La guerra terminó.

Harry Potter, el niño que vivió, había vencido a su mayor némesis en una épica batalla.

Lord Voldemort estaba muerto.

Pero Harry sentía que había perdido.

Perdió todo por lo que luchaba, Ron Weasley había muerto protegiéndolos a él y Hermione Granger de la maldición asesina que se dirigía a ellos, Remus Lupin fue alcanzado por otra cuando le daba tiempo a Hermione de huir, Nymphadora Tonks murió en duelo contra su tía Bellatrix Lestrange, Fred Weasley y Ginevra Weasley también perecieron a manos de mortífagos, junto a varios otros alumnos de Hogwarts.

Pero la pérdida que más dolió, que destrozó su corazón fue la muerte de su padrino, su amor, Sirius Black.

La casa sombría a pesar de los mejores esfuerzos del elfo doméstico de los Black, Kreacher, solo lo sofocaba; le recordaba a él, y los momentos que pasaron en esa casa, aunque cortos fueron felices.

Su almohada aún conservaba su aroma, podía sentir la esencia del animago perro en él, y eso lo hacía llorar, su corazón dolía porque no lo tenía a su lado, se había perdido para siempre en ese Velo del Ministerio y con ello se llevó parte de su alma con él.

- Harry - se escuchó una leve voz al otro lado de la puerta del dormitorio de su padrino

- ¡Vete Hermione! - su voz ronca por el llanto - Solo déjame solo

- Por favor - un gemido lastimero se escuchó - No me alejes

Se sintió mal, ella era como su hermana, ella también sufría, ella también perdió al hombre que amaba, él era lo único que tenía, ella era lo único que le quedaba.

Con los músculos tensos y el cuerpo tembloroso se levantó de la cama del ex Gryffindor para abrir la puerta; una temblorosa y llorosa Hermione lo esperaba al otro lado, sus ojos rojos y espesas lágrimas cayendo sin parar.

- Harry - murmuró con la voz quebrada

- Lo siento Mione - la atrajo para un abrazo en el que los dos terminaron llorando en el piso tratando de darse consuelo mutuo

Pasaron horas en las que estuvieron así hasta que lograron calmarse, sin ninguna lágrima más por derramar.

- Amo Harry - dijo el elfo doméstico - Kreacher les preparó la cena

- Gra.. - tosió un poco para aclarar su garganta - Gracias Kreacher

Normalmente no comería, pero tenía que hacer que Mione comiera, se sentía tan delgada en sus brazos, podía ver ojeras y su piel se mostraba pálida, una semana la había destruido tanto como a él, aunque posiblemente él se viera peor y de ahí la preocupación de su hermana en todo menos sangre.

- Ven Mione - dijo suavemente alejándola para poderse parar - Vamos a comer

Ella asintió dócilmente tratando de limpiar lo mejor posible su cara y quitar sus cabellos rebeldes de encima.

Pasaron cerca del cuadro de la antigua Lady Black, Walburga Black, madre de Sirius y Regulus qué, extrañamente, había estado muy callada a pesar de tener las cortinas corridas y no hizo mención alguna cuando Harry o Hermione entraron en su rango de visión, como tampoco estalló en un ataque de ira contra cualquiera de los Weasley que venían a querer sacar a Harry del cuarto de su hijo.

No llegaron a la cocina, eso solo los pondría de peor humor ya que ahí se reunía la Orden, ahí habían estado con los que los habían dejado; cenaron en la sala de estar en silencio porque no sabían qué decir, no era que pudieran decir algo, ambos tenían dolor en su corazón, a ambos se les negó estar con los predestinados por Lady Magia.

- Andrómeda - dijo Hermione ganando su atención, la veía nerviosa, algo le preocupaba, sus manos se torcían alrededor de las mangas de su suéter - Ella

Dejé mi plato a medio comer en la mesita y me acerqué a ella para colocar mis manos en las suyas - Dime qué dijo

- Está enferma - suspiró de forma grave, sus palabras me pusieron alerta - Los medimagos no le dan mucho tiempo

- ¿Cómo es posible? ¿Es contagioso? - pregunté apresurado, preocupado por mi ahijado, el pequeño Teddy

- No - negó moviendo la cabeza con fervor como para enfatizar su punto - Fue una maldición, la está consumiendo lentamente

- Se supone que la guerra ya terminó - pasé mi mano por mi cabello en un gesto de exasperación, no podía asistir a más funerales, y lo que era peor, mi ahijado se quedaba sin familia

- Ella me pidió hablar contigo - sus ojos marrones se centraron en los míos con una clara determinación de no dejarme caer en la miseria hasta que la escuchara - Teddy te necesita

Podía ver el dolor en sus ojos con esa frase, no pude evitar atraerla en un abrazo, claro que mi ahijado me necesitaba, pero también mi amiga; no podía dejarlos a ninguno de los dos, no podía dejarme caer, no podía ir con Sirius aunque lo quisiera, no ahora al menos.

