¡Bonito día a todos, chicos! ️

Hoy no hay mucho que decir, así que, sin más, los dejo leer. ¡Disfrútenlo!

Disculpen también si tengo algunas faltas de ortografía jeje aun estoy practicando y trabajando en ello.


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son del mangaka Nakaba Suzuki.

Uso del OoC II AU II Serie de Drabbles II Pareja Melizabeth


— ¿¡Qué tu qué!? — grité furiosa a la persona del otro lado del teléfono, provocando que Ban se escondiera detrás del closet.

Podía verse realmente aterrado con mi actitud, ¿y que loco no lo estaría? Si verme enfadada era como ver al Diablo mismo.

¡Lo siento, hermanita, no lo pensé! — habló con sutileza el chico que me atendía por llamada.

— ¡Tu lo siento no me sirve de nada, Arlequín Liones! — me referí a él por su nombre completo, dándole a entender que estaba hablando enserio— me llevó años juntar ese dinero, ésto era algo importante y tu... ¡Agh, arruinaste todo! — reproché más frustrada y triste que molesta.

Un largo y pesado respiro fue su respuesta inmediata, antes de volver a hablar.

Trabajaré duro para pagarte cuanto antes, lo prometo.— sonaba muy arrepentido, haciéndome sentir mal por mi falta de tacto.

— Descuida, solo... olvídalo. Saluda a papá de mi parte, ¿quieres? —mencioné más tranquila, pero con un desánimo bien marcado— iré a visitarlos pronto, nos estamos hablando otro día. Adiós.

No le dí oportunidad de decir algo, simplemente, colgué el teléfono y me tumbé boca abajo sobre la cama, reprimiendo mis ganas inmensas de llorar contra la almohada.

— ¿Pero que pasó, enana?— se acercó mi albino amigo, saliendo de su escondite al notarme en calma.

— Todo se jodió, Ban. — sollozé— King gastó mis ahorros organizando una reunión (mejor dicho, peda destructiva) con sus amigos. — me dí la vuelta, quedando boca arriba y mirando al techo— Mi viaje a Francia es imposible. ¡Agh, maldición! — sin más, cubrí mis ojos con la ayuda de mis palmas, soltando el agua salada que había permanecido estancada.

Ban no dijo nada, no fue capaz, sabía y podía leer lo triste que estaba en ese momento. Como un buen amigo (y casi como un hermano mayor) me arropó con ayuda de sus brazos, acariciando mi cabello y susurrando un par de cosas tiernas y graciosas para liberar tensión y hacerme sentir mejor.

Sin duda, tenía al mejor de los amigos conmigo.

Aquel empalagoso momento se vio interrumpido por la vibración de mi celular. Se trataba de un mensaje de Meliodas en la aplicación.

¿Elizabeth, estas ahí? ¡Necesito hablar urgentemente contigo!

Confundida y limpiando mi rostro, releí varias veces el texto antes de responderlo.

¿Que pasa, Meliodas? No me asustes.

¿Puedes hacer una videollamada ahora? Enserio es importante.

Tanta seriedad solo logró ponerme los pelos de punta. Dirigí mi vista hasta Ban, quien logró entenderme perfectamente con esa sola mirada, dejándome a solas en la habitación (no sin antes besar mi frente y darme un ánimo más).

Levante mi trasero de la cama, desplazandome hasta mi escritorio para abrir la computadora y enlazarme con Meliodas en el videochat. Comparado a la primera vez, esta ocasión no me preocupe en lucir desalineada y apagada.

¡Hey, linda! — me saludó con emoción apenas la imagen se volvió nítida.

Hola, Mel. — trate de dibujar una sonrisa perfecta, más una mueca horrorosa fue todo lo que se formó en mi cara.

¿Estas bien? — su estado de ánimo cambió a uno preocupado— ¿estuviste llorando, no es así?

Joder, odiaba que pudiera leerme con tanta facilidad.

¿Quieres contarme? — enunció en un sexy (enserio sexy) acento francés.

No es algo que importe mucho, descuida. — intenté desviar la atención del tema, más olvidé (por un instante) que hablaba con el chico más insistente y terco de todos.

Elizabeth... —se cruzo de brazos, cual papá regañon. Inevitablemente, solté una carcajada.

Bien, bien, ya te cuento... —rasqué una de mis mejillas, buscando y rebuscando dentro de mí las palabras adecuadas para relatar aquello— verás.. anhelaba, enserio anhelaba viajar a Francia durante las siguientes vacaciones, ya sabes, para conocerte a ti y a tu país— el me miraba con fijeza, incitandome a continuar— pero todo se fue a la mierda porque mi hermano menor gasto mi dinero en alcohol para él y los vagos de sus compañeros. — sobé mi sien, aunque lo hubiese perdonado, seguía molesta por la acción de King— lo sé, es bobo, yo... de verdad ansiaba darte esa sorpresa.

Meliodas calló, haciéndome desesperar; más lo que terminó con mi paciencia fue verlo reírse con desenfreno luego de haberle confesado aquello.

¿Que te parece tan gracioso, Meliodas? — levanté una ceja, mientras mi nariz se arrugaba.

Lo siento, lo siento— soltó una risilla más, antes de calmarse por completo— Elizabeth, linda, no pasaré las vacaciones en Francia.

Lo mire consternada, sin entender que me intentaba decir con ello.

Preciosa... Viajaré a Inglaterra, no puedo esperar más para conocerte.

Morí y reviví como 20 veces luego de aquello.

(...)

Meliodas había llegado hace no menos de 5 minutos; justo ahora caminaba hasta mí, arrastrando su maleta y sonriéndome ampliamente. Cuando menos me dí cuenta, él ya estaba delante mío, regalándome una tierna mirada que convirtió mis piernas en gelatina al instante.

Permanecimos así un largo período de tiempo. No había palabras, no había un mundo a nuestro alrededor, incluso, el tiempo parecía haberse detenido en ese momento, mi momento, nuestro momento.

— Elizabeth. — fue el primero en hablar, permitiéndome gozar de ese sensual acento francés que (por más que escuchara) lograba ponerme a sus pies siempre.

— Meliodas.. — respondí bajo, sonriendo por la emoción— ¡Meliodas! — sin soportarlo más, me abalancé sobre él, abrazándolo con fuerza, como sí se fuese a escapar de mis manos en cualquier pequeño descuido— Meliodas, no puedo creerlo, ¡eres tu! — sollozé, llena de una incontrolable felicidad y apretujandolo contra mi cuerpo.

Él no decía nada, sus brazos seguían aferrados a mi cintura, aunque lo escuchaba soltar pequeños susurros en su lengua natal que, traducidos, serían algo así como "parece un sueño" "eres hermosa" "tu colonia huele delicioso" "tu vas a ser mi esposa aunque no lo sepas aun".

Reí bajo tras su última frase.

Nos separamos poco después, dispuestos a salir del aeropuerto; y cuando creí que las cosas no podían salir mejor, él (por sorpresa) tomó mi mano, haciendo entrelazar nuestros dedos para caminar como una pareja de enamorados.

Fangirleé por dentro, pero eso no debía saberlo, como tampoco debía saber que había robado mi corazón por completo.


sakura.vh: ¡Me hace feliz saber que te esta gustando lo que escribo, me seguiré esforzando, infinitas gracias linda, eres increíble! ️

Bueno, pues hasta aquí el capítulo de hoy, jeje. Espero sea de su total agrado. Si de su bonito corazón nace dejar un review, lo estaré leyendo con mucho gusto, ¡hasta la próxima!