Esto es lo que pasa cuando una empieza a divagar y la verdad es que tenía ganas de escribir una historia en la que me relajara un poco. Fue prevista para un solo capítulo, pero al leerla se darán cuenta de que tendrá algunos más... en fin, espero que les guste!

La culpa es del alcohol

Sehrazat terminó de juntar todo lo que habían utilizado en la cena y lo llevó a la cocina. No estaba tan cansada, y adoraba poder hacer cosas en su casa, sobre todo porque no tenía la obligación de hacerlas siempre, ya que contaba con la ayuda de Mihriban.

Pero esta vez la había enviado a la cama y también a Kaan y se había quedado limpiando un poco…

Cuando estaba a punto de terminar, escuchó que su móvil vibraba y la llamada venía de un número desconocido. Pensó en no atender, quizá era alguien queriendo venderle algo… y no estaba de humor para eso… pero a esa hora era raro…

-Diga…- dijo sin pensar mucho más- si, soy yo… ¿quién? ¿Onur? Pero… sí… está bien… deme la dirección…- dijo y anotó en un papel- está bien, estaré allí en un momento… - dijo y cortó la comunicación.

Suspiró con cansancio y sacudió la cabeza. Pensó en llamar a don Kerem, quizá a él le correspondiera ir a buscarlo más que a ella. Puso los ojos en blanco. ¿Hasta cuándo seguiría él con eso? ¿estaría tan borracho?

El dueño de un bar la había llamado, le había dicho que Onur estaba borracho y que necesitaba que lo fuera a buscar. El hombre la había llamado a ella porque Onur no había hecho otra cosa que repetir su nombre y había encontrado su nombre entre los contactos…

No lo pensó demasiado, le avisó a Mihriban y se abrigó para salir.

Cuando llegó al bar no lo vio y se acercó a la barra para preguntarle al hombre que la atendía…

-Disculpe, hace un rato recibí un llamado… vengo a buscar a Onur…- dijo y el hombre asintió y sacudió la cabeza. Le indicó una esquina, en donde Onur estaba casi dormido, con la cabeza contra la pared. Parecía muy borracho…

Sehrazat se acercó despacio, observándolo. Quería saber hasta donde él se podría aprovechar de una situación como esta…

-Onur…- dijo en voz alta, para que él volviera en sí.

-Sehrazat…- dijo y sonrió- viniste…

-¿Qué más podía hacer? Me llamaron… no iba a dejarte aquí…- ella estaba algo fastidiada, ella quería intentar alejarlo de su vida, y él no hacía otra cosa que inventar excusas para acercarse.

-¿Quieres tomar algo? - le preguntó con la lengua trabada.

-Onur… no vine a beber contigo… vine a buscarte… nos vamos a tu casa…- le dijo y extendió sus manos para indicarle que se pusiera de pie.

-¿Vamos a casa? - le preguntó con una sonrisa.

-Levántate…- dijo ella y cuando vio que él no podía se agachó un poco para ayudarlo.

Onur la tomó de los hombros y miró sus labios de cerca. Se preguntó si ella se ofendería si él intentaba besarla, pero por la expresión de su mirada, se dio cuenta de que no era un buen momento…

Caminaron con algo de dificultad hasta la puerta y, luego de apoyarlo contra la pared, ella le preguntó si había venido en auto.

-Sí… las llaves…- dijo y comenzó a tantear en sus bolsillos.

-Déjame…- le dijo ella y buscó por su cuenta.

Onur lanzó una carcajada divertida cuando sintió que ella hurgaba en sus bolsillos y levantó los brazos, dispuesto a dejarla hacer.

-Puedes seguir intentándolo…- le dijo y ella lo miró con fastidio.

-Ya basta, Onur…- dijo y extrajo las llaves del bolsillo delantero de su pantalón.

Él la acercó a su cuerpo, tomándola de la cintura y la miró de cerca.

-Te amo, Sehrazat…- le dijo y ella esquivó la mirada y se soltó del abrazo para ir a buscar el auto.

-Quédate aquí…- le dijo y en unos minutos volvió.

Lo ayudó a subir y cuando se agachó para acomodar sus pies, lo pescó mirando su escote…

-¿Qué puedo hacer? - le dijo a manera de disculpa y ella se mordió el labio con impotencia.

Manejó en silencio y creyó que él se había quedado dormido. Abrió un poco su ventanilla para que él se sintiera un poco mejor, pero él no dijo nada.


Cuando entraron a su casa, luego de que él encontrara a los tumbos su llave, ella lo llevó hasta arriba, hacia su habitación y lo sentó en su cama…

-Te prepararé un café…- le dijo y cuando se iba, él la tomó de la mano.

-Sehrazat…- le dijo y ella lo miró, esperando a que hablara.

-Dime…- le dijo y él tiró de su mano para atraerla.

