pero siguiendo mi camino ignoro aquel paisaje que me había agradado e incluso estaba disfrutando.
Pienso en todas las posibles manera de que mi dramática carta llegue a las manos correctas sin temor a represalias porque bueno, el daño había sido hecho.
Me encuentro a dos calles de su domicilio y es como de costumbre, puedo cerrar los ojos y juro no puedo perderme.
Mil y un momentos vienen cada dos segundos.
Mil y un pensamientos regresan y cambian otros dos segundos más.
Porque puedo dejar la carta al filo de la ventana pero no estoy del todo segura que pueda ser vista, incluso si el viento se pone igual de dramático que yo puede hacerla volar, ser leída por alguien extraño y mis emociones serán virales, que en realidad no me importa del todo porque no está mi nombre y el suyo es un nombre de entre tantos.
Pero entonces sigo mi camino hasta la puerta y veo que hay alguien de pie al filo, parece ocupado pero tiene el nombre de él en el sobre:
Querido Yue:
Le he dado muchas vueltas a lo que pienso decirte, hablando metafóricamente sólo puedo decir eso y en mi defensa lo único que me sale en palabras ahora escritas es que te pida perdón por esto que te hice y de lo que seguramente nunca podrás disculpar. También pensé mucho en el daño que me hiciste por estos años de lucha contra nosotros y los sentimientos que nunca supimos controlar.
Puedo darme una idea de que llores constantemente y que busques mil opciones para poder retenerme y en verdad me duele lo que sucede. He decidido avanzar por mi propio bien y mi propio bien es no tener un vínculo.
Sé que a la edad que tenemos esto es un tanto inmaduro para lo que sucedió entre nosotros pero una relación en donde hay engaños, mentiras, gritos, preocupaciones, incertidumbre, celos y faltas de respeto nos sobrepasan.
Te perdono por todo lo que pasamos, perdóname por todo lo que te hice pasar. No sé si la siguiente persona que este a mi lado será la correcta o que la persona que venga contigo pueda soportar más de lo que yo…
Avancemos, es lo único que te puedo decir.
Y si antes éramos tú y yo contra el mundo es hora de que seamos cada quien en su mundo y algún día encontrar a alguien para poder compartirlo.
Se feliz.
Dejo la carta en el lugar donde sé será encontrada y voy en busca de un autobús que me lleve a un lugar que en el trabajo hemos acordado.
Debo decir que me siento un poco tranquila, no hay miedo, no hay nada que me até de nuevo a dejarme estancada donde no soy feliz.
Me pongo los audífonos porque no me siento cómoda con la soledad que me acompaña, me siento triste y un poco melancólica porque por fin había terminado mi vida con un hombre con el que había compartido más que la virginidad.
No me doy cuenta de lo que hago por un breve instante y es como si mi mente se perdiera de lo que hace mi cuerpo, miro brevemente6 mi reflejo en el espejo retrovisor del autobús donde he subido en no sé qué calle y luego miro por la ventana, ver a las personas imaginando que tal vez llevan una vida menos complicada que la mía. El atardecer me indica que terminara en poco menos de lo que puedo si quiera identificar.
El gris del cielo y las nubes despejándose poco a poco, las luces de algunas calles y entonces se comienza a identificar que es viernes, que el día por fin termina y que el fin de semana es un estado relajado que no me dejara dormir por la culpa que aún siento.
Recibo un par de mensajes de compañeros que ya se encuentran en un establecimiento muy cercano a mi ubicación, quiero responder que estoy en camino pero un recuerdo me invade: no te excuses, no te justifiques, no des respuestas que no sientas la necesidad de hablar.
Es como llegar de sorpresa a un lugar donde ni siquiera será una sorpresa.
Pero en mi mente se ve bien.
Blue: un establecimiento conocido para personas no tan jóvenes y realmente trabajadoras, esas personas oficinistas que se quejan del día a día de reportes, papeleo, escritorios, minutos para el café y un sinfín de llamadas de trabajo.
