1980 - Océano Atlántico.
El mar se mecía suavemente con la brisa del viento, las olas cubrían todo el misterioso y actualmente desconocido territorio del planeta Tierra. Todo esto podía visualizarse por la luz que la luna generaba sobre este lugar.
Caminando en el agua, como si fuese un piso lustrado en el comedor de alguna casa, una joven pequeña de atuendos oscuros se hallaba caminando a saltitos, deslizándose o incluso flotando sobre ella.
- Esto se asemeja a mí hogar...
Su suave y hermosa voz desapareció con su simpleza ante la brisa y continuó su viaje a un destino indeterminado.
Recientemente, un enorme dragón Rojo invadió su hogar, "robándole" lo que por derecho era suyo. Tras un intensivo intento de recuperarlo, la bestia de gran potencial ni se inmutó con sus ataques y prosiguió su viaje, fastidiandola por completo. Ante esto, se dirigió al mundo humano y comenzó a buscar un lugar para calmarse e idear un plan para recuperar su hogar.
Andaba tan a gusto, que no esperaba para nada estar apunto de caer por un tropiezo con algún objeto de ahí...
La pregunta es ¿Qué clase de objetos podría haber en medio del Océano Pacífico?
Antes de caer, comenzó a rodar en el aire, flotando en el alrededor. Ahí lo notó, una especie de enorme torre se podía notar por debajo del agua, siendo la punta lo único sobresaliente.
- ¿Hmm? ¿Qué clase de torre humana puede llegar a construirse en el océano?
Por pura curiosidad, comenzó a sumergirse, notando que eso no era una torre, más bien un faro, puesto que en el fondo se hallaba una luz destellante. Probablemente, la otra mitad del faro quedó bajo el agua.
Comenzó a aproximarse, sin siquiera mover sus brazos y piernas para nadar. No era sorprendente si contamos con su sobrehumana capacidad respiratoria ahora mismo.
- ¿Eso es...?
Mientras más se acercaba a la luz, notaba que no se trataba del faro... Si no de una extraña colonia, ya bastante deteriorada.
- Creí que Atlantis había caído cuando Midgarstorm estornudó.
Comenzó a aproximarse, intrigandose por la tecnología que poseía el lugar. Tenía carteles de publicidad muy antiguos, similares a años ochentosos, sistemas de transporte nunca vistos, sistemas de energía hidroeléctricos...
- Esto es muy anticuado. Este lugar no es Atlantis.
Avanzando por las ruinas, la joven notó unos destellos de luz blanca y se aproximó a un edificio cerca de caer en pedazos.
Una criatura en traje de buzo algo raro, avanzaba por un pasillo con 4 niñas colgadas de su espalda. Parece que intentaba moverse rápido, ya que las niñas hablaban y señalaban a sus espaldas. Él volteaba varias veces para disparar una escopeta, lo que causaba los destellos.
- No puedo oír. Debe haber una forma de entrar.
Se alejó inmediatamente y comenzó a buscar una entrada o algo que pudiera servir como guía.
Entrada. Unas compuertas se abrieron en un sector bajo del edificio. De él, otro ser en traje de buzo, con una forma diferente al del ventanal, comenzó a avanzar al exterior. A toda velocidad, la joven logró acceder sin llamar la atención de la criatura, y antes de que se cerraran las compuertas.
- Bien, ¿Y ahora qué?
Palanca. Inclinó una palanca hacia otro lado, notando que el agua comenzaba a ser succionada, y por lo visto, devuelta a su respectivo territorio.
Una compuerta frente a ella hizo un ruido bastante incómodo y soltó algunas chispas, antes de abrirse. Al cruzar con lentitud, pudo comprobar que no había nadie y que se hallaba en una especie de vestuario. No tuvo que escurrirse el cabello siquiera, puesto que no tenía ninguna gota de agua encima.
Comenzó a avanzar, intrigada por investigar el edificio, que tenía bastantes cosas. Tomó una barra dulce de un locker abierto y la ingirió sin temor.