- Es mi ahijado - dije dándole a entender que me haría cargo - Es posiblemente el hijo que nunca tendré, no lo dejaré

- También es el hijo que no tendré - murmuró ella con voz dolorida volviendo a llorar

- No Mione - acaricie su cabello - No te puedo pedir eso, no te puedes lastimar así

- No lo entiendes Harry - chilló alejándose - No podré tener hijos, no sin él, no querré a nadie más que a él

- Yo te entiendo - respondí con lágrimas cayendo de solo pensar en la familia que no podría tener, no sin Sirius, con nadie más que Sirius.

- Yo..yo no quise - la interrumpí

- No - negué - A los dos nos quitaron todo - le di una leve sonrisa

Poco sabían que el cuadro de una dama de una Noble y Ancestral Casa los estaba escuchando con atención, pero sobre todo evaluando, ¡Oh! Podía estar muerta, pero aun así ella podía darse cuenta del aura que rodeaba al ahijado de su hijo, su heredero, su pequeña serpiente con traje de León.

Maldita sea ella si dejaba condenada a la Casa Black, sí dejaba en la miseria a alguien más de su familia, no, eso no pasaría o dejaba de llamarse Walburga Black.

Una semana después de la plática entre Mione y yo nos encontrábamos listos para llevarnos al bebé Teddy con nosotros a Grimmauld Place.

- Sí necesitan ayudaba no duden en llamarme está bien - volvió a repetir Molly

- No te preocupes señora Weasley - trató de tranquilizar Hermione - Tengo experiencia con los bebés

- No tengo dudas querida - le acarició la mejilla suavemente - El que me preocupa es Harry

- ¡Hey! - traté de hacerme el ofendido, pero era verdad, yo nunca había estado cerca de un bebé hasta Teddy, la señora Weasley me hizo practicar antes de dejarme sí quiera cargarlo sin estar sentado

- Lo siento querido - me dio unas palmaditas en la espalda - Pero sabes que es verdad

Solo me quedó asentir, mientras miraba como Teddy se removía en los brazos de Mione con su cabello rojo y una suave sonrisa en su pequeña y regordeta carita, no tenía ni medio año y ya había perdido a su familia cercana pero tenía un padrino, como yo; la única diferencia era que al menos nadie me alejaría de Teddy y podía darle todo lo que merecía.

- Es hora de irnos - anunció Hermione - Ya se hace tarde y tenemos que acomodar al pequeño Teddy

- Tienes razón vayan, vayan - nos apuró la mamá de mi difunto mejor amigo

- Estás segura que lo mantendrás en tu cuarto - pregunté una vez llegamos por Red Flu a la Casa Black - No me molestaría tenerlo en el mío o darle un cuarto a él solo

Ella rodó los ojos con exasperación - Los dos sabemos que no dejaremos que duerma solo - me reprochó - Además sí se despierta por la noche no creo que sepas qué hacer

- Eso me ofendió sabes - informé, aunque sé que tenía razón, no sabría qué hacer con un bebé de dos meses, aunque prefería tenerlo cerca para tener una excusa a mi falta de sueño

Se rió un poco, una pequeña risa que me contagió, una mínima alegría entre nosotros después de un mes de llanto; el bostezo de Teddy nos sacó de esa atmósfera indicándonos que ya tenía sueño.

- Kreacher - llamó Mione y un ligero pop se escuchó - ¿Ya está lista la cuna?

