¡Mi beta acaba de entregármelo!

Así que les traigo otro capitulo de este fic extraño mezclado con ideas de cuatro personas xD

Le deben quedar como dos o tres capitulos a esto.

Recuerden que no tiene fecha de actualización...

¡Llegan cuando menos se las esperan!

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Saludos!

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Aquatic~


El Destino del Demonio


Aquella era la situación más loca que había vivido en todos esos años. Oh sí, más loca que ponerse un traje ajustado y saltar por los techos de París, atrapando mariposas oscuras.

Realmente no entendía que estaba pasando. Hacía algunos días, precisamente desde que Felix llegó a la escuela, Adrien había estado bastante raro con respecto a ella.

Al principio pensó que era porque creía que Felix iba a molestarla y él, como el chico correcto que era, quería protegerla, pero con el correr de los días se dio cuenta de que no era solo eso. ¿Sería que en realidad sí le gustaba a Adrien? Eso estuvo dándole vueltas en la cabeza hasta que el rubio abrió la boca para volver a encasillarla en la friendzone. «Era la amiga Marinette» y no debía olvidarse de eso.

¡Esa situación la ponía de muy mal humor!

Y ahora, de repente, Felix iba a regresar a Londres. Esa noticia la desalentó un poco, pues no podía negar que él era un condimento interesante en su vida diaria, algo así como su Chat cotidiano, no tan caballero, pero con una chispeza que lo hacía divertido… hasta que se pasaba de la raya y tenía que volvérsela a trazar con su propia mano. Ya le había dado un puñetazo una vez, así que uno más podía venir fácilmente.

En fin, con la pronta despedida del demonio de Londres, decidió ser buena samaritana e invitarlo a comer con su familia antes de que tomara el Startrain hacia su país. Sería un almuerzo simple y liviano entre los cuatro, o mejor dicho, entre los cinco, pues el "Ángel de París" se autoinvitó a comer con ellos.

Y así estaban ahora. El Ángel de París sonreía encantado mientras ayudaba a Sabine a preparar las cosas para el almuerzo, mientras el Demonio de Londres observaba a su primo con el ceño fruncido. Marinette los observaba a los dos, cruzada de brazos. ¿Cuál sería la verdadera rutina de ese par? ¿Siempre se habrían llevado mal? ¿O es que el tiempo y la distancia había hecho estragos en ellos?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la llegada de Tom. Felix, inmediatamente, se puso de pie, aprovechando que su primo traía los platos en sus manos y no podía moverse rápido.

—Buenas tardes, soy Felix —saludó, extendiendo su mano al hombre frente a él, de forma cortés —. Soy primo de Adrien y compañero de su preciosa hija —al decir eso, Tom frunció el ceño. Felix pensó que había equivocado la estrategia, pero…

—¿Crees que mi hija es preciosa?

—¡Por supuesto! Su hija no solo es preciosa, sino que es muy astuta e inteligente. Es una presidenta muy confiable.

Tom relajó su expresión y, finalmente, estrechó la mano de Felix.

—Este chico me encanta, Marinette —dijo, mirando a su hija —. Deberías quedarte con éste. Tiene la misma cara del anterior, pero a él si le gustas.

—¡Papá! —protestó, mirando roja a Adrien que había dejado caer los tenedores de su mano.

—Oh —exclamó Tom, llevándose la mano derecha a la boca —. Lo siento.

Adrien no dijo nada y solo se agachó a recoger los dos tenedores que se le cayeron, un tanto aturdido. ¿Acaso estaban hablando de él? Levantó la mirada hacia su primo, que parecía ganar el favor de Tom con mucha rapidez, así que decidió dejar sus pensamientos de lado y volver al ataque con Sabine. A ella la tenía que tener de su lado.

—Disculpe, ¿Dónde puedo enjuagar esto?

—Oh, no te preocupes, Adrien —Sabine tomó los tenedores y los dejó en el lavaplatos para entregarle unos nuevos —. Pon estos.

—Gracias, ¿necesita algo más?

—No, cariño, gracias —dijo, palmeándole el hombro con una sonrisa amable. ¡Eso se sentía como si le hubieran puesto una estrellita en medio de la frente! Miró a su primo que hablaba con Tom y parecían que estaban contándose chistes. Frunció el ceño, ¡Él también quería contar chistes! ¡¿Y Marinette también estaba contando chistes?! ¡Eso no era justo!

