A veces la gente no quiere escuchar la realidad porque no quieren que sus ilusiones se arruinen"

"Oh eterna gloria de la humanidad, tantos dones, tantos regalos se te han encomendado, todo te ha cegado de la realidad y hoy que has abierto tus ojos miras hacia la verdad, hoy miras tu final. Tu avaricia, tu codicia, tu gula, tu lujuria, tu pereza y soberbia te han cegado demasiado, ahora mira la verdad, ahora lo sabes todo, ahora eres sabio, ahora envidia cuando no sabías nada".

"No debemos perder la esperanza, no debes perderla, a pesar de lo que suceda recuerda, nunca pierdas la esperanza, pues mientras ella exista habrá luz, pero cuando la pierdes abundan las tinieblas".

"Lucha por lo justo, lucha por lo correcto, lucha por el bien, cae si es necesario, lastímate si es que es necesario y pierde con honor, pero mientras tengas vida nunca te rindas, no dejes de luchar".

Muerte y Ruina, fue todo lo que quedó de la humanidad, ruina y destrucción, fue su única vida por más de 10 años. Hace exactamente 14 años la humanidad se enfrentó al enemigo perfecto, este enemigo no hacia diferencia entre pobres o ricos, grandes, pequeños, bonitos o feos, no, no hacia diferencia de nadie, para ellos todo humano no era más que una especie inservible e inútil que no merecía el aliento de vida que respiraban. Comenzaron por uno de los países que se consideraba el más poderoso, este fue reducido a cenizas sin piedad. No tenía sentido ¿qué querían?¿por qué lo hacían?, preguntas que nunca se supieron, lo único que se sabía era que no tenían piedad alguna.

La tasa de muerte los primeros días de invasión era más de 1 millón de personas, a la primera semana conquistaron todo un estado, la tasa de muerte ascendió más de 50 millones de muertos, entre ellos civiles y militares. Al primer mes arrasaron con Estados Unidos, Canadá, México y continuaban hacia Centroamérica y Sudamérica mientras invadían Rusia y toda Europa. La tasa de muerte ascendió a más de 500 millones.

En un vano intento de defenderse los países Europeos que quedaban, países Asiáticos, Africanos y Oceánicos, se unieron para tratar de defenderse a ellos y a sus naciones, fue una masacre total en todos los sentidos. A los primeros 5 años de la llegada de los monstruos a la tierra, toda América había caído, Europa y Asia eran casi carentes de vida, las islas oceánicas fueron invadidas y África fue diezmada.

En cinco años todos los gobiernos mundiales con sus ejércitos fueron destituidos y destruidos, los civiles fueron capturados y obligados a trabajos forzosos, la tasa de muerte ascendió a más de 2000 millones de humanos. Se crearon gigantescas minas en todo el mundo para la extracción de los metales de la tierra, agujeros enormes que casi juraría que llegaban al centro de la tierra.

Ni en la época de la primera y segunda guerra mundial se vio tanta maldad, los humanos que sobrevivieron fueron obligados a trabajar en esas minas día y noche cual esclavos, no, peor que esclavos, no descansaban, apenas si recibían un poco de una masa espesa y viscosa de sabor horrible que los monstruos les daban como alimento y un poco de lodo sucio que tomaban como agua, niños, mujeres y ancianos que no podían ejercer su trabajo eran asesinados y sus cuerpos no eran enterrados ni quemados, se descompongan al sol dejando salir un horrible olor, todo para dar un ejemplo de lo que pasaba si alguien no trabajaba. Pasaron 3 años más y la taza de muerte ascendió a más de 4000 millones de muertes.

Los que no eran esclavos y trataban de sobrevivir se enfrentaban a un mundo de escases y miseria, escapaban tanto de los monstruos como de los suyos, puesto que muchos sobrevivientes se convirtieron en bandidos y carroñeros, solo pensando en si mismos y en su propia supervivencia.

Todo estaba perdido, la humanidad estaba destinada a la extinción, la fe y la esperanza se habían perdido para siempre, el orgullo que antes los humanos profesaban con vigor y a gritos se les fue arrebatado y quebrado, ahora nada ni nadie quería pelear, habían perdió mucho y muy pronto lo perderían todo y a todos, o eso es lo que creían. De las ruinas de todo el mundo, un hombre valiente y sagaz se levantó y comenzó a dar pelea, él junto con un pequeño grupo de personas se hacían llamar la "resistencia" poco a poco lograron recuperar el control de su mundo, poco a poco recuperaron el orgullo de ser humano, de las ruinas crearon cimientos y de los cimientos crearían un imperio eterno. ¡Que la humanidad prevalezca eternamente, que viva la humanidad!...

En estos años de holocausto se apreciaba demasiado los bosques y la vegetación que aún quedaba en algunos lugares de la tierra. Estos lugares eran lo único que quedó de la hermosura de lo que alguna vez fue la tierra. Cientos de árboles grandes y hermosos decoraban y hacían compás con los hermosos ríos y cuencas de agua dulce que circulaban en los bosques, los pájaros y algunos animales rondaban aquel bosque, los cánticos se escuchaban en todo el bosque, cánticos de la naturaleza interactuando entre sí en un complejo sistema de vida, los ruidos de pájaros cantando, el sonido del viento chocando con las hojas y el ruido que estás hacían al moverse, lo mejor de todo era el aire puro, uno inhalaba tan fuerte como podía para poder apreciar cada partícula de este, ciertamente era un hermoso lugar, pasar por un bosque era como entrar en un sueño, uno se sentía tan a gusto que de serlo posible se echaría en la húmeda hierba a reposar unos instantes para olvidar lo que pasaba en el mundo.

Estos lugares eran muy escasos, se podría decir que casi no habían, eran oasis en un enorme mundo echo páramo, eran más nuevas joyas del nuevo mundo.

En este hermoso lugar se llevaba a cabo una misión importante para la humanidad, tal vez no repercutiría mucho en la actualidad, pero a largo plazo sería su salvación.