- Sí ama Hermione - respondió el elfo, desde que destruimos el collar su actitud cambió el incluso dejó de mirar a Mione por su origen - Y una fórmula ya está preparada como pidió

- Gracias Kreacher - le sonrió ligeramente antes de mirar a mi ahijado con adoración, esto sería difícil para ella aunque no lo demostrará - Iré a acostarlo

Cuándo desapareció por las escaleras no pude evitar soltar un suspiro cansado mientras caía en el sofá; la semana fue intensa, demasiado estresante, cuando falleció Andrómeda no me quisieron dar la custodia de Teddy ya que aún no culminaba mis estudios o incluso no me acercaba a mi mayoría de edad aunque me falta solo 4 meses, fue una dura pelea con el Ministerio que quería dejar a mi ahijado en un orfanato, nunca me había alegrado de ser Harry Potter en toda mi corta vida, una amenaza aquí otra allá junto a una entrevista en el Diario El Profeta y en dos días tenía la custodia total sobre mi ahijado.

Las maravillas de ser el Salvador de sus estúpidos traseros.

Pero otro problema surgió con eso, o más bien problemas a futuro, sí algo me pasaba (y no estaba siendo paranoico, bueno tal vez un poco) mi ahijado no tendría con quién quedarse, yo le daría la custodia a Hermione, pero ella era una nacida de muggles, mientras que Teddy era un descendiente Black, su custodia recaería de forma automática en su tía abuela Narcissa Black ahora Malfoy el Ministerio se la daría a ella sin siquiera dejarla pelear, no podía permitir que los separaran, sí yo no estuviera eso la terminaría matando.

- Te ves estresado - comentó una voz femenina que no era Hermione, levanté mi cabeza junto con mi varita a dónde provenía la voz - Tienes buenos reflejos pero solo soy un retrato

No escuché malicia en su proclamación lo cual ya era extraño sí hablábamos de esa mujer - Lo siento Lady Black, costumbres que no se olvidan

- Aún buscan tu cabeza - no era amenaza - Sería estúpido que te descuidaras, aun así dentro de ésta casa no debes sentirte amenazado, Merlín sabe que tiene las mejores protecciones de todo el Reino Unido e incluso del mundo

"El paranoico de mi padre puso todo tipo de hechizos para resguardar la Casa Black, incluso protecciones de sangre, nadie que no sea un Black o un invitado puede ingresar" - recordó que le dijo Sirius una vez

- Solo un Black o sus invitados pueden ingresar - murmuré distraídamente pero el cuadro escuchó

- Así es - confirmó asintiendo - Y tú pequeño tienes sangre Black

- ¿Qué? - no pude evitar fruncir el ceño ante eso, la verdad era que no sabía nada de mi familia, y siendo mi padre un sangre pura no debería extrañarme estar envuelto en toda esa endogamia

- Pero no de padre eso te lo aseguro, los Potter siempre trataron de alejarse de los Sagrados 28 lo mayor posible, incluido el excluirse del grupo - mencionó con cierto resentimiento que me hizo sentir incómodo - Lo que me deja concluir que es por parte de tu madre

Mis ojos se abrieron como platos, no era normal la conversación, la falta de las palabras mestizo, impuro, traidor a la sangre y sangre sucia hacían de la conversación muy extraña.

- Lady Walburga - dije luego de recuperarme de mi sorpresa - Disculpe sí la ofendo pero, ¿Se encuentra bien?

Me miró sin emoción por un instante cuando sus ojos luego se iluminaron de comprensión - ¡Oh! Lo dices por la falta de griterío o insultos - asentí un poco nervioso - No puedo insultar al actual Lord de la Noble y Ancestral Casa de los Black

- Eso no te detuvo cuando era Lord Potter únicamente - señalé dejándola impresionada, cuando me conoció no sabía nada de mi estatus en la comunidad mágica, pero con la pelea por la custodia de Teddy muchas cosas llegaron a mis manos, cosas que incrementaron mi lista de odio hacia el viejo-oculto-cosas-Dumbledore

- En ese momento solo eras Heredero Potter - su sonrisa suave me hizo ver lo hermosa que una vez fue - Ahora es distinto

- Eso no importa en realidad - desestime la idea con un movimiento de muñeca - Yo, quiero saber sí está bien

- Soy un retrato - señaló lo obvio - No puedo estar mal

Entrecerré los ojos, en ese momento se parecía mucho a su hijo - Está en otro cuadro - no pude evitar señalar, recién me daba cuenta nunca antes se cambió de cuadro

- Mi hijo tenía razón a veces eres demasiado despistado - dijo con la voz exasperada pero una nota de tristeza se filtró - Pero sí, nunca antes lo hizo porque podrían mover mi cuadro sí lo hacía