Entrego mi identificación como es costumbre para verificar que ya eres mayor de edad lo que me hace sentir alagada porque a mis veintisiete años me siento muy vieja todavía pero a mí alrededor siempre alagan lo joven que me sigo viendo y que todavía puedo pasar por una simple estudiante.
- ¡Está aquí, se hace presente!
Mi mejor amigo del trabajo Eriol Hiiragizawa me sonríe de par en par y logro visualizar sus mejillas sonrojadas por el alcohol, su cabello un tanto húmedo debido al sudor porque ha bailado o porque simple y sencillamente el lugar aglomerado no deja espacio para que el aire circule.
Es el único que me recibe con un abrazo porque es al único que se lo permito.
Me muerdo el labio inferior porque también supo lo que había hecho momentos atrás, me toma el rostro con sus manos apenas mirándome fijamente, lo poco que puedo ya que la embriaguez se hace más y más presente en él.
- ¿Todo bien?
Asiento.
Él me besa la frente y me entrega una cerveza.
- Recuerda amiga, las penas con alcohol son menos.
Asiento únicamente por el método que se ocupa es por mero protocolo de convivencia y no por otra cosa pero en su defecto se necesita.
- Déjame decirte que es la primera vez que vienen dos pasantes, con líos pude decirle al mío que viniera, sabes lo serio que es, no me pude contener con la curiosidad de que es gay, no porque realmente lo sea sino por, ya sabes: la aplicación.
Apenas le puedo prestar atención al chico que viene vestido con una camisa tipo polo blanca siendo cubierta por un azul marino, sus jeans un tanto desgastados.
Recuerdo muy poco de él, haberlo visto en pasillos, ir y venir por un par de copias, verlo llegar corriendo porque Eriol ya había comenzado con el trabajo unos diez minutos antes de que él llegara.
Su semblante serio y amable que me hace pensar que en realidad es muy lejos de ser gay, no le había prestado la atención debida hasta hoy.
Siento que él capta mi mirada y me pone un poco nerviosa porque nunca lo había visto hablar con chicas, sí bueno, lo hace pero muy serio y sin sonreír; conmigo lo hace y de hecho parece muy contento de verme.
Levanto la mano un poco apenas para saludarlo y en automático él desvía la mirada en dirección a Eriol porque es su jefe inmediato.
- Ocupa mucho la piscina de la oficina, es bastante bueno en natación.
Me informa mi amigo como si no lo supiera y claro que lo sé, lo he visto. Dentro del trabajo recuerdo muy pocas verlo pero fuera lo he visto irse, lo he visto entrar al gimnasio y por supuesto que lo he visto pegado al celular varias veces.
Con él corre un rumor no fuerte pero sí íntimo: tinder.
No es que sea la muerte ni mucho menos de hecho hoy en día muchas personas hablan de la aplicación y de lo fácil que es concretar citas, conocer nuevos amigos, salir con gente cuando quieres ir al cine o a tomar un café sin sentirte solo.
Completas tu gusto y conoces a alguien de paso. Está bien.
Con él el rumor es diferente, entre pasillos se llegó a comentar que él concretaba citas sexuales porque él confió en la persona que no debía mostrando su función en la aplicación pero al notar lo serio y cumplido que es por supuesto que todos le damos el beneficio de la duda.
Verlo únicamente me hace disfrutar a la vista, es bastante guapo y carismático.
Mucho más chico que yo claro que sí pero… pienso en algo que nunca va a suceder, es sólo un gusto.
Físico.
Curiosidad por si el chisme es verdad.
- Me alegro que hayas decidido venir le dice Eriol en cuanto él se acerca a nosotros con una botella de cerveza y él apenas sonríe recatadamente.
- Bueno, es la primera vez que me invitan.
- Es la primera vez que aceptas ataca nuevamente Eriol a lo que Li me mira sin ponerse nervioso, la virtud y gracia del alcohol ; ¿verdad?
Yo asiento y él me vuelve a sonreír.