—Claro, ignoren al gato callejero —susurró, frunciendo los labios mientras colocaba el servicio en su sitio. De pronto, notó que todos se quedaron en silencio así que elevó la mirada y se encontró con que los cuatro se le quedaron viendo. No pudo evitar sentirse totalmente avergonzado.

—¿Quieres saber algo curioso de Adrien, Marinette? —dijo Felix, tras la frase de su primo—. Cuando era chico, a Adrien le gustaba jugar a que era un gato. Mi tía le tenía un disfraz y lo llamaba "Chaton", incluso —se llevó el dedo índice a su mentón —inventaron una canción entre ambos… ¿Cómo era Adrien?

Marinette nunca había visto a Adrien tan enojado como en ese momento y aunque la curiosidad de ver a Adrien vestido de gato era grande, decidió cortar aquello por lo sano.

—¿Por qué mejor no comemos?

—Buena idea —dijo Tom, acercándose a la mesa.

Durante el almuerzo, estuvieron todos muy animados, mientras Felix contaba las grandes aventuras que había vivido en Londres. Ambos progenitores de Marinette estaban muy entusiasmados escuchando los relatos del joven, pero su hija estaba pendiente de Adrien, a quien había visto cabizbajo desde la mención de su madre. Éste se mantenía en silencio y de vez en cuando, metía comida en su camisa. Espera… ¿qué? ¡Seguramente estaba imaginando cosas!

Estaba tan ensimismada que no se dio cuenta cuando su familia se levantó de la mesa con la idea de ir a mostrarle fotos al londinense. En otro tiempo, hubiera puesto el grito en el cielo, pero ahora…

—Mamá, papá —los llamó—. Tengo que pasarle unos apuntes a Adrien —el chico miró a su compañera, confundido. ¿Apuntes? —. Regresamos de inmediato —Marinette tomó la mano de Adrien e hizo que la acompañara escaleras arriba. Felix iba a acotar algo, pero al ver la mirada de su primo, se resistió. Quizás se había pasado en nombrar a su tía Emilie.

Adrien terminó de subir a la habitación y Marinette bajó la tapa de la trampilla, confundiéndolo aún más.

—¿Qué apuntes? —preguntó de forma inocente cuando su amiga lo tomó de ambas manos. ¡Le enojaba su actitud, pero no podía evitar preocuparse por él! —¿Marinette?

—¿Estás bien? —consultó —. No hay apuntes, solo era una excusa para poder preguntarte si pasó algo. Vi que cambiaste tu semblante después de la mención de tu mamá.

—Ah sí, bueno… —se soltó del agarre de Marinette y se llevó la mano derecha a la nuca —... Es solo que mencionar esas cosas me pone algo sentimental.

—Ya veo —susurró, pero no tardó en dibujar una sonrisa en sus labios —. Así que, ¿Chaton? —comentó divertida —. No te imagino como un gato, ¿puedes ronronear? —bromeó, pero luego se arrepintió. Adrien, lejos de molestarse, también sonrió.

—No sé, ¿por qué no me acicalas y lo averiguas? —respondió, con un movimiento despreocupado de hombros, aunque luego, también se arrepintió de sus palabras. Ambos quedaron sonrojados, mirando en direcciones opuestas.

¿Cómo habían llegado a eso?

Marinette se apretó el labio con los dientes, ¿Y si estiraba su mano y probaba? Total, él ya le había dado permiso. ¡No! Se regañó, cerrando los ojos. Ya tenía suficiente con un gato, no necesitaba dos en su vida.

—¿Y por qué te creías un gato? —preguntó, para luego volver a apretar los ojos. ¡Tenía que haber dejado el tema y bajar con sus papás y Felix!

—¿Puedo? —consultó el rubio, señalando el diván. Marinette afirmó y él se sentó—. Cuando era niño quería tener una mascota, pero mi padre nunca me dejó —comentó con una mueca—. Creía que era muy antihigiénico y que probablemente los pelos de los animales se pegaran en sus telas —suspiró—. No podía tener pájaros por mi alergia, así que mi madre, para que no estuviera triste, me trajo un disfraz de gato y me dijo que podíamos jugar que era un gatito… Tenía cuatro o cinco años…

—Eras pequeño…

—Sí —afirmó con una sonrisa melancólica —. En el futuro, no sé si tendré gatos o perros en mi casa, pero sí tendría un hámster.