- Esto es industrial. Si no es Atlantis, ¿Dónde estoy?
- Por aquí, Big Daddy. ¡Ya llegan los hombres malos!
Se escondió en un rincón, notando que el suelo comenzaba a retumbar, y la abominable criatura de antes se aproximaba al área.
- ¡TE TENGO!
La joven recibió un golpe sorpresivo que la hizo caer. Su mano tomó un aura violeta, apunto de defenderse.
- Vaya, vaya. Una niña como tú no debería estar lejos de su Big Daddy... ¿Eh? ¿No tienes Adam? ¿Eres una falla? ¡Entonces no me sirves!
El "hombre" era extremadamente largo; era clavo; su piel estaba pintada del color de la pared y tenía llagas, huecos, arrugas y resequedad; sus manos, con dedos largos, sostenían ganchos para carne.
Antes de que ella atacara, el delgado gigante apareció y arremetió contra el fenómeno. Lo incrustó contra la pared, alterandolo.
- ¡M-Maldito! ¡Espera! ¡PERD-!
No lo dejo terminar ya que comenzó a golpearlo brutalmente contra la pared, hasta sacar un taladro del hueco de uno de sus manos, con el que lo perforó contra la pared, haciéndolo gritar de dolor y agonía.
- ¡Señor Pompas manda!
- ¡Nadie se mete con él!
- ¡Él es igual de fuerte que Hércules!
Unas pequeñas se acercaron a él, admirando al gigante y alabándolo. Era macabro si pensamos que había sangre y tripas por todas partes.
El ser tenía un traje parecido a una armadura y a uno de buzo; de su espalda colgaba una especie de canasto cerrado en bóveda, parece que había más niñas allí, ya que una más se había asomado de las 3 presentes.
Él ser volteó, mirando a la pequeña de frente. Está se mostró más alerta ante un ataque al notarlo acercarse. Sin embargo, desistió al notar que se arrodillaba frente a ella y estiraba su mano en señal de ayuda, cosa que la hizo dudar notablemente.
- ¿Son tus amigas?
Ella quería confirmar si podía confiar en él. Después de todo, no importa el mundo en donde estés, la confianza se gana con tus actos. Este había sido uno bastante raro.
Él comprendió y negó con el dedo. 2 pequeñas se acercaron al cuerpo sin vida del ser y comenzaron a apuñalarlo con unas especies de agujas que extraían una brillosa sangre.
- Él es nuestro papá. ¡El Señor Pompas!
Las niñas comenzaron a aplaudir y a hacer gestos de adulación, que evidentemente avergonzaban al titán de metal que se acarició la nuca, incómodo.
Ella entonces se acomodó y levantó por su cuenta, rechazando al ser. Esto provocó que las jóvenes apuñalaran al ser con más odio, evidentemente ofendidas por el acto.
- Rechazó al Señor Pompas. ¡Mala hermana!
Todas asintieron, pero él las detuvo con la mano, dejando que la joven se alejara sin interferencias.
- Gracias, pero no soy tan débil como me veo.
Ignorando el odio de las demás niñas, se alejó, explorando el lugar. Estás mostraron su repudio zumbando los labios con la lengua fuera, y él solo negó soltando un sonoro ruido, similar a una risa.
Ruido. Tomando a las jóvenes, estás se adentraron a la caja. Los malos se aproximaban, y él debería pelear ante la presencia cercana.
Su taladro comenzó a adelgazar hasta que pudo adentrarse al traje, dejando ver una mano con el guante.
- ¡Andando, Señor Pompas! ¡Ahí vienen!
La pequeña exploradora se detuvo y miró al ser, este sacaba una especie de cañón raro de su pequeño soporte en la espalda y comenzaba a disparar a las paredes, plantando cosas en estas.
- ¡Ya llegan! ¡GHU!
Bruscamente, la criatura la resguardó en la caja, y cambio la munición del cañón. Soltó un quejido de molestia al oír risas macabras a lo lejos. Ya llegaban.