- Bueno, pero ya estoy aquí ¿no?
Me sigue mirando.
¿Es eso un coqueteo?
- Si no tienes problemas con papá y mamá suponemos que está bien.
Mi comentario es claro que se trata de su edad y yo doy un sorbo al vaso que Eriol me entrega de una bebida alcohólica preparada porque el sabor de la cerveza no es muy grato para mí.
Él le da un sorbo a su cerveza y posterior a eso tomo uno de mis cigarros para encenderlo con la ayuda de Eriol.
La mirada de Li sigue puesta en mí.
- Si tuviera problemas con mis padres en verdad no estaría aquí.
Para esto se acerca lo suficiente para rozar sus labios con mi oreja derecha.
- Mentiras piadosas.
Digo ahora tratando de alejarme un poco para que él no note que me he puesto nerviosa.
De hecho, por un breve instante solo siento la mirada sonriente de mi amigo porque sí, ya lo estábamos ignorando.
- No soy buen mentiroso de hecho dice pero hace una mueca de incomodidad como si un recuerdo lo perturbara.
¿Será acaso la aplicación?
Entonces, somos dos le digo golpeando su cerveza con mi vaso a modo de brindis , pero bueno… todos tenemos alguna mentira que ha golpeado más allá…
(S.L)
- Entonces tú te los tragas todos dice uno de los chicos que es pasante igual que yo pero dirigiéndose a una chica que por supuesto trabaja en el departamento de finanzas.
Hablaban ahora muy amenamente de sexo como si fuera lo más normal y no me mal entiendan, sé que es lo más normal y de hecho no entiendo cómo puede sorprenderme.
Horas atrás yo había tenido sexo con una chica que acababa de conocer por la aplicación y de hecho sólo nos veríamos para eso.
Pero el punto es que todos contaban sus experiencias, ninguno como las que yo tengo; todos conocen a sus citas de tiempo, de amigos en común, de alguna cita que se dio de forma doble en donde bueno, las personas son reales.
Envidia es lo que siento porque debo admitir que me gusta conocer gente y lamentablemente este es el medio.
Veo a Sakura bailar de forma graciosa y de todas aquí en de las que me parece más bonita, hay varias guapas por el trabajo, algunas de mi edad pero Sakura es esas chicas que lucen tan inocentes y generan ternura que parece que la vida no pasa por su rostro.
Sé que es mayor que yo y por supuesto me gusta el hecho pero no es para algo más, sólo verla bailar y a momentos mirarme porque su mirada se desvía al exceso de alcohol y me hace reír.
Yo también sufro de ese adormecimiento en la lengua y como si fuera algún personaje con poderes me acerco a ella lo más que puedo.
La siento pasar su mano alrededor de mi cuello.
La siento tambalearse un poco.
Jamás me aprovecharía de la situación, por el contario soy muy consciente y maduro como saber que debo acompañarla al baño.
- ¿Todo bien?
Ella niega y yo apenas me muevo un poco, lo poco que puedo porque me siento mareado.
No he visto la hora pero estando en horario laboral mi familia no debe preocuparse.
El pasillo del baño es bastante estrecho y oscuro, pocas veces veo alguien sale del baño o que entran.
- ¿Necesitas algo?
Ella niega levantando la mirada.
Sus ojos verdes se cruzan con los míos y no puedo hacer otra cosa más que besarla.
Sin fuerza.
Con pasión.
Sin detenernos.
Con determinación.
Sin preámbulos tontos.
Con caricias tiernas.
- ¿Es verdad que no tienes conflicto para hacerlo con alguien?
Me pregunta alejándose de mí un poco.
Me sorprende un poco su pregunta pero no puedo hablar sólo me vuelvo a acercar para besarla nuevamente porque su beso de verdad me había encantado…
Ella se leja un poco acariciando mi rostro.
- ¿Te gustaría?
- ¿Aquí?
Pregunto y no entiendo el por qué lo hago dado que no se me hace prudente y de hecho no lo haría en mi sano juicio.