En el medio de todo el bosque, cerca de un riachuelo, se encontraba cinco seres cubiertos por una manta negra que les cubrían todo el rostro y la mayor parte del cuerpo, permanecían inertes, como si estuvieran esperando a alguien.

No pasó mucho cuando otros sujetos aparecieran de entre los árboles, diez humanos cubiertos por unas servo-armaduras humanas, las mejores armaduras echas sólo para los guerreros de la resistencia terrestre, la armadura les hacían parecer intimidantes, esta armadura hacia que todo guerrero pareciera un feroz luchador, cubrían todo el cuerpo, desde la cabeza, con un potente y resistente casco, hasta los pies. Todos tenían puesto los cascos a excepción de uno, este humano resaltaba entre todos ellos, un hombre robusto y alto, su sola presencia transmitía seguridad y vigor. Este hombre se acercó más al ser encapuchado mientras los otros nueve permanecieron unos pasos atrás.

—"El coraje no es tener la fuerza para seguir luchando"—le dijo este ser con una voz ronca y gruesa, tenía cierto acento, se podría decir que era "extranjero" porque en cierta forma él, junto con los suyos, lo eran.

—"Es seguir luchando aún cuando no tienes fuerza"—respondió el hombre autoritariamente al ser, este asintió.

—El encargo está listo—se apartó un poco dejando ver a sus espaldas, solo habían árboles pero tras un momento estos comenzaron a desaparecer como polvo en el aire dejando ver unos enormes contenedores acompañados por más seres encapuchados. Por un momento estos habían estado camuflados para que nadie más los vea, hasta ahora —El acero esta listo para trabajarse—un ruido se produjo en los cielos, ambos miraron hacia arriba hacia los causantes del ruido, unos monstruos voladores surcaban los cielos vigilando todo el sector.—No seria fácil, eh. Suerte para evitarlos, será muy difícil.

—Yo me encargaré de ello, tu ocúpate de tus asuntos. ¡Ahora!—ordenó, de inmediato uno de los que estaban detrás de él llevo una bolsa enorme en sus espaldas y la depósito en medio de su Líder y el "contrabandista".

—que tenemos aquí—abrió la bolsa y encontró algo de muy alto valor— gemas de Mewny—Me dijiste que me tenías una sorpresa, pero nunca pensé en esto. Esto servirá como pago— extendió la mano, una mano con unas enormes y feroces garras con uñas.

Para cualquier humano mirar y estrechar una manos así sería sumamente horrible, incluso indeseable, pero no para los miembros de la "Quinta Estrella" pero para su grandioso y vigoroso líder.

— digo lo mismo— estrechó su mano sin problema alguno, como forma de finalizar el trato. Al finalizar ambos fueron con sus respectivos grupos

— ¡A sus posiciones, quince minutos para recoger los contenedores, rápido! —Ordenó a sus hombres. De los árboles salió una compañía militar de soldados humanos, hasta ahora ocultos, en dirección hacia los pesados contenedores, por suerte, estos contenedores en particular tenían un sistema de levitación en la parte baja que los hacía fáciles de mover y transportar.

Detrás del líder de los humanos, el camuflaje de las naves dejó de estar funcionando y mostró un complejo de aviones de carga y combate establecidos en filas ordenadas por todo el bosque, los de carga eran más grande que los de combate midiendo casi 20 metros, sin embargo los de combates, que eran de 15 metros, eran más rápidos y letales que las de carga.

Metieron los contenedores en la parte posterior de las naves de carga, en total 15 naves para transportar los contenedores y 20 naves de combate como escolta. Puede que las naves ocuparan mucho espacio en aquel terreno, pero la tecnología de camuflaje en la tierra era una de las mejores. Mientras algunos soldados vigilaban los cielos y los alrededores, los demás seguían cargando los contenedores flotantes.

Ya pasado unos cinco minutos el líder humano habló a todos.

—¡rápido! No tenemos todo el día!.¡Quiero esas naves despegando en menos de 10 minutos!— ordenó, los soldados respondieron firmemente "¡si señor!". Miró a el líder de los contrabandistas y se acercó hacia él.

—Veo que la civilización Rokaniana está en pie de nuevo—le dijo con sarcasmo.

—Al igual que la humanidad. Según veo—respondió con ironía.

Así es, los "contrabandistas" eran rokanianos, seres con cuerpo antropomorfo con partes topoides. Este aspecto no era muy agradable a simple vista, por lo ocultaban su rostro con una manta, pero sus beneficios eran muchos, con sus manos grandes, con unas pesadas garras, escarbaban la tierra con gran facilidad, lo cual les permitía minar la tierra en busca de minerales.

Las tierras de la dimensión de Rokan eran conocidas por tener un tipo de mineral muy especial, unos de los minerales más resistentes y moldeables de todo el multiverso, los cuales con tratamiento más la combinación del carbono ; el cual era un componente que estaba en todo el multiverso, no solo en la tierra, se formaba un acero aún más resistente que cualquier mineral en la tierra o en otra dimensión conocida, eso hacía que cada pieza de acero Rokaniano fuera de gran valor en el mercado negro de contrabando…bueno, lo fue en los tiempos de paz.

Los rokanianos no solo eran mineros, la civilización Rokaniana era muy avanzada tecnológicamente comparada con la tierra. Un ejemplo de ellos eran las máquinas de almacenamiento de vacío, o Cajas E.H (Espacio hueco). Estas cajas eran capaces de almacenar una gran cantidad de material , casi 1 tonelada de acero en barras, en un contenedor compacto, el cual no difería en más de unos cuantos kilos de peso.

Estas máquinas como muchas otras hicieron de la civilización Rokaniana una de las más avanzadas del multiverso. Eran potencia en armamento y tecnología, las únicas dimensiones que estaban encima de ellos eran las que utilizaban la magia, más en específico los reinos mewmanos. Esta civilización era fue alguna vez una de las más grandes… hasta la invasión de los monstruos hacia sus tierras en busca de sus minerales. Desde ese día hasta hoy la civilización Rokaniana dejó de ser una potencia tecnológica y pasó a ser una exportadora de un mineral, que de por sí era vendido por un precio muy bajo, pero pronto la guerra terminaría y volverían a ser una potencia tecnológica de nuevo.