- Una pelea. Será entretenido verla.
La joven sonreía vagamente, sentada en el techo de un local de comida y meciendo sus piernas de un lado a otro. El sujeto hizo un gesto de que ella viniera con él, desesperado, pero ella lo ignoró, generando un quejido de agotamiento en él.
- ¡No deberías insistir, Señor Pompas! ¡Ella no merece tu seguridad!
Volvió a cerrar la caja al notar que una se asomó para contestar. Soltó un quejido de regaño en respuesta a su acto.
- ¡AHÍ ES-!
El sujeto que gritó eso murió instantáneamente al recibir un disparo a manos de la trampa de la pared.
- Ya llegaron... Suerte, "Hércules".
Evitando las trampas, algunos comenzaron a ir hacia él. Tomó a uno del cuello, perforándole el vientre de un potente disparo de lo que parecía ser una munición distinta de su pistola de remaches. Otro se coló atrás, intentando atacar a las niñas, pero fue sorprendido con una aguja en el ojo, regalo de una. Él lo agarró de la cabeza y comenzó a destrozarle el rostro a golpes. Como si su furia fuera capaz de desatarse por un simple intento de asalto a sus niñas.
- ¡MIAAAA-!
El ser fue desvanecido en ceniza con un suave movimiento de la mano de la muchacha que observaba el enfrentamiento. Estaba bastante sorprendida por el salvaje potencial de la criatura que defendía la caja a como dé lugar.
Descarga. Todos delante de él se electrocutaron inesperadamente. Su mano derecha tenía rayos azules, y comenzó a lanzarlos contra cada ser que veía. Lanzó uno contra ella, matando a uno de esos seres que estaba acercándose por un rincón cercano, y que quedó colgando en un poste, dando espasmos.
- Increíble percepción para ser alguien lento. ¿Por qué te preocupas por mí? Yo no soy débil. Puedo defenderme.
De veinte enemigos, 13 fueron terriblemente desmembrados. El resto temía acercarse.
Guardó el cañón, vacío de munición, y tomó una especie de escopeta recortada.
- ¡ESE DESGRACIA-
La cabeza de uno fue destruida de un repentino disparo.
Retrocediendo lentamente, comenzó a disparar dócilmente, derribando a cada desgraciado que osaba tocar a sus pequeñas hijas. Su traje tenía agujeros de disparos, abolladuras y cortes. Sangre podía verse salir de al menos unos 3 agujeros. La caja estaba reforzada de solapas de titanio, no sería fácil destruirla.
La niña desconocida había desaparecido, esperaba que estuviese a salvo o si no les haría pagar que le hicieran algo.
Los disparos de la escopeta se habían acabado, por lo que la arrojó y terminó de gastar el revólver, que en minutos cayó. Sacó una ametralladora desde su brazo mecánico y comenzó a disparar sin parar de trotar.
Los rayos de su mano desaparecieron, y de un chasquido, flamas verdes aparecieron. Eso sorprendió a la joven que lo seguía por los techos, ya que no notó ningún tipo de magia.
- ¿Cómo hizo eso? No usa magia.
Terminando la capacidad de munición, las opciones del "Big Daddy" se hacían más y más escasas. Activó su taladro y se lanzó contra una pared, atravezandola. Estaba agotado pero debía continuar. Debía proteger a sus hijas...
La pequeña exploradora se distrajo levemente para leer un cartel, soltando una risa irónica.
"Ni dioses, ni reyes, solo hombres" - Andrew Ryan.
- Suena irónico... Andrew Ryan. Aquí hay un Dios, y no hizo este desastre.
La criatura acabó con el último, totalmente destrozado. Cayó en el suelo, exhausto y malherido.
El ser retiró la caja inmediatamente, y la abrió tras apoyarse en una pared. Las niñas se asomaron, preocupadas. Él las acarició y señaló sus agujas.
- ¡Señor Pompas! ¡Ahí te ayudamos!