-No puedo vivir sin ti…- le dijo él con una voz, que asombrosamente no sonaba a su estado de ebriedad.

-Onur…

-Déjame terminar…- le dijo y besó su mano con algo de torpeza.

-Deberías darte una ducha…- ella le cambió de tema.

-Si tú me acompañas…

-Lo único que podría hacer por ti es abrir el grifo… nivelar la temperatura…

-Mmmm no sé…- dijo él y sacudió la cabeza- mejor un café…

-Bien… te lo traeré…- dijo y se escapó, dejándolo un momento allí sentado.

Sehrazat bajó y tardó un poco en encontrar lo necesario para prepararle un café, escuchó el ruido de la ducha y de alguna forma agradeció que él se hubiera ido a duchar.

Subió un rato después y él no había salido del baño. Dejó el café sobre la mesita de noche y esperó un momento. Adentro no se escuchaba ningún ruido y Sehrazat comenzó a inquietarse.

-Onur… ¿estás bien? - le preguntó y no oyó ninguna respuesta.

El vapor de agua reducía la visibilidad cuando ella entró al baño, quería saber si él estaba bien.

Se preguntó si él no malinterpretaría todo, pero no le importó porque lo vio hecho un ovillo en el cubículo, tras la mampara traslúcida.

-Onur… - dijo y cerró la ducha para que él reaccionara.

Tomó una toalla blanca y él la miró desde donde estaba.

-Déjame… necesito sentirme limpio para ti…- le dijo él y ella alzó una ceja.

-Harás que tu casa se inunde, Onur… mejor sal…- le dijo ofreciéndole la toalla.

-No quiero…- dijo y ella no pudo evitar sonreír, al ver el gesto casi aniñado de él.

-Vamos, Onur… levántate que te ayudaré…- le dijo y él se puso de pie y sonrió al ver que ella desviaba la mirada y colocaba la toalla alrededor de su cintura y la anudaba.

-Sehrazat…- le dijo y miró sus labios.

-Dime…- le dijo ella y se perdió en sus ojos, parecía más lúcido.

-¿Algún día me perdonarás? - le preguntó y ella suspiró.

-Onur…

-Por favor… necesito saber si aún tengo esperanzas contigo…

-Onur…

-Sé como me llamo… dime algo más… por favor… me estoy muriendo por ti… ¿me hablarás otra vez de aquella noche?

-Onur…- dijo otra vez ella y él miró sus labios y no pudo evitar acercarse. Ella supo lo que venía pero su cuerpo le impidió moverse, y él cerró la distancia entre ambos y la besó húmedamente.

Onur suspiró y sintió las manos de ella en su cintura. La apretó entre sus brazos y ahondó el beso. Ella le permitió el acceso a su boca y él la exploró con suavidad al principio. Sehrazat era incapaz de moverse y lo único que pudo hacer fue responderle.

El beso duró un par de minutos intensos y luego ella se separó y bajó la vista avergonzada.

Él la tomó de la cara y ella lo miró con algo de vergüenza. Él intentó volver a besarla, pero cuando sus labios casi la tocaban, ella colocó la mano entre ambos y se mordió el labio.

-Ya basta, Onur… por favor…- le dijo y él entrecerró los ojos.

Sehrazat giró en redondo y salió del baño. Quería irse, escaparse de todo, pero supo que no podía dejarlo solo hasta asegurarse de que estaba bien…

Él caminó un poco a los tumbos detrás de ella y se acostó en la cama. Ella se quedó a un costado casi sin mirarlo.

-Huele bien…- dijo él cuando ella le acercó el café y lo tomó de un sorbo.

-Estarás bien…

-¿Te quedarás a cuidarme? - le preguntó.

-No es necesario…

-Yo creo que sí…- le dijo él y sonrió.

-Pues… no…- dijo y alzó la ceja.

-Por favor… además… no permitiré que te vayas sola a esta hora… te quedas… dormiré en el sofá…- dijo y se levantó

-Es una tontería… Onur…

-Bien… pero te quedarás…

Sehrazat no contestó, planeaba irse de todas formas, cuando él se durmiera. Total, al día siguiente probablemente no recordara nada…

Onur cerró los ojos y ella se sentó a su lado en la cama.

Ella se quedó mirándolo un buen rato y luego se desperezó, realmente había sido un largo día…

Se apoyó en el respaldo de la cama y perdió la noción del tiempo…

Se despertó cuando sintió que un rayo de sol la incomodaba. Se encontró apretada entre los brazos de Onur. Él la abrazaba por detrás y Sehrazat abrió los ojos desmesuradamente cuando advirtió que la toalla estaba delante de ella y Onur respiraba plácidamente cerca de su oído…


Bueno, hasta aquí llegamos hoy! Espero que les haya gustado! Espero comentarios! Gracias!