Por ahora solo exportaban su acero a quien realmente pagará bien por el, o a quien realmente lo necesitará; no eran ajenos a la desgracia ajena, claro que también debía pagar un buen precio, un ejemplo eran los humanos, pagaban muy bien, o eso tenían que pensar todos, pero la verdad era que el líder Rokaniano tenía mucha confianza en el líder de la resistencia terrestre, no era la primera vez que le prestaba sus servicios, no precisamente el acero, se conocían desde hace muchos años.

En un contenedor había unas 100 cajas E.H , esto significa que en un contenedor había más de 100 toneladas de acero, pero gracias a esas cajas E.H, cada uno de estos enormes contenedores no pesaban más de unos impresionantes ¡600 kilos!.

—Dime, ¿Dónde conseguiste las gemas Mewmanas—Preguntó el líder de los rokanianos.

—Del mismo lugar. Un heraldo llegó hace tiempo y nos las dio como "regalo"—no lo miraba, su mirada estaba en sus hombres, supervisaba que no haiga ningún incidente—Dice que una reina Mewmana ha recuperado el dominio de sus tierras y ha unido a toda Mewni. Ella pide la ayuda militar de todas las dimensiones afectadas por la guerra para acabar con "La lagartija"…de todas excepto de la mía. Al parecer el presente solo era una ayuda para la rebelión. Ellos creen que mi ejército no es lo suficientemente fuerte para hacer una diferencia ¿lo crees?—Río un poco—mejor, así no me causan problemas, pero a ti —Lo miró un rato—¿No te ha llegado el memorándum y la "canasta de regalos" ?

—De diferente forma—Dijo seriamente—Ella pidió ayuda inmediata a cambio de los regalos, ella requería de todas las fuerzas Rokanianas y de sus recursos de inmediato, dejando de lado la recuperación del territorio de Mi pueblo. Cuando se lo dije, él me respondió que apoyar a Mewni para la derrota de " la lagartija" sería la mejor forma de liberar a mi pueblo de los monstruos, Imagínate eso—respondió— y no fue una bolsa sino 10—aclaró y de pronto sonrió, tanto como podía con sus rasgos —Le dije que podía meterse sus gemas una por una por donde le quepan.

—¡Qué insolencia!…Rechazar tal cantidad de riquezas—respondió irónicamente el líder humano.

—No quería comprometer a mi ejército a su disposición, lástima que perdimos una cantidad favorable de riquezas, pero tú nos las has devuelto…en cierta forma, pero ¿Tu qué le dijiste?—pregunto sonriente.

—Nunca le respondería mal a un heraldo de una reina que ayuda a la causa y que prácticamente nos ayuda por lastima—Esbozó una sonrisa— Le dije que le envié mi más "cordiales saludos a su reina, Mi saludo "cordial"—Tras esa explicación ambos rieron un poco. Reír era bueno, traía buena vibra al ambiente y también era muestra clara de la amistad del humano y del Rokaniano, ciertamente era extraño ver reír a tales grandes líderes, pero también reconfortante saber que la amistad aún seguía en pie. Pasaron unos segundos para que ambos terminaran de reír, de pronto la mueca del humano cambió de una alegre a una seria.

—¿qué piensas de la reina Mewmana y de su campaña suicida para matar a "la lagartija?—preguntó serio.

El Rokaniano lo miró serio a los ojos.

—las posibilidades de matar a esa cosa son casi nulas, aún con el apoyo de todos los reinos de Mewni, perderíamos en un ataque directo, y eso es lo que ella propone; un ataque directo.

—¿tienes tan poca esperanza de volver a los días de paz?— dijo el humano.

—Nunca la perdí, aún tengo esperanza, la esperanza de ver a mi civilización de nuevo en su auge de gloria, es todo lo que me inspira a seguir adelante, pero no creo que podamos ganar contra "la lagartija", por ahora no. He oído que es un ejército en si mismo con toda la magia que ha acumulado, dicen que tiene a más de 300 mil monstruos en su castillo protegiéndolo. Mewni apenas se ha recuperado, y a pesar de que ya tiene grandes victorias, las dimensiones todavía siguen luchando por su propia autonomía, algunas ni siquiera están bien y Mewni viene pidiendo que luchen en una guerra con todas las posibilidades en nuestra contra—Dijo muy serio— sabes, ahora que lo pienso bien, me sorprende que los allá menospreciado ¿Qué pasó?— preguntó muy confuso.

—¿De que le serviría un ejército tan "débil"?— respondió de manera irónica enfatizando la última palabra.

—no me verás la cara tonto. Tu ejército es uno de los más poderosos que queda hoy en día. Soy muy consciente de que hacen con este acero y he oído rumores de cierta tecnología muy avanzada en sus laboratorios. Sigues ocultando tu fuerza, me pregunto ¿por qué querrías mostrarte débil?— preguntó pensativo.

Ante la pregunta el líder humano respondió con voz serena.

—ella está recogiendo gota por gota para apagar el fuego de esta guerra—dijo—pero no conozco sus verdadera intenciones y francamente su plan es absurdo. Es mejor que yo y mis hombres permanezcamos inertes, tengo suficiente dirigiendo y reconquistado mi mundo de los monstruos, como para estar preocupado por los mewmanos y sus problemas, tal vez más adelante podamos, pero ahora no. No puedo arriesgarme tanto.

—dices eso pero aún así, hoy, te has arriesgas demasiado, ¿venir aquí con tan pocos hombres?, me decepcionas. ¿sabes cuánto cargamento importante hay en esos contenedores?—bajó un poco el tono de su voz—¿cuánto tarde en conseguirte lo que querías—dijo de manera misteriosa. Su tono daba señal de que hablaba algo que solo ellos dos entendían.

— Traer a más iba a ser escandaloso, era mucho menos riesgoso traer menos hombres que más hombres— respondió de manera seria—si enviaba a alguien más, corría el riesgo de que algo sucediera, no pudo perder esto, no lo entenderías.