Las niñas se turnaron, clavándole la aguja en una especie de pequeño agujero en el pecho, soltando el líquido que parece que recolectaban. En cuanto acabaron, él se levantó como si nada y volvió a acomodarse para continuar. La joven seguía sorprendida, puesto que esto no era magia seguramente.
- Oye ¿Cómo hiciste eso?
Al ver a la joven arriba, el ser alzó su brazo y apunto a que lo acompañará. Ella volvió a rechazarlo, haciéndolo soltar otro quejido, exhausto.
- Contéstame.
El ser miró a sus alrededores, notando un cártel publicitario que mostraba a un gigante de otro tipo. Lo señaló inmediatamente, arrancó de la pared y se lo extendió a la niña.
"Big Daddys: La solución a los problemas"
"¿Problemas con Splicers? Big Daddy es la solución.
La joven lo miró a él; luego a la imagen. No había ningún parecido entre ambos. Uno tenía un ser gordo con muchas "lámparas" en el "rostro"; el otro era un idiota que no respondía preguntas. Su armadura era de un buzo de unos 2 metros y se veía mas humano.
- Eso no responde nada.
Este se mostró frustrado por las fallas de comprensión. Su rostro tenía una enorme "lámpara" y 6, aún más pequeñas, en la frente, por lo que se puede ver como se dió un golpe en el protector frontal de esta, haciendo un facepalm... O eso creyó ella.
Hizo un gesto de seguimiento, haciendo que está comenzara a seguirlo desde los techos.
El camino era corto. La joven y la criatura avanzaban por lo que parecían ser barrios pobres, de muy deplorable y triste aspecto.
Aterrador era un término bastante complejo para eso. El lugar tenía cadáveres por todas partes. Niños, ancianos, adultos. Todos estaban muertos y hasta en un estado de putrefacción absoluta. Ambos avanzaban como si esos cadáveres no fuesen nada más que parte del ambiente.
- ¿Qué ha ocurrido aquí?
Mientras caminaban, el sujeto apuntó a una de los grandes ventanales de vidrio. En ella se podía apreciar un enorme destrozo a causa de una explosión, pero lo que más se deslumbraba era un cartel que chispeaba continuamente por el contacto con el agua.
"1958 New Year's Eve Riots"
Con ese cartel, la joven comprendió que el sujeto hablaba inglés. Sin embargo, se hallaban muy lejos de algún lugar que la humanidad conociera.
- Vivían escondidos. Interesante.
Al llegar a una especie de jardín de infantes, la joven exploradora se mostró intrigada ya que la entrada se hallaba cubierta de armas y dispositivos que desconocía. El sujeto aparentemente notó esto y le hizo un gesto para que lo siguiera.
Poco tiempo de diferencia hubo para notar los alrededores. La pequeña exploradora, Ophis, se mostró genuinamente sorprendida al ver el lugar. El sector entero estaba lleno de niñas, como una pares. Todas estaban asustadas, se mostraban nerviosas. Sin embargo, al ver al titán de acero, se acercaron y lo abrazaron con afecto.
- ¡Señor Pompas! ¡Estábamos preocupadas!
Él las aceptó con un cariño fraternal latente de su ser. Como si entendiera lo que las niñas habían estado sufriendo solas.
- ¿Quién es ella? ¿Otra hermana?
Ophis volaba sobre las niñas que la veían como a una divinidad. A decir verdad, no estaban lejos de creerlo.
- ¡Zeta! ¡Me alegra que hayas vuelto de una pieza! ¡Ven a la sala de profesores para reparar tus daños! ¡¿Cuántas has traído?!
El sujeto abrió la escotilla de la caja, dejando libres a las pequeñas niñas que no dudaron en salir aliviadas. Sin embargo, las cuatro veían con enojo a la muchacha de traje morado.
- ¡Hermana mala!
- ¿Hmm? No soy su hermana...
Ella no les prestó mucha atención, puesto que prestaba atención a la charla del robot y la voz del comunicador de un monitor.