- Bueno - dije - Eso ciertamente lo explica

- Pero volviendo al tema, tu madre - la interrumpí

- Ella era nacida de muggles señora - dije mirándola serio, no permitiría que insultara a mi madre

- ¿Muggles o Squibs? - no pude evitar que mis cejas se dispararán - Nunca se fue a hacer una prueba de sangre a Gringotts al igual que tú por tu reacción

- Eso sería imposible, Sirius - mi voz se rompió al pronunciar su nombre, un año pasó y aún dolía como si fuera el mismo día

- ¿Lo amabas cierto? - preguntó y sentí mis mejillas teñirse de rosa, no todos los días la madre muerta de tu padrino te pregunta sí lo amabas - Puedo ver que sí

- Nunca se lo dije - miré el suelo avergonzado, ese era mi mayor pesar

- No, pero lo sabía - mi cabeza se levantó tan rápido que pude haberme fracturado - Tus ojos te delataban niño, nunca había visto a mi hijo tan feliz, ni siquiera cuando estaba furiosa con él por el desastre de habitación que tenía

- Él no era feliz aquí - me arrepentí de decirlo cuando una mirada de dolor pasó por la cara de la mujer

- No, ciertamente no lo era - movió su cabeza y sus espesos risos negros taparon su aristocrático rostro - Y tengo total culpa en ello, debí hacer caso a Orión - dió un suspiro melancólico antes de continuar - Solo me queda decir gracias porque gracias a ti puedo ver mis errores, gracias a ti uno de mis hijos fue feliz

- Él murió por mi culpa - mi mandíbula estaba apretada, traté de no gritar o Herms me mataría

- No, fue Bellatrix quién lo mató - su mirada dura me hizo retroceder a replicar - Fue esa estúpida guerra en la que la familia Black fue envuelta

- Pero ustedes apoyaron a Tom - fruncí el ceño, esto no encajaba

- Apoyamos sus ideales no lo niego - dijo Walburga con algo de altanería sangre pura - Pero nunca hubo mortífagos hasta mis sobrinas e hijo, un Black no se debe arrodillar ante nadie

- Déjame decirte que vi a unos hacerlo - sisee enojado

- Y fueron una deshonra - gruñó, sus ojos grises del color mercurio me estaban taladrando - No comprendo qué tenía en la cabeza para permitir tal atrocidad, un Black inclinándose ante alguien y peor aún un mestizo

- Supongo que el hecho de que era descendiente de Slytherin los cautivo - ofrecí como ayuda

- Sí claro - se burló con el mismo tono arrogante de Sirius, él nunca me escucharía pero se parecía mucho a su madre - No fue visto portando ningún anillo de heredero o señorío, sería imposible que sea por eso - movió su cabeza con pesar - Ahora mi mente está más clara

- ¿Más clara? - pregunté con curiosidad

- La locura en la familia Black es uno de nuestros rasgos más distintivos - una sonrisa burlona apareció en sus facciones - Pero es también una maldición impuesta por nuestros ancestros, al dejar que nos marcaran como si fuéramos ganado la locura nos consumió

- Pero Sirius dijo que tú - no me dejó terminar

- Los presioné para que hicieran eso - una mueca de disgusto apareció - Lo hice ciertamente, pero fue porque Bella ya tenía la marca en su brazo

- Y empezó como efecto dominó - adivine y ella asintió

- Los herederos son valiosos para todo sangre pura, nunca me hubiera atrevido a dañar a Sirius sí hubiera estado cuerda - una sonrisa histérica se posó en su rostro - Y mira cómo terminamos, mi casa extinta, mis dos hijos muertos, adheridos a otra casa que no dejará descendientes y los pocos Black no llevarán el apellido, nos quedamos en nada y todo por ese ese

- Puedes decirlo - dije viendo cómo se contenía

- ¡Ese sucio mestizo! - gruñó con rabia

- Ya decía yo que se tardó en decir algo hiriente - escuchamos a Mione decir acercándose a nosotros con una expresión de enfado que hubiera hecho correr a los más experimentados mortífagos

- No fue para él - se excusó rápidamente Lady Black mirando curiosa a Mione - Ciertamente puedo sentir magia en ti

- Soy bruja - mascullo apretando la mandíbula en respuesta

- No me refiero a eso niña - volteó sus ojos con evidente esfuerzo de controlar su lengua - En tu linaje, no eres de muggles, tal vez eres igual a la pelirroja

- ¿Qué? - preguntamos los dos

- Y ellos derrotaron a ese idiota - la escuchamos murmurar - Miren, en toda línea sangre pura siempre va a ver unos cuántos Squibs, a los cuales arrojamos al mundo muggle, muchos se casan con otro muggle o como comúnmente es entre familias sangre pura casamos a los Squibs entre ellos con la esperanza de sacar a otro mago - ambos asentimos dándole a saber que oímos - Pero ellos se mantienen en el mundo muggle, el asunto es que no creo que sean hijas de muggles

Mione se echó a reír de forma histérica aunque a mí me quedaba una duda, tía Petunia y mi mamá no se parecían en nada.