En la respuesta el Rokaniano solo suspiró rápido mostrando su disconformidad.

—¿No crees que levantaría muchas sospechas el echo de que el gran líder de toda la Quinta estrella, viniera a supervisar un envío casi rutinario? ¿no crees que alerte a tus hombres?¿qué les dirás si te preguntan el por qué de tu presencia?—preguntó de forma irónica.

— Les diré que hago lo necesario para salvar a este mundo, o lo que queda de el, eso es todo lo que tienen que saber ellos, eso es todo lo que diré a ellos.

Ante la negativa el Rokaniano volvió preguntar seriamente.

— Te preguntaré por última vez. ¿Qué es esa cosa para que merezca tanta importancia?—Preguntó confuso.

El humano lo miró.

—A ti también te diré lo mismo " hago lo necesario para salvar lo que queda de mi mundo"—reiteró. Ante la negativa el líder Rokaniano dejó de insistir, sabia que su buen amigo, por más amigo que sea, no le diría nada del encargo especial que le solicitó como pago por un viejo, pero importante favor. Suspiro pesadamente y respondió

—bien, creo que lo único que me queda hacer es desearte suerte.

Ante la respuesta de este el humano se enojó. Odiaba que le mencionen el asunto de la suerte, lo odiaba de verdad, tanto o más que a los monstruos.

— no digas idioteces—Respondió—si la suerte existe, ¿por que le sucedió esto a mi mundo?, ¿por qué le sucedió esto al tuyo y a todas las dimensiones?. No existe la suerte, solo las ganas de seguir luchando y perseverando hasta lograr tu objetivo—dijo de manera muy fría.

—supongo que tienes razón—respondió—para decirlo mejor—Pensó un rato, tras dos segundos respondió—que no te maten y cumple tu objetivo—finalizó, pues vio que los soldados terrestres finalizaban su labor. El líder humano sólo lo miró y asintió.

—lo mismo digo, viejo amigo—Finalizó la conversación.

Las soldados humanos pronto terminaron de subir el cargamento a las naves de carga, él líder humano se subió a una nave de cargamento y dio la orden de despegar.

"Harkness, este tal vez haya de ser nuestro último trato" pensó el líder Rokaniano. Mientras sus ayudantes habrían un portal con tijeras para regresar a su dimensión

—nos vamos de aquí, tú, lleva la bolsa y vámonos, es hora de volver a Rokan—dijo entrando al portal.

Habían pasado más de 10 minutos de vuelo que parecían interminables. Él líder de la resistencia, Harkness, permanecía centrado en sus pensamientos. Ese día para él todo tenía que salir perfecto, si este cargamento era interceptado, todo su esfuerzo se iría al caño. Solo él y su "amigo en la tierra" sabían lo que realmente había en uno de esos contenedores, aparte del acero claro. En uno de esos contenedores estaba el futuro de toda la humanidad. La espera era interminable, Harkness no soportó más y se dirigió al punto a la cabina de la nave, en ella se encontraba un piloto—piloto, hace 6 minutos que debimos llegar a la zona humana, ¿qué es lo que pasa?— preguntó con una voz imponente.

—lo lamento señor, recibimos una transmisión de la base avisando que un grupo grande de voladores se dirigía por estos lados, por lo que estamos volando lo más lento posible para que no detecten nuestro camuflaje—explicó el piloto de la nave mientras veía al frente y seguía pilotando.

—¿cuánto más?— preguntó secante.

—máximo 15 minutos, señor—dijo temblando, no era su costumbre dirigirse al líder de mayor rango en la Quinta Estrella, estaba nervioso y con justa razón.

Todos los presentes se asombraron al saber que la autoridad máxima de toda la resistencia los acompañaría en esa misión, en cierta forma era un honor tenerlo como su líder de misión, todos sabían lo que él había echo, prácticamente construyó ladrillo por ladrillo los cimientos de la resistencia y la convirtió en lo que es hoy.

Harkness volvió a su lugar, estaba impaciente por llegar a la base, pero el piloto tenía razón, no podían arriesgarse tanto, pero aún así el sentía que debían llegar pronto a la base incluso si delataban su posición. Y como si fuera una visión futura, tuvo razón.

De pronto, atrás de las naves se pudo ver unas bestias enormes, de 4 a 5 metros, los cuales les seguían el paso, al parecer los venían siguiendo desde hace mucho tiempo. Los "voladores" monstruos de increíble tamaño y velocidad de vuelo de hasta 2500km/H, azotaban los cielos de la tierra en busca de presas que comer y matar, estos aseguraban los cielos de la tierra para controlar a la humanidad.

Los escoltas no tardaron en darse cuenta y el líder de ellos advirtió por el megáfono a las demás naves.

—atención, tenemos compañía—dijo el líder de los escoltas— naves de carga, avancen, nosotros los detendremos, escolta, que no toquen las naves de carga—ordenó.

A continuación los escoltas dieron un giro de 180 grados hacia arriba y fueron contra los voladores.

—¡FUEGO!— se pudo oír, de inmediato los escoltas dispararon una ráfaga de disparos de plasma. Se vio un espectáculo aéreo, los cuerpos de los voladores eran desprendidas de sus miembros por cada disparo que lograban darles y poco a poco caían por sus heridas, 5, no, 10 segundos de bombardeo bastaron para derribar a más de una cuarta parte de ellos.

—dispérsense y acaben con ellos—acto seguido todas las naves emprendieron vuelos en diferentes direcciones y cada una comenzó a disparar a su propio objetivo realizando increíbles maniobras.

Los pilotos junto con las naves de alta tecnología, eran un punto clave para el desenlace de la guerra. Como las antiguas naves de combate, estas podían alcanzar velocidades de más 3450 km/h como un antiguo SR-71. Pero la velocidad no era nada comparado con las nueva munición de metralla de estas, munición adaptada para penetrar la gruesa piel monstruosa, cosa que las antiguas naves de combate humana no lograban, o lograban a duras penas.