- ¡Cuatro! ¡Espléndido, Zeta! ¡Muy buen trabajo! Si seguimos así, lograremos rescatarlas a todas antes de que esta porquería colapse... Ya no puedo pedirle a Jack que vele por ellas. Su estado físico no lo permite... Una lástima que Delta haya muerto luego de salvar a su hija. La desgraciada de Lamb sigue aquí y seguirá asaltando toda ciudad si con ello consigue deshacerse de ti y de mí.
La mujer tenía un aspecto algo deteriorado. Aparentemente, ella ya era una mujer de tercera edad que no paraba de fumar y que el significado de peinarse no existía en su vocabulario.
- Veo que no me he equivocado al perfeccionar los experimentos de Suchong. Eres realmente la mejor versión de los Big Daddys que la ciudad ha tenido. La unidad Zeta, la última esperanza para estas niñas... Marca la fecha, hija. Esto es conmemorativo.
- Sí, abuela Tenembaum. Buen trabajo, Zeta. Mandaré una unidad para retirar a las niñas pronto. Por ahora, sigue resistiendo.
El sujeto asintió sin dudar del pedido. Lo haría todo por mantener a las niñas a salvo.
Alarmas. Sirenas rojas comenzaron a sonar por todas partes.
- ¡Se acercan! ¡Zeta, protege la guardería!
Ni siquiera tuvo que ordenarle eso, ya que el agotado y débil titán tomó sus armas y se enlistó para la batalla. Ophis, notando el estado de la criatura, aseguraba que perdería.
- Hmm... Esto es interesante.
Ella se acercó a las pantallas, notando como las camaras mostraban que las torretas no podían detener al ejército de sujetos que se aproximaba al edificio.
- ¿Las buscan a ellas? ¿Por qué quieren hacerle daño a unos simples cachorros?
La curiosa se sentó en un asiento, notando las miles de teclas de las pantallas. Tenembaum y su asistente se preocuparon al ver esto.
- Pequeña, mantente lejos de ahí. Zeta volverá en un rato. Procura estar a salvo con tus hermanas...
- No son mis hermanas. Siquiera se quién es ese.
Silencio. La anciana y la adolescente apenas podían creer lo que veían y oían.
- ¿Acabas de decir algo razonable? ¿Quién rayos eres tú, mocosa?
- Responderé eso sí me dices que ocurrió aquí y por qué ese gigante me protegió, aún cuando puedo hacerlo por mi misma, de esos humanos raros.
El par se vió para luego observar a la niña con seriedad.
- De acuerdo. Dime, pequeña, ¿Qué ocurre cuando te cansas de que el mundo sea simplemente algo tan poco capaz de mantener una moral y permitirle a cualquiera hacer lo que quiera?
Esa pregunta inició un enfrentamiento de dudas en la pequeña ser que apenas notaba como por el monitor el titán se preparaba para afrontar al ejército.
- Fácil. Lo destruyo todo.
- Si fuera tan fácil, mocosa... Andrew Ryan hubiera querido decir lo mismo que dijiste si hubiera podido. Lastima que se le ocurrió hacer una ciudad enorme bajo del mar para poder aislarse a él y a su gente de la diferencia de ideales...
- "Ni dioses, ni reyes... Solo hombres".
- Oh, viste sus carteles por la ciudad, ¿Eh? Sí, alejó a la iglesia, a sus creyentes, a los supuestos "parásitos" de su utopía. Pero no pudo detener algo... No pudo detener a los rebeldes...
Ella observaba al titán enfrentar a las criaturas, mientras varios televisores le mostraban partes de la historia de Rapture.
- Rapture era digna, espléndida y prometedora... Todo fue así, hasta que nosotros y "él" cambiamos las cosas para mal...
- ¿Qué ocurrió?
Los televisores mostraron una especie de larva de mar, así como también notó a un sujeto sano que dirigía a unos pescadores.