- No lo estás considerando ¿cierto? - Mione me miró con horror luego de verme pensando

- Hay, hay cosas que encajan sí eso fuera verdad - dije al fin - Piénsalo Mione, mi tía no se parece a mi mamá ni siquiera un poco, y las pocas veces que vi una foto de mis abuelos tampoco encontré el parecido luego de mi primer año

- No hay forma de demostrarlo - argumentó ella pero podía ver los engranajes de su cabeza

- Oh sí la hay - tarareo Lady Black triunfante

- ¿Cómo? - cuestionamos los dos

- Una prueba de herencia en el Banco de Gringotts - respondió resuelta - no hay forma más efectiva para ello

- Harry - llamó Mione luego de que me quedara reflexionando, sí ella resultaba tener antecedentes mágicos, un buen linaje a sus espaldas, Teddy estaría protegido - ¿Qué crees?

- No perdemos nada con intentar, yo, de todas maneras iba a ir a Gringotts en estos días para tratar de respaldarte contra los puristas - expliqué brevemente

- ¿Qué? ¿Por qué? - presionó para que diera más información

- Entonces eso era lo que estabas reflexionando antes - canturreo el retrato feliz de tener una duda resuelta - Ciertamente fue astuto, el pequeño no caería en manos del ministerio o cualquier otra familia que se aprovecharía del título que mi hijo te heredó

- ¿Por qué caería en manos de otras personas? - preguntó Mione incrédula - Harry tiene la custodia completa

- Lo sé Hermione - respondí antes de que tuviera un ataque de pánico - Pero viste como incluso a mí me quisieron poner trabas por formalismos, no digo que no fueron justos pero innecesarios, tuve que presionar al ministerio para que accediera

- ¿Chantaje o amenaza? - cuestionó interesada Lady Black

- Amenazas y conferencia de prensa - respondí en brevedad

- Me gusta tu estilo - aprobó con altanería y pude distinguir un brillo emocionado en sus ojos, no pude evitar sonrojarme

- El punto es que, si me pasa algo - volví al tema o quedaría como tomate - Y a mí que soy su padrino y no tengo ninguna decadencia económica para mantener a Teddy me pusieron peros, imagínate a ti, él desciende de una familia muy rica y noble con asientos del Wizengamot que cualquiera querría ocupar a su favor

- Me lo tratarían de quitar - concluyó ella antes de que el pánico se apoderase de su ser - No puedes permitir eso Harry, no puedo perderlo

- Lo sé - la atraje hacia mi pecho para tratar de calmarla, sus rizos salvajes me picaban la nariz - Por eso quería ir para buscar una forma de adoptarte en la familia Potter, como una hermana mía la custodia de mi ahijado recaería en ti

- A ti te iban a poner en Slytherin ¿Cierto? - comentó Walburga intrigada, y sin dejarme responder continuo - Piensas con astucia y ya estás cubriendo todo para un posible futuro, está decidido, estoy complacida, eres un buen partido para mi hijo y adición extraordinaria a la familia

Me tense de forma automática al oír eso, era algo que no podía ser, ya no, él no estaba, nunca iba a volver a mí.

- Señora Black - trató de hablar Mione mientras mi agarre en ella se tensó

- Tú también perdiste a alguien ¿No? - cuestionó y sentí a Hermione ponerse dura como una roca en su lugar - Sí puedo verlo, ambos no empezaron la unión que se les dio, con razón Lady Magia está enojada

- Disculpe ¿Quién? - pregunté yo en un arranque de curiosidad

- Lady Magia - respondió Mione - La Magia misma, es una leyenda, la creadora de todo ser mágico, es quien nos otorgó nuestra magia

- Y se personifica - aclaró Walburga - Pocos han tenido el agrado de verla, ciertamente no la había visto en un tiempo yo tampoco

- ¿Usted? La..la vio - tartamudeo Hermione impresionada

- Ciertamente - asintió orgullosa - Vino a mí de niña entregándome un libro muy curioso perteneciente a Salazar Slytherin, lástima que estaba en una lengua extraña asumo que pársel y no pude entenderlo, pero ella me pidió guardarlo para alguien especial que pronto lo reclamaría

La curiosidad me mataba lentamente, tal vez incluso podría encontrar una forma de regresar a Sirius del Velo, aunque desde que el fragmento del alma de Tom se fue se supone no debe ser posible.