Mientras los escoltas luchaban contra los monstruos, más adelante las naves de carga llegaban a su destino sin ningún escolta, en una de ellas se encontraba el líder Harkness. Le parecía raro que ataquen tan solo a unos minutos cerca de la zona humana, pues incluso los monstruos sabían que si atacaban cerca de la zona serían destruidos sin mucho esfuerzo, tras pensar un rato se le vino a la mente la única razón por la que se arriesgarían tanto.

—¡EMBOSCADA!—gritó fuerte él piloto al megáfono. Al momento se vieron voladores acercándose a las naves a toda velocidad.

—¡Maniobras evasivas, todos a sus provisione!— gritó Harkness y automáticamente los soldados en la nave fueron a la cabina de defensa, era un lugar provisto de armas a los costados de las naves de carga, estaban para poder defenderse en caso de que los escoltas no estuvieran.

—Llama a la base, necesitamos apoyo—ordenó al piloto y el apretó unos botones y hablo "habla el piloto 455, solicitamos refuerzos inmediatamente, repito, solicitamos refuerzos inmediatamente, tenemos voladores atacando las naves de cargAAAA!!"—dio un gritó de alarido en el momento de morir.

Una de las bestias atravesó el vidrio de la nave y mató al piloto, los agarró entre sus dientes y lo descuartizó.

Harkness y unos dos soldados rápidamente apuntaron sus armas a la cabeza de la bestia mientras aún mastican el cuerpo del piloto.

— ¡MALDITO HIJO DE PERRA!—gritó Harkness mientras disparaba su cañón de plasma, cada disparo no solo le hacia daño a la bestia sino que también destruía el cuerpo del piloto muerto, regando sangre humana y de monstruo por toda la cabina, una pena de verdad, pero esto era la guerra. La cara de la bestia era desfigurada con cada disparo, gritaba y rugía de dolor tratando de meter más su cabeza con la intención de matar a los humanos, se retorcía tanto con podía, sus gigantescas alas y garras de los pies se aferraban al metal de la nave y poco a poco iba entrando más, seguiría así hasta matar a todo humano en la nave de no ser que uno de los disparos de plasma le dio justo en la frente rompiendo su cráneo y destruyendo su cerebro, al final, Harkness estaba cubierto de sangre y sesos de la bestia y partes del piloto cubrían la cabina, el cuerpo de la bestia se cayó de la nave hacia la tierra.

—¡A sus puestos!— ordenó a los soldados, estos inmediatamente fueron a ayudar a los demás. Harkness se tapó la boca para no inhalar el olor repugnante y tomó el mando de la nave, la pilotó, apretó algunos botones haciendo que el vidrio roto fuera remplazado por un domo de energía lo suficientemente fuerte para protegerlo, hablo nuevamente por el megáfono.

—habla Harkness, líder y jefe supremo de La Quinta Estrella y él comandante de todas las fuerzas de la resistencia terrestre. Ordeno un despliegue total de todas las fuerzas aéreas que sigan en la base, defiendan el cargamento a toda costa, repito ¡Es una orden!—finalizó. Giró la nave para evitar que otro volador entrara en ella. Rápidamente se puso el cinturón de seguridad para que no saliera volando con cualquier impacto.

En el otro lado de la transmisión en la base se podía ver como después de la transmisión inmediatamente más de 50 naves de combate salían a apoyar la defensa del cargamento, eran todas las naves de combate sin excepción alguna, tenían una importante misión, salvar el cargamento más valioso de toda la tierra, salvar a su líder.

Harkness manejaba las nave, tan bien como podía y sabía, la verdad es que él no manejaba una de estas naves ya hace tiempo. De pronto se vio como otra nave de carga caía de los cielos brotando humo y a una gran velocidad, de esta salían las bestias que habían provocado su caída y la muerte y pérdida de todo y todos lo que estaban allí. Harkness hacía lo que podía para tratar de mantener la calma pero la situación actual por fin logró superarme.

—¡MALDITA SEA ¿POR QUÉ AHORA?, MALDITA SEAN BESTIAS DEL DEMONIO!—gritó tan fuerte como podía.

Todo estaba marchando tan bien y de pronto todo se arruinó. Si perdía la nave que manejaba perdería años de lucha, sin mencionar que él perdería su vida, no podía permitirse que la tierra y la humanidad perdieran tanto en un solo día, tenía que seguir firme.

Uno de los voladores entró por un costado derecho de la nave, solo pudo meter su cabeza y parte de su cuello por lo que no era tan letal amenaza, Harkness rápidamente tomó su cañón y comenzó otra ronda de disparos, pilotaba con una mano mientras con la otra disparaba al monstruo con todas sus fuerzas, hasta que al fin las heridas que él monstruo tenía por la constante munición en su cara lo obligaron a salirse de la nave.

Harkness miró a un costado como otra nave de carga, la cual disparaba de sus costados, caía en llamas y de pronto ¡PUM!, explotó en el aire generando una onda de choque que causó que la nave se moviera, pero ese no era el mayor problema, de pronto otra, ¡"maldita bestia"! Trató de entra en la cabina por delante de la nave, rompiendo la delicada barrera que la protegía, su cabeza estaba entrando cada vez más, para el colmo, el resto de su cuerpo estaba fuera de la nave impidiendo la vista y maniobra de esta y peor también estaba desbalanceándola, haciendo que esta diera ciertas vueltas por el sobrepeso. Una de las cabinas trato de defender el frente de la nave, pero pronto fue destruida por el impacto del cuerpo de una bestia sin vida, esta mató y desarmó el lado derecho de la nave y el lado izquierdo no pudo hacer nada pues ya no tenía munición. Otra ¡maldita! bestia estaba tratando de entrar a la nave destrozando el metal que la recubría cerca de la cabina, tarde o temprano entraría. En total 2 bestias estaban atacando esta nave de carga haciendo que esta apenas sea manejable por tanto peso.

La bestia del frente trataba de morder a Harkness, él tomo su arma y disparó tanto como podía, los disparos impactaba en la cabeza de esta pero de pronto, en un ¡PUTO! mal momento, el cañón de plasma dejó de disparar, se le había acabado la munición, "Maldición" Gritó Harkness, aunque la bestia estaba herida seguía moviendo su cabeza en el interior de la nave con intención de acabar la vida de Harkness, era claro que no duraría mucho y todo lo que había logrado se perdería con su vida.