Todo me da vueltas.
Se me viene a la mente la aplicación. Las personas. Ella, ella mintiendo, ella pidiéndome dormir a su lado, ella sonriendo, ella abrazándome, ella besándome, ella hablándome, ella contando un chiste.
Y luego están los ojos verdes de Sakura, esos ojos vidriosos e inocentes que seguro la otra no tendría por mucho que se le haya quitado lo golfa.
- ¿Te gustaría?, ¿aquí?
Ella se acerca para besarme.
- Mucho.
Miro a mi alrededor y no hay nadie caminando para el baño.
Ella toma mi mano.
Volteo para asegurarme.
Ella abre la puerta de uno de los baños.
Yo miro rápidamente mi celular para verificar dos mensajes, un whats y cuatro llamadas perdidas.
Yo subo el primer escalón y por un breve instante nadie más que ella y yo existimos.
Me sigue besando mientras baja su mano para acariciarme y yo hago lo mismo que ella.
Me baja el pantalón y yo le subo la falda.
Puedo dar lo mejor de mí y no importar, lo único que puedo obtener de esta aplicación y la vida que llevo es que solo he generado conocimiento a través de la experiencia.
Los pensamientos me invaden.
No tengo protección y generalmente no es una situación que a mí se me pueda escapar pero no puedo pensar en otra cosa más que sus dulces labios.
Las personas aquí hablan del cariño que le toman a sus amigos con beneficios, a las personas que conocen poco a poco y un golpe en mi estómago hace que desee no ser partícipe de ello.
La puedo sentir más húmeda de lo que jamás he podido sentir o seguramente sí pero no puedo recordarlas.
A mis veinte años quise correr tan rápido generando la experiencia que pudiera por estar encerrado en una familia conservadora que lo único que me ha traído es a sentirme más solo de lo que ya estaba a mis veintidós años.
Me siento incluso más húmedo que ella disfrutando lo que jamás en mi vida, con el miedo de que alguien pueda escucharnos o vernos pero mi cuerpo no puede detenerse.
Para conocer a una persona es necesario escucharla, en tinder no vas a escuchar, en tinder es a lo que vas, algunos momentos en los que buscas compañía.
Y después de eso ya no hay.
- Me encantas.
Le digo alejándome un poco sintiéndolo en verdad, no es mentira y tenía ese "me encantas" atorado desde el primer momento que mire sus ojos.
Ella no me responde y de hecho no lo espero… tuerzo un poco la boca porque en verdad me gusta.
Ella me sonríe tomando mi rostro en sus manos y vuelve a besarme.
Ni siquiera estoy seguro si hay vida después de tinder.
The Melancholy Drama Queen:
Mis hermosas bellezas melancólicas que después de unos años regreso con algo nuevo que se va a convertir en lo más personas que hago.
¿Recuerdan que yo vivía con alguien?, bueno pues hubo una separación de por medio, es válido separarse cuando ya no se es feliz con la persona que estabas, de hecho, es válido darse cuenta que si lo que sentían en realidad es amor.
Mi relación fue con un hombre un año mayor que yo, les aviso que yo estoy a pocos días de cumplir 30 años y ahora con la cuarentena que estamos viviendo y el tiempo que me hace reflexionar en el que ya nuevamente tengo un vínculo familiar que perdí por la situación.
Me encuentro otra vez aquí dándole un lavado de rostro a esto nuevo convirtiendo mi historia en lo más persona.
Después de muchos años me encuentro en una nueva relación con alguien seis años menor que yo, poco a poco les ire contando de eso.
Sin tanta presentación y preámbulo me gustaría traerles este nuevo circo de drama que será más contemporáneo y mucho más explicito y real de lo habitual.
Con carencias, con sexo casual, con antiguos rencores, con nuevas relación, con infidelidades y por supuesto con el uso de la tecnología que hoy en día acapara la sociedad.
Bienvenidas mis bellezas y que el momento de brillar sea ahora.