- Nosotros descubrimos el "Adam". "Él" descubrió como debilitar la ciudad para tenerla a sus pies. Se llamaba Fontaine. Era un desgraciado que había logrado entrar a la ciudad gracias a continuas estafas y a su servicio de pescadería. Era un anarquista disfrazado de pescado y mucha codicia.
- Explica todo eso, humana.
La mujer ni intentó replicarle sobre como la llamaba, comprendiendo que esta pequeña quizás había desarrollado un traumatismo severo que reacomodó su cerebro tras tanto sufrimiento brindado por Lamb en el pasado, ligeramente suficiente como para ser consciente de su alrededor, pero incapaz de entender que era.
- El Adam es una babosa que habíamos hallado aquí. Su sangre, así como viscosidad, permitieron el implemento de la "vida eterna" modificando el ADN humano. El genoma se modifica con dolor, pero su reestructuración permite mejoras increíbles. Hubo un joven una vez que se había convertido de niño a adulto en solo meses. Crecimiento acelerado. Sin embargo, no pensábamos en las consecuencias del descubrimiento. El Adam es inyectable y altamente adictivo si el sujeto que que la consume es débil psicológicamente o físicamente. La juventud dura cada vez menos ante las dosis, por lo que, aquellos que no podían tener suficiente, perdían la cabeza con rapidez. Enloquecían y los efectos colaterales se duplicaban. Los llamamos Splicers. Es lo que Zeta enfrenta para mantenerlas a todas a salvo.
- ¿Por qué las quieres asesinar?
- Es mi culpa. Cuando comencé a desarrollar un sistema de obtención de Adam, Andrew Ryan me recordó que los cadáveres aun conservan propiedades transgénicas que les permiten almacenar Adam dentro de sus estómagos hasta ser extraídas, dolorosamente, hasta la muerte. Para protegerlas de las amenazas hostiles, Suchong, un científico chino idiota, creó a los Big Daddys. Estos eran antiguos prisioneros o traidores a los que se les lavaba el cerebro y se los preparaba para proteger a las niñas. Fui una desalmada insensible al condenarlas así y me arrepiento por ello. Es por eso que Jack, Delta y demás sujetos de prueba de Big Daddys me han estado ayudando en el paso del tiempo para poder detener a los desgraciados y desgraciadas que siguen haciendo que mi trabajo sea reanudado. Ya no quiero eso, pequeña... Es por eso que Zeta será quizás nuestra única esperanza para protegerlas. Todas ustedes son niñas inocentes. Merecen un futuro mejor que estar sucumbiendo al silencio destructivo de estas instalaciones. Tus hermanas han logrado sobrevivir gracias a él...
- No son mis hermanas. No soy una de ellas.
- Comprendo. No te enojes por eso. Todas son diferentes. Sin embargo, Zeta las protege por igual. Velará y amará a todas por igual. Él anhela mantenerlas a salvo. Yo solo lo ayudo como puedo...
- Es extraño. No tiene ningún olor encima, siquiera despide aura.
- Los Big Daddys ya no son humanos. Bueno, Zeta es lo mas parecido a uno, pero ya no lo son. Le he removido el protocolo de feromonas que siempre se usó y se ha reforzado sus emociones más humanas. La supervivencia y el heroísmo. Eso era lo que destacaba de él antes de terminar en prisión...
- ¿Por qué lo encarcelaron?
- Él protegió a muchas Little Sisters de amenazas varias al ser humano, ya que anhelaba ayudarlas por darle lástima. Sin embargo, sobrevivía en el bajo mundo al ser un carroñero. Es decir, aprovechaba de lo que encontraba de los cadáveres. Eso es pena capital. Él fue condenado a ser un Big Daddy por ello en cuanto lo atraparon. Su nombre era Issē Hyōdō. Japonés. Abandonó a su familia y entró a la ciudad como pescador. Trabajaba para Fontaine y se sumó a la revolución engañosa de Atlas, es decir, Fontaine disfrazado de revolucionario, y logró perjudicar varios intentos de conversión de Little Sisters.
- Que crueles que son los humanos...
- Supongo que en eso tienes toda la razón pequeña. ¿Cómo te llamó, Zeta?
- Me llamo Ophis.
- Oh, esperaba algo más... Común.
La cámara mostró algo que sorprendió a la niña. Zeta había caído al suelo, sentado, contra la puerta, agotado y muy desmoronado físicamente.
- ¡Oh, no! ¡NO, NO, NO! ¡ZETA, ARRIBA! ¡TIENES QUE LEVANTARTE!
- Iré por él...
- ¡¿QUÉ?! ¡ESPERA, NIÑA! ¡NO LO HAGAS!
Poco le sirvió seguir discutiendo cuando se sorprendió al verla volar hacia la salida.
...
Sangre, balas y mucha destrucción. El área estaba casi desmoronada luego de que Zeta se enfrentara a un ejército de Splicers que arremetieron contra él sin parar. Entonces, agotado y sin fuerzas, veía como la última tanda se acercaba con lentitud, como si gozara de la situación. Con lentitud, el titán de acero recogió un revólver y comenzó a disparar, logrando darle a uno, dos y tre-.
Explosión. Los Splicers que él disparaba volaron en pedazos, lejos de su estancia. Miró el cañón del arma, incapaz de creer semejante destrucción.
- Aléjense de él... o sufrirán.
Alzándose con fina delicadeza y deleite, ella avanzó sobrevolando lentamente sobre el Big Daddy, que apenas podía creer que ella pudiera hacer algo así.
- ¡Una niña voló sobre él y está disparando con un rayo láser!
- ¡Atáquenla! ¡No dejen que nos detenga!
- ¡Hemos esperado muchos años por esto! ¡No nos detendrá una niña con algún plásmido desconocido!
- ¿Plásmido? Yo no tengo nada de eso. Yo tengo mi poder.
Inmediatamente, un ataque desolador arrasó el corredor en el que las criaturas estaban, volándolas hacia alguna parte.
Las criaturas supervivientes, testigos del inmenso poder de la menor, comenzaron a huir ante su asedio. Mientras que la criatura seguía estática, presenciando aquella capacidad sin más especulación.
Finalmente, ella se dió vuelta, sobrevolando frente a él, para extender su blanca, pequeña y delicada mano para ayudarlo.
- Arriba. Vendrán pronto y tenemos que repararte.
El robot no dudó y tomó su mano con cuidado, levantándose con esfuerzo, sin problemas aparentes gracias a la estabilización que la fuerza de ella causaba.
Al lograr levantarse, un cúmulo de sangre estalló por un costado, mostrándose en la barra roja de la espalda de él que su reserva de vida estaba casi al límite.
- Yo no puedo hacer lo que hacen ellas, pero esto puede servir.
Inmediatamente, ella tocó con su dedo un agujero del traje, sintiendo la carne tierna de su ser, despidiendo una especie de aura morada.
La barra roja comenzó a crecer nuevamente, ella pudo notar que él se recomponía fácilmente, notando que la barra azul a su lado no se modificaba.
- ¿Por qué no se eleva esa?
No pudo preguntar más cuando notó que este se inyectó una especie de aguja azúl, de donde se inyectó algo, ella lo detuvo tarde, alejándole el pedazo de cristal vacío lejos.
- No. Eso te hará daño... ¿Eh?
Él le apuntó a su espalda, por lo que ella observó la barra azúl, notando que crecía lentamente.
- ¿Eso no es Adam?
Él negó ante su rostro curioso.
- Enséñame de este lugar, Big Daddy.
Finalmente, él le extendió la mano con suavidad y cuidado. Ella dudó un poco, para finalmente aceptarla y dejarse andar en el aire bajo los pesados pasos del titán.
Ambos ignoraron la destrozada entrada en donde había un enorme cartel destrozado y casi caído. Irónicamente, este decía:
"Bienvenidos a Rapture, pequeños. Un lugar de auténticos sueños y oportunidades."