¡Hola! Escribí esto con motivo de la #ReddieWeek2019 Espero les guste
N/A: Este angst está ligado un poco con mi otro fic Obstacle 1, pero no es necesario leerlo para entender este. Ah, y me basé tanto en la película como en el libro xd


Obstacle 2

—Eddie

Tu voz parece el espectro de un niño de diez años. Murmuras con timidez el nombre de él y tu inexperto corazón palpita rápidamente.

La brisa del atardecer revuelve tus rizos rebeldes. Es agradable sentir la frescura del viento en la cara, ¿no? Deberías quitarte las gafas y tallarte los ojos para apreciar mejor al chico que tienes frente a ti.

Eddie te mira con sus ojos cafés brillantes. Un ligero sonrojo adorna sus mejillas y tú te das cuenta de que los colores del atardecer combinan perfectamente con el tono de su rostro. Los latidos de tu corazón te golpean contra el pecho gritando desesperadamente que estás enamorado de ese chico.

Jamás pudiste decirlo claramente. Quizá es por eso que tallaste las iniciales de ambos en el Puente de los Besos. R + E. Richie y Eddie: un tributo a la disonancia de reconocer tus sentimientos hacia Eddie y sentirte una basura a causa de ello.

—Eds, ¿qué es, qué estás haciendo aquí?—preguntas tartamudeando. ¿Desde cuándo te convertiste en una copia del Gran Bill?

Eddie sonríe. Dios, cuando Eddie sonríe, bien sabes que no puedes controlar los colores de tu rostro ni el temblor de tus labios que clama por besarlo.

—¿Qué estoy haciendo aquí? —repite el joven, irónico. Su ceja castaña se levanta—. ¿Es eso lo que me estás preguntando, Bocazas? Eres un idiota.

Rápidamente, miras las iniciales marcadas. R+E. Bajas el brazo. Miras a Eddie.

—Sabía que, si esperaba, te iba a encontrar aquí, Richie.

Tu corazón da un vuelco. Estás haciendo tu mayor esfuerzo por controlarte y no abalanzarte sobre el joven de pantaloncillos cortos y cangurera azul. Quieres abrazarlo, quieres besarlo. Pero antes tienes que decir algo.

—Eds, la última vez no fui capaz de decírtelo. Yo…—Das un paso hacia delante. Piensas que Eddie se apartará; en cambio, él te interrumpe.

—Lo sé. Lo sé, Richie. Tampoco te lo pude decir la última vez.

—¿Sabes qué? —preguntas confundido.

Eddie curva sus suaves labios en una sonrisa. ¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no sentir que no puedes vivir en un mundo donde Eds no está?

Con un gesto, él señala la marca de sus iniciales. Todo tu cuerpo se pone cálido. Estás sonrojado.

—¿Cómo es que…?

Te quedas quieto. El aliento se ha escapado de tu cuerpo. Tus lentes están empañados y los colores del ocaso se consumen ante la inminente noche.

Los brazos de Eddie son suaves, pequeños. Se aferran a tu cuerpo como si quisieran fundirse en ti.

—Lo sé, estúpido. Desde el principio. No tienes por qué seguírtelo guardando. Yo también siento lo mismo.

El viento entre los árboles jamás ha sido tan silencioso.

Tus ojos se cubren por una capa de lágrimas. Sientes que tus piernas tiemblan y quieres caer de rodillas. Es una buena idea, así estarás a la altura de Eddie. Así podrás abrazarlo.

¿Y por qué no? Caes de bruces contra el suelo. Se ha escuchado el golpe de tus rodillas en el asfalto de la cuidad fantasma. Has tomado a Eddie entre tus brazos con todas tus fuerzas.

—¡Lo siento! ¡Lo siento muchísimo! ¡No pude protegerte!

Te desgarras la garganta a gritos desesperados. Así como se desgarró tu corazón al ver a Eddie con los ojos perdidos y los labios cubiertos de sangre; así como se desgarró el brazo de Eddie bajo las mandíbulas de Pennywise. Así como se ha desgarrado Derry y el Puente de los Besos en donde tallaste las iniciales cuando eras apenas un niño de diez años, enamorado irremediable e inocentemente de Edward Kaspbrak.

¿Dónde estás, Richie? ¿Quién eres ahora? Tus ojos están demacrados bajo las líneas de coca, tu voz se ha agravado gracias a las botellas de Whiskey, tu cuerpo treinta y ocho años luce pálido y cansado. Tu corazón destrozado nunca unió sus piezas. Ahora estás parado bajo las ruinas de tu ciudad, con tu inicial y la de Eddie marcada sobre tu brazo a punta de navaja.

Nada de lo que más amaste persiste.

¿Estás abrazando a Eddie o a su recuerdo?

—Estoy aquí, Richie. No tienes que preocuparte más. Aquí estoy.

Y sabes que él está mintiendo, porque él no está ahí.

La vida es irónica y cruel, ¿sabes por qué? Tú amabas a Eddie de la misma forma en la que su corazón latía por ti. Pero hay dos obstáculos. El primero, es que Eddie está muerto. Y el segundo, es que todo lo que existía de él, se ha derrumbado junto a esa ciudad.


Gracias por leer