—¿De verdad?

—Sí —afirmó—. Son tan adorables.

—¡Síi! —acotó Marinette, sumamente encantada —. A mí también me parecen super adorables. Yo también quiero tener uno a futuro.

—Oh, qué coincidencia… —exclamó, aunque en realidad, él ya sabía de eso.

—Sí, quiero uno bonito que se llame…

—¡Marinette!

La chica al verse interrumpida, bajó la cabeza con fastidio. ¿Por qué nadie quería escuchar el nombre que le iba a poner a su hámster?

—¡Llamaron a Felix. Ya vienen por ellos! —completó su madre.

—Oh, ya vamos —volvió a abrir la puerta de la trampilla y le indicó el espacio a Adrien para que pudiera bajar.

—Oh, gracias —dijo, poniéndose de pie para bajar al living con el resto.

—Deberían llevarse unas cositas para comer en el camino —dijo Tom, tomando a ambos primos de sus hombros para que bajaran con él a la panadería.

El robusto hombre les pasó a cada uno una bolsa de papel y empezó a echarles croissants, macarrones y bollos dulces. Adrien y Felix miraron sus bolsas con algo de miedo. ¿Cómo le esconderían eso al estricto Gabriel "hielo" Agreste?

En eso, la campanilla de la panadería sonó.

—Buenas tardes —saludó Sabine a su nuevo cliente, pero se quedó paralizada ante la persona que tenía enfrente.

—¡Mamá! —exclamó Felix, acercándose a su madre.

—¡Hola, cariño! —lo saludó con emoción, dándole un abrazo.

—Wow —exclamó Marinette, viendo la escena —. Es idéntica a tu madre.

—Es la hermana gemela de mi madre, Amelie —respondió el rubio, sonriendo ante la mujer que no dejaba de abrazar a su hijo.

—Ahora entiendo varias cosas —comentó.

—Hola —Amelie se separó de su hijo para acercarse a saludar —. Soy Amelie Graham de Vanily —extendió su mano hacia Sabine y ella respondió de igual forma —, la madre de Felix y tía de Adrien. Gracias por haber invitado a mis niños a comer. Espero que se hayan portado bien.

—Fue muy grato pasar tiempo con ellos —respondió Tom —. Son buenos amigos de nuestra hija Marinette —ésta se presentó moviendo tímidamente la mano —. Es una lástima que Felix tenga que irse tan pronto…

Amelie ladeó un poco su cabeza, confundida.

—¿Irse?

—Sí —confirmó Marinette —, eso nos dijo.

Amelie llevó su mano derecha a su boca para ocultar su enorme sonrisa.

—Mi Felix siempre tan bromista —se acercó a su hijo y tras revisarle la bolsa tomo un macarrón —. No nos vamos a ninguna parte, de hecho, venía a buscarlo porque ya encontré un lugar para quedarnos.

—¿De verdad? —preguntó, emocionado.

—¿Qué? —exclamó Adrien.

—Oh sí, querido sobrino —exclamó Amelie, acercándose a Adrien para abrazarlo también—. Somos tan pocos los miembros de esta familia que decidimos venirnos a París para que estemos juntos. ¿Estás feliz?

Adrien solamente sonrió, aunque por dentro no estaba para nada contento de seguir compartiendo con Felix y menos después de la sonrisa victoriosa que le estaba dando.


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¡Gracias por leer!

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Tengo tantas historias, tantos borradores de cosas que quiero hacer, que a veces algunas subidas se me olvidan jajajaj .-.

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karen Agreste /-/ MeimiCaro /-/ manu /-/ noir0 /-/ darkdan-sama /-/ darkdan-sama /-/ Dessirenya /-/ Xiang Li 17 /-/ Fire Odyssey /-/ Tecupi /-/ Neko lila /-/ giby-chan /-/ Jawi1997

¡Muchas Gracias por sus reviews!

Me alegra que les guste esta cosa rara que llamo Fic xD

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Por si lo notaron, este iba a ser el último capitulo pero le alargamos dos más con la llegada de Amelie xD Por eso que al inicio Marinette explica porqué esta enojada con Adrien jajajaja Ibamos a hacer algo más profundo pero fue como xD Ahhh nah, divirtámonos xD

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¡Saludos!

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Aquatic

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10 de Enero 2020