—¡Señor, abajo! —dijeron unos tres soldados dentro de la nave en camino hacia la cabina para tratar de ayudar. Apuntaban sus armas , tenían que ser precisos para no herir a su líder.

—¡cuidado!—trato de advertir pero fue en vano, el metal cerca al costado de los soldados se rompió y la cabeza de la bestia entró. Los pobres soldados no pudieron hacer nada cuando la gigantesca bestia los devoró uno a uno, los gritos de dolor eran lanzados por ser destrozados por las increíbles mandíbulas de la bestia, se oian en toda la nave, disparaban cuanto podían pero no le hicieron ni mella, él último fue agarrado por los pies rompiendo los huesos que la componían, la bestia se lo comía poco a poco mientras el pobre hombre gritaba de dolor, pero antes de ser devorado, rápidamente sacó una Granada, le quitó el seguro y dio un último grito de dolor cuando fue engullido. Después de un segundo la cabeza de la bestia estalló regando todas sus partes por la nave, el resto del cuerpo cayó a la tierra aligerando la nave. Harkness no pudo hacer nada pues todo sucedió tan rápido, su cara estaba llena de sangre negra y roja. Trató de salir del asiento del piloto pero la gigantesca bestia en frente suyo pudo meter todo su cuello a la cabina, al no poder pilotar, la nave dejó de ir en frente y comenzó a girar de arriba a abajo sacudiendo todo dentro de ella.

Harkness cerró los ojos tan fuerte como pudo, aceptaba su final, cerró sus ojos tan fuerte que no escuchaba nada, no escuchó los ruidos de impactos de plasma y tampoco escuchó el ruido que se produce cuando algún miembro se desprende del cuerpo, la cabeza de la bestia dejó de moverse y se sintió que algo caía de la nave, pues esta se hizo más ligera, de pronto, con la nave girando, la cabeza de la bestia también cayó fuera de la cabina. Harkness abrió los ojos lentamente, la bestia se había ido, tenía muchas preguntas, pero luego se ocuparía de responderlas, sin perder tiempo levantó la vista, tomó el control de la nave y la viró para que dejara de girar.

Cuando la nave dejó de girar, rápidamente apretó unos botones y una especie de escudo transparente remplazó de nuevo la barrera que protegía el frente de la nave, por el parabrisas de la nave se pudo ver al protagonista de tal hazaña, la nave de combate que había destruido a la bestia le acompañaba a su costado, el piloto de esta solo lo miró por el vidrio, parecía joven, un grupo de más de 10 naves de combate le acompañaban y las demás acababan con los demás voladores.

—Atención, aquí Thomas, líder del pelotón. La escolta ha llegado, repito, ha llegado. Todas las naves que no estén en combate escolten la nave donde se encuentre el líder supremo Harkness, repito escolten a Harkness—hablo el mismo piloto que lo salvó.

Fueron los 12 minutos más desesperantes de su vida, pero por fin lo logró, estaban en la zona segura ¿qué es la zona segura? Se preguntaran todos ustedes, pues son una de las pocas zonas que aún existían en la tierra en la que los humanos eran tratados como tal, también eran puntos de resistencia muy bien fortalecidos.

Con la decadencia de la fuerza de los monstruos por los ataques mewmanos hacia sus principales bases y dimensiones conquistadas, los humanos por fin pudieron establecer sus bases al descubierto, abierta para todo humano que llegara buscando refugio, anteriormente había mencionado que más de 4000 millones de humanos fueron cruelmente asesinados y esclavizados, durante ese tiempo Harkness lideró una resistencia, la cual fue adquiriendo poder poco a poco.

A pesar de que los monstruos fueron los causantes del llamado fin del mundo, no quitaba el echo de que la humanidad no duraría otro siglo en paz, de alguna manera provocarían su propia extinción, tal vez una guerra entre Potencias o un virus provocado por un arma biológica, y si nada de eso sucediera estaba más que seguro que la constante destrucción del planeta tierra por los humanos tarde o temprano los llevaría a su final un final muy lento y doloroso. Pero no fue así, es más, ni siquiera se les dio la oportunidad.

El mundo se había ido al carajo con todo y todos, pero no todo fue malo…bueno, había pequeñas excepciones. Con el descubrimiento de otras dimensiones vino también una nueva era tecnológica para los humanos, una era que, a pesar de que al principio sólo obtenían basura tecnológica de otras dimensiones, nunca podrían haber visto nada de esa tecnología sino después de siglos, pronto la chatarra tecnológica fue usada para hacer armas de gran porte y potencia que sirvieron para que los humanos se defendieran.

Pero todo cambió cuando hace unos años cuando el imperio Mewmano se levantó y dio pelea, solo fue por eso que el número de monstruos mermó en la tierra, dando la oportunidad a la resistencia de salir de las sombras y salvar lo que quedaba de la tierra. Con la ayuda de cierto individuo crearon su propia tecnología y se abrieron nuevas zonas humanas, en total habían 5 zonas, cada una en los cinco continentes de la tierra, pero el más importante era el de América, bueno, tres grandes zonas, pero esa es otra historia más larga.

Todo ese peso para Harkness era extenuante, él era el líder supremo de la resistencia, sus decisiones determinaban la si la humanidad se extinguía o seguía adelante, pero hoy por fin lograría su objetivo, por fin recuperaría la tierra.

Harkness miró por el "parabrisas" de la nave, nunca se cansaría de esa vista, su trabajo era extenuante pero frente a él estaba un claro ejemplo de todo por lo que luchó. Estaba la gran ciudad de hierro.

—atravesando la barrera— dijo él mientras apretaba unos botones, frente a él se pudo ver como de la nada un agüero se formó en el cielo, como si se hubiera abierto un agujero en un vidrio, era la barrera anti magia, uno de los mayores logros de la humanidad, crear una barrera que impidiera que cualquier portal interdimencional apareciera en la ciudad y que cualquier magia se usara dentro de esta, así evitaban ataques sorpresa dentro de las ciudades.

Se podía ver a lo lejos una enorme base militar localizada cerca del mar, así es el mar, la diferencia entre las bases militares de la "tierra antigua" y la "nueva tierra" es que son autosuficientes, no dependían de ningún reabastecimiento de algún lugar.

Gracias a la tecnología actual de la tierra, las bases militares de la Quinta Estrella podían proveerse su propio subsistencia, Procurar su propia energía a través de transmisión de energía inalámbrica. Así es, el viejo sistema de Nicolás Tesla junto con la tecnología de las dimensiones paralelas a la tierra, pudieron crear un reactor más potente que el nuclear, el cual creaba y distribuía energía a toda la base.

Sin mencionar que también alimentaba varias funciones subyacentes a la base, como el sistema de producción de raciones de combate para los soldados, estos anteriormente usada solo en estado de guerra o desastre, hoy en día era usado por su fácil producción.

Tras investigaciones y experimentos se pudo crear sintéticamente las vitaminas y nutrientes esenciales, prácticamente clonado las sustancias como vitaminas a, b, c, etc. Y multiplicando minerales esenciales para un humano, tales como el hierro, calcio, fosforo y todo eso, todo compactado en una barra o polvo que mezclado con agua te alimentaban más que un almuerzo desayuno y cena de un día entero.

Esta nueva rama en la ciencia era más un misterio para la humanidad ya que sólo habían rasgado la tela, pero con tiempo y paciencia lograrían entenderlo mejor, hasta ahora solo podían multiplicar a gran escala metales livianos y sustancias que no sean complejas , pero era muy útil considerado que no tenían tiempo para extraer mineral de la tierra, también cabe mencionar que la mayoría de sus minerales fueron saqueados.

Todo este proceso era difícil de lograr y requería de mucha energía, pero por difícil que sea, tenían que hacerlo. Cabe mencionar que esta clase de tecnología era única de la tierra, no muy bien empleada, por ahora.

El reactor también proporciona energía a una y más moderna depuradora de agua con un nuevo sistema de depuración, estaba basado en una mezcla de distintos elementos químicos que eran capaces de separar y eliminar todos los contaminantes. Con una mezcla que es capaz de disociar molecularmente los contaminantes, del agua para recuperar las sales minerales necesarias y suficientes para hacerla apta para el consumo humano.

De verdad la humanidad había arribado grandes cambios, muchos de ellos apenas comenzaban y con el tiempo se lograría alcanzar más allá de lo actual. En cierta forma la humanidad fue salvada al ser casi destruida, pues solo así pudieron olvidar sus viejos odios pasados y lograron tener un objetivo en común, sobrevivir.

Estos nuevos sistemas no solo eran usados en una base militar, también era usado en las ciudades, todo para que sean autosuficientes.

Pero aún así era natural que las grandes ciudades, al igual que las pequeñas, tengan protección militar, después de todo, no se sabia cuantos humanos seguían con vida, la información de la muerte de más 4000 millones de humanos era antigua, quien sabe si no eran más, se estimaba que quedaría alrededor de 1000 millones de humanos en la tierra, un número pequeño considerando que alguna vez el número superó a más de 7000 millones.

Las naves de transporte aterrizaron en el hangar, junto con la escolta, rápidamente y sin previo aviso un grupo de médicos llegó a la nave en la que pilotaba Harkness, esta por milagro no se incendió y no explotó en el trayecto. Ante el recibimiento de ayuda por parte del grupo de médicos, Harkness solo dijo " No se molesten en mi, no tengo ni un rasguño, bajen rápidamente el cargamento y atiendan a los heridos". Los médicos obedecieron y fueron en busca de heridos, mientras tanto muchos soldados bajaban el cargamento y rápidamente lo trasladaron hacia los almacenes. Toda la carga de la nave, aunque dañada, estaba casi intacta, pero no se pudo decir lo mismo de los pocos hombres que quedaron vivos de la nave, estaban gravemente heridos por las "sacudidas". Desde la cabina hasta el punto medio de la nave estaban desechos o regados de sangre. Nada que la resistencia terrestre no haya visto en más de 15 años de combate.

Harkness estaba lleno de sangre por todo el rostro y armadura, sobra decir que muy dispuesto a darse una ducha, pero lo haría solo cuando asegurara el pedido que solicitó, solo así se iría a quitar toda la suciedad de su cuerpo, caminaba por el gran almacén de la base, miraba como hacían el trabajo de revisar que el cargamento no esté dañado y que tampoco faltara una caja E.H de acero Rokaniano.

De las naves de carga que habían despegado solo llegaron unas 11, una gran pérdida, pero eso no le importaba, lo que se perdió pronto se podía recuperar. Se quedó allí hasta que encontró el contenedor que quería, el paquete estaba en una caja E.H con una particular mancha amarilla, estaba siendo sacada de una de las naves de transporte por un soldado, pero este le parecía extremadamente peculiar. Sin pensarlo dos veces ee acercó al el con todo y aspecto y olor horrible.

—¿cual es tu nombre?—dijo acercándose hacia él.

Ante la pregunta de su superior el soldado detuvo su andar.

—señor, soy él piloto Lynn Thomas, líder del 4to pelotón—dijo de manera rápido en posición de saludo, aunque no podía hacerlo del todo bien, puesto que en la caja E.H estaba en sus manos, solo pudo estar firme mientras decía su nombre. Evitaba respirar ante la presencia de Harkness, no por nerviosismo sino porque el olor alrededor de él era muy asqueroso.

—un momento, ¿Thomas?— dijo levantando la ceja—¿y tu nombre?— normalmente no preguntaba el nombre a cualquiera, pero ese muchacho le había salvado la vida así que...

—no tengo, señor, solo apellido—dijo de una manera fría pero respetuosa. Seguía evitando respirar mucho.

—muy bien soldado Thomas, si no me equivoco tu fuiste quien me salvó de esa bestia—reiteró.

—si señor.

— Le debo mi vida piloto Thomas, gracias.

—fue un placer haberlo salvado, señor—dijo aún en pose firme, seguía sosteniendo la caja E.H en sus manos.

—Respire, yo me ocuparé de este encargo, usted hágase cargo del siguiente— sin previo aviso tomó la caja y se le llevó entre sus hombros.

Él piloto primero suspiró de alivio al poder respirar de nuevo, se preguntaba por qué el líder supremo se tomaría tal molestia de ayudarlo, la respuesta de estar agradecido con él por haberle salvado la vida no era convincente. Lo miró retirarse. No era la primera vez que lo veía, años atrás cuando era un adolescente más tratando de sobrevivir en un mundo roto y destruido, lo conocido, tal vez Harkness no se acordaba, pero él recordaba cada momento. Sin más que hacer se dirigió a recibir la siguiente caja E.H, según la orden recibida.

En los pasillos adentro de la enorme base militar, se podía oír los pasos presuroso que daba una persona al caminar, los que pasaban por ese pasillo solo hacían ojo ciego ante lo que veían, claro, era raro ver a alguien con una caja E.H cargado en hombro; sin mencionar todo cubierto de sangre y oliendo a intestinos, pero no debían meterse con sus superiores, en especial con aquel superior.

Harkness caminaba mirando solo al frente, el veía claramente que muchos de sus subordinados lo miraban con intriga, tal vez más por el olor que por llevar la caja, pero solo bastaba girar la mirada unos grados hacia ellos y hacían la vista ciega, continuaba caminando hasta que llegó a su destino una puerta de acero estaba en frente suyo, era grande de 2 metros de alto y 4 de ancho, fue a un panel de vidrio y puso su mano abierta en el, de inmediato su mano fue escaneada y en rato se abrió la puerta dejando ver un enorme laboratorio, enorme pero casi vacío y así debía estar, ese lugar fue mandado a hacer por orden suya sólo para una persona.

—James—lo miró a los ojos y lo vio bien, estaba sentado pero cuando lo vio se levantó y lo miro, era un hombre de estatura mediana 1 74, vestía una típica bata de laboratorio, de las que usaban los científicos, tenía unas gafas de vidrio protector gruesas, en sus manos tenía unos guantes de acero, pero lucían tan delgados, era los beneficios de la tecnología, acero tan Delgado y movible como plástico.

El científico sintió impaciente y rápidamente dejó lo que estaba haciendo y fue de manera rápida recibir al líder humano.

—No sabes cuánto he esperado este momento—dijo mientras se acercaba hacia el, se detuvo a unos pasos en frente de él y lo miro con un semblante serio—Apestas a tripas— Ante el comentario Harkness solo gruñó y puso la caja E.H en medio de los dos—Después de 14 años de pelea, de tanto sacrificio y de tanta espera por fin lo tengo en mis manos— abrió la caja sin miedo, pues naturalmente se le daba espacio para que todo el contenido salga sin que se dañe o dañe a alguien, de ella solo sacó una cosa.

(Olviden durante toda la historia que es la batería de linterna verde, no mide más de 40cm x 30cm )

Miró a Harkness mientras sostenía la cosa es su mano— esto revolucionará la tecnología humana a un nivel que hace años solo era ficción ¡Al diablo Nicolás Tesla, al diablo Benjamín Franklin! ellos no son nada, sus creaciones no son nada comparado a esto—miró ilusionado la cosa.

Harkness no era una persona muy expresa en cuanto emociones, pero la verdad es que ahora mismo tenía muchas emociones, entre ellas el miedo…mucho miedo por sensaciones indescriptibles, esas mismas sensaciones que le hicieron tener fe en primera instancia para buscar un objeto casi imaginario y muy monótono. Si otro hubiera sido quien le hubiera pedido tal cosa el sin duda lo habría mandado a la mierda, pero dado a que el tipo que le pidió el favor no solo era un egoísta y arrogante sino un puto genio, podía hacer una excepción.

—¿puede absorber tanto energía?— pregunto Harkness mientras lo miraba, aún tenía dudas de que lo que había buscado arduamente al fin estaba en sus manos.

—en la escala de 1 a 10 esto es 1000 veces mejor—Explicó arrogante.

—¿crees que puedes replicar esta tecnología? Es muy avanzada, incluso para los Rokanianos, no sabían que era, lo único que sabían era que lo quería y por eso me costó mucho conseguirlo —dijo de forma seria, cuando había oído sobre esa tecnología no lo creyó al principio, después de una breve explicación y demostración, comenzó con la búsqueda de la nueva "batería", ahora estaba frente a él, ahora era él quien dudaba.

—estuve allí muchísimos años, aprendí de ellos, comí con ellos, hablé como ellos y se muy bien sobre esto como ellos.

Harkness lo miro y dudo por un rato, pero había que ver para creer. Hace poco todo esto era solo una búsqueda infructuosa del tesoro perdido pero ahora…

—tienes los materiales para replicarlo, tienes los recursos para manejarlos— lo miró amenazante—me he jugado el cuello por esto, más te vale que valga la pena—dijo para luego irse

—necesito una nave que pueda viajar cerca del sol—dijo antes de que se fuera—consíguela de los saqueadores Trotayanos—lo miró y vio su cara de descontento, pues conseguir esa clase de nave que pueda viajar en el espacio era muy difícil, peor conseguirla de los Trotayanos, ellos cobraban caro por ese tipo de cosas.

Es una pena que los humanos no pudieron crear naves capaces de navegar el espacio.

—si tengo razón, y en verdad la tengo, muy pronto seremos capaces de construir nuestras propias naves que exploren el espacio, pero necesitamos la energía del sol, es la única energía que podría llenar esta cosa, la única—Reiteró—Toma un baño, el destino del mundo depende de ello—Dijo sarcásticamente.

Harkness lo ignoró y se retiró, ahora tenía que planear como conseguir lo que James le pedía, no sería muy difícil pero tampoco sencillo, se fue hacia el puesto de mando de la base, tenía que hacer algo importante allí, tenía que ver un expediente de un piloto.

Todo puede cambiar

wattpad.