—¿Estas bien, Marinette? —preguntó Luka, dejando de pedalear, viendo como la chica en cuestión cabizbaja, lucia abatida.

Los ojos deprimidos de ella, miraron al aludido.

—Sí, estoy bien —dijo sonriendo débilmente.

Aun si no lo estaba. Le dijo aquello, pero las mentiras tienen patas cortas. Al instante se derrumbó, a pesar de que no quería llorar; estaba harta, estaba cansada, ya no podía aguantar las inevitables lágrimas que querían salir, no podía evitar como si su corazón estuviera siendo aplastado. Así que, estalló como una burbuja de jabón.

—A decir verdad no... —Sus lágrimas fluyeron de sus ojos azules, mientras sus manos inútilmente trataba de ocultarlas—. No estoy bien.

Luka se bajó de la bicicleta y se acercó con el objeto, sacándose el casco y colocándolo en el canasto, mirándola con gran desconsuelo. No quería ver ni escuchar a Marinette sufrir.

—Estoy harta, Luka —confesó sin parar el llanto mientras buscaba un refugio en sus brazos—. De todas esas responsabilidades y tenerlas que poner en frente de todo.

La mano izquierda de Luka rodeó el hombro tembloroso de la chica, mirándola con pesar.

—Jamás podre ser yo misma —declaró rasgándose tan tristemente y desafinadamente como si tocara sin compasión una cuerda de guitarra.

—Está bien, Marinette —expresó, esperando convertirse en su consuelo, en la persona que pudiera hacerla sentir mejor en todo su dolor—. Puedes contarme lo que quieras —ella se estaba desbordando—. O nada si prefieres —agregó porque emitía un llanto desconsolador —. Sabes que puedes ser tu misma conmigo —Marinette levantó la mirada cristalizada hacia el chico mientras las palmas de sus manos se apoyaban en su pecho—. Se tu misma.

Solo pudo aguantar un segundo su mirada, luego vino nuevamente el llanto y volvió a caer su cabeza en su pecho.

Luka la sostuvo rápidamente dejando caer la bicicleta al suelo en el proceso. Su desgarrador llanto era dolor para los oídos musicales de Luka. Sus lágrimas estrujaban su corazón que se paró al verla en ese estado. La rodeó con sus brazos y sus manos acariciaban suavemente su cabeza.

Estaba sollozando fuerte, su cuerpo tenía pequeños espasmos por eso, gimoteaba. Sus manos escondían su cara entre sus manos tratando de contener su fuerte llanto. Luka sintió como se le rompía el corazón al verla en ese estado, ella que siempre se había mostrado tan alegre, ahora temblaba de dolor, lucia tan frágil. Él podía sentir como su camisa se humedecía con las tibias lágrimas de Marinette mientras él la arrullaba y le acariciaba el cabello tratando de calmarla.

Pasaron minutos como si fueran horas, las manos buscando un lugar donde aliviarse se aferraron a la remera blanca de Luka, sus dientes apretados tratando de resistir el dolor que le aquejaba, la aflicción que sufría.

—Todo estará bien, Marinette —dijo, abrazándola con ternura, ella se dejó envolver en su reconfortante calor. Necesitaba tanto un abrazo—. Ya verás.

Ella quería creer, ella quería llorar hasta que no tenga más lágrimas que derramar, quería secar su corazón y ser fuerte. Quería sobreponerse y Luka, quien se había convertido en su único consuelo, en su pañuelo de lágrimas y quien todo el día estuvo buscando la canción perfecta para ella, en ese momento, deseaba tener una canción que le haga detener su dolor y que su hermosa sonrisa vuelva a su cara. Ella siempre fue una melodía dulce y ahora sonaba tan amarga. Luka no soportaba verla de ese modo, escucharla llorar de esa manera. Tampoco Tikki, quien estaba acurrucada en el bolso de su portadora en martirio, al oír como lloraba.

—Marinette...

;-;

;-;

;-;

Cuando prendí la computadora tenía pensado escribir un one-shot alegre (Vi el capítulo "LoveEater") y ya no pude, mi corazón está hecho trizas. Y es la primera parte :(