- ¿Y cómo es ella? - preguntó Hermione con curiosidad

Cuándo Walburga iba a contestar una extraña calidez invadió Grimmauld Place, y por una vez no levanté la varita ante una firma mágica o ruido desconocido.

- ¿Por qué no lo ves por ti misma? - dijo la mujer con diversión en su voz y rostro

Tenía el cabello rubio platinado, que caía suelto en bucles, unos ojos multicolores, pómulos marcados y una cara amable pero sabía, una estatura promedio, tez blanca y portaba un vestido ligero de color celeste.

- Lady Magia - dijimos a la vez que nos inclinamos, no sé porque lo hice solo supe que tenía que hacerlo

- Es un gusto poder verlos de frente - se nos acercó a acariciar nuestras mejillas con sus manos, una en cada uno - Lamento todo lo que tuvieron que pasar, no debía ser así, hubo manipulaciones que los llevaron al destino que no estaba determinado para ustedes, no saben cuánto me rompe el corazón que haya terminado así

Lágrimas recorrían mis mejillas, éste no era el futuro que yo debí tener, lo sabía, mi futuro era al lado de Sirius, siempre fue al lado de Sirius, aunque él no hubiera estado de acuerdo por nuestra relación padrino-ahijado, solo quería que él estuviera a mi lado, él era mi pareja lo supe en mi cumpleaños 16 pero él nunca lo supo.

- No lloren - nos limpió a ambos y nos dio una sonrisa maternal - Estoy aquí para arreglar las cosas, todo será como debió ser, sí aceptan podrán no solo arreglar su futuro, también podrán salvar muchas vidas en el camino

Hermione y yo nos miramos con cautela y emoción, sabía que ella también lo quería devuelta pero a qué precio.

- ¿Qué tendríamos que hacer? - pregunté yo ya que Mione parecía aún aturdida

- Tendrán que viajar al pasado, exactamente a 1977, es ahí donde todo empieza a torcerse generando el futuro en el que estás, asistirán a Hogwarts para solucionar el problema con esa rata y el otro manipulador - escupió los apodos con tanta ira que no se nos pasó desapercibido

- ¿Colagusano? - cuestionó Mione

- ¿Dumbledore? - cuestioné yo

- Ese viejo decrépito siempre metió sus narices donde no le importaba - gruñó furiosa Lady Black - No me extraña que haya confinado a mi hijo y no movió ni un dedo para aclarar su situación ante la justicia

- No me lo recuerdes - solté en un gruñido bajo, era algo que no le perdonaría al viejo ese

- Él también es responsable de la muerte de tu padres tanto o más que la rata - interfirió Lady Magia - La capa de invisibilidad de tu padre debió estar con él y no en sus manos, por no decir que él tenía sus sospechas sobre la rata pero no dijo nada en favor de que se cumpliera la profecía

- ¡¿Qué?! - gritamos Hermione y yo para luego taparnos las bocas, nos quedamos en silencio unos segundos esperando el llanto de Teddy pero nada llegó

- No se despertará - nos aseguró Lady Magia sonriente con un movimiento de manos para restarle importancia para luego tornarse completamente seria - Él manipuló toda tu vida, algo que actualmente ya sabes, pero no lograste saber la magnitud de sus actos, lo peor es que no solo lo hizo contigo, también usó a otros como Severus, Remus y Hagrid cuyas condiciones le venían en beneficio

- Ese maldito - mis puños estaban blancos de tanto apretarlos, sabía eso pero que haya estado detrás de la muerte de mis padres solo para tener un arma fue demasiado

- Una vez allí necesitarán ayuda - intervino Walburga - Albus los verá como amigos o enemigos sí no mueven bien sus fichas, estarán bajo mi protección con los círculos de sangre pura

- También nos aseguraremos de que tengan un pasado y dinero que los respalde, no será difícil - aseguró Lady Magia

- Pero, ¿Qué tendríamos que hacer? - volví a preguntar, aunque en realidad sería, a qué renunciaremos, al parecer ambas supieron a qué me refería

- No pueden volver, éste tiempo desaparecerá, no habrá existido - dijo con total seriedad - Una vez que se vayan no habrá marcha atrás

- Pero qué pasará cuando ambos - nos señaló Hermione

- No nacerán - dijo Lady Magia - Ese es el precio para esto, no existirá un Harry Potter o una Hermione Granger

Ambos nos miramos tratando de decidir qué hacer cuando la misma preocupación nos invadió - ¿Y Teddy?

- No podemos dejarlo - Mione se veía como una mamá leona a la que tratas de alejar de su cría

- No pienso abandonar a mi ahijado - respalde lo dicho por mi hermana

Lady Magia asintió con una sonrisa satisfecha, al parecer pasamos una prueba - Pueden llevarlo con ustedes pero no será fácil

- Mi vida no es fácil - dije finalizando el tema

- Muy bien así será - su sonrisa se amplió - Pero antes tenemos que hacer ciertos arreglos en ustedes dos

- ¿Por qué?- cuestioné más rápido que Mione, no me desagradaba la idea, pero tampoco era que me gustara

- Tú eres fácil de sacar tu relación con los Potter además que tu aspecto físico no es acordé a tu edad, presentas mal nutrición y tienes muchas secuelas de innumerables heridas que llamarían la atención lo mismo que Hermione, además que controlar un poco esa melena no estaría nada mal - apuntó Lady Magia como si fuera obvio

- Bueno no - escuché murmurar a Mione, tampoco es que yo lo tomara como algo negativo, ciertamente yo llamaría la atención con toda las cicatrices en mi piel

- Tendremos muchas cosas que hacer, mañana iremos a Gringotts para hacer trámites con los duendes, ciertamente el plan de Harry no está mal, sí ambos son hermanos se entenderá que están juntos y no habrá malas interpretaciones - asintió satisfecha más para sí misma que para otra cosa - ¡Ah! Se me olvidaba, Walburga tienes el libro que te di

- Por supuesto - dijo asintiendo - Kreacher - un ligero pop sonó - Trae el libro dragón

- Sí ama - con un inclinación el elfo desapareció y a los segundos apareció con un libro verde que reflejaba la luz de las lámparas de la sala - Aquí está

- Gracias Kreacher - lo despidió Lady Magia con una sonrisa dejando al elfo muy feliz - Volteó el libro y pude observar más detalles, un dragón de plata se extendía por la cubierta, sus fauces abiertas sobresaliendo por el extremos del libro y una cola que estaba enroscada hacia el final del libro, y poseía un rubí por ojo - Bien toma

Cogí el libro con sumo cuidado, era piel de dragón el encuadernado, traté de abrirlo pero por una extraña razón no podía.

- Tienes que pinchar un dedo en los colmillos del dragón - explicó Lady Magia con tranquilidad

La miré a ella y luego a Hermione que parecía interesada en el extraño libro, tanto que prácticamente su mirada me decía que sí no lo hacía me obligaría, y como prefiero conservar mi salud me apresuré; los colmillos estaban afilados, fue fácil romper la piel de mi dedo y liberar sangre que cayó de los colmillos a las páginas que absorbieron la sangre, la cabeza del dragón se levantó y me miró con ese ojo de rubí que parecía mirar mi alma para luego soltar un rugido sobre mí, sí hubiera sido uno real ahora estaría chamuscado, sin que me diera cuenta el maldito dragón me mordió en la mano que todavía tenía encima del libro y muy cerca de él, solté libro de inmediato con un estruendoso grito.

- Pero qué mierda - chille - Dragón tonto, eso me dolió

- Es mejor sin avisar - anunció Lady Magia

- Eso no me tranquiliza - dije en medio de un aullido de dolor, mi sangre se sentía caliente y podía oír mis oídos palpitando, me sentí cansado y mareado - Es normal - mi garganta estaba extrañamente seca - Que me sienta

- ¿Harry? - Hermione me habló pero ya no podía enfocarla - ¿Harry?

Con unos pasos hacia atrás me coloqué cerca de sin sofá, no había forma de que conseguiría más golpes, felizmente llegué a tiempo porque todo mi mundo